Ciudad: CDMX

Night of the Living Death Fest IV en el Pabellón Cuervo

Noche brutal que juntó a la vieja y a la nueva escuela del metal extremo: The Faceless, Napalm Death y Cannibal Corpse en Night of The Living Death Fest IV.

La gran bodega que se hace llamar Pabellón Cuervo recibió a tres bandas contundentes que difícilmente pasan desapercibidas: The Faceless, Napalm Death y Cannibal Corpse, en la cuarta edición del Night of The Living Death Fest; un concierto simplemente bestial.

Pocos minutos después de las 20:00 H., la banda encargada de inaugurar el evento fue The Faceless. Mientras algunos ovacionaban a una de las más interesantes agrupaciones de la nueva generación de metal estadounidense, otros se sorprendían por la ausencia de un bajista en el escenario (el bajo, sin embargo, se aprecia en las pistas que la banda utiliza en sus presentaciones). Con solos complejos de guitarra con una buena carga de sweep pickings a cargo de su líder y segundo vocalista, Michael Keene y con canciones como "XenoChrist" o el cover a Depeche Mode, "Shake the Disease", el cuarteto dio inicio al festival con la técnica en todo su esplendor. Mejor apertura no se podía pedir.

Desde que se abrieron las puertas, el escenario lucía una manta con el ya clásico logo de Napalm Death. Para cuando llegó su turno, el lugar ya presentaba una asistencia considerable. El look clásico del metalero predominaba, con algunos punks y una que otra persona que desentonaba. Uno de los costados, la zona VIP, brillaba por la ausencia de energía (y así duró todo el concierto). Tras apagarse las luces, los gritos daban la bienvenida a los maestros ingleses del grindcore. Desde el inicio, con "Multinational Corporations" (de su álbum debut Scum, de 1987), llegó el cataclismo; el slam no paró en ninguna de las piezas que el grupo presentó. El estilo único del vocalista Barney Greenway —quien interactuó con el público hablando un español más que decente—nos dejó claro que estábamos ante una leyenda del death; toda una figura sui generis del metal cuyos mensajes incluyen llamados a la conciencia, la dignidad o la felicidad. El set list nos dejó temas recientes como "The Wolf I Feed" o "Standardization", o consentidos como "Control", el propio "Scum", "Breed to Breathe", o una de las más solicitadas, "Suffer the Children". Dead Kennedys fue recordado con el gran cover "Nazi Punks Fuck Off": "nazismos y fascismos mierda, nunca más" dijo Barney, reafirmando el estilo de crítica social de la banda. Personas volaban, bailaban, agitaban las cabezas y formaban el mosh pit. Napalm Death en resumen fue avasallador de principio a fin. Siempre es de agradecer ese tipo de shows tan francos. Uno de los mejores shows de metal que me ha tocado presenciar.

Cerraría la noche otra leyenda. Desde Búfalo, NY, uno de los edificadores del brutal death, Cannibal Corpse. Con su ya clásico sonido alimentado de la distorsión de sus Mesa Boogie, los cinco músicos regresaron a México tras su presentación en el Knot Fest del año pasado y demostraron la importancia de su carrera de tres décadas. Contundente como siempre, el grupo abrió con énfasis en su más reciente álbum Red Before Black (2017): "Code of the Slashers" ,"Only One Will Die" y el tema homónimo. Para cuando "Scourge of Iron" sonó en los arreglos lineales Electro Voice, el casi lleno Pabellón Cuervo desbordaba energía. Siguió la grandiosa "Evisceration Plague" para regresar al nuevo LP con "Scavenger Consuming Death". La banda iba poco a poco en retroceso con canciones como "The Wretched Spawn" "Pounded into Dust" para llegar a "Gutted", de su joya de 1991, Butchered at Birth (con la mejor portada que han sacado hasta ahora, en opinión personal). No habían grandes cambios: George “Corpsegrinder” no daba tregua a su depurada voz gutural y su clásico headbanging en círculos interminables. Alex Webster dio prueba del porqué es uno de los mejores bajistas que ha dado el metal: el verlo por sí solo en su Spector Legend 5 vale el boleto. La fuerza en las guitarras de Pat O'Brien y Rob Barrett, y la precisión en la batería de Paul Mazurkiewicz complementaban para traernos de nuevo a la CDMX a uno de los amos del género, siempre garantía. El cierre vino con las grandes piezas "Make them Suffer", "Stripped, Raped and Strangled" y el tema inmortalizado en Ace Ventura, “Hammer Smashed Face”.

