Coachella 2016 – Primer fin de semana: Día 2

El segundo día de Coachella 2016 resucitó desde temprano y con él un sinfín de sorpresas que lo hicieron memorable.

Fue Moon Taxi, la banda que inauguró el escenario principal. Un considerable número de personas se tumbaron en el pasto para recibir su dosis de calor e indie progresivo que la banda tocaba. En otros escenarios, proyectos como Alvvays, Cloves y Strangers You Know calentaban los motores del festival con estilos suaves y frescos.

Alvvays

La tarde avanzó y Zella Day arrasó con el Outdoor Theatre. Su fuerza vocal y movimientos sin pudor, generaron el perfecto arranque sonoro con temas como Hypnotic, Shadow Preachers y Sweet Ophelia. Por otro lado, Lost Frequencies estalló el escenario Sahara. Los cubos colgantes del techo se llenaron de colores con “Are You With Me” y “Reality”,  la multitud desbordó sus mejores movimientos.

Al inglés James Bay fue otro al que le quedó corto el escenario asignado, pues aunque el sol apuntaba toda su fuerza hacia los terrenos de Indio, la gente no perdió oportunidad de tan siquiera escucharlo fuera de la carpa, situación que se repitió con la banda Deerhunter en la carpa Mojave.

James Bay

Coachella siempre deja mucho de qué hablar y más por sus sorpresas: este día fue uno de ellos. El público de Run the Jewels  se vio sorprendido por una introducción de un video del candidato estadounidense Bernie Sanders, seguido por el estreno de su nueva canción “Scenes” así como la sorpresiva aparición de Nas para la canción “Made You Look”.

Chvrches fue otra de las bandas esperadas y saturó en su totalidad el escenario principal. Mientras que en el show de The Arcs, Glenn Schwartz Joe Walsh -miembros fundadores de la banda- aparecieron inesperadamente.

chvrches

Las sorpresas no pararon. Disclosure destrozó el escenario con un llamativo juego de luces y, por si fuera poco, tuvo invitados sorpresa como Lorde para  “Magnets”, a Kwabs para "Willing and Able”, y a Jillian Hervey para "Hour Glass". Y para cerrar con broche de oro, los aplausos estallaron cuando apareció su último invitado: Sam Smith.

En el escenario alterno, Zedd hizo de las suyas subiendo el nivel de euforia con sus mezclas, pero también conmocionó a la multitud cuando salió inesperadamente Kesha para el tema “True Colors”. Y por si la emoción no fuera suficiente, Ice Cube invitó a N.W. A. al escenario. Snoop Dogg robó atención cuando tocaron “Go to Church” y “Chronic 2001”.  

 

Pero sin duda, y una de las razones por la que mucha gente decidió asistir al festival, fue la reunión del mítico grupo Guns n’Roses. Cientos de personas  se aglutinaron desde horas antes y los gritos se desataron con su caótico inicio. Las luces se apagaron y los revólveres sonaron.  Y sí, Axl Rose estaba sentado debido a su fractura del pie, quien además usó la silla de Dave Grohl.

Algunos de los temas que elevaron los gritos del público fueron “Sweet Child O’ Mine”, “Welcome to the Jungle” y por supuesto “November Rain”, pero la sorpresa más grande con la que cerró el segundo día del festival fue cuando Angus Young, guitarrista de AC/ DC apareció en escena y rompió el escenario a lado de Slash.  La noche culminó después de dos horas de legendarios acordes. 

Coachella 2016 – Primer fin de semana: Día 1

El monstruo de Coachella nos abre las puertas otra vez.

El desierto de Indio, California entró en llamas. Por fin había llegado la primera semana del festival con 6 escenarios, 59 bandas y una misión: ser comidos por un monstruo musical llamado Coachella.

Por ser el primer día del festival, la espera y las ansias carcomían los minutos en las filas hasta que se abrieron sus kilométricas puertas de acceso. El viernes arrancó con bastantes opciones, entre ellas Carla Morrison, que pese a tener un horario inicial fue aclamada por sus seguidores. Por otro lado, HEALTH con su digerible rock de Los Ángeles suavizó el humor de la gente con sus ritmos en el escenario Mojave.

