Le Butcherettes estrena el video de "mother/HOLDS"

Meses después del lanzamiento de su LP, bi/MENTAL, la agrupación de punk rock estrena video para su sencillo: "mother/HOLDS".

Una representación de la mente en crisis, así es como Teri Gender- Bender — líder de Le Butcherettes — define a su más reciente producción discográfica. bi/MENTAL es un álbum de larga duración con 13 sencillos que resultaron de un gran proceso de introspección. En este material, la banda tapatía nos presenta un sonido más experimental. Muestra de ello es "mother/HOLDS".

Jerry Harrison —integrante de la banda de post punk, Talking Head— fue el encargado de producir las 13 canciones que componen el material. Su experiencia en los sampleos, se ve presente en "mother/HOLDS". Sencillo donde, además de la fuerza instrumental y vocal, podemos escuchar gritos que acompañan melódicamente a esta pieza.

Por su parte, la activista y cantante de punk rock, Alice Bag, fue la encargada de acompañar a Le Butcherettes en esta canción. La colaboración trascendió el estudio de grabación y la trasladaron a un set en Los Ángeles donde filmaron el audiovisual del sencillo. Y para no hacer más larga la espera, aquí te lo presentamos.

"mother/HOLD" nos habla, de manera un poco abstracta y psicodélica, del lazo inquebrantable entre madre e hija y de la compleja relación que puede llegar a existir. El audiovisual estuvo bajo la dirección del colectivo Coco Vera; formado por la baterista de Le Butcherettes, Alejandra Robles- Luna, y la vocalista de Stars At NightJanelle Obert. Y en efecto, juega con las personalidades de Alice y Teri para representar eso que hay detrás de un cordón umbilical que nunca se corta.

Curiosamente, a propósito de la temática, la agrupación de punk rock iniciará una extensa gira por Estados Unidos el próximo 10 de mayo. Donde los acompañarán grandes músicos como la agrupación de grunge, L7, o la banda de punk rock, Social Distortion. Síguelos en sus redes sociales para más información.

Domination México en el Autódromo Hermanos Rodríguez

Inicia con pie derecho el Domination México; buffet de rock y metal con dos legendarios como platillo principal.

El debut del festival Domination México tuvo lugar en el oriente de la CDMX, dentro de ese gran complejo que es Ciudad Deportiva. El lugar que albergara hasta hace poco a la F1, dio esta vez cobija a miles de apasionados del rock y el metal que disfrutaron de un cóctel de subgéneros y bandas de toda la orbe. La oferta fue buena y la respuesta, como generalmente sucede, a la par.

Dividido en cinco escenarios, el Domination México ofreció, sumado a su oferta musical, varios extras que fungieron como plus al boleto pagado: cine al aire libre, una zona de arcade, estudio de tatuaje, barbería, juegos de feria, show de motocross e incluso una aplicación con toda la información relacionada. Vimos performances de personas con máscaras de la mascota del evento (un cráneo de cuervo); un enorme camión militar con más de estos personajes fue estacionado dentro del lugar, recordándonos esa joya del cine que es Mad Max.

Pero el colorido no solo lo pusieron los organizadores. El público contribuyó de manera importante; un concierto de Kiss no puede esperar menos. No pocos maquillados, incluyendo varios niños, lucían orgullosos a su personaje favorito. Además, otros maquillajes intentaban ser macabros; unos funcionaban, otros no tanto. En resumen, todo parecía en orden para el denso banquete de esta nueva fiesta.

DÍA 1

Domination México arrancó oficialmente con la actuación de los nacionales Koltdown. Después, de la CDMX, Cathleen. De Tijuana, Evil Entourage, que en noviembre pasado teloneó a los hermanos Max & Igor Cavalera, en un show grandioso. Así, los escenarios iban poco a poco calentando a los asistentes con las intervenciones mexicanas de Cardio Kazan, Anna Fiori y Majestic Downfall; punk, doom, death, sinfónico y más. Una de las bandas esenciales del punk chileno, BBS Paranoicos, abría el panorama internacional en el festival, seguidos por el rock sureño de Blackberry Smoke, banda de Atlanta que fue bien acogida.

Con una buena organización en tiempos, el cartel marcaba que el siguiente acto era una de las cartas fuertes: una de las voces icónicas de los años 80, Vince Neil, de Mötley Crüe, ofreció un gran show de principio a fin. ConDr. Feelgood” como tema de inicio, y canciones como “Shout at the Devil”, “Looks That Kill, “Home Sweet Home” (la power ballad por excelencia, en una versión presentada sin piano), o “Girls, Girls, Girls”, el cantante que no pudo ocultar en su imagen los resultados de su vida de excesos— hizo recuento de los grandes temas de su antigua banda y dio prueba de porqué Crüe fue una de las más grandes bandas de glam.

Con integrantes de la ciudad de México y Puebla, Joliette, daba lo mejor de sí en un escenario con pocas pero entregadas personas, unas atentas y otras coreando. Un joven con visor y aletas para nadar hacía air guitar. El slam, aunque débil, se hizo presente, con todo y un Gene Simmons mexicano. El cierre, coreado por varios, fue con “Están felices”. Enhorabuena para la banda, a mi entender sincera y sin pretensiones.

