Fotografo: Bruno Muti

Instagram: @Bruno_Muti

Fer Casillas en el Foro Indie Rocks!

Del amor al odio: una noche íntima con Fer Casillas.

Hay veladas que resultan íntimamente especiales. La noche de ayer, resultó ser una de ellas. Directo desde Monterrey, Fer Casillas llegó al escenario del Foro Indie Rocks! para complacer a sus seguidores con el encanto de su voz y la melancolía de sus letras. Una auténtica dualidad de emociones.

La ocasión suponía una noche especial, al tratarse de la presentación oficial de su nuevo álbum, Imágenes de Olga.

El reloj marcaba las 20:30 H y los primeros asistentes comenzaban a darse cita en el venue capitalino. Una vez al interior, el primer detalle que llamaba la atención era el escenario al centro de la pista. Sí, ¡la pista!.

Poco a poco, los asistentes fueron ingresando y acomodándose en el mejor lugar alrededor de un escenario que permitía la vista en 360 grados. El rostro de la gente repetía los mismos gestos de sorpresa al descubrir los instrumentos y el entarimado trasladados al centro de la sala.

Después de una hora de espera, el acto telonero hizo su aparición para calentar los ánimos entre los asistentes. Se trataba de JT. Supičić, dúo veracruzano que al ritmo del trap encendió los ánimos en la primera parte de la noche.

Tras media hora de show, llegó el momento de ceder la pista a Fer Casillas. Un grupo de tres músicos se hizo presente para darnos una muestra del más fino y delicado soul con un breve intro y tras esta ejecución, la intérprete daba el primer golpe de la noche a través de un “Arma letal”.

Acompañada por una producción sencilla, pero elegante, que era conformada por una alfombra, dos lámparas y focos, Fer Casillas tomó su guitarra y dio paso al primer par de temas en inglés. Fue así como empezaron a sonar los veros de “Without You” y “My Little Song”.

La noche avanzó, la melancolía se hizo presente y los coros en español volvieron junto a la interpretación de “Olga” y “Programada”. De esta forma, llegábamos a la mitad del set y tocaba el turno de escuchar “Cuando volvamos al mar”, tema que robó los gritos de los asistentes desde el primer momento de su ejecución.

Tras la interpretación de su sencillo Como el aire y regalarnos las últimas “Imágenes” de su presentación, la cantante dedicó un pequeño momento para agradecer a todos aquellos que, desde hace seis años, han formado parte de este proyecto musical.

Antes de partir, Casillas regaló una versión solitaria de “Bajo el sol” para despedir a la audiencia y dar fin a una íntima velada, ambientada por un set breve; pero lleno de emociones.

Daniela Spalla en el Lunario del Auditorio Nacional

La santa patrona de los corazones rotos.

El viernes, 30 de noviembre, la sala del Lunario del Auditorio Nacional se llenó del romanticismo y dolor del que Camas Separadas está impregnado. Los fans hicieron vibrar el recinto cada que coreaban una canción de la talentosa cantautora argentina Daniela Spalla.

Daniel, me estás matando fue el encargado de abrir el show, con algunas canciones como "¿Qué se siente que me gustes tanto?" y "Diez pasos hacia ti" logró prender los ánimos de los asistentes, quienes entusiasmados bailaban al ritmo del bolero glam.

Las luces se encienden y se escucha "Prometí no verte más y tiré las llaves para no escapar. Prometí no verte más lo acordamos juntos para no estallar", los fans vitorean a Spalla, mientras ella dio inicio al concierto dedicado a los corazones rotos, los amores no correspondidos y los que deben dejarse atrás para rescatarte a ti mismo.

"Insomnio", "Canción Decente" y "Trasatlántico" fueron las canciones seleccionadas para que los asistentes prepararan sus gargantas para cantar todo el dolor que llevaban adentro. La cantante argentina se tomó un minuto para agradecer el cariño con el que han recibido a su música, en especial su nuevo álbum Camas Separadas.

Sonaba "Vayámonos de viaje, lejos, por una última vez, para encontrarnos sin recuerdos, sin nada que perder. Te espero en Costa Rica", pero, a la mitad de la canción la cantante decidió parar para invitar a Daniel Zepeda para interpretarla con ella, los espectadores no dejaron de entonar la melodía ni un sólo minuto.

La noche del pasado viernes será recordada como "La noche del club de los corazones rotos", pues cada uno de los asistentes cantó con euforia y desgarro canciones como "Prefiero olvidarlo", "Si no lo cortas" y "Los de siempre", estás últimas fueron muy especiales, pues Daniela nos regaló la versión acústica.

El show se transformó con la llegada de Elsa y Elmar interpretando "Viaje a la luna", canción en la que originalmente colabora el español Carlos Sadness, y con su abrigo blanco llenó de plumas parecía que Daniela Spalla volaba hacia la luna "sin pensar en qué dejó atrás".

Aunque los ánimos de la sala parecían estar más encaminados a un karaoke colectivo y depresivo, el cover "Que nadie sepa mi sufrir" logró prender a todos en el recinto, iniciando la fiesta al hacerlos bailar con el dolor vibrando en sus gargantas y corazones.