Carla Morrison

Sin duda, ir a Coachella es más que niñas con flores en la cabeza y “pousers” hipsters. Aunque los había, el hambre musical se olía a kilómetros. La diversidad brotó desde el principio: desde Mavis Staples, quien con su impactante voz nos tomó presos de un blues pegajoso hasta el indie rock de Front Bottoms, quienes tocaron en el Outdoor Theatre, uno de los principales escenarios.

La tarde avanzaba y con ella las pieles se tostaban, pero el calor no fue obstáculo para que Goldroom abarrotara el escenario Gobi, mientras que Miami Horror, ofrecía sus letras con movimientos sin medida al grado que, entre saltos y ejecuciones ondulatorias, la euforia los llevó a colgarse de los tubos del escenario, hasta que seguridad se los prohibió.

Miami Horror

Bob Moses, al igual que en su presentación de la semana pasada en Ceremonia, hipnotizaron con su electro hasta a las palmeras que envolvían el recinto, y DJ Mustard se apropió del escenario Sahara, sacudiéndolo con mezclas que hacían que te olvidaras del calor. 

Si se agradece algo de un festival es la cercanía entre escenarios, y Coachella los ubicó este año estratégicamente para no tardar más de 5 minutos en ir de uno a otro. Fue por ello que, aunque sacamos el lado folk con Lord Huron agitamos después nuestro día con Years & Years, a una distancia de dos minutos caminando. La multitud explotó con temas como “Desire y  “King”.

Estadounidenses, chinos, mexicanos y hasta europeos tapizaban los suelos de Coachella. Pero si existe un grupo que puede unificar voces sin importar su procedencia es Foals, quienes se encargaron de subir las revoluciones en el escenario principal. Ciento de bocas, pies y manos se pusieron en movimiento al escuchar temas como “Mountain at My Gates, “What When Down y por supuesto su clásico “Spanish Sahara”. Mientras que casi a la par, The Kills azotó su llegada y “Doing It to Death se convirtió en un himno entre el público.

Foals Coachella

Uno de los show más esperados fue sin duda el de BØRNS, saturando el escenario Mojave con “The Emotion” y “Electric Love”, mientras que Underworld electrificó el escenario Sahara con un juego de luces futurista  

Otro de los atractivos de este año fue su amplia variedad en Food Trucks y su eficacia, pues aunque a las 8 de la noche las filas eran enormes, lo cierto es que se movían como ciempiés en busca de pollo frito, comida thailandesa, pizza y hasta tamales con guacamole -¿neta?-  

De nuevo, llegamos al escenario principal y M83 no tardó en estrellar su sonido en el cielo a través de un creativo diseño visual, bañándonos con temas como “Reunion”, “Do It, Try It y por supuesto, “Midnight City”.  Pero a quien no pudimos quitarle la vista de encima fue a The Last Shadow Puppets, la agrupación nos compartió su excentricidad y misticismo, muy al estilo Turner.

The Last Shadow Puppets

La noche llegó y con ella la emoción volaba con el viento desértico. Ellie Goulding pisó el escenario principal y desató coros con ecos entre el público. “Outside”, “On My Mind” y “Lights” enamoraron a Coachella. Tras terminar, Jack Ü nos transportó a un viaje surreal y emocionante. Sorpresivamente, Diplo y Skrillex, lograron la mayor audiencia en este primer día, rebasando los límites entre escenarios, bailes y gustos, logrando así casi una audiencia total.

Finalmente el regreso de LCD Soundsystem llegó. La voz de James Murphy erizó la piel de sus más fieles seguidores y el grupo obsequió una extensa compilación de sus temas por más de hora y media. Y aunque muchas de las nuevas generaciones escucharon dos canciones y se fueron, brotaron los fieles seguidores y  gritaban cada una de sus letras hasta el final del show. Así  fue como cerró con broche de oro el primer día del monstruo musical llamado Coachella.
¿Qué nos esperaba al día siguiente?  

Primer fin de semana: Día 2

Hocico en SALA Corona

Una noche en el infierno con Hocico en SALA Corona.