La primera banda nórdica región vital para el metal mundialen presentarse fue Avatar; heavy, melódico y groove escandinavo. Fue la primera vez que nuestro país recibía al quinteto de Gotemburgo. La personalidad carismática y potente voz de Johannes Eckerström lideró la intervención. “¿Están listos para sangrar?", preguntó. El público mexicano siempre responde. Cortes como “Bloody Angel”, “The Eagle Has Landed” o "The King Welcomes You to Avatar Country" (tema de su último, Avatar Country) dejaron un grato sabor de boca. Esperamos, con los oídos abiertos, que regresen pronto.

Desde Noruega, otro de los países semilla para el metal más oscuro, Vreid y su autodenominado black’n roll. Una corta pero poderosa exhibición. El público, que poco a poco llenó el lugar de la cita, se hizo presente con los originarios de Sogndal. “Raped by Light”, “Sólverv” o “Pitch Black” fueron interpretadas, mientras la gran portada de su última entrega, Lifehunger (2018) adornaba el fondo del escenario. Contundente setlist

De manera simultánea, desde Richmond, Virginia, Windhand. La voz de Dorthia Cottrell encaja perfecto en las atmósferas musicales. Densidad total para las pocas personas ahí, siempre observadoras. Doom metal serio y fino que musicalizó la entrada de la tarde.

También del vecino del norte, Halestorm mostraba que el heavy está vivo, mientras que bandas de casa, como Endless, mostraron que hay buen post rock en nuestro país. Su show reunió a varios miembros de bandas mexicanas del gremio. La ejecución, de mucho respeto. Buena y potente vibra. Éxito en el porvenir para el grupo.

Rock de gran peso de México y el planeta seguía a lo largo de la tarde con grupos como Parkway Drive, Bloodbath o Entheos. El turno llegó para Municipal Waste. El grupo de Richmond puso a bailar en círculos de inmediato a los no pocos asistentes con su trash/ crossover. Sadistic Magician”, “The Art of Partying”, “Beer Pressure”, “Headbanger Face Rip” y más canciones para reventar. La energía de Waste puso de buenas a todos. Grandes, simplemente.

Se llegaban de esta manera los actos fuertes de este día uno. Primero, una de las bandas consentidas de la oleada del nu metal. Amados por unos, repudiados por otros, Limp Bizkit regresó a suelo mexicano para recordarnos el tiempo en el que el metal olvidó sus solos de guitarra y marcó una nueva época. Al parecer, la banda volvió más con ganas de coverear que de tocar material propio. Desde Ministry, Green Day, Nirvana y su ya clásica versión de “Faith” de George Michael, Fred Durst y compañía recordaron a dichos grupos, sin que esto signifique que hayan sido grandes versiones. Un tanto tediosas (con todo y karaoke gigante), los covers pasaron sin pena ni gloria para la mayoría. Varios vacíos entre una canción y otra hacían notar la falta de seriedad de los de Florida. Las canciones propias fueron otro tema. “Break Stuff”, “Nookie”, “My Way" o "Take a Look Around”, hicieron brincar y gritar a bastantes. En general, presentación medianamente aceptable.

Tras otras actuaciones, la hora llegó para uno de los guitarristas más influyentes: Slash y su proyecto Slash feat. Myles Kennedy and The Conspirators. Un set repleto de temas alejados de su época con Guns N’ Roses que se enfocó en la carrera solista del recientemente nombrado “Embajador Global de Gibson”; el único que existe. Cortes que, sin embargo, fueron admitidos. El proyecto suena bien ensamblado. La voz de Kennedy es más que respetable. Slash parece conservar la técnica de sus años gloriosos.

Meshuggah tomó posición en otro de los escenarios. Hablar de ellos es hablar de uno de los grupos más influyentes del metal en toda su historia. Amos y señores del progresivo y creadores de lo que hoy conocemos como djent, los suecos dieron cátedra de lo que es tocar sincopado y a grandes niveles de distorsión. Brutales e impecables siempre. Masacres sonoras como “Rational Gaze”, “Lethargica”, “Future Breed Machine o la metralleta que es “Bleed” dieron prueba de cuánto le debe el metal a Meshuggah. Magníficos, sin intención de exagerar.

Finalmente, un adiós largamente anunciado. Esta no es la primera vez que Kiss intenta despedirse. Aún así, si hemos de creerles (en el show nunca escuchamos un “adiós” para siempre o algo por estilo), el marco del Domination funcionaba muy bien para el último acto. “Detroit Rock City” dio inicio al supuesto fin. Siguió “Shout It Out Loud”. Los juegos de pirotecnia se dejaron ver y escuchar desde un principio, como es costumbre. “No hablo español pero les digo que mi corazón es para México”, dijo Paul Stanley, que mostró a lo largo del concierto una voz un tanto cansada que necesitó del bemol (para nuestra desgracia). “Deuce” y las llamas se dispararon. Varios temas y llegó “War Machine” para que Gene hiciera su clásico acto de escupir fuego. “Lick It Up” en una gran versión un tanto extendida. “Calling Dr. Love” siguió; un vistazo al público nos mostró un recinto abarrotado y a varios niños en hombros maquillados, cantando y aplaudiendo. Dicen que aún hay esperanza.