Así, presenciamos un evento de casi cuatro horas de metal auténtico, hecho sin pretensiones y, sin exagerar, con la mejor calidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

King Gizzard & The Lizard Wizard en el Foro Indie Rocks!

Stonefield, San Pedro El CortezStonefield y King Gizzard & The Lizard Wizard darán el adiós a la edición 2018 de HIPNOSIS en el Foro Indie Rocks!.

La banda australiana, uno de los proyectos más interesantes y prolíficos del psych rock, visita por primera vez nuestro país. El grupo sabe que las primeras impresiones son importantes, así que quieren ir a lo grande.

Poco después de que se anunciara su participación en el Festival HIPNOSIS, el evento de psicodelia más importante de América Latina, King Gizzard & The Lizard Wizard confirmó una gira por México, donde visitó ciudades como Monterrey, Tijuana y Guadalajara. Pero todavía hay más, una fecha en la Ciudad de México.

La agrupación de Melbourne se presentará el 7 de octubre en el Foro Indie Rocks! junto a Stonefield y San Pedro El Cortez, otros de los talentos del festival. Este show llega para prolongar una semana de libertad y catarsis.

Recientemente se confirmó que el Festival HIPNOPSIS cambiará de sede, del Deportivo Lomas Altas de la Ciudad de México, a Las Caballerizas de Huixquilucan en el Estado de México. Así que King Gizzard & The Lizard Wizard se presentará en cinco estados.

El costo del boleto es de 700 pesos y ya se puede adquirir en el sitio oficial de boletia.com, así como inmediaciones del evento.

Adquiere tus boletos aquí. 

Conoce el lineup de NANO MUTEK

NANO MUTEK llega con la intención de ofrecer una experiencia sonora combinada con el arte digital.

Este año, MUTEK.MX celebra 15 años en la Ciudad de México con un lineup de lujo conformado por ActressAmnesia ScannerAtom TMAurora Halal, Avalon EmersonThe Brandit BrauerFrick Ensemble & La Orquesta Filarmónica MexiquenseChino AmobiErrorsmithFreeka TetJB DunckelJacques PerconteLanark ArtefaxMyriam BleauNathan FakeRainforest SpiritualEnslavementSmerzVargVisible Cloaks y Wolfgang Voigt. Además, se realizará una nueva edición de NANO MUTEK, que tiene como objetivo principal construir puentes entre arte y tecnología.

El primer artista confirmado de esta edición –que se llevará a cabo en Galera– es Yves Tumor, que deleitará con su sonido electrónico experimental. Junto a Yves también pondrán ambiente dos talentos mexas:  AMNL PRNT y Transgresorcorruptor.

Los boletos ya están a la venta y puedes encontrarlos a través del sistema Boletia con los siguientes precios:

Preventa: $550

Día del evento: $600

Sigue pendiente de las redes del festival para conocer más información del XV aniversario de MUTEK MX y pendiente que en Indie Rocks! tendremos todos los detalles de esta fecha especial, mientras te dejamos nuestra pasada cobertura para que revivas lo que ocurrió en sus distintas locaciones hace unos meses.

Noche Bohemia en El Plaza Condesa

Disfruta de un concierto con causa en Noche Bohemia Vol. 1.

Ha pasado un año desde que la capital del país quedó sacudida por el efecto de los sismos y aún queda mucho por hacer. Es por eso que dos bandas nacionales han decidido unirse para ofrecer un concierto en beneficio de las zonas afectadas.

Se trata de Enjambre y Los Románticos de Zacatecas, que a través del efecto sanador de la música, buscan ayudar a la causa y recaudar fondos a favor de la reconstrucción. De acuerdo al anuncio omitido por las bandas. “Todo lo recaudado será donado para las reconstrucciones de los sismos de septiembre de 2017".

