Foro: Pepsi Center WTC

POSPUESTO: Rewind Dance 90s será en el Pepsi Center

El baile tendrá que esperar ya que el Rewind Dance 90s será pospuesto. Conoce todos los detalles a continuación.

En medio de la contingencia y las ordenes del Gobierno de México en suspender actividades no necesarias hasta el 30 de abril el Rewind Dance 90s será pospuesto. Aquí el comunicado por parte de los organizadores:

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Rewind Dance 90s se iba a realizar el 23 de abril en las instalaciones del Pepsi Center WTC. El evento prometía ser una de las mejores noches de la vida de los asistentes pues con shows en vivo no dejarían que los invitados pararan de bailar.

Entre el line up se encuentra la cantante estadounidense Crystal Waters que llega a México para recordar uno de sus éxitos, "Gyspsy Woman" y "100% Pure Love". Además de recordar la época en que el house lo era todo con la agrupación belga Technotronic.

Sin olvidar a la banda estadounidense C+C Music Factory de quienes recordaremos el hit "Everybody Dance Now". Por último, Snap! y el eurodance alemán revivirán temas como "The Power" y "Rhythm is a Dancer".

Esto es solo una probada de lo que vivirás, pues habrá mucho más que presentar.

Ya puedes conseguir tus boletos a través de Ticketmaster, los precios rondan desde los $700 hasta los $1,400 sin cargo por servicio. No te pierdas la oportunidad de revivir esta increíble época y dejar la pista reluciendo con increíbles pasos de baile.

Little Jesus en el Pepsi Center WTC

Little Jesus ofreció uno de los mejores conciertos de fin de año.

Desde sus primeros discos Norte (2013) y Río Salvaje (2016), sabíamos que Little Jesus lograría colocarse como una de las agrupaciones más prometedoras de la escena en México, y así lo demostró ante un gran número de fanáticos que este 28 de noviembre asistieron a una de las fiestas musicales épicas que el 2019 nos trajo al Pepsi Center WTC, en donde la banda presentó su más reciente producción, Disco de Oro (D.D.O.).

A las 21:30 H, el quinteto se colocaba ante sus instrumentos para inaugurar un concierto lleno de colores, luces y mucho ritmo. "Mala onda" fue la primera canción con la que la banda prendió a sus seguidores que no dejaron de cantar ni un minuto, para así continuar con la primera sorpresa de la noche: Vanessa Zamora cantando “Fuera de lugar” (canción que en el disco cantan con Girl Ultra), continuaron con los acordes de “Un plan espectacular” y “Pesadilla” para después hacer una pausa en donde Santiago Casillas, vocalista y guitarrista del grupo, agradeció la presencia de su público, el cual incluía personas de todas las edades. 

La luces se atenuaron y el momento romántico se apoderó del Pepsi Center WTC con los primeros acordes de la canción “Norte”, misma que dio la bienvenida a la segunda invitada de la noche, la argentina Daniela Spalla con quien la agrupación ya ha tenido oportunidad de compartir escenario.

Con cada canción, el público se prendía más y más, parecía que no querían que se terminara y, después de una breve pausa, la banda regresó a cantar “Químicos” seguido de “Volver al futuro” en dónde en la parte final de la canción apareció Ximena Sariñana acompañada de un grupo de bailarinas que le dieron un toque muy especial a la presentación de la canción y que también puso al público a bailar.

Los fans no pararon de gritarle a Truco Sánchez, el baterista de la banda, quien con el agradable humor característico que tiene, tomaba el micrófono para agradecer la presencia de sus seguidores. “¿Cómo están, amigos? ¡Están preciosos!. Gracias por acompañarnos”

Y aunque el show fue para presentar su más reciente disco, fue hermoso que tocaran algunas canciones de sus producciones pasadas como “La magia”, “Color”, “Azul”, seguido de “TQM”, esta última, como era de esperarse, con la presencia del talento y belleza de Elsa y Elmar y Ximena Sariñana, en donde más de uno se puso sentimental. 

Un concierto que nos deja con un excelente sabor de boca y con muchísimas ganas de que llegue el Vive Latino 2020 para poder volver a escucharlos.

