Kaiser Chiefs en El Plaza Condesa

Memorias de la noche en la que El Plaza Condesa explotó en baile y emoción.

Poco antes de las 19:00 H la gente comenzó a llegar a El Plaza Condesa, la emoción por ser las personas más cercanas al escenario era notoria por la desesperación con la que entraban al recinto para apartar el mejor lugar para ver el espectáculo de Kaiser Chiefs, y es que, después de una larga ausencia en nuestro país la banda inglesa eligió México para el cierre de su gira con el álbum, Duck.

La fiesta no tardó en empezar, ya que la banda regiomontana Efelante apareció apenas dadas las 20:00 H para dar inicio a lo que prometía ser una noche llena de nostalgia y diversión.

Los minutos pasaban y, a pesar de que el concierto no sería sold out como en las pasadas presentaciones de la agrupación, El Plaza Condesa se llenaba poco a poco de fans que entraban coreando las canciones de Kaiser Chiefs.

A las 21:00 H, haciendo alarde de la puntualidad inglesa, las luces se apagaron y Kaiser Chiefs apareció en el escenario, donde Ricky Wilson no tardó ni un minuto en demostrar lo dispuesto que estaba a hacer del concierto un momento memorable para todos los presentes. “People Know How To Love One Another” fue la primera canción que retumbó en las paredes del lugar, pero fue con “Never Miss a Beat” que el público perdió el control y comenzó a bailar y cantar con la misma pasión que cualquier adolescente del 2008 lo hubiera hecho.

Temas como "Na Na Na Na Naa", "Parachute" y "Modern Way" sonaban mientras la banda incitaba a sus fans a dar todo de sí al mismo tiempo que ellos lo hacían, y es que no hubo momento donde Ricky dejara de bailar, saltar sobre la batería o subirse a las bocinas para enloquecer a todos los fanáticos.

El momento tranquilo y melancólico llegaba de la mano de los acordes de “Coming Home” y “Record Collection”, que bien fueron el momento perfecto para recobrar energía para el alboroto que vendría a continuación.

Solo bastó que Ricky, Peanut Baines, Simon Rix y Andrew White interpretaran “Everyday I Love You Less And Less” para que todos los asistentes comenzaran a saltar y cantar a todo pulmón, emoción que acompañaría el resto del show cuando otras canciones clásicas de la agrupación como “Ruby”, “I Predict a Riot”, “The Angry Mob” y “Oh My God” sonaron.

Sin duda, Kaiser Chiefs sabe cómo honrar la memoria de sus fans mientras brindan un espectáculo digno de disfrutar.

El Unplugged de Café Tacvba ya está disponible

Baila con Un Segundo MTV Unplugged de Café Tacvba.

Café Tacvba anunció en sus redes sociales que ya está disponible en todas las plataformas digitales Un Segundo MTV Unplugged, álbum en vivo grabado en versión acústica el pasado 5 de marzo de este año.

Este material cuenta con un total de 17 canciones, todas en versión unplugged. Checa la portada del disco y el tracklist aquí abajo:

Unplugged

  1. "La 11"
  2. "El espacio"
  3. "La locomotora"
  4. "Las Batallas/Rarotonga"
  5. "Medio día"
  6. "Enamorada"
  7. "EO"
  8. "Quiero ver"
  9. "El outsider"
  10. "Vaivén"
  11. "Muerte Chiquita"
  12. "Olita de Altamar"
  13. "Diente de León"
  14. "Eres"
  15. "Chilanga Banda"
  16. "Volver a Comenzar"
  17. "Cantito"

En agosto de este año, la agrupación liderada por Ruben Albarrán, emprendió una gira por Estados Unidos y por México para celebrar sus 30 años de trayectoria musical. Teniendo una fecha agotada en el Foro Sol el próximo 7 de diciembre.

Un dato curioso de la agrupación, es que es la primera banda hispana en hacer un segundo MTV Unplugged en la historia de MTV. El primero se realizó en el año 1995, y fue hasta el año 2005 que se publicó como álbum y en versión remasterizada.

