Ciudad: CDMX

Love of Lesbian en el Auditorio Nacional

Fotos Bere Rivera

Love of Lesbian en el Auditorio Nacional: Lagrimas de felicidad, un gol en el ultimo minuto.

“No más lagrimas, porque hoy nos hemos conocido”, Santi Balmes

Una mujer de ojos profundos salta delante de su asiento, su sonrisa se mezcla con el regocijo de quien sabe que valió la pena venir de tan lejos. No es la única que graba ansiosa el momento con su móvil, son todos los asistentes al coloso de Reforma que sacan sus celulares para guardar un poco de recuerdo. Parecen amigos, los extraños se quedaron fuera, la noche del 18 de octubre de 2018 que bajó el poeta Halley para quedarse en el plano mortal, a 20 años de la broma que transmutó en banda.

El Auditorio Nacional tuvo una noche inolvidable, siendo Love of Lesbian un nombre que quedará en la memoria de sus pasillos por mucho tiempo. Los liderados por Santi Balmes ofrecieron un recital de antología que pasó de las dos horas de duración, dejando un muy grato sabor de boca en todos sus fanáticos que prácticamente llenaron el venue.

Una banda que a base de esfuerzo, sinceridad y absoluta calidad por fin se vio recompensada al abarrotar un foro tan importante en la industria del espectáculo en nuestro país dejó cautivados a sus más incondicionales, que nunca dejaron de cantar y completaron el circulo de entrega y pasión desde las gradas. El inicio de la majestuosa fiesta se vio marcado con las notas de “Nadie por las calles” dejando claro que la noche seria larga, pero inolvidable. Resulta sorpresivo no haber notado ningún momento en que los ánimos bajaron, pasando del éxtasis a la nostalgia, de la redención a la lectura del “Manifiesto delirista” bajo una bola disco. Un espacio donde cupieron nuestros fantasmas y ambiciones, para al final tomarse de la mano.

Siendo “La niña imantada” un despliegue de cánticos y palmadas al unísono, “Allí donde solíamos gritar” y “Las malas lenguas” advirtieron que los primeros recuentos del icónico 1999 habían llegado para quedarse. Apoyados de magníficos gráficos en cada canción, los de Sant Vicenç dels Horts, Barcelona, despertaron añoranzas con “Domingo astromántico” y la clarividente “Wio, antenas y pijamas”.

Una acústica íntegra, placentera, hizo también que el publico se sintiera cómodo durante el recital, dándole nitidez a todos los instrumentos arriba del escenario. Definitivamente el Auditorio Nacional se lleva las palmas otra vez por ofrecer un sonido de excelente calidad.

Mientras tanto, las luces iluminando “La noche eterna” fueron la guía para que más de uno encontrara un camino entre la penumbra. Magia pura, sensata y universal, la noche en que el poeta Halley pasó sobre el ombligo de la luna con la fuerza de un huracán de escala descomunal. Fueron precisamente las notas de “Bajo el volcán” las que aumentaron el júbilo en los asistentes, para después rematar con la multi coreada “Cuando no me ves”. En realidad, Halley siempre estuvo presente en el escenario, simplemente estaba esperando su momento.

Nunca es tarde para la reflexión en medio de una canción. Sintiendo la entrega y el fervor que los fanáticos del “Indie Lesbiano” ofrecieron a sus ídolos de principio a fin, la canción que fácilmente podría acompañar de fondo todo su desplome de emociones podría ser “En busca del mago”, evocando a la analogía del pájaro inmortal y el mago, ¿quién es quien? Quizás Love of Lesbian somos todos nosotros, los niños extraños que buscan el amor en todas partes, los niños que nos partimos en llanto con cada frase de cada canción, los niños brillantes, los planetas estrellados… Este concierto va más allá de un concierto, más allá de una banda, son 20 años de gritar lo que los niños raros hemos callado.

Por si fuera poco, la agrupación catalana tuvo invitados de lujo para esta ocasión especial, siendo Alex Ferreira el encargado en “Los males pasajeros”, invitando a comprarle a nuestras malas pasadas un solo boleto de ida para que no vuelvan jamás. Por otra parte, Manuel Mendoza, vocalista de Camilo Séptimo dio una magistral interpretación de “Belice”. Posteriormente, Silvana Estrada dejó boquiabiertos a los asistentes cuando entregó una poderosa versión de “Incendios de nieve” que fue ovacionada de principio a fin.

Cuando parecía que ya no podía haber más sorpresas, Santi Balmes, Julián Saldarriaga, Jordi Roig, Joan Ramón Planell, Uri Bonet y Dani Ferrer decidieron soltar el clásico de clásicos lesbiano por excelencia, “Club de fans de John Boy” con un coro adecuado para tales versos letales, que acompañados por una sección de metales y otra de percusiones le dieron al concierto en general un valor extra en su ejecución.