La argentina aprovechó un momento para agradecerle a su mamá por ayudarle a confeccionar su hermoso atuendo "mi mamá literalmente bajo del avión para ayudarme a pregar plumas, cada una representa a cada uno de ustedes" dijo mientras se reía un poco, posteriormente presentó sus siguientes canciones con estas palabras: “Yo no soy mucho de playa, pero bueno, la idea es tan linda que he hecho un par de canciones sobre ella y esta es una” presentó uno de sus nuevos éxitos "Pinamar".

Esa canción y "Amor difícil" fueron unas de las más coreadas esa noche, seguidas de "Volverás" canción que logró hacer que las lagrimas de más de uno brotaran, tal vez de tristeza o de emoción, incluso ambas. Pero sin lugar a dudas la sorpresa de la noche fue el solo de guitarra del invitado especial Adan Jodorowsky en el poderoso sencillo "Vete de una vez".

La velada concluyó con la consentida del público "Estábamos tan bien", la dulce voz de Daniela Spalla cerró con broche de oro entonando "Cómo me dejaste de amar, de golpe y sin avisar. No me diste opción, ninguna opción de salvarlo a tiempo".

La santa patrona de los corazones rotos les regaló una noche inolvidable a todo aquel que deseaba cantar sus tristezas, quejas y resentimientos, entre la multitud para sentirse acompañados y darse cuenta que a todos nos han roto el corazón más de una vez, pero siempre hay oportunidad de desahogarte entonando las canciones más dolidas que te ayudarán a sanar.

Garbage en la Arena Ciudad de México

Celebración y nostalgia en Día de Muertos con Garbage.

Se nota cuando una banda tiene una conexión especial con el público de un país, cuando este es leal, vuelve cada vez y no se cansa de corear canción tras canción. Y es que Garbage ha venido casi cada año a México desde que se reunieron con el Not Your Kind Of People en 2012, ya sea a dar conciertos en solitario o a festivales y saben que sus fieles seguidores siempre estarán ahí.

Con motivo del vigésimo aniversario de su exitoso Version 2.0 y apenas un año después de que se presentaron junto con Blondie en el Palacio de los Deportes, Shirley Manson, Duke Erikson y Steve Marker (Butch Vig se ausentó por una emergencia familiar y fue reemplazado por Eric Gardner en la batería) regresaron a nuestro país en el marco del Día de Muertos. Se presentaron primero en Puebla y luego en Querétaro antes de volver a la capital y dieron un show diferente al que acostumbran, esta vez se trató de un concierto para fans más empedernidos.

Los encargados de calentar el escenario fueron los originarios de Cuernavaca, Valsian. A pesar de ser un dúo, seis músicos tocaron un dream pop suave ante una Arena muy vacía y agradecieron a Garbage por el apoyo y la difusión que les brindaron. Afortunadamente para cuándo salió la banda principal de la noche, el aforo incrementó significativamente y dieron arranque con "Afterglow", lado B de su segundo álbum, en un escenario simple con luces de colores.

La velada fue un amoroso tributo al disco que propulsó su popularidad en ese lejano 1997 con sencillos como "I Think I'm Paranoid", "Push It" y "Special", pero también sonaron deep cuts que hace tiempo que no figuran en sus setlists como "Hammering In My Head", "Medication", "Temptation Waits", "Wicked Ways" o "Dumb". Por si fuera poco, también desempolvaron los lados B y rarezas del disco, cortes que nunca jamás de los jamases volveremos a escuchar en vivo como "Soldier Through This", "Lick The Pavement", "Get Busy With the Fizzy" y el cover al tema "Thirteen" de Big Star.

Entre temas, Manson siempre sonriente y enérgica agradeció a sus fans de antaño y nuevos por el inmenso apoyo a través de los años, se declaró fan de nuestra celebración de Día de Muertos, despotricó contra Trump, elogió a la banda telonera y relató su experiencia con el Version 2.0 hace 20 años.

Una vez que terminamos este viaje de nostalgia por ese segundo disco con las emotivas “You Look So Fine” y “The Trick Is To Keep Breathing”, pasaron por el inescapable sencillo que los dio a conocer al mundo con su primer disco, “Only Happy When It Rains”. “Cherry Lips”, la cual dedicaron a la comunidad LGBT y a todos los “freaks and weirdos”, fue la canción que cerró con broche de oro este concierto.

El ambiente dejó que desear, la Arena con su área pista de asientos asignados que no deja mucho espacio para saltar y bailar no es el espacio ideal para un concierto de rock y la gente sigue teniendo una grave obsesión por documentar todo en sus teléfonos celulares.

El recinto en sí le queda un poco grande a la banda escocesa/estadounidense que apenas vendió poco más de la mitad de su capacidad, pero es un hecho que Garbage tiene una relación especial con el público mexicano, fans que han crecido con ellos a lo largo de más de dos décadas y que los hacen sentir siempre bienvenidos.

Su música suena fresca al día de hoy y siguen ganando adeptos jóvenes (incluyendo a los hijos de sus propios seguidores de antaño). La banda prometió regresar en 2020, año para el cual está contemplado el lanzamiento de su siguiente disco y es una apuesta segura que el público mexicano estará ahí con los brazos abiertos como siempre.

Cypress Hill en el Centro de Convenciones Tlatelolco

La noche en que la CDMX se puso "Loco con el coco".

Los domingos por lo regular son sagrados y este no fue la excepción, ya que a diferencia de otros, se convirtió en el día de ver a Cypress Hill en el Centro de Convenciones Tlatelolco. ¿Es igual de sagrado, no?

