Wand — Laughing Matter

Laughing Matter representa todo lo positivo que puedes esperar de una banda con una trayectoria como Wand.

Wand fácilmente se puede referir como de esas agrupaciones que han logrado una evolución bastante evidente, pero al mismo tiempo se siente sumamente orgánica y suave.

Para mí, las decisiones creativas entre cada disco que lanza tienen mucho sentido, pues se siente cierto orden como si toda su discografía fuera un show que desarrolló la historia de sus personajes de una manera sutil y genuina. Un show que entiende a sus personajes y en donde cada una de las decisiones que toman cada uno de estos son las acertadas. Esto es lo que ha logrado Wand a lo largo de su carrera y este nuevo corte Laughing Matter no representó la excepción.

Entre sus orígenes repletos de garage, comienzan con Ganglion Reef (2014), en donde logran formar parte esencial de la escena californiana al compartirla con artistas como Ty Segall y Meatbodies para después lanzar 1000 Days (2015), en donde de algún modo u otro mantienen la energía del garage, pero añadiendo tintes de folk que al final termina por retratar mi punto inicial. Cosa que sucede en cada una de las transiciones entre cada lanzamiento y que me mantuvo en espera de este último álbum, Laughing Matter.

En un principio, puedo describir a ese nuevo material como una mezcla que pasa por géneros como rock alternativo, rock experimental y post rock. Y si eso suena ambiguo, puedo añadir que en su sonido a influencias de bandas como Sonic Youth, Pavement y Radiohead. Esta última siendo la más obvia.

Entre algunos temas destacados, resaltaría a xoxo , Walkie Talkie y Thin Air por aspectos similares como la atmósfera o hipnotismo que logran crear, pero al final terminan siendo bastante diferentes es cuestión del ritmo y humor.

Por otra parte me agrada High Planes Drifter, que destaca por ser la única canción acústica, y que abunda con todo lo mejor que puede ofrecer una buena canción de esta naturaleza; calidez retratada de una manera sencilla y efectiva.

Otra cosa que aprecié se basó en los pequeños interludios a lo largo del álbum que funcionan a la perfección e inclusive son discretos y bastante orgánicos.

Al final, es seguro decir que cualquier dirección que toma Wand sigue siendo muy acertada y refrescante al comparar su sonido con el de otras bandas de la escena de California.

Entrevista con Love of Lesbian

Del indie rock a Mecano.

Con los años, Love of Lesbian se ha convertido en una de las bandas más representativas del indie español y no es para menos, a lo largo de dos décadas logró pasar del estereotipo de la época a ser un verdadero estandarte y líder generacional, logrando incluso olvidar sus orígenes cantando en inglés y dando el paso al español sin que eso significara otra cosa más que un aumento en su éxito y una oportunidad para ampliar su carrera a otras latitudes como lo es México.

De hecho la historia del éxito en nuestro país es por sí sola interesante. “La primera vez que fuimos para México tocamos en Caradura, que como sabes es un lugar chiquito pero importante. Nuestra intención era mostrarnos y lograr una empatía con el público, lo que no esperábamos era que el crecimiento fuera tan rápido”, comentó Santi Balmes, vocalista.

Cuando habla de crecimiento no es poca cosa ni tampoco una exageración. En tan solo siete años, Love of Lesbian pasó de tocar para 400 personas en Caradura a llenar un Auditorio Nacional y juntar decenas de miles de personas en el Vive Latino.

“En ese momento no nos lo creímos y hoy pensamos ¿qué sigue? ¿Podremos crecer más o hemos llegado a un tope? Creo que eso es algo en lo que tenemos que trabajar o quizás podamos empezar a ir a ciudades que no hemos visitado”, explicó Santi.

Pero mientras eso pasa, la banda ya se encuentra trabajando en su nuevo material el cual pondrá fin a la sequía de tres años sin un disco inédito, pero antes, Love of Lesbian se unió a otros artistas españoles y latinoamericanos para hacer un tributo a una de las bandas más importantes de la escena española: Mecano.

“La idea de hacer un tributo a una de las bandas y a su disco más importante nos agradó aunque eso sí, desde el principio dejamos claro que solo aceptaríamos si reversionábamos 'La fuerza del destino' y nos sorprendió que aceptaran”.

