Father John Misty rinde tributo a Tom Petty

"To Find A Friend" de Tom Petty sonó en el concierto de Father John Misty.

Durante esta semana hemos podido escuchar increíbles tributos a Tom Petty por parte de The National, Wilco, Against Me! y Fleet Foxes, todos mostrando su respeto y admiración al cantante estadounidense, quien falleció el día lunes 2 de octubre, víctima de un paro cardiaco. Ayer en la noche, Father John Misty se unió a los homenajes también con un cover que sucedió en su concierto en el Orpheum Theatre de Phoenix, Arizona.

La canción que interpretó el de Maryland fue "To Find A Friend", tema publicado por Petty en 1994 como sencillo promocional del álbum Wildflowers, uno de los últimos éxitos comerciales que tuvo el cantante, gracias al video de "You Don't Know How It Feels", que ganó el MTV Music Award, superando a Elton John con "Believe" y a Chris Isaak con "Somebody's Crying". Cabe mencionar que esta canción fue producida por Rick Rubin y cuenta con el ex Beatle Ringo Starr en la batería.

Por nuestra parte, les comentamos que tenemos una sorpresa relacionada con Father John Misty, que saldrá en cuestión de horas. Así que les recomendamos estar pendientes.

Puedes escuchar ambas versiones de "To Find A Friend" justo aquí:

 

Dent May — Across the Multiverse

El multiverso que nos ofrece Dent May.

Dent May, originario de Mississippi tiene muchas cosas que lo caracterizan; ambicioso, cantautor, multiinstrumentista y sobre todo ser un músico virtuoso. Sin embargo, su estilo tan peculiar es lo que mejor resalta de sus producciones. Detrás de ese smoking al estilo retro, y unas gafas con montura de la década pasada seduce a cualquiera con música alegre, pero a la vez irónica que engancha de inmediato.

“Hello Cruel World” es el primer track y también es la frase que podemos escuchar en “Across The Multiverse”. Una manera irónica de comenzar en la que May saluda a la miseria con una sonrisa sarcástica. El tinte alegre y pintoresco de la canción es el truco conceptual del artista: pretende crear melodías felices acompañadas de letras banales y fáciles de digerir, pero que a su vez son carentes de ingenio.

No cabe duda que la música crea estados de ánimo, y es uno de los aspectos que mejor aprovecha Dent May. “Across The Multiverse” sencillo del disco, tiene una colaboración con la cantante Frankie Cosmos originaria de Nueva York, la voz suave de la artista y los teclados galácticos te transportan a través del espacio por una nave hecha de happy pop.

Las pegajosas melodías se mantienen constantes con la misma fórmula, en línea recta y sin matiz hasta que escuchamos “A Little Bit Goes Away” y “Don't Let Them”, temas que marcan un cambio en el ritmo del álbum. Se perciben suaves, con tempo lento y bajos constantes acompañados de un teclado discreto sin intenciones de protagonismo que permite destacar a los demás instrumentos.

“Distance to the Moon” es el último tema de este recorrido por el multiverso; inicia con una voz suave acompañada del teclado, tonos melancólicos que no pierden esa felicidad irónica y a la vez dramática que definen la esencia del último álbum de estudio de Dent May.

No cabe duda que el artista llegó a donde quería, tiene un sonido propio y característico que de inmediato lo identifican. Es un disco conciso y con excelente producción que vale la pena escuchar. May ha encontrado la fórmula. Sin embargo, todo en exceso es contraproducente… Esperemos no abuse.

La Femme en El Plaza Condesa

Amor y paz a la francesa con La Femme.

¿Cómo mantener la fiesta viva después de tiempos de crisis, dolor y luto nacional? ¿Hasta qué punto es prudente volverse a poner los zapatos de baile y calentar los ánimos después de varios días de alerta e incertidumbre con respecto al país, los amigos cercanos, las construcciones, calles y vidas dañadas? Sin duda, el sismo ocurrido el 19 de septiembre pasado marcó un antes y después anímico en México y gran parte de la población no sabe cómo proceder con sus vidas. Pero, como bien cantó Fergie en el soundtrack de El Gran Gatsby versión millenial: “un poco de fiesta nunca ha matado a nadie”.