Todo esto a través de Noche Bohemia Vol. 1, un evento que se llevará a cabo en El Plaza Condesa, a cargo de los conjuntos zacatecanos. La cita será el próximo domingo 2 de diciembre, a partir de las 17 H.

Los boletos ya están a la venta en el sistema Ticketmaster a los siguientes precios: $547.00 MXN y $778.00 MXN. Puedes adquirirlos en el siguiente link.

Mientras llega la fecha señalada, Los Romanticos de Zacatecas continúa con la promoción de su más reciente material de estudio, Parques y Enjambre prepara los últimos detalles para su presentación en el festival Coordenada, en Guadalajara.

Jungle en el Auditorio BlackBerry

Lucky, We Got What We Wanted: Jungle en el Auditorio BlackBerry.

Todos aquellos que ya habían tenido la suerte de presenciar a Jungle en vivo, decían básicamente lo mismo: “Es una bandota en vivo”, “Son una cosa impresionante”, “Traen un show de primera”. Así, para una primera vez, las expectativas estaban al tope. Aunado a eso, Clubz como teloneros, una banda mexicana que merece toda la atención.

A las 20 H., los mexicanos comenzaron a tocar. La pista se llenó poco a poco hasta que al final de la primera canción, ya estaba retacada a más de la mitad. Parecía que venían a verlos a ellos. Clubz se entregó a su público sin temor a adueñarse del escenario y de hacer valer su oportunidad. Resultó ser la mejor elección para el previo a Jungle. Fue una lástima que solo tocaron media hora, porque ya tenían al público en el bolsillo. Sin embargo, esa media hora fue vital para muchos, gracias a las filas interminables para pedir algo de beber y a la terrible escasez de vendedores de chela en la pista.

21:00 H. las luces se apagaron, los gritos comenzaron. Entraron dos coristas, el baterista y el par de músicos que más esperamos. Al fondo del escenario, como un incendio, se prendió el nombre de la banda y los primeros acordes de “Smile” llenaron nuestros oídos. Las coristas atraparon la atención, que ya de por sí no sabe a dónde dirigirse pues el uso de la iluminación es un deleite.

“Cherry”, “Julia” y “Heavy, California” explotaron rápidamente nuestros sentidos. Bailamos, cantamos, gritamos, aplaudimos. Esto apenas comenzaba y el ambiente ya está al tope. “The Heat” y “Happy Man” no permitieron un respiro pues lo único que queríamos era aprovechar cada momento, cada nota de este espectacular show. Y es que con Jungle, todos son hits que nos llevan a dejarlo todo en la pista.

Para cuando llegó “Lucky I Got What I Want”, algunos ya no podemos más. Todas las manos levantadas, aplaudimos lentamente como si fuéramos uno. Jungle nos dedicó “Lemonade Lake” porque “les recuerda a México”. Tom y Josh no pararon de mirarse con complicidad, no podían creer lo que estaban viendo. No podían creer que, una vez más, el público mexicano los quisiera tanto.

“Drops” fue el momento clave para hacer un poco de crowd surfing y remontar ánimos para seguir con la fiesta y con “Busy Earnin’”. Con un saludo más y unas gracias sinceras la banda salió del escenario. Ellos necesitaban un break y nosotros también. Un momento para aclarar la garganta no hace nada mal.

De regreso, presentaron a los integrantes en el escenario que han hecho esto posible. Cada miembro de la banda de acompañamiento recibió un aplauso igual al de los integrantes principales. Todos se rifaron. “We are Jungle and We Fucking Love You” fue la presentación de la última canción. El remate de una noche única fue “Time”. El cierre perfecto que concluyó con una última frase de Tom: “Love Each Other”.

Mew en El Plaza Condesa

Somos los salvadores de la música que siempre estará con nosotros: Mew.

La lluvia y su discreto pesar en el inicio de octubre, la primera noche prometida, ensayo y error, Mew y la elección del lugar perfecto para comenzar las celebraciones del 15 aniversario de Frengers, El Plaza Condesa siempre ideal para apreciar a una banda que merece ser escuchada en alta fidelidad. Somos ratones de un experimento y "Repeaterbeater" es la primera gota de LSD cual si fuéramos parte de un test de Timothy Leary. Nos sentimos únicos, cual cohete que despega para surcar los cielos de nuestra conciencia, “Special” y su ánimo de gozo, aplausos, gritos, emociones en desborde, y es apenas la segunda canción.