La noche del sábado muchos se fueron a la segunda fecha de Coldplay en el Foro Sol, pero aquellos que andábamos con las ganas de algo más oscuro y más industrialón nos lanzamos a SALA en la Colonia Roma para el regreso de Hocico a nuestras tierras después de andar de gira por Europa. No fueron uno, ni dos los DJ teloneros, sino tres en total los que empezaron la noche amenizando a la concurrencia con sets de electrónica macabra. Un aplauso para Salem Witch Switch y la DJ Persefone Quinzeel, quienes se mostraron entusiasmados por haber sido parte de esta noche especial. Tres horas después subieron los estelares: Erk Aicrag y Racso Agroyam, mejor conocidos en conjunto como Hocico, a recetarle al público su buena dosis de electrónica industrial como solo sabe hacerlo un grupo que lleva haciendo esto por más de veinte años.

Entre saltos, giros y lo que parecía algún tipo de ataque epiléptico, el frontman Aicrag escupía las letras de "I  Will Be Murdered (4 Minutes of Horror)" provocando una reacción electrizante en el público que empezó poniendo a saltar a las personas que estaban pegadas al escenario, quienes se fueron recorriendo hasta llegar al segundo piso de este pequeño recinto. Hocico no quitaba el pie del acelerador y siguieron de inmediato con "Bienvenido a la Maldad", mismo slogan que estaba impreso en las mantas que colgaban encima del escenario, causando que sus acérrimos admiradores recibieran con brazos abiertos a Aicrag, cuando este decidió darse un clavado hacia el público y cantar con ellos -y para ellos- letras como "bienvenido a esta ciudad llamada maldad, aniquilando toda muestra de felicidad". Asumiendo sentimientos ajenos, habrá sido especial para estos satelucos hacer entrega de dichas palabras no en los lejanos países europeos, donde han recibido una mayor aceptación comercial, pero en el pleno corazón de su propia metrópolis.

Agroyam se mantenía detrás de la consola, programando las secuencias, enfundado en una chamarra que le llegaba hasta la nariz, de vez en cuando dejando que los ritmos que le enviaba al público lo movieran ligeramente. El escenario se lo entregaba completamente a la energía de Aicrag, pero claro que no pasamos por alto su importancia en la composición y al momento de entrar al estudio para grabar la música que ahora tenía extasiado a un público entero. Rolas como "Auf Der Flucht" y "Heart Attack" llegaron para iluminar a este público con gusto por las tendencias oscurantistas. Aggrotech, electro-industrial, o como los simplemente le llaman los alemanes, pop, son los géneros que se le pueden adjudicar al trabajo de Hocico. Pero observando directamente la entrega de su público, uno concluye que simplemente es música.

Hocico entregó un playlist ligeramente modificado al que venían tocando por Europa, apareció "Face To Face" del primer álbum Odio Bajo El Alma (1997), por ejemplo, un esfuerzo de la banda por satisfacer a sus fans más añejos. "Esta pinche noche es nuestra, cabrones…Este cabrón [Agroyam] y yo, los amamos cabrones", dijo Aicrag a media rola. Para los que estábamos afuera del escenario, más bien la noche fue totalmente suya, cabrones.

Festival The End con The Shivas y más en el Foro Indie Rocks!

Festival The End: Sesiones públicas de experimentación musical, un no-concierto.

El Festival The End, que tuvo su primera edición el pasado viernes, nos da muestra de cómo no es necesario que el público esté totalmente conectado por la música para que el festival resulte exitoso. Hacemos mención a ello, pues, como es común en los festivales, ya sean masivos como el Vive Latino o emergentes como The End, las bandas que tienen programado su set antes que la banda principal suelen enfrentarse a un público mínimo, indiferente y hasta grosero.

El festival inició sus actividades unos minutos después de las siete de la noche con la aparición en el escenario del dúo Jack & The Ripper, un set con mucha energía que daba un buen inicio a las actividades del festival. Sin embargo, fue escaso el público que llegó temprano al venue y pudo disfrutar de una serie de distorsiones de guitarra interesantes que daban muestra de que la psicodelia no tiene que ser cosa del pasado. Su presentación de poco más de 30 minutos era un buen augurio musical para la jornada que apenas iniciaba, el público indiferente –que en su mayoría permanecía en el exterior del foro- era la contracara de lo que ocurría en el escenario.