“100,000 Years” y un solo de batería a cargo de Eric Singer. “Cold Gin” y el solo ahora fue de Tommy Thayer. El himno “God of Thunder” y el turno de lucir fue esta vez de Gene Simmons, que escupía sangre y tocaba su distorsionado e icónico bajo en forma de hacha. “Psycho Circus”, otra de las canciones más coreadas. Con “Love Gun”, Paul se preparaba para colgarse y pasar por encima del público; desafortunadamente, algo falló y no sucedió. Tocó turno del tema fundamental del cuarteto: “I Was Made For Lovin’ You”. El bemol le quita energía, pero qué se puede pedir. “Black Diamond” y un descanso para regresar con Singer en el piano y otro clásico: “Beth”. “Do You Love Me?” y el final con “Rock And Roll All Nite”; himno indiscutible del género. Así, con un despliegue de lasers, pirotecnia, papeles y más, Kiss aparentemente se va y deja un legado total. Un show y una carrera difícilmente superables. 

DÍA 2

La segunda parte del Domination prometía seguir con el poder del primer día. El buffet sabatino nos hacía esperar grandes actuaciones, de nuevo de promesas, consagrados y artistas míticos del rock & roll. Tras varios actos iniciales, uno de los platos fuertes comenzó su intervención poco antes de las 16:00 H. Animals as Leaders congregó a un número importante de asistentes. Tosin Abasi, Javier Reyes y Matt Garstka aparecieron, tomaron posición y fueron ovacionados de inmediato. Con canciones como “Physical Education” o “The Woven Web”, el trío dejó muy alta la vara para el día y el festival en general. A mi parecer, fue la banda más impresionante de esta primera edición. Existen guitarristas que revolucionan la manera de tocar su instrumento, Abasi es, sin desorbitar, uno de ellos. Increíbles, impecables, virtuosos, serios, contundentes, y más. Dichosos los ojos y oídos que disfrutamos de ésta grandiosa intervención.

Mientras sonaba de fondo “Nothing Else Matters”, apareció en escena Trivium, grupo más que esperado. “The Sin and The Sentence” abrió y el numeroso público comenzó a hacer su parte. El piso vibraba con los brincos. El festival pintaba para seguir con su buena organización, gran respuesta, y metal para todos los gustos. Con cortes como “Sever the Hand”, “Betrayer” o “In Waves”, el cuarteto de Orlando se entregó y sus fanáticos devolvieron la energía.

En otro de los entarimados, The Black Dahlia Murder inspiró a varios a armar el mosh. Death metal melódico para los no muchos pero honestos seguidores que llegaron. Otros tantos disfrutaban de la agrupación sentados. Un helicóptero y algunos drones sobrevolaron el cielo que amenazaba con dejar caer lluvia. Por su parte, Cerberus fue otro de los grupos que representaron al metal mexicano. “Jaeger”, “Saint Pride” o “Self Made Hell” fueron canciones que el cuarteto de la CDMX tocó ante una poca asistencia que respondió a la buena energía que transmite la banda.

Por otra parte, Converge mostró su hardcore metal con varios de sus fieles coreando canciones como “Reptilian”, “All We love We Leave Behind” o “Trigger”. Bien recibidos y queridos. El grupo es de esos que se desgarran en el escenario. Uno lo agradece.

Mientras Thrice entregó varios temas ovacionados, una lluvia leve apareció, sin que esto intimidara a los presentes. Ya con Apocalyptica, el agua se hizo más fuerte. Los de entrada preferente, resguardados en su comodidad, no se inmutaron. Los demás, la verdad es que tampoco. El ensamble de cellos de la capital finlandesa sabe que en México se idolatra a Metallica y decidió solo tocar covers de Hetfield y compañía. “Master of Puppets”, “Fade to Black” u “Orion” fueron algunos de los clásicos interpretados. El cello con wah en los solos, algo que no me había tocado escuchar.

Del otro lado —no había que caminar tanto para ver a cada banda— unos imperdibles: Dead Kennedys. Punk y hardcore de crítica y protesta como muy pocos quedan. La aglomeración para ver a los de San Francisco fue importante. La buena vibra de Ron "Skip" Greer es notable, aunque se sigue diciendo que sin Jello Biafra, los Kennedys realmente están muertos. “M.T.V. - Get off the Air”, reinterpretada como “MP3 Get Out of the Web”, para recordar.

Cuando llegó el momento de Dream Theater, el lugar estaba atestado. Aún así, la lejanía no fue impedimento para escuchar nítidamente a los virtuosos de Nueva York. Con su LP recién salido del horno, Distance over Time (febrero, 2019) los cinco músicos dieron muestra de su capacidad técnica, que por momentos dejaba atónitos a propios y extraños. “Untethered Angel”, obra que abre el nuevo disco, también dio apertura al show. “Fall into the Light” o “Barstool Warrior” ambas también del nuevo material de estudio—o esa obra maestra que es “The Dance of Eternity” corroboraron al grupo como uno de los mejores del metal progresivo de todos los tiempos.

