ZTVZ presenta su primer álbum homónimo

Entre sonidos futuristas, el disco nos lleva por toda una odisea espacial.

ZTVZ es el proyecto de los hermanos Diego y Carlos Andrés, quienes decidieron juntar todas sus habilidades como músicos, físicos, productores y creativos visuales para dar a luz su primer álbum, el cual lleva el nombre del proyecto musical, ZTVZ.

ZTVZ es un disco algo conceptual, pues los hermanos mezclan sus dos pasiones, la ciencia y la música, haciendo uso de recursos futuristas, así como melodías pop y ritmos latinos capaces de llevarte por una odisea espacial.

Este primer trabajo de ZTVZ nace en medio de la pandemia, y es el resultado de esa necesidad artística de crear y componer; el álbum fue producido y grabado en el estudio de su casa en Mayagüez, Puerto Rico.

El álbum se divide en cuatro episodios, en los que ZTVZ emprende este viaje espacial, en donde abandona la Tierra para dirigirse a Alpha Centauri B, al llegar aquí, cumple su misión plantando la semilla de la vida a través de la música y finalmente, regresa a la Tierra, donde la humanidad es representada por un personaje llamado Robota.

Tu también emprende este viaje espacial y escucha ZTVZ a continuación:

Snail Mail — Valentine

La cantante se aleja de la corona del bedroom pop para crear su propio universo sonoro.

La carrera de la cantante estadounidense es todo un efecto mandela; tal vez es culpa de los reconocimientos, o tal vez es culpa de los medios y los comentarios de la crítica; pero es muy difícil creer que Lindsey Jordan tiene solo 22 años y que, hasta hace unos días, apenas contaba con un álbum de estudio.

Snail Mail es un proyecto que creció velozmente: en 2018 la intérprete ya aparecía en el radar por los sencillos “Heat Wave” y “Pristine”; con su debut Lush ya se le consideraba como una de las posibles líderes del bedroom pop. Desde el inicio, el mundo ha creído en esta artista de Maine, puede ser su habilidad con la guitarra o sus letras trágicas y punzantes, pero creo que nadie ha dudado de que Jordan es más que un destello fugaz.

Así que ¿qué haces cuando Paste, Pitchfork y Stereogumponen tu debut en su lista de los mejores discos de la década? Bueno, puedes jugar a la segura como lo hizo The Strokes en Room on Fire, o puedes sacudir un poco las ideas. Con Valentine, la cantante ha decidido ampliar su arsenal y conquistar nuevos terrenos, pero todo desde la comodidad de su safe place.

Prueba de aquello es el tema principal del disco, pues aunque nos da una primera probada de sintetizadores y efectos vocales, pronto regresa a la guitarra lacerante que escuchamos en Lush. Podemos ver esta misma fórmula a lo largo del disco, en temas como “Ben Franklin” y ligeramente en “Madonna”.

Este álbum está lleno de cambios, dudas y dilemas. No es una transición, tampoco es un cambio de era, es más bien ver a la cantante acercarse al mar, mojarse los pies y salir corriendo para volver a la cálida arena. Sin embargo, no es un lanzamiento caótico o que se sienta sin dirección, Snail Mail en todo momento nos deja claro que sabe lo que quiere, pero que lo hará a su propio ritmo, a paso humano.

También, hay que recalcar que Valentine no es un disco en el que Lindsey solo experimenta con sintetizadores. La intérprete prueba su rango en diferentes direcciones y se deja llevar únicamente por sus intereses: “c. et. al.” nos lleva en un viaje íntimo, sin arreglos y con la única compañía de una guitarra acústica; totalmente opuesto, tenemos un poco antes a “Forever (Sailing)” que se aleja por completo de los riffs e incluso alcanzamos a escuchar un estilo cercano al R&B.

Si hay una palabra que pueda definir por completo al segundo lanzamiento de Snail Mail esa es depuración. La cantante se deshace de todos los ingredientes que creíamos que conformaban su proyecto en favor de encontrar el punto clave de su esencia. La estadounidense tira por la ventana instrumentos y arreglos para quedarse únicamente con su voz y su escritura con aires de romance nostálgico y tragedia, los dos elementos que en verdad la definen y que ahora le abren las puertas para moverse libremente en cualquier gama de sonidos.

Valentine no es un disco lleno de canciones memorables, pero es suficientemente sólido para dejar a Lindsey Jordan en terreno estable y cumple con un objetivo mucho más grande. Se aleja de la norma del segundo álbum, en el que la mayoría se busca corregir errores o mostrar algún tipo de madurez para que los comiencen a tomar en serio. Ella en su lugar usó los reflectores para darle un impulso a su ambición de convertirse en algo más que una cantante.

Así que hay que seguir creyendo en la cantante de Maine, pues a pesar de su corta edad, ya creó y le están dando forma a su propio cosmos.

“Babylon”, lo nuevo de M.I.A.

Un video casero para comenzar a ser empático con todas las vidas.

La cantante londinense, M.I.A., anunció hace algunos días el lanzamiento de un nuevo sencillo titulado “Babylon”, el cual ya está disponible en todas las plataformas streaming. La reciente canción no llegó sola, la acompañó una subasta en formato NFT, que tuvo lugar a través de Foundation y contó con una duración de 24 horas.  