Bad Religion en el Pepsi Center WTC

Bad Religion: Siempre habrá forma de ser punk.

Como buen “21st Century (Digital Boy)” te comunicaste con tus amigos por WhatsApp ante la prisa por llegar al Pepsi Center WTC, el maldito tráfico, las malditas responsabilidades laborales, la camisa abotonada de aquel viejo conocido que llegó antes que tú y que, oh sorpresa, te anuncia que su segundo hijo viene en camino, un efusivo abrazo y la felicitación, accidentalmente pisas su zapato boleado. El, a diferencia de muchos, no trae los Vans ni los jeans o las bermudas en una noche fría, tuvo que tomar el camino directo al show desde la oficina. 

“Fuck You”, que se joda todo el mundo allá afuera, Bad Religion está tocando, y es curioso notar como la edad, antes que pesar, nos da un modo diferente de apreciar a las personas, porque aquel que se asemeja a los profesores que tenías en la secundaria, es el frontman de una banda que te ha curtido desde hace mucho tiempo, primero, cuando vislumbraste su logo en una playera en El Chopo, en los parches de los punks, y luego, en la era digital, descargando sus canciones.

“Chaos From Within”, y aunque la convocatoria parecía floja en el acceso, la energía se expandía ante cada acorde y recuerdo, el punk no morirá mientras sigas haciendo air guitar o tocando en tu habitación con tu guitarra destartalada, aunque ahora puedas comprar una Gibson como la de Brett Gurewitz y cervezas de 160 pesos con tu tarjeta de crédito. El punk no morirá aunque tengas que acreditar tu mayoría de edad para que te vendan alcohol. “Stranger Than Fiction” resulta sentir como los años pasan y la emoción por la música en vivo no disminuye, cualquier concierto, aunque sea en lunes, es un aliciente perfecto, un vicio, un concilio ideal y ecléctico: Luis Alvarez “El Haragán” platica con Manueloko de La Tremenda Korte, la gente de seguridad saca a empujones a un punk de cepa, mohicano y estoperoles, 2 tipos de saco y corbata abrazados brindan y cantan, una chica de cabello rosa prende un cigarro aunque está prohibido fumar, círculos de slam se crean en menor medida que frente al escenario, porque como me dice un camarada, hay algunos que ya no están en edad de echar tanto desmadre, o porque se chingaron la rodilla, o porque la ciática punza intempestivamente.

“My sanity? I've nothing to lose, so please let me be”, Greg Graffin tiene toda la boca llena de razón, y parafraseando a Chente, aunque su pelo pinte ya algunas canas, nos demuestra que envejecer no es una opción. “I Want to Conquer the World”, el frenesí no se detiene, Bad Religion nos inyecta pequeñas dosis de no más de 3 minutos pero con más poder que cualquier balada del recuerdo, de esas que teníamos que contrarrestar poniendo “Generator” a todo volumen y cantando con desato. “Los Angeles is Burning” como una rara profecía ante los incendios forestales de estos días, “You” y el recuerdo de controlar a Chad Muska en las pistas  en Tony Hawk’s Pro Skater 2 de PlayStation al compás de ese mismo tema, tantos recuerdos de días que eran menos complicados, cuando el dinero alcanzaba para más y la vida parecía tan simple. 

“Punk Rock Song” en honor a un género que ha trascendido y mutado de extrañas formas, porque para una generación es Green Day (y no el de Kerplunk!...el de American Idiot), lo que nunca será 5 Seconds of Summer, lo que intentó Allison, lo que Especimen volvió culto, lo que The Clash siempre te va a recordar. “Infected” como un último canto para volver a la normalidad, al desafío de la supervivencia, a volver a ser parte de la máquina productiva y farsante. Un pin más para el chaleco, un concierto más a los grandes recuerdos, el riff de “American Jesus” cual amarga despedida, pero más allá de la música, encontraremos nuestra propia forma de ser punks, cual sinónimo de libre albedrío, aunque no vistamos o aparentemos, aunque tengamos que claudicar y adaptarnos, siempre encontraremos la forma. 

Nach en el Pepsi Center WTC

Nach: Hip hop en su máxima expresión.