“La razón por la que elegimos esta canción fue porque sentíamos que era la que mejor nos representaba, tanto lírica como musicalmente, además que sabemos la importancia de esa canción y en lo personal es mi favorita de ese disco”.

La canción sirvió como carta de presentación para este tributo y salió desde el pasado 22 de marzo, mientras que el disco está disponible desde hace unas semanas y cuenta con colaboraciones de artistas como Elefantes, Reykon y Miss Caffeina.

Apartamentos Acapulco hace cover a Caifanes

Apartamentos Acapulco coverea a una de las bandas más emblemáticas del rock mexicano y anuncia una fecha en nuestro país. 

Después de la publicación de su álbum El resto del mundo (2019), el grupo español conformado por Angelina Herrera (voz y teclados) e Ismael Cámara (voz, guitarra y teclados) ha decidido seguir sorprendiendo a su público, especialmente a sus fans mexicanos ya que, recientemente el dúo lanzó un cover de “Viento”, tema de la banda mexicana Caifanes.

Esta versión resulta ser muy interesante ya que demuestra a cada segundo, el estilo de Apartamentos Acapulco, fusionando las melódicas voces de Angelina e Ismael al ritmo de pop y noise, generados por los sonidos del teclado y las guitarras. Un tema que seguro te encantará. Da play para escucharlo a continuación:

La dupla visitará por primera vez México con el grupo argentino, La Ligas Menores, en las presentaciones que darán en la zona metropolitana del país el 28 y 29 de mayo. 

Por otra parte, Apartamentos Acapulco ofrecerá una pequeña presentación en solitario en la Ciudad de México en la que podrás escuchar en vivo algunos de los temas que han marcado su trayectoria, tales como: "Estrella de los Mares", "Deseo", "28 Días", "Camino de Ronda" y por su puesto, esta nueva versión de "Viento"

La cita es el próximo 1 de junio a las 20:00 H. en el Jardín Juárez, un evento gratuito para todas las edades. A continuación te compartimos el póster del evento, para que puedas consultar más detalles:

“Black Balloons Reprise”, el nuevo sencillo de Flying Lotus

Flying Lotus lanza el nuevo sencillo que formará parte de su próximo LP.

Desde hace unos días, el productor estadounidense Flying Lotus, no ha parado de compartir los sencillos que conformarán su nuevo material discográfico: Flamagra, el cuál, se estrenará el 24 de mayo a través de Warp Records.

Ahora, Flying Lotus regresa para presentar su reciente single, se trata de “Black Balloons Reprise”, un tema en colaboración con el rapero Denzel Curry en el que en 2:42 minutos los músicos nos plantean una interesante metáfora de la vida y el mundo en el que vivimos.

"El ritmo de 'Black Balloons Reprise' está dedicado a Madlib y Egon. Cuando estaba en la universidad oí 'Come on feet', eso relució mi amor por el muestreo y eventualmente cambió mi mundo. Un abrazo a sus leyendas", compartió el músico en sus redes sociales. 

Da play para escuchar el sencillo a continuación:

Esta canción –junto con “Spontaneous”, “Takashi”, “Fire Is Coming” y “More" en colaboración Anderson .Paak. formará parte de Flamagra, un álbum que ha demostrado ser una interesante fusión de jazz, rap, R&B, y dance music.

 

Siddhartha estrena video de "Película"

El músico mexicano publicó el metraje del capítulo 3 de su álbum conceptual. ¡Descubre de qué se trata a continuación!

Siddhartha nos comparte video musical de su sencillo “Película”, tema perteneciente a su más reciente producción discográfica Memoria – Futuro.

Bajo la dirección de Arturo Fabián de la Fuente, este video grabado en Guadalajara y Ciudad de México nos proyecta la película de una relación amorosa con todos los momentos felices y tristes que se viven. Un bonito clip con estilo vintage que culmina con una nostálgica escena de familia.