 En dicha subasta, también puso a disposición su mixtape de 2010, Vicki Leekx, y los fondos adquiridos serán destinados en apoyo al instituto de rehabilitación para pacientes internos, externos y comunidad en general, Courage KennyAquellos ganadores de las obras musicales recibieron el audio masterizado y visuales exclusivos en alta resolución dirigidos por la misma Mathangi

Con tomas caseras de 1993, el videoclip oficial del sencillo "Babylon" nos comparte un poco de aquello que se vivió al ser inmigrante refugiado y compartir recursos limitados en un pequeño espacio habitado por más de 10 personas en la misma situación.

Dale play y conoce la historia de los inmigrantes:

“Babylon” llegó posterior a su reciente publicación junto a Travis Scott y Young Thug en “Franchise”, además de su single de 2017 “P.O.W.A” y su disco de 2016 AIM. Escúchalos aquí

Entrevista con Mark Brand

Generando la receta perfecta para hacer un cambio en la sociedad.

Mientras algunos sectores de la sociedad comienzan a despertar del letargo provocado por la pandemia, hay gente como Mark Brand que nunca se ha detenido, por el contrario, va a toda marcha y con el propósito de generar un cambio que beneficie a todos. Mientras se repone de una jornada de tres días cocinando en coordinación con las organizaciones TECHO y SMP (Sociedad Mexicana de Parrilleros), platicamos en exclusiva con el autodenominado “entusiasta del cambio” sobre, música, comida y como estamos ante la posibilidad de iniciar de nuevo como sociedad.

La gente ha aprendido profundamente sobre la pobreza, el aislamiento, la adicción, el racismo sistémico, el capitalismo y sus efectos adversos, el cambio climático, y ha comenzado a actuar en consecuencia para cambiar estas cosas. Las personas se han despertado en este momento y ahora están tomando medidas para cambiar sus propias vidas y las de quienes les rodean”.

Mark Brand 3

Desde hace más de una década, Brand se ha encargado de generar conciencia de distintas formas a la sociedad en general, haciendo ver que es necesario ser capaces de voltear a ver y ayudar a los sectores menos privilegiados. Hubo un tiempo en el que el formo parte de los millones de personas alrededor del mundo que no tenían garantía de alimento diario, es por eso que sabe que lo que realmente implica la frase “comer bien”, y es a partir de la organización A Better Life Foundation, dónde Brand ha llevado un mensaje pocas veces entendido: la alimentación es la base de toda una mejor calidad de vida.

Además de la comida, su vida ha estado influenciada por el arte, más en específico por la música en su faceta de DJ desde muy joven; fue ahí donde se dio cuenta de cómo sus dos pasiones en la vida, podían sanar, crear impacto, generar oportunidades, ayudar a una buena salud mental, crear igualdad dónde muchas veces no existe.

Mark Brand 2

Debido a la emergencia sanitaria, muchos tuvieron que regresar a sus casas, sin embargo, esta opción no fue posible para todos y es ahí donde entra Brand, quien a través de su fundación creo el programa Sharpen Up, dónde a través de reuniones de zoom,  con una despensa previamente enviada se les enseñó a las familias a generar comidas saludables, basadas en sus gustos y herencia cultural. Para el chef la idea es siempre moverse y buscar constantemente oportunidades para ayudar.

Otro de los programas que hice junto con mi hermano DJ Zimmie de Private Stock Records, que conocí a través de DJ Jazzy Jeff, fue una serie de conciertos virtuales dónde reunimos más de 50 Djs (Z-TRIP, Jazzy Jeff, Just Blaze, Natasha Diggs entre otros) junto con una docena más de actos musicales (Stro Elliot & Ray Angry of the Roots, Butterscotch Clinton) con el objetivo de crear conciencia y recaudar fondos para Sharpen Up, todo ello transmitido a través de Twitch; La música nos unió cuando no podíamos estar juntos Y creó la defensa de las cosas que importan. El arte es vida”.

 

Mark Brand 1

Actualmente Brand continua con su cruzada por un mundo más inclusivo, con mejores y más oportunidades. A través de su fundación ha probado no sólo que estos cambios son posibles, si no que no son exclusivos de una sola región, estos modelos pueden reproducirse en otros lugares por lo que tras varios años de trabajo está claro: este cambio es algo en el que todos nos podemos involucrar, sólo hace falta algo muy simple: empezar.

Preséntate todos los días, sufrirás pérdidas, la gente no te apoyará, parecerá insuperable, pero si te mantienes fiel a tus convicciones y trabajas todos los días, tendrás éxito. He sido un emprendedor durante toda mi vida, he sido mentor de cientos y he sido testigo de miles, esta es la línea directa: Compromiso, intuición, humildad, integridad, asume tus errores y siempre aparece cuando dices que lo harás. También te asegurará que duermas como un bebé”.

Para conocer más del trabajo de Mark puedes revisar su cruzada en imágenes a través de su Instagram y más sobre su fundación aquí.

 

Desert Daze 2021

Bienvenidos al espacio exterior.