Con un Santi Balmes imponente, con aura de sex symbol, una atmósfera mágica generada por una banda que nunca imaginó pisar el escenario del coloso de Reforma, que nunca pasó por su mente estar frente de tanta gente, los que hicieron de una broma una realidad, quisieron irse dignamente con dos temas que fueron el sello de un concierto más que emotivo, plagado de camaradería y felicidad. Las notas de “El Poeta Halley”, la oda a la leal –traidora inspiración, la justificación del escritor fue quizás el momento más emotivo del concierto– concluyendo con el entrañable poema de Joan Manuel Serrat recitado por él mismo a través de la pantalla.

Posteriormente, el cierre de la velada se vio marcada por “Planeador” un hasta luego de unos colegas que jugaron como locales sin haber nacido aquí, pero que viven enamorados de un publico que obtuvo el mejor regalo de la música. Los corazones a mil, el momento en que los fans y la banda lloraron y se consolaron entre sí, sin barreras, siendo Balmes el emisor de la entrañable frase “No más lagrimas, que hoy nos hemos conocido”. Y es así como concluyó la noche de las lagrimas de felicidad, como un gol en el último minuto… la noche en la que el público emocionó a la banda.

 

 

 

¡Cults regresa a México!

La banda neoyorkina Cults finalmente presentará en la Ciudad de México su nuevo disco.

7 de Noviembre @Foro Indie Rocks!

Desde su álbum debut, el dúo neoyorquino ha trabajado para convertirse en uno de los mejores proyectos en la escena del indie pop. Su peculiar estilo, que mezcla el dream con bedroom pop, resultó en un sonido diferente y cadencioso, una fórmula perfecta e interesante, pero que ha evolucionado constantemente para seguir sobresaliendo.

Cults regresa a México, pero con un nuevo rostro y el disco Offering bajo el brazo. El tercer álbum de estudio de la agrupación le dio un giro de 180 grados al proyecto de Madeline Follin y Brian Oblivion. Este es, hasta ahora, el disco más maduro y elaborado del grupo.

El reciente material de Cults fue bien recibido por la crítica y sus seguidores, sobre todo en la Ciudad de México, que se convirtió en uno de los cinco lugares con más listenings del grupo en servicios de streaming.

Y para dar inicio en esta noche, Sophie Fustec mejor conocida como La Chica será el proyecto invitado. La cantante de origen franco-venezolano ha fusionado la música de dos culturas, por un lado los sonidos de su herencia latina tradicional y por el otro, una exploración de instrumentos electrónicos y texturas sonoras que ofrece una versátil fusión.

Todo está puesto para que el concierto de Cults en México presentado por Indie Rocks! y Major Tom, sea uno de esos momentos especiales del año.

 

Preventa $300

Día del Evento $350

Boletos ya la venta en https://cults.boletia.com/

The Boxer Rebellion en el Foro Indie Rocks!

Fotos Yolotzin Bravo

El público mexicano y The Boxer Rebellion, dos ingredientes más que compatibles.

En marzo de este año, la agrupación de Londres publicó su sexto álbum de estudio, lo que emocionó a los fans mexicanos y nos dejó a muchos a la espera de su llegada, pero no imaginaba que la fila de acceso le fuera a dar la vuelta al Foro Indie Rocks! a pesar de eso, la entrada fue rápida.

La gente iba con un objetivo, ver a las bandas lo más cerca posible, pocos pasaron por cerveza y la mayoría no esperó para tomar su lugar. En un instante, el lugar ya estaba a media capacidad, y los que se tomaron su tiempo para entrar se percataron de su mala decisión.

Nos citaron a las nueve de la noche, pero URSS Bajo el Árbol, grupo que abrió el evento, salió poco después de las 22 H. Fueron recibidos por un público difícil, con gente que llevaba esperando más de una hora y un ambiente tenso. La situación no era favorable, pero aún así los capitalinos salieron a darlo todo. Comenzaron a lo grande con "Turista" y todos comenzaron a contagiarse de la energía del grupo.

Desde hace tiempo quería ver a URSS Bajo el Árbol, pero no pude pedir mejor escenario. La banda tenía una prueba enfrente y la superaron como pocos. Mauricio Solo, el vocalista, terminó sin playera y arrastrándose en el escenario mientras Jonathan Arellano nos dejaba impresionados con su habilidad en el sax. URSS Bajo el Árbol nos salvó, salvó la noche, y tengo que decir que es una de las mejores bandas nacionales que he visto en vivo.

Una hora después, por fin salió The Boxer Rebellion. El grupo fue directo a sus instrumentos, no podían hacer esperar más a la gente. Iniciaron con "What The Fuck", uno de los sencillos promocionales de su reciente disco. Varios corearon y Nathan parecía contento de ver que el público le dio seguimiento a su último material.

Le siguió "Big Ideas" y todo el foro se entregó a los británicos. Fue un borrón y cuenta nueva, la espera y cansancio desaparecieron. La gente comenzó a cantar y bailar al unísono. Eso ya era el concierto que habíamos esperado.

