Alex Anwandter — Latinoamericana

Entender de dónde venimos para saber hacia dónde vamos.

Para entender el presente, hay que conocer el pasado. Cuando se trata específicamente de Latinoamérica, una parte fundamental de nuestro contexto es la conquista española. Y esto, quizá no hubiera sido posible sin la participación de la Malinche. Una india que se convirtió en la traductora y acompañante fiel de Hernán Cortés, facilitando la caída del imperio mexica. A partir de eso, su nombre se transformó en el despectivo término “malinchista”, utilizado para referirse a alguien que rechaza lo propio por preferir lo extranjero. Durante décadas, la Malinche ha sido vista como una villana que vendió a la patria, una traidora. Pero como toda historia, siempre hay otro lado de la moneda.

Para tener un entendimiento profundo de las acciones de esta mujer, hay que conocer sus orígenes. Su madre se deshizo de ella y cayó en manos de mercaderes que la vendieron como esclava. Fue ofrecida a Hernán Cortés, junto con otras indias para que lo acompañaran a él y a sus hombres en el trayecto. Una vez que buscaron acercarse a Moctezuma, debido a que el traductor no sabía hablar náhuatl, Malinche se ofreció a ser su intérprete y Hernán Cortés le propuso libertad a cambio de sus servicios. Es a partir de esta alianza, que Malinche se ganó el título de traidora. Sin embargo, hay que entender que en ese momento, los indios también buscaban quitar del poder a quien los estaba oprimiendo. Después de todo, fueron los mercaderes mayas quienes esclavizaron y vendieron a Malinche. Antes de hablar de ella como traidora, habría que entender su pasado como mujer violada, ultrajada y esclavizada. Y entender que más allá de traicionar a su “patria”, en medio de las circunstancias, hizo lo que pudo para sobrevivir.

Con este contexto en mente, Alex Anwandter recrea su propia versión de Malinche. El chileno abre su tercer disco de estudio, Latinoamericana, con una canción que habla de una mujer seductora pero traicionera a la vez, retratada por los demás como “la peor”. De esta manera, Alex profundiza en la historia de nuestro continente y la narra de manera moderna, en donde yuxtapone el pasado con la actualidad. Bajo esta misma premisa, surge la canción que le da nombre al álbum. En “Latinoamericana” , el chileno hace guiños hacia la conquista española y la mezcla de razas, contrastando a ojiazules con negros, y los juicios que esta marcada diferencia genera.

Después de este par de canciones prehispánicas, Anwandter prosigue a decirnos, básicamente, que el mundo se está yendo a la mierda. “Locura” es la canción con la que dio a conocer este nuevo material hace un par de meses. Como lo dijo en entrevista para Indie Rocks!, es una respuesta a lo difícil que es relacionarse con todo lo que sucede en el mundo, ya que lidiar con el estrés, la exigencia de los sistemas ideológicos y ponerse en los zapatos de las minorías, eventualmente te puede llevar a la locura. Además, el chileno canta con pronombre femenino como un desafío hacia la intolerancia de la expresión sexual.

No es sorpresa que Alex Anwandter utilice su plataforma como artista para expresar un descontento con el mundo, y Latinoamericana no es la excepción. En cada canción del álbum canta sobre un tema distinto: la sexualidad, el racismo, los sistemas ideológicos, la locura… hasta la declaración literal de que odia a todo el mundo y el mundo lo odia a él.

Esta negatividad es el resultado de una reflexión exhaustiva que el chileno ha hecho de su entorno, y dentro de esa misma reflexión, parecería que Anwandter también se encontró a sí mismo. En este álbum, el cantante retoma sus raíces, no solo culturales, sino también personales. Sus antecedentes brasileños lo encaminaron finalmente a explorar la música en portugués y el resultado son las bellísimas canciones “Um Girassol da Cor de Seu Cabelo” y “Olha Maria”, que resultan como un respiro romántico dentro del caos sociopolítico.

La combinación de música disco, synth pop y sutiles sonidos tribales, así como los guiños prehispánicos en las letras, sitúan a Latinoamericana justo en medio del pasado y del presente. Para el chileno, es importante entender de dónde venimos para saber hacia dónde vamos. En su tercer álbum de estudio, Alex Anwandter hace una reflexión sobre sus orígenes, su identidad y la de aquellos que lo rodean. A través de performances contraculturales, el cantante alza la voz para contraatacar a un sistema opresor y desafía a las críticas, como una Malinche rebelde.

