La supremacía de las entidades musicales oscuras.

Tifones y huracanes, malas noticias permanentes, la voz de Bryan Funck a modo de portavoz de nuestra desgracia permanente, y con una lluvia de cuchillos “Inward” es la primera infame descarga de adrenalina directo a las neuronas: una evolución instrumental perfectamente afilada para comenzar a filetear trozos de nuestra mente desordenada.

“My Brother Caliban” y su lento pulsar electrónico que trasmuta en un redoble, doble bombo surcando el camino a la distorsión, parálisis permanente de nuestros sentidos que se desbocan en espera del golpe que da inicio a “Transcending Dualities”, la bondad que falla y la maldad que persiste, los potentes riffs que de nuevo orquestan el eco maldito, el lento y amargo animal del doom metal mordiendo nuestras extremidades, la sed de sangre que puede tal vez saciarse en un volumen alto, una suerte de post rock maldito que tanto nos evoca a Pelican.

“The Changeling Prince” mientras nos enfrentamos a uno de los discos más pesados del año, “Sovereign Self”, otra álgida y larga tragedia musicalizada, la lírica difusa que si bien no entendemos nos altera, nos inspira a sacar cierta ansiedad y coraje por la información que nos punza, que nos molesta. Emulamos al aire los trazos de la batería, los riffs como gusanos emergiendo de una tumba recién ocupada, en la alteza musical de Thou radica su gran influencia ante las variantes y sub-géneros de la música del mal: riffs que bien pueden rebotarnos a la época del grunge más pesado y denso, el drone como atmósfera secundaria y su ímpetu surrealista, el tritono del diablo que se transforma en arpegios cual tarántulas interrumpiendo nuestro dulce sueño. Más allá de desmenuzar la técnica y analizar la mezcla, este disco nos provoca encerrarnos en nuestros más oscuros sentimientos y así rasgarnos las mejillas con nuestras propias uñas al emprender un viaje entre miserias. Las voces femeninas en el interludio titulado “Divine Will” que nos guían hacia la luz no servirán para nada más que clavarnos aún peor profundamente en la oscuridad.

“In The Kingdom Of Meaning”, tanto tuvimos que esperar después de Heathen para volver a cerrar los ojos y dejarnos llevar por la desgracia y comprender que la activa creatividad de Thou ha influenciado a joyas recientes como Indian y Culted. “Greater Invocation Of Disgust” y de nuevo la compleja formación de estalactitas sonoras que se clavan en nuestra cabeza en el andar por las cavernas. Un solo de guitarra que se pierde entre golpes de guitarra, la batería que encuentra un ritmo altivo, el dinamismo entre la oscuridad, esbozos de vida entre los escombros. “Elimination Rhetoric” y la ansiedad por presenciar el acto en vivo de esta banda en la noche de los fieles difuntos en la Ciudad de México, “The Law Which Compels” como último preludio al cierre de la cripta, “Supremacy” como largo final a un disco que por momentos puede sonar muy similar entre canciones, pero que al dar una escucha en calma descubre sus encantos, una telaraña que difusa pero perfecta atrapa nuestra atención.