"Semi-Automatic" y "Weapon" mantuvo el ambiente, pero creo que los integrantes de The Boxer Rebellion se dieron cuenta del éxito de Ghost Alive, su nuevo disco, cuando "Love Yourself" fue ovacionada de principio a fin. La agrupación es talentosa, eso nadie lo puede negar, pero hay que hacer mención especial a Andrew Smith, que no solo es un guitarrista increíble, también tiene una enorme presencia en el escenario.

Durante los primeros segundos de "No Harm" todo iba con normalidad, pero de repente Nathan bajó del escenario y se metió entre el público. Nadie lo podía creer y empezamos a arremolinarnos, rodeándolo con nuestras cámaras. No sé si era una disculpa por la tardanza, pero quiero creer que sí. Se quedó solo unos minutos, casi toda la canción, pero ese poco tiempo parecieron horas.

¿Podíamos pedir más? En realidad solo esperábamos algunos de los hits para irnos más que satisfechos, pero The Boxer Rebellion no dejó de consentir a los asistentes. Con "New York", uno de los tracks de Promises, cambiaron la letra por un: "And I’d go back to where we last met/And tell you so, tell you so/In Mexico". La gente respondió como se debe, con aplausos y gritos.

"Let's Disappear" era otro de los temas que la gente quería escuchar y la emoción ya era incontenible. El contento de la gente duró incluso con "If You Run" y "Locked in the Basement". Las peticiones comenzaron a ser incesantes.

Sabíamos que esto estaba por acabar cuando sonó "Caught By The Light", ya solo faltaban algunas canciones en la lista. Estábamos más que agotados, pero dispuestos a seguir el tiempo que fuera, y fuimos recompensados con "Diamonds". En un enorme esfuerzo, la gente empezó a saltar y moverse con violencia. El foro completo vibraba en alaridos por The Boxer Rebellion.

Tras anunciar la que sería su ultima canción, "Here I Am", el grupo subió al escenario a Mauricio Solo de URSS Bajo el Árbol y Eunice Guerrero de Valsian. Días antes del show, la banda sacó esta colaboración como muestra del afecto que le tienen a nuestro país. Pero en realidad se vio la buena química entre sus integrantes y los músicos mexicanos. Era un final perfecto, pero todavía había más.

The Boxer Rebellion volvió para tocar "Always", "Promises", "Let It Go" y "Evacuate", estas dos últimas fueron pedidas casi desde que inició el show. Muchos ya querían irse, no podían más, pero cada canción los hacía quedarse hasta el final. Al final, después de "The Gospel of Goro Adachi", Nathan confesó que éramos el mejor público para el que habían tocado y que esperaban volver. No pudimos recibir mejores palabras.

La banda nos dio una noche para recordar, este fue uno de los mejores conciertos del año. Vivimos un momento único e irrepetible, que guardaremos en nuestra memoria y que sin duda The Boxer Rebellion también lo hará.

El 'Folclor Imaginario' de Gepe llegará al Roberto Cantoral

Después de su exitosa presentación en el Foro Indie Rocks!, Gepe vuelve pero esta vez con su gira Folclor Imaginario.

El año pasado lanzó el disco Ciencia exacta con el cual tuvo un gran éxito, el recibimiento que el público le dio fue enorme, logró llenar a tope el Foro Indie Rocks!, y dar una increíble presentación llena de baile, buena vibra que desbordó la energía del público. Sin embargo, este año es el turno de darle paso a su nuevo material discográfico.

El show Folclor Imaginario + grandes éxitos se llevará a cabo el 15 de noviembre de 2018, está dirigido para todas las edades, y aquí interpretará todos los temas del disco, además de nuevas versiones de sus más grandes éxitos, acompañado por los músicos que participaron en este material discográfico. ¡No te quedes sin ser parte de este íntimo encuentro!

Precios:

SUITE 2 MX $859.00

SUITE 1 MX $859.00

PALCOS MX $859.00

LUNETA SUPERIOR MX $859.00

LUNETA BAJA MX $859.00

BALCON SUPERIOR MX $586.00

BALCON IZQUIERDO MX $586.00

BALCON INFERIOR MX $586.00

BALCON DERECHO MX $586.00

CORO BAJO MX $517.00

CORO SUPERIOR MX $445.00

Folclor Imaginario es un álbum en el que Gepe le rinde homenaje a Margot Loyola Palacios, a quien se le considera una gran exponente e investigadora del folclore chileno, además de ser compositora, guitarrista, pianista, entre muchas otras profesiones. El disco fue liberado el 14 de septiembre, un día antes del aniversario natal de la compositora.

El disco explora la tradición chilena, pues es algo que a Gepe le interesa rescatar, volver a sus raíces para crear e inspirar nuevos temas, aunque el CD también cuenta con grandes colaboraciones como Claudia Mena, Marcelo Cornejo, entre muchos otros artistas. Gracias a este nuevo material discográfico Gepe logra presentarse en el Centro Cultural Roberto Cantoral.