The Smashing Pumpkins estrena “Silvery Sometimes (Ghosts)”

Para celebrar Halloween, The Smashing Pumpkins estrena video.

El día de hoy, la banda estadounidense The Smashing Pumpkins estrenó el video de uno de sus recientes sencillos “Silvery Sometimes (Ghosts)”, la temática va muy acorde al mes de octubre, y a Halloween, pues todo tiene lugar en una mansión embrujada.

El audiovisual fue escrito y dirigido por el mismo Billy Corgan, y ahí, los demás miembros de la agrupación participan en una especie de reality show dentro de una mansión embrujada, en la cual el conductor le juega una serie de bromas pesadas a sus compañeros de escenario. Una de las sorpresas del video es la presencia de Mark McGrath, integrante de la banda Sugar Ray.

Esta canción llegó hace unos meses para anunciar el lanzamiento del nuevo disco de The Smashing Pumpkins, el cual llevará por nombre Shiny and Oh So Bright, Vol. 1 / LP: No Past. No Future. No Sun. y será puesto a la venta el 16 de noviembre, en el cual se trato de reunir a los miembros originales, Billy Corgan, James Iha y Jimmy Chamberlin, sin embargo no se pudo contar con la presencia de D’Arcy Wretzky. Sin olvidar al guitarrista Jeff Schroeder.

Anteriormente brindaron una nueva pista de lo que va su nueva producción discográfica con el estreno de la canción "Solara". El disco será lanzado a través de su nuevo sello discográfico Napalm, y contara con versión en CD, vinilo y formato digital, además de que puedes pre-ordenarlo aquí.

Entrevista con Emily Haines de Metric

Metric: un asunto de química.

Tal como ocurre con los buenos vinos, los años han hecho de Metric una banda que no solo suena, sino que sabe exquisita. Con veinte años de trayectoria, fieles a sus raíces sonoras, e innovadores, los de Toronto se mantienen vigentes en una industria que no se parece nada a la de la época en la que comenzaron a hacer música. ¿Cuál es su secreto? Emily Haines, compositora y vocalista de la banda habló con Indie Rocks! sobre la amistad, los riesgos, la filosofía y las aventuras que han hecho que la banda llegue al 2018 con Art of Doubt, su séptimo álbum de estudio.

Si hay algo que caracteriza a Metric es la lealtad a sus convicciones y anhelos musicales, pues con el paso del tiempo no han renunciado a su esencia sónica, por tratar de encajar en las nuevas tendencias. "Hay principios y valores que determinan quienes somos. Cuando Jimmy y yo comenzamos a trabajar, teníamos una visión clara de lo que queríamos hacer, y siempre estuvimos abiertos a tratar cosas nuevas, pero si ello significaba renunciar a nuestra visión, no lo haríamos. Y sigue habiendo consecuencias a ello cada día, pero lo que tenemos como recompensa es el sentimiento de que siempre hemos tenido la posibilidad de tomar nuestras decisiones, y cometer nuestros propios errores", dijo Haines.

De acuerdo con la artista, la carrera de una banda es incierta, y jamás se tiene la certeza de actuar correctamente, reconoce que, tal vez, Metric pudo haber tomado caminos más cortos o más sencillos, pero las decisiones que han tomado a lo largo de su trayectoria, el día de hoy los hacen felices. "Creo que es importante tomar riesgos. Nosotros tomamos riesgos musicales todo el tiempo, probamos diferentes cosas sónicamente, pero nada más. Hay algunos que tiran muy alto, pero desaparecen, y no volvemos a escuchar de ellos.

Según Haines, la duda es parte fundamental de la vida humana, y esencial para su desarrollo, de ahí nació "Art of Doubt", tema que tituló a su nuevo álbum. "Amo este título. Tuvimos cientos de conversaciones, y es la idea de que eso es lo que hacemos los cuatro: vamos a trabajar a lugares que no conocemos, y no nos paramos como diciendo 'tenemos todas las respuestas', no es así como hacemos música. No es como en los deportes, en donde puedes llegar y obtener la medalla, es una vida cambiante, y yo nunca dejaré de tener dudas".

Asimismo, la canadiense compartió que la canción "Art of Doubt" era una de las más lentas que compuso en Berlín para este álbum. "Yo quería que fuera tipo Massive Attack, y cuando la llevé a la banda y fuimos al estudio, empecé a pensar que era un desastre. Entonces empezamos a aumentar la velocidad hasta que llegamos a 100 bpm. Siempre sacamos mis canciones del piano, pero esto fue a otro nivel, básicamente transformamos una canción verdaderamente lenta, en la que sería la canción más rápida y pesada del álbum. Fue muy gracioso, y emocionante", expresó la artista.