El lugar –al que por lo regular tus jefes se van a bailar o en el que se arman las famosas fiestas setenteras– se convirtió en el más weed friendly de la capital y sitio para promocionar su LP Elephants on Acid.

Desde las 17:30 H. ya había gente afuera del recinto comprando la ya clásica merch pirata, que suele ser mejor que la original (en algunos casos). Los horarios ya estaban establecidos y aunque era bastante temprano eso no impidió que todos esperáramos ansiosos (me incluyo) al acto principal.

DJ Agustin

El reloj marcaba las 18:30 H. y el recinto ya estaba a la mitad de su capacidad, debido a la lluvia que cayó. DJ Agustin se armó un warm up con algunas canciones de Control Machete, Wu-Tang Clan, Missy Elliott y Notorious B.I.G. Algunos lo disfrutaban, otros sencillamente estaban echando el coto, se alistaban comprando cerveza o armaban su porrito previo al show de los californianos.

En la pista del venue de Tlatelolco te topabas a todo tipo de personas, cuyos estilos dan muestra de que la escena del hip hop en México se ha mantenido latente a pesar de los nuevos géneros. Playeras alusivas a Cypress Hill, bermudas y pantalones Dickies, era de lo más común.

Luego de algunas rechiflas por poner unas canciones de los reggaetoneros J Balvin y Ozuna —pues es claro que la escena respeta su cultura— el DJ telonero dio por finalizado su acto.

Cypress Hill

Mix Master Mike salió al escenario para poner el ambiente a lo largo de 10 minutos y de manera inesperada apareció B-Real con una especie de turbante y una playera con el escudo de México. Sen Dog y Eric Bobo salieron después. Esto provocó los gritos y que todos de manera inmediata prendieran sus churros sustituyendo a la máquina de humo del escenario.

"Band of Gypsies" y "Get 'Em Up" fueron las canciones de apertura e hicieron que el público moviera las manos de arriba hacía abajo al ritmo de los beats. Estos tracks por ser los más recientes no tuvieron mucho impacto en los asistentes, pero todo cambió cuando sonaron los acordes iniciales de "Real Estate", uno de los temas de su álbum debut de 1991. "¿Cómo se sienten? La familia mexicana en la casa", grito Sen Dog al eufórico público.

Algo que debo resaltar es que el audio y el lugar no estuvo a la altura de los oriundos de Los Ángeles, ya que en ocasiones eran inaudibles las pocas interacciones de B-Real con el público y algunos tracks se podían identificar solo gracias a sus beats.

Los temas más coreados de la noche fueron "Boom Biddy Bye Bye", "Latin Lingo", "Tequila Sunrise", "No entiendes la onda" e "Insane in the Brain". A mitad del show, Mix Master Mike se unió a Eric Bobo para tocar algunas piezas en la tornamesa, combinadas con las percusiones del originario de Queens.

Luego de tal intervención B-Real se paró en medio del escenario diciendo "Vamos a ver si ya están locos" y de inmediato se aventaron medley con las canciones que apoyan a la legalización de la marihuana. Obviamente el MC sacó su porro y sonaron "I Wanna Get High", "Dr. Greenthumb" y "Hits from the Bong", acompañadas de luces verdes.

Tras 21 temas en los que la energía no paró, el cierre estuvo a cargo de "(Rap) Superstar" que fue coreada por los asistentes al recinto de la recién nombrada Alcaldía Cuauhtémoc. El evento terminó temprano, pero parecía que la gente quería más. Algunos siguieron bebiendo y otros se compartieron el gallo.

The Magic Numbers en El Plaza Condesa

Are You In Or Out?

Con la salida de su reciente disco lanzado este año 2018, queda claro que The Magic Numbers no sigue en aquellas mieles del éxito donde los situó su debut de hace casi 15 años o el mismo Those The Brokes. Su carrera ha perdido gradualmente ese estatus tan relevante que tuvo y, quizás es hasta lógico cuando su estilo se mantiene fiel a las guitarras cuando hoy por hoy, la tendencia está muy alejada de lo que era en aquel entonces. Pero ante eso también hay que decir que la situación es el filtro fidedigno para saber que aquellas canciones con las que muchos crecimos se han convertido en clásicos y, lo más importante, si ese nicho que sigue siendo ferviente seguidor de los hermanos de Londres, ha seguido al pie de la letra la carrera del grupo o si quizá se ha "cansado" de escuchar sus temas más representativos en las múltiples visitas que han tenido ya en tierras aztecas.

Cierto es que las canciones son parte fundamental de un recital, el setlist, pero también es el mayor de los hechos aceptar que los hermanos Stodart y Gannon ya tienen una conexión fraterna y profunda con los fans mexicanos. A pesar que muchos parece que ni siquiera enterados estaban que tienen un disco llamado Outsiders (2018) estaban ahí, quizá por el amor a todo lo ocurrido de Alias (2014) o The Runaway (2010) hacia atrás y enterarse ahí de cualquier actualización. Que de inicio, todo iba sin mayor novedad con un coro de niños pregrabado entonando el estribillo de "Forever Lost" anunciando la salida de la banda al escenario de El Plaza. Michele y Romeo Stodart los más activos interactuando con el público, ambos sonreían, saludaban con las manos y se tocaban el corazón emocionados, sumados Angela y Sean es que empiezan a llevar al público a ser parte de la canción que inaugura la noche: "Forever Lost", que por supuesto, todos en la sala se la saben.