 

 

Marduk en el Foro Indie Rocks!

Fotos Cortesía EYESCREAM // Guacamole Project

En la blasfemia encontramos la salvación.

Domingo de resurrección para la libertad de expresión en un México que aún guarda en sus profundidades el radicalismo ante lo inverosímil, lo extraño, lo que atenta contra las costumbres y el buen ver, como si todas las expresiones musicales debieran sonar y lucir como un títere de La Voz México, y mientras hay un país idiotizado por las apariencias, los productos olvidables y la música que solo se renueva a base de nuevas versiones de viejos clásicos, una larga fila afuera del Foro Indie Rocks! es el manifiesto del otro México, el que en la oscuridad encuentra su guarida, y en la música su catarsis.

“La sangre de Cristo tiene poder” reza una cartulina amarilla sostenida por alguien que nos bendice, pero que también nos señala, por alguien que cree tener su propia verdad, pero que tampoco nos conoce, por alguien que cree que estamos atentando contra sus creencias, pero que también atenta contra nuestros gustos. Entre algunos gritos y mentadas, se escucharon vitores ante un fan que extendió una playera de Marduk junto a la cartulina mencionada. La tranquilidad reinó más no la tensión, pero a diferencia de Monterrey, una pequeña protesta no pudo contra un concierto. Kadath comenzó a gritos la ansiada noche, su vocalista demostró poder y esencia ante el acelerado andar de una caja de ritmos, ambientes orquestales y guitarras acuchillantes. Through Torment demostró que el metal hecho en México que reside en el underground tiene tanta calidad como para sorprendernos, ecos de death metal entre intrincados solos y la vos gutural pero armónica que se llevaron los aplausos con temas como “Incineration”.

Y ante la espera y las cancelaciones anteriores, el panzerkampfwagen hizo su aparición a tambor batiente y listo para disparar y disipar dudas, “Panzer Division Marduk” como explosión en nuestra mente, cual alivio para nuestro espíritu, el comienzo del devaneo de los cuellos inertes y desesperados, los gritos de alivio ante lo que parecía imposible. “Baptism by Fire” para devolvernos la vida ante los bombardeos, y la gente que debió haber estado en misa, tal vez afuera comenzó a disiparse ante la poca fuerza de convocatoria de su protesta, el Foro Indie Rocks! repleto recibía la bendición maldita de Marduk.

“Werwolf” para invocar las alertas anti aéreas de Viktoria, el depurado black metal que emanaban perfectamente los amplificadores, la calma y la tormenta, los que solo observan y los que giran su cabeza trepidantemente e incluso su cabello araña delicadamente los rostros ajenos que alrededor observan y aprecian. “Es una bendición que este tipo de música no sea permitida en nuestra sociedad”, recalcó un pastor evangelista ante la cancelación del show de la banda en Monterrey, del cual Mortuus hizo mención, y entre silbidos y mentadas a la ciudad referida por parte del púbico, la Ciudad de México demostró civilidad y apertura, estábamos disfrutando una gran noche de música sin daño alguno.

“Throne of Rats” en honor a las bestias que en verdad cometen atrocidades, que escudados en los colores de su partido condenan y censuran música y eventos pero que son ciegos, sordos y mudos ante las verdaderas tragedias que provocan la autorización corrupta de una construcción que colapsa en la misma ciudad que evitó que la moral y las buenas costumbres fueran mancilladas por un concierto. “The Blond Beast” como la marcha ante nuestra calma y la catarsis de escuchar los acordes acelerados, la batería cual golpe batiente de artillería, la voz gutural y calmante, porque en la música encontramos el remedio perfecto ante lo que nos depara, la rutina que nos devora, los pagos que nos aquejan, las entregas y sus pesados deadlines.

“Into Utter Madness”, nuestra propia locura interior que se disipa ante la masacre sonora, la manada de lobos suecos mostró sus colmillos desde el primer hasta el último acorde, y el público respondió coreando su nombre, hasta incluso, en el clásico coro futbolero. Puños al aire y victoria in extremo por una noche que pudo no ser, pero que sin embargo salió avante ante la hipocresía de aquellos que creen saberlo todo. Al final todos volvemos a casa rendidos e ilesos, ni una gota de sangre como tanta que se ha derramado en nombre de aquel dios que dice amarnos, ni una agresión ante la provocación, nada de maldad después de que Marduk atentó contra nuestras buenas costumbres.

Against Me! en SALA

Fotos Edwin Lopez

No se trata de Laura Jane Grace: Against Me!.

No esperarías algo así de una banda de punk rock. Para quienes nunca habíamos visto a Against Me! en vivo, el misterio de Laura Jane Grace era grande, era místico adivinar cómo sería estar en su presencia. Pues estar ahí te hace sonreír, no hay más. Su sonrisa contagia la tuya, es algo que no esperarías de alguien que aparece sobre un escenario envuelta en negro y delineador; y sin embargo ahí está, porque a Laura le importa un carajo qué esperes de ella.