Aunque la vocalista confiesa que les tomó varios años desarrollar su propio idioma para componer, les ha funcionado que ella escriba las canciones en piano, después se las muestre a Jimmy, quien agrega su chispa y después pasen los filtros de Joshua y Joules, para que entre todos decidan si llegarán a la etapa final y formarán parte del disco.

"Dressed to Suppress" es otro de los temas más destacados de su nueva entrega, en el cual la cantante manifiesta la dualidad, esa capacidad camaleónica de las mujeres, quienes detrás de la ropa y el maquillaje, esconden sus emociones, utilizando máscaras que les permitan desenvolverse en el entorno. "Siento que toda chica conoce exactamente el sentimiento de cuando te sientes de una manera por dentro, y lo que muestras en el exterior es un mensaje completamente diferente. Todas somos parte de este juego, de como te presentas a ti misma cuando usas tacones, botas de combate, maquillaje, rosa, piel... todas estas cosas tienen significado, y me gusta la idea de reconocer que hay más cosas ocurriendo en la vida".

La frontwoman dijo que lo que más ama de ser parte de Metric es la capacidad de viajar por el mundo y conoce a muchas personas en situaciones inusuales. "Terminamos en lugares y situaciones extrañas en diferentes partes del mundo, y el poder hacer eso con mis tres mejores amigos, es excepcional. Tal como cuando estuvimos en Ciudad de México". Haines contó que Jimmy tiene muchos amigos en la capital mexicana, y durante esa estancia es que surgió la colaboración que se llevará a cabo a principios del próximo año, cuando estén de gira junto a Zoé en Estados Unidos. "Amamos la cultura mexicana y el tiempo que pasamos en México. Esta gira fue idea de Jimmy. La Ciudad de México es como su segunda casa, así que fue algo muy natural. Es maravilloso que una banda de Canadá esté junto a esta singular gente mexicana dando su amor a Estados Unidos en febrero".

Against Me! en SALA

Fotos Edwin Lopez

No se trata de Laura Jane Grace: Against Me!.

No esperarías algo así de una banda de punk rock. Para quienes nunca habíamos visto a Against Me! en vivo, el misterio de Laura Jane Grace era grande, era místico adivinar cómo sería estar en su presencia. Pues estar ahí te hace sonreír, no hay más. Su sonrisa contagia la tuya, es algo que no esperarías de alguien que aparece sobre un escenario envuelta en negro y delineador; y sin embargo ahí está, porque a Laura le importa un carajo qué esperes de ella.

Aparecieron los cuatro sin decir más; sin hablar tomaron sus instrumentos y comenzaron a tocar “New Wave”. Habían pasado 30 segundos y ya todos habíamos entendido de qué se iba a tratar esto. No iba a ser sobre Laura, ni sobre política, ni sobre transexualidad. Iba a ser sobre Against Me!, sobre la música y sobre esa noche, sobre los coros que íbamos a hacer entre todos y las sonrisas que nos íbamos a regalar.

El público era una selección particular. Ir a un concierto de punk rock suele conllevar empujones de un amplio grupo de adolescentes furiosos. Aquí no. El público rondaba los 30, la mayoría seguramente envueltos en una vida de responsabilidades adultas, pero con algún distintivo de lo que reclamaba su corazón. Algún mechón de color en el cabello, una perforación discreta, una playera negra, un puño en alto. Y así como sin nada, la tercera canción fue “I Was A Teenage Anarchist”. No había un público más adecuado. SALA ardió.

Andrew Seward es una gran compañía para Laura sobre el escenario. El bajista acaba de regresar a la banda después de cinco años fuera y se nota. Se nota cómo hace suya cada una de las canciones viejas y nuevas, cómo alienta al público, cómo agita la cabeza, el cuerpo y los ánimos. Y todo cae en equilibrio. La banda no es Andrew ni Laura, la banda no es la furia de Atom Willard en la batería o la pasión de James Bowman en la guitarra. La banda es el momento, la banda es lo que están tocando.

Cantaron “Dead Friends”, “Stop!” y “White People For Peace” sin detenerse, sin hablar, sin quitarle peso a lo importante. Solo cuando Laura apareció en el encore con una guitarra acústica, acompañada de la marcha de la batería, para tocar la desgarradora “Joy”, se tomó un minuto para explicar que se trataba de no rendirse; más allá de las naciones, de las fronteras… nunca rendirse. El verdadero punk se trata solo de ser tú mismo.