Había mucha expectativa ansiosa, aunque cautelosa, entre el público mayoritariamente joven que se dio cita el día de ayer para ver a La Femme, un conjunto de punk psicodélico, synthpop, surf rock, originario de Biarritz, Francia que se ha ganado los corazones del público mexicano desde que surgieron en 2010. Con apenas dos discos bajo el brazo, Psycho Tropical Berlin (2013) y Mystère (2016), La Femme es ahora uno de los referentes obligados de bandas alternativas que hipnotizan y trastornan al mismo tiempo que ponen a zapatear y taconear al escucha.

El perfil de la banda y El Plaza Condesa pusieron muchos focos rojos en la preocupación colectiva del respetable ya que, días antes, se había catalogado al recinto como “zona de peligro.” Por un lado, nadie sabía qué esperar y, por otro, muchos esperaban desquitar un poco del estrés y adrenalina acumulados con justa razón.

La respuesta, por fortuna, fue enormemente positiva. A medida que se iba llenando el lugar, Ex Lovers, banda originaria de la CDMX, tuvo el enorme reto de ser la banda abridora para comunicar un mensaje de “vamos, está bien disfrutar de la música otra vez”. Fue así como Fossy, Kasko, Rodo y Juchi despertaron el interés y algunas sonrisas entre los asistentes con su rock con tintes de country y rockabilly, del que se disfruta mejor en carretera. A pesar de la insistencia de algunos para que cedieran el turno a la banda principal, Ex Lovers cumplió su cometido de calentar pies y gargantas y enseñarle la puerta a cualquier mala vibra que se asomara ese día.

En punto de las 21:20 H, subió La Femme ante el alarido eufórico de un público que se tornaba indistinguible, ya que paisanos y extranjeros que visitaban el país lo componían en partes iguales. Con un “Hola México” con un marcado acento francés Lucas Nunez (vocalista, tecladista) arribó jubiloso al escenario acompañado de Clémence QuélennecStefano Massellini, Noé DelmasSacha Got y una nueva chica bajista (quien presentó al principio ligeros problemas técnicos). Dispuestos a explayar sus ideales nacionales de “libertad, igualdad y fraternidad”, el conjunto inició la verdadera fiesta desde las primeras notas.

El setlist se compuso en su mayoría por canciones de su más reciente materia Mystère: por ahí desfilaron “Sphynx”, “Où va le monde”, “Septembre”, “Exorciseur”, “Tatiana”, y “S.S.D” junto a clásicos ya de culto como “Packshot”, “Si un jour”, “Nous étions deux” e “It’s Time to Wake Up (2023)”. Quélennec y compañía hicieron su mejor esfuerzo al conectar con el público en su idioma natal mientras ofrecían mensajes de apoyo, afecto y fuerza, un ejemplo más de que el apoyo que nos está dando el resto del mundo en esta difícil situación trasciende culturas y acontecimientos.

El punto máximo de la noche llegó cuando los vocalistas del grupo pidieron una pausa en lo que se acomodaban para lo que prometía ser un breve set acústico, pero nos ofrecieron una serenata al entonar “Cielito lindo” e invitar a todos a corearla. Además de ofrecerle un descanso al respetable, también fue un momento para la nostalgia, la emotividad y el olvidarse de la vida fuera del recinto. Siempre he dicho que el mejor acierto en un concierto es en el momento en que artista y público son uno sin importar lo demás, y el recital de La Femme tuvo esos momentos de sobra, destacando este en particular.

Después del reglamentario “cierre” –entiéndase, el artista o grupo vacía el escenario y las luces permanecen apagadas, aunque el público ya esté pidiendo más canciones desde antes–, llegó el momento de terminar apropiadamente logrando una hipnosis colectiva con “Antitaxi”, en donde la iluminación de neón parecía descender y bañar a toda alma presente en El Plaza, al mismo tiempo que cada sorbo de cerveza, mezcal, whisky, refresco sabía más intenso y cada meneo de cadera o aleteo de brazos se volvía involuntario. Con este desbalance emocional y sensorial fue como dejó La Femme al público mexicano, prometiendo más euforia y cariño para su próxima visita. Esperemos que las condiciones estén vastamente diferentes a las de nuestra actualidad, pero por ahora estamos con la seguridad de poder volver a bailar.