Aparecieron los cuatro sin decir más; sin hablar tomaron sus instrumentos y comenzaron a tocar “New Wave”. Habían pasado 30 segundos y ya todos habíamos entendido de qué se iba a tratar esto. No iba a ser sobre Laura, ni sobre política, ni sobre transexualidad. Iba a ser sobre Against Me!, sobre la música y sobre esa noche, sobre los coros que íbamos a hacer entre todos y las sonrisas que nos íbamos a regalar.

El público era una selección particular. Ir a un concierto de punk rock suele conllevar empujones de un amplio grupo de adolescentes furiosos. Aquí no. El público rondaba los 30, la mayoría seguramente envueltos en una vida de responsabilidades adultas, pero con algún distintivo de lo que reclamaba su corazón. Algún mechón de color en el cabello, una perforación discreta, una playera negra, un puño en alto. Y así como sin nada, la tercera canción fue “I Was A Teenage Anarchist”. No había un público más adecuado. SALA ardió.

Andrew Seward es una gran compañía para Laura sobre el escenario. El bajista acaba de regresar a la banda después de cinco años fuera y se nota. Se nota cómo hace suya cada una de las canciones viejas y nuevas, cómo alienta al público, cómo agita la cabeza, el cuerpo y los ánimos. Y todo cae en equilibrio. La banda no es Andrew ni Laura, la banda no es la furia de Atom Willard en la batería o la pasión de James Bowman en la guitarra. La banda es el momento, la banda es lo que están tocando.

Cantaron “Dead Friends”, “Stop!” y “White People For Peace” sin detenerse, sin hablar, sin quitarle peso a lo importante. Solo cuando Laura apareció en el encore con una guitarra acústica, acompañada de la marcha de la batería, para tocar la desgarradora “Joy”, se tomó un minuto para explicar que se trataba de no rendirse; más allá de las naciones, de las fronteras… nunca rendirse. El verdadero punk se trata solo de ser tú mismo.

Hacia el final aventaron “Transgender Dysphoria Blues”, “Thrash Unreal” y “Black Me Out” seguidas, sin decir nada más. Laura Jane, la banda y el público crecieron con las canciones o las canciones crecieron en ellos. Hacia el final ya todo era una fiesta de crowdsurfing, gritos y sonrisas en un concierto de punk que no decía “estamos furiosos”; decía “ya ganamos”. Crecimos, somos nosotros mismos, estamos aquí esta noche cantando con una cerveza en la mano, el punk ganó, nosotros ganamos.

Tricky en El Plaza Condesa

Fotos David Barajas

Falsos ídolos.

A poco más siete años de aquella agridulce presentación en el ya extinto José Cuervo Salón, envuelto en rumores y malos comentarios después de su show en Guadalajara, Tricky por fin volvió a pisar la Ciudad de México para celebrar los primeros 11 años del Foro Cultural Hilvana.

Cerca de las 22 H., tras el calentamiento a cargo del colectivo mexicano Bungalo Dub y una playlist con las mejores canciones de The Specials, El Plaza Condesa comenzó a llenarse de hielo seco, mismo al que se le sumaron estrobos que apuntaban directamente a los ojos y luces azules que volvían imposible ver lo que pasaba en el escenario

Acompañado de guitarra, batería y la maravillosa voz de Marta Złakowska, cantante polaca que lo acompaña en esta gira, el concierto arrancó con una versión instrumental de “You Don't Wanna” y siguió con “I’m Not Going”, canción que originalmente conocimos interpretada por Oh Land y que fue la única en la que Marta no se encargó de la voz en vivo.

“New Stole”, la versión ¿mejorada? de “Stole” de Francesca Belmonte, fue la tercera en sonar y para entonces, aunque sus intervenciones habían sido mínimas, el hecho de que Tricky no estuviera cantando comenzó a hacerse evidente. Si bien agradecía constantemente entre canciones, el no tener siquiera cerca de la cara el micrófono cuando se escuchaba su voz provocó reclamos y gritos de molestia. Pagar casi $900 pesos para verlo contonearse en la penumbra claramente no estaba en los planes de nadie.

Al igual que durante su primera presentación en México, Tricky cedió completamente la atención a su corista, Marta, quien no decepcionó en lo más mínimo. Si tomamos en cuenta que gracias a él conocimos a Martina Topley-Bird y Francesca Belmonte, es de agradecer que sus acompañantes femeninas no sean solo una sombra de él en el escenario.

La selección de canciones estuvo enfocada en sus tres últimos discos, mientras que de los clásicos Maxinquaye y Pre-Millennium Tension solo se escucharon “Overcome” y “Vent” respectivamente. Fuera de los sencillos que pudimos o no haber escuchado en la radio alguna vez, probablemente el más esperado era “When We Die”, la primera colaboración de Martina con Tricky en casi 15 años.