Hacia el final aventaron “Transgender Dysphoria Blues”, “Thrash Unreal” y “Black Me Out” seguidas, sin decir nada más. Laura Jane, la banda y el público crecieron con las canciones o las canciones crecieron en ellos. Hacia el final ya todo era una fiesta de crowdsurfing, gritos y sonrisas en un concierto de punk que no decía “estamos furiosos”; decía “ya ganamos”. Crecimos, somos nosotros mismos, estamos aquí esta noche cantando con una cerveza en la mano, el punk ganó, nosotros ganamos.

Tricky en El Plaza Condesa

Fotos David Barajas

Falsos ídolos.

A poco más siete años de aquella agridulce presentación en el ya extinto José Cuervo Salón, envuelto en rumores y malos comentarios después de su show en Guadalajara, Tricky por fin volvió a pisar la Ciudad de México para celebrar los primeros 11 años del Foro Cultural Hilvana.

Cerca de las 22 H., tras el calentamiento a cargo del colectivo mexicano Bungalo Dub y una playlist con las mejores canciones de The Specials, El Plaza Condesa comenzó a llenarse de hielo seco, mismo al que se le sumaron estrobos que apuntaban directamente a los ojos y luces azules que volvían imposible ver lo que pasaba en el escenario

Acompañado de guitarra, batería y la maravillosa voz de Marta Złakowska, cantante polaca que lo acompaña en esta gira, el concierto arrancó con una versión instrumental de “You Don't Wanna” y siguió con “I’m Not Going”, canción que originalmente conocimos interpretada por Oh Land y que fue la única en la que Marta no se encargó de la voz en vivo.

“New Stole”, la versión ¿mejorada? de “Stole” de Francesca Belmonte, fue la tercera en sonar y para entonces, aunque sus intervenciones habían sido mínimas, el hecho de que Tricky no estuviera cantando comenzó a hacerse evidente. Si bien agradecía constantemente entre canciones, el no tener siquiera cerca de la cara el micrófono cuando se escuchaba su voz provocó reclamos y gritos de molestia. Pagar casi $900 pesos para verlo contonearse en la penumbra claramente no estaba en los planes de nadie.

Al igual que durante su primera presentación en México, Tricky cedió completamente la atención a su corista, Marta, quien no decepcionó en lo más mínimo. Si tomamos en cuenta que gracias a él conocimos a Martina Topley-Bird y Francesca Belmonte, es de agradecer que sus acompañantes femeninas no sean solo una sombra de él en el escenario.

La selección de canciones estuvo enfocada en sus tres últimos discos, mientras que de los clásicos Maxinquaye y Pre-Millennium Tension solo se escucharon “Overcome” y “Vent” respectivamente. Fuera de los sencillos que pudimos o no haber escuchado en la radio alguna vez, probablemente el más esperado era “When We Die”, la primera colaboración de Martina con Tricky en casi 15 años.

Llegó un primer encore y Tricky siguió sin cantar. En ocasiones se pudo distinguir su voz en vivo pero fueron pocas. Cuando terminó y todos esperábamos que se encendieran las luces, la banda volvió a salir al escenario para regalarnos su versión de “Doll Parts”, original de Hole, y cerrar el show con una suerte de reprise de “Here My Dear” con letras improvisadas.

Seguramente, si preguntamos a quienes asistieron al concierto qué les pareció la respuesta más común sería que se sintieron estafados; sin embargo, hay que tomar en cuenta que en prácticamente toda la discografía de Tricky la mayoría de las voces son femeninas, sobre todo las más importantes. No es infundamentado el hecho de que en algún momento se le llegó a considerar una dupla más que un proyecto en solitario.

Sí, el hecho de que cualquier artista haga playback es decepcionante. Como muchos, la primera vez que vi a Tricky lo odié. Hoy le doy el beneficio de la duda. Al final, la música la hizo él, las letras las compuso él; tal vez solo no le gusta cantar en vivo o cree que no es necesario dar un gran show. Tal vez no quiere formar parte de ese selecto grupo de falsos ídolos. Tal vez solo quiere que disfrutemos la música.

House of Vans 2018

Fotos Bere Rivera

Back to Basics: House of Vans.