Soulwax estrena visual

La banda compartió el video de su single "Is It Always Binary".

A principios de este año Soulwax lanzó From Deewee, un álbum grabado por la veterana banda belga en una sola toma, y el cual se convertiría el primero en una década de sequía. El último video para acompañar al LP refleja este enfoque de una toma, acercándose a la instalación creada por Soulwax y Studio III bautizada como Transient Program for Drums and Machinery.

El visual fue grabado en vivo en Londres por James Willis de Bullion Productions, quienes han producido material para proyectos como Django Django, Disclosure y Kindness. El video de "Is It Always Binary", es lo más parecido posible a ver a Soulwax ejecutando su música en vivo sin estar en la misma habitación. También es una muestra de lo que se puede ver en su gira actual, que se cierra en diciembre con una cita en Manchester y dos noches en el Roundhouse de Londres.

En la gira actual de la banda, se han incluido diversos festivales como el Meltdown en Londres, Sónar en Barcelona y Electric Picnic celebrado en Irlanda.

Desde la creación de Soulwax en 1995, los hermanos Dewaele han empujado constantemente las fronteras hacia un territorio nuevo e innovador. Además de Soulwax, continúan su gira por el mundo como 2manydjs, tienen su sello y estudio nombrado DEEWEE. También poseen su propia estación de radio y una app: Radio Soulwax. Y por si fuera poco, un proyecto a lado de James Murphy que lleva por nombre Despacio.

Para rematar, el proyecto ha ejecutado la producción de algunos de los remixes más vanguardistas que hemos escuchado en los últimos tiempos, reelaborando temas de Warpaint, Tame Impala, Metronomy, Arcade Fire, Daft Punk, Hot Chip, MGMT y muchos más.

Pet Shop Boys en el Palacio de los Deportes

Nos llaman chicos pop porque nos gustan los hits del pop.

Desde su presentación el año pasado en el Corona Capital, muchos nos quedamos con las ganas de ver más del increíble show por parte del dúo inglés. Once meses después, Pet Shop Boys regresó a la Ciudad de México para presentar su show completo en el Palacio de los Deportes.

Pocos minutos después de las nueve, las luces se apagaron por completo y dieron inicio los primeros beats que formarían la base de “Inner Sanctum”. Los dos círculos blancos que se encontraban en ambos extremos del escenario comenzaron a girar para presentar a Neil Tennant y Chris Lowe, su público los recibió con gritos y aplausos. Este primer bloque estuvo integrado en su mayoría por cortes de Super, como el sencillo “The Pop Kids” y “Burn” junto a Christina Hizon, “Opportunities (Let’s Make Lots of Money)” y “In The Night”, complementado por visuales y alucinantes lásers.

A pesar de que el vigor bajo un poco, la energía se retomó con “Love Is a Bourgeois Construct” y “New York City Boy”, con el que los asistentes que estaban sentados decidieron pararse a bailar y otros a capturar un fragmento de ese éxito de 1999; el rush continuó con las percusiones de “Se A Vida É (That’s the Way Life Is)”. El baile fue transportado de la pista a las proyecciones que mostraban coreografías mientras se escuchaban temas como “Love Comes Quickly” y “Love, etc”, uno de los más coreados de la noche.

“West End Girls” fue otro de los temas que retomaron de su álbum debut el cual contrastó con la tranquilidad de “Home and Dry”, momento en el que la concurrencia optó por encender las linternas de sus celulares y moverlos al ritmo de “Oh tonight I miss you”. El juego de lásers regresó en “Vocal” con intensidad para la siguiente ola de baile; en la pantalla ascendía una luna con la que comenzó “The Sodom and Gomorrah Show”, el pesado beat no paraba y así siguieron los sintetizadores que anunciaron “It’s a Sin”. En una pausa, los espectadores aprovecharon para cantarle en adelantado “Happy Birthday” a Chris Lowe por su cumpleaños el 4 de octubre, a lo cual respondieron con un cálido “gracias”.

De repente, esferas de colores aparecieron en lo alto y dio inicio “Go West”, el famoso cover que realizó Pet Shop Boys a la legendaria agrupación disco Village People. Las esperas se iluminaron y el beat arrancó con fuerza, la gente gritaba al unisono “Together” mientras Tennant cantaba el resto del verso, la misma rutina se repitió en el coro, después Neil presentó a la banda y al terminar la melodía bajaron del escenario.