Pocos pueden presumir de haberse ganado el estatus de leyenda y Nach es uno de ellos. Dos décadas han pasado desde que este rapero de Alicante, España, aterrizó en la poderosa escena ibérica del hip hop y para celebrarlo se embarcó en una gira que el día de ayer llegó al Pepsi Center WTC.

Con un mensaje de bienvenida en el que se invitó a todos aquellos racistas, homofóbicos y misóginos a retirarse pues ese show no era para ellos. Y así, con esa declaración, comenzó un maratón de dos horas de lo mejor del hip hop en español.

El concierto no fue uno más. Desde el principio se notó que iba a ser especial. El setlist se encargó de recorrer toda su carrera. Desde lo más nuevo como “Rap Bruto”, “Vida Real” y “Todo O Nada”, hasta verdaderos clásicos como “Ellas”, “Palabras” o “Amor libre”.

Si bien no hubo momentos bajos en el show, sí hubo unos que destacaron. Por ejemplo: el momento en el que interpretó “Rap Español” rindiendo tributo a aquellos raperos de su país que admiraba y lo impulsaron a adoptar el rap como forma de vida. Si bien esto es algo que hace en la mayoría de sus shows, lo relevante fue que cortó el tema a la mitad para ovacionar a los grupos y raperos más importantes de México mencionando a Aczino, La Banda Bastön, La Vieja Guardia, Hispana y por supuesto Control Machete, acto que fue seguido de una ovación estruendosa de parte del público.

Siguiendo esa línea, Nach llenó el escenario de invitados, todos mexicanos. Es así como subieron a la tarima Akil Ammar, Hispana y la leyenda Fermín IV, este último se aventó “Fácil”, canción en la que reflexiona sobre el estado del hip hop y su recorrido por la escena.

El último invitado fue Aczino: el rey del freestyle mexicano. Con él sonó “Rap bruto”, canción que grabó Nach junto a Residente, por lo que eran unos zapatos difíciles de llenar, sin embargo el originario de Neza lo hizo maestría culminando con unos versos improvisados en los que contó viejas anécdotas del español en México y como era la escena nacional hace años cuando se juntaba en el chopo para de ahí ir a ver a Nach a Tlatelolco.

Y así fue como transcurrió uno de los mejores shows de hip hop del año, no cabe duda que Nach se ganó el estatus de leyenda con esfuerzo, perseverancia pero sobre todo con rimas épicas mismas que nos alegraron una simple noche de miércoles.

The Neighbourhood en el Pepsi Center WTC

Una noche con balance monocromático a cargo de The Neighbourhood, ofreció instrumentos brillantes y una voz camaleónica.

Como parte de su gira por diferentes festivales de México, The Neigbourhood se presentó en el Pepsi Center WTC. Después de lanzar Hard To Imagine The Neighbourhood Ever Changing, regresó para presentar un nuevo tema y descubrir un nuevo personaje.

Antes de comenzar, HEALTH de Los Ángeles se adueñó del público para dar inicio a una magnífica noche. Al presentar la primera canción ocurrieron un par de fallas técnicas que provocaron su salida del escenario, sin embargo, el público los recibió de nuevo con toda la energía. Una combinación de noise y electro rock con un toque de psicodelia se hizo presente a través de sintetizadores y solos de batería. Destacando el headbanging del bajista John Famiglietti aclamado en todo momento por el público.

El telón se cerró y el personaje de Jesse Rutherford, Chip Chrome apareció con una guitarra acústica para interpretar “In The Middle of Somewhere”. En seguida, se abrió el telón y la alineación completa ya estaba en el escenario para interpretar “Lost in Translation”, otro de los nuevos temas. Alargando un poco la canción entre solos de guitarra y redobles de batería que emocionaron más al público, finalmente sonó “Wiped Out!”. Con este Jesse se hizo presente en el escenario con un traje como el resto de sus compañeros. Aunque el sonido de le voz, ocasionado por el reverb se perdiera en ocasiones, para los asistentes al lugar era fácil identificar la canción que la banda tocaba.