La canción “Película” fue producida por Mateo Lewis y el mismo cantante. “En este tema se desarrolla un planteamiento más efectivo entre lo que significan los recuerdos y el cambio de paradigmas y la víspera de un futuro prometedor, lejos de sentimientos negativos y del dolor”, comentó Siddhartha en la descripción del video.

Da play para ver el metraje a continuación:

Recientemente Siddhartha estrenó “Algún día”, una canción que le habla a aquellos que a pesar de una ruptura, mantienen viva la esperanza de volver a coincidir.

No te quedes sin escuchar sus temas en vivo en el show que ofrecerá el próximo 6 de diciembre en el Auditorio Nacional. Consulta los detalles aquí.

Matt Bellamy anuncia concierto con Jaded Hearts Club Band

La superbanda dedicada a hacerle tributo a The Beatles, anunció que tendrá una nueva presentación. Conoce todos los detalles a continuación.

Hace un par de años se formó en Los Ángeles un nuevo proyecto integrado por artistas reconocidos de la industrial musical, con el objetivo de hacerle honor a una de las legendarias bandas de rock, The Beatles.

Jaded Hearts Club Band, conformada por Matt Bellamy (Muse), Miles Kane, Graham Coxon, (Blur), James Davis, Nic y Chris Cester (Jet), y Sean Payne (The Zutons) anunció, a través de sus redes sociales, que ofrecerá un show íntimo con fines benéficos.

"Tenemos el placer de anunciar que tocaremos en el legendario 100 Club en Londres el lunes 3 de junio @100clublondon. Código de Vestimenta: Londres 1960. Entradas a través de Ticketmaster a partir del viernes. Todas las ganancias van a Shooting Stars Children's Hospice en memoria de Martin Davis".

Aquí te compartimos el cartel del evento para que puedas consultar más detalles:

Los boletos estarán disponibles a partir del viernes. Un evento que contará con muchas sorpresas, ya que esta agrupación se ha distinguido por hacer un gran homenaje al rock de la década de los 60 al ritmo de temas como "Let It Be", "Come Together", "Here Comes The Sun", entre otras.

White Denim — Side Effects

Efectos especiales.

Si podemos contar hoy en día con una banda que guarde consistencia –en precisamente ser inconsistente con estilos, ánimos y fuerza– esa es White Denim. A lo largo de nueve discos de estudio ha coqueteado con el math rock más preciso, el boogie más bailable y el post punk más triste, incluso a veces todo en una canción. Después del volátil pero desigual Performance del año pasado, White Denim toma varios pasos hacia atrás… y luego hacia adelante, a los lados y de cabeza con Side Effects, la culminación de su mezcla de géneros y loops con una disposición más sexy y desenfrenada que antes.

El coctel empieza con “Small Talk (Feeling Control)”, una apertura tropical y voraz que pone de inmediato el mood fiesta en nuestras cabeza. Poco después, en “Shanalala” toman unos trucos de la bolsa de Gang of Four y hacen un tema casi susurrado con una urgencia precisa y puntual. Los sintetizadores y guitarras después toman el foco central para que “NY Money” sea una canción melancólica y agradable, para que nos muevan el tapete de nuevo con el frenesí acústico de “Out of Doors”, en donde se sacan de la manga lo aprendido con Meat Puppets y Cowboy Junkies.

A la mitad del disco hay una referencia más oscura a un tema anterior en su discografía con el rock psicodélico de “Reversed Mirror”, que vendría siendo el acompañamiento de “Mirrored in Reverse” de su disco Stiff de 2016, como si le dieran seguimiento a una mega antología de enciclopedia musical. Y finalmente las influencias del fuzz relajado de Tame Impala y las voces imperativas de The Black Keys se conocen en el caleidoscópico cierre “Introduce Me”.

A pesar de durar solo 29 minutos, el disco da la impresión de ser un compilado atinado y extenso todas las bandas del pasado y presente que de alguna manera se han impregnado no solo en el inconsciente de la banda, sino de la escena alternativa actual. Lo mejor de todo es que, si White Denim pretende buscar escuchas nuevos a pesar de tener un repertorio considerable, el material es muy fácil de digerir, bien producido y enormemente entretenido, aunque quizás se lleven una mayor sorpresa al escuchar sus discos anteriores. Lo cierto es que White Denim no tiene la menor intención de cohibirse ante los retos musicales que se le presenten. Es una banda que, si tuviera el ímpetu de solo sacar un disco de jingles de comerciales o a capela, lo puede hacer mientras roban, toman y deshacen elementos de todo lo que escuchan. Todo mientras mantienen esa inconsistencia deliciosa que los hace ser quienes son.