“The Zookeeper's Boy” y el tímido saludo de Jonas Bjerre, ellos se saben queridos, ansiados, y por eso han elegido esta ciudad para hacer historia. Un recorrido por sus glorias recientes, el piano que nos hace flotar cual “Satellites”, “Candy Pieces All Smeared Out” y su dulce y difusa pesadumbre. “Count To Ten”, la sorpresa y la algarabía, “Apocalypso” para recordar los primeros tiempos de la más alta causa musical que ha dado Dinamarca según los fans, que atentos esperan la gran explosión.

“Saviours of Jazz Ballet” y un baile discreto ante las atmósferas sonoras revitalizantes, “Louise Louisa” como el preludio perfecto para el encore tanto esperado, sus últimas frases como mensaje en una galleta de la suerte sin destinatario: “stay with me, don’t want to be alone”. Y comienza la catarsis con “Am I Wry? No” y las explosiones visuales que emulan nuestra emoción, ¿dónde habías estado Farah?, la indiferencia nos estaba matando sabiendo que potencialmente estamos atados de alguna extraña forma. “156” y su mensaje indescifrable, las teorías que seguramente afloraban en las mentes de los fans que felices tal vez veían ante sus ojos un sueño idealizado: en una gran perspectiva somos diminutos. “Snow Brigade” en honor al frío que nos depara, “Symmetry” y la imagen de Becky Jarrett quien con 11 años de edad dio encanto a dicha canción, hoy a 15 años de distancia su imagen ha cambiado, pero no su alteza. “Behind the Drapes” y su máxima irrefutable: “Why are we so alone even with company?”.

“Her Voice Is Beyond Her Years” para apreciar el dulce vibrar de las cuerdas vocales, “Eight Flew Over, One Was Destroyed” para tener en cuenta que no existe a la fecha un tiempo oscuro en la carrera de Mew, y que son una banda que México siempre tendrá en su corazón. “She Came Home For Christmas” cual largo suspiro en honor a aquella persona que un día se puso una venda en los ojos para evitar apreciar que era lo que le deparaba el futuro, incierto y voraz, difícil pero esperanzador, esa mirada que ya no estará presente en la cena de año nuevo. Sin culpables, sin conclusiones, solo recuerdos ante la inmensidad instrumental y la lírica perfecta, un vistazo a aquel rincón de El Plaza donde se tomó una primera fotografía con alguien que ya no está, tragos de más para invocar al olvido, los recuerdos que regresan sin previo aviso, las situaciones que ya nunca encontrarán remedio. La voz angelical que nos alivia a pesar de la nostalgia que nada en cerveza de barril.

“She Spider”, tejiendo telares difusos y recuerdos inmediatos: esta fue la canción que dio inicio a la primera visita de Mew a la ciudad en el desaparecido Salón 21 en el año 2009, tantas cosas que han pasado desde entonces y la música que permanece a pesar de los rencores, la indiferencia, porque cambiamos de modos, ropas y lugares pero las canciones nos acompañan por siempre. “Comforting Sounds” fue como llegar a la tierra prometida, esa donde sabíamos que un buen día tendríamos que llegar a enterrar un recuerdo, miles de situaciones, millones de confusiones. El confort necesario ante las promesas que se rompieron, la soledad que no podemos compartir, el exhaustivo análisis de lo que salió mal. Estrellas fugaces vacías emprendiendo el viaje a ninguna parte, pero guiadas por una perfección instrumental que hace que cerremos los ojos y nos dejemos llevar, expiarnos, liberarnos, darnos una limpia de todo lo que nos aqueja, lo que quedó atrás, las personas que ahora ignoramos, los insomnios que nos pesan, los pendientes que se nos olvidan, obligaciones, defenestraciones, letargos y silencios, lutos y resignaciones.