Desde el primer tema Jesse se adueñó del escenario yendo de lado a lado, mientras saltaba, daba algunos giros o simplemente se movía al ritmo de la canción. Zach, Michael, Jeremy y Brandon se mantuvieron seguros y dando lo mejor en sus instrumentos.

The Neighbourhood no dejó pasar más tiempo para tocar uno de los temas más conocidos “Daddy Issues”. En esta canción los asistentes sacaron sus celulares para grabar cada uno de los versos, además de cantar a todo pulmón el coro. En “Compass”, todos aquellos acompañados por la persona especial se miraban, abrazaban o cantaban al oído. Los temas de su primer álbum I Love You no faltaron. La línea "you're too mean, I don't like you, fuck you anyway" de “Afraid” se escuchaba entre gritos ahogados y “Sweater Weather” describió perfectamente el clima de la noche.

Tras un retumbante bombo “R.l.P. 2 My Youth” transformó la atmósfera a lo más oscuro de la banda. El momento de la noche se suscitó cuando el vocalista ofreció unas palabras, tomó la bandera mexicana y se envolvió en ella. Después de más de una hora de concierto sonó “Stuck With Me”, con la que el público brincó y danzó de un lado a lado con la misma energía que la banda transmitía. Finalmente, las luces se encendieron y el telón se cerró. Tras el inesperado cierre, la adrenalina quedó contenido en los fans espectantes de "Scary Love".

 

Cage The Elephant en el Pepsi Center WTC

Locura, desenfreno y melancolía con Cage The Elephant y amigos.

Muchas veces envidio de nuestros vecinos del norte cuando tienen tantas giras conjuntas de ensueño, una de ellas fue el Night Running Tour que unía los talentos de Beck, Cage the Elephant, Spoon, entre otros.

Afortunadamente para nosotros, por la cercanía a veces nos llega alguna de rebote como fue el Rage and Rapture con Blondie y Garbage hace dos años. En esta ocasión Cage The Elephant y Spoon se aventaron a deleitar a sus fans con una noche de euforia pura en el Pepsi Center WTC.

Para el melómano capitalino fue un dilema escoger dónde pasar la noche del 21 de octubre. Por un lado Vampire Weekend en el Teatro Metropólitan, por otro Kaiser Chiefs en El Plaza y LP en el Auditorio BlacBerry. Nada de esa competencia evitó que el Pepsi se encontrara al tope de su capacidad.

Calentando motores con Spoon

A las 20:00 H salió Spoon, la banda encabezada por Britt Daniel, ante una cálida bienvenida. Un sencillo telón rojo con el nombre de la banda de fondo y empezó a sonar "Do I Have to Talk You Into It" para bailar sensualmente. En seguida retrocedemos un poco en el tiempo con "The Way We Get By" y "My Mathematical Mind". "The Underdog" fue la primera canción reconocida por la mayoría, notorio por la cantidad de celulares alzados.

"Hot Thoughts" continúa con el ánimo para bailar y con "Don't You Evah" están de racha. Muchos como el sujeto detrás de mí no dejaban de pedir "Do You" y, cuando llegó ese momento, fue el más coreado de la agrupación de Austin, Texas.

Suena "I Turn My Camera On" y Britt Daniel no deja de agradecer la calidez del público y a la banda estelar por haberlos invitado. En "Inside Out" los sintetizadores asfixiantes y atmosféricos son la cereza del pastel y entre guitarrazos y feedback, "Rent I Pay" marca su despedida con 40 minutos sin un segundo desperdiciado.

Euforia con el elefante enjaulado

En cuanto se retira el telón de Spoon se revela el inmenso escenario de Cage The Elephant que consiste en una plataforma elevada con escalones, lo cual inmediatamente sube los ánimos. Desde hace años que el público mexicano clama por un show en solitario de los de Kentucky y su triunfal debut en el Corona Capital de 2017 solo elevó las expectativas.

Empieza a sonar “Broken Boy” y el Pepsi Center se cimbra ante tanto brinco, el vocalista Matt Shultz siempre teatral sale disfrazado en lo que solo puedo describir como un vaquero colorido de látex –reminiscente al personaje de la portada de su más reciente disco, Social Cues-, atuendo que a lo largo del show cambia a lo que parece un traje típico oaxaqueño y un impermeable blanco.

