Alex Ferreira en el Lunario

Una noche para románticos en el Lunario.

El concierto de Alex Ferreira llenó el Lunario del Auditorio Nacional de románticos.El evento sold out fue un punto de reunión para que todos los fans del cantautor dominicano pudieran bailar y cantar con todas sus fuerzas sus éxitos y los temas de su último proyecto: Canapé.

Antes de que saliera Ferreira, Silvana Estrada fue la encargada de abrir el espectáculo. A las 21 H. salió al escenario armada con su cuatro venezolano y su repertorio dedicado al desamor. Interpretó, vestida de corona de flores, sus temas “Te guardo”, “Sabré olvidar” y “Marchita” acompañada del multiinstrumentista: Iván de la Rioja tocando la guitarra, las teclas y haciendo segundas voces.

El público estaba en su punto. Se veían muchas parejas, pero sobre todo muchos grupos de amigos, de esas amistades que se tienen la confianza de cantar juntos a todo pulmón.

Para cuando acabó su set, la gente ya estaba en trance y pedía más. Después de 10 minutos de descanso entre artistas, comenzó a salir humo del escenario: era la entrada de Ferreira. Entre sombras se apreciaba su figura mientras se oía su guitarra hacer una introducción muy atmosférica. La gente se calló y comenzó a escuchar.

“Cuando toque suelo”, fue la primer canción que tocó. Le siguieron “Corazón de melocotón” y “Maldita mirada”.

El Lunario puede ser un lugar muy íntimo para gente muy fan de los grupos que se presentan ahí. En momentos, todos los presentes se quedan callados y escuchan a los artistas; los ven como si apreciaran una obra de arte en un museo. En otros instantes, cuando los músicos en el escenario hacen alguna faena, el público ruge y estallan los aplausos; el lugar se vuelve un carnaval.

Después de realizar un dueto con Silvana, la sorpresa de la noche que dio Alex Ferreira a todos fue la aparición sorpresa de Natalia Lafourcade durante la canción “Tú me acostumbraste”. El público se volvió loco. Comenzaron a gritar al grado que no se escuchaba la música.

Para muchos fue una noche muy especial en donde la palabra, el amor y el desamor reinaron. Esperemos se repita pronto.

 

 

 

Chingadazo de Kung Fu en el Lunario

La noche que no se le va a olvidar nunca a Chingadazo de Kung Fu.

Los que estuvimos ahí lo desciframos al instante; la noche del 21 de septiembre, Chingadazo de Kung Fu vivió el concierto más especial de su carrera… hasta ahora. No fue por el ambiente, ni por el sold out, ni por ser el venue más grande que han llenado como estelares; este fue el concierto más especial de su carrera porque ellos se lo creyeron y nos hicieron creerlo, porque desde la organización hasta el crowdsurfing, siempre echaron el corazón por delante.

Debajo del escenario había toda clase de historias. Vi a un chico de no más de 14 años a quien acompañaba su mamá, vi a quien le hicieron espacio para que se amarra la agujeta en medio del slam, y vi a un par de desconocidos que se gritaron las canciones en la cara tantas veces, una cada vez más cerca que la anterior, hasta que terminaron fundiendo sus labios en un beso. Abajo todo estaba puesto, todos estábamos ahí por las historias, y ellos estaban listos para contarnos las suyas.

“Hace cuatro años tocamos por primera vez con el Chingadazo enfrente de 40 de nuestros mejores amigos, y hoy tocamos frente a más de mil de nuestros mejores amigos”, comenzó Ale después de abrir el show con “#imape”. En ese momento supimos que los dos lados estaban ahí para entregarlo todo; para empaparse de sudor y cantar con los ojos cerrados.

Comenzaron con las canciones que han hecho a Chingadazo; sonaron “Rehab” y “Azul turquesa” y no les tomó ni una canción construir el ambiente. Fue una elección particular abrir el show con algunas de las canciones más conocidas y dejar hacia el final el nuevo disco que presentaban, pero parecía que el público se las sabía todas igual. Luego vinieron los invitados. Subieron al escenario Lalobilly y Chucho Tormenta de Los Pandilleros a tocar “Intento Fallido No. 7”, y demostraron que el punk rock se les puede dar casi tan bien como el rockabilly.

