The Killers anuncia reedición de 'Day & Age'

A través de una reedición, The Killers celebra una década de vida de uno de sus lanzamientos más reconocidos.

El pasado 18 de noviembre se cumplieron 10 años del lanzamiento de Day & Age, tercer álbum de estudio de The Killers, del cual se desprenden algunos de los temas más representativos de su repertorio, como "Human", "Spaceman" y "A Dustland Fairytale".

Como parte de la celebración, el cuarteto comandado por Brandon Flowers ha confirmado el estreno de una reedición especial para los seguidores, la cual verá la luz el próximo 14 de diciembre.

La nueva edición de Day & Age, estará disponible a través de las distintas plataformas digitales, así como una presentación doble de vinilo.

Esta nueva entrega contendrá los temas clásicos de la versión original, estrenada en 2008, así como una serie de cortes que quedaron fuera de la edición final del disco, lanzados como lados b: “Forget About What I Said", "A Crippling Blow" y una versión alterna de “Joy Ride”, la cual puedes escuchar a continuación.

El anuncio de esta reedición se una al reciente lanzamiento del grupo originario de Las Vegas, The Killers Career Vinyl Box, un box set de 10 discos en los que se incluyen los cinco álbumes de estudio de la banda, así como su presentación el Royal Albert Hall de Londres. Te compartimos el tracklist de la nueva versión de Day & Age.

 

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Disco 1 / Lado A
Losing Touch
Human
Spaceman

Disco 1 / Lado B
Joy Ride
A Dustland Fairytale
This Is Your Life
I Cant Say

Disco 2 / Lado A
Neon Tiger
The World We Live In
Goodnight, Travel Wel

Disco 2 / Lado B
A Crippling Blow
Forget About What I Said
Joy Ride (Night Version) ”

Chvrches showcase acústico

El lado íntimo de Chvrches.

Detrás de los sintetizadores, de las melodías repetitivas y de los coros pegajosos en la música de ​Chvrches​​, se esconde un discurso mucho más profundo de lo que parece. Además de ser compositores, los escoceses utilizan su popularidad para compartir mensajes sociales, políticos y de su vida personal. En 2015, ​Lauren Mayberry publicó un ensayo a través de ​The Guardian en donde confrontó a todos aquellos que se comportan de manera abusiva en las redes sociales. Posteriormente, expuso su lado más vulnerable al compartir una ​carta para el portal ​Lenny​​, en donde habló sobre la relación tóxica en la que estuvo durante años y cómo logró salirse de ella.

Con este contexto, ​Chvrches demuestra que es capaz de comunicar algo que va más allá de algunos versos bailables. Y es que si quitamos todas las capas que endulzan la música del trío, se expone un lado sentimental que recae únicamente en las letras. Previo a su presentación en el ​Corona Capital​​, los escoceses lanzaron un EP con cinco canciones de su más reciente material ​Love is Dead e​n versión acústica. Acompañada de guitarra, piano y algunos arreglos orquestales, la voz de ​Mayberry le da la seriedad merecida a sus canciones y nos deja claro por qué piensa que el amor está muerto.

Es difícil imaginar una versión minimalista de ​Chvrches​​. Afortunadamente, el lunes pasado, la banda dio un ​showcase ​íntimo para sus seguidores mexicanos en donde, a través de tan solo cuatro canciones, mostraron esta parte “desnuda” de su música. Sin toda la parafernalia que caracteriza sus shows masivos, los escoceses se notaban nerviosos, bromeaban con el público y no estuvieron en el escenario más de 30 minutos. Pero ese tiempo bastó para poder escuchar realmente lo que la banda tiene que decir, sin ​Auto-Tune, sin sintetizadores, sin atuendos llamativos.

Lo más cerca que tendrán de experimentar esta intimidad aquellos que no pudieron asistir a su ​showcase, e​s escuchar su nuevo EP ​​Hansa Session.​​ P​arece que era necesario un cambio en los arreglos musicales de ​Chvrches para poder empatizar realmente con ellos. Fue un concierto sumamente sentimental en donde quizá todos los espectadores experimentamos un poco de desamparo, miedo a crecer y la inevitable decepción de un amor que llega a su fin.

Pronto se estrenará la app de 'David Bowie is...'

La llegada de la aplicación de realidad aumentada David Bowie is... se espera para enero de 2019.

El próximo año el gran Duque Blanco celebraría 72 años, en conmemoración el Archivo David Bowie y Sony Music Entertainment (Japan) Inc., han decidido lanzar la aplicación de realidad aumentada basada en la exposición David Bowie Is …, el 8 de enero de 2019.