Fuimos afortunados en vivir la experiencia que el festival Desert Daze 2021 tenía lista para nosotros, pues desde ya hace nueve años ha ido regalándole al público, a los músicos y a los mismos organizadores momentos increíbles en diferentes locaciones, esta vez, nuevamente lo viviríamos dentro de las inmediaciones del Lake Perris, un lugar privilegiado por estar rodeado de montañas y muy cerca del desierto y el océano.

Día 1

Largas fueron las filas para el ingreso de los asistentes, mientras que al fondo se escuchaba la música de Tropa Mágica, los encargados de inaugurar el festival, invitándonos a ponernos nuestra mascarita para irnos a bailar, cosa que la mayoría de los asistentes ignoró, pues dado a que en el acceso solicitaban certificado de vacunación o prueba negativa de COVID-19, la confianza de estar a salvo de contagio era alta.

La Luz tuvo los honores de inaugurar el escenario principal, siendo iluminadas de frente por la caída del sol mientras continuaban estrenando las canciones de su más reciente disco homónimo.

Mientras tanto la gente seguía acomodándose tanto en sus casas de campaña como en sus RV’s, ya que este festival cuenta con una gran zona para acampar, equipada con baños en impecables condiciones y con regaderas con agua caliente, además de una tienda de artículos diversos para que complementes con cualquier alimento o bebida tus reservas, incluso puedes hacer tus compras previamente en una aplicación y solo pasar a recogerlas. Bendito primer mundo.

En la caída de la noche, Deap Vally se volvía a presentar en esta edición, siendo de esas bandas que vieron nacer a Desert Daze en 2012. “Gonna Make my Own Money”, “Baby I Call Hell” y un gran cierre con “Look Away” fueron de los momentos más intensos de su presentación, agradeciendo mucho la energía de sus fans.

Momento de subir el volumen, la distorsión se apodera del escenario mientras DIIV destroza nuestros oídos con su poderoso shoegaze y dreampop, la mirada fija y sonrisa espeluznante de Andrew Bailey nos hipnotiza a la par de que “Under The Sun” es interpretada. Deceiver fue el disco dominante en esta presentación, con seis canciones de 10 que tocaron, teniendo un gran cierre con “Taker”, “Horsehead” y “Blankenship", donde la gente explotó y desató nuevamente mucha energía dentro del pit.

Tim Heidecker & Weyes Blood llenaría de risas y vibra positiva esta noche, interpretando su álbum Fear of Death y algunos covers como “Oh, Sister” de Bob Dylan, así como “Let It Be” y “Day Tripper” de The Beatles, aunque esta última la cortaron apenas habiéndola iniciado.

Ty Segall es uno de los consentidos en esta escena musical, siendo su show uno de los más explosivos en todo el festival, aunado a que Jelloman se unió a la locura, surfeando encima de la multitud, lanzando hacia el público variedad de Jelly shots lanzados por su arco. Un show que tuvo que terminarse en el clímax, pues debido a la demora para iniciar su set, no pudieron concluirlo en su totalidad.

Bajamos las revoluciones, nos entregamos a la melancolía de la mano de The War On Drugs, y aunque solo pudimos escuchar 10 canciones en su set, fuimos testigos del debut en vivo de “Victim”, así como de su nueva canción “Slow Ghost”, además de ser la primera audiencia que escucharía las canciones de su nuevo disco I Don’t Live Here Anymore.

The War On Drugs_ Desert Daze

Crack Cloud fue mi gran sorpresa de la primera noche de este festival. Este colectivo canadiense mezcla el punk con un performance artístico de más de 15 personas sobre el escenario, con atuendos coloridos y carnavalescos que hacen de su show una experiencia totalmente inmersiva y teatral, sumada a la gran intensidad con la que los músicos interpretan, cerrando con “Drab Measure” para convertir la pista en un gran caos.

Finalmente, A Place to Bury Strangers cerraría el itinerario de esta noche, brindándonos un show multifacético y mutante, las guitarras volaban por los aires, la banda iba acercándose cada vez más hacia el borde del escenario, incluso la baterista, hasta que finalmente terminasen todos sus integrantes tocando en medio de la multitud. Podías ver la alegría y sorpresa de los asistentes, no podían creer la energía desbordada en este show.

Día 2.

El segundo día de Desert Daze nos sirvió para regenerar toda la energía liberada el día anterior. Actividades como Yoga, terapias de sonido con cuencos tibetanos y un DJ Set les permitirían a los campistas entrar en contacto con su espíritu y renovarse internamente. A su vez, la mañana de este día estaría abierto el lago para poder nadar, mismo que desde muy temprano se lleno de asistentes que buscaban refrescarse debajo de un sol californiano.

Con poca convocatoria pero con mucha actitud, Geese nos traería directo desde Brooklyn un post punk energético, contrastando drásticamente con el siguiente acto: Pachyman, músico puertorriqueño que va mezclando y creando loops grabados por sí mismo, integrándolos en melodías de Dub, Reggae y Dancehall.

Pachy Man

Mad Alchemy es el miembro honorario de esta comunidad, pues año tras año ha sido el encargado de proyectar sus visuales lisérgicos en Desert Daze, aderezando perfectamente los shows de The Budos Band y de Sudan Archives, creando una atmósfera psicodélica de la que salimos extasiados.