Llegó un primer encore y Tricky siguió sin cantar. En ocasiones se pudo distinguir su voz en vivo pero fueron pocas. Cuando terminó y todos esperábamos que se encendieran las luces, la banda volvió a salir al escenario para regalarnos su versión de “Doll Parts”, original de Hole, y cerrar el show con una suerte de reprise de “Here My Dear” con letras improvisadas.

Seguramente, si preguntamos a quienes asistieron al concierto qué les pareció la respuesta más común sería que se sintieron estafados; sin embargo, hay que tomar en cuenta que en prácticamente toda la discografía de Tricky la mayoría de las voces son femeninas, sobre todo las más importantes. No es infundamentado el hecho de que en algún momento se le llegó a considerar una dupla más que un proyecto en solitario.

Sí, el hecho de que cualquier artista haga playback es decepcionante. Como muchos, la primera vez que vi a Tricky lo odié. Hoy le doy el beneficio de la duda. Al final, la música la hizo él, las letras las compuso él; tal vez solo no le gusta cantar en vivo o cree que no es necesario dar un gran show. Tal vez no quiere formar parte de ese selecto grupo de falsos ídolos. Tal vez solo quiere que disfrutemos la música.

House of Vans 2018

Fotos Bere Rivera

Back to Basics: House of Vans.

Durante años House Of Vans fue el festival encargado de traer lo mejor del hip hop y rock internacional. Este año, la marca de tenis decidió dar un giro de 180 grados y recuperar a su público original. Es por eso que se decidió convocar a bandas nacionales de amplia trayectoria y cuyo público sí usa Vans, ¿cuál fue el resultado?

Todo empezó temprano. El festival, se podría decir, constó de dos partes. Por un lado hubo un bazar y show de skatebording, que convocó tatuadores, barberos, joyerías y repostería, destacando además los talleres en los que podías incluso crear una bolsa de mano teniendo como base una playera de la marca.

La segunda parte fue musical. Todos saben que Vans siempre se ha visto ligada a la música alternativa. En esta ocasión se decidió voltear a la escena nacional y convocar esas bandas que ayudaron a popularizar esta marca.

Primer día: El punk rock arruinó mi vida

El primer día contó con tres presencias gigantes de la escena nacional.

Primero Lng/SHT. El rapero de Cancún es el vocero perfecto de la marca. Sus letras hablan directamente a esos “skatos”, que crecieron escuchando punk pero que hoy en día prefieren las rimas como vía de escape. Rifando rolas como “El punk rock arruinó mi vida” y “Llaves, teléfono y cartera”, conquistó rápidamente a un público que parecía mandado hacer.

Después llegó el primer plato fuerte de la noche: Plastilina Mosh. Estos regios con más de 20 años de trayectoria demostraron por qué son de los duros de la música alternativa mexicana. “Mr. P. Mosh”, “Afroman”, “Oxidados” y “Nalguita”, pusieron el ambiente a full y listo para el plato fuerte de la noche.

Para terminar llegó Molotov y vaya que este cuarteto tiene un pacto con el diablo, su energía y su intensidad parecen no tener fin, no importa que lleven más de dos décadas tocando y que sus integrantes rebasen los cuarenta años. Durante una hora pusieron a todos a brincar y cantar esas canciones que los acompañaron en su juventud: “Puto”, “Chinga tu madre”, fueron solo unas cuantas de las melodías que sonaron en su set.

También hay que resaltar que la banda abridora fue No Wrong Numbers, que se ganó su lugar a través del concurso Sessions. Esta banda no tiene muchos reflectores pero es verdaderamente el ejemplo perfecto del sonido Vans, ojalá crezca y tenga muchos logros más.

Segundo día: ¡Qué comiencen las hostilidades!

El domingo las actividades musicales iniciaron con Disidente. Esta banda tapatía se ha mantenido años en el underground logrando crear una buena base de fans que desgraciadamente no asistieron al festival. Sin embargo, con su simple energía fue suficiente para calentar los motores para otra noche exitosa.

Después tomó el escenario Caloncho, el también tapatío trae consigo una buena vibra. Sus canciones poco a poco se han convertido en clásicos. Sus seguidores son tan fieles que algunos abandonaron el recinto, en el momento en que su presentación terminó, lo cual tiene sentido al tratarse de un domingo, no es un día para la fiesta.

La primera de las presentaciones principales de la noche fue DLD, y vaya que si de clásicos hablamos, con más de una década sobre los escenarios, esta banda se ha convertido en uno. “Dixie”, “Arsénico”, “Por siempre”, son canciones que ya forman parte del imaginario popular, lo cual se demuestra en el momento en que la canción empieza, nada más suena el primer acorde y no hay quien se pueda quedar quieto y en silencio.

