A mitad de una pandemia, Nancy Wilson rinde homenaje a su vida y seres queridos con el lanzamiento de su primer álbum solista.
Es emocionante pensar todo lo que se puede almacenar tras más de 30 años de trayectoria artística, desde lo musical, los pensamientos y también todo lo mucho que se podría aportar. A la hora de dejar un trabajo en solitario donde se mezcla todo, el resultado es irresistible, así podríamos definir el álbum debut en solitario por parte de Nancy Wilson, quien en medio del confinamiento ha decidido dejar este registro como un regalo para sus seguidores.
En algún momento del encierro la ex guitarrista de Heart puso manos a la obra y decidió comenzar a grabar un álbum. Ella fue la directora de todo, se encargó de contactar a sus colaboradores y de marcar las pautas, todo con ese mismo liderazgo y esencia que le fue tan característica hace treinta años, cuando por sus propios méritos tomó uno de esos lugares que habitualmente son predominados por hombres.
You And Me, sin querer, es reflejo de su condición como estrella de rock, donde no tiene que planear mucho para hacer canciones memorables y dar en el punto indicado para que valoremos este álbum como algo que brinda muchas emociones sin necesidad de tener abundancia de elementos. Lo más importante de esto es poder presenciar a Nancy en un estado de plenitud, donde se siente cómoda con lo que hace e interpreta.
Voluntad e identidad.
El álbum debut de Nancy Wilson está hecho con mucha voluntad, eso es lo que nos lleva por un pasaje de 12 tracks que carecen del sentimentalismo que puede tener una obra discográfica de gran planeación y publicidad, pero que tienen muestras de talento inigualables. En lo colectivo e individual, el trabajo se vuelve irresistible, ya que la persona más alejada a esta música se puede ver emocionada o conmovida por la sólida mezcla entre el rock, blues, country y folk donde las voces juegan un papel clave, junto a guitarras incendiarias, pianos recurrentes y ritmos fluidos.
Por otro lado, You And Me es una oportunidad de encontrar parte de las atmósferas y la perspectiva musical que tiene Nancy Wilson, algo que en los últimos 30 años solo se podía ver de lejos. Lo que nos encontramos en toda esa búsqueda es un trabajo muy íntimo, que goza de ser bastante cálido y al mismo tiempo te invita a dejarte llevar por los múltiples sentimientos que presenta.
Cuatro de las canciones que conforman este disco son covers muy bien logrados. "The Rising" de Bruce Springsteen, "Daughter" de Pearl Jam, "Dreams" de The Cranberries y por último "The Boxer" de Simon And Garfunkel, este último con la colaboración de Sammy Hagar. Todas estas canciones brillan por el poderío de la artista en apoderarse de ellas, su presencia es muy notoria de inicio a fin, ya sea cantando o con poderosos golpeteos de guitarra, y aunque sean muy respetuosas sus interpretaciones a las versiones originales, se siente como si nunca se hubieran escuchado, sobre todo en el caso de "Dreams".
"Party At The Angel Ballroom" cuenta con la participación de Taylor Hawkins de Foo Fighters y de Duff McKagan de Guns N' Roses. Esta colaboración cierra la primer mitad del disco con una batería que es muy distinta a las demás si hablamos de la producción, además parece ser el tema más sombrío del álbum, como si fuera una fusión entre el hard rock de los ochenta mas el punk rock de los dos miles, pese a la enorme fuerza que maneja está lejos de ser uno de los mejores temas en el álbum.
"Walk Away" y "We Meet Again" abren otro umbral dentro de la obra y la artista se da el lujo de mostrar sus capacidades con las guitarras acústicas. En el caso de la primera se sienten un poco débiles gracias al estallido de baterías e incluso arreglos de violín, mientras que en "We Meet Again" los arpegios toman protagonismo y le da un poco más de textura a todo lo ya construido anteriormente.
"I'll Find You" es una de las canciones más fuertes del disco, ya que es una de esas baladas que se recuerdan por siempre gracias a un coro pegajoso y a las múltiples emociones que puede abrir este tema que es para bailar lento y para desairarse con los amores que no fueron posibles.
La secciones más emocionantes de todo You And Me son, sin lugar a dudas, el inicio y el cierre. El tema homónimo del álbum se encarga de abrir, es dedicado a su difunta madre a manera de homenaje, y no solo a su persona, sino a ese particular lazo que tiene la maternidad y la relación que tuvo con ella. Es una pista folk que va creciendo de a poco y los sintetizadores dan paso a que se genere una de esas canciones que parece solo se escuchan en las películas.
El final de la producción discográfica lleva como nombre "4 Edward" que es un track dedicado al recientemente fallecido Eddie Van Halen. Si bien es una obra instrumental coloreada con armónicos de guitarra que se plantea un poco lejos de la esencia de todo lo anterior, es un gesto muy noble de Nancy Wilson, quien reafirma la necesidad de hacer todo un trabajo discográfico que no solo es de ella, sino de todas las cosas y personas que le han acompañado, incluyendo a su público, que parece ser el beneficiario mayor.
You And Me resulta una obra conmovedora, que con las formulas que se podrían considerar hoy en día "convencionales" ayuda a generar diferentes emociones track por track. Parece complicado pensar que este material tendrá una gran gira o un sucesor, sobre todo si tenemos en cuenta que fue un trabajo de pandemia, pero mientras tanto te invitamos a disfrutarlo y dejarte llevar por las explosiones y las caricias de cada pieza que le conforma.