El éxito de sus últimos discos no es ni en mitad equiparable a la de los primeros dos, y en varias ocasiones se nota en el setlist cuando los presentes dejan de cantar y bailar con el mismo ímpetu; "Shotgun Wedding", "Ride Against The Wind", "Sing Me A Rebel Song" pasan sin pena ni gloria aunque hay que señalar que nunca dejando de ser agradables, algo que los integrantes tienen en el ADN; saben moverse y tratar con el público para mantenerlos en sintonía, aunque también, dan muestra rotunda que más allá de "simples" canciones, pueden desatar lapsos instrumentales contundentes y habilidosos como en esa versión extendida que hicieron de "Shot in the Dark". Y el repaso del catálogo no se detiene ahí, se van incluso hasta los EP cuando develan "Fear Of Sleep" o escarban en los recuerdos, no de los asistentes en El Plaza, sino del mismo Romeo y compañeros que dejaron ver el gran cariño y sentimiento que tienen por nuestro país, contando la historia de uno de sus primeros temas compuestos ("Anima Sola") como The Magic Numbers y las ansias que tenían en aquel entonces por llegar a este lado del mundo con una frase emblemática que pidieron cantar a todos: "But I'll get to Mexico before I die" para convertir uno de los momentos más sensibles de la noche.

"This Is Our Music. These Are Rebel Songs. Are You In Or Out?" era el lema que yacía en una manta al fondo del escenario al igual que la frase "We are Outsiders" dicha por Romeo, todo en alusión temática hacia su reciente trabajo discográfico. Y sí, es cierto que los integrantes de The Magic Numbers son todo menos unos outisders, y que sus canciones son todo menos rebeldes, pero el frontman se encargó de reivindicar ese pensamiento: son rebeldes por el hecho de decir lo que sienten, expresar claro lo que piensan y mostrarse en naturalidad, y desde ahí, quizá entonces sean unos outsiders por seguir fieles a un estilo de hace 15 años que hoy parece anticuando ante las nuevas tendencias y modas, pero que la noche del 20 de octubre hizo que muchos volviéramos a la raíz fuera de cualquier parafernalia: a querer cantarle a alguien canciones de amor como "Love Me Like You", a recordar que "Love Is A Game", a perder el control con una tierna y acelerada "Take A Chance" o llegar a las lagrimas en el momento final (se veía en los ojos cristalinos de algunos) por recordar cuando rondábamos los 15 años de edad y le queríamos decir a alguien "Die for you" y le dimos play al primer álbum de la banda allá en 2005 y descubrir "Mornings Eleven".

Agregando más aciertos a la noche, The Magic Numbers ofreció una firma de autógrafos en El Plaza y un afterparty en el bar Caradura, dando otra muestra de fe y legalidad que lo dicho en palabras y expresado en lenguaje no eran el tipo de cosas que de trámite se ven en cada concierto; Sean, Angela, Michele y Romeo se tomaron con total seriedad y entrega esta visita a México (dejaron una bella postal de ello en redes) y eso se agradece... mucho más de lo habitual.

Así vivimos HIPNOSIS 2018

Mira a detalle toda la experiencia de HIPNOSIS 2018.

Nuestro principal interés en un festival es la música, los artistas que vamos a ver. Pero no sabíamos que había algo más, que la esencia de un festival no depende tanto de los actos, sino del entorno, la gente que te rodea y el aire que se respira.

No se trata de crear un buen ambiente con actividades fabricadas y distracciones baratas. Logramos, por nuestra cuenta, crear esa experiencia de la que tanto se habla, el escenario perfecto para alejarnos de lo común y vivir un momento especial.

Desde los camiones ya se percibía algo bueno. El sonido de las latas nos acompañó todo el camino. La gente se conocía, venían de toda la república. Es probable que muchas de las caras nuevas vinieran a ver a sus bandas favoritas, pero ya estaban formando parte de una comunidad que comenzó con la primera edición de HIPNOSIS, y que fue creciendo hasta duplicarse.

Al llegar, un camino enlodado nos dio la bienvenida. Aquellos que siguieron las recomendaciones y llevaron sus botas, pasaron sin problemas. Los despistados de tenis blancos se veían angustiados, pero pronto lograron la resignación.

El lugar es hermoso, no tengo otra palabra para describirlo. Espacioso, con los árboles cubriéndonos y nada que nos pudiera distraer. La anterior locación, era una maqueta en comparación. Debo confesar que me tranquilizó no ver militares, ni tener a la Ciudad de México respirándonos encima como la vez pasada.

Las barras estaban llenas, Tuborg agradó el año pasado y volvió a repetir en este. A la gente le llama la atención, es algo nuevo y diferente. Es buena y supongo que HIPNOSIS se trata de probar cosas distintas, así que es una gran combinación.

La gente estaba animada, conociendo bandas de la escena mexicana y acercándose a todo lo que HIPNOSIS tenía que ofrecer: se sentaban en un pequeño montículo, muy a lo Woodstock, a escuchar como pinchaban discos; se acercaban curiosos a comprar en el bazar; e incluso se aventaban de la enorme tirolesa de Aeroméxico. Me puse a pensar en el slogan, “La música te hace volar”; tiene sentido.