Sí te perdiste la oportunidad de asistir al unplugged y tampoco pudiste verlo en MTV, aquí abajo podrás escuchar completo Un Segundo MTV Unplugged de la chilanga banda.

Chelsea Wolfe — Birth of Violence

Birth of Violence de Chelsea Wolfe: Un viaje a las entrañas del folk goth.

Chelsea Wolfe tiene todos los elementos para ser un enigma: su apariencia es etérea y hasta mística, mientras que su voz nos despoja con su dulzura, pero no cualquier dulzura, sino una escabrosa, una tan hermosa que llama al peligro.

Con Birth of Violence, esa carnada para caer en las garras de Wolfe contiene elementos más inclinados al folk, género que hace de este disco un pretexto para acercarse cuidadosamente a esa ilusión, que bien podría ser un embrujo o una aparición angelical.

“The Mother Road” abre este álbum con un guiño a Stevie Nicks, de ahí que hablamos del misticismo. Un track que, si cierras los ojos, puedes ver la neblina, sentir el frío, acercándonos a una barca que iniciará este recorrido. “American Darkness” continúa con las melodías etéreas recordándonos más una canción de cuna salida de los cuentos escandinavos más oscuros.

Al momento de llegar a la canción que da nombre al disco, “Birth of Violence”, ya nos hemos percatado de que este viaje es de introspección, de reflexión, pero sobre todo de sentir con todo tu cuerpo cada una de las canciones.

“Deranged for Rock & Roll” se aleja un poco de esta aura estilo Salem para darle un espacio al folk rock con tintes industriales, una combinación que si bien en papel se ve extraña, en la ejecución Wolfe la combina a la perfección.

La línea folk se intensifica en “Be All Things”, este recorrido sónico se vuelve más íntimo, casi como si entráramos a una cabaña oscura, donde Wolfe trata de atraernos con infalibles guitarras de ensueño.

“Erde” pareciera ser una transición colocada en el lugar exacto del tracklist, como una escalera que nos llevará a otro nivel: “When Anger Turns to Honey”, una de las canciones más experimentales del disco, no solo en instrumentos, sino también en su voz.

“Dirt Universe” y “Little Grave” nos llevan a donde está el corazón del álbum: sonidos acústicos suaves, pero poderosos. Es ahí donde todo cobra sentido: es gentil al oído y devastador con tus emociones.

El clímax de Preface to a Dream Play, las cálidas guitarras “Highway” y el relajante sonido de lluvia de “The Storm”, nos devuelven poco a nuestro punto de inicio con una sensación de desolación y embrujo.

La voz de Wolfe es un espectáculo aparte. Tan tenebrosa, como dulce. Tan etérea como enigmática. Tan perversa como angelical. Así también es la dualidad de Birth of Violence, un álbum que te eleva sin que te des cuenta, te emociona sin agitarte el corazón, te posee sin pedir permiso.

Es un hechizo que, dependiendo de tu estado o enfoque, puede perturbarte hasta los huesos o ser la calma que necesitas. Tú decides.

Cage The Elephant en el Pepsi Center WTC

Locura, desenfreno y melancolía con Cage The Elephant y amigos.

Muchas veces envidio de nuestros vecinos del norte cuando tienen tantas giras conjuntas de ensueño, una de ellas fue el Night Running Tour que unía los talentos de Beck, Cage the Elephant, Spoon, entre otros.

Afortunadamente para nosotros, por la cercanía a veces nos llega alguna de rebote como fue el Rage and Rapture con Blondie y Garbage hace dos años. En esta ocasión Cage The Elephant y Spoon se aventaron a deleitar a sus fans con una noche de euforia pura en el Pepsi Center WTC.

Para el melómano capitalino fue un dilema escoger dónde pasar la noche del 21 de octubre. Por un lado Vampire Weekend en el Teatro Metropólitan, por otro Kaiser Chiefs en El Plaza y LP en el Auditorio BlacBerry. Nada de esa competencia evitó que el Pepsi se encontrara al tope de su capacidad.