Pet Shop Boys no hizo esperar mucho a sus seguidores y a los pocos minutos la alineación volvió con cascos de colores a retomar sus posiciones y arrancar con “Domino Dancing”, todos coreaban con fuerza “All day, all day, watch them all fall down”. Los primeros sintetizadores de la canción siguiente fueron suficientes para la gente identificara “Always On My Mind”, canción con la que cerró de la mejor manera el concierto.

Los originarios de Londres no escatimaron en ningún nivel de su producción: cambios de escenografía, constantes juegos de luces y vestuario, sin dejar de lado su amplia trayectoria, fue en conjunto un festín audiovisual y un ejemplo más de que la calidad musical no está peleada con las listas de popularidad.

Def Leppard en la Arena Ciudad de México

Pour some rock on me, una noche con Def Leppard. 

El aire frío y violento golpeaba el rostro de todos al norte de la Ciudad de México y la noche rugía en un día donde, como dice mi querido amigo Gerardo Mandujano. “Nunca, ni en nuestros sueños más mariguanos de los años 80, llegamos a imaginar que en la misma noche, en la CDMX, y en distintos conciertos, estarían tocando Def Leppard, U2 y Pet Shop Boys”.

Después de las semanas tan difíciles que se han vivido, la ciudad vibraba y latía con fuerza para hospedar las notas y acordes que grandes bandas querían ofrecer como tributo a los dioses aztecas en ofrenda de paz; y aunque todas ellas auguraban un gran show, esta noche decidí que mi cita sería con Def Leppard (El concierto que ofrecieron hace tres años en El Palacio de los Deportes ha sido uno de los mejores conciertos de mi vida y las expectativas eran grandes, no les puedo mentir).

La Arena Ciudad de México abrió sus puertas majestuosa e imponente, y al entrar la sorpresa fue que había muy poca gente a mí alrededor, y la verdad recé esperando que la banda tuviera la concurrencia digna a su talento. En los altavoces AC/DC era el protagonista, y al terminar las luces explotaron frente a nosotros para abrir una noche mágica. Joe Elliott, Rick Allen, Phil Collen, Vivian Campbell y Rick Savage salieron al escenario mientras que la gente gritaba, saltaba y “Let’s Go” inundaba el alma de todos los asistentes.

Con una Arena más llena, lo cual me dio mucho gusto, el concierto empezó. La edad, nacionalidad y altura no importaban y todos disfrutaban por igual el estar ahí.

Todo pasaba rápidamente frente a nuestros ojos, Joe Elliott saludó al público en español y por un momento no existió nada más. “Animal” sonó y la multitud celebró. La proyección de las pantallas llenas de luz y color fue el complemento perfecto, y por un momento me sentí nuevamente en Times Square rodeada de espectaculares brillantes. “Let It Go”, “Dangerous” y “Foolin’" continuaron en un vaivén de sonidos, riffs, electricidad; y aunque yo nací hasta los 90, me transportaron a ese pasado que tanto desearía haber vivido.

La noche continuó su paso y “Love Bites” cantó eufóricamente por todos los que han sufrido por amor. “Armageddon It” nos regaló ese sonido característico ochentero de la banda británica mientras que Joe se acercaba por un pasillo central hacia la gente y “Rock On” porque los buenos tributos tienen vida en manos de gente virtuosa que sabe tocar instrumentos como dioses.

“Man Enough” con su bajeo bestial, pegajoso, penetrante, hizo que los cuerpos se contonearan al ritmo de la canción del Def Leppard de 2015, y “Rocket” alzó las manos de todos mientras recitábamos: “Rocket, yeah, satellite of love. Rocket baby, c'mon, I'll be your satellite of love”.

México estaba a los pies de la banda y ellos de nosotros. Joe Elliott, aclarando que su español no era muy bueno, dijo unas palabras de aliento, apoyo y amor para nuestro aún corazón devastado por el sismo del 19 de septiembre y todos aplaudieron. La frase “Fuerza México” se convirtió nuevamente en un estandarte para nosotros, para el mundo, y todos corearon “México” con orgullo.