David Bowie Is … es una exposición en la que se exploró las diversas facetas que componían la personalidad del mítico David Bowie, las cuales comprendían la moda, sonido, diseño, teatro, cine y arte, así como la amplia gama de colaboraciones con diferentes artistas tanto en la escena musical como en la moda.

La aplicación, basada en la exhibición que fuera curada por Victoria Broackes y Geoffrey Marsh, contará con los 400 objetos que formaron parte de la exposición original, pero también, a través de la aplicación los fans del artista podrán conocer muchísimos artículos exclusivos. Además estará disponible para Android e IOS.

Anteriormente esta exposición se encontraba en Museo de Brooklyn, de Nueva York, pero lamentablemente su esplendor se terminó en julio, después de su debut, hace cinco años, en V&A de Londres, convirtiéndose en una joya para la institución, pues fue la exposición más visitada.

Porter estrena video de "Pájaros"

"Pajáros" es el primer sencillo de Las batallas del tiempo, nuevo disco de Porter.

La banda de rock, Porter regresa pisando fuerte, tras anunciar la llegada de su nuevo material discográfico titulado Las batallas del tiempo, ha lanzado un par de canciones llamadas "¿Qué es el amor?" y "Bandera", aunque el primer sencillo del álbum es "Pájaros".

El nuevo disco de los tapatíos promete ser una introspección al ser humano, a sus experiencias de vida, las emociones que forman parte de su ser, los errores que cometen, de esta manera buscan representar las batallas tanto internas como externas que se luchan día a día.

El sencillo de "Pájaros" explora la faceta de una persona que ha terminado una relación –no importa de que tipo– con alguien, y está en la búsqueda de superar la tristeza y los sentimientos que los unen; "te fuiste borrando como un recuerdo" es la frase con la que remata la triste voz de David Velasco.

El video experimenta con visuales futuristas que te invitan a formar parte de una realidad alternativa en la cual puedes viajar en el tiempo a bordo de un automóvil parecido a un DeLorean y así darte cuenta que "el tiempo cura todo, no es cierto". 

Dentro del sencillo un elemento que roba la atención son los sintetizadores con los que Porter ha decidido crear su nueva etapa en la escena musical independiente en México. "No quiero estar vivo, tampoco muerto" es una de las líneas con las que la agrupación nos demuestra lo profundo que ha llegado la introspección a los procesos que vive el ser humano.

El próximo 28 de noviembre podrás escuchar estas canciones en el Teatro Metropolitan, mientras llega ese día echa un vistazo al nuevo video de "Pájaros".

 

Entrevista con Dapuntobeat

Música para el cuerpo y para la cabeza.

El mundo se mueve tan rápido que parece imposible estar al corriente. Desde hace algunos años ya sentíamos que la tecnología nos rebasaba, sin imaginar hasta dónde llegaríamos. Como lo dijo Drew Barrymore en He's Just Not That Into You, por ejemplo, ahora cuando nos gusta alguien debemos revisar múltiples plataformas solo para ser rechazados a través de siete dispositivos distintos. Inevitablemente, de la mano de la tecnología, la industria musical también se ha transformado de manera desmedida. El streaming llegó a cambiar todo lo que conocíamos y lo único que nos queda es adaptarnos.

Dapuntobeat está consciente de esto y en vez de ahogarse con la corriente, ha aprendido a nadar de manera fluida. Este proyecto que empezó como un pasatiempo en la universidad, actualmente está por cumplir 20 años. Un hito que no sería posible sin la camaleónica habilidad de sus miembros de adaptarse al entorno. Dos décadas en el mundo de la música se dicen fácil, pero han significado toda una serie de transformaciones para el grupo.

“20 años han sido un abrir y cerrar de ojos. La primera etapa es interesante porque estábamos todavía en la escuela cuando nos empezaron a llamar de festivales en España y en Francia, por lo que nuestra carrera realmente despegó en el extranjero. Casi 10 años después vino la segunda etapa, en donde surgieron nuestros primeros conciertos en el Vive Latino. Parece que tuvimos una carrera muy accidentada y sui géneris, en el sentido en el que hicimos las cosas al revés de las nuevas generaciones. Se podría decir que los músicos emergentes tienen más oportunidades, hay más infraestructura para el desarrollo de una carrera. Ahora, con las redes sociales y el streaming todo se da de manera más inmediata, mientras que para nosotros ha sido una trayectoria de dos décadas y cuatro discos. El camino transcurrido sí avala el tránsito”.

Con esta idea de cambio constante en mente, Dapuntobeat ha pasado por múltiples etapas y transformaciones. Pero para ellos, lo más importante ha sido la seriedad que han implementado en la forma de componer.