Momento del romance bajo la luna. Andy Shauf daría uno de las presentaciones más coreadas de esta noche, disfrutada a la luz de la luna y llena de proyecciones psicodélicas. Acto seguido, Devendra Banhart se encargó de mantener la llama encendida aún pese a un gran retraso de su show por fallas técnicas.

El rey hacía acto de presencia. Kamasi Washington engalanó la noche con un show de altísima calidad técnica. Emocionado por ser papá recientemente, interpretó la canción que escribió por tan maravilloso suceso: “Sun Kissed Child”, tema que por poco más de 8 minutos nos llevase a la gloria. Cada tema interpretado por él y por el gran equipo de músicos que le acompañan generaban una combinación perfecta entre el jazz clásico y arreglos sintéticos creados por su tecladista. Una experiencia mágica.

Pasada la media noche, la banda anfitriona JJUUJJUU nos regresaría nuevamente al trance que provocan las guitarras distorsionadas y esos vocales tan largos que nos hacen flotar. Un show breve de tan solo media hora que sería la antesala al último acto de esta madrugada, George Clanton, músico y productor irreverente y extrovertido con un show lleno de bromas sobre “lo malas que son sus canciones” y “lo mucho que su madre se avergüenza de él”, complementado con un show de luces sincronizadas perfectamente para crear distintos visuales a lo largo del set.

Día 3.

Spelling apertura el escenario, presentándonos los temas de su nuevo disco The Turning Wheel, siendo un show que nos llenaría de calma y paz previo al caos que estaba por desatarse en el siguiente acto, pues SASAMI subiría los decibeles y retumbaría con metal el festival, incluso interpretó un cover de “Toxicity” que invitaría al público a levantar el polvo de una muy erosionada “pista de baile”.

En plena caída del atardecer, The Black Angels se presentaría nuevamente en el festival, envolviéndonos entre la penumbra de su sombrío show, interpretando temas como “Entrance Song”, “Don’t Play With Guns”, “Yellow Elevator #2” y un cierre increíble con “Bad Vibrations” que desataría revuelo entre el público, impactándose nuevamente entre sí.

Crumb nos presentó gran parte de su nuevo álbum Ice Melt, interpretando “Gone”, “Seeds”, “BNR”, “L.A.”, “Trophy” y “Balloon”, siendo un show plenamente disfrutable desde su inicio, hasta los últimos temas que se han vuelto favoritos entre el público: “Part III” y “Locket”.

Desafortunadamente Kikagaku Moyo se perdió los primeros 15 minutos de su horario intentando solucionar problemas de audio, sin embargo la espera valió la pena, pues dieron uno de los mejores shows del festival, generando la locura total entre un público que los vitoreó y les aplaudió fuertemente al término de cada tema, siendo “Smoke and Mirrors” y “Dripping Sun” los temas que desatarían una explosión de emociones y sensaciones en medio de un intenso mosh pit. Cuánto extrañaba esta sensación.

Yves tumor

Pero la intensidad no paraba ahí, nuevamente las gargantas se unirían para cantar los temas de Yves Tumor, Desde “Gospel for a New Century” donde Sean desbordaría energía y sensualidad, pasando por “Romanticist” y “Dream Palette” mientras se paseaba por el pit de fotografía cantándole intensamente a los fotógrafos que se atravesaban por su camino. Esta presentación explotó cuando Sean comienza a cantar subido en el barandal de la primera fila, los fans se le desbordan encima y Chris Greatti se lanza sobre el público para seguir tocando increíbles riffs mientras el público le carga sobre sus brazos y lo lleva de un lado a otro, finalizando este explosivo show con “Secrecy Is Incredibly Important to the Both of Them”.

Llegaba el turno de Japanese Breakfast, presentación impecable donde presentaran Jubilee, especiando con “Paprika” este festival, endulzando su show con “Be Sweet” y “Posing in Bondage”. Un show lleno de pop rock donde nos regalarían un cierre lleno de nostalgia al interpretar un cover de “Dreams” de The Cranberries.

Nuestra aventura terminaría bailando gracias a Toro y Moi, uno de los shows más largos del festival con 19 canciones en su setlist, entre las que destacaron “Ordinary Pleasure”, “Freelance”, “Say That”, “New Beat” y finalizando con “Rose Quartz”.

Desert Daze ha ido construyendo una comunidad sólida y homogénea que ama a la música, la espiritualidad, la naturaleza y al prójimo. Durante todo este fin de semana el mensaje era claro, la prioridad era el bienestar y la seguridad de todos, intenciones que se notaron en cada momento, tanto entre el público que procuraba que nadie resultara herido entre los empujones y el baile, así como entre el staff y personal de seguridad que en todo momento estuvieron atentos a cualquier situación extraordinaria.

Los sentidos se estimulan en medio de la música, los hermosos paisajes, la convivencia con amigos, familia y seres queridos. Desert Daze es ese lugar de paz y alegría donde nuestra consciencia se expande, nuestra piel se eriza y nuestra sonrisa devela nuestro disfrute. Anhelamos volver año tras año, pues más que un festival se ha convertido en nuestro lugar feliz.

Connan Mockasin — Jassbusters Two

Es difícil hacer secuelas.