Calentando motores con Spoon

A las 20:00 H salió Spoon, la banda encabezada por Britt Daniel, ante una cálida bienvenida. Un sencillo telón rojo con el nombre de la banda de fondo y empezó a sonar "Do I Have to Talk You Into It" para bailar sensualmente. En seguida retrocedemos un poco en el tiempo con "The Way We Get By" y "My Mathematical Mind". "The Underdog" fue la primera canción reconocida por la mayoría, notorio por la cantidad de celulares alzados.

"Hot Thoughts" continúa con el ánimo para bailar y con "Don't You Evah" están de racha. Muchos como el sujeto detrás de mí no dejaban de pedir "Do You" y, cuando llegó ese momento, fue el más coreado de la agrupación de Austin, Texas.

Suena "I Turn My Camera On" y Britt Daniel no deja de agradecer la calidez del público y a la banda estelar por haberlos invitado. En "Inside Out" los sintetizadores asfixiantes y atmosféricos son la cereza del pastel y entre guitarrazos y feedback, "Rent I Pay" marca su despedida con 40 minutos sin un segundo desperdiciado.

Euforia con el elefante enjaulado

En cuanto se retira el telón de Spoon se revela el inmenso escenario de Cage The Elephant que consiste en una plataforma elevada con escalones, lo cual inmediatamente sube los ánimos. Desde hace años que el público mexicano clama por un show en solitario de los de Kentucky y su triunfal debut en el Corona Capital de 2017 solo elevó las expectativas.

Empieza a sonar “Broken Boy” y el Pepsi Center se cimbra ante tanto brinco, el vocalista Matt Shultz siempre teatral sale disfrazado en lo que solo puedo describir como un vaquero colorido de látex –reminiscente al personaje de la portada de su más reciente disco, Social Cues-, atuendo que a lo largo del show cambia a lo que parece un traje típico oaxaqueño y un impermeable blanco.

“Cry Baby” y “Spiderhead” no dan un descanso al público, el cual parece un mar agitado. Brad Shultz, guitarrista y hermano del vocalista, se deja llevar completamente por el ambiente y aprovecha la oportunidad para surfear sobre el público con su guitarra. “Too Late to Say Goodbye” es la primera oportunidad para descansar un poco, pero no de parar de cantar a todo pulmón.

Durante el concierto, la agrupación fluctuó entre sacudir melenas y destrozar gargantas al ritmo de temas como “Mess Around”, “It’s Just Forever” o “House Of Glass” y ponernos sentimentales con “Shake Me Down”, “Trouble”, “Telescope” y en especial con los temas de su desgarrador nuevo disco, cuyas letras en su mayoría fueron inspiradas por el reciente divorcio del vocalista.

“Ready To Let Go”, “Tokyo Smoke”, “Social Cues” y “Skin and Bones” fueron recibidas por el público casi con la misma emotividad desgarradora pero enérgica que emitía la banda.  “Ain’t No Rest For The Wicked” nos puso nostálgicos por ese debut homónimo que cumple una década este año y durante “Come a Little Closer”, Shultz se envuelve en la bandera mexicana para que los acompañemos al viaje místico que es dicho tema.

Las emociones más fuertes al final del camino

Al momento que suena “Cigarette Daydreams” creí que no habría un momento más coreado y emotivo durante la noche -más adelante probarían mi equivocación-. “You can drive all night looking for the answers in the pouring rain, you wanna find peace of mind looking for the answers”, canta el público como una sola voz mientras se va desvaneciendo la canción.

Parecía un cierre apropiado, pero Cage The Elephant aún tenía combustible suficiente para sacudirnos una última vez al ritmo de “Teeth”, donde Shultz aprovechó para navegar sobre el mar de gente hasta llegar a la mitad de la sección general y lograr el equilibrio suficiente para ponerse de pie sobre este como una figura de poder en medio de decenas de celulares que buscaban capturar el momento.

Las luces del Pepsi Center se encienden para advertir que el concierto ha concluido, pero Matt Shultz no está listo para irse, aún es temprano y tiene mucho qué decir. Solitario, con una guitarra y sentado en un banco se propone a tocar “Love's The Only Way”, la introduce entre lágrimas, las cuales se contagian y se quita su anillo de compromiso que aún porta.