El momento más esperado para muchos llegó y los clásicos se hicieron presentes para enseñarnos por qué Def Leppard es la banda que es hoy. Los acordes de la guitarra sonaron y “Bringin’ On The Heartbreak” abrazó el dolor de todos. “Switch 625” y su historia nos hizo recordar que la vida es corta y Steve Clark, antiguo guitarrista de la banda que murió de sobredosis a los 30 años, nos enseñó una lección más.

“Hysteria” estalló y las voces se convirtieron en un solo eco mientras que todos entregaban su alma y Def Leppard volvió a dejar huella en la histeria de una ciudad ruidosa, llena de gente y de vida. “Do you wanna get rocked?” fueron las palabras mágicas para que “Let’s Get Rocked” hiciera enloquecer al público. La gente brincaba, las cabelleras volaban, y todos, hasta los protagonistas del encuentro, disfrutaban como si fuera el último día.

Los acordes de la guitarra produjeron un sonido y “Pour Some Sugar On Me” se hizo presente. Un relámpago cayó, todo cambió y la electricidad de las guitarras, bajo y batería penetró en nuestros oídos.

Para finalizar una noche llena de magia, “Rock of Ages” sonó perfecta, exacta, y nos hizo entender por qué amábamos y necesitábamos el rock en nuestras vidas. Una canción épica y gloriosa, de una gran banda, mientras que “Photograph” cerró con broche de oro un recuerdo tan memorable como el anterior.

Como decía mi amigo Gerardo, jamás pensamos tener tantos conciertos tan chingones en México, y es por eso que hoy a través de esta reseña agradezco a mi país por darme tanto, por alimentar mi pasión más grande (la música) y abrir sus puertas a grandes bandas nacionales e internacionales. Gracias por levantarte, brillar, y darme el orgullo de ser mexicana.

Gracias a todos los que levantaron escombros, donaron, abrieron sus casas a quién lo necesitaba, dieron comida o simplemente regalaron una sonrisa y un abrazo.

Gracias México.

The White Stripes lanzará un paquete de lujo

La extinta banda liderada por Jack White, sigue con la celebración de su vigésimo aniversario.

Continuando con la celebración del 20 aniversario de The White Stripes, Third Man Records ha anunciado el Vault Package #34 con tres presentaciones especiales de la extinta agrupación en Detroit. El set de tres materiales de larga duración será editado en formato vinilo, e incluirá el espectáculo de la banda el 30 de julio de 1999 en el Magic Bag, su espectáculo en Magic Stick del 18 de agosto del 2000 y culmina con su actuación el 7 de junio de 2001 en el Gold Dollar, que también sería el último venue famoso donde se presento la banda.

The White Stripes ya había anunciado una reedición de lujo del aclamado Icky Tump con versiones inéditas y rarezas, además de lanzar su debut en vivo en plataformas de streaming, bautizado como The First Show: Live on Bastille Day.

En la presentación de 1999, el espectáculo sería su primera actuación después del lanzamiento de su álbum debut homónimo. Además en ese show, tocaron "Love Sick", de Bob Dylan, y una interpretación con piano de "You've Got Her in Your Pocket". En la presentación del 2000, tuvieron el apoyo de bandas amigas que después se volverían colaboradores de Jack WhiteThe Greenhornes y Whirlwind Heat. En el último vinilo se anexará su presentación del 2001, la que por muchos es considerada la mejor de la banda, donde mostraron todo su poderío en vivo.

Todos los formatos serán editados en alta calidad e incluirán carteles diseñados por Jack White. El costo del paquete será de 60 dólares y tiene fecha de lanzamiento el 31 de octubre. El Vault Package #34 ya puede ser preordenado a través de la página oficial de Third Man Records, sello perteneciente al mismo Jack White y que está situado en su natal Nashville.

Escucha el nuevo mix de Hofi Kofi

Disfruta la selección de Hofi Kofi que incluye ritmos africanos y latinos.

En estos días nublados y lluviosos una dosis de buena música siempre es necesaria y para entrar en calor, es por eso que Hofi Kofi —el alias de Fernando Heftye quien combina su apellido con un nombre africano— nos presenta Highlife Mix en el que recopila algunos temas clásicos de África y los combina con elementos como la cumbia y el boogaloo, un ritmo de origen estadounidense que mezcla el soul con música afrocubana.