El renombrado músico Connan Mockasin, famoso por sus característicos arreglos psico-pop-espaciales llega con esta secuela a su exitoso lanzamiento Jassbusters. Conocido especialmente por ser parte de Soft Hair, este anterior disco ayudó a consolidar su trayectoria como solista. En este nuevo álbum, Jassbusters Two, el artista decide dar una continuación al concepto de su lanzamiento anterior, donde los Jassbusters son unos maestros de música que deciden formar una banda y sacar un disco. Este es su segundo disco.

 

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El disco arranca con “Jass Two”, canción con samples y vocalizaciones extrañas, arreglada de un modo bastante ecléctico pero llevada por una melodía de guitarra muy al estilo particular que ya le conocemos a Mockasin. Continúa con “K is for Klassical”, una canción lenta y ligeramente nostálgica, en la que la melodía nuevamente es llevada por la guitarra. La sensación que más me deja esta canción es, quizás, la de incompletud. En el fondo, se siente como una canción que se quedó a medias, como si algo más fuera a pasar todo el tiempo, pero al final nada más pasa.

“Flipping Poles”, el sencillo promocional del álbum. comienza con una guitarra enloquecida que baja su ritmo y nos deja escuchar lo que suena como una multitud de niñxs-gaviota chachareando en un patio. Ese sonido se va desvaneciendo y da entrada a un beat arenoso y a la entrada de una voz que rápidamente es opacada por la guitarra, que toma el centro del escenario. La característica voz de Mockasin se aparece esporádicamente a lo largo de la canción, sobre todo hacia el final, entrando a complementar muy bien lo que se ha ido construyendo con las cuerdas.

En “In Tune” la voz comienza protagonista, y es más bien el arreglo a su alrededor el que a veces se siente improvisado. El canto se escucha poco inspirado. La segunda parte de la canción abre con un solo de guitarra que nos lleva hasta el final, donde volvemos a escuchar a lxs niñxs gaviota como transición a la siguiente canción, “Maori Honey”. Es la canción más dulce del álbum hasta el momento, pero se sigue sintiendo como algo incompleto, o más bien, poco trabajado. En algunos momentos inclusive me da aires de un intento chafa de Jeff Buckley.

“She’s My Lady”, la penúltima rola, tiene un tono triste pero dulce. Es una canción amena de escuchar, pero realmente no tiene nada memorable. “Shaved Buckley” cierra el álbum con un poco de groove que brilla por su ausencia en el resto del álbum.

Cuando escuché este disco por primera vez me lo expliqué muy fácilmente: “seguramente son los B-Sides de Jassbusters”. Después me di cuenta de que no y mi decepción creció. Todo lo que el primer disco tiene es lo que a esta secuela le falta. Todos los momentos inspirados y memorables no se encuentran por ningún lado en Jassbusters Two. Las primeras veces que puse el álbum, éste ya había terminado sin que me diera cuenta. Mi cerebro ni siquiera lo cachó, lo dejó pasar al fondo.

No se trata esto de tirarle al nuevo proyecto del artista neozelandés. El disco tiene sus momentos chidos, sigue siendo un disco de Connan Mockasin. Es solo que la vara quedó muy alta después del primer álbum y honestamente pareciera que no le echó muchas ganas en esta nueva instancia. Logró un disco que se escucha genérico y chato dentro de su propio estilo y eso nunca es bueno para la carrera de un artista. Las letras fueron improvisadas en ambos proyectos, como parte de la narrativa de los personajes que se crearon para el concepto. Es muy claro en cuál de las dos grabaciones se sentía más inspirado.

A 35 años del ‘Licensed to Ill’ de Beastie Boys

El inicio del trío neoyorquino que exploró todos los géneros musicales para hacer la vida más divertida.

La música sin grupos como Beastie Boys sería demasiado aburrida. El legado que tres jóvenes neoyorquinos dejaron en el mundo es tan grande que trasciende géneros y épocas. Su trabajo fue tan variado como los gustos de cada uno de sus integrantes. Pero más allá del sonido, lo que siempre prevaleció fue la diversión y disfrutar cada momento como si fuera el último. Al final eso es más importante que los discos vendidos o las reproducciones en Spotify.

Los orígenes del conjunto se encuentran en los 80. En ese momento un puñado de adolescentes de familias judías acomodadas descubrió en el hardcore-punk un camino para desquitar su furia. Sin conocimientos técnicos pero con mucha energía surgió el grupo y logró convertirse en abridor de Bad Brains y Dead Kennedys.

Three MC's and One DJ: La fórmula ganadora

El primer paso ya había sido dado pero no todo fue felicidad. Al poco tiempo hubo cambio de integrantes hasta finalmente quedar conformada la formación que lograría conquistar al mundo. Mike D, MCA y Ad-Rock fueron los únicos que decidieron continuar con el proyecto aunque con un cambio en el sonido. Todo fue gracias al descubrimiento del hip hop.

Para mediados de la década el tridente optó por contratar a un DJ para sus presentaciones en vivo. El elegido fue un veinteañero que iba a la universidad de día y se dedicaba a experimentar con la música durante las noches. Hoy su nombre es sinónimo de éxito pero en ese entonces Rick Rubin era un total desconocido.