Otro de los monstruos del metal actual hizo vibrar el piso que por lapsos era el verdadero infierno. Lamb of God —sin Chris Adler en los tambores, debido a un accidente en motocicleta que lo alejó también de su tour con Slayer— y el caos en el slam y el mosh. “Walk with Me in Hell” (vaya que el público lo hizo), “512”, “Laid to Rest” o “Redneck” fueron solo algunos de los temas bestiales de los oriundos de Virginia. De lo mejor del festival, indudablemente.

Finalmente, otro legendario. El padrino del shock rock, Alice Cooper. Si hay alguien que sabe armar un freak show, es él. Camisas de fuerza, cuchillos, marionetas tétricas, vestuarios y un monstruo gigante fue parte de la ambientación de la obra de teatro. El también actor, que al final vistió el jersey de soccer de la selección mexicana y una playera de la casa Targaryen, interpretó junto a su banda (que incluyó tres guitarristas), clásicos como “No More Mr. Nice Guy”, “Billion Dollar Babies, “Poison”, “Feed My Frankenstein”, “I'm Eighteen”. El cierre de Cooper y de todo el festival fue con “School's Out”. Un verdadero espectáculo, de mucho respeto.

Así, Domination México comenzó con el pie derecho. Buena organización, muchos servicios y entretenimientos. Prácticamente todo salió como se planeaba. Lo más importante, la música, en un aspecto general, cumplió. Tuvimos la oportunidad de ver y escuchar un festín del mejor metal. La ecualización, en varios momentos, falló. Como sea, felicidades a quienes montaron esto. Gustosos esperamos qué grupos conforman la segunda edición

 

Boogarins — Sombrou Dúvida

Música que cura.

Ya está pronto por llegar el tercer álbum del grupo de rock psicodélico Boogarins, que debutó en el 2013 con un disco bastante trippy, As Plantas Que Curam (2013), y que continúa por la misma línea musical, un rock psicodélico melódico y orgánico, pero con el lujo de unos estudios profesionales de grabación, a diferencia del debut, que lo grabaron ellos mismos.

Desde el principio del álbum, con la canción impetuosa “As Chances”, las texturas sonoras que caracteriza al cuarteto brasileño se hacen presentes en un caleidoscopio instrumental, que incluye lo que parece un trombón durante el puente musical y nos recuerda lo bueno que es Boogarins para colorear sus canciones con todo tipo de instrumentalización interesante. Es una lástima que no dominemos el portugués (aparte de que, como el disco no ha sido lanzado al público general, las letras no están ampliamente disponible en internet), pero le echamos ganas para saber que Sombrou Dúvida es como un juego de palabras, una amalgamación, entre sombra y duda; y no solo eso, pero pudimos distinguir algunos temas recurrentes en este álbum, como el disgusto por lo nuevo y la tecnología, tal como lo plantean en la rola “Invenção”, donde el vocalista Dinho Almeida, canta que “hay un desgaste por lo nuevo / se repite y da asco”.

El ambiente chill y relajado del grupo no se ha disipado, varias guitarras acústicas rasguean con insistencia para infundirle un toque rústico a la música, tal como en Dislexia ou Transe; ese sabor tropical, puede que uno se lo adjudique a la música brasileña por puro prejuicio, aunque uno entiende que no todo en aquel país es “La Chica de Ipanema” e “Insensatez”. El sonido de Boogarins es más complejo que eso, y se puede apreciar influencias de Revolver de The Beatles, la parte más psicodélica de MGMT, el Pink Floyd de Syd Barrett, y la música electrónica; Boogarins utiliza una amplia gama de efectos electrónicos, por aquí y por allá, tal como en la canción “Nós”, para añadirle un toque contemporáneo a su trabajo, y desarrollar aún más la textura de sus canciones.

“Desandar” es otro trabajo ameno y relajante; incluye círculos en la guitarra, solos que suben y bajan, deambulando por la rola despreocupadamente, construyendo la ligereza inherente en el rock de Boogarins. A veces se olvida uno que esta es una banda de rock, y la sensación generalizada posterior a Sombrou Dúvida es como si uno hubiera estado escuchando lounge o chillwave. Esa calma puede ser desesperante para algunos que quieran algo más pesado (“¡que viva el raaaaack!”), pero para la playa o un domingo de flojera en el depa, aquí está tu nuevo soundtrack.

Tool estrena dos canciones en vivo

Escucha "Invincible" y "Descending" las primeras canciones de Tool en más de 10 años. Al parecer la banda ya tiene fecha de estreno del disco.

La banda de Los Ángeles tiene muy emocionados a sus fans, ya que hace unos días abrieron su perfil en Spotify, al igual que Apple Music, y ahora ha estrenado dos temas en vivo durante su presentación en el festival Rockville, la primera fecha de su gira norteamericana. Todo esto ha provocado más y más rumores sobre su esperado quinto álbum de estudio.

Las dos canciones que debutó la agrupación se llaman "Invincible" y "Descending". Estos son los primeros nuevos tracks que podemos escuchar en más de una década y sin duda muchos esperan que sean parte del disco que Tool prometió sacar en 2018 pero que nunca llegó.