“El espíritu y las ganas de experimentar siguen ahí. Lo que ha cambiado es la manera de escribir canciones. Antes había cierta reticencia a entregarse a un significado profundo. La música tenía un enfoque más hedonista, designado 100% para la pista de baile. Parte de este camino que hemos recorrido ha consistido en descubrir que también podemos escribir letras que digan algo, sin perder la chispa upbeat. El proyecto se ha convertido en una síntesis entre música para escuchar y música para bailar. No solo es para el cuerpo, también es para la cabeza”.

Este salto en su carrera se da en el marco del cuarto disco de estudio, Digital Pills. Cada canción tiene un trasfondo específico. Pero en conjunto, el álbum busca enfatizar el efecto que ha tenido el internet en nuestra mente.

“Hay una especie de metáfora en el título que tiene que ver con los tiempos que corren en la industria. Ahora estamos hablando de 2018, el año en que todo lo que necesitas para volar tu cabeza está en internet. Parece que ya no hace falta recurrir a las sustancias clásicas, todo lo puedes encontrar, en las dosis adecuadas, en línea. De ahí viene el título Digital Pills. Es una especie de metáfora y, a la vez, un chiste para decir que todo necesitas para echar a volar el psiconauta que llevas dentro está a tu alcance. También hace énfasis en la nueva cultura del streaming, la cual ha trastocado todos los conceptos del consumo de la música. El internet ha cambiado no solo la forma en que se escuchan las canciones, sino cómo se componen. Como músicos, nos hemos olvidado del bridge, del intro o del solo… ahora la gente busca una dosis más precisa, más exacta, y más inmediata. Vivimos en una cultura apresurada por recibir lo que quiere. Ya no está dispuesta a escuchar un solo de guitarra, ahora quiere irse directo al coro. Es a través de esta analogía que nosotros pretendemos comunicar lo que está sucediendo con la sociedad actual”.

Ser ajeno a lo que sucede a tu alrededor automáticamente te excluye. Dapuntobeat ha logrado mantenerse presente en la escena al crear discos relevantes para su tiempo. Es a través de un hilo conductor, que cada álbum narra esta transformación que ha tenido la industria musical.

“Cada disco busca hacer evidente el momento histórico de la música. Si echas un vistazo atrás, Off De Record, por ejemplo, fue publicado en 2010, justo el año en que se dio la crisis de los formatos. Es cuando empezaron las descargas de canciones y se perdió la idea de comprar discos. Por eso lo nombramos, tal cual, “fuera del álbum”. Posteriormente sacamos I/O, que buscaba evidenciar la disputa entre lo análogo y lo digital, un tema que tiene muchas lecturas. En este caso, Digital Pills tiene un diálogo recurrente que va de la mano con el tema de los estímulos digitales”.

Han pasado cinco años desde que Dapuntobeat lanzó su álbum anterior. Para ellos, fue necesario tomarse un descanso para repensar las cosas, mirar nuevos horizontes y buscar una nueva colección de canciones de naturaleza crítica pero digerible a la vez. Los mexicanos reformularon todo su trabajo para lograr cristalizar un material de esta naturaleza. De esta forma, Digital Pills es el resultado de una transformación tecnológica, es una sátira a la decadencia de contenidos, a la necesidad de inmediatez, y a la búsqueda constante de estímulos. Un disco de apariencia hedonista, pero digno de una reflexión más profunda.

“No se puede continuar sin saber que al final, no somos más que un pixel pretendiendo brillar”.

The Chemical Brothers estrenará disco

Después de lanzar  “Free Yourself”, The Chemical Brothers anuncia el estreno de su nuevo disco.

Hace unos meses el dueto de música electrónica formado por Tom Rowlands y Ed Simons nos sorprendió con la noticia de que se encontraban trabajando en su nueva producción discográfica, después de un tiempo emocionaron a sus fans con el estreno de su single “Free Yourself”, el cual es su primer lanzamiento después de casi tres años.

Su noveno disco se titulará No Geography y se presume será puesto a la venta la primavera del 2019 bajo el sello EMI, aunque aún no se tienen conformados muchos detalles del álbum, The Chemical Brothersya anunció que su nueva gira tocará México, Estados Unidos y Reino Unidos a mediados de mayo.

 

Después de haber tocado en el Corona Capital 2018, festival en el cual encantaron a los espectadores con sus visuales y extraordinaria música, vuelven a la Ciudad de México el 12 de mayo del próximo año para presentarse en el Pepsi Center WTC. La venta iniciará el 4 de diciembre para clientes de una empresa bancaria y el 7 de diciembre al público en general.

Los precios serán los siguientes:

Don Ramón VIP $1,600
Box Superior $1,100
General $980
Sección C $720
Zona Discap. $980

Mientras esperamos ansiosos su nuevo disco y concierto en la Ciudad de México, disfruta de “Free Yourself”.

Nine Inch Nails en El Plaza Condesa

Clavos en nuestra psique.