Finalmente el 15 de noviembre de 1986 vio la luz el álbum debut de Beastie Boys y lo más sorprendente (o tal vez no) es que fue un éxito inmediato. Para este momento el trío ya había completado su transformación hacia el mundo de las rimas y el uso de la tornamesa como un nuevo instrumento. Inclusive el trabajo es considerado como el primer disco de rap de la historia en alcanzar los primeros lugares de los más vendidos.

Todos los estilos musicales reunidos en 13 canciones

Parte de la buena recepción se debe a sencillos como “Fight for Your Right (To Party!)” y su adictivo sonido. La canción se convirtió en un himno de la generación que lo único que deseaba era poder divertirse. De la misma forma en que antes The Rolling Stones y The Who le gritaron al mundo la represión que sufrían de los mayores aquí se repitió la historia.

De igual forma, destaca "No Sleep till Brooklyn" gracias a la aportación de Rubin para combinar el metal con el hip hop. En ese momento el fundador de Def Jam Recordings acababa de terminar la producción del Reign in Blood de Slayer y tuvo la idea de invitar a Kerry King para que ejecutara el riff principal del tema. Hoy la unión puede parecer ordinaria pero en ese tiempo fue totalmente revolucionaria. Eran dos géneros opuestos pero fueron suficientes cuatro minutos para demostrar que eran compatibles.

Pero el LP es tan variado que pasa de la pesadez extrema a la ternura con “Girls”. Su sonido es tan dulce que podría ser la canción principal de cualquier anime. Un teclado y una caja de ritmos lograron un estilo kawaii varias décadas antes de que el término se volviera popular en occidente.

Ahora bien, si existe una característica fundamental del hip hop es el sampleo y en este caso el mejor ejemplo es "Brass Monkey". La pieza es una de las más representativas dentro de la discografía de Beastie Boys. Pero aunque deslumbra por su frescura en realidad tiene como base el R&B "Bring It Here" de Wild Sugar. El secreto fue darle una nueva dirección a un breve fragmento de la composición original para volverla festiva.

Aunque el material tuvo buen recibimiento a nivel comercial en realidad apenas se trata del comienzo de una fructífera carrera. El trío puede presumir que logró ganar todo durante el tiempo que se mantuvo en activo. Pero el éxito no solo se mide por los discos vendidos sino por la influencia generada y el impacto causado en millones de personas de todo el mundo.

A 10 años del ‘Camp’ de Childish Gambino

Camp, la polaridad de un nerd multitalento.

Por una lado “...ingenioso, sincero, honesto y ocasionalmente desternillante” (Barry Nicolson a través de NME); por otro, “una crisis de identidad” (Mojo, 2011), “uno de los discos de rap más desagradables de este año” (Ian Cohen vía Pitchfork, 2011). Este álbum es en pocas palabras el símil de la polémica y el big bang comercial de Donald Glover, A.k.a. Childish Gambino

Aunque el rapero poseía cierta fama y aprobación previo a este, su primer álbum de estudio bajo el sello Glassnote Records, gran parte de la audiencia no parecía estar muy convencida de su nueva faceta musical, aún sin ser considerado un principiante.

Como actor, productor, guionista, comediante y colaborador en diversas producciones televisivas como 30 Rock, Community de la NBC y actuaciones en Comedy Central, poseía cierto dominio, pero quizá no el suficiente o lo bastante agradable para aquellos puristas del rap y el hip-hop. 

Aún después de su álbum debut, Sick Boi (2008), Poindexter (2009) y un par de mixtapes como I Am Just a Rapper y I Am Just A Rapper 2 (2010) —lanzados de manera independiente—,  Glover logró polarizar la conversación y entrar en la cabeza del escucha a través de este disco, con el que inició su carrera de manera poco convencional pero muy efectiva. 

Lado A

Al interior de esta producción, el oriundo de California parece tener en claro cuál es su capacidad como ente cómico, pues implementa ciertos elementos sucintos en gran parte de su lírica, track por track

Aunque para algunos el centro focal no se limitó a la gracia de sus alocadas combinaciones, sino en el ingenio, la sinceridad y lo hilarante, para otros solo era un fanfarrón que sobrepasó la delicada línea tópica racial, las relaciones personales, y el significado del verdadero hip-hop, a través de un personaje incomprendido que construye una falsa persona ajena al mundo del rap. 

Si bien aparenta estar obsesionado con la versión antagonista del rap gangsta y la estética predominante del hip-hop —que no encaja en su molde personal—, también se manifiesta como alguien que no contempla al grupo de "raperos convencionales", aquellos que no utilizan el recurso de su singularidad de una manera tan insegura, sino más audaz y orgullosa. 

En su intento por encontrar esa peculiaridad, musicalmente se le nota influenciado por artistas como Lil Wayne, Kanye West y demás artistas que él mismo criticó en sus letras; además de haber sido comparado en numerosas ocasiones con el quinto larga duración de Ye, My Beautiful Dark Twisted Fantasy, que si bien no era una copia, parecía estar simplemente planteado a semejanza de toda su discografía hasta ese LP en específico. 

