Una forma de sanar a través del arte.

En nuestro viaje por la vida, los monstruos de la soledad, ansiedad y desamor, muchas veces se hospedan en lo más profundo de nuestras mentes llevándonos a un laberinto lleno de dolor, sufrimiento y tristeza. En Turn Out the Lights, Julien Baker hace público ese pesar, llevándonos por 11 canciones, que bien podrían ser los 11 capítulos de un libro, en la búsqueda de estabilidad mental y alegría, que se puede resumir en lo que Baker declaró recientemente para Pitchfork. “La existencia de ansiedad o depresión deniega mi capacidad de ser feliz, o mi inteligencia, cuando las acepto, puedo tener control sobre ellas”.

El álbum completo es una estructura homogénea, todo se entrelaza. En “Over” y “Appointments” los arreglos de violín, órgano y guitarra se van tejiendo como una telaraña, dando como resultado esa delicada textura, brillante y vulnerable; donde se reflejan los recuerdos de una relación fallida, como intensos rayos de sol, y el aire golpea con fuerza, pero Baker quiere creer que todo estará bien "Maybe it’s all gonna turn out all right" cantando como una petición a su persona "but I have to believe that it is". Al momento de dormir, cuando cierras tus ojos y puedes ver el reflejo de las buenas y malas experiencias como una acción involuntaria, aparece ese sentimiento de soledad, que te quita el sueño. En “Turn Out the Lights”, Baker logra recrear ese ambiente obscuro y catártico, con un profundo patrón de acordes de guitarra, para al final como una liberación del dolor pronunciar "When I turn out the lights, oh there’s no one left between myself and me".

En “Shadowboxing”, el rechinar de las cuerdas de su guitarra resuena con el sonido de los violines, mientras los conflictos de una relación enfermiza reaparecen en el presente "I know that you don't understand, ‘cause you don’t believe what you don’t see. When you watch me throwing punches at the devil, it just looks like I’m fighting with me". El sufrimiento invade a Baker en “Sour Breath”, la partida de alguien sin saber la razón y la necesidad de cuestionarse todo el tiempo el por qué, la llevan a caer en un vacío, mientras canta "the harder I swim, the faster I sink", como si un pesar en el pecho le  robara el aliento.

“Happy to Be Here” define el momento en que Baker decide pelear por su recuperación mental, sarcásticamente canta al comienzo de la canción "If I could do what I want, I would become an electrician…and I would rearrange the wires in my brain, a different me would be inhabiting this body"; continuando con "I was just wondering if there's any way that you made a mistake" haciendo referencia a Dios; para terminar con un sentido de desesperación "Well I heard there’s a fix for everything, then why, then why, then why, then why not me?", al mismo tiempo que se da cuenta que nadie es normal. “Hurt Less” es una de las canciones más bonitas de este año, la combinación del sonido del violín de Camille Faulkner, y el piano, junto con la voz de Baker y la de Matt Gilliam; crean una atmósfera armónica, donde los malos y buenos momentos se unen y dan forma a lo que llamamos vida.

“Claws in your Back” es —como ella ha dicho— lo contrario a “Go Home”, el último sencillo  de su disco debut Sprained Ankle, donde reclama desaparecer de este mundo, mientras  al final de este disco quiere dejar un sentimiento diferente, encontrando la belleza en vida, permitiéndose ser feliz. En Turn Out the Lights, Julien Baker, transforma sus miedos en su arma para curar sus heridas y comparte sus sentimientos más abismales de una forma sencilla y hermosa, con tal empoderamiento que logra conectar fácilmente con las personas y crear cierta empatía en ellas, ofreciendo una forma de sanar a través de su arte.