“Branches / Bones”, nociones, aseveraciones, expectativas, de ninguna forma estábamos preparados para lo que nos deparaba.

“Wish”, ¿qué deseas?, ¿que el mundo sea perfecto?, ¿que mañana será un día normal en el que no tengas que preocuparte por nada?, al demonio, la pulsión instrumental te está lacerando, lo más real que tendrás en un buen fin de idiotas atascando las calles y los centros comerciales ávidos de cosas que no necesitan. La música que va a atacarte.

“Letting You”, déjate llevar, estás presenciando uno de los mejores conciertos acontecidos en la historia de El Plaza Condesa y es apenas el comienzo. Repleto como pocas veces, en un lunes en espera de volver a la normalidad, esa que te da cierta tranquilidad, get away, que todo se disipe, que las inyecciones de la enfermiza electrónica que antes que alegrarte te hipnotiza, te sofoque, te provoque, te mande al demonio. Somos cerdos en una marcha ávidos de atascarnos de todo lo que nos complace, ¿eso te hace sentir mejor?, entonces arráncate el cabello, delira, dispara, figura al opresor ante en ti y sorpréndelo con un golpe contuso a la quijada.

“This Isn’t The Place”, gran contradicción, estamos en el lugar correcto, El Plaza Condesa cual capilla de adoración ante un Trent Reznor que hasta el momento no ha dicho nada. Solo se concentra en lo mejor que sabe hacer: ofrecernos la música que nos lleva al delirio. “Sanctified” para arrastrarnos a la adoración primigenia, pequeñas máquinas de odio devaneando entre notas y frases, estamos siendo purificados, absortos miramos a nuestro alrededor, las poses, los rumores, los letargos, la indiferencia, cómo es que observas tu pantalla ante tal maestría sonora, cómo es que te preocupas por lo que pasará mañana sin disfrutar el hoy.

“Reptile”, la maldad avante ante las buenas intenciones, la maquinaria que pocos comprenden, porque es más fácil posar, estar presente, hacer check-in, tomar la foto para la red social favorita, vanagloriar la presencia antes que la esencia, y mientras sucede la selfie de manifiesto de los que están en apariencia, los que están en esencia cierran los ojos y se dejan llevar. El gran pecado de escuchar y apreciar antes que posar: “Sin” y su siniestra euforia, los gritos sinceros que opacan la hipocresía. No fuimos multitud, fuimos bendecidos por los tonos que no sonaron en un festival masivo. La intimidad y la fidelidad antes que el afán de pertenecer.

“Help Me I Am In Hell”, y en las llamas encontramos el confort, en los sonidos la iluminación, el candor que tanto nos falta. “Happiness in Slavery”, no abras los ojos, no quieres ver lo que sucede, solo siente, deja de ser un reo de tus necesidades. “God Break Down The Door”, el delirio, la necedad de moverse, el frenesí, la capacidad que tenemos para apreciar antes que perder el tiempo. Sin gran ardid visual y un saxofón nos arrastra a la locura.

“Gave Up”, y esa necesidad de azotar nuestras cabezas contra la pared que fácilmente nos lleva a la locura, “The Great Destroyer” para calmar el ímpetu pero no la emoción que claramente nos domina, brilla, y pertenece, sobre todo a aquellos pocos que cierran los ojos y disfrutan antes que escribir un texto en su teléfono. “Burning Bright (Field on Fire)”, no están todos los que lo merecen, “Survivalism”, bocanadas de nicotina ante la prohibición, un olor entre hierba ilegal y perfume barato, los tragos que fluyen. “The Hand That Feeds”, ¿morderás la mano de aquel que se entrega en el escenario para tu iluminación mientras te tomas una selfie?, no pertenezcas si no sientes, no aparentes si no hiciste el mínimo esfuerzo. “Head Like a Hole”, nuestras almas oscuras y podridas que saltan, trasfugan, enardecen, no tenemos dinero pero tenemos desgracias, no tenemos que adquirir pero sí qué saquear, tenemos lo que merecemos, no lo que podemos adquirir sin necesidad.

“The Day The World Went Away”, y cual dirección de orquesta los golpes a la guitarra, los ecos de una maldición, la instrumentación que nos guía a la figuración: imagina que todo terminará pronto, que el plástico matará los mares, que las guerras serán los nuevos deportes, que tus necesidades se convertirán en deseos. “Even Deeper”, no ha terminado nuestro descenso, “Over And Out”, y aquellos que se rinden y se van, pobres diablos, aún falta el alta causa, la expiación, el réquiem persistente, la costumbre, el preludio al final que no queremos aceptar.