Lado B

Camp encuentra un salvavidas en mar abierto, y eso se debe al marco referencial de la cultura pop a la que remite: Mumford & Sons, Radiohead, Sufjan Stevens, Drake, o series como The Wire (Netflix), películas como El Cienpies Humano, y demás analogías cómicas interesantes y en ciertos momentos digeribles.

En este momento puntual de su carrera, Gambino parecía estar consciente de su condición como hardcore nerd, al que se le atribuye una inteligente y consciente relación con sus inseguridades. 

A expensas de algunos versos misóginos —mismos que cualquier rapero en esta década podría haber creado — el músico palpa su pasado y se enrolla de manera personal en algunos relatos, donde expone problemas escolares, “la sensación de no ser nunca lo suficientemente ‘duro’ o ‘negro’ para satisfacer a sus compañeros, las muchas personas que le han llamado gay y su afición por las mujeres asiáticas”, además veros anecdóticos sobre el rechazo social mientras viaja en un autobús de regreso de un campamento. 

En “Bonfire”, el músico menciona "Soy el padrastro del rap - sí, me odias, pero me respetarás", verso que de alguna manera resulta ser una afirmación real a largo plazo. En la contemplación de su extenso camino por la industria, Camp es el álbum que fundó el sendero predilecto de sus próximas producciones discográficas, aún después de la fuerte crítica y las bajas calificaciones en los medios internacionales. 

Odiado o no, hoy es lo que es. El primer disco comercial del escritor, director y creativo multi task, alias “el que todo lo puede, todo lo sabe y lo que no lo inventa”, Childish Gambino. Y bueno, el resto es historia. ¿Hay alguna duda? 

A 25 años del 'If You're Feeling Sinister' de Belle and Sebastian

El disco perfecto para el encierro, un cuarto de década antes de la cuarentena.

Existir en cuatro paredes, ver por la ventana cómo las estaciones pasan, ver en el espejo que tú también has cambiado. Te sientes impotente, deprimido o deprimida de saber que el mundo sigue su curso mientras tú tienes que existir en el encierro. Esa fue nuestra situación durante la pandemia, pero también fue la vida de Stuart Murdoch durante ocho largos años.

Un cuarto de siglo después, ahora sabemos lo que es detener nuestras vidas de un momento a otro, ahora sabemos lo que es luchar para evitar que nos consuma la soledad. Con esta nueva perspectiva, con todas las experiencias que vivimos en el caótico último año, creo que es el momento perfecto para revisitar los primeros materiales de Belle and Sebastian, especialmente el segundo: If You’re Feeling Sinister.

El disco parte en esencia del mismo lugar que Tigermilk, su debut: Murdoch seguía desesperado por salir al mundo para compartir sus ideas y el grupo volvió a grabar de manera apresurada (se terminó el álbum en solo cinco días). Sin embargo, sorprendentemente muchas cosas habían cambiado alrededor de la banda en los pocos meses que separaron ambos lanzamientos: ahora tenían fans, habían cambiado de disquera y ya no iba a ser un pequeño lanzamiento de 1,000 copias. Los buenos resultados le permitieron a Stuart confiar en su proceso creativo, de ahondar en los sonidos del folk de Nick Drake y el jangle pop de The Smiths, pero sobre todo lo animó a llevar aún más lejos ese ejercicio de hacernos escapar a través de personajes, escenarios e historias.

Belle and Sebastian If You’re Feeling Sinister

La intención de Belle and Sebastian se anuncia desde la peculiar portada, pues luce una foto de Ciara MacLaverty, una poeta amiga de Murdoch que, al igual que él, fue diagnosticada con síndrome de fatiga crónica, la misma enfermedad que lo puso en cama por años. La cámara Olympus del cantante la capta inconsolable, recostada sobre la cama con un libro de Kafka, tratando de escapar a dónde su cuerpo, o más bien su mente, se lo permite.

Así es todo If You’re Feeling Sinister, un viaje que nos invita a salir de la realidad, que nos convierte en cómplices de un romance homosexual en negación con “Seeing Other People”, o meternos en los zapatos de un compositor desesperado por no encontrar la inspiración en “Get Me Away From Here I’m Dying”. Hay decenas de historias, decenas de personajes y todo está contado de tal forma que, como en cualquier libro, tú puedes darle forma a los rostros y escenarios. Además, el caótico estilo narrativo de Murdoch da la libertad, en la gran mayoría de los temas, de que decidas si eres testigo o protagonista del relato, incluso en tracks con temas delicados como “Like Dylan in the Movies”, que toca la violación de un adolescente.

Este álbum es importante en la historia de Belle and Sebastian porque, más allá de ser el material que los encaminó a la fama internacional, es el disco en el que Stuart por fin cumple su cometido y crea un mundo extravagante, lleno de matices, con canciones que pueden ser descaradas y hasta descarnadas, pero que a la vez se sienten como un cálido y reconfortante abrazo. Murdoch termina de desdibujar las líneas entre sus recuerdos, sueños y referencias literarias para definir su estilo como compositor.

No sé el futuro que nos depara, no podemos saber qué es lo que vendrá, ya estamos saliendo y volviendo a vernos, pero si alguna vez te vuelve a atacar la soledad, recuerda que existe este disco.