Cerca de terminar el día, cuando los zapatos ya estaban irreconocibles y nuestros pantalones llenos de lodo, parecía buena idea ir a la terraza de Winston para ver el atardecer. Las nubes no ayudaron mucho, pero sí se tenía un buen lugar para ver a las bandas. Además había un monopie en el barandal, disponible para todo el que trajera cámara. Vi a varios con tenis blancos en ese lugar, creo que se era su espacio seguro.

Peter Hook and The Light en el Pabellón Cuervo

La interminable influencia de Joy Division y New Order.

Noche de contrastes en el Pabellón Cuervo (la versión mini del Palacio de los Deportes), donde en una mitad del concierto se escucho el dance/synth pop electrónico de New Order, y en la otra, el rock de Joy Division. Peter Hook regresó a la CDMX, como es ya su costumbre anual, después de pasar por el legendario Café Iguana de Monterrey, y donde también estará en la Arena VFG de Guadalajara. El setlist cambió a partir de lo que venía presentando en su gira por Europa, donde, junto con un puñado de canciones de Joy Division, estaba tocando los álbumes completos de New Order: Technique (1989) y Republic (1993). Pero para esta mini gira mexicana, la omnipotente OCESA le habrá ordenado que no se anduviera con ternuras y nos diera los hits, así que en México si se pudieron escuchar canciones queridas de New Order como “Bizarre Love Triangle” y “True Faith”.

Hubo algún imperfecto en la logística del evento y a mí y al resto de la querida “prensa fifí” nos tuvieron esperando hasta la cuarta rola para entrar, nos metieron por detrás del escenario, y por un resquicio podíamos ver de lado a la banda, y ahí estaba Peter Hook, en shorts (bermudas en la CDMX), tenis y camiseta, elegante como siempre, interpretando “Everything’s Gone Green” de lo que era la parte New Order del concierto. Una vez en la plancha principal del recinto, nos mezclamos con el resto del público, casi todo vestido de negro, algunos vatos con lentes oscuros, y otros con boinas negras de piel, muy al estilo del club The Haçienda a mediados de los ochenta, e invariablemente, muchísimas playeras oficiales de los “Melómanos Cool”, aquella de Joy Division que trae las ondas de radio en el frente, sacadas de la portada del debut Unknown Pleasures (1979).

Peter Hook, y su banda The Light, interpretaron rolas como “Temptation”, “Thieves Like Us” y “Sub-culture”. “Blue Monday” recibió una enérgica reacción por parte del público, y Hook presentó una versión un poquito más roquera e “industrialona”, hasta más parecida a la versión de Orgy que a la propia. Fue un setlist añejo, tanto este como la parte de Joy Division, si no me equivoco, no se escuchó en toda la noche música posterior a 1989.

“Hooky” nos regalaba esporádicamente su sonido tan particular en el bajo, lo rasgaba y se aventaba algunos solos reconocibles de vez en cuando, pero principalmente era Jack Bates el encargado en el instrumento. La voz ronca y áspera de Hook, sorpresivamente se suavizó para cantar al estilo de su némesis Bernard Sumner en el hit “Bizarre Love Triangle”, canción icónica de los años 80, que uno casi jura que es parte del soundtrack de alguna película de John Hughes (no lo es, pero si escuchamos “Shellshock”, que forma parte del soundtrack de Pretty in Pink). Y finalmente, la parte de New Order terminó con “True Faith”, la cual, me había comentado Hook algunos días antes, no habla de la sobriedad, como yo siempre lo había pensado.

Tras el intermedio, la banda reapareció sobre el escenario. “Esto es Joy Division”, dijo Hook y el público se volvió loco, acto seguido presencié una de las mejores experiencias musicales en vivo en lo que va de este año. Cada rola fue una joya y la electricidad en el Pabellón Cuervo era palpable. El contraste entre el rock y el dance fue disfrutable para todos, y quedé impactado con lo poderosa que es la música de Joy Division en vivo.

Salió la caja de ritmos y en su lugar entró una batería que ahora, a diferencia del set de New Order, tenía más presencia y fondo, el bombo te golpeaba el pecho, al tiempo que el bajo de Bates y Hook se había tornado más “grungesco”, la acústica del Pabellón, que no es la mejor, pero que si crea mucho eco, era perfecto para apreciar el crunch de las guitarras en “These Days” y “Warsaw”. Para “Digital”, se armó el slam más friendly que jamás hubieras visto, con cientos de personas bailando con los extraños de a un lado, “Autosuggestion” sonaba como el prototipo del post punk y en “Dead Souls” me dieron ganas de haber visto en vivo a Ian Curtis tan siquiera 5 minutos bailando como esquizofrénico entre las potentes guitarras rítmicas y los redobles de la batería, ya se que hay muchos videos en YouTube de Joy Division, pero no es lo mismo. Si no tuviera que escribir esta reseña, me daban ganas de llegar a la casa a volver a ver Control de Anton Corbijn.