Ambos temas tienen una duración de 12 minutos y eso le da una buena sensación a los fans, pues debemos recordar que el año pasado tres de los integrantes de la banda dieron clínicas y ahí mencionaron que cada canción del álbum tendría una duración de por lo menos 10 minutos.

Aún no se sabe cuando estará disponible la versión de estudio de los tracks, pero el hecho de que Tool ya tenga sus perfiles en servicios de streaming es una buena señal y podrían llegar antes de lo esperado.

Puedes escuchar "Invicible" y "Descending" justo aquí:

Al parecer la banda ya le dio fecha al estreno del material pues se han actualizado sus redes con un clip que tiene la fecha del 30 de agosto:

"Tarde/ Temprano", el nuevo sencillo de El Shirota

Con un sonido más melódico, la agrupación proveniente del Estado de México nos presenta su nuevo sencillo: "Tarde/ Temprano".

Hace unos meses, El Shirota se presentó en el décimo aniversario del festival Nrmal. El cuarteto del Estado de México compartió escenario con artistas como Mazzy Star, John Maus, Beak>, Mint Field y más. Tras esta exitosa presentación, hoy la agrupación nos comparte un nuevo sencillo.

"Tarde/ Temprano" es el resultado de la búsqueda por nuevos sonidos. En esta pieza, escuchamos una composición fuerte pero melódicamente menos compleja. Todo con el propósito de darle espacio a la potencia de la voz. Sin más, aquí los dejamos con este gran sencillo.

En entrevista con Indie Rocks!, la banda nos habló de lo que implica su libertad creativa en el proceso de producción de su material. Desde cómo influyen sus influencias musicales, hasta la gestión de sus tiempos. Y a propósito de los nuevos sonido, Nacho (vocalista) nos comentó. "No queremos hacer un disco que suene todo igual. Siempre intentamos hacer un esfuerzo para que las canciones sean diferentes las unas con otras". Puedes checar el resto de la entrevista aquí.

Desde su fundación en 2013 hasta la fecha, la propuesta musical de El Shirota se ha consolidado como una de las más interesantes en la escena nacional independiente. Su último material discográfico — El Shirota (ESH002), 2018 —, nos dejó con ganas de más. Y aunque aún no hay planes de un álbum nuevo, "Carreta Furacão" y "Tarde/ Temprano" son una fiel muestra de la esencia que tanto nos gusta de la banda.

Entrevista con The Joy Formidable

El lado ambicioso del indie.

Sí existe, el rock contemporáneo relevante está a tu alcance si sabes donde buscarlo, como en el material más reciente de The Joy Formidable.

La banda galesa The Joy Formidable rema a contracorriente; hace poco, durante la promoción de su más reciente álbum, Aaarth, la vocalista y guitarrista de la banda, Rhiannon “Ritzy” Bryan había declarado en medios. “Hay que querer mucho el seguir haciendo música con guitarras, para seguir adelante como nosotros”.

Atrás ha quedado el mundo de limusinas, bacanales en hoteles de Beverly Hills y arrojar televisiones por la ventana; los que hacen rock hoy en día afrontan un panorama más sombrío. Al respecto, conversamos con Rhydian Dafydd sobre el arduo camino que ha recorrido su banda, The Joy Formidable.

“En mi opinión, creo que tenemos que analizar cual es el valor del arte en general, porque creo que muchos músicos y artistas están siendo aplastados, están batallando por sobrevivir, pero es una situación complicada, porque el Internet ha empoderado a muchos artistas también. Hay que ver esto a fondo, no es algo blanco y negro, es complejo, ¿sabes?, pero a mí no me hace sentido que estés trabajando en un proyecto por un año para que valga un poco más que una taza de café, no, hay un desbalance radical y creo que hay algunas partes que son responsables, pero no me malentiendas, tampoco tengo la respuesta, es complejo”, dijo Dafydd.

Para el reciente álbum (arth, la palabra oso en galés), la banda tenía sus batallas internas que lidiar, más específicamente obstáculos en el proceso creativo que se debían sortear (más que conflictos entre los integrantes). El resultado final es un álbum de rock extravagante, con un trío de un pueblito de Gales produciendo nuevo rock orquestal, ambicioso y ecléctico; algo que se ve raro dentro del género hoy en día, teniendo a muchos nuevos grupos simplemente reciclando algún sonido o idea como Greta Van Fleet.

“Me refiero a que pueden haber ciertas cosas en la industria de la música que son muy difíciles, así que teníamos (que combatir) eso, y también, cada álbum es un nuevo capítulo, y 'Ritzi', por primera vez, sentía que estaba bloqueada al momento de componer y tuvimos que seguir avanzando con todo y eso, porque sentíamos que el álbum tenía que significar algo, nos tomó algo de tiempo averiguar que iba a ser. Hubo un proceso de sanación, este álbum habla de eso, es una transformación”, comentó Rhydian.

Menos mal que “Ritzy” cuenta en Rhydian con un compañero de composición que apoya con su creatividad, su orquestación, sus arreglos y sus dotes como multinstrumentista. Para componer, a Rhydian le gusta hacerlo en una multitud de diferentes situaciones para “desafiarse a si mismo”, como dice.