La música que nos arrastra a lugares que no entendemos, los acordes que nos mueven a situaciones que nunca sabremos como manejar a menos que solo, simplemente, cerremos los ojos y nos dejemos llevar, el dolor sintetizado en el pitch de una manivela, el riff que in crescendo nos lleva a la gloria, la voz angelical que nos taladra el corazón, el gran final de una noche perfecta tanto para la banda como para nosotros.

No te pierdas de la nueva edición de House of Vans

Por: Raquel Prior

Este 13 y 14 de octubre se llevará a cabo la nueva edición de House Of Vans.

Una vez más, House Of Vans llega para crear una atmósfera libre en la que los asistentes podrán experimentar en diversos talleres y actividades abiertas, completamente gratis. Los días 13 y 14 de octubre las puertas se abrirán desde las 10:00 H. y se cerraran a las 19:00 H. para que el público viva una experiencia inolvidable y se presenten los mejores shows de la escena musical independiente en México.

El lineup musical está formado por bandas y artistas 100% mexicanos, como Panteón RococóCaloncho, Plastilina Mosh, Lng/SHT, DLD, entre otros y aún falta una banda sorpresa por anunciar. Para poder asistir a los conciertos hay una serie de registros que debes llenar y así obtener el código que será el único acceso al evento.

Sábado 13 de octubre

No Wrong Numbers (Banda ganadora de Vans Sessions)

Lng/SHT

Plastilina Mosh

Domingo 14 de octubre

Disidente

Caloncho

DLD

Panteón Rococó

La edición de HOV de este año será pop-up, está dedicada a la expresión creativa de los artistas, es por eso que el festival contará con diversos talleres y actividades, en las que el eje rector es unir los cuatro pilares de la marca, los cuales son: deporte de acción, música, arte y street culture.

Una de las actividades alusiva a la expresión creativa es “Music performance”, en el cual, las dos noches que dura House of Vans se ofrecerán shows íntimos en vivo, los protagonistas de estos, serán grandes bandas de la escena nacional. Los shows comenzarán a las 19:30 H., y se requiere registro previo para vivir esta inigualable experiencia.

Para poder registrarte y acceder a los conciertos y actividades que ofrece House Of Vans, debes permanecer atento a las redes sociales y al sitio web del evento. No te quedes fuera de vivir esta gran experiencia.

Nick Cave & The Bad Seeds en el Pepsi Center WTC

La elegancia sobre el escenario. Nick Cave regresó para absolver nuestras almas.

¿Cómo te preparas contra lo inevitable? La muerte de un familiar llega como un balde de agua helada. Como si cientos de cuchillos te atravesaran el corazón y no tuvieras la oportunidad de defenderte, un dolor el cual nadie está preparado para recibir, ni debería de estarlo. Una pena que quema y destruye una pequeña parte de tu alma. Que aunque es el ciclo de la vida, nunca se sabe con exactitud cómo reaccionar ante su irremediable llegada. Han sido tres años de continua pesadumbre para Nick Cave, con la lamentable partida de su hijo de 15 años, el músico australiano reflejó su dolor en Skeleton Tree, un excelso material de larga duración que rayó en lo sublime por casi 40 minutos. En esta ocasión escuchamos una vulnerabilidad en la voz de Nick, que lo hizo llevar su carrera a otro nivel. Ya no estaba enojado, ni tenía esa rabia en la piel. Confeccionó un tributo a su sangre y nos invitó a unirnos a su pena. Desconcertante y profundo, las letras penetraban en el abismo. Una fúnebre despedida que era necesaria, y en la cual todos empatizamos con la situación y aceptamos la invitación.

Ayer después de cinco años de espera, Nick Cave volvió a México, y con ello llegaba otra pregunta: ¿qué sería distinto de su show pasado? La respuesta llegó desde el primer minuto: Todo, absolutamente todo. Con 15 minutos de retraso, las luces se apagaron por completo en el recinto para que "El Diablo" y sus seis discípulos llenaran de oscuridad la capital. Con una tétrica entrada, “Jesus Alone” fue el primer tema que inundó nuestros oídos. “With my voice, I am calling you”, sentenciaba con el verso el cantante de 61 años a sus seguidores mientras una gigante imagen en blanco y negro de él sobre el escenario se reflejaba en una pantalla trasera. Nos estaba invocando, la ceremonia había comenzado. Con un público enardecido, el músico vestido completamente de un elegante traje negro hizo un ademán para que el lugar quedara en un silencio sepulcral. Ssssshhhhhh. El escenario era suyo, y “Magneto” hacía gala de presencia. Algunos celulares se entrometían entre la vista, pero la mayoría guardábamos respeto, creíamos que era un digno momento para alejarnos de la tecnología. Un blues completamente desgarrador, una urgencia abrumadora de matar apagada por el movimiento del amor. El barítono retumbaba en el lugar, las leyendas eran ciertas: los vampiros eran reales.

