El debut cinematográfico de Björk será restaurado

Y no, no estamos hablando de Dancer in the Dark.

Aunque muchos podríamos pensar que su primera aparición fue aclamado filme de Lars Von Trier, el debut oficial en la pantalla grande de Björk fue en largometraje de Nietzchka Kenne de 1990, The Juniper Tree, el cual está basado en un cuento de hadas de los hermanos Grimm con el mismo nombre.

A casi tres décadas de distancia, se anunció que el Centro para la Investigación de Cine y Teatro de Wisonsin y la George Lucas Family Foundation unieron fuerzas para restaurar esta película a través de un nuevo proceso digital, para después proyectarla de nuevo en diversos cines en Estados Unidos.

El filme contará con una resolución de 4k y se planea que esté disponible al público como un próximo lanzamiento digital. Por lo pronto, la nueva restauración se proyectará el sábado 10 de noviembre, como parte del AFI Fest en Los Ángeles.

Mira a continuación el tráiler de The Juniper Tree:

Recordemos que en mayo de este año, Björk interpretó “Courtship” y “Blissing Me” de su reciente álbum Utopia en Later… With Jools Holland, así como versión en flauta de “The Anchor Song”, se su material de 1993, Debut.

Entrevista con Los Espíritus

Música chamánica para países que se caen a pedazos.

Los Espíritus ha visitado México tres años consecutivos para ofrecer recitales en los que meten en un trance de felicidad y tranquilidad a su público. Como chamanes del siglo XXI. Aquí sonaron por primera vez en la radio, incluso antes que en su natal Argentina, allá por el 2012. Así que para ellos es especial estar de vuelta este 10 de noviembre en SALA. Además, de aquí partirán a su mágico viaje a La Habana para grabar parte del disco que preparan. “Somos muy fans de Compay e Ibrahim Ferrer. Tiene mucha mística para nosotros ir a Cuba, terminaremos de grabar nuestro disco allá. Alquilamos el estudio donde se grabó Buena Vista Social Club”, dice Santiago Moraes, que capitanea la banda junto a Maxi Prietto.

Empezaron a grabar en febrero con el guitarrista nigeriano Bombino, que estaba de gira alrededor de Argentina. “Le hicimos un asado y estuvimos conociéndonos. Los temas que grabamos con él son los primeros de nuestro próximo disco”. Así son, entregados a crear su música sin muchos detalles preestablecidos, dejándose llevar por las energías que los rodean. No dejan de girar y aprovechan su camino para meter a la cinta sus creaciones. “Lo que hicimos para poder grabar sin parar de viajar, fue grabar durante los viajes. Hicimos dos canciones en España, también en Berlín y de vuelta en Buenos Aires”.

Acerca de cómo logran comunicarse los seis integrantes de la banda, donde todos tienen la misma importancia (y donde quizá en un futuro no lejano se integre alguna mujer a la parte chamánica, aunque sea en el estudio) Moraes cuenta. “Nos encantaría tener voces femeninas en nuestra música, sería buenísimo. En cuanto a nuestra comunicación, en los ensayos alguien llega con una canción y el resto se suma, sin indicaciones previas, y cada cual va aportando lo que siente. Después se toca mucho, las canciones ahí van mutando hasta que las grabamos. Grabar una canción siempre es fijarla y poder mirarla de afuera y decir, ah bueno, acá hay que sacarle esto y acá hay que ponerle aquello”.

Uno de los aciertos de la banda es que en varias canciones cuentan una historia y las letras se adaptan muy bien a la construcción musical. Hablan de la vida actual, los conflictos sociales por los que pasa un personaje. Hay un interés por retratar la violencia de la que parece ya nadie escapa. Además, las situaciones a veces parecen surgir de zonas periféricas como Florencio Varela, Villa Carbonilla en La Paternal o Quilmes. Eso les da un sentido universal. En México serían Neza, Iztapalapa… “Muchas personas de países lejanos se sienten identificadas con situaciones que describimos. Es una grata sorpresa saber que podemos conectarnos con un montón de gente que por más que estemos lejos físicamente, estamos todos dentro de la misma opresión. Hay un sistema que nos oprime a todos por igual, independientemente de qué país vivamos”.

Todo esto da como resultado un trance en cada recital, ahí se valen mucho más de las percusiones para alargar los recorridos que sí, resultan espirituales. “Nos juntamos con la premisa de hacer una música que esté apoyada en las percusiones, que tenga el ritmo y el sonido de la madera y del cuero. Tratamos de que en un caso ideal la conexión también se dé entre la gente, independientemente de nosotros”. Como se ve en el tema inédito “Caen las lluvias”, que se encuentra en YouTube. El videoclip consta de tomar el rostro y los bailes del público en uno de sus recitales. “Eso es lo que nos gusta lograr: la gente dejándose llevar y entrando en un trance pacífico”, dijo Moraes, que cebó el mate y lo extendió para que siguiera la ronda.

 

Corona Capital 2018: Entrevista con Sparks

Sparks: el dúo de culto que nunca miró atrás.

Es incalculable la influencia musical que Sparks le ha generado al mundo desde el año de 1972, inspiración para músicos y bandas tan dispares como Paul McCartney, Queen, Morrissey, Siouxsie & The Banshees, Depeche Mode, Faith No More y Franz Ferdinand, solo por nombrar algunos. Y no es exageración lo anterior, ni tampoco decir que Sparks, conformada en todos los sentidos por los hermanos Russell y Ronald Mael, son una banda de culto. Pero este es un culto que ha trascendido tiempo, sonidos y espacio. Son difíciles de aterrizar y entender, a pesar de ser ligeros y casados con el formato clásico del pop rock. Pero al mismo tiempo han trascendido expectativas y confundido (de manera buena) a sus fieles fans en su carrera de 50 años, que en esencia los distingue el hecho de ser alternativos a lo alternativo de cualquiera de sus épocas musicales.

Platiqué con Russell Mael, el cantante de Sparks y hermano "joven" del dúo, (Ron tiene 73 y Russell 70) y pensé que tal vez su hogar, en Los Ángeles, que actualmente vive un impresionante renacimiento cultural, tiene que ver con esa entrañable creatividad musical que nunca cesa de maravillar.

"Los dos nacimos y crecimos en Los Ángeles, y como sabes nos movimos a Londres a principios de los años 70 e hicimos los discos Kimono My House, Propaganda e Indiscreet allá y tuvimos nuestro éxito inicial en el Reino Unido y Europa en ese periodo. Después decidimos regresar a Los Ángeles a finales de los años 70, desde entonces hemos estado basados y viviendo aquí. Pero para serte honesto, el ambiente de dónde estamos realmente no tiene efecto en cómo operamos o cómo obtenemos nuestra inspiración. Creo que lo que hace especial a Sparks es justamente eso, que no somos afectados por nuestro alrededor. Ron y yo vivimos en nuestra aislada y propia burbuja", explica Russell.

Lo que me sorprende de Sparks es que no son tan conocidos en el continente americano, ni mucho menos en su propia casa. A lo mejor es el bello y peculiar falsetto de Russell o el humor seco, sardónico y súper inteligente en la música y letra de Ron, pero el chiste es que mucha gente no les agarra la onda. Pero al mismo tiempo, ese séquito limitado de fans (incluyéndome yo) es la base de seguidores más dedicados que una banda de rock pudiera soñar tener.