Para cerrar la noche y el festival llegó Panteón Rococó y qué buen cierre. No importó que su presentación empezó a las 23:30 H. en un domingo, parecía tocada de prepa de viernes por la tarde: nadie pudo mantenerse en su lugar. Los de las gradas se pararon, los de pista slamearon y como si nada pasó hora y media en la que sonaron verdaderos clásicos como: “La Dosis Perfecta”, “Marcos Hall”, “Esta noche”, “La Rubia y el demonio”, “Acábame de matar”. Verdaderamente la calidad de la banda no hace más que aumentar con los años.

Al final la apuesta de Vans por la escena nacional, los skatos, los rockeros, los chavorrucos, funcionó. La marca pudo congraciarse con sus viejos consumidores y de paso presentar un nuevo concepto que, a pesar del escepticismo, resultó ser todo un éxito.

La Mala Rodríguez en Warehouse

Fotos Cortesía PHONO / Baloo Goldsmith

Pura sensualidad e irreverencia: La Mala Rodríguez.

La pista estaba a su máxima capacidad. Nadie quería ceder un centímetro; ir por un trago a la barra o pasar al baño significaba perder un lugar trabajosamente conquistado. Faltaban 10 minutos para la 1:00 H. del ya sábado cuando la música de fondo disminuyó su intensidad. Un poco de humo; expectativa al máximo. Algunos celulares se levantaron por encima de la multitud. Varios querían capturar el momento en video.

Se escucha un beat lento y contundente, casi místico. “No me acostumbro al color del cielo. Pero lo prefiero al suelo, canto sincero. No puse las reglas, pero me sé el juego”. Con esa voz inconfundible —potente y acompasada—, La Mala Rodríguez suelta los primeros versos de “Gitanas”. En el contexto del movimiento #MeToo a nivel global y #JusticiaPatriarcal en España, éste su más reciente single ha sido adoptado como un himno feminista.

Surgida desde lo más profundo del underground, María Rodríguez Garrido ha forjado una notable carrera en el difícil mundo del rap. De por sí, el hip hop en español encuentra muchos obstáculos; para una mujer es doblemente complejo. Con una explosiva combinación de sensualidad y maldad, la española ha superado muchos retos profesionales y personales.

Su entrega y amor por la música quedan refrendados en cada show, ya sea en un gran festival en espacio abierto o en un venue cerrado, como anoche en el corazón de la Colonia San Juan en la Ciudad de México.

Hadrian

Faltaban escasos minutos para concluir un viernes de lluvias en este caos de ciudad. El Warehouse ya se encontraba casi a toda su capacidad para cuando Hadrian, el responsable de abrir, saltó a las tarimas. Las chicas explotaron en gritos y piropos desde el minuto cero.

El rapero capitalino presentó un set más meloso que aguerrido. En el pasado han quedado las rimas filosas con las que hace una década se coronó en el Red Bull Batalla de los Gallos.

A la tercera canción se despojó de la playera para lucir un cuerpo musculoso y lleno de tatuajes. Los puristas del rap, los que lo llaman “vendido” por incorporar ritmos cercanos al reggaetón, se mantuvieron al margen, guardándose para La Mala.

Los más se dejaron llevar por las tonadas suaves y los versos cariñosos. Desde “LOCAXMI” hasta “Ángel y diabla”, el  MC no se guardó nada. Sonaron éxitos como “Dudas”, “Vienes y te vas”, “Indiferente”, “Atiende”, y varios más.

En el punto más álgido de su set se incorporó a la pista para convivir con las fans. Ellas le acompañaron en los coros de algunos versos. Ya de regreso en el escenario (un segundo piso que está por encima de la barra principal), preguntó si se sabían su nuevo sencillo. La respuesta fue unánime. Con apenas dos meses en plataformas digitales, “Ex” es su canción más popular; el videoclip oficial casi alcanza los dos millones y medio de reproducciones, superando por mucho al resto de sus tracks.

Al parecer, ya encontró la fórmula que tanto estaba buscando y ahora está acrecentando su público cautivo. Seguramente lo veremos muy activo en los próximos meses.

La Mala Rodríguez

Como parte de una pequeña gira por la República Mexicana, La Mala Rodríguez volvió a la Ciudad de México. Previamente, se presentó en Monterrey y Guadalajara. Su itinerario continúa con el Festival Cervantino; de ahí viaja a Sinaloa donde tiene agendadas fechas en Los Mochis, Mazatlán y Culiacán. ¿Quién lo diría?

Tras su espectacular actuación en el Vive Latino 2018, la nacida en Cádiz regresó a la capital mexicana para regalarnos un show íntimo, compacto y sumamente hot en el Warehouse. Tal como adelantamos, “Gitanas” fue el primer tema en sonar. Tras iniciar el beat, salió por un costado del lugar. En su camino hacia el escenario, se tomó la libertad de hacer una entrada lenta, con mucho porte y presencia hacia la mitad de la canción. Sus dos bailarinas de acompañamiento se adelantaron para encender el ambiente y robar algunos aplausos. El resto del espectáculo fue intenso hasta el final.