“Hurt”, el viento orgánico de nuestra agonía, porque nos lastimamos para sentirnos vivos, porque nos golpeamos el pecho para hacer trabajar el corazón, la realidad del dolor punzante, lo que queremos dejar atrás pero nos sigue doliendo. ¿En qué nos hemos convertido?, en seres que en su nostalgia y el dolor se regodean mientras aquellos culpables de nuestra miseria se han olvidado de nosotros. Tronos de mentiras y porquería, cosas de las que nos arrepentimos, palabras que nunca debimos haber dicho, esa extraña cómplice amargura en una zona de confort incompleto. El final anunciado, el último momento para ahogarnos, la esperanza de encontrar un camino. Y las luces que nos guiaron y los sonidos que nos ultimaron de pronto callan, y lo agradecemos, lo saboreamos, después de ser crucificados por clavos en nuestra psique antes que en nuestras manos.

 

Grapetooth — Grapetooth

Suave deleite ochentero.

Grapetooth es el nombre que adquiere el dúo conformado por Clay Frankel y Chris Bailoni a consecuencia de su gusto por botellas de vino accesibles y que además logra retratar de forma oportuna de lo que va su jovial sonido ascendiente de las corriente más memorable de la década de los años 80: El new wave.

Podrá sonar familiar el nombre de Frankel, pues forma parte de la agrupación Twin Peaks, en donde predomina su habilidad para crear las melodías más contagiosas dentro de la escena de garage en Chicago (cosa que no se debe tomar a la ligera, pues dicha ciudad goza de una de las escenas más vibrantes en el momento) . Por otro lado, Bailoni es un minucioso productor que había estado componiendo música bajo el seudónimo de Home-sick, en donde se puede apreciar su apego por los sintetizadores.

Al final, influencias de proyectos como New Order, The CureArthur Russell, Fishmans, Yellow Magic Orchestra y Yukihiro Takahashi en conjunto con las ilustres cualidades de ambos miembros resulta en un álbum bastante placentero y encantador.

El formidable debut abre con un himno titulado “Violent”, el cual te logra enganchar de manera inmediata al igual que una canción de New Order. El trabajo de los sintetizadores acompañando la entrega de las sencillas pero inolvidables líneas dejan una bella sensación que sencillamente podrías comparar con la misma que te podría dejar un final feliz de una buena película del género coming of age.

“Red Wine” es el tema que le da seguimiento a esta producción y aquí puedes encontrar una boyante oda a lo que es relajarse mientras te embriagas con una botella de vino al son de música confortable y buenas compañías. Efectivamente, esta canción fácilmente adquiere el estatus de música confortable.

“Trouble” es una pieza altamente contagiosa. Con tan solo una escucha, la melodía creada por el sintetizador se quedó plasmada en mí –ya desde hace algunos meses– y no me quejo. Es alegre, optimista y simplemente emana muy buenas vibras.

El título de otra canción destacable que también retrata a la perfección el sonido ochentero es “Death”, de tal manera que Kevin Bacon naturalmente podría desahogarse mientras baila de manera desenfrenada al ritmo de esta durante una catarsis emocional. Básicamente el 70% del álbum podría formar parte del soundtrack de muchas de las películas más memorables de los años 80.

"Hangover Sq." es en donde se pueden apreciar influencias por parte de The Cure, con una base que se nutre de una perfecta armonía entre los teclados, la guitarra acústica y la voz grave de Clay creando una grata energía.

Otra acierto que percibí del álbum fue en el cierre con "Together", en donde se aprecia un corte acústico que inspira un canto colectivo con una sensible lírica. Un adecuado cierre para esta producción tan amena.

Grapetooth es una banda que logra devolver un sonido que todos los entusiastas de la música disfrutamos sin que suene como una copia. Sus influencias son claras, pero definitivamente tiene su esencia y alma propia. Es evidente que gran parte de su sonido podría encajar en otra época, pero en ningún momento se puede confundir con algún otro proyecto musical dentro del género que sirvió como inspiración.

Corona Capital 2018: Día 2 presentada por AT&T

Se va a segunda vuelta.

Había preocupaciones de que el cielo se estaba tornando espeso y que el frente frío amenazaba con traer cierta humedad, pero afortunadamente los miles que se dieron cita para la segunda vuelta del Corona Capital gozaron de otro día soleado y con un augurio de que sería otro festival de música divertido y memorable. Lo fue por ambas razones, pero mientras el día anterior se percibía una algarabía musical más maleable para todos, este Corona se notó más refinado y rápido, quizás por los músicos y bandas que se presentaron y por lo empalmados que estaban en horarios unos con otros, lo que provocó que uno se quedara a cinco o seis canciones, esperar a que tocaran algún himno de la adolescencia o aquella que no deja de sonar en tu playlist, e irte a correr a ver al siguiente hasta el otro lado de la Curva. Bueno, después de todo el lugar se construyó para las carreras.