Y es verdad, el audio dejaba bastante a deber, pero cuando llegó la tercera canción mejoró considerablemente. Nick preguntaba, nosotros gritábamos: “Do You Love Me?”. Un escenario vestido en rojo nos hacía recordar el icónico Let Love In. Después de la interpretación del clásico, “El Diablo” se transformó con “From Her To Eternity”, pateó sus notas, aventaba su micrófono, se arrodillaba enfrente del público. Gritaba y escupía hacia el piano que tocaba esporádicamente junto a Warren Ellis. Algo lo poseía por completo y nosotros éramos partícipes de ellos. Segundos después, cuando se creía que la calma reinaría en el lugar, un demonio esperaba afuera de nuestra puerta, “Loverman” empezaba a sonar en lo alto. Hay que recalcar algo en este punto, Nick es una bestia. Su cuerpo emana una energía impresionante. Caminaba, bailaba alrededor de sus músicos, se acercaba al público y los tomaba de las manos, un auténtico show man. Enseguida de terminar con su anécdota de ultratumba, sonaba otra irremplazable de su carrera: “Red Right Hand”. El escenario cambiaba nuevamente de color, ahora las luces se tornaban con un fantasmal tono azul. El vampiro relataba historias de su etapa más lúgubre. Y sus seguidores, recibían con ardor en su cuerpo las letras del salvaje artista nacido en Warracknabeal.

Terminando con el feroz bloque, la calma llegó con Nick tomando el piano por asalto. “The Ship Song” sonaba y el silencio volvía al venue en cuestión de segundos. “We make a little history, baby”, cantaba el líder de The Bad Seeds mientras algunas parejas se tomaban de las manos, otras se abrazaban y besaban, un conmovedor momento invadía lugar. Con un aire cálido, a todos se nos olvidaban por un momento nuestros problemas, el ritual había comenzado, ¿y no es acaso ese el propósito de la música? Ciertas veces solemos olvidarlo, ayer lo recordamos cuando todos coreamos al unísono “Into My Arms”.

Con los sentimientos a flor de piel, Nick Cave nos platicaba sobre los momentos en los que se había derrumbado, donde caer a la lona era un habitual en su vida, “Shoot Me Down” llegaba de sorpresa, y a nosotros también nos derrumbaba escucharlo cantar con tanta conmoción. Y cuando se creía que los ánimos por fin subirían, la banda retomó el Skeleton Tree para interpretar “Girl In Amber” y “Distant Sky”, esta última con la participación de Else Torp, tanto en voz como de manera virtual, proyectando su imagen en la pantalla trasera. La voz de la soprano danesa es impresionante, se te eriza la piel instantáneamente al escuchar el melodioso canto. Una forma increíble para terminar el nostálgico bloque.

Y sí, algunos estuvimos al borde de las lágrimas cuando llegó la tormenta “Tupelo”. Un huracán que nos hizo olvidar los 20 sensibles minutos que habían terminado hace apenas un momento. Nick por fin se despojaba de su saco, se quitaba el chaleco y su pecho quedaba al desnudo con una cruz dorada llena de sudor. Una gran bestia se acercaba, una nube negra venía de cerca. Una curiosa analogía por el clima que cubría la capital. Con un “This is a story, about some girl call Bee”, la banda interpretaba “Jubilee Street” y todos volvíamos a enloquecer. Es de verdad impresionante presenciar en directo las facetas que viven dentro de Nick Cave. Brilla y complace, y en un parpadeo vuelve su desdeñado e insolente alter ego a apoderarse de su cuerpo. Es irreverente y parece que tiene 28 años nuevamente. Algo fuera de lo común yace en el australiano.