Por si para ese momento no estabas conmovido, el tecladista Matthan Minster y el guitarrista Nick Bockrath regresan al escenario para acompañar al vocalista para una última canción. “Goodbye” concluye el concierto entre un sonido de órgano distante y melancólico, discretos arpegios de guitarra y una desgarradora interpretación vocal que se siente como golpes al corazón. Shultz se despide con un mensaje contundente: el amor existe y hay que creer en él.

En general, fue uno de esos conciertos en que si no acabaste empapado en cerveza y sudor, con los zapatos pegajosos y un poco golpeado es como si no hubieras estado ahí. En un show de Cage The Elephant el público canta a todo pulmón, sacude la melena y derrama una que otra lágrima y en esta ocasión tanto público como artistas dieron todo de sí en una noche de múltiples emociones.

Vampire Weekend en el Teatro Metropólitan

Vampire Weekend: Modernos vampiros de la CDMX.

Yo había dado por muerto a Vampire Weekend cuando hace unos años se salió del grupo Rostam Batmanglij, compositor, productor y multiinstrumentista, vaya, un chingón (aunque es de suponerse que cualquier persona con la palabra Batman en su apellido es automáticamente un chingón), cuando de la nada salió Father of the Bride, un ecléctico y robusto álbum doble anclado en el folklor norteamericano, que aparte, tomaba su título de una poco recordada comedia de 1991 con Steve Martin. Pensé que fue uno de los mejores álbumes de este año y que el Teatro Metropólitan sería el recinto perfecto para disfrutar el ambicioso sonido que el grupo viene presentando en esta gira homónima al álbum.

Afortunadamente estaba en lo correcto y aunque el fuerte de la banda nunca ha sido las presentaciones en vivo, anoche estuvimos en la presencia de un concierto emocionante y bastante cumplidor, pensé que no iba a ser posible, pero Vampire Weekend sí se echó más de 25 canciones, solo en la primera hora ya llevaban 19, y escuchamos algunos deep cuts como “Mansard Roof”, “M79” y “Finger Back”, algo que no pudieron hacer los otros asistentes connacionales durante el fin de semana en el Coordenada y el Live Out. Ezra Koenig, lánguido y endeble sobre el escenario, no dejaba de mencionar lo importante que era este, el primer show solitario de la banda en México, cualquier palabra en español era ovacionada, y se desprendió la locura cuando anunció “los amo cabrones”.

El público se alegraba especialmente con las canciones más antiguas, como fue el emocionante recibimiento a “Step”, o el eufórico brincadero en “A-Punk”, hasta el coreo en “Diplomat’s Son”, donde Ezra pidió que lo acompañaran gritando “Bum cha cha, bum bum cha” (algo que el público hizo por 15 segundos, luego se le olvidó), quedaba claro que en los seis años que pasaron entre Modern Vampires of the City y Father of the Bride, sus fans, añejos y nuevos, habían llegado a apreciar toda la gama de su discografía.

Concierto de Vampire Weekend en el Metropolitan. Foto: Paulo Vidales/OCESA

Al costado de Koenig, el bajista Chris Baio hacia sus propios bailes de white boy inspirado, que incluía dar pasitos con las rodillas casi tocando el piso, y Chris Tomson se rifaba en UNA de las baterías, porque sí, había dos baterías en el escenario, la otra comandada por Garrett Ray quien también se rifaba en las percusiones de mano. El añadir al guitarra principal Brian Robert Jones, el dude del enorme afro y los shorts pequeños, a la alineación en vivo de la banda, ha sido de lo mejor de esta gira, tal como lo demostró el guitarrista con unos riffs monstruosos en “Sunflower” y la mencionada “Diplomat’s Son”.