Arribó al entarimado, luciendo un pequeño vestido negro con transparencias en la parte superior. Con su mirada seductora y su desafiante voz, encaró al público. Agradeció el cariño de los mexicanos que siempre la reciben con los brazos abiertos. De ahí en más, ráfaga de éxitos. No los menciono en orden.

“La Niña” para remontarnos 15 años al pasado. Días de escuchar la radio durante horas, siempre a la caza de nuevas propuestas. Con este tema descubrí su propuesta musical, tan honesta como transgresora.

“Quién manda” ayuda a levantar el ánimo. Siempre. Una canción para agradecer que tenemos lo mínimo indispensable para sobrellevar los pesares de la existencia. Humildad. “Por la noche” nos hizo reflexionar sobre las consecuencias de nuestros actos. El respeto por delante.

Momento de ponerse faltosos. “33” es de sacar el bat de beisbol y romper algunos cristales o cráneos. Desafiante y rebelde, “Nanai” incentiva a mirar de manera crítica a una sociedad en la que abundan los prejuicios y el trato desigual.

Comentario marginal. “Tengo un trato” es una canción que ha ganado solidez con los años. A diferencia de la primera versión de estudio, la interpretación en directo destaca por su brillante potencia. Un buen ejemplo para notar la madurez personal y profesional de La Mala.

“Cuando tú me apagas” para el deleite de los enamorados. Recuerdo. Tortura lenta de los corazones que estaban por romperse.

Durante casi una hora completa, La Mala Rodríguez nos obsequió un vaivén de recuerdos, sensaciones y sorpresas. No hubo encore, no hacía falta. Su actuación fue desafiante y sensual. Lo mismo se sienta sobre la mesa con porte de emperatriz que baila con una gracia ingenua. Esta noche en Warehouse se reencontró con su gente, un público que conoce todas sus canciones, que siente profundamente cada línea y se deja llevar por el ritmo.

The Marías en SALA

Fotos Cortesía Cero6 Agencia / Zeus López

La sensualidad pop de The Marías en SALA.

El regreso de The Marías a nuestra ciudad estuvo cargado de elegancia, seducción y calor pop. Con Superclean, Vol. Il estrenado hace apenas un par de semanas nos regaló una noche de ensueño, donde el afecto y las emociones se desbordaron.

Para calentar la pista, Andrea Franz subió al escenario y lo cubrió de su natural dulzura, dejando en claro que la noche se teñiría de girl power. Se apagaron las luces y los gritos de euforia no se hicieron esperar, The Marías subió al escenario de una forma casi angelical, sus integrantes se colocaron detrás de sus instrumentos, sonrieron al público y después de un guiño por parte de María, los acordes de “Cariño” atraparon al oído.

La conexión estaba hecha, todo el público –que en su mayoría era muy joven– había decidido entregarse a las melodías pop soul de esta agrupación. “Estábamos muy nerviosos de que no viniera nadie, gracias por estar aquí” fueron las primeras palabras que María dirigió a su público después de que su voz, fuera coreada por completo en su primer tema.

“I Don’t Know You” y “Only In My Dreams” nos transportaron a un mundo de ensueño donde no había que correr ni preocuparse por cosas banales, sino simplemente llenarse de la placentera satisfacción que la música ofrece. Las letras de este quinteto están cargadas de pasión, por lo que los besos, y las continuas muestras de afecto no dejaron de mostrarse entre el público y hacia María, quien respondía al micrófono con un “yo también te amo” o uniendo sus manos en forma de corazón.

La mezcla de elegancia y sobriedad que el sonido de The Marías proyecta sobre el escenario es pocas veces apreciable, antes de llegar a SALA temí que su presentación se volviera monótona, pero fue por completo lo contrario. Sus líneas de bajo resuenan con una gran fuerza, al mismo tiempo que los golpes de la batería seducen los sentidos por sus tintes de jazz y por si fuera poco, para aderezar y dar brillo a algunos tema, el soul llega al introducir en momentos una trompeta, logrando sin mayor esfuerzo que el cuerpo se vuelva un péndulo.

Con la pícara inocencia de una front woman que se hidrata con jugo de manzana, para “Basta Ya”, María pidió el apoyo del público y no necesito más, las voces comulgan juntas en pro del amor, haciendo resonaron en el recinto como un rayo ensordecedor.

“Déjate llevar” fue su último tema y en el que mayor conexión con el público se tuvo, María tomó diferentes celulares de sus fans y tomó algunas fotos, abrazó a su público, dejando por momentos el micrófono para entregarse por completo a ellos. La felicidad y emoción se reflejaba en su enorme sonrisa, que prometía volver en poco tiempo.

Escuchar a The Marías en vivo es detener el tiempo y viajar a un lugar donde el amor y el placer son lo más importante. Con elegancia y sutileza, este grupo demostró que no necesita de una gran producción para conmover a su público, simplemente dejan que la fuerza de los instrumentos y la tersa voz de María brillen a su tiempo.