También tomó el escenario el productor de Me pongo hasta la madre porque estoy hasta la madre, Erik de Allison, para tocar “Tú no me dices qué hacer (Oblígame prro)”, así como Gastón de Lng/SHT, para acompañarlos en el bajo, o “el instrumento de los fracasados”, en “No me importa (¡Oh, oh!)”; pero probablemente la colaboración más significativa fue la de Pepe de Seguimos Perdiendo, una influencia que Marino y Ale siempre han reconocido al punto de “robar a su baterista”, Beto. “Es increíble que personas que una vez admiramos, ahora toquen canciones con nosotros”, les agradeció Marino.

Chingadazo no se guardó nada, no puso ninguna frontera en el escenario; compartieron sus fotos, subieron a sus papás a tocar y Marino trajo a la vida “3 de noviembre (No me agüito)” cuando ahí, frente a más de mil de sus mejores amigos, dejó que las lágrimas le inundaran los ojos al abrazar a su mamá, reconciliarse con ella y dedicarle la canción que escribió a partir del dolor de romper su relación. Todos la cantaron más fuerte que nunca.

Eso fue lo que hizo este concierto. Escuchar a Ale y a Marino agradecer y reconocer por su nombre a varios de sus seguidores más asiduos entre el público, recordar el nombre de la primera persona que dedicó una canción de Chingadazo cuando era todavía un demo, y poner en las pantallas una compilación de videos de los seguidores que les confiaron la intimidad de sus habitaciones y sus voces coreando las historias de resaca y corazones rotos que ellos han convertido en canciones.

Fue una gran noche para Chingadazo de Kung Fu, nadie lo va a negar. Este trío va a llegar hasta donde quiera siempre que recuerden esta noche; siempre que recuerden que los menores de edad les llenaron el concierto, que no les presumieron sus historias de crystal meth y sexo, sino que se las contaron con la gracia y la confianza con que lo harían frente a un amigo; mientras recuerden esta noche en la que quedó claro que un público entrega tanta pasión y tanto amor como recibe desde el escenario.

Álvaro Díaz en SALA

Lo vamos a querer toda la vida: Álvaro Díaz.

“Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida” suena en los altavoces. Sobre el escenario, unos mariachis interpretando la famosa canción mexicana cuya interpretación más famosa es de Luis Miguel. No es accidente que este tema suene en un concierto de Álvaro Díaz, el puertorriqueño lleva años con el sobrenombre de Young Luis Miguel a manera de tributo. Para ese momento “Alvarito”, como le gritan sus fans mientras hacen volar su ropa interior al escenario, ya era dueño del lugar. Todos cantaban, brincaban, bebían; la noche era suya y supo aprovecharla.

La carrera de Álvaro Díaz está indiscutiblemente ligada a México. Aquí se le abrieron las puertas que en su tierra natal se negaban a abrirle. Es por eso que su concierto más grande en su historia (según sus palabras) tenía que ser en tierras aztecas. Desde el principio era fácil notar que realmente existe un fanatismo hacía el boricua, sobre todo en las generaciones más jóvenes que fueron las que llenaron SALA. Desde la primera canción (“Groupie Love”) el piso cimbró y la voz de Álvaro quedó opacada por los cantos ensordecedores de los asistentes.

La música de Young Luis Miguel puede describirse a grandes rasgos como latin trap, sin embargo no suena a Bad Bunny, su sonido es único, un poco más pop por momentos y más tradicional por otros. Sus letras invitan a dos cosas. Por un lado tiene canciones como “Mantecado de coco” y “Tortura China”, esas logran poner al público a cantar y dedicar, son melosas, tiernas, amorosas. Durante esos temas uno puede a ver a su pareja para recitar versos que logran enamorar a cualquiera, como pasó ayer con las 1000 personas que desgarraron sus gargantas en busca de conquista.