Había un globo terráqueo enorme encima del escenario, como el de la portada del último álbum, y finalmente empezó a girar en “Diane Young”, la 16ava rola de la noche, y el sonido de Vampire Weekend siempre ha sido tan ecléctico, que el disfrutable sonido inspirado en el zydeko que escuchas en una rola como “White Sky” es momentos después acompañado por los grititos más molestos de Koenig jamás grabados en el estudio. Hablando de otro punto malo de la banda, nos informó Koenig que iban a tocar una rola que originalmente había sido grabada en la CDMX…la nefasta “Cousins”, que en su momento fue el primer sencillo de Contra (y que nos hizo a varios preguntar: “¿neta?”) y que incluye la olvidable letra “Me and my cousins and you and your cousins, I can see it cooooming”. “Horchata”, por alguna extraña razón, nunca se hizo presente esta noche.

Koenig, por su parte, hizo alusión a los que hemos estado chingando demasiado diciendo que Father of the Bride suena muy parecido a Graceland de Paul Simon, otro álbum emblemático donde un rockero explora los diferentes sonidos folklóricos de su país. “Dicen que sonamos mucho a Paul Simon, y puede que sí en un par de canciones, pero ahora si ahí les va una verdadera canción de Paul Simon, anunció Koenig antes de interpretar “Late in the Evening” de Simon, claro. Para el encore estaban tomando pedidos del público, y un dude con una camiseta de The Strand, una librería de Nueva York, pidió “Giving up the Gun”, así que escuchamos esa, antes de que el grupo se despidiera definitivamente con una versión electrizante y bien rockera de “Walcott”.

A la salida, y porque me gusta hacer rankings pendejos en mi cabeza, me preguntaba si será Vampire Weekend la mejor banda norteamericana de los 00, por encima de The Strokes, The White Stripes, etc.?, no sé…de banda hiper cool cuando salió (había gente como Bowie mencionando “Cape Cod Kwassa Kwassa” solo para hacerse los cool) han llegado a ser unos verdaderos músicos consolidados, este concierto me recordó la (casi) impecable discografía de la banda, con, extrañamente, un constante sonido, humor y una agradable sencillez en sus temáticas. Y por lo menos en mi caso, este último álbum me ha hecho quererlos aún más…ahora nada más que regresen a Batman.

Surf Curse — Heaven Surrounds You

Heaven Surrounds You: La madurez post punk de Surf Curse.

El siglo XXI ha sido testigo de una reconsideración sobre el valor que ejerce el rock and roll dentro de la cultura pop. Y no solo respecto al lugar que tiene en las listas de popularidad, sino también por la diversificación de sus subgéneros y la mezcla de los mismos. La aparición del sonido lo-fi’ como consecuencia de la minimización de recursos de producción nos regresó a un sonido seminal. En ese proceso, el post punk se erigió a manera de base sobre la cual muchos proyectos cimentaron identidades frescas, contemporáneas.

Ahí apareció Surf Curse. Con varias producciones cortas y largas en los últimos ocho años, se han posicionado como una banda que gravita entre las opiniones divididas de la crítica y una aceptación innegociable del público ávido de guitarras juveniles. Hoy vuelve a la carga con Heaven Surrounds You, el tercer álbum en su trayectoria y el paso natural en la obsesión por madurar.

La apuesta parecía muy alta cuando escuchamos los primeros sencillos. Tres canciones agitadas y bailables que nos invitaban a pensar que podríamos estar frente a uno de los discos más divertidos del año. La realidad fue un tanto decepcionante.

A pesar de sus intenciones por acercarse a la escena indie de los 2000, es palpable la necesidad por regresar a sus zonas de confort. Riffs reciclados y canciones sin ganchos realmente memorables lo vuelve una placa que se estanca en la misma curva rítmica.

Líricamente hablando sí podemos hablar de una mejoría explícita. Sobre todo en los llamados deep cuts"Opera" y "Trust"- hay una preocupación por cuestionarse la vida de un par de artistas que todavía emergen como la espuma: amistad, el lugar en donde viven y la necesidad de afianzarse en un mundo donde parece que la música se volvió una competencia.

Esa disparidad entre las letras y lo sonoro se debe a la confusión por la que muchas bandas atraviesan después de sus primeros álbumes: ¿qué hacer ahora? ¿Cómo reinventarse? Con la misión de salir de dicho embrollo, Surf Curse se atasca en su propio dilema y entrega un disco transitorio, de esos que no matan; pero tampoco catapultan hacia la grandeza definitiva.