“Cry Baby” y “Spiderhead” no dan un descanso al público, el cual parece un mar agitado. Brad Shultz, guitarrista y hermano del vocalista, se deja llevar completamente por el ambiente y aprovecha la oportunidad para surfear sobre el público con su guitarra. “Too Late to Say Goodbye” es la primera oportunidad para descansar un poco, pero no de parar de cantar a todo pulmón.

Durante el concierto, la agrupación fluctuó entre sacudir melenas y destrozar gargantas al ritmo de temas como “Mess Around”, “It’s Just Forever” o “House Of Glass” y ponernos sentimentales con “Shake Me Down”, “Trouble”, “Telescope” y en especial con los temas de su desgarrador nuevo disco, cuyas letras en su mayoría fueron inspiradas por el reciente divorcio del vocalista.

“Ready To Let Go”, “Tokyo Smoke”, “Social Cues” y “Skin and Bones” fueron recibidas por el público casi con la misma emotividad desgarradora pero enérgica que emitía la banda.  “Ain’t No Rest For The Wicked” nos puso nostálgicos por ese debut homónimo que cumple una década este año y durante “Come a Little Closer”, Shultz se envuelve en la bandera mexicana para que los acompañemos al viaje místico que es dicho tema.

Las emociones más fuertes al final del camino

Al momento que suena “Cigarette Daydreams” creí que no habría un momento más coreado y emotivo durante la noche -más adelante probarían mi equivocación-. “You can drive all night looking for the answers in the pouring rain, you wanna find peace of mind looking for the answers”, canta el público como una sola voz mientras se va desvaneciendo la canción.

Parecía un cierre apropiado, pero Cage The Elephant aún tenía combustible suficiente para sacudirnos una última vez al ritmo de “Teeth”, donde Shultz aprovechó para navegar sobre el mar de gente hasta llegar a la mitad de la sección general y lograr el equilibrio suficiente para ponerse de pie sobre este como una figura de poder en medio de decenas de celulares que buscaban capturar el momento.

Las luces del Pepsi Center se encienden para advertir que el concierto ha concluido, pero Matt Shultz no está listo para irse, aún es temprano y tiene mucho qué decir. Solitario, con una guitarra y sentado en un banco se propone a tocar “Love's The Only Way”, la introduce entre lágrimas, las cuales se contagian y se quita su anillo de compromiso que aún porta.

Por si para ese momento no estabas conmovido, el tecladista Matthan Minster y el guitarrista Nick Bockrath regresan al escenario para acompañar al vocalista para una última canción. “Goodbye” concluye el concierto entre un sonido de órgano distante y melancólico, discretos arpegios de guitarra y una desgarradora interpretación vocal que se siente como golpes al corazón. Shultz se despide con un mensaje contundente: el amor existe y hay que creer en él.

En general, fue uno de esos conciertos en que si no acabaste empapado en cerveza y sudor, con los zapatos pegajosos y un poco golpeado es como si no hubieras estado ahí. En un show de Cage The Elephant el público canta a todo pulmón, sacude la melena y derrama una que otra lágrima y en esta ocasión tanto público como artistas dieron todo de sí en una noche de múltiples emociones.

Sabino se presentará en el Pepsi Center WTC

El Sabino, como le dicen algunos, ha anunciado su primer show grande en CDMX. Checa los detalles.

Vaya sorpresa que nos dio Sabino ya que ha compartido que realizará un show en el Pepsi Center WTC el próximo 15 de febrero. Los boletos oficialmente están agotados.

Don Ramón VIP $1,500
General $500
Box Superior $750
Sección C $420
Zona discap $420

El rapero presentará YIN y lo hará con invitados especiales. Este será el concierto más grande que ofrezca el rapero en CDMX luego de abarrotar el Lunario del Auditorio Nacional en septiembre de 2018. En aquella noche su mamá y diversos amigos fueron testigos de su "graduación".

El creador del Sab-hop hace unos meses nos compartió el videoclip de su sencillo "Los enamorados", que contó con la participación de la cantante argentina, Loli Molina. De una manera muy cómica Sabino menciona. "En el lugar menos pensado fue donde nos encontramos, ahogando en la cantina penas con un par de tragos. Apenas te conozco y ya me dio confianza. Me cediste tu mano y procedimos con la danza".