Las Pipas de la Paz fueron los encargados de continuar la celebración garage-psicodélica. Con mucha energía, su selección musical fue la primera que logró sacar de su letargo a los asistentes: bajo, guitarra, batería conectaban con el baile de los espectadores, y por ello lograron conectar el sonido clásico del garage con melodías de balada dignas de compartir con la pareja. En un abrir y cerrar de ojos el turno de “las pipas” sobre el escenario terminó, la gente poco a poco abandonaba la sala para refrescarse y esperar el siguiente acto.

El ambiente general parecía haber mejorado, un poco más de gente había ingresado al lugar y The Broccolis, vestidos elegantemente –como siempre- tomaban su lugar para llenar la sala de un sonido más seco y directo que el acto anterior. El grupo propuso un concierto donde la atención giraba en torno a la música y escasamente a la relación con el público, tal vez eso provocó de nueva cuenta que el ambiente fuera tedioso, como si no se estuviese disfrutando lo que se escuchaba y se dispersara la atención hacia la banda. The Broccolis cumplió y cumplió muy bien, hicieron lo que saben hacer, sólo esta noche el público no quiso compenetrarse con ellos.

Llegó la tercera llamada para Los Headaches, la sala ya competía con el exterior en cuanto a cantidad de gente, ello ayudó mucho a la banda para re-conectar al público con la música. La necesaria relación músico-público volvía a hacerse presente en The End y con un sonido duro la agrupación movió los cuerpos de los asistentes alocadamente. Contrario al nombre, el dolor de cabeza no se hizo presente este día, protagonizado por los guitarrazos al ritmo del cuerpo humano. La esperanza de que el festival lograra el cometido de agradar a los asistentes volvía a renacer.

Has a Shadow fue la banda encargada de preparar el lugar para el acto principal, o mejor dicho, para el segundo acto principal. Su autodefinido “garage psychedelic darkgaze” resume la finalidad del evento, logrando demostrar que la escena mexicana posee proyectos de gran calidad más allá de la música de corte comercial. Un set potente pero con entramados musicales finamente tejidos por cada uno de los miembros de la agrupación logró conectar al público con la música, demostrando que muchas veces no es necesario un coro pegajoso para lograr unirse al sonido, disfrutarlo y, lo más importante, vivirlo.

Minutos antes de la medianoche hizo su aparición la banda que había funcionado como catalizador de The EndThe Shivas llegó al escenario con una sala que logró su mayor aforo justo en el momento de su aparición.Describir la música de The Shivas es hacer un recorrido por la música norteamericana de los años 50-60-70 pero no por ello suena anticuado, sino todo lo contrario, logran utilizar estas décadas, reconfigurándolas para el siglo XXI. La expectativa de verlos en vivo se quedó corta desde la primera canción, pues demostraron la maestría para manejar sus instrumentos, y así, lograr la configuración de paisajes sonoros que cambian a cada instante. Su mezcla de géneros musicales los dotan de un sonido propio y, por ello, todo el setlist -de casi 20 canciones- no dejó de sorprender a los asistentes en ningún instante. Al final, ellos eran los invitados de la noche y llevaron al público asistente a un viaje musical sin dejar su lugar; asistieron por la música, sobre todo por la de de The Shivas.

The End llegó a su final, 6 horas de música que nos dejan un buen sabor de boca y con ganas de saber ya de su segunda edición. La organización y el talento que se presentó fueron excelentes, pues cumplieron con su trabajo de traernos una gama sonora nacional que giraba en torno al sonido de The Shivas. El público. a pesar de que al final de la noche se entregó a la banda principal, debería reconsiderar su papel dentro de la escena nacional, pues su comportamiento pone de manifiesto que muchas veces se es injusto con proyectos por el simple hecho de ser mexicanos.

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Yo La Tengo en el Teatro de la Ciudad

Una nueva experiencia con Yo La Tengo.