A su disposición quedan los elementos y solo resta tener paciencia… O resignación.

Tame Impala comparte teaser

La banda australiana Tame Impala ha subido un misterioso teaser a su sitio web. Chécalo a continuación.

Este año Tame Impala regresó a la escena musical con dos temas, "Patience" y "Bordeline", los cuales emocionaron a sus fans ya que eso daba indicios de que pronto tendríamos más música de la agrupación liderada por Kevin Parker.

Hoy, en su sitio web oficial, la banda ha compartido un teaser en el que vemos a Parker en un estudio y aunque parece que este es corto por la repetición de imágenes, nos muestra distintas actividades por parte del fundador de Tame Impala para finalizar con un atardecer frente al río. ¿De qué creen que se trate?

Chécalo aquí:

 

Video Analysis... Go. from r/TameImpala

Frank Ocean estrena el sencillo "DHL"

Escucha ahora "DHL", lo nuevo de Frank Ocean.

Después de dos años de ausencia, Frank Ocean  está de vuelta con su sencillo "DHL", producido por él mismo y por el DJ alemán Boys Noize. El tema se estrenó en una emisión de Blonded Radio de Beats 1, donde el intérprete de "Lens" nos compartió un teaser de otro par de canciones tituladas "Cayendo" y "Dear April".

En la letra de "DHL", Ocean habla acerca de la presión que sus fans ejercieron en él para crear nueva música. Además, pide que le envíen sus álbumes por mensajería. De ahí el título de la canción, ya que DHL es una empresa que se dedica al envío de artículos por paquetería.

Escucha "DHL" aquí abajo.

Al compartir el sencillo, Frank reveló la portada del mismo, y aunque no dijo nada más al respecto, se puede ver como la silueta que aparece centrada en la portada del sencillo, es la misma que aparece en la parte inferior derecha resaltada en color negro. Acompañada de otras 12 siluetas, por lo que suponemos que quizás podrían ser 13 temas los que compongan el próximo disco del rapero. Dale un vistazo a la portada aquí abajo.

Frank Ocean

Mantente pendiente de Indie Rocks! para más información.

Kim Gordon — No Home Record

No Home Record: El transcurso de un siglo XXI sin Sonic Youth. 

Sin hacer una declaración oficial al respecto, Kim Gordon celebró de manera especial los 40 años desde la publicación de uno de los textos más famosos de Didion y el 20 de agosto de 2019 anunció el lanzamiento de su primer álbum como solista: No Home Record. 

“Nos contamos historias para poder vivir” fueron las palabras con las que Joan Didion dio apertura a su obra inspirada en The Beatles: The White Album.

Para los círculos de intelectuales así como para las y los representantes de la adoración popular, la permanencia de la autora en el mundo está representada por el retrato a prosa de un espíritu libertario decadente, la exploración de la muerte como tabú occidental y la fugacidad de la fama dentro de Hollywood.

En lugar de agotar su energía en las preguntas -que más bien sonaron a reclamos- de “¿Por qué hasta ahora hacer algo bajo su nombre si los demás ex Sonic Youth trazaron camino propio desde la primera década de los 2000?”, la artista recuperó al personaje principal de Play It as It Lays (Maria Wyeth) con el protagónico de Abbi Jacobson (Broad City) y el vestigio experimental de Loretta Fahrenholz. 

Lejos de ser el single de apertura, “Sketch Artist” se distingue por un salto abrupto de melodías de violín al desgarre violento del bajo, algunos destellos sonoros que remiten al debut de Death Grips (No Love Deep Web) y una lírica con dedicatorias anónimas y confusas: “Eres un misterio, tal y como un caballo”.

“Sketch Artist” funciona a manera de sumario de los ocho temas restantes. Durante 39 minutos, Gordon escribe y recita un manifiesto con versos ambiguos y realidades tangibles- ¡La vitalidad es una objeción!- y, al mismo tiempo, muestra claridad en la ruta a seguir: Recurre al back to basics, se apoya en fórmulas que le han sido funcionales en proyectos anteriores y marca distancia (musical) respecto a Thurston Moore, Lee Ranaldo, Bill Nace y Julie Cafritz. 