El track nos habla sobre la forma en la que se enamoró el oriundo de Guadalajara. Puedes ver el videoclip que dirigió Alexis Gómez a continuación.

The National en el Pepsi Center WTC

Noche de gotas de lluvia y lágrimas con The National.

Apenas un año después de su última visita al Pepsi Center WTC, The National regresó a México para promocionar su más reciente disco, I Am Easy To Find.

A la hora de la apertura de puertas se veían pocas personas formadas, cuando salió Ed Maverick en punto de las 20:00 H al escenario, el aforo apenas llegaba a media capacidad. El joven artista de Chihuahua, junto con su guitarra acústica y su banda de acompañamiento, en principio sonaba como una elección apropiada de telonero por la vibra melancólica de su música.

Sus nervios y temor eran muy notorios y, a pesar de que los murmullos del público en ocasiones ahogaban la quietud de sus canciones, Maverick puso mucha emotividad e intensidad en ellas, lo cual fue acentuado por su banda cuando lo necesitaba y para cuando llegó el momento de su éxito viral, “Fuentes de Ortiz”, más de uno entre el público la coreó.

Llegó el turno de The National, esta vez venía acompañada de cuatro músicos adicionales, incluyendo a Kate Stables, a quien pudimos escuchar en varios cortes de su nuevo disco y quien fungió como la voz femenina requerida para la interpretación en vivo de las canciones de I Am Easy To Find.

“You Had Your Soul With You” dio arranque a la presentación y lo primero que salta a la vista es la cálida recepción que tuvieron las nuevas canciones, las cuales eran coreadas una tras otra. “Quiet Light”, “The Pull Of You”, “Hey Rosie” le siguieron, generando la misma emoción entre el público y con Stables vitoreada cada vez por su acompañamiento a la voz de Matt Berninger.

Con “Don’t Swallow The Cap” empezó el viaje al ayer y la energía no hacía más que subir, en seguida las luces se volvieron tenues y anaranjadas como indicación de que venía “Bloodbuzz Ohio”. “I still owe money to the money, to the money I owe”, se escucha al unísono entre un público emocionado y Berninger con su característica voz profunda y melancólica.

Es difícil discernir entre los gemelos Aaron y Bryce Dessner en la sección rítmica. No solo sus facciones son idénticas, sino que tienen el mismo corte de cabello y ambos fluctúan entre las guitarras y el piano, pero prueban ser un dúo dinámico que genera un sonido masivo y envolvente en una de por sí numerosa banda arriba del escenario.

A pesar del tono gris que caracteriza la música de The National, su vocalista Matt Berninger es un personaje que contrasta con esta. Rara vez se mantiene quieto y, cuando no hace comentarios humorísticos entre canciones, gusta de pasearse por el pasillo debajo del escenario para tomarse fotos con fans mientras canta, lo cual debe hacer del trabajo de su jalacables una pesadilla.

“So Far, So Fast”, “Where Is Her Head?” y “Oblivions” demostraron que las versiones de estudio no le hacen justicia a su desgarrador potencial. Con “I Need My Girl” naturalmente llegó uno de los momentos más coreados y grabados de la noche desde que comienzan aquellas notas suaves de guitarra, quizás el riff más reconocible de The National.

“The day I die, the day I die, where will you be?”, se preguntan Berninger y el público al ritmo de las azotadoras percusiones de Bryan Devendorf. Para su sucesora, “This System Only Dreams in Total Darkness”, un fan pidió tomar el lugar de este último, pero no tuvo éxito, no todas las bandas son The Killers o Green Day para dejarte subir a tocar un instrumento.

“Pink Rabbits” es una grata sorpresa para los fans más acérrimos y, en esa misma vena delicada y sombría, “Light Years” llegó con su dulce melodía de piano que nos arrulla y hace que las parejas se abracen.

"Rylan” ha sido una favorita de fans desde tiempo antes de que apareciera en un disco y esta junto con “Graceless” hizo uno de los momentos más enérgicos de la noche antes de volver a la paz, tranquilidad y brazos ondeantes nuevamente con “Fake Empire”, en cuya interpretación destacó una sección de trompetas cortesía de los músicos de acompañamiento de la banda.