A lo largo de 42 minutos el oriundo de la Ciudad de México nos comparte su habilidad en la tornamesa para hacernos sentir la brisa caribeña con temas de Sir Victor Uwaifo, Miriam Makeba, Francois Lougah, entre otros.

"Me gusta mucho la energía del afrobeat, lo largas que son las canciones y cómo a partir de tanta repetición entras en una especie de trance similar al de la música electrónica, donde te desconectas de todo. Del highlife me gustan las guitarras playeras buena onda y ese sonido viejito jazzero que tienen los metales. En general me gustan mucho las voces y las armonías africanas, el poder que tienen y la alegría que pueden transmitir", declaró Hofi Kofi en entrevista con Esa Mi Pau, conductora de Ibero 90.9 y Rock 101.

Dale play aquí a Highlife Mix:

Actualmente Fernando Heftye también se encuentra trabajando en Fishlightsuna propuesta pop que nació en febrero de 2013, mismo año que vio la luz su EP debut y que fue recibido de manera positiva por la crítica especializada del país.

¿Qué tan grande fue Tom Petty?

Recordamos la fascinante vida del fallecido ídolo americano, Tom Petty.

Tras la inesperada muerte del cantautor originario de Florida, muchos se sorprendieron debido a la cantidad de mensajes que los músicos le dedicaron. Para muchos, el conocimiento que tienen sobre el músico de 66 años es limitado, teniendo solo referencias de programas de televisión y alguna que otra canción, pero el interprete es de gran importancia para la industria musical norteamericana. Sin embargo, no solo es una gran perdida para Estados Unidos, sino para todo el mundo.

La carrera del cantante inició en 1976, cuando lideraba la banda The Heartbreakers, que tiene dentro de sus integrantes a notables músicos como el compositor Mike Campbell o a los exitosos productores Stan Lynch y Benmont Tench. Tantos talentos y que decidieran ser encabezados por Tom Petty, no fue simple suerte. Aunque en la técnica todos estaban a la par, fue la visión de Tom lo que los llevó a la fama, pues junto a Bruce Springsteen y Bob Seger, lideraron el movimiento del Heartland Rock, siendo los héroes americanos de la década de los ochenta por sus canciones con letras simples pero con trasfondo social, lo que les daba éxito con el público general y también con la critica.

Pero fuera de su banda, el artista sobresalió como productor de bandas como The Shelters y el cantautor Carl Perkins. Aunque uno de sus trabajos más reconocidos fue Bella Donna, el álbum debut de Stevie Nicks, vocalista de Fleetwood Mac. De esto, salió la colaboración "Stop Draggin My Heart Around". Además de que influenció fuertemente a Ryan Adams, Ezra Koenig, Noah and The Whale e incluso Cage The Elephant.

Sin embargo, el momento más significativo en la carrera Tom Petty fue cuando se unió a The Travelling Wilburys, un supergrupo conformado por el ex The Beatles, George Harrison; la estrella del rock & roll, Roy Orbison; Jeff Lynne de Electric Light Orchestra y Bob Dylan, tal vez el músico con mayor relevancia en Estados Unidos. Este último fue quien invitó a Tom Petty a unirse, después de que hicieron amistad cuando le abrió algunos shows de su gira por Estados Unidos en 1986.

Son varias las razones que hacen del cantante alguien sobresaliente. Ya sea por su éxito en ventas, talento instrumental, capacidad y visión musical o simplemente por ser un personaje sumamente importante en la historia y cultura pop, sea cual sea el argumento, no se puede negar que se ha ido uno de los más grandes.

Zola Jesus — Okovi

De la oscuridad nacerá la luz.

Nika Roza Danilova atravesó por la oscuridad, el pasillo largo por el que algunos solemos caminar alguna vez. Sus días se hicieron negros, la vida tornó a otro color, el movimiento de la Tierra no era como supuestamente debería –se dirigía a un punto desconocido–, las horas no tenían sentido –¿aún lo tienen?– y los minutos se volvieron angustia. No estaba pasando un buen tiempo en Seattle. Un amigo intentó suicidarse en dos ocasiones, mientras otro luchaba arduamente contra el cáncer. Se deprimió y decidió regresar a la ciudad en donde creció, Winsconsin (“uno siempre vuelve a los sitios donde amó la vida”), compró una casa muy cerca de sus padres y preparó su nuevo álbum, Okovi. El trayecto de su viaje emocional está a lo largo de las once canciones que lo componen.