“Ian era un buen chico…era nuestro más grande fan”, me acordé de las palabras de Hook solo días antes. Antes de empezar “Atmosphere”, Hook le dedicó la canción a su ex cantante: “Esta canción es para Ian Curtis, un aplauso para Ian”, y todos en el Pabellón lo celebramos con las palmas por unos segundos. La noche terminó con “Love Will Tear Us Apart”, canción muy memorable, en gran parte, por la parte en el bajo de Hook, y aquí lo teníamos en persona, al fundador de no una, pero dos bandas tremendamente influyentes a nivel mundial. El público, nuevamente, se volvió loco en cuanto reconoció la canción y todos empezaron a saltar al unísono. Hook me lo había dicho claramente cuando hablamos: “Lo que hago es realmente fantástico, me toca encerrarme con 2000 o 3000 personas que tienen los mismos gustos que yo, les encanta New Order y Joy Division”. Lo estaremos esperando para el 2019.

Knot Fest México 2017

La tercera edición del Festival Knot Fest México se llevó acabo en el Centro Dinámico Pegaso, lleno de subgéneros del metal y con el cierre del primer concierto en México de A Perfect Circle.

El sol a plomo del medio día de ayer en Toluca calentaba el Centro Dinámico Pegaso mientras recibía, poco a poco, a los asistentes de esta nueva edición del Knot Fest México. El público —con muchos niños en él— mostraba orgulloso en el pecho el logo de su banda favorita.

Nubes de polvo se levantaban en el camino largo que llevaba al acceso principal. En las afueras, los comerciantes se aprovechaban de los bolsillos del público metalero que, curiosamente, es uno de los que menos escatima en gastar. Al llegar, una fila interminable iba y venía varias veces. Tiempo aproximado de entrada: una hora.

El panorama se abría al pasar el marco de entrada y dejaba ver la rueda de la fortuna al fondo, los tres escenarios —de considerable distancia entre sí—, así como las incontables carpas como parte del concepto del festival.

El evento inició oficialmente con la escena local: en el Tecate Stage, los mexicanos Cerberus, mientras que en el Magoots Stage daba apertura el estilo progresivo intrumental de Parazit, trío de Guadalajara. Por su parte, desde Cuernavaca, el baconmetal (subgénero que involucra sonidos de puercos en su música) de Lack of Remorse inauguraba el Day of The Gusano Stage.

Tras el show de deathcore y numetal de los hidrocálidos Here Comes the Kraken y la previa cancelación de los siempre brutales Asesino (sustituidos por S7N), se dio pasó a las bandas internacionales. De Canada, el trío de rock industrial Deadly Apples y el sexteto de metal progresivo ONI. Desde Atlanta, el metalcore de Atila. De California, el deathcore de Suicide Silence y desde Kansas, el rap y hip hop del productor, y compositor Tech N9ne, quien ha colaborado con el vocalista y líder de SlipknotCore Taylor. 

El show de los japoneses Maximum the Hormone y su punk pop funk metal puso de buenas al escenario principal. Su baterista y cofundadora Nawo Kawakita así como su vocalista Daisuke Tsuda animaban al público en su idioma y en el nuestro (o al menos lo intentaban). Un refrescante y muy animado show con temas como "Bikini Sports Ponchin", "F" "Shimi". Acto seguido, la banda de raíces latinas que cerró el Vive Latino del 2004 Ill Niño dio muestra de su estilo nu y tribal metal, con muy buena respuesta de sus espectadores

Entre traslados de un escenario a otro, las filas cada vez más largas para servicios denotaban el aumento de asistencia, mientras el sol cedía un poco.

Hatebreed regresó por segundo año consecutivo al festival celebrando dos décadas de su primer LP Satisfaction is the Death of Desire. Simultáneamente, Periphery y sus tres guitarras afinadas en tonos muy bajos (estilo Meshuggah) se presentaba en el escenario menos concurrido del festival.

Un consentido en México y una de las bandas finlandesas más importantes para el metal tomaba el Day of the Gusano: Children of Bodom (otra banda que se encuentra celebrando 20 años de su primer disco) y su líder y guitarrista —uno de los mejores del metal, según la crítica—, Alexi Laiho.

La banda más política del cartel tomó sus instrumentos. Anti-Flag, único grupo de punk del festival. De líricas anti-imperialistas y pro derechos humanos, el grupo de Pennsylvania dejó toda su energía en temas como "American Attraction""This is the End" o el acelerado cover a la banda sin la cual no estarían ahí: The Clash y su clásico "Should I Stay or Should I Go".

Por su parte, el grupo más brutal del cartel se dejó ver. Desde Buffalo, Cannibal Corpse —afectados claramente por una mala ecualización de sonido que no solo se notaría en este acto— demostró que es una banda auténtica de metal, sin pretensiones ni poses, y con una carrera fiel al death metal, sin bemoles ni experimentos. La voz gutural de George "Corpsegrinder" Fisher (una de las más pulidas del género) dejó ver su poder en canciones como "I Cum Blood""Stripped, Raped and Strangled" "Hammer Smashed Face" (tema que interpretan en la película Ace Ventura).

Llegó el turno de uno de los cuatro grandes del trash metal. Anthrax, banda clásica de Nueva York —también afectada por el sonido— que llenó el Day of the Gusano de seguidores que no tardaron en hacer slam y bailar en círculos bajo los acordes de canciones como "Got the time", "Madhouse" "Breathing Lightning"; Joey Belladonna respondió a esto con un claro "Te amamos México". Para entonces, ya caída la noche y con ella el frío penetrante, el recinto lucía repleto.