¡A orinar en el océano!, ¡Es gratis!

Al igual que la escritora que posó para Phoebe Philo (CÉLINE) bajo el encanto de las gafas de sol, Kim Gordon creció en California y se mudó a Nueva York para hacerse de un nombre. Como bien lo ha expresado en múltiples ocasiones, su reconocimiento como una de las figuras musicales más influyentes de los últimos 40 años “es solo un subproducto de haber buscado una manera de expresarse”. 

No obstante -le guste o no- el retrato (tanto físico, sonoro y filosófico) de Los Ángeles en No Home Record confirma la esencia de su identidad creativa dentro de la música, ya que amplia el umbral de ‘lo experimental’, agrupa múltiples géneros de la historia musical under, ilustra la relación intrínseca con su huella como artista visual, materializa el legado postmoderno de Robert Venturi y desmenuza las tesis y palabras de Trisha Low, Judith Mayne y Kevin Killian. 

Si bien los constantes ‘no sé’ de Kim durante las entrevistas no dieron pista alguna sobre el contenido de No Home Record, el recuento autobiográfico en Girl in a Band: A Memoir (2015) pudo ser un primer oasis de búsqueda: ¿Qué tanto podría cambiar su lírica y sonido entre la asfixia neoyorquina y la simulación californiana?

La ciudad que conozco ya no existe. Está más viva en mis recuerdos que cuando estoy presente en ella”.

Entre las páginas de dicho libro, Gordon dejó por escrito que la mención del nombre de su ex esposo y bandmate sería la última y también detalló que en algunos meses su hija, Coco -quien ahora tiene 25 años- se graduaría de la universidad y entonces ya no tendría más razones para quedarse en NYC. “Es tiempo de seguir adelante”, confesó durante una charla con Rolling Stone. 

Como refugio ante la incertidumbre de su regreso a Los Ángeles, Kim aceptó la propuesta de Justin Raisen (Yves Tumor, Sky Ferreira) -“¡Traéme tu jodida poesía y hagamos esta mierda, Kimye!”- y comenzó a escribir “Don’t Play It” y “Get Your Life Back”, canciones que la transportaron a momentos específicos de su infancia y juventud: Una educación consumista atípica a cargo de padres que crecieron en un periodo de recesión económica y el encarcelamiento en el mundo mágico (y fascista) de Walt Disney.

¡Había un maldito Mickey Mouse con walkie talkies!” 

Decorados por una atmósfera techno (“Don’t Play It”) y de pinceladas industriales (“Get Your Life Back”), en ambos tracks la artista recita una oda disidente respecto al funcionamiento del régimen capitalista: El depósito de desechos tóxicos en los reservas naturales, la expansión de las McMansiones y un capítulo de Mad Men escrito por Charlie Brooker. 

¿El fracaso del mundo moderno?

Tiempo después de que Justin Raisen contactó a ‘Kimye’ vía DM, la artista tomó en cuenta el consejo de la poeta Elaine Kahn. “Escribe todas las palabras que se relacionen con tu vida cotidiana”. Durante su trayecto de una privada en Franklin Hills a sus clases de yoga, Kim Gordon tiene la oportunidad de prestar atención a los grandes anuncios fast fashion y a los carteles de ONGs que buscan la garantía de la vivienda como derecho humano. 

A partir de lo que denomina “la satisfacción de la nausea existencial” y la coexistencia de realidades en “Air BnB” y “Sketch Artist”, Gordon sintetiza una de las tesis centrales del último libro de Trisha Low (Socialism Realism): “La historia racista y colonial de California es la evidencia de que (usualmente) el buen vivir de alguien es al costo de la vida de otra persona”. 

En No Home Record la transitoriedad californiana se refiere tanto a la idealización de la actividad nómada en propiedades rústicas, modernas (y ajenas) como al 47% de la población homeless en los Estados Unidos.