Entrevista con Fontaines D.C.

Aprovechamos su primera visita a México, para descifrar las incógnitas de Fontaines D.C.

La agrupación de Dublin es probablemente la banda de mayor crecimiento en la actual escena underground del Reino Unido. Firmó con su primer sello discográfico, debutó en la televisión estadounidense y su música le ha conseguido una buena cantidad de fans en América Latina. Pero es justo ese veloz ascenso lo que ha convertido a Fontaines D.C. en un enigma. Su sonido nos encantó antes de que pudiéramos saber de dónde provenía.

Lo primero que hay que destacar es que la banda es de Dublin, capital de la República de Irlanda, un país soberano y que no se maneja bajo las reglas del Reino Unido. Para Conor Deegan y Conor Curley, esto es un arma de doble filo, pues aunque están orgullosos de su origen, también aceptan que no les hizo fácil su camino como banda independiente.

“Si quieres pasar al siguiente nivel tienes que ir a Londres, la industria musical está muy centralizada y la verdad no importa que Irlanda sea un país aparte. Pero estos últimos años hemos visto que se ha movido dinero en Dublín y otras partes de Irlanda. Eso es bueno, cada vez se abren más venues y crecen los festivales. Solo faltan disqueras y crear disposición”, nos cuenta Conor Curley.

También, el pertenecer a la República de Irlanda les ha dado una perspectiva de lo que está sucediendo actualmente en el Reino Unido, pues aunque asuntos como el Brexit no les afecta directamente, también han podido ver de cerca la situación. Conor Deegan comenta al respecto.

“Al principio decía 'A la mierda con el Reino Unido, a la mierda con Inglaterra ¿por qué me voy a preocupar por un país que siempre nos vio como un pedazo de tierra?', pero después me di cuenta de que no se trata de gobiernos, siempre los más afectados son las personas. Aún no me creo capaz de dar una opinión certera del Brexit, pero ahora es algo que interesa y trato de ser consciente”.

Por su parte, Curley nos contó un poco sobre sus intereses fuera de la música y su intento frustrado como actor. "Audicioné para Sing Street, fue un éxito en Irlanda y mucha gente de Dublin participó. Nunca he visto la película, pero iba a ser un personaje llamado Eamon. No conseguí el papel, creo que es porque mi acento es muy particular y no lo puedo cambiar. En realidad ese es mi problema como actor, que no puedo hacer acentos". La hermana de Deegan también audicionó.

Luego de revelar sus intereses y detalles de su origen, hablaron sobre la actual situación de Fontaines D.C. Muchos los consideran parte de la nueva ola del punk, otros como una nueva vertiente del post punk revival. Pero solo ellos pueden definir su estilo y objetivos. Conor Curley da su punto de vista.

"Creo que hacernos llamar una banda punk limita nuestro sonido y también no tenemos letras políticas, así que es difícil hacernos a la idea de que nos pongan en ese género. Pero tampoco es algo que nos moleste, de hecho hacen que me sienta genial y como un agitador. Pero bandas como Idles, son los verdaderos punks".

Conor Deegan también habló al respecto. "Creo que la gente busca bandas punk por los tiempos que estamos viviendo. No somos un grupo de punk, pero si la gente encuentra en nosotros esa motivación para la rebeldía, pues adelante. Lo más importante para nosotros es hacer la música que queremos, pero es bueno ver que la gente le da un sentido, cualquiera que sea".

Para dejar más claro el estilo de Fontaines D.C., Conor Curley comentó sobre las influencias directas de la banda, tanto en lo musical como en lo lírico.