Quienes arribaron temprano pudieron deleitarse en el escenario Corona con el set de la cantautora Sasha Sloan, directo desde Boston, Massachusetts, que atrapó la curiosidad de propios y extraños con “Runaway,” “Normal” y “Here.“ Del otro extremo, en el Dorito’s Bunker, el proyecto como solista del baterista Ilan Rubin, The New Regime, daba batalla con su propia mezcla especial de hard rock y electrónica. Tú decidías cómo llegar al festival, ya que ambos actos se encontraban en los escenarios que colindaban con los accesos: con ondita y sofisticado o lleno de energía y adrenalina.

A medida que se iba llenando nuevamente de playeras fosforescentes, lentes de sol, olor a bloqueador, perfume y cebada, máscaras de animales hechos de pelo o plástico e inflables para playa, los neoyorquinos de San Fermin llegaron con violines y trompetas para hacer saltar a todos como conejitos y hacer que retozaran en las áreas verdes con “Bride,” “Emily,” “No Promises” y “Ladies Mary”. K. Flay devolvió lo rasposo y sensual al mood del festival con su híbrido de rock con hip hop y “Make Me Fade,” “Giver,” “Black Wave” y “Mean It.” A pesar de que contó con una ligera falla técnica al principio, la norteamericana lo compensó hablando perfecto español con el público y bailando entre gracioso y sexy.

En la Levi’s Tent, los ingleses de Superorganism hizo uso del escenario para convertirlo en un arcade, con visuales y tipografías ad hoc y sus miembros saltando por todos lados con capas de brillantina metálica y esferas de luz en sus manos. Las manos del público hicieron que un par de ballenas inflables nadaran en las alturas, pero sus bocas corearon cada parte de “SPRORGNSM,” “The Prawn Song,” “Nobody Cares” e “It’s All Good.” Al caer la tarde, los hermanos Brian y Michael D'Addario, mejor conocidos como The Lemon Twigs, dieron un show que tomó por sorpresa a un público limitado, aunque fiel y entregado. Entre duelos de guitarra, falsetes dramáticos e historias sórdidas acerca de Father John Misty, ambos dieron una repasada rápida por su disco conceptual, Go to School, acerca de un chango que va a la escuela. Ya se imaginarán lo absurdo de toda la situación.

La parte de ensueño corrió a cargo de Mercury Rev, quienes tomaron la Levi’s Tent y la convirtieron en su propio planetario, con animaciones espaciales, juegos de luces de todos los colores y la imponente presencia del frontman Jonathan Donahue, quien pretendía conducir una orquesta surreal. Con motivo de los 20 años de su emblemático Deserter’s Songs, sonaron canciones como “The Funny Bird,” “Tonite It Shows,” “Goddess On a Highway” y “Holes”, llenas de mucha melodía y reverberación que fascinaron tal y como en 1998. La cosa se puso más electrónica en el escenario vecino con Digitalism, que realizó un set en vivo donde hizo gala de su manipulación de samplers, vocales energéticas y producción solemne y dinámica. Fue una especie de “precopeo de energía” para que todos entráramos en calor y “Utopia,” “Battlecry,” “Glow” y “Pogo” ayudaron bastante.

El ambiente en general tenía un dejo de satisfacción, más no llegaba a los niveles de júbilo de la noche anterior; quizás por el bajón de la temperatura o el cansancio que ya se notaba en algunos. Eso no impidió que participaran en los stands de juegos de destreza; comieran hamburguesas, piernas de pavo, churros o tacos de cochinita; disfrutaran de tragos coquetos bajo una cabaña romántica o entraran a una especie de antro improvisado en donde te colocabas unos audífonos y tú mismo podías tener tu propia fiesta alrededor de otros que bailaban a su propio ritmo. De esas ondas europeas que van teniendo apogeo, ya saben. Eso sí, la producción va tomando mucha nota de las necesidades y deseos de los asistentes, y me atrevo a decir que va mejorando con cada edición. Si en una de esas arman un jacuzzi en alguna sección VIP techada, les aseguro que a muchos no les va a doler el codo comprar un boleto con precio jugoso.

Pero de vuelta al show después de ese breve comercial. Uno de los actos más sobresalientes del día fue The War on Drugs, que superó el complicado reto de tocar por primera vez en México ante una multitud considerable en un festival reconocido, y lo hizo airosamente. Pudimos probar una pizca de verano manejando en la carretera con canciones como “In Chains,” “Pain,” “Strangest Thing,” “Under the Pressure” y “Red Eyes” gracias a la voz soñadora de Adam Granduciel y el magnífico trabajo de su ensamble en vivo. Mismo caso de MGMT, que empleó las pantallas e iluminación (y al respetable, ya de paso) para quebrar y distorsionar todo a su antojo, con “Little Dark Age,” “James", “TSLAMP” luciendo los nuevos sonidos y “Time to Pretend,” “Electric Feel” y “Kids” recordando a los de antaño.