Es muy delgada la división entre un acto interdisciplinario y un espectáculo. En un terreno se ponen a dialogar distintas áreas de las artes, el riesgo de obtener un resultado vacío es latente. El Festival Ambulante, programando la proyección –“ejecución” sería un término más pertinente– de The Love Song of R. Buckminster Fuller para este sábado en el Teatro de la Ciudad, consiguió disipar este prejuicio, numerosas veces confirmado en torno a las presentaciones que buscan unir los parámetros de diversas prácticas. Las posibilidades informativas del documental quedaron trastocadas con una obra espoleada por la ternura y una reflexión histórica que, aunque ideológicamente sospechosa –la apología a las bondades de la producción tecnológica es sumamente cuestionable en tiempos de espionaje, drones y venta de datos privados–, logra construir un retrato fiel de uno de los hombres que reunió todas las preocupaciones y utopías de la segunda mitad del siglo XX: Buckminster Fuller. Arquitecto e inventor, Fuller funcionó como una caja de resonancia de las búsquedas estéticas de su época –es conocida su amistad con John Cage y el coreógrafo Merce Cunningham, artistas que pusieron en el centro al binomio arte y vida–, traduciéndolas a sus propias áreas de creación, que sostuvo manteniendo como punto de partida la relación entre la funcionabilidad y la ética. Fuller consideraba que el diseño industrial y la arquitectura debían estar al servicio del bienestar humano, y esta idea lo llevó a ser un nombre clave para las visiones utópicas de los sesenta.

A través de materiales de archivo y entrevistas, el cineasta Sam Green trazó un retrato de Buckminster Fuller que consideró aspectos tanto biográficos como ficcionales. Como todas las leyendas, Fuller fue causa de rumores cuya veracidad no está científicamente comprobada, pero que complementan la visión documental del también ingeniero y filósofo. Aunque los límites de Green no permanecieron en la narrativa del cine. Provocando una tensión eficaz con lo escénico, el autor narró en vivo datos sobre la vida y obra de Fuller, además de abordar su entusiasmo personal con las ideas y las construcciones de las que el estadounidense fue responsable.

El cineasta también dialogó con la música. Con un score ejecutado en el escenario por Yo La Tengo, la banda, aún cuando fue dirigida por el cineasta, logró imprimir su sello a las imágenes del primer automóvil propuesto por Fuller o a las entrevistas de aquellos que conocieron a uno de los personajes más pastoriles de uno de los países más tecnocráticos del globo. Como nos mencionó Ira Kaplan en entrevista, la intención era formar un documental que demandara la atención de las personas. Además de que Yo La Tengo causó expectativa entre el público, el score que ejecutaron –suave al tiempo que potente, como las mejores producciones de la banda– abrió una nueva posibilidad para Yo La Tengo como agrupación compositora de música para películas, iniciada en The Sounds of the Sounds of Science.

The Love Song of R. Buckminster Fuller es una selección acertada del Festival Ambulante, evento que, además de poner en la superficie la labor social del documental, ha abordado al género también como un formato artístico. Por otro lado, podemos considerar aisladamente la presentación de Yo La Tengo: un concierto sutil, alejado de aquellos espectáculos que, por buscar lo interdisciplinario, no alcanzan otra cosa más que el entretenimiento vacío.

Coldplay en el Foro Sol

Con más de 15 años de trayectoria y siete producciones discográficas bajo el brazo, la agrupación londinense nos demuestra que aún siguen más vigentes que nunca con un espectacular regreso a nuestro país.

Es evidente la madurez que ha adquirido el grupo desde su visita anterior. Cada uno de ellos sabe qué tiene que hacer para que sus canciones sean perfectas y conquistar al escucha un acorde a la vez. Ayuda, por supuesto, que en los seis años que transcurrieron hayan editado tres discos más y, por ende, tengan una base de éxitos mucho mayor para conmover masas y llenar estadios en cada una de sus presentaciones.

Es una tarde cálida en la Ciudad de México. El astro rey se encuentra en su máximo apogeo, pero no será por mucho tiempo. Las puertas del Foro Sol se abren para dar paso a la primera invitada del grupo estelar. Las vocales de Ximena Sariñana reciben al público asistente y "Sin Ti No Puede Estar Tan Mal" se convierte en uno de los temas más coreados de la tapatía. Su participación es corta, pero lo suficiente para entrar en ambiente.