Primer encore, hora y media de música no es suficiente para una banda con la trayectoria de The National, aún se siente que falta mucho. “I Am Easy To Find” suena con dedicatoria a un profesor universitario de Berninger que falleció; “Mr. November” nos recuerda que no todo es sentimentalismo y pesadumbre, sino que también hay guitarrazos y comentario político.

“It takes an ocean not to break”, ruge el líder de la agrupación mientras porta una playera regalo de un fan durante “Terrible Love”. “About Today” presagia el final de la velada en una depresiva nota de corazones rotos, pero la esperanzadora “Vanderlyle Crybaby Geeks” llega como su ya tradicional cierre donde Berninger cede las vocales al público, el cual corea cada palabra al ritmo de las guitarras acústicas de los hermanos Dessner.

Dos horas de música y aun así se siente que faltó repasar los primeros discos, especialmente Boxer y Alligator. Sea como sea, dos Pepsi Center WTC llenos en dos años son prueba de que The National ha trazado un gran camino y generado una amplia base de seguidores mexicanos desde que debutaron en nuestro país como teloneros de Foo Fighters allá por 2013.

The Offspring en el Pepsi Center WTC

Patinetas, cerveza y playas citadinas: The Offspring en el Pepsi Center WTC.

Era 1988 y una banda llamada The Dead Milkmen, filmaba un video musical en una ex penitenciaría de Filadelfia para la canción “Punk Rock Girl”. Sin saberlo, estaban por pasar a la historia. Siete años habían pasado desde que MTV debutara con su lema: “Por cable. En estéreo”, con sus videojockeys presentando videos musicales 24 H al día. La algarabía se mantenía con el canal que daba voz a una generación de supuestas equis. Un día, “Punk Rock Girl” fue escogida como el highlight de la semana, la canción más pedida del canal más popular entre la juventud, era también la primera canción de punk rock en traspasar la barrera hacia la televisión. El underground comenzaba su ascenso.

Si 1991 fue el año en que —generalizando un poco— el rock alternativo desbancó al pop de Michael Jackson a través de Nirvana, 1994 también sería un año importante para los ideales del Do It Yourself: Smash, el tercer álbum de estudio de The Offspring, salía a la venta a través de Epitaph Records. California y sus patinetas estaban en el mapa otra vez. Hasta la fecha, es el álbum de una disquera independiente más vendido de la historia. Smash lo tenía todo. Tenía rabia punk, letras en donde se problematizaban aspectos mundanos. Hasta tenía momentos de bajar el ritmo. Acerca de esto Kevin “Noodles” Wasserman dijo en una entrevista para la Rolling Stone.

Cuando estábamos escribiendo 'Self Esteem' no lo entendía del todo. La estructura de la canción me parecía extraña. Estábamos acostumbrados a tocar realmente rápido… lo más rápido que podíamos”.

Es ese melodismo no tan crudo, lo que hizo que The Offspring llegara a lo más alto. Años después —en 1998— sacarían el Americana, un disco que podía agradar a un niño de siete años, o a adolescentes incomprendidos y viejas glorias del punk. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, cinco, ses.

Los años pasan y la nostalgia reverdece los gustos. Después del Conspiracy of One del 2000, The Offspring pasó por un periodo “oscuro” en los 2000, cuando, quizá, no encontraban su lugar en el mundo. Los 90 habían terminado y el punk rock californiano era desplazado por muchachos que cantaban sobre la inteligencia de policías de Nueva York y lo que había dicho una chica la noche anterior. Pero el 2019 es una historia diferente, y el Pepsi Center WTC de la CDMX, presentaba un sold out para ver a sus ídolos. Esta es una aseveración temeraria, pero creo que el mejor género para presenciar en vivo es el punk. Cualquiera se puede unir a los gritos distintivos de “uoh oh oh”. El ambiente era el propicio y la banda de California lo sabía.