Durante años House Of Vans fue el festival encargado de traer lo mejor del hip hop y rock internacional. Este año, la marca de tenis decidió dar un giro de 180 grados y recuperar a su público original. Es por eso que se decidió convocar a bandas nacionales de amplia trayectoria y cuyo público sí usa Vans, ¿cuál fue el resultado?

Todo empezó temprano. El festival, se podría decir, constó de dos partes. Por un lado hubo un bazar y show de skatebording, que convocó tatuadores, barberos, joyerías y repostería, destacando además los talleres en los que podías incluso crear una bolsa de mano teniendo como base una playera de la marca.

La segunda parte fue musical. Todos saben que Vans siempre se ha visto ligada a la música alternativa. En esta ocasión se decidió voltear a la escena nacional y convocar esas bandas que ayudaron a popularizar esta marca.

Primer día: El punk rock arruinó mi vida

El primer día contó con tres presencias gigantes de la escena nacional.

Primero Lng/SHT. El rapero de Cancún es el vocero perfecto de la marca. Sus letras hablan directamente a esos “skatos”, que crecieron escuchando punk pero que hoy en día prefieren las rimas como vía de escape. Rifando rolas como “El punk rock arruinó mi vida” y “Llaves, teléfono y cartera”, conquistó rápidamente a un público que parecía mandado hacer.

Después llegó el primer plato fuerte de la noche: Plastilina Mosh. Estos regios con más de 20 años de trayectoria demostraron por qué son de los duros de la música alternativa mexicana. “Mr. P. Mosh”, “Afroman”, “Oxidados” y “Nalguita”, pusieron el ambiente a full y listo para el plato fuerte de la noche.

Para terminar llegó Molotov y vaya que este cuarteto tiene un pacto con el diablo, su energía y su intensidad parecen no tener fin, no importa que lleven más de dos décadas tocando y que sus integrantes rebasen los cuarenta años. Durante una hora pusieron a todos a brincar y cantar esas canciones que los acompañaron en su juventud: “Puto”, “Chinga tu madre”, fueron solo unas cuantas de las melodías que sonaron en su set.

También hay que resaltar que la banda abridora fue No Wrong Numbers, que se ganó su lugar a través del concurso Sessions. Esta banda no tiene muchos reflectores pero es verdaderamente el ejemplo perfecto del sonido Vans, ojalá crezca y tenga muchos logros más.

Segundo día: ¡Qué comiencen las hostilidades!

El domingo las actividades musicales iniciaron con Disidente. Esta banda tapatía se ha mantenido años en el underground logrando crear una buena base de fans que desgraciadamente no asistieron al festival. Sin embargo, con su simple energía fue suficiente para calentar los motores para otra noche exitosa.

Después tomó el escenario Caloncho, el también tapatío trae consigo una buena vibra. Sus canciones poco a poco se han convertido en clásicos. Sus seguidores son tan fieles que algunos abandonaron el recinto, en el momento en que su presentación terminó, lo cual tiene sentido al tratarse de un domingo, no es un día para la fiesta.

La primera de las presentaciones principales de la noche fue DLD, y vaya que si de clásicos hablamos, con más de una década sobre los escenarios, esta banda se ha convertido en uno. “Dixie”, “Arsénico”, “Por siempre”, son canciones que ya forman parte del imaginario popular, lo cual se demuestra en el momento en que la canción empieza, nada más suena el primer acorde y no hay quien se pueda quedar quieto y en silencio.

Para cerrar la noche y el festival llegó Panteón Rococó y qué buen cierre. No importó que su presentación empezó a las 23:30 H. en un domingo, parecía tocada de prepa de viernes por la tarde: nadie pudo mantenerse en su lugar. Los de las gradas se pararon, los de pista slamearon y como si nada pasó hora y media en la que sonaron verdaderos clásicos como: “La Dosis Perfecta”, “Marcos Hall”, “Esta noche”, “La Rubia y el demonio”, “Acábame de matar”. Verdaderamente la calidad de la banda no hace más que aumentar con los años.

Al final la apuesta de Vans por la escena nacional, los skatos, los rockeros, los chavorrucos, funcionó. La marca pudo congraciarse con sus viejos consumidores y de paso presentar un nuevo concepto que, a pesar del escepticismo, resultó ser todo un éxito.

La Mala Rodríguez en Warehouse

Fotos Cortesía PHONO / Baloo Goldsmith

Pura sensualidad e irreverencia: La Mala Rodríguez.