A las afueras del recinto la gente corre con boleto en mano, mientras que otros aprovechan el momento para tomarse la foto del recuerdo o comprar algún souvenir. Una vez que el cielo se tiñe de violeta, es momento de escuchar a la segunda telonera de la noche. Lianne La Havas logra seducir a un público ansioso por ver a su banda favorita y apacigua los ánimos con su música folk y su sensual manera de cantar.

“Buenas noches México”, nos dice la cantautora británica emocionada por ofrecer su primer concierto en tierras aztecas. Su entrega arriba del escenario es total e incluso nos regala su propia versión del tema “I Say a Little Prayer” de Aretha Franklin, por lo que inmediatamente recordamos la escena del restaurante en la película La Boda de Mi mejor Amigo (1997).

Conforme pasan los minutos, personas de todas las edades siguen llegando a las instalaciones del Foro Sol. El evento es sold out y se espera un lleno total. La gente aprovecha el intermedio para hacer suyo el escenario haciendo olas monumentales que recorren las gradas de extremo a extremo. Otros no dudan en cantar el “Cielito Lindo” y unos cuantos hacen bromas con las personas que tienen al lado. La euforia está en su máxima expresión.

Después de unos minutos de atraso, en medio de la oscuridad, se escucha una obra musical acompañada de un speech. Los gritos y aplausos no se hacen esperar cuando aparecen en escena Chris Martin, Jonny Buckland, Guy Berryman y Will Champion. Una vez instalados, inicia el espectáculo y retumban los primeros temas de la noche con “A Head Full of Dreams” y “Yellow”.

El vocalista de la banda nos dice, con un español atropellado, que se encuentran muy felices de estar en nuestra ciudad, a la que califican como muy linda y muy hermosa. Desde el primer acorde de la noche todo fue emoción, regocijo y felicidad, y no es para menos, pues hacia seis años que no visitaban nuestro país.

El concierto de Coldplay fue un recorrido musical a través de su trayectoria. Temas provenientes de sus discos Parachutes (2000), A Rush of Blood to the Head (2002), X&Y (2005), Viva la Vida or Death and All His Friends (2008), Mylo Xyloto (2011), Ghost Stories (2014) y A Head Full of Dreams (2015), hacen su pasarela por el recinto. Algunos de los éxitos más coreados fueron “Paradise”, “Princess of China”, “Clocks”, “Viva La Vida”, “Fix You”, entre otros más.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando la agrupación liderada por Chris Martin le rindió homenaje al músico David Bowie al interpretar el clásico “Heroes”, no sin antes alzar la vista y extender el brazo hacia arriba, como si Ziggy nos estuviera viendo desde su nave espacial. Otro de los momentos cúspides fue cuando Chris se colocó delante de su piano para tocar la canción “The Scientist” y llenarnos de nostalgia y recuerdos.

La noche había caído y el inminente final estaba cerca. Las luces se desvanecieron para quedar en completa oscuridad. Para sorpresa de muchos, los integrantes de Coldplay reaparecieron en otro pequeño escenario muy cerca de la zona general B, por lo que los fans se volvieron locos y los codazos, empujones y gritos nunca cesaron. “Estamos muy felices de estar aquí”, nos dice Chris Martin con una bandera mexicana en la espalda a manera de capa. Ahí interpretaron un par de temas más para luego regresar al escenario principal.

Los buenos momentos nunca cesaron. Desde un juego de luces que parecían cobrar vida propia y que incluso formaban una especie de aurora boreal en el cielo, pasando por las tradicionales pulseras de colores que se iluminaban al ritmo de las melodías para crear un hermoso tapiz multicolor y hasta espectaculares visuales que se proyectaban de fondo, además de mucha pirotecnia y pelotas gigantes. Fue así como Coldplay regresó para conquistarnos una vez más con una contundente y conmovedora actuación que muchos guardarán en sus cabezas así como sus sueños.

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Delorentos en el Foro Indie Rocks!

Jueves de melodías y amor con Delorentos en el Foro Indie Rocks!