Por otro lado tiene temas como “Ok”, el tema reciente del puertorriqueño, con una lírica callejera, apegada al trap más tradicional, hablando en burla de los gangsters o aquellos que pretenden serlo solo por moda. Durante esta canción, y otras similares, el suelo tiembla debido a los brincos que parecen no tener cansancio, en ese momento todos son calle, traperos de cepa que furiosos recitan versos.

También hay que agregar una nueva faceta, aunque quizás no es tan nueva. Canciones como “Mala” o “Es tarde ya”, no siguen ninguno de los parámetros antes mencionados, más bien son temas bailables, para la fiesta. En ese momento las parejas que previamente se recitaban versos de amor se disponen a bailar y a repegarse los unos a los otros porque, ¿qué es el amor de pareja sin sexo? Este fue quizás el momento más festivo de la noche, con un Álvaro disfrutando del baile y su propia sensualidad.

Al final Álvaro Díaz logró convertir el 21 de septiembre de 2018 en la mejor noche de su vida y seguro la mejor para muchos de los presentes, lo único que se puede criticar es que al final el show daba para más, se sentía que justo en el mejor momento acabó dejando una sensación de incompleto, incluso el mismo boricua no parecía querer irse y se disculpó por no poder tocar más, ya será para otra que podremos escuchar “Piso 13”, la melodía más esperada, misma que nunca llegó.

NOCHE HIPNOSIS 02: Here Lies Man + Toundra + Supersilverhaze

La noche es para vivirla flotando.

La segunda NOCHE HIPNOSIS a escasas dos semanas del gran día, ¿qué nos trae? Un desayuno nocturno de tres tiempos, lo suficientemente pesado para espantarnos el sueño con ruidero estruendoso entrando por cada orificio de nuestro. Pero... Ahora que ya leíste el intro, podrías seguirte de filo y viajar con nosotros abordo de esta crónica.

Supersilverhaze: Espeso guisado de caos chilango.

Inicia la tragazón psicodélica, ¿la entrada?: Supersilverhaze desgarrando cuerdas de guitarra, creando loops espaciales y ácidos; con bajos y baterías jugando con motivos monótonos, que poco a poco comienzan a atraer gente con su música apestosa de un delicioso olor cósmico.

El público se divide entre los que se retuercen, quienes aúllan y quienes se encuentran completamente estáticos sin demostrar emoción alguna —eso no quiere decir que no disfrutan— mientras guitarras, bajos y baterías se confrontan en escenario. Ah qué tiempos para estar vivos.

Al tocar su penúltima canción, parece que tanto doom, psych y space rock no cabe dentro de las paredes del Foro Indie Rocks!. Ahora aparece un nuevo tipo de público, el que comienza a chocar frenéticamente unos contra otros y ahuyentando al público más contemplativo de sus alrededores. Los chamacos de Supersilverhaze lo hicieron bastante bien, los canijos.

¿Un plato fuerte demasiado potente para comer de un solo bocado?

En España, Toundra agota las localidades de cualquier lugar que pisa, todos los aman y los veneran cual culto jarcorero. Acá encontramos un Foro Indie Rocks! a la mitad de su capacidad, pero eso no impide a los españoles amenazar al público mexicano con guitarras ensalsadas de brutales acordes, acompañadas de una sección rítmica bajo/batería para que le dan ese toque ideal de dinamismo y creatividad.

Dejando a un lado la palabrería pseudo poética de un servidor, con solo sentir las vibraciones del bajo uno automáticamente voltea a ver los ventanales del Foro para asegurarse que no se van a desmoronar en cualquier momento y que todo está en orden. Lo cierto es que el Foro Indie Rocks! le ha quedado demasiado pequeño a los decibeles de Toundra.

Es verdad  que Toundra es elogiado por todos lados en Europa, pero acá llega un momento a la mitad del show con mucha rotación de quórum, los que los aman y adoran están hasta adelante, pero atrás la gente está comenzando a huir del lugar. Lo que es real, es que Toundra está tratando de conquistar a un público nuevo y a fin de cuentas está es su primera visita a México.