La pista estaba a su máxima capacidad. Nadie quería ceder un centímetro; ir por un trago a la barra o pasar al baño significaba perder un lugar trabajosamente conquistado. Faltaban 10 minutos para la 1:00 H. del ya sábado cuando la música de fondo disminuyó su intensidad. Un poco de humo; expectativa al máximo. Algunos celulares se levantaron por encima de la multitud. Varios querían capturar el momento en video.

Se escucha un beat lento y contundente, casi místico. “No me acostumbro al color del cielo. Pero lo prefiero al suelo, canto sincero. No puse las reglas, pero me sé el juego”. Con esa voz inconfundible —potente y acompasada—, La Mala Rodríguez suelta los primeros versos de “Gitanas”. En el contexto del movimiento #MeToo a nivel global y #JusticiaPatriarcal en España, éste su más reciente single ha sido adoptado como un himno feminista.

Surgida desde lo más profundo del underground, María Rodríguez Garrido ha forjado una notable carrera en el difícil mundo del rap. De por sí, el hip hop en español encuentra muchos obstáculos; para una mujer es doblemente complejo. Con una explosiva combinación de sensualidad y maldad, la española ha superado muchos retos profesionales y personales.

Su entrega y amor por la música quedan refrendados en cada show, ya sea en un gran festival en espacio abierto o en un venue cerrado, como anoche en el corazón de la Colonia San Juan en la Ciudad de México.

Hadrian

Faltaban escasos minutos para concluir un viernes de lluvias en este caos de ciudad. El Warehouse ya se encontraba casi a toda su capacidad para cuando Hadrian, el responsable de abrir, saltó a las tarimas. Las chicas explotaron en gritos y piropos desde el minuto cero.

El rapero capitalino presentó un set más meloso que aguerrido. En el pasado han quedado las rimas filosas con las que hace una década se coronó en el Red Bull Batalla de los Gallos.

A la tercera canción se despojó de la playera para lucir un cuerpo musculoso y lleno de tatuajes. Los puristas del rap, los que lo llaman “vendido” por incorporar ritmos cercanos al reggaetón, se mantuvieron al margen, guardándose para La Mala.

Los más se dejaron llevar por las tonadas suaves y los versos cariñosos. Desde “LOCAXMI” hasta “Ángel y diabla”, el  MC no se guardó nada. Sonaron éxitos como “Dudas”, “Vienes y te vas”, “Indiferente”, “Atiende”, y varios más.

En el punto más álgido de su set se incorporó a la pista para convivir con las fans. Ellas le acompañaron en los coros de algunos versos. Ya de regreso en el escenario (un segundo piso que está por encima de la barra principal), preguntó si se sabían su nuevo sencillo. La respuesta fue unánime. Con apenas dos meses en plataformas digitales, “Ex” es su canción más popular; el videoclip oficial casi alcanza los dos millones y medio de reproducciones, superando por mucho al resto de sus tracks.

Al parecer, ya encontró la fórmula que tanto estaba buscando y ahora está acrecentando su público cautivo. Seguramente lo veremos muy activo en los próximos meses.

La Mala Rodríguez

Como parte de una pequeña gira por la República Mexicana, La Mala Rodríguez volvió a la Ciudad de México. Previamente, se presentó en Monterrey y Guadalajara. Su itinerario continúa con el Festival Cervantino; de ahí viaja a Sinaloa donde tiene agendadas fechas en Los Mochis, Mazatlán y Culiacán. ¿Quién lo diría?

Tras su espectacular actuación en el Vive Latino 2018, la nacida en Cádiz regresó a la capital mexicana para regalarnos un show íntimo, compacto y sumamente hot en el Warehouse. Tal como adelantamos, “Gitanas” fue el primer tema en sonar. Tras iniciar el beat, salió por un costado del lugar. En su camino hacia el escenario, se tomó la libertad de hacer una entrada lenta, con mucho porte y presencia hacia la mitad de la canción. Sus dos bailarinas de acompañamiento se adelantaron para encender el ambiente y robar algunos aplausos. El resto del espectáculo fue intenso hasta el final.

Arribó al entarimado, luciendo un pequeño vestido negro con transparencias en la parte superior. Con su mirada seductora y su desafiante voz, encaró al público. Agradeció el cariño de los mexicanos que siempre la reciben con los brazos abiertos. De ahí en más, ráfaga de éxitos. No los menciono en orden.

“La Niña” para remontarnos 15 años al pasado. Días de escuchar la radio durante horas, siempre a la caza de nuevas propuestas. Con este tema descubrí su propuesta musical, tan honesta como transgresora.