"Creo que a todos nos gusta la poesía y tratamos de reflejar eso en nuestras letras. Hay muy buenos poetas irlandeses, Beckett, Heaney y obvio Yeats, pero nuestras influencias vienen de poetas de todos lados. También, nos formaron muchas bandas. Cuando estábamos en la universidad comprábamos los discos de The Libertines, The Strokes, pero también nos gusta mucho My Bloody Valentine y The Pogues".

Por último, Deegan habló un poco de la inesperada popularidad de Fontaines D.C. y cómo han manejado la situación.

"Hace poco renunciamos a nuestros empleos y eso es genial, muy pocos logran vivir solo de la música así que eso ya es ganancia. Pero lo mejor es poder viajar, conocer diferentes lugares y ver que a la gente le interesa tu trabajo. Visitar por primera vez México y tener un sold out es algo increíble, jamás imaginé algo así".

L7 — Scatter The Rats

“Cariño, no tienes que twerkear. Puedes crecer para ser doctor, o L7”, Donita Sparks.

En la historia de la música, los 90 quizá sean recordados como la época en que la figura femenina tomó por asalto los escenarios para mostrarle al mundo –desde un lado salvaje– que las mujeres también podían colgarse una guitarra para exorcizar su rabia y conjurar al poderoso instinto que nace de la crudeza.

Sí, es cierto, el punk ya había iniciado el motín, pero en su caldo de cultivo nació una generación de féminas amantes también del metal y el noise, una generación que –aunque no fuera abiertamente política, a través del escenario y los estereotipos que lograron romper al pisarlo– le dejó en claro muchas chicas que las cosas podían ser diferentes.

En la vanguardia de toda esta agitación siempre estuvo el cuarteto californiano conocido como L7, un pandemónium de estrógeno que –aunque no hayan logrado la trascendencia mediática de otros grandes nombres como Nirvana– marcó un hito indeleble en la era del grunge.

En el 85, Donita Sparks y Suzi Gardner encontraron afinidad en su obsesión con el sonido de bandas como Motörhead, Black Sabbath y The Ramones, así que –armadas de un par de guitarras– reclutaron a Jennifer Finch (mención especial por ser una de las bajistas más aguerridas que se haya visto) y Dee Plakas en la batería, para darle vida no solo a una banda, sino a un capitulo indispensable del empoderamiento femenino.

Aunque me encantaría, no es momento aquí para hablar de su historia (si lo desea, favor de consultarL7: Pretend We're Dead documental del 2016); lo que sí es preciso mencionar, es que tras seis discos de estudio, algunos cambios de alineación e infinidad de conciertos memorables alrededor del mundo –busque usted el famoso incidente del tampón o indague en los varios videos caseros que hay en la red–, L7 anunció un alto indefinido en su carrera a principios de los 2000.

Slap-Happy (1999) fue su último material de estudio y aunque la nostalgia las hizo regresar hace un par de años para tourear, fue apenas este mes que el botón de pausa se desactivó oficialmente con Scatter The Rats, su primera producción de larga duración tras 20 años, en donde solo dos sencillos (“Dispatch From Mar-a-Lago” y “I Came Back to Bitch”) calmaron nuestras ansias de su sonido.

Realizado a través de una campaña de crowfounding hecha por PledgeMusic y producido por Norm Block (Jenny Lee, Paper Cranes, Plexi) y Nick Launay (Nick Cave & the Bad Seeds, Yeah Yeah Yeahs) en Los Ángeles; Scatter The Rats es un disco que a través de los 11 temas que lo componen, despliega con destreza esa particular mezcla de metal, pop, punk y garage que hace del sonido de L7 un trazo casi inconfundible.

En su ADN, fuzz y distorsión revisten robustas lineas de guitarra que se cimentan en una base rítmica sólida y precisa, mientras que las voces –que no han logrado escapar del todo al paso del tiempo– saltan indómitas del desenfado sarcástico, al dulzor melódico, entreverándose con el alarido hirsuto.

Mujeres perdiendo los modales, proyectando el lado imperfecto e iracundo que tanto reprimimos/nos reprimen.

Es cierto, Scatter The Rats (editado bajo el sello de la gran Joan Jett, Blackheart Records) tal vez no sea el disco más agresivo en la historia de L7 e incluso algunos pensarán que el nivel de energía pudo haber bajado de tono –¿Posible? Sí, tres décadas de trayectoria no pasan en vano–. Otros podrán decir que no hay nada en él que no haya sido dicho en los 90 y se empeñarán en dejarlo en la clasificación de la mera nostalgia.