El momento más delicioso del menú: el postre

Cuando entra Here Lies Man al escenario esperamos que mucha gente entre a verlos y que el lugar se llene a reventar, pero no sabemos si fue por la hora —la 1 H.— que muchos comenzaron a desertar en el camino entre Supersilverhaze y Toundra, que al final —por el cansancio o quién sabe qué— ya no lograron llegar a Here Lies Man y escuchar los teclados extraterrestres, guitarrazos hipnóticos y los mantras cantados por Marcos Garcia.

Escuchamos “Animal Noises”, “Summon Fire” y “The Movie”. Aquí, Here Lies Man nos invita a formar parte y disfrutar de la música que hace para el soundtrack de la vida, la que ahora mismo y en este preciso lugar todos estamos viviendo.

Por supuesto, al contar con miembros de Antibalas en su alineación no podía faltar la muestra de respeto por Fela Kuti con “Sorrow Tears and Blood” y aunque el lugar se va quedando vacío de a poco, los que de verdad esperaban probar el delicioso postre sonoro de Here Lies Man, aún continúan bailando ritmos africanos potenciados con una sobre dosis de distorsión y atmosféricas olas de teclados.

 

Killing Joke en El Plaza Condesa

Primer concierto de Killing Joke en México, un encuentro que ambos se merecían.

Nuestra ciudad tuvo una semana de primeras veces, primero con Simple Minds un día antes en el Pepsi Center WTC y ayer con Killing Joke. Casi 40 años de su formación y jamás habían pisado nuestro país, pero gracias a que la capital se ha convertido en un nuevo refugio para el post punk en todo el mundo, se hizo posible el debut de la agrupación británica en tierras aztecas. México es un lugar donde no pasa el tiempo y las leyendas se mantienen como en su mejor época.

Dieron las 20:30 H., el lugar estaba a media capacidad y todos esperaban con paciencia, no había prisa. En lo que aparecía el grupo, la gente exploraba el terreno, muchos integrantes de la comunidad goth se encontraban y saludaban con gusto, los curiosos miraban los atuendos de los demás con asombro, y los oficinistas, nostálgicos de sus años más interesantes, estaban atorados en el tráfico.

Tardaron 15 minutos en salir, tiempo que sirvió para que se llenaran los espacios vacíos de El Plaza Condesa. Debo confesar que la apariencia de los integrantes de Killing Joke me llamó mucho la atención, juro que Martin y Geordie lucían personajes de Bill Murray, vaya hasta su roadie parecía Steve Zissou. Pero Jaz Coleman era intimidante. Cuando apareció con una vela en la mano todo el recinto guardó silencio, estábamos maravillados solo de su presencia.

Los británicos se fueron a lo grande, con un tema que nadie esperaba escuchar hasta el final: “Love Like Blood”. Una canción perfecta para el cierre, pero que también funciona muy bien en el inicio. La gente se descargó entre gritos y ovaciones, mientras Coleman nos veía como un padre exigente, nos pedía más y nosotros hacíamos lo que podíamos.

En cuanto terminaron la primera canción, Jaz quiso presentar a sus compañeros. Los aplausos  y gritos no se hicieron esperar, sobre todo por Martin.

Le siguieron “European Super State” y “Autonomous Zone”, de los recientes éxitos del grupo. Estos, aunque no fueron tan coreados, definitivamente aceleraron el ambiente. Se sentía una tensión de violencia que fue calmada con el mosh pit. Tengo que decir que no preocupaban tanto los codazos o empujones, sino las botas de plataforma que se estrellaban contra el piso.

Pudimos seguir con el material relativamente nuevo de Killing Joke y nadie se abría molestado, pero sabían lo que necesitábamos: “Eighties”, otro de los tracks notables de Night Time. El Plaza simplemente explotó, los más cohibidos se dejaron llevar por ese pequeño momento y viajamos en el tiempo, ahora estábamos en el music box de Manchester en los años ochenta.

Nos quitaron la ilusión bastante rápido, pero nos mantuvieron a ritmo con “New Cold War”. Algo que me preocupaba era la voz de Jaz, pues al comienzo del show le falló un par de veces y darle aspereza no parecía la mejor idea, pero tal vez no había calentado.