“Quién manda” ayuda a levantar el ánimo. Siempre. Una canción para agradecer que tenemos lo mínimo indispensable para sobrellevar los pesares de la existencia. Humildad. “Por la noche” nos hizo reflexionar sobre las consecuencias de nuestros actos. El respeto por delante.

Momento de ponerse faltosos. “33” es de sacar el bat de beisbol y romper algunos cristales o cráneos. Desafiante y rebelde, “Nanai” incentiva a mirar de manera crítica a una sociedad en la que abundan los prejuicios y el trato desigual.

Comentario marginal. “Tengo un trato” es una canción que ha ganado solidez con los años. A diferencia de la primera versión de estudio, la interpretación en directo destaca por su brillante potencia. Un buen ejemplo para notar la madurez personal y profesional de La Mala.

“Cuando tú me apagas” para el deleite de los enamorados. Recuerdo. Tortura lenta de los corazones que estaban por romperse.

Durante casi una hora completa, La Mala Rodríguez nos obsequió un vaivén de recuerdos, sensaciones y sorpresas. No hubo encore, no hacía falta. Su actuación fue desafiante y sensual. Lo mismo se sienta sobre la mesa con porte de emperatriz que baila con una gracia ingenua. Esta noche en Warehouse se reencontró con su gente, un público que conoce todas sus canciones, que siente profundamente cada línea y se deja llevar por el ritmo.

The Marías en SALA

Fotos Cortesía Cero6 Agencia / Zeus López

La sensualidad pop de The Marías en SALA.

El regreso de The Marías a nuestra ciudad estuvo cargado de elegancia, seducción y calor pop. Con Superclean, Vol. Il estrenado hace apenas un par de semanas nos regaló una noche de ensueño, donde el afecto y las emociones se desbordaron.

Para calentar la pista, Andrea Franz subió al escenario y lo cubrió de su natural dulzura, dejando en claro que la noche se teñiría de girl power. Se apagaron las luces y los gritos de euforia no se hicieron esperar, The Marías subió al escenario de una forma casi angelical, sus integrantes se colocaron detrás de sus instrumentos, sonrieron al público y después de un guiño por parte de María, los acordes de “Cariño” atraparon al oído.

La conexión estaba hecha, todo el público –que en su mayoría era muy joven– había decidido entregarse a las melodías pop soul de esta agrupación. “Estábamos muy nerviosos de que no viniera nadie, gracias por estar aquí” fueron las primeras palabras que María dirigió a su público después de que su voz, fuera coreada por completo en su primer tema.

“I Don’t Know You” y “Only In My Dreams” nos transportaron a un mundo de ensueño donde no había que correr ni preocuparse por cosas banales, sino simplemente llenarse de la placentera satisfacción que la música ofrece. Las letras de este quinteto están cargadas de pasión, por lo que los besos, y las continuas muestras de afecto no dejaron de mostrarse entre el público y hacia María, quien respondía al micrófono con un “yo también te amo” o uniendo sus manos en forma de corazón.

La mezcla de elegancia y sobriedad que el sonido de The Marías proyecta sobre el escenario es pocas veces apreciable, antes de llegar a SALA temí que su presentación se volviera monótona, pero fue por completo lo contrario. Sus líneas de bajo resuenan con una gran fuerza, al mismo tiempo que los golpes de la batería seducen los sentidos por sus tintes de jazz y por si fuera poco, para aderezar y dar brillo a algunos tema, el soul llega al introducir en momentos una trompeta, logrando sin mayor esfuerzo que el cuerpo se vuelva un péndulo.

Con la pícara inocencia de una front woman que se hidrata con jugo de manzana, para “Basta Ya”, María pidió el apoyo del público y no necesito más, las voces comulgan juntas en pro del amor, haciendo resonaron en el recinto como un rayo ensordecedor.

“Déjate llevar” fue su último tema y en el que mayor conexión con el público se tuvo, María tomó diferentes celulares de sus fans y tomó algunas fotos, abrazó a su público, dejando por momentos el micrófono para entregarse por completo a ellos. La felicidad y emoción se reflejaba en su enorme sonrisa, que prometía volver en poco tiempo.

Escuchar a The Marías en vivo es detener el tiempo y viajar a un lugar donde el amor y el placer son lo más importante. Con elegancia y sutileza, este grupo demostró que no necesita de una gran producción para conmover a su público, simplemente dejan que la fuerza de los instrumentos y la tersa voz de María brillen a su tiempo.

Good Charlotte + Papa Roach en la Arena Ciudad de México

Fotos Diego Figueroa

Making emo great again.