“A veces tienes que empujar (el proceso creativo), a veces tienes que dejar que suceda, la clave está en siempre hacerlo, puede que te llegue una idea en cualquier momento, a veces voy caminando y me entra un ritmo, porque estoy obsesionado con la música, y lo escribo en mi teléfono o en una libretita que llevo conmigo, ya sabes, la traigo todo el tiempo. No me malinterpretes, también hay otras maneras de componer que funcionan, solo tienes que dejar que respire, y si haces eso, puedes hacer que te funcione de todo tipo de maneras, en vez de siempre necesitar tener cerca una guitarra acústica. En este último álbum, pegamos juntos muchos sonidos, más que en el álbum pasado, queríamos captar la química en vivo”, comentó el músico sobre su proceso creativo.

The Joy Formidable no venía a México desde el 2012, cuando se presentó en el Corona Capital de aquel año; ahora, en el 2019, estará en la versión tapatía de aquel festival, y aprovechará para estar en el Foro Indie Rocks! el 15 de mayo, más una fecha en Monterrey, dice Rhydian. El trío galés, conformado por Rhydian, “Ritzy” y el baterista Matthew Thomas, no tiene alguna expectativa en particular sobre el viaje a México, están contentos con simplemente estar de vuelta.

“Tratamos de no pensar mucho en las cosas, nos gusta tocar en lugares lejanos, vivir nuevas experiencias y empaparnos de nuevas culturas, o sea es un privilegio poder hacer eso. No estoy seguro de que tengamos alguna expectativa (de estar en México), nunca hemos tocado en Monterrey, y creo que en Guadalajara tampoco, así que definitivamente queremos ir a explorar esos lugares, no nada más llegar para la tocada, pero andar con los ojos abiertos, empaparnos de lo que anda sucediendo”, concluyó.

Twenty One Pilots en el Palacio de los Deportes

Duo de gigantes.

Twenty One Pilots regresó a México, esta vez al Palacio de los Deportes con dos fechas, ya que la primera se agotó en cuestión de horas.

Todas las secciones del recinto estaban inundadas de fans de todas las edades que vestían verde y amarillo, los colores de la era de Trench, el más reciente álbum del dueto originario de Columbus, Ohio.

Las luces se apagaron y una tela negra que cubría el escenario, cayó para revelar al baterista, Josh Dun, cargando una antorcha. Detrás de él un auto en llamas y el vocalista/bajista/pianista Tyler Joseph, y el concierto dio inicio con “Jumpsuit”.

Dos canciones después, para finalizar “Fairly Local”, Tyler se convirtió en un holograma, desapareció del escenario y su versión real apareció entre el público, en la parte más alta del lugar.

Durante “Nico and the Niners”, un puente bajó del techo del recinto y ambos lo cruzaron para llegar a un escenario más pequeño, que estaba situado en medio del Palacio de los Deportes. Ahí, más cerca de los fans que estaban en la parte de atrás, tocaron “Neon Gravestones”, “Bandito” y “Pet Cheetah”, canciones que estuvieron acompañadas de un espectáculo de luces que no paró durante el resto del concierto.

Al regresar al escenario principal, la banda sorprendió con “Holding On To You”, uno de los temas de su álbum Vessel, que fue una de las más coreadas junto con “Truce” y “Trees”, del mismo material discográfico.

En “My Blood”, Tyler pidió que enfocaran las cámaras en los elementos de seguridad, para pedirles que bailaran y enseñar sus mejores movimientos en las pantallas, y así continuar involucrando en el show a todos los que estaban ahí.

Después, mientras “Crowd Control” de Dimitri Vegas & Like Mike sonaba, subieron al escenario los miembros del equipo de producción, con quienes el vocalista bailó –y puso a bailar– a todas las personas que estaban en la pista, brincando rítmicamente de derecha a izquierda.

La parte visual fue fundamental a lo largo del concierto, pues videos temáticos aparecían en la pantalla detrás de ellos, acompañados por efectos que combinaban con las luces que iluminaban todo el lugar. Dentro de los videos, estaba una versión antigua del baterista, quien tuvo una batalla de solos con la versión actual.

Tyler Joseph volvió a la parte de atrás para escalar una estructura que se encontraba junto a la consola de audio, desde donde cantó "Car Radio". Posteriormente, él y Josh Dun se tomaron un descanso y regresaron para las últimas cuatro canciones y cerrar la noche poniendo unos tambores sobre la gente, pidiéndoles los levantaran para que Joseph y Dun los tocaran con su ayuda. Después, papeles amarillos cayeron del techo y la noche llegó a su fin.

La banda encargada de preparar a la gente para Tyler Joseph y Josh Dun fue Saint Motel, de Los Ángeles, California.

Festival Hole Records 2019

Las densas atmósferas del festival Hole Records.

La experiencia Hole Records nos brindó en su segunda edición nuevos sonidos que hasta hace no mucho no contaban con una fiesta o magnitud de tal sistema para lograr un equilibrio en la capital con música experimental y derivados.