Desde una óptica más personal (pero no por eso apolítica), “Air BnB” puede ser considerada como una canción que difumina la negatividad (y artificialidad) de la cartografía de los no lugares de Marc Augé. Para Kim Gordon, conocer (más que poseer) los espacios personales de otros es moverse entre lugares posibles.

La idea de globalización se usa para legitimar quién eres a través de la estética a la que estés enchufado”.

Dentro de la lógica de abordar No Home Record desde su relación con la tecnología, en “Cookie Butter” -misma que destaca por distintos estadios temporales y tintes minimalistas- la cantautora narra la falta de humanidad en un diálogo entre un Adán y una Eva contemporánea y traslada el vacío de la palabra a los tonos folk de “Earthquakes”.

“This song is for you. If I could cry and shake for you”.

PussyGrabsBack: (Casi) 2020 y no puedo creer que sigo protestando por esta mierda

A finales de los 80, Kim declaró a Rolling Stone que “no escribiría canciones de amor, sino de todas las cosas de las que una mujer puede y quiere hablar”.

A 27 años del lanzamiento de “Swimsuit Issue” y de la memorable interpretación de “Kool Thing” en MTV, en “Hungry Baby” Kim Gordon protagoniza a un varón y hace referencia a una de las insignias durante la Marcha de las Mujeres en Washington, retoma el contexto político del MeToo - de aquí el vínculo con su exhibición Lo-Fi Glamour- , manifiesta su preocupación ante el feminismo pop corn y denuncia el primer trato sexista que recibió dentro de la industria musical (este por parte del manager de Neil Young en 1991).

Inglaterra fue la primera vez en mi vida . Me sentía realmente invisible. No saben cómo lidiar contigo, a menos que seas un personaje escandaloso como Siouxsie Sioux (…) Pienso que los hombres están confundidos sobre su papel en la sociedad”.

(***)

Al reunirse con Justin Raisen en Sphere Ranch, ‘Kimye’ decidió que el título de su primer álbum en solitario estaría inspirado en No Home Movie (2015). En dicho documental, Chantal Akerman retrata las implicaciones de ser una mujer joven en Nueva York en los años 70.

A pocos meses de la segunda década de los 2000 y a 4489 kilómetros de Manhattan, Kim  lo hace a través de un collage sonoro que bien podría ser un zapping entre KEXP, XRAY y Smack Urban Radio.

Al igual que Joan Didion, desde hace cuatro décadas Kim Gordon cuenta historias que le permiten vivir a ella y a las generaciones que -pese a su incomodidad- insisten en llamarla “icono” o “madre del grunge”.

Y, al contrario de lo que algunos periodistas pensaron después del último concierto de Sonic Youth en São Paulo, el siglo XXI sigue avanzando. Solo que esta vez con una Kim Gordon que aboga por el final del capitalismo.

Losers.

Enjambre estrena video de "Siempre tú"

Recuerda a tu primer amor con "Siempre tú" de Enjambre.

Enjambre estrenó el video de "Siempre tú", tercer sencillo que formará parte de su próximo material de estudio. En el clip –dirigido por Alexis Gómez y producido por Unlimited Films– podemos ver como Humberto interpreta a un personaje que recuerda los mejores momentos que pasó junto a su niñera, quién fue su primer amor.

A diferencia de "Relámpago", esta canción es totalmente diferente, el tecladista y guitarrista de la banda Julián Navejas describe a este sencillo como más nostálgico, melancólico y más electrónico, con un sonido de new wave e incluso con un toque de bossa nova. Además, la agrupación usó por primera vez una batería electrónica.

Dale play a "Siempre tú" y recuerda a tu primer amor.

En este sencillo el guitarrista de la banda Javier Mejía hace su debut como compositor, pues ya tenía tiempo de haber compuesto la canción, sin embargo, hasta ahora se animó a compartirla.

Era un demo que tenía ahí desde hace dos o tres años y cuando se los compartí ya fue agarrando forma; Rafa me ayudó con los arreglos y la letra, así que su aportación tuvo mucho que ver", comentó Mejía acerca el sencillo.

No olvides que Enjambre se presentará el próximo 30 de noviembre en el Palacio de los Deportes, consigue tus boletos aquí.