Torso Corso y Yaf Swamy en un lugar secreto

Latigazos, nalgadas, dominación y queso roquefort.

A las 20:00 H se abrieron las puertas de la “ubicación secreta” a la que nos habían invitado Torso Corso y Yaf Swamy para verles tocar. Toda la venta de boletos se manejó por preventa y los boletos se acabaron en el transcurso de la semana. Al comprar tu boleto se te proporcionaba la dirección de esta casa en la colonia Nonoalco.

Un largo zaguán con piso de adoquines nos recibió. A la izquierda, la entrada de la casa, el espacio de una sala y comedor vacíos de muebles más allá de los instrumentos que ya esperaban ansiosos en su lugar. Al fondo, una pequeña mesa de madera tapaba la entrada a la cocina, que servía como barra. Aguas locas, cervezas baratas, “toritos” y tacos de canasta constituían el menú.

El lugar se fue llenando poco a poco y todes permanecían en la parte de afuera. El patio y pasillo abiertos servían para que la gente fumara y calentara motores con la chela que nos incluía el boleto. El soundcheck de Torso Corso sirvió como advertencia a lxs asistentes de que la acción estaba por comenzar y el público migró hacia el interior, preparado para la presentación. La mayoría de lxs presentes nunca habíamos tenido el gusto de verles tocar ya que este es el primer concierto que han realizado desde que comenzó la pandemia. Más allá de la rolita que grabaron con Martín Delgado para La Otra Música, su música existe solamente en la memoria de las personas que les han visto en vivo.

Comenzaron fuerte, con una canción titulada “La metamorfosis perruna”, que rápidamente cautivó la atención de todes les presentes. Su sonido es muy propio y se siente el talento y la sinergia de lxs artistas desde que se paran en el escenario. Su sonido y ensamble es común en el jazz. Dos saxofones, una batería, una guitarra, un bajo y un teclado proporcionaron los sonidos que esta banda nos entregó la noche del sábado, con una actitud y un ritmo claramente punks. El público también lo estaba sintiendo. En medio del público, comenzó un slam que solamente marcaba el centro caótico de un grupo de gente que estaba toda en una catarsis musical. Este sonido es fresco, pero familiar, y se siente en el centro del cuerpo y te hace querer moverte.

Torso Corso y Yaf Swamy (7)

Parecía que toda la gente estaba en sintonía con lo que escuchaba y sus cuerpos se movían acorde, desde las canciones más lentas e hipnóticas hasta los momentos frenéticos de improvisación atrabancada. Cerraron con “Barrio de Tepito”, su canción más popular. La gente se veía feliz, satisfecha con lo que acababa de escuchar. Se escuchaba “Damaged Goods” de Gang of Four en las bocinas. A pesar de los gritos pidiendo “otra”, no hubo otra. La gente continuó bailando. Algunes salieron a fumar y platicar, el ambiente estaba caliente.

 Setlist de Torso Corso:

- “La metamorfosis perruna”

- “Ginebra”

- “Pedro, el ratón asceta”

- “#1”

- “Barrio de Tepito”

Un rato después, el soundcheck de Yaf Swamy hizo que la gente se emocionara. Se congregaron rápidamente alrededor del escenario, pensando que el show ya iba a comenzar. Lxs artistas tomaron la oportunidad para cotorrear un poco con el público y se echaron unas improvisaciones vocales. Terminaron de hacer los ajustes y se desaparecieron hacia atrás de la cocina.

Unos minutos después, comenzaría a sonar la música, pero el escenario estaba vacío. La gente volteaba a ver hacia la cocina, desde donde venía la banda entera atada del cuello con cadenas, gateando por el piso, siendo llevades por la artista y performer Naty Martínez. Después de arrodillarles frente al escenario y quitarles sus lentes, les permitió ir finalmente hacia el escenario, donde arrancaron la tocada con “Pachucos Frontline”.

Torso Corso y Yaf Swamy (2)

Todo el espectáculo estuvo construido alrededor de la temática sexual, desempeñando Naty el papel de dominatrix. A lo largo del concierto hubo latigazos, nalgadas, dominación, queso roquefort, aceite de bebé, cadenas y hasta un beso muy fogoso entre Emi Cruz y Máximo Campo.

La banda nos presentó una versión mucho más lenta y misteriosa de “Moselles”, donde Naty capitalizó su performance presentándonos una rutina de Sex Siren, categoría del ballroom que consiste en mostrarse sexy y provocativx. Hacia el final, se despidió entre una lluvia de aplausos y Chiflidos. La banda cerró su set con “Nueces”, acompañadxs por el público que la cantaba.

Setlist de Yaf Swamy:

- “pachucos frontline”

- “popjoys”

- “herblike hoofs”

- “2020”

- “snakesong”

- “sex”

- “big strong hairy man”

- “moselles”

- “Nueces”

Pocos días antes del evento, Yaf Swamy publicó en sus redes la invitación de vestirse kinky para la ocasión. A pesar del frío, pudimos ver algunas personas utilizando ropas de malla, pasamontañas y hasta orejas de gato. El evento continuó casi hasta el amanecer, en modalidad de fiesta. La gente estaba muy prendida y el bailongo no paró hasta que todes se fueron a sus casas.