Ya habíamos escuchado clásicos y temas nuevos, en muy poco tiempo se vivía de todo en el show del vampiro y “The Weeping Song” auspiciaba un cercano final. Es difícil no imaginar la voz de Blixa Bargeld acompañando los versos, pero la transformación de epílogo que le ha otorgado el frontman de la banda al tema es simplemente brutal, convirtiendo los casi cinco minutos de duración al doble puesto que se baja del escenario a conectarse con el público. Arriba de la consola de audio, Cave daba indicaciones de cómo aplaudir para acompañar el ritmo de la canción, sin duda un momento memorable del concierto.

Antes de su regreso a las tarimas, el bajo de la inconfundible “Stagger Lee” ya retumbaba en el lugar. El artista subió, pero parte del público lo acompañó, al menos unas 30 personas arribaron al escenario para acompañar a The Bad Seeds en la interpretación del tema. El vampiro jugaba con ellos, les cantaba al oído y por un momento una chica lo tuvo de frente retándolo como si fuera un acto histriónico. Lo mismo sucedió con “Push The Sky Away”, pero ahora el pequeño grupo que estaba arriba los mandó sentar, mientras todos en el lugar empujábamos el cielo con nuestras manos. Pocas veces puedes sentir tanta conexión con un músico, ayer fue uno de esos días que mágicamente sucede. Y con una despedida de escasos cinco minutos, los elegantes artistas australianos volvieron para un encore de tres canciones: “The Mercy Seat”, “City of Refuge” y “Rings of Saturn”, la última mencionada con un Warren Ellis haciendo los característicos coros de forma muy graciosa.

Puedo asegurar que ayer se vivió uno de los mejores shows del año, y que también pudimos presenciar uno de los mejores sets en la carrera de Nick Cave & The Bad Seeds. Se le veía ecuánime, se le veía feliz al vampiro. Descubrimos que regresar al escenario le limpió el corazón, llevando su música a un plano sentimental muy distinto a lo que nos tenía acostumbrados. En dicho trayecto tuvo la gentileza de absolvernos el alma y elevarnos con él. Todos sufrimos, pero tú nos has enseñado a sobrellevar cualquier guerra sin caer derrotados. A luchar hasta el último aliento sin mirar atrás. Gracias por tanto Nick.

 

Johnny Marr en El Plaza Condesa

La Luz que nunca se apagó: Johnny Marr.

Soy de los que piensa que vale más un compositor e instrumentista que un frontman letrista. Soy de los que necesitaba presenciar a Johnny Marr en su etapa más sólida post The Smiths y comprobar también, que aquellos clásicos de los años 80, son de él como máximo portador. Y había sido una larga espera para la talla de personaje que significa y por ser, sin temor a equivocarme, uno de los mejores y más característicos guitarristas de la historia, esta vez, al frente, en singular, no como un componente más como lo fue en The The, Modest Mouse o The Cribs. Y, ante la competencia que había unos kilómetros alrededor con Nick Cave en el Pepsi Center WTC, seguro que fue factor para permitir, que los que estuvieron en El Plaza Condesa a un 70% de su capacidad, se hayan dado cita porque son fieles seguidores y sabedores de la figura que pisaría el escenario.

Elegancia, porte, carisma, arrogancia. Son muchos los adjetivos para describir a Johnny tan solo cuando han pasado unos segundos de verlo saltar al escenario, pero antes de cualquier cosa y con los gritos a tope, habla con la guitarra, preparando el estallido inicial con “The Tracers” y por si alguien pondría en tela de juicio como podrían desencajar sus canciones recientes con clásicos de la era The Smiths, “Bigmouth Strikes Again” fue la primera carta jugada dejando claro que además de todo, tamaño de cortes los ha hecho aún más suyos con su imperativa guitarra y una voz que la entona sin restarle un ápice a su herencia.