El setlist no podía decepcionar, “Americana”, “All I Want”, “Come Out and Play”, “It Won’t Get Better” y “Want You Bad”. Parecía una de esas recopilaciones con las que introduces a un neófito a una banda. The Offspring sigue sonando igual. Sigue teniendo la energía que los catapultó a convertirse en símbolos. No hubo un solo momento durante la presentación en donde no hubiera centenares de celulares por los aires para capturar una canción en dudosa calidad, pero invaluable pertenencia sentimental. Lo indispensable para decir: "yo estuve ahí". “Original Prankster”, un cover de “Whole Lotta Rosie” de AC/DC y “Bad Habit”. Un domingo de octubre que, ojalá, se hubiera extendido lo más posible.

Y de repente, empezaron las percusiones. Gritos por reconocer un patrón rítmico impregnado en la memoria. Pelotas de playa aparecieron para rebotar entre las manos de los asistentes que por un momento se trasladaron a las costas de Huntington Beach mientras coreaban. “My friend’s got a girlfriend, man, he hates that bitch…”. Una fiesta descolocada, The Offspring es capaz de transportar a otras experiencias, recuerdos, amistades y amores del pasado. Y también de crear nuevas memorias para la posteridad. Después del encore, “You’re Gonna Go Far, Kid” recordó que en el 2008 también hacían canciones y, para terminar, aquella canción de estructura extraña, de ritmo más pausado que “Noodles” no entendía: “Self Esteem” cerró un concierto del que pocos se pueden quejar.

Tal vez fue “Punk Rock Girl” una de muchas semillas que germinaron el camino para que el punk rock saliera de los lugares improvisados para tocar, pero sin lugar a dudas, The Offspring está, junto a otros como NOFX, Bad Religion, Green Day o Rancid, en el pedestal de encumbrar a una ciudad, una cultura y a todo un género.

Los Pericos en el Pepsi Center WTC

Los Pericos: más de 300 vivos en el Pepsi Center.

Luego de haber ofrecido un par de conciertos a lo largo de la república mexicana, Los Pericos finalizó su gira promocional de 300 Vivos en el Pepsi Center WTC de la Ciudad de México.

Silverio, fue el encargado de ambientar al público, quien con temas como: "Yepa, Yepa, Yepa" ,"Salón de Belleza", "Perro" , pusieron a bailar a todos, además, como en todos y cada uno de sus shows, sorprendió con sus bailes y ocurrencias.

Luego de unos minutos de espera, Los Pericos subió al escenario para dar inicio al show con "Runaway" seguida por más éxitos como “Complicado y aturdido”, esto hizo que el publico fuera entrando en calor, además de llenar de nostalgia sus corazones, luego de tantos años de seguir a esta banda argentina.

Lo noche continuaba y los éxitos no paraban de sonar. "Nada que perder" fue la siguiente en desembocan la locura del público. "Mucha experiencia" fue una de las canciones fundamentales en este bloque, el cual lo llevaría al clímax con: "Waitin".

Tras un bloque de baile y mucho reggae, los músicos desaparecieron del escenario para montar una atmósfera más íntima y regresar a interpretar grandes éxitos en un formato más acústico. Temas como: "Bajo el mismo cielo", "Amandola", "Ocho ríos" y "Pupilas Lejanas", siendo esta la elegida para culminar este pequeño set, que desató muchas emociones y una que otra lágrima entre los presentes.

Se acercaba poco a poco el momento de la despedida, pero el público pedía más y otro bloque de canciones emblemáticas como: "Boulevard", "Jamaica Reggae", "Hace lo que quieras" y "Caliente", para la cual, arribó Silverio al escenario para completar con algunos coros a la canción. Encaminaron a lo que sería el fin del show.

Con una vibra espectacular, gritos, aplausos, y mucho la baile el público se alistó para recibir “Home Sweet Home”, uno de los clásicos más emblemáticos de estos argentinos, sin embargo, “Casi nunca lo ves” fue el tema elegido para culminar un show de casi dos horas, lleno de: pasión, energía y mucho baile.

Los Pericos demostró ser una gran banda, llena de mucho rock, reggae y ska, además sorprendió la gran producción llena de luces para sus shows, dejando en claro su amor por México, y la gran energía y conexión que hace con su público.