En cuanto sonó el sintetizador de “Requiem”, los asistentes soltaron un grito de emoción. Esta, junto con “Bloodsport” hicieron que Jaz comenzara a tomar una actitud diferente, pasó de ser obscuro y atemorizante a un hombre con bastante carisma, comenzó a bailar como si estuviera en una marcha de guerra y a hacer poses dramáticas. La verdad no sabría con cual personalidad quedarme.

Me di cuenta de la importancia de la voz en los shows de Killing Joke, mientras que los efectos de “Butcher” nos transportaban a un escenario underground, la técnica gutural de “Loose Cannon” nos tornaba más agresivos. La banda mostraba su versatilidad y nos iba dirigiendo de arriba abajo.

Toda la noche Jaz estuvo dando todas sus referencias sobre México: tortillas, tequila y los aztecas, causando extraño a sus fans; pero fue hasta “Corporate Elect” que la gente respondió como debía cuando se les preguntó si odian a las corporaciones.

El show se estaba haciendo largo, pero no se veía el final de la noche y nadie estaba cansado, habríamos seguido horas y horas. Además todavía faltaban “Asteroid” y “The Wait”, las cuales llegaron antes de la salida del grupo.

Tras su regreso al escenario ya no quedaba mucho por mostrar, pero se las arreglaron para mantener las cosas emocionantes con “Change”, “Wardance”Pandemonium”, para luego regodearse por varios minutos con la ovación del público.

Creo que Killing Joke, como muchas otras bandas, ha encontrado algo especial en México. Prometieron que iban a volver en nueve meses, si es así estoy seguro de que muchos de los que estuvieron en El Plaza van a repetir.

Simple Minds en el Pepsi Center WTC

La primera vez nunca se olvida.

¿Cuándo es el mejor momento para que una banda visite un país extranjero por primera vez? Creo que nadie podrá tener la respuesta correcta a esto. No existe. México tiene un lugar "privilegiado"; es algo así como el país al que muchas agrupaciones llegan como entrada a Latinoamérica (y porque estamos abajo de EU y queda "de paso"), o el que muchas bandas de allá abajo en el continente americano, planean llegar como un punto a conquistar. Curioso es que de entre todos esos grandes nombres, pero en verdad grandes, Simple Minds no haya venido tan solo una vez en casi 40 años de carrera, en una trayectoria donde históricamente se les llegó a emparejar con U2 –estos super idolatrados aquí– en épocas de The Joshua Tree VS Once Upon A Time. Pero afortunadamente existió esa primera vez de ver a una de las bandas más grandes de Escocia, en un tiempo que hay que decir, resulta perfecto para que Jim Kerr y compañía, hagan gala de todo su arsenal de éxitos y así enmarcar una noche única, una primera vez que nunca se olvidará.

Se veía en las caras de un público que, si hay que poner promedio de edad, la estadística dirá que estaba en torno a los 45. A cada comenzar de las canciones se escuchaban expresiones como: "de esa me acuerdo cuando iba en secundaria", "¿Te acuerdas cómo la cantábamos cuando estábamos chavos?", así como exclamaciones de emoción por haber sido canciones que de la radio, el CD o el reproductor, no pasaban, pero la noche del 20 de septiembre en Pepsi Center WTC, se hicieron realidad como acto en vivo. Jim Kerr lo sabía, salió a decirlo y bromear un poco acerca de todos los años que habían pasado en esta espera, que si ya no era joven o ya no tenía cabello, causó risas y reacciones varias, pero así tenía que llevarse la noche.

Y asimismo ¿Cómo no pasar una gran noche con canciones que hemos escuchado durante décadas? "Waterfront", "Lovesong", "Promised You A Miracle", "All The Things She Said" y "She's A River" fueron de los momentos más enérgicos, que más encendieron el ánimo y provocaron que todos se movieran. Aquellas emblemática baladas y piezas más lentas no pasaron inadvertidas, su reversión de "The American" desde su Acoustic (2016), pero electrificada fue pasiva pero coreada al por mayor, "Let There Be Love" con las manos en alto, la gloriosa "Mandela Day" con esos aires de música africana, "See The Lights" con un coro en masa estremecedor y de "Alive & Kicking" no podía haber otro resultado que entonarse como el clásico que es, lleno de júbilo. Sorprende que muy a pesar de que aquí en México sean casi ubicados de manera unánime como "la banda de 'Don't You (Forget About Me)'", éste, no haya sido el momento climax de la noche y cada acto fue grandioso, pero a la par "Someone Somewhere (In Summertime)" fue ese fragmento del tiempo donde era tanto el deseo de vivir ahí, que se cantó a tope y muchos se olvidaron hasta de levantar el celular para grabar.