Sin embargo, hay algo irrefutable y es el efecto que la crudeza de su sonido nos genera. La crudeza de cuatro mujeres en sus 50 años que continúan refutando todo estereotipo y se atreven a habitar ese espacio sagrado invadido de testosterona. Políticas sin buscarlo, irremediablemente feministas a su manera.

De los 11 tracks sobresalen "Burn Baby" con su síntesis exacta del sonido grunge de los 90: riffs poderosos y sutiles guiños de pop en las voces, solos de confección sencilla y precisa, fuzz desorbitante; "Proto Prototype" y su estructura de sucio punk, en donde las guitarras solidas y rugientes cautivan a la alza en tanto más atención les vas poniendo –las decisiones en torno a las líneas musicales, su producción, el cuerpo hercúleo de su sonido–.

En "Holding Pattern" las revoluciones bajan para entregarnos el momento más intimo del disco, la distorsión da un pasito atrás y la melodía de armonías aniñadas te contagia en tres minutos.

Tan sencillo como suena, y tan complicado como todas las implicaciones hay de por medio, Scatter The Rats, tiene que ver con quitar el botón de pausa y retomar con magistral naturalidad el camino.

Nadie está tras el eslabón perdido y esa falta de pretensión engreída se agradece, sobre todo en una era donde todo el mundo está tan urgido por sobresalir que se olvida de la subversiva e incomoda honestidad que debería formar parte de todo arte.

Pulso GNP 2019

Querétaro necesitaba su propio festival y con la segunda edición se consolida el sueño llamado Pulso GNP.

Tras un debut soñado, la segunda edición de Pulso GNP superó las expectativas. En 2018, cuando se anunció que MGMT y The Vaccines (ambos proyectos en plena promoción de sus respectivos nuevos discos) regresaban a México para encabezar este naciente festival, los reflectores cayeron de inmediato sobre Querétaro. Gran acierto para descentrar la escena musical de la República. El estado ha tenido un rápido crecimiento poblacional y comercial en los últimos años; necesitaba su propio evento masivo musical.

Manteniendo el mismo perfil de ofrecer exposición a bandas nacionales y complementar con proyectos internacionales de gran convocatoria. Este año en el cartel, figuraban los nombres de Los Blenders, Little Jesus, Siddhartha, Camilo Séptimo, Mon Laferte, Wolfmother, Caifanes e Interpol. Mención aparte para Mi Banda el Mexicano.

La logística de los espacios y los horarios fue dinámica. En los dos extremos opuestos del lugar, se instalaron los escenarios grandes. El principal y masivo del lado izquierdo respecto del acceso; el secundario, de similares dimensiones, del derecho. Al centro, dos pequeños, de espaldas uno del otro. La música no paró en ningún momento. Hubo buena sincronía entre los dos escenarios grandes; en terminando la actividad en uno, comenzaban las operaciones del otro. Mismo caso con los pequeños. De esta manera, el sonido nunca estuvo en competencia o se vio empañado. Lo complicado, como en todo festival, es decidir si ver un acto completo o salirse antes para alcanzar buen lugar en el siguiente. Eso sin contar los tiempos para descansar, comer, comprar cerveza o pasar al baño.

Los sets de los primeros actos duraron 30 minutos; los de media tarde fueron de 40 y 50. Los headliners tuvieron una hora. Caifanes y Mi Banda el Mexicano recibieron una hora con 10 minutos, por trayectoria y repertorio, obviamente.

En punto de las 14:00 H, Budaya se encargó de inaugurar formalmente la jornada. Jugando prácticamente de local, el dúo guanajuatense reunió a su fanbase del área, en su mayoría integrado por jóvenes debutantes. También, recibió y sorprendió al público que se apresuró a llegar desde temprano a las inmediaciones del Antiguo Aeropuerto de Querétaro para evitarse el congestionamiento vial. Con su ligero synth pop con mixtura dream pop, Maya Piña y Tulio Almaraz vestidos de rosa pálido pusieron a bailar a la gente. A muy pocos molestaron los 29º C de un calor seco.

