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Entrevista con Iceage

Entrevista con Iceage

23/Nov/2018

El espacio mental de lo desconocido.

Iceage es una banda que amas u odias, pero sin importar esto, es una de las mejores propuestas musicales en la actualidad, y desde que lanzaron New Brigade en 2011 ha ido renovando su sonido sin perder esa característica esencia cruda. Iceage resulta de una mezcla entre el rock, punk y blues con una fuerte dosis de poder y nostalgia, con letras que reflejan la manera de ver de los cuatro integrantes (Johan Surrballe Wieth, Dan Kjær Nielsen, Elias Bender Rønnenfelt y Jakob Tvilling Pless) de una forma directa y honesta. Con su música, Iceage simplemente nos entrega una parte de sus integrantes y de las conexiones que se crean en sus mentes a la hora de crear música. Son ejemplo de versatilidad y eso queda reflejado en Beyondless su reciente entrega, cuyo nombre según Johan Surrballe (guitarrista). “Es una palabra que existe en una novela de Beckett (Worstward Ho), es una hermosa palabra de la que tienes que encontrar su significado”, y eso es lo mismo que tenemos que hacer con Iceage, sumergirnos en las diferentes dimensiones que abarca su música, para descubrir un mundo único, lleno de ruido, pero a la vez armónico y natural.

“La historia de este álbum no es necesariamente lineal, es más un documento de una mente fragmentada y una imagen del espacio mental a la hora de escribir el disco. Al grabar siento que lo que hacemos es una representación de donde estábamos en nuestras vidas, los problemas que nos tenían bajo presión, o experiencias que vivimos. [El álbum] fue grabado en Gotemburgo, Suecia en alrededor de dos semanas, este periodo fue muy intenso, de no dormir mucho y todo giraba alrededor de tener las canciones con la máxima urgencia en la cinta (debido a que fue grabado de forma análoga)”, narró Elias Rønnenfelt, vocalista de la banda sobre la historia de Beyondless. Al preguntarle sobre los sentimientos que definían este álbum, respondió. “Es un mundo hermoso lleno de emociones como nostalgia, desorientación y desesperación. Me gusta que los discos capturen una extensa paleta de lo que es la mente humana, porque está dividida, entonces se alimenta de las diferentes direcciones que puede tomar esta”.

Algo que caracteriza a la banda además de su sonido, es la peculiar presencia que proyectan, y sus shows en vivo son una muestra de esto, desde que salen establecen una conexión con el público y pareciera que no hay barreras entre ellos y los asistentes, sobre esto Rønnenfelt comentó. “Personalmente odio cuando hay un espacio entre el escenario y el público. Por supuesto que hay algo que separa al artista y al asistente, pero todo es parte de la misma experiencia, todos se alimentan de la energía de los demás”, y añadió. “Un concierto en vivo es una forma muy pura de expresión y más que esto, es también comunicación, porque estás en un mismo espacio junto con la audiencia. En el mejor de los escenarios, se convierte en algo que libera a todas las personas dentro del lugar, nosotros incluidos y se crea un versión comprimida del ahora. Yo prefiero los shows donde me olvido de dónde estoy, qué tan alto es el techo, donde lo importante es la presencia de un momento que todos comparten”.

Iceage simboliza diferentes épocas musicales, pero sus influencias no son claras. “Vienen de cientos de lugares diferentes y a veces es difícil ubicarlas, solo creas algo con base en tu cultural general, comprendiendo todo lo que escuchas, ves, oyes, o lees y mezclándolo en lo que estás haciendo, pero puede ser difícil diferenciar de dónde viene cada cosa exactamente”. Esto me llevó a preguntarle qué diferencia de sentimientos experimenta entre escuchar y crear música, a lo que Rønnenfelt respondió. “La música es algo que cuando lo escuchas mueve todo dentro de ti y tiene un impacto que te fue dado [por el artista] y altera tus movimientos o sentimientos dentro de un espacio, o los químicos dentro de tu cerebro. Al hacer música es lo mismo, pero a la vez diferente, porque puedes expresar algo al mismo tiempo”.

El verano pasado la banda realizó una gira junto con Mary Lattimore, cuya música puede parecer totalmente contrastante con la de la banda, por lo que me pareció interesante preguntarle sobre esta colaboración a Surrballe y explicó. “Obviamente no era el mismo tipo de música, ella es una arpista y nosotros somos una banda de rock, pero es agradable sorprender al público y tener diferentes tipo de sonidos en un mismo concierto”. Así mismo, se encargaron de la curaduría de una pequeña residencia llamada “Opening Nights”, que se realizó en Los Ángeles, New York y Tokyo, donde se presentaron artistas como Vacant, Dorit Chrysler, Julianna Barwick y Last Lizard. Durante su estancia en Tokyo, trabajaron con el artista Azuma Makoto para el video de “Under the Sun”, el cual creó una instalación que llamó Crazy Garden x Iceage. Sobre esta colaboración Rønnenfelt nos contó. “Fue la esposa de Dan (baterista), Lea, quien lo conocía y le pregunté a él (si quería trabajar con ellos) y entonces respondió que no haría contribuciones a la exhibición, pero crearía un set completo para nosotros. Entonces, nos invitó a la casa de su esposa donde tenía esta increíble y colorida selección de flores esperando por nosotros, realizada con una gran habilidad artística. Puedo decirte que el olor en la habitación era maravilloso, el polen o la esencia de todas esas flores era muy intenso”.

El éxito de la banda dentro de la escena independiente es relativo, a pesar de que su trabajo ha sido reconocido por algunos medios musicales y han recibido nominaciones a los premios  de la asociación IMPALA, no es algo que les interese, pero al cuestionar a Rønnenfelt sobre cuál ha sido el crecimiento de Iceage, aseguró. “El corte de la banda es el mismo, porque es acerca de nosotros cuatro, siendo amigos desde que éramos niños y permaneciendo tan cercanos desde ese entonces. Es increíble tener esa longevidad, pero no solo en el ámbito musical, también en el personal, porque yo amo a estos hombres, son como hermanos para mí, personalmente ha sido interesante ver cómo el proceso de composición mejora con los años y se desarrolla junto con la forma en que tu vida está cambiando, es una evolución gradual y espero que siempre continuemos evolucionando, ojalá que nunca pare porque no [estamos] interesados en cualquier tipo de repetición. Para mí la parte interesante de hacer música es el proceso y el crecimientos que viene de forma natural… es importante tener cierta locura por la vida”, concluyó.