Quejas se escuchaban sobre los desperfectos en la calidad del sonido del lugar, algo por lo que parece es famoso el auditorio del WTC, que dicho sea de paso Simple Minds no estuvo exento de eso. La ecualización y volumen de los instrumentos se fue puliendo sobre la marcha o a veces estaban más altos que la voz principal y, lo anterior tema ajeno a un Jim Kerr que a pesar de la edad ha sabido mantener su voz y encontrarle el punto en ese sabor añejo que posee el cantante de 59 años, casi 6 décadas de vida que a lo lejos nunca se notaron; 2 horas de un concierto donde se movió de izquierda a derecha, bailaba, se contoneaba, andaba sobre la punta de los pies justo como ese Kerr de los años 80 y 90. A su lado, otro pilar de la banda como Charlie Burchill siempre perfecto en guitarra, tratándola como una extensión más de su cuerpo, fundiendo sus cuerdas con el muro de sonido o perforando con sus notas como lo hizo en “All The Things She Said”. Y esto sustentado por la poderosa batería de Cherisse Osei que junto a las espectrales vocales de tinte góspel de Sarah Brown, ambas le han dado un nuevo giro e imagen a esta última etapa de la banda.

Mencionar que se trataba de la gira de su decimoctavo álbum de estudio Walk Between Worlds, del cual también dejaron escuchar un par de cortes como el tema homónimo y la inaugural "The Signal And The Noise", incluso dejaron de lado los singles fuertes de este último lanzamiento, y ya en el plano general unos cuantos éxitos que quitaron de lo que venían tocando regularmente en la gira, para enmarcar esta visita a México. Quizá lo hayan guardado para una segunda parte y con una rica y muy extensa trayectoria aunando a la respuesta de público mexicano ahora comprobada ¿Por qué no? Nunca es tarde para la primera vez, y una como la de anoche, por supuesto que nunca se olvida.

Lily Allen realiza cover a Lykke Li

Escucha la versión de Lily Allen a uno de los recientes temas de la cantante sueca.

Lily Allen está de promoción con su LP No Shame y como parte de sus distintas paradas llegó al programa de radio Triple J de Australia. En su participación ofreció una entrevista en la que habló sobre la maternidad, su divorcio y las adicciones.

Además, durante su intervención interpretó "Family Man" de su más reciente proyecto discográfico y una versión acústica del tema "deep end", track original de la cantante sueca Lykke Liincluida en so sad, so sexy de este año.

¡Escúchala a continuación!

Ahora dale play a la original y opina en nuestras redes sociales:

El libro My Thoughts Exactly salió a la venta este jueves a través de Blink Publishing, casa editorial británica que anteriormente ha publicado algunas otras obras referentes a nombres de la música como Robbie Williams o Freddie Mercury.

Lily Allen

“Cuando las mujeres cuentan sus historias de forma fuerte, clara y honesta, las cosas comienzan a cambiar. Para mejor”, es parte del mensaje a través del cual, la artista inglesa, confirmó la llegada del nuevo material hace unos meses.

Si no has escuchado lo nuevo de Lily Allen aquí te dejamos No Shame:

Grimes participa en opening de 'Hilda'

Grimes ha estado activa musicalmente en otros proyectos y en esta ocasión creó un tema para una serie.

Sabemos que muchos han estado esperando novedades en solitario de Grimes, pero parece que tendremos que esperar un poquito más para el sucesor de Art Angels. Mientras esto ocurre, la cantante canadiense fue convocada para crear el tema de apertura de la serie animada Hilda que se liberó hoy en la plataforma de streaming Netflix.