Del otro lado, S7N estrenó el escenario principal. Puso a headbangear a los pocos metaleros de playera negra que había por allí. Aplauso por ofrecer opciones para gustos variados. Regresando al secundario, el surf rock de Los Blenders refrescó el ambiente. Parecía como si estuviéramos a media playa, paleando el rigor de los rayos UV con una cerveza fría. Los destellos country de su interpretación en directo hacían mucho sentido con los sombreros que se agitaban por encima de la mirada. Los de playeras floreadas se sacudían a cada cambio de riffs con "Ha sido". Las chicas murmuraron la letra de "Amigos". Para cuando sonó "Amor prohibido II" nadie se resistió a bailar, cantar y saltar. Dos años han pasado desde su participación en el Coachella y a los de Coapa aún les falta dar otro gran paso. Ojalá que no demoren tanto en realizarlo.

De camino a Los Mesoneros me topo con el cierre de Barco. Los argentinos traen ese sonido revival noventero. Deudores de Soda Stereo, cierran su presentación con un cover de "Cuando pase el temblor". Además de buen acento y entonación cadenciosa, el vocalista y guitarrista Alejandro Alvarez tiene el carisma que se necesita para enganchar con el público. Se bajó del escenario y se subió a la baya para poner a corear a su gente; se quita la camisa y la arroja como muestra de agradecimiento. Incluso regaló agua.

Pocos se resisten al encanto romántico de Los Mesoneros. La banda venezolana se ha establecido en México capital, agradece a cada oportunidad la calidez con la que su música es recibida en este país. En Querétaro se entregaron al público. Sacaron lo mejor de su catálogo, "Solo", "Exprópiese", "Algo bueno", "Dime como tú quieras" y por supuesto "Te lo advertí". Su buen temperamento y honestidad son palpables, la semana pasada formó parte del lineup de Live SOS VZLA, un evento en el que se recaudaron fondos para apoyar la compleja situación social, económica y política en Venezuela.

Justo cuando el calor alcanzó su máximo de 32 grados fue momento de disfrutar un interesante combo de tres proyectos mexicanos que atraviesan por un gran momento. Al rededor de las 17:00 H, "La magia" de Little Jesus se hizo presente en Pulso GNP. Fue una gran sorpresa ver que de pronto el aforo del festival había crecido muchísimo. El escenario principal se vio muy nutrido y dispuesto para la fiesta. Luego de las primeras cuatro canciones el audio dejó de estar saturado. Para cuando sonaron "Mala onda", "Los años maravillosos" y "Disco de oro" (su nuevo sencillo) el problema con el audio estaba casi resuelto. Santiago Casillas, el vocalista reconoció estar enfermo de la garganta; la ayuda no se hizo esperar y la audiencia comenzó a entonar la letra de "Azul". "¿Quién más va a creer tus historias del mundo al revés? Quiero convencer-te de lo que sé"...

A las 17:15 H, el Antiguo Aeropuerto de Querétaro se transformó en un arenal. De pronto, una ráfaga de viento levantó una cortina de tierra. Llegar al escenario secundario se volvió una travesía desértica. Había que darse prisa para no llegar "Tarde" para ver a Siddhartha. Entre la nube de polvo y el sol que pegaba de frente, era complicado ver lo que sucedía sobre el entarimado. Al igual que la mayoría, me conformé con disfrutar de la música por sí misma. "Bacalar" fue esa rola con la que las parejas se abrazaron y se miraron como cómplices. Jorge González se tomó un tiempo para agradecer el cariño de Querétaro. Recordó que después de su natal Guadalajara, éste fue el primer estado en el que se presentó.

Camilo Séptimo abarrotó el escenario principal. Centenares de parejas fueron atraídas como abejas al polen. Es totalmente lógico, "Eres", "Ser humano", "Miénteme" y "Vicio" son el soundtrack de las historias de amor de toda una generación. Con su disco Óleos, la banda de Manuel Mendoza se ha apuntalado en el gusto del público mexicano. Ha pasado de tocar en lugares pequeños como el Foro Indie Rocks! a la masividad del Pepsi Center WTC, pasando por el Teatro Metropólitan y El Plaza. En Pulso GNP, los tórtolos bailaron, cantaron y se prometieron afecto incondicional.

