Recordar estas bandas es volverla a bailar.
Una cosa es que te digan y que te cuenten, pero es muchísimo mejor que escuches estas bandas, la experimentes y la vivas. Por eso amigos, ahora que ya estamos bien prendidos con las fiestas patrias, es momento de aventarse un jicarazo bien frío del espeso elixir del rock psicodélico mexicano y bailarlo mientras escurre por todo nuestro ser.
Ya no hay más qué decir, el viaje empieza ahora…
Firmados por Discos Capitol, El Tarro de Mostaza –obvia alusión a la marihuana– en 1970, decidió iniciar su álbum debut –el único en su historia– con una larguísima canción para bailar rodeado de delgadas siluetas de humo púrpura. “Obertura-Brillo Luz” dura 20 minutos y es uno de los temas de larga duración más épicos de era hippie en México.
Salidos de Poza Rica, Veracruz; estos chavalos tuvieron una muy corta vida a pesar que atraían mucho el interés del público anglosajón o al menos eso es lo que presumen. No hace mucho entraron en broncas legales porque un ex miembro ñero usó el nombre para su banda de cumbias para XV y bodas, en un movimiento muy a la Revolución de Emiliano Zapata.
Su sonido era muy de garaje, con distorsiones en guitarra muy atascadas y psicodélicos motivos de teclados con letras en español muy primigenio, muy primitivo.
Luz y Fuerza iluminaban el camino con soul
Otra banda con voz rasposa, otra banda con sección de metales, otra banda de jazz-rock, pero con sonidos bañados en una espesa salsa de soul, R&B y psych; esa era Luz y Fuerza. De estas greñas largas no se encuentra mucho en internet, pero lo que si se sabe es que le ponían mucha crema a su música para sonar a algo muy aproximado a lo firmado por la Blue Note.
En el único disco de su carrera hay un montón de canciones con las intenciones precisas para hacerte bailar mientras flotas en el aire. “We Can Fly”, “When I Ever Get Home”, “Just How I Feel” y “Midnight” son los potenciadores para que tu espíritu se aleje de tu cuerpo y viaje por dimensiones multicolor, lástima que solo existan 32 minutos de composiciones suyas y que nunca las escucharemos en vivo.
¿Nuevo México es música espacial?
No, no lo es. Pero se dice que antes de que se realizara el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro, Nuevo México ya tenía mucha música en su poder, aunque los músicos de esa época rechazaron la propuesta de estos chilangos porque era demasiado compleja y que no tenía onda. Al final tuvieron que bajarle dos rayitas a sus barrocas composiciones y sonar a algo más parecido al gusto popular o eso es lo que dice la leyenda.
De su disco debut, “Sinfonía en Rock No. 1” es una de las más grandes, ingeniosas, vibrantes y alucinantes rolas de larga duración de la historia del rock nacional. Se supone que esta épica canción de rock de cámara representa la grandeza del imperio azteca y su caída con la conquista de los españoles, que además combina mucho muy bien con la rola que la procede: “Después de la muerte”.
Sigue el camino amarillo directo al final
Las bandas psicodélicas del pasado nacional no son tan diferentes a las bandas de psych nuevas, tu puedes escuchar a todas las que hemos mencionado en esta columna a punto de extinguirse y escucharás a: Monstruos del Mañana, Ramona, Viv and the Sect y más. Es cosa que continúen leyendo y conociendo para descubrir las similitudes.
Pero ya lo saben, la próxima entrega es la semana que viene, con el fin de esta miniserie, el fin de septiembre, el fin del año y el fin del mundo… sigan caminando con nosotros para descubrir como termina todo.