Imaginemos el año 2003, tienes 14 años, tus padres no te entienden y tus compañeros de la escuela te hacen burla por querer llevar las uñas pintadas de negro. Para colmo llegas a tu casa y no puedes refugiarte en Internet porque tu mamá está hablando por teléfono con su comadre y no es posible realizar ambas actividades a la vez. En ese momento te vas a tu cuarto, agarras tu Discman, te colocas los audífonos y a todo volumen escuchas “Hold On” de Good Charlotte y por cuatro minutos te olvidas de lo horrible de tu día. Pues ayer, todos fuimos ese adolescente.

No hubo mucha publicidad, solo unos cuantos anuncios y carteles callejeros daban aviso de que la noche del 12 de octubre Papa Roach y Good Charlotte tenían una cita para llevarnos a un viaje por el tiempo.

Todo empezó temprano. Justo a las 18 H. con Lack Of Remorse, banda mexicana de metalcore subió al escenario. Este grupo reivindica al género en nuestro país. Durante 25 minutos demostró que el metal tiene buenos representantes nacionales, mismo caso con Matherya, segunda banda invitada que actualmente se encuentra presentando su sencillo “Alive”, que además sirve para dar a conocer un sonido más digerible a lo que tenía acostumbrados a sus seguidores.

La tercera banda invitada fue Qbo, misma que corrió con la mala suerte de toparse con la furia de la naturaleza que les aventó una tremenda tormenta que desgraciadamente retrasó también el resto de las presentaciones.

¡Qué viva la cucaracha!

Con una hora de retraso pero ya sin lluvia, tomó el escenario, por fin, Papa Roach. Desde sus inicios esta banda numetalera ha visitado tierras mexicanas y tiene una base fiel de seguidores. Desafortunadamente su show se vio recortado por el clima que antes había retrasado las actividades. Sin embargo, esto no hizo más que comprimir en 50 minutos un show memorable que incluyó temas recientes, pero que tuvo sus mejores momentos cuando sonaron clásicos como “Between Angels And Insects”, “Last Resort”, “Dead Bodies” y “Scars”.

Lo interesante es que muchas de las canciones que sonaron tienen casi veinte años y sus intérpretes más de cuarenta, sin embargo parecía que el tiempo se había congelado. La energía de la banda parece no tener fin lo cual provocó que al final todos gritaran: ¡Qué viva la cucaracha!

Tiempo de emo

Si bien Papa Roach dejó todo en el escenario, no sería nada comparado a lo que se venía con Good Charlotte. Esta banda tuvo su origen en los tiempos en los que el happy punk dominaba el mundo, siendo el último gran representante del género y sirviendo de transición para la generación emo de los años dosmil.

La banda empezó con todo. “The Anthem” fue la primera en sonar, provocando felicidad en estado puro. No hay nada que ponga más feliz a alguien que escuchar a la banda que lo acompañó en la adolescencia y más si toca la canción que abre su disco más icónico.

Su set incluyó muchas canciones de ese tipo. “Hold On”, “Boy And Girls”, “I Just Wanna Live” y claro, “Life Style Of The Rich And The Famous”, misma que sirvió de cierre perfecto para una noche de nostalgia.

Top 5 con los mejores tracks de la semana

Te compartimos este top con los mejores 5 nuevos tracks de la semana en este Top Indie Rocks!.

Mucha música se ha estrenado en este 2018, releases y sorpresas de los proyectos que recomendamos para tu oídos, pero nuestro equipo editorial hizo una selección muy especial para el top 5 de los mejores tracks de la semana del 8 al 14 de octubre de 2018. Aquí encontrarás diferentes géneros y ritmos que te pueden acompañar durante el fin de semana. Hay canciones como “Lover Chanting” de Little Dragon el primer adelanto de su próximo EP, un material de tres canciones, el cual contará con el mismo nombre y estará disponible a partir del próximo 9 de noviembre, a través del sello británico, Ninja Tune; “Where You Sink” segundo sencillo que la banda estadounidense Girlpool“So Right So Clean” de Cloud Nothingsun tema algo pausado pero que mantiene la furia frenética de“Leave Him Now”y “The Echo of The World”. Como lo han venido haciendo en todos los singles, destaca la guitarra y las desgarradoras vocales de Baldi“Illusions” de Sundara Karma con una base de funk y vocales a lo David Bowie, sigue siendo pop, pero si hay una evolución en el sonido de la banda, más directo y agudo y muchos más.

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