En su anterior entrega Taiga, se acercó en sonido y composición al pop, cercando los linderos de lo predecible, explorando horizontes distintos a su maravilloso Conatus. Lo peculiar es que Nika Roza Danilova o Zola Jesus, lo llamó su verdadero debut… se permitió mostrar su voz de la manera más honesta posible. Pero el álbum no era lo que esperábamos después de Conatus. ¿Se estaba apagando su estrella? La odisea pop “Dangerous Days” es lo más atinado de un disco que no encuentra una vía por la cual transitar. Tres años después de que algunos creímos verla desvanecerse, la estrella negra se ilumina de nuevo.

De vuelta a los campos de oscuridad cultivados con sonidos industriales y pop hipnagógico, Zola Jesus –la tercera línea en una generación de migrantes ruso, ucranianos y polacos–, canta sobre ese período en el que su alrededor se derrumbaba a pedazos. Sumado a las cuerdas agresivas, las potentes percusiones y los repentino electro hay un constante deseo de imaginar la vida, de jalar los grilletes (Okovi quiere decir grilletes en eslavo) a los que estamos atados –o de lo cuales nos sostenemos–; es pura utopía y nostalgia. En “Witness” mientras los violines marcan el ambiente triste, la voz de Jesus (autonombrada así por el poeta Émile Zola y Jesús) se expande por esos campos hasta conmover por su sinceridad y por el tono que alcanza, en el coro desgarra, se funde con las cuerdas mientras le suplica a su amigo que sea fuerte: “Se un testigo de esas profundas, profundas heridas, resiste, aleja ese cuchillo de ti”.

“Este álbum es una profunda y personal instantánea de la pérdida, la reconciliación y la compasión por los grilletes que nos mantienen conectados a las imperdonables leyes de la naturaleza”, escribió la cantante sobre el concepto de este lanzamiento con su antigua disquera Sacred Bones Records. Matices oscuros en los sonidos. Una fuerza negra emergiendo de pasajes surrealistas. Una fuerza omnipresente y poderosa que eclipsa los alrededores, los sonidos rodean hasta atrapar en su tórrido movimiento. “Veka” es un tema existencial de pop hipnagógico –aquel que nace del punto medio entre la vigilia y el sueño –, drone industrial y techno pop. “Quién te encontrará? cuando, cuando todo lo que eres ¿es polvo?, ¿quién te encontrará en los siglos?”.

Okovi es un grillete en el sentido de la forma y fondo, sostiene y encadena, bien sea en sus momentos más agresivos e hipnóticos que te impiden dejar de escucharlo, bien sea en su planteamiento lírico: la naturaleza creadora y destructora a la que estamos atados. “Remains” es un tema revelador, música que se eleva por encima de nosotros y nos cubre con su verdad. Se pone en movimiento frenético después de lo que parece un inicio lento, el beat es constante y la voz lo va siguiendo sin alcanzarlo, como si fuera en retroceso.

Zola Jesus escribió en una pequeña carta. “Ansío encontrar la trascendencia a través del sacrificio. ¿Cuánto tengo que rasgarme para comunicarle eso a la gente? ¿Qué tan fuerte puedo gritar antes de que mi voz se desvanezca? ¿Cuánto tengo que sacrificarme para probar que tengo un valor? ¿Cómo puedo hacer de esta una experiencia insoportable e incómoda para mostrar que he pagado mis deudas con el mundo? Uso mi música desesperadamente como una herramienta para transformar, para ser despojado y destripado desde adentro hacia afuera, como diorama viviente de la experiencia humana”. Okovi es ese diorama sonoro que permite ver luz y oscuridad al mismo tiempo, que inicia con mucha potencia y que se pierde en seguida, pero en su segunda parte es sorprendente, mostrando un sonido renovado y contundente.

“Hay crecimiento por medio de la destrucción. Es lo mismo que en el budismo y el masoquismo en el cristianismo. Nos inclinamos ante el dolor, como el dolor es el camino a la trascendencia”.