Tras la esperada intervención del metalcore melódico de Bullet for my Valentine (grupo originario de las tierras celtas de Gales), puso pie en el escenario principal Corey Taylor y su banda Stone Sour. El líder del grupo —que tomó varias veces la guitarra— lució encantado con nuestro país (uno de mis favoritos para tocar) y su público al que llama "mi familia". El set list dejó, entre otros, los temas "Say You'll Haunt Me" "Absolute Zero" en una presentación de metal digerible —con todo y pistola de confeti brillante incluida— que dio paso a el acto más esperado por la mayoría: Korn.

El Tecate Stage fue adornado con un muro blanco de amplificadores Mesa Boogie (los más usados del festival) en cuya mitad lucía la traslúcida batería Pearl en color rojizo de Ray Luzier; un verdadero showman que bien podría competir como el mejor baterista de todo el evento. La banda tomó lugar y presentó un set lleno de temas coreados como "Falling Away from Me""Y'all Want a Single""Shoots and Ladders"(con la gaita del vocalista Jonathan Davis, cuya voz, con ese particular timbre, aún se mantiene), "Got the Life", "Blind" y "Freak on a Leash". Al terminar, una parte importante de los asistentes abandonaban el foro.

Finalmente, llegó la hora de la primera presentación de A Perfect Circle en México. Una manta blanca gigante cubría el escenario. Tras varios minutos de espera, los tonos de "The Package" sonaron mientras en la manta veíamos las sombras de los integrantes, con Maynard James Keenan en el centro. Al caer la manta, en la parte de la canción donde explotan las guitarras, el grupo completo se dejó apreciar, con los gritos del público de fondo. Siguió "The hollow", uno de los temas consentidos, y la melancolía de "The Nooseenmarcada por la noche del Estado de México. "Weak and Powerless" después, con un previo "Gusto en conocerlos" de Maynard (de traje negro y peluca) . Al finalizar "Rose", Billy Howerdel agradeció con señas al los seguidores más cercanos a la tarima. El primer cover de la noche, "Imagine" puso a cantar a la mayoría. "By and Down" dio una idea del gusto por el también vocalista de Tool por las sombras del escenario, al desaparecer varias veces. "Thomas", seguido del segundo cover, "People Are People"  de Depeche Mode. Después de temas como "Magdalena", "Stranger" o su propio remix de "3 Libras" el final se acercaba. La penúltima pieza fue a la vez la más nueva de su repertorio: "The Doomed", recién estrenada. El cierre del set y del Knot Fest México de este año llegó con el poder "The Outsider". Así, su primer concierto en nuestro país nos dejó una ejecución impecable y la presencia escénica única y armonía en voz de la dupla Maynard-Howerdel (en conjunto al apoyo de Iha, McJunkins y Friedl (también baterista de Puscifer). Un gran debut en nuestro país que esperamos no sea el único.

Así, el Knot Fest México regresó a su edición de solo un día lleno de riffs, headbangings, distorsión, dobles bombos y una gama de géneros para todos los gustos. Cuestiones como cierta desorganización, el empate sonoro de algunas bandas que se llegó a escuchar, el personal que no se da abasto, entre otras (ninguna de ellas sin resolución) deberían de tomarse en cuenta en uno de los festivales más importantes del metal en nuestro país.

 

 

 

 

 

 

 

 

The 1975 en el Pepsi Center WTC

The 1975: el regreso de los 80´s.

Hay algunas bandas que se han presentado en México consecutivamente durante los últimos tres años. Más allá de la perspectiva del negocio, estas agrupaciones han logrado crear una conexión especial con el público. Después del sold out de su primera fecha en el país durante el año pasado,  The 1975, con este concierto, pudo haber generado ese click definitivo con sus fans locales.

Los teloneros de esta vez fueron el dúo Two Ways. Presentaron un dj set de deep house que, aunque tuvo una ejecución razonable, terminó siendo desganado ya que nada más no lograba prender a los ya reunidos desde las 8:30 pm en la pista. Fue como un chicle al que se le acaba el sabor después de tres mordidas.

Pasando las 9:30 pm, el foro ya se había llenado casi a su capacidad con hordas de fans juveniles. Curiosamente, aunque  The 1975 presenta una estética – desde la música hasta los visuales – que nos recuerdan a los ochenta, el público mexicano que sigue a los ingleses consta principalmente de jóvenes de entre 15 y 18 años. Si bien yo no era el más joven entre la audiencia, creo que sí era el más alto de todos.

De pronto; se apagaron las luces y dio inicio lo que sería un concierto cargado de muchas emociones. La mayoría de los fans se volcaron sobre The 1975 de una forma espectacular. Bailaban y cantaban las letras de memoria y a todo pulmón; incluso, dejaron escurrir una que otra lágrima.

Lo primero que se escuchó fue la sensacional “Love Me”, clásica pieza que abre fuerte y marca el ritmo a seguir. Después, siguió la coqueta y entrecortada “UGH!”, para dar paso a dos suaves baladas: “Heart Out” y “A Change of Heart”. La intensidad bajó un poco para tener un momento mágico con la instrumental “An Encounter” que tuvo una transición a “Robbers”, en donde los visuales cambiaron a unos cristales hipnóticos.