Justo por este empalme, Death Cab For Cutie sufrió un poco tanto la asistencia como la potencia de sonido, hechos que su líder, Ben Gibbard reconoció pero logró salvar, diciendo “al menos nosotros tenemos más pinche sentimiento". Dicho y hecho, varias parejas aprovecharon para romancear con “I Dreamt We Spoke Again,”“Your Hurricane,”“Long Division,” “I Will Follow You Into the Dark,”“I Will Possess Your Heart” y “Transatlanticism,” convirtiendo esa parte del campo en una plaza de baile muy adecuada para el entorno carnavalesco. Pero la cursilería se tornó en furia, desolación y… más pinche sentimiento con el devastador show de Nine Inch Nails. Para este punto, muchos ya estaban acostumbrados a las deliciosas locuras del tío Trent Reznor, pero para los no iniciados, fue un deleite oscuro el poder sacudir las penas con “Wish,” “March of the Pigs,” “Reptile,” “Closer,” “The Perfect Drug,” “Burn,” “Copy of A” y, claro, “Hurt.”

Otro pequeño comercial que quisiera hacer aquí es la calidad del sonido, justo hablando de Nine Inch Nails. El tío Trent es quizás infame por su perfeccionismo en las cuestiones sonoras y tiene todo el derecho de serlo - vamos, el señor tiene un Óscar por Mejor Música y tiene mano en uno de los servicios de streaming más grandes. Sin embargo, uno de los aspectos que más fue aplaudido por el público y cuidado por los artistas durante los dos días fue el sonido. A diferencia del año pasado en donde la distorsión se coló varias veces en los escenarios principales, aquí sonaba impecable. Desde la baja fidelidad-convertida-en-HD de The Jesus & Mary Chain y las sirenas y beats ensordecedoras en el buen sentido de The Chemical Brothers el día anterior hasta los sintetizadores chillantes de MGMT, las cuerdas y vientos de San Fermin y prácticamente cada decibel que salía de NIN, el Corona se ganó otro sellito de tortuga en el cuaderno por “suena muy bien.”

Ya que la gente pudo agarrar un respiro, era momento de realizar la titánica tarea de pasar entre las multitudes que dificultaban el paso por quedarse a ver a New Order. Incluso hubo algunas molestias por quienes tiraban la cerveza sin querer, obstruyan neciamente los traslados o simplemente no les importaba que hubiera mujeres, gente con capacidades diferentes o niños pequeños. Pudo parecer que a la gente no le importaba, pero al sonar los primeros acordes de “Singularity” cualquier riña se convirtió en abrazo y los empujones se convirtieron en movidas ochenteras. Bernard Sumner y compañía supieron mezclar eficazmente canciones más modernas como “Crystal" o “Plastic” con algunas de su repertorio clásico como “True Faith,” “The Perfect Kiss,” “Regret,” “Bizarre Love Triangle,” “Blue Monday” y “Temptation.” Incluso por ahí tocaron “Disorder” para no negar la cruz de su parroquia, pero lo que selló el trato fue su encore con “Love Will Tear Us Apart,” en donde proyectaron varias imágenes de su vieja agrupación, Joy Division y culminaron con un bonito tributo a Ian Curtis. Sin duda, uno de los mejores momentos del fin de semana.

Era el momento de cerrar dos días de música, paz, amor y mucho frío. Una tarea nada fácil. Ya le ha tocado a Green Day, LCD Soundsystem, Calvin Harris, Kings of Leon y Queens of the Stone Age en años anteriores, con resultados mixtos. Los elegidos para este año eran Imagine Dragons, que ya gozan de un reconocimiento global cada vez mayor con su rock alternativo que puede tener algo para cada gusto, justo como el cartel de este año. Tenía sentido y, por lo que atestiguamos miles de melómanos ayer, vimos por qué fueron elegidos. Ya se graduaron de estar en el segundo renglón de actos de un festival (ellos tocaron en el Corona Capital de 2013 abajo de Phoenix y The xx) y ahora vinieron con fuegos artificiales, confetti y un admirable esquema de iluminación.

Si están notando que uso adjetivos muy conservadores es porque así estuvo su show. No estoy negando su poder de convocatoria, y me siento muy orgulloso de ver esta transición que han logrado. Escuchar canciones como “Radioactive,” “It’s Time,” “Machine,” “Zero,” “Demons,” “I’m So Sorry” y “Believer” con 100 veces más testosterona que en el disco ya es algo, o el hecho de cantar “Cielito Lindo,” que fue un gesto sorprendente. Pero desde que tocaron menos tiempo del previsto, la saturación del audio y lo intrascendente de todo el meollo, queda una sensación de que el puesto de headliners les quedó grande.