Desde los encargados de abrir el festival como lo fueron Pedro Tirado y Osday quienes siempre han manejado un estilo de improvisaciones modulares en temas larguísimos como lo han mostrado en “Decreation” y “Rotting Weeds” y que en su presentación no fue la excepción para seguir por esa línea.

Dando paso Érebo y La Juventud Psíquica que con sus guitarras ha sabido conectar con los asientes ya que la dulzura y melódicas que manejan sus canciones como “El Albedo”, “El tercio de muerte” o “El ensayo visual” les han dado un lugar y ubicación importante, para dar luz verde al space rock de Par Ásito, que con su música entrañable y de viajes interestelares ofreció atmósferas idóneas en “01”, “02”, “03” o “01-A” y “01.B”, temáticas y canciones que le dieron más misticismo a su presentación.

El turno vino después en el escenario para Sei Still que con su toque característico de música basada en patrones repetitivos hizo del momento algo muy vulnerable a través de cada tema que ejecutaban como “Oto” que es una de sus canciones más nuevas y que en parte define la esencia que traen.

Por su parte Error Humano es genio y figura del ambient drone noise moderno, su última placa Vol IX de casi media hora de duración fue en parte de lo que proyectaron, ya para esas alturas la gente era imposible no dejarse inducir a un gran trance hipnótico, a su vez lo mismo con Phermatta Du Enddo Plantae que hizo lo propio.

Todo servido para que Los Kowalski con temas como “Puente a la Luna”, “Antes de que llueva” o “Sónica” hicieran explotar por primera vez el escenario hasta ese momento, y es que los decibeles a todo lo que dan propiciaron un viaje incontrolable y maravilloso.

Después se presentó Gibrana Cervantes + Camille Mandoki, Concepción Huerta + Mabe Fratti, quienes gozan ya de una reputación creciente en el mundo de la experimentación sonora, arquitectónica y visual. Su presentación fue de lo más experimental en la noche y no tan digerible para un cierto porcentaje de los asistentes. Sin embargo la atmósfera vivida nos abrió un panorama del nivel de talentos con los que contamos en México para estos sonidos.

Nada es uno de esos actos musicales en que quizá que su temas como “Trato”, “Razón”, “Ven” y “Plan” están por debajo de los tres minutos pero ahí radica su magia, el bajo y la batería juegan un papel de encanto con la gente.

Llegó el turno de Lorelle Meets The Obsolete que experimentó con sonidos análogos y armonías en temas como “Lux, Lumina”, “Acción-Vaciar”, “Eco Echo”, o el que parece convertirse en uno de sus nuevos clásicos “Líneas en Hojas” de su último disco De Facto, una gran obra magistral de la música nacional que hay en estos momentos, la gente los ama y fueron sin duda los que hicieron el clímax de la noche.

Gaspar Peralta fue a lo suyo, capas de sintetizadores perfectamente sincronizados con los toques de música clásica que lleva estudiando desde hace años y que domina perfectamente.

Uno de los grandes de la nueva no tan nueva corriente psicodélica: Tajak, se encargó de cerrar el festival con su picodelia súper esencial y permanente brillo y conexión con el público, la gente cerraba sus ojos para dejarse llevar por “Blind Inside (El 20 que me debes)”, “Ojos de Agua”, o “El Despertar” temas que ofrecieron un viaje psicotrópico difícil d olvidar y que a la gente le gusta mucho.

Wild Nothing en El Plaza Condesa

Cautivadoramente salvaje.

Cuatro álbumes de estudio y nueve años de espera. Ese fue el tiempo que tuvo que transcurrir para presenciar el primer show estelar de Wild Nothing en territorio mexicano.

Con un nuevo álbum bajo el brazo y después de dos breves participaciones en el festival Corona Capital, el proyecto de Jack Tatum arribó al escenario de El Plaza Condesa para seducirnos a través de la melancolía de sus letras y la distorsión de sus acordes.

El reloj marcaba las 19:30 H. y el interior del recinto apenas mostraba un tercio de su capacidad. Tras hora y media de espera, los huecos en la pista fueron sustituidos por grupos de amigos que, a través de gritos y silbidos, apresuraban la salida de la banda. Fue entonces cuando Wild Nothing apareció sobre la tarima.

Como si se tratara de una invitación para conocernos y entregarnos a través de la noche, los versos de “Nocturne” comenzaron a sonar. Tras aquel flechazo directo al corazón, nuestros oídos se mostraban listos para recibir esa dosis extra que recompensara los años de espera.

Posteriormente llegó el turno para “Wheel of Misfortune”, corte correspondiente a su álbum promocional, Indigo. Apenas un par de temas y los originarios de Brooklyn se transportaban al año 2010, para consentir a la audiencia con uno de los cortes clásicos de su primer EP, “Golden Haze”.

Vistiendo una bomber verde y su infalible gorra, Tatum cedía un momento para interactuar con el público y disculparse por no hablar español. “Gracias por venir. No soy bueno con el español, lo siento”. Ante el lamento de la gente, el músico añadía un toque de humor. “Lo sé, soy estúpido”.