Un ambiente tranquilo y familiar fue lo que se sintió ayer en el Foro Indie Rocks! durante la presentación de tres bandas excepcionales que dieron todo arriba del escenario. Para empezar, la presentación de Telescopik, un grupo integrado por Mario Korenfelden en los teclados y la voz, Nathan Grynberg en la batería y las percusiones y Samuel Meschoulam en el bajo y los coros. Juntos hicieron de su presentación todo un éxito, regalándoles a sus seguidores media hora de baile, sentimientos y alegría: con ello la banda demostró que en los barrios altos de la Ciudad de México también se toca rock.

Monoteísta es una agrupación chilanga que se formó hace dos años con Joaquín Corona en la guitarra y voz, Javier García en el bajo y Diego Romo en la batería. Mediante un espectáculo de humo y efectos de sonido vibrantes y alternativos, nos hicieron vivir un show agradable para un jueves pre-fin de semana, digno de pasarla tranqui. Esta banda tiene un sonido único y bien arreglado -en cuanto a composición-, además de un toque psicodélico que hace del viaje algo realmente placentero. Así fue como estos chicos prepararon al público y los llenaron de energía para dar paso a una banda que viajó desde Irlanda para visitar la Ciudad de México y dar un show excepcional.

Delorentos nos sorprendió con un concierto casi privado, donde proyectaron mucha energía y entusiasmo arriba del escenario, y aunque no había muchas personas en el foro, los integrantes de la banda hablaron en español para saludar a los asistentes y decir “hola México, ¿estás bien?”, entre algunas otras frases que a veces corregían sus fans. También animaron al público para que aplaudiera, primero al ritmo de la canción “Show Me Love”, para después hacerlo sin que los músicos lo pidieran. “Secret” fue la canción con la que se prendieron más los ánimos y la última melodía en sonar. Además, fue con la que recibieron más ovaciones por parte de los presentes, que sin duda apreciaron cada momento que la banda les dedicó, porque esa noche, a cada músico se le vio con ánimos de darlo todo.

C. Tangana y Jesse Baez en Caradura

Después de verlos en Ceremonia, C. Tangana y Jesse Baez nos conquistaron en Caradura.

Sentimientos encontrados, el calor a flor de piel, los accesos en la taquilla agotados, gente eufórica gritando "¡Jesse, Jesse!"… Así fue como se vivió la noche de ayer en el lugar más místico y underground del corazón de la Condesa.

Minutos antes de comenzar el show, tuve la oportunidad de llegar a la casa provisional de Jesse Baez, ya que días antes charlamos y acordamos realizar una sesión de fotos. En el punto de reunión ya se encontraba Adrián B., que en esta ocasión acompañaría en la tornamesa a Jesse.

Previo al espectáculo, charlamos sobre cómo es que es que ha evolucionado musicalmente el sello Finnesse Recorda, mientras esperábamos con ansias a que nos recogiera el taxi. Durante el recorrido al Caradura tuve oportunidad de conversar con ellos un rato, y me dijeron que se encontraban muy contentos por la gran cantidad de seguidores que tuvieron durante su presentación la semana pasada en el festival Ceremonia.

Entre risas bromeaban un poco: después de estar unas semana en la CDMX tenían más equipaje que cuando llegaron, y temían que la aerolínea les cobrará más por documentarlo. Una vez que llegamos al lugar nos trasladamos al backstage del escenario donde tuve oportunidad de realizar algunas fotos improvisadas antes del show de Jesse y Adrián B.

Cuando subieron al escenario la gente estaba vuelta loca, y de memoria, cantaba las canciones de nuestro amigo. Realmente me sorprendió, ya que a tan solo unas semanas de haber sido lanzado el disco, el 80% hacia coro en casi todas las rolas.

Cuando terminó el show del señor Baez, subió de inmediato al escenario C. Tangana y la gente enloqueció: no había lugar para nadie más, era muy difícil acercarme a tomar fotos, así que decidí esperar a que bajara la euforia de los asistentes.

Después de casi 45 minutos de esperar, no tuve éxito a que la gente se relajara y me dejaran pasar, así que contacté a Lalo Rojas quien, muy amablemente, me hizo un espacio detrás del escenario. Estando ahí pude realizar algunas tomas.