El sol comienza a perder intensidad; tímido, se esconde tras el único cúmulo de nubes que hay en el cielo. A las 18:40 H, algo estaba fallando en el Escenario Pulso. Luego de un retraso de 10 minutos, Rhye tomó el micrófono y dijo "OK, let's try it". Al parecer un cable hacía tierra y dificultaba el monitoreo en los auriculares. Comprensible. Un músico tan de academia y perfeccionista como lo es el propio Mike Milosh está siempre atento a los aspectos técnicos para entregar la mejor experiencia a su audiencia.

Acompañado de violín, piano y violonchelo, despuntó una progresión instrumental. El ritmo atravesó como viento ligero por las regiones de un suave funk, incluso hubo destellos de psicodelia. Su voz iluminó y guió el alma a través de la oscuridad de la melancolía. El tiempo apremia. El día previo había abarrotado El Plaza; ahora solamente contaba con 40 minutos. Músico total, durante su performance tomó la batería y se puso al piano para envolvernos en seda. Como era de esperarse, "Open" y "The Fall" fueron momentos de clímax.

Contraste. Luego de la sutileza melódica de Rhye, pasamos a la locura salvaje de Wolfmother. La expectativa era directamente proporcional a la ansiedad que se respiraba. Los cuerpos se preparaban para entrar en colisión. Las hostilidades comenzaron con "Victorious". El publicó se mostró hiperactivo desde el minuto uno. Sin esperarlo, llegó "Woman" y aquello se volvió una locura. De pronto, toda la agente se abalanzó hacia el frente como cuando un tsunami toca tierra. Los vasos de cerveza salieron volando; codazos y empujones para todos. Golpe de adrenalina directo a las venas. En el rostro de Andrew Stockdale era evidente el goce, como si se alimentara de la euforia del público que arremetía en el mosh. La rola fue llevada a su máximo potencial, la aceleraron y la aletargaron para terminarla con una tormenta de riffs. Continuaron "New Moon Rising", "Gypsy Caravan" y la explosiva "Joker And The Thief". Destrucción.

El amor del público mexicano por Interpol es incondicional y recíproco. Abarrotan cualquier lugar en el que se presentan. Si bien es cierto que la banda ha hecho de nuestro país un centro de operaciones geoestratégico para apuntalarse en América Latina, es igualmente verdadero su aprecio sincero por el folclore de este país. Paul Banks residió parte de su adolescencia rebelde en la capital.

El viernes, la banda lanzó a nivel global un nuevo EP bajo el rótulo de A Fine Mess y ofreció una sesión fotográfica con 300 afortunados fans en una plaza comercial al sur de la Ciudad de México. El sábado, consolidó a Pulso GNP como un festival al que se le augura mucho éxito. El setlist abrió enérgico y potente con "C'mere", siguió "If You Really Love Nothing" (sencillo de su más reciente álbum).

Sobrevinieron "Public Pervert", "Not Even Jail" y "Evil", todas del Antics que este 2019 cumple 15 años. Momento cumbre. Muchos sacan su teléfono para capturar el instante, quieren llevarse un pedazo de Querétaro a casa. Para la mayoría, un alud de memes y selfies sepultará este archivo de video en la memoria de silicio. Otros, quizá los menos, lo atesoraremos y volvamos a mirarlo para recordar con alegría aquella noche en la que compartimos anécdotas, sonrisas y cerveza con una persona especial.

 

"Rest My Chemistry", "The Rover" y "Slow Hands" anunciaban el final. Pese a que las pausas fueron pocas, 56 minutos de programación se habían ido volando. En perfecto español, Banks agradeció a México en general y a Querétaro en particular por todo el amor. Vino "Roland" y se terminó. Faltaron canciones más potentes para despedir; nos quedamos con la expectativa de un cierre más épico. El reloj nos traicionó. El tiempo se había terminado. Cronos nos había devorado a todos.