Nada dura para siempre. Tal vez por eso la banda nos invitó a vivir un sueño con “Live In Dreams” y perdernos en la sensualidad del saxofón de “Partners In Motion”. A través de sus instrumentos, el quinteto pronunciaba lenguajes difíciles de resistir en “Summer Holiday” y daba paso a “Whenever I”, único tema del set, perteneciente a su tercer álbum Life of Pause.

No tardaría mucho para que el coro de los asistentes se hiciera presente con “Paradise” y se expandiera a cada rincón a través de “Letting Go”. Como si se tratara de una metáfora, este último tema llegaba para anunciar que el final de la velada estaba cerca.

Tras unos breves minutos de espera, Wild Nothing reapareció en el escenario para ofrecer un último set, conformado por clásicos de sus tres primeras entregas. La inocencia, el baile y la melancolía inundaron El Plaza con “Chinatown”, “A Dancing Shell” y “Shadow”.

Fue entonces cuando la sombra se apoderó del lugar. Tras apagarse las luces, volvimos a ser extraños en la oscuridad.

Liverpool Legends en el Auditorio Nacional

Un viaje en el tiempo a través del universo mágico de The Beatles y su legado inmortal.

No importa si se trata de Grupo Morsa o el conjunto que toca en el metro, las canciones de The Beatles van a seguir prendiendo, sacudiendo y generando múltiples emociones en chicos y grandes por los siglos de los siglos.

Mientras espero en el Auditorio Nacional a que dé inicio el show de Liverpool Legends, banda tributo a The Beatles, es notable la predominancia de gente de edad avanzada. Muchos de ellos vienen acompañados de nietos e hijos, para disfrutar la música inmortal de John, Paul, George y Ringo. Tres llamadas y da inicio el espectáculo con la Orquesta Sinfónica de Minería, la cual nos introduce al mundo del cuarteto de Liverpool con un popurrí de temas como "Yellow Submarine" y "Eleanor Rigby".

liverpool legends

Aparece en las pantallas Louise Harrison, –hermana del difunto George Harrison, quien dio su bendición para este tributo y seleccionó a los músicos– esta nos relata la llegada de los fab four a los Estados Unidos y, como si se tratara de una máquina del tiempo que nos traslada a 1964, de pronto nos encontramos en el show de Ed Sullivan escuchando "Please Please Me", "I Saw Her Standing There" y "All My Loving" a cargo de cuatro músicos que claramente pasaron buena parte de su vida estudiando los movimientos corporales y hasta los acentos de cada Beatle.

Con la más increíble atención al detalle en materia de disfraces, pelucas e instrumentos, el espectáculo nos hace sentir que somos esas adolescentes que gritaban como histéricas en el famoso concierto del Shea Stadium, que volamos por el mundo de colores de Pepperland o que estamos viendo a la mismísima Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band con sus atuendos coloridos interpretar temas que nunca llegaron a tocarse en vivo como "Hello Goodbye", "Penny Lane", "When I’m Sixty Four" o "Lucy in the Sky With Diamonds".

Liverpool Legends hace un recorrido a través de la discografía de The Beatles desde los años del peinado de honguito y los trajes, hasta que descubrieron el ácido, los sonidos orientales y la experimentación con George Martin. De A Hard Day's Night y Help! hasta el ocaso de la banda con el Abbey Road –que por cierto interpretaron casi en su totalidad con motivo de su 50 aniversario–, con todo y un encore compuesto por éxitos solistas de cada Beatle ("My Sweet Lord" de Harrison, "It Don’t Come Easy" de Ringo, "Imagine" de Lennon y el tema Bond de McCartney, "Live and Let Die").

Todos los grandes éxitos sonaron, además de temas más reconocibles por fans de hueso colorado como "I Want You (She’s So Heavy)", "While My Guitar Gently Weeps" o "Maxwell’s Silver Hammer". El espectro de emociones que causa escuchar estas canciones va de la euforia y el baile con "Twist and Shout" a las lágrimas con "In My Life", mención aparte merece el excelso acompañamiento de la Orquesta Sinfónica de Minería, la cual brindó epicidad y un mayor impacto a temas como "Yesterday" y, por supuesto, "A Day In The Life".

El concierto se extendió por casi tres horas, incluso contó con un intermedio para estirar las piernas, y aun así la agrupación mantuvo a la audiencia cautivada de principio a fin. Cada imitador tuvo su momento para brillar, McCartney con "Yesterday", Harrison tocando su citara con visuales psicodélicos detrás y los temas "Something" y "Here Comes the Sun", Lennon con "Strawberry Fields Forever" y Ringo con "With a Little Help From My Friends", "Yellow Submarine" y "Octopus’ Garden".

Uno no puede evitar preguntarse cómo rayos es que Louise Harrison dio con este cuarteto de músicos que no solo han perfeccionado la caracterización, sino también la voz, los ademanes y movimientos corporales de esta legendaria banda al pie de la letra. No por nada son considerados la banda tributo de The Beatles número uno y, en un mundo lleno de problemas de intolerancia, discriminación y odio, sigue siendo necesario escuchar mensajes como “todo lo que necesitas es amor” y “el amor que tomas es igual al amor que haces”.