Aunque apenas tiene una duración menor a 30 segundos, podemos escuchar una producción pop con sintetizadores y a Grimes en los coros. ¡Dale play!

Si te gustaron las imágenes de la serie, te contamos que es una adaptación de los cómics de Luke Pearson del mismo nombre. La historia gira en torno a una chica de pelo azul llamada Hilda, la cual tiene una serie de aventuras al viajar al mundo de Trolberg en el que se enfrenta a monstruos fantásticos.

Volviendo a Grimesdesde hace unas semanas ha estado prometiendo nueva música y parece que lo está cumpliendo ya que en lo que va del año a conocer un extracto de la canción That’s What The Drugs Are For”, en la nueva campaña de AppleBehind The Mac. De igual manera, formó parte del track “love4eva”, una colaboración con yyxy —subgrupo de LOOΠΔ— compuesto por Yves, Chuu, GoWon y Olivia Hye. 

De acuerdo a Claire Elise Boucher —nombre real de la cantante— dará a conocer dos materiales los cuales describe como “altamente colaborativo y glorioso” y de “extrema oscuridad y caos”.

Rage Against the Machine lanzará en vinilo todos sus álbumes

Buenas noticias para los fans de Rage Against the Machine ya que sus 4 LPs estarán disponibles en versión vinilo.

Rage Against the Machine ha dado a conocer que pondrá a la venta todos sus discos en versión vinilo. Los materiales en cuestión son: Rage Against the Machine (1992), Evil Empire (1996), The Battle of Los Angeles (1999) y Renegades (2000). Además de sus materiales de estudio se sumará el Live en el Grand Olympic Auditorium (2003).

Las ediciones especiales se han puesto en preventa en el sitio web de la banda y a partir del 28 de septiembre serán lanzadas, por lo que aún estás a tiempo de hacer tu pedido. El LP te incluye una playera conmemorativa, esto con un costo de $868.57 MXN.

Esta no es la primera vez que la agrupación da a conocer materiales en edición limitada ya que en 2012 para celebrar el 20 aniversario de su debut lanzó un box set que incluye una serie de raras apariciones de 1991 a 1994, como el video de Rage Against the Machine interpretando “Take the Power Back” en el Vic Theatre de Chicago en 1993.

Desde 2011 Zack de la Rocha, Tom Morello, Tim Commerford y Brad Wilk han tenido inactiva a la agrupación, pero cada uno por su cuenta ha lanzado sus proyectos.

Wolf Alice, ganó el Mercury Prize

Visions of A Life de Wolf Alice es el álbum ganador del Mercury Prize 2018.

Ellie Rowsell, Joff Oddie, Theo Ellis y Joel Amey han sido reconocidos con el premio musical más importante de su país, gracias al trabajo logrado en su segundo álbum de estudio, Visions of A Life, publicado un año atrás.

Mercury Prize es el nombre del prestigioso galardón anual, entregado a lo mejor de la música británica, que en su vigésimo sexta edición celebrada al interior del Eventim Apollo de Londres, ha seleccionado la placa del cuarteto como la mejor del año.

Entre algunas de las producciones nominadas para esta edición, se encontraban los más recientes títulos de Arctic Monkeys, Florence and the Machine, Lily AllenKing KruleNoel Gallagher, quienes uno a uno, fueron desfilando por el escenario del recinto para interpretar alguno de sus temas.

A continuación puedes ver la presentación de Wolf Alice en los Mercury Prize.

"No parecen para nada una banda, nos decían. No sabemos cómo, pero aquí estamos", es parte del discurso emitido por el bajista Theo Ellis tras pasar a recoger el premio, haciendo referencia a la dificultad que les significó hacerse de un espacio dentro de la industria musical.

Visions of A Life es el nombre que da vida a la segunda placa en la trayectoria de Wolf Alice, producida por el sello independiente Dirty Hits Records, a través de la cual pudimos escuchar siete sencillos. Te compartimos nuestra reseña del álbum por si aún no te has animado a escucharlo.

Wolf Alice