Cabe destacar que actualmente The 1975 trae en sus giras un cautivante set de luces sobre el escenario. Mismo que genera particulares sensaciones en cada canción.

Casi no hubo pausas durante la noche. En cierto momento Healy tomó el micrófono para hablar al público acerca de sus experiencias amorosas y de lo importante que era para él la siguiente canción: “Loving Someone”, tierna y esperanzadora. Siguió la irreverente y divertida “She’s American” y, luego, la mística y minimalista, “Me”.

Para concluir fuerte, tocaron la sensual “Somebody Else”, seguida de la alegre “Girls” y, para finalizar, la intrépida “Sex”, cargada de distorsiones en las guitarras y una salvaje batería. 

En el encore, no hicieron esperar en lo absoluto. Regresaron con la tranquila “I Believe in You”. Para cerrar, tocaron la súper bailable “Chocolate” con su coro pegajoso y "The Sound" con su intrincada letra que hizo que todos los presentes brincaran tanto como sus pies les permitieron. Al terminar, la banda salió del escenario para que la proyección sobre la pared simulara una televisión análoga apagándose. Detalle, simplemente, genial.

Fue una maravillosa noche en la que The 1975 volvió a demostrar la razón por la que es un sólido espectáculo que se ha robado el corazón del público mexicano. ¿Los volveremos a ver el año próximo?

Morrissey en el Palacio de los Deportes

Morrissey: El regreso de la leyenda de Manchester.

La noche empezó sin el cantante, con una enorme tela que cubría todo el escenario y en la que proyectaron metrajes de bandas como Ramones, Sex Pistols, New York Dolls e incluso James Brown. Al principo las cintas evocaron gran interés, e incluso exaltación, pues en momentos muy específicos era como ver un portal al Soho de los años 70 o echar un vistazo en la gran época del CBGB de Nueva York, toda esa esencia de locura emanaba del público en general. Sin embargo, para algunos terminó siendo demasiado, lo que causó que el público se dividiera en dos: la gente impaciente que exigía la aparición del intérprete y aquellos que disfrutaban con cada cinta. Morrissey nos estaba abriendo su mundo a través de imágenes, compartiendo sus influencias musicales y su pasado, pues debemos recordar que el ex integrante de The Smiths fue un periodista musical en su juventud, que vio a grandes agrupaciones del punk emerger durante esos años.

Cuando el telón por fin se abrió, o más bien descendió, la silueta del músico británico emergió del escenario con un saco de lentejuelas. Demostrando que no se iba a andar con juegos empezó a tocar uno de los temas principales, “Suedehead”. Los gritos de la gente hacían que cualquiera se estremeciera, además de que coreaban con tanta fuerza que el Moz a penas sobresalía entre todo el estruendo. Al terminar con su entrada triunfal, la primera flor, un clavel rojo, había caído al escenario e incluso se había presentado un intento de un fallido por irrumpir en el escenario, dejando claro que los seguidores del ídolo de Manchester son como pocos.

 

Antes de lo esperado pudimos escuchar el primer tema de The Smiths con "How Soon Is Now?", causando una gran sorpresa, pues aunque el intérprete no se movía con la misma euforia, no había perdido la gracia y caminaba por el escenario como si fuera en el mismo Top Of The Pops. Este fue uno de los aciertos del músico durante su presentación, ya que mantuvo el entusiasmo de sus seguidores con una buena elección de temas: "First Of The Gang To Die" y "Kiss Me A Lot". Claro que los ánimos llegaron a caer, pero no era nada que el británico no pudiera solucionar, retomando energía al poco tiempo con "Speedway".

Dejando a un lado la música, algo faltaba, y es que Morrissey aún no había dado muestra de los comentarios ácidos que tanto lo ha caracterizado. Esto llegó con "World Peace Is None Of Your Business", dando unas palabras en contra de Donald Trump y alterando la letra para agregar el nombre del magnate en la canción. Aunque en realidad. el cantante dejó ver su verdadera esencia antes de cantar "The Bullfighter Dies", contando entre falasas carcajadas que esa mañana había recibido la noticia de que un torero había sido corneado corneado justo en el recto.

Por supuesto que los momentos que causaron más impresión fueron con los clásicos de The Smiths, "There Is A Light That Never Goes Out" y "Meat Is Murder", pero con este último exhibió grotescas imágenes de maltrato animal, con las que seguro sacudió a más de uno. Hizo esto anteriormente con "Ganglord", donde mostró una recopilación de vídeos que evidenciaba el uso excesivo de la fuerza policial, creando sin ninguna duda, un magnífico espectáculo audiovisual.

Con el final ya cerca y un piso lleno de flores, el músico siguió fascinando al público y jugando con el cable de su micrófono mientras interpretaba "Everyday Is Like Sunday", "Let Me Kiss You" y "You Have Killed Me". Todo indicaba que iban a cerrar la noche con "What She Said", uno de los temas más enérgicos de The Smiths, pero para la sorpresa de todos, Morrissey volvió para tocar una última canción.

Muchos especulaban "The More You Ignore Me, The Closer I Get", pues era lo último que faltaba en su arsenal, sin embargo quedamos asombrados cuando sonaron los acordes de "Judy Is A Punk", un clásico de Ramones, que nos incitaba a la furia. Ya no había más por agregar, y así fue como el cantante dio por terminada una noche inmejorable y que será difícil de olvidar.