Si quizás hubieran movido a Robbie Williams a ese día o a Nine Inch Nails o a The Chemical Brothers, quienes realizaron sets sorprendentes, a ese horario, hubiera sentido un Corona Capital más allá de satisfactorio. Pero me quedo más con momentos que con un todo coherente. Momentos que sin duda fueron puntos altos en lo que va de conciertos en 2018 (las bandas que ya mencioné, Sparks y Friendly Fires, por ejemplo), además de los aspectos eco-friendly y de sonido, pero mi temor es que todo solo quede en comentarios más hacia el “vi a tal y tocó poca madre” o “tal banda o cantante cerró pero no estuvo tan chido,” en vez de decir “el Corona Capital de 2018 fue uno de los mejores.” Si contamos con una edición en 2019, sondearé y regresaré con ustedes para verificar si esto fue cierto. Ojalá nos veamos el año entrante.

Entrevista con Bandalos Chinos

El momento más importante de Bandalos Chinos.

Bandalos Chinos es parte de la camada argentina que está refrescando la escena en su país, aquí la banda ha ido colándose en el gusto del público. Goyo vocalista del grupo platicó con nosotros para contar de qué va su última producción y sobre su próxima visita a México donde el Foro Indie Rocks! será testigo de la presentación.

Bach es el nombre de la nueva producción de la banda y es tal vez su proyecto más importante hasta ahorita, el proceso creativo fue muy peculiar ya que se encerraron durante un mes en una casa en medio de la sierra en Córdoba. Los argentinos tuvieron que reconfigurar la composición ya que a petición de Adan Jodorowsky –productor en esta ocasión– solo había que presentarle las canciones a guitarra, por lo que la melodía se volvió un factor importante.

La cita con Adan fue en el mítico estudio Sonic Ranch, lo que significó mucho para la agrupación. “Fue un momento de nuestra vida muy importante, era la primera vez que se hacía algo así y fue un momento místico, estar en el desierto unos días grabando fue una experiencia deliciosa”, aseguró el cantante.

¿Pero cómo es trabajar con Adan?, Bandalos Chinos no conocía a su productor y su primer encuentro sería trabajando. “Fue único, no nos conocíamos hasta el estudio, y con mucha generosidad y mucho amor supo llegar adelante, la verdad es que aprendimos mucho en el camino, es un tipo que está muy focalizado, es muy objetivo y está muy metido en todas las etapas de la producción, increíble”, expresó Goyo.

Al final el disco cuenta con 11 canciones y el resultado fue muy del agrado del grupo, quien disfruto al máximo todas las etapas de su creación. Estas nuevas canciones como era de esperarse muestran un diferenciador al trabajo pasado, y amalgamar los trabajos es algo en lo que se encuentran trabajando para lograr un show en vivo parejito.

“Veníamos de dos discos anteriores con mayor presión a nivel dinámica, y es un proceso de adaptar las canciones viejas a las canciones nuevas, a algunos temas les subimos el bpm a otros les cambiamos la tonalidad, aún estamos en ese proceso de encontrar la dinámica justa para el show”.

Y con canciones nuevas y las otras que no lo son tanto Bandalos Chinos se parará en la tarima del Foro Indie Rocks!, situación que los tiene emocionados. “Obvio que al ser producción nuestra la fecha, hay expectativa puesta en eso porque también es medirnos y saber cuánto público mexicano quiere vernos en vivo. A nosotros no nos importa cuanta gente haya viéndonos siempre vamos a ir a dar el mismo show a todos lados, nosotros queremos madurar, crecer y dar los mejor”, expresó el músico con un aire de excitación.

“Para nosotros el Foro Indie Rocks! es como un Niceto nuestro, Niceto acá en Buenos Aires es un foro que tiene mucha mística y creemos que el Foro Indie Rocks! es u poco eso, la expectativa está puesta que lo que pase en el escenario qué tanto pueda impactar en la gente que irá ese día”, agregó.

Sobre si hay nervio por ser la primera visita a nuestro país, Goyo lo tiene claro. “Siempre hay nervio porque sin eso es difícil encontrar el foco, por lo menos a mí me gusta sentirlo, esa adrenalina me domina como dice nuestra canción, hay usarla a nuestro favor y no permitir que nos haga quedarnos en el molde, tenemos rituales antes de los shows como abrazarnos y que circule la energía entre nosotros. Así que la respuesta es que hay mucho nervio”, finalizó.

Será el próximo 24 de noviembre cuando podamos ver el show de la banda, así que hay tiempo para aprenderse las nuevas canciones.