Marr es una encantadora e imponente mezcla de personalidades. Se para con arrogancia con su Fender Jaguar colgando a la altura de su cadera para “Hey Angel”, presume su habilidad levantando el instrumento cuando suelta algunos esas afiladas notas en “Jeopardy”, baila como ninguno, con su esbelta figura, pasos precisos y pasa frente al micrófono para exclamar las escasas palabras de “New Dominions” y así con los ojos cerrados, con los trastes y seis cuerdas en su mente libera con exactitud sus riffs. Presenta una “Disco Song From Machester, England” con un cover de su etapa en Electronic, que ha hecho totalmente suyo en las giras llamado “Getting Away With It” y pone al círculo central a brincar con éxtasis. Nos deja sonidos lúcidos con “Hi Hello”, sin olvidar su papel doble como estrella de la guitarra, frontman y vocalista, se pasea de un lado a otros, se baña de aplausos con “The Headmaster Ritual” y conecta incluso con la mirada de algunos fans retando, advirtiendo que siempre habrá más de su magistral guitarra, y siempre, lo hubo; con poder en “Bug”, con el dinamismo de “Easy Money” o con la sublime ejecución de “How Soon Is Now?”, donde parecía que nadie sabía que hacer, si dejarse llevar, si cantar, si poner atención a la guitarra, a los pasos con los que Johnny bailaba a ritmo que tocaba o incluso pecar de grabar para llevarse unos segundos de ese momento.

“Johnny! Johnny! Johnny!”, el público quería agradecer pero a veces el de Ardwick no lo permitía, no porque no dejara jugar su papel a los presentes, sino porque en una ocasión mostró nervios, pena, sonrojo por el calor del público mexicano que quizá no se esperaba. Incluso después se hizo parte del juego y pedía que le dijeran qué canción tocar, pero eran tantas las peticiones y los gritos, que era un cuento de nunca acabar.

Sin embargo, volvió del encore para cerrar con broche de oro. Demostrando y dejando claro que él puede con canciones como “There Is A Light That Never Goes Out” que se cantó al unísono, pero también, no tenía que irse con un hit que todos auguraban, ese lugar lo tuvo “You Just Haven’t Earned It Yet, Baby”, y que al termino, cuando los músicos que acompañaban salieron de escena de inmediato (y que dicho sea de paso, nunca figuraron), Johnny Marr se tomó unos segundos para agradecer, haciendo poses frente al escenario –hasta graciosas– para dejarse querer y recibir cada grito de agradecimiento y aplauso.

Marr no necesitó abarrotar su setlist de canciones de The Smiths, y pudo hacerlo. Fueron cuatro y un par de su época en Electric y el resto estuvo muy centrado en su más reciente Call The Comet. Dejando para muchos, algunas faltantes de su debut The Messenger u otro par de Playland. Aún así no hay queja alguna por lo sucedido; al fina, caras de felicidad, emoción a tope, imágenes para llevarse en la memoria y rogar que nunca se borren. Esas fueron las reacciones de Johnny Marr en El Plaza, una experiencia que esperamos no tengan que pasar años (como lo fue cuando vino con The Cribs) para volver a repetirse en México.

Ilan Rubin ofrece su primer master class en CDMX

¡No te quedes fuera, abrieron sólo 100 lugares!

¡No te pierdas la primer master class impartida por el baterista de los Nine Inch Nails, Ilan Rubin! Se llevará a cabo el 6 de octubre en el Centro de Artes Vivas, tendrá una duración de 3 horas, dará inicio a las 12 del día y podrás aprender de la experiencia del increíble músico.

No te quedes fuera, ya que el evento solo albergará a 100 asistentes, y el costo del boleto será de $3,000. Durante la clase se hará una sesión de pregunta-respuesta, habrá ejercicios prácticos, además de que incluye meet & greet con souvenirs conmemorativos.

El músico estadounidense comenzó a tocar desde los 8 años, a partir de allí su carrera ha ido formándose alrededor de la música, pues también es un talentoso guitarrista y pianista. Ha colaborado con bandas como Nine Inch Nails, The New Regime, Angels y Airwaves.

Ve a disfrutar de la primer master class de uno de los músicos más influyentes de la escena internacional donde Ilan Rubin compartirá sus experiencias a lo largo de su trayectoria y pondrá a tu alcance el conocimiento y técnica necesarios para triunfar.

Por otro lado Nine Inch Nails se presentará en el festival Corona Capital 2018.