Sin duda una gran fiesta, una mezcolanza de culturas y talento, y también hubo una gran organización.

Suuns – Hold/Still

Suuns y el lado triste de la psicodelia.

La experimentación musical tiene un nicho en Canadá. Una oleada de grupos de diversos géneros han proliferado desde inicios de la década de los 00’s hasta la actualidad. Uno de estos casos es Suuns, grupo originario de Montreal, que ahora en 2016 nos presenta su nuevo disco Hold/Still, una pieza que aporta un sonido más tenue pero cargado de mucha emotividad, gracias a las lyrics que se nos presentan.

El disco está conformado por 11 tracks sencillos de digerir. A pesar de que la psicodelia es el fundamento del disco, su combinación con el art rock provoca que el ambiente en las composiciones sea muy agradable, con un sonido digerible para el escucha que no tiene apego por la psicodelia pero que, a su vez, se vuelve demoledor por medio de las letras que utiliza dentro de las melodías. No son canciones que buscan lograr una sonrisa sino lo contrario: se percibe, desde el título del disco, que hay un sentimiento arraigado en la banda.

Elegir los tracks que se pueden convertir en sencillo es complicado. A pesar de que "Paralyzer", "Brainswash" y "Translate" son los sencillos que la banda ha liberado, todos los temas mantienen un mismo sonido general, se conforman en una unidad. Ello tiene un punto bueno y uno malo: el bueno es que la banda apuesta al disco completo como creación artística y no al sencillo como fundamento del disco; por otro lado, el disco puede tornarse aburrido por momentos, ya que sólo escuchándolo detenidamente es posible hallar cambios sutiles en las canciones, Hold/Still pareciera una gran canción de casi 47 minutos.

El disco es bueno porque no cae en una exageración del sonido psicodélico o de la experimentación artística, lo que se agradece porque no se satura al escucha de capas musicales que pueden llegar a ser insoportables. Así, Hold/Still se convierte así en el álbum ideal para la noche lluviosa, cuando los pensamientos más tristes aparecen y se unen a la melancolía que nos presenta Suuns.

Pet Shop Boys – Super

Electropop y hasta reguetón y cumpliendo 35 años de carrera, Pet Shop Boys está de vuelta con 35 años de carrera.

Aunque no seas amante del electropop, seguro alguna vez en tu vida has escuchado a la leyenda de este género tras 35 años de carrera, Pet Shop Boys. Pues luego de tres años de ausencia, este dúo londinense está de regreso con Super, en colaboración con Stuart Price como productor.

Berlin y su vida nocturna, según declaraciones de la banda para distintos medios, fue el lugar que inspiró el más reciente material de Neil Tennant y Chris Lowe. Sin embrago, el reto fue grande: superar Electric, su disco anterior, que se posicionó entre los más vendidos de Reino Unido y Estados Unidos, convirtiéndose en uno de sus mejores éxitos discográficos en los últimos 20 años.

Ante las grandes expectativas, llega Super, un disco prometedor. Para muchos significó la continuación de Electric, pues así suena cuando comienzas a escuchar “Happiness” y “The Pop Kids”, tracks llenos de energía y de ritmos contagiosos, muy a su estilo. Luego en “Twenty-Something” haces una pausa y volteas a ver si sigues escuchando a la banda de Londres, porque te suena a que se saltó a la zona oscura de tu playlist de reguetón, pero no, la canción sí se inspiró en ritmos latinos y es parte de este material.

Después esperas más sorpresas como las anteriores, pero ya no habrá más. Las pistas se mantienen en una misma línea que te hace recordar los 90 con “Pazzo”, o que llegan a lo común del género y no buscan la diferencia, como sucede en “Groovy”. Al final, los últimos tracks pasan inadvertidos, se vuelven de esas canciones bailables a las que no prestas atención. ¿En dónde está la innovación?

Este disco no supera a su antecesor, pero tampoco significa que sea malo. Super rescata el uso tradicional de instrumentos del electropop, con una ejecución muy limpia y no pierde la esencia de ese toque inglés que sólo logra Pet Shop Boys.