Francisca Valenzuela — La Fortaleza

Que nunca falte la fortaleza.

La fortaleza es relativa, depende de nosotros mismos y nuestras batallas internas, el campo minado de nuestra autodestrucción, “Nunca Quise Herirte” a modo de introducción a una nueva aventura sonora de Francisca Valenzuela, que poco a poco se deshace de la tela orgánica para desnudar su alma más allá de solo sencillos. Y como el sol que sale por la mañana este primer tema es una intempestiva marea de ritmo y esa voz que clama por el perdón a un mismo. 

“Héroe” y su cadencia electrónica tan característica del pop actual, no de aquel que pretende revivir carreras muertas de ex integrantes de boybands o que generan relaciones efectivas arribistas a modo de feature para titular un single con un término en castellano para ganar adeptos latinos y likes en Instagram. Esto es artesanía musical, y Francisca se encarga de cada detalle, desde la voz que madura (y quemadura), los coros y la mística natural de producir grandes canciones. 

“Tómame” a modo de soneto o juego de trap, sílabas y métrica bien pensada, un sensual devaneo de frases que llaman al coqueteo y la sensualidad, el gusto por si misma que se convierte en una sutil invitación al amor encarnizado, sudoroso, de una o demasiadas noches. “Ven a Buscarlo”, ese amor que tanto hace falta en tiempos donde culpamos a los astros por nuestros desequilibrios sentimentales, donde la atención se centra en las pantallas, donde un like desata la tercera guerra mundial y las sospechas de infidelidad. El piano siempre implacable de Fran, que siempre encuentra la forma de ir más allá del gran instrumento y jugar con su voz mutante y maravillosa. “Flotando” seguimos nuestro camino en un disco dinámico y de producción impecable, “Al Final del Mundo” enmarca la colaboración de Claudio Parra, pianista de la legendaria agrupación chilena Los Jaivas, y que se une a Fran en un hermoso trabajo a 2 manos en el solo de piano. Ese reconocimiento a la música que nos curte y a las manos que como las propias crean e inspiran, universos diferentes que convergen en una obra de arte. 

“Ya no se trata de ti”, entre el amor y la obsesión, el reconocimiento y la indiferencia, la aprobación propia y la ignominia, el cambiar por quien al final nos cambia por alguien más, caer y levantarse, como debe de suceder. “No te Alcanzo” con un tono que personalmente me evocó a un alegre Billy Corgan, el piano solitario que trásfuga en una delicada tormenta de cuerdas, un cuarteto que asemeja una orquesta, una canción que asemeja a una sinfonía, Francisca y ese ímpetu de gloria que desboca en música ideal y letras que nos describen a la perfección aún sin conocernos: “Ansiedad (Peleo con las sombras)”, la historia de mi vida, pensé inmediatamente como paciente diagnosticado con esta enfermedad, una bella metáfora del insomnio, las fallas al respirar, el daño mental que se convierte en somático, el difícil entender que se tiene un problema y la salvación pertinente, necesaria e ideal. La identificación con la artista como persona que sufre los mismos desórdenes que nosotros. 

“Normal Mujer” como episodio de muestra de la nueva música latinoamericana, “Amiga Cruel” y su juego con los ritmos y las frases, un canto a sí misma desde el alma creativa para la mujer inspirada por la revolución que acontece en su natal Chile. “Boca” y sus devaneos vocales, no hay género que defina la vértice de esta obra, el escucha sacará sus propias conclusiones, pero de cualquier forma las etiquetas no sirven, la calidad es lo que resalta. 

“Una Noche Contigo” y ese afán de renovación, “Todo lo que ha pasado me ha llevado hasta hoy”, esta primera línea de “La Fortaleza” define a la perfección la intención de Francisca Valenzuela por inspirarse en su vida propia para ofrecer un disco que definitivamente arrasará con lo que venga, en la calma y la tormenta, hasta el centro de la tierra, su propia fortaleza que la ha llevado a ser parte fundamental de la música chilena y de un continente entero.

Entrevista con Tame Impala

Tame Impala: El elogio del tiempo.

“Quizás es tiempo de reconocerlo, no eres tan genial como solías serlo”, reflexiona Kevin Parker en el nuevo álbum de su proyecto musical Tame Impala. Cinco años después del aplaudido Currents el tiempo ha transformado algunas cosas alrededor del mundo. No somos lo que solíamos ser porque estamos cambiando como dice la letra de “Yes I’m Changing”. Luego de los incendios en California en 2018 que acabaron con su estudio, Parker voló hacia Australia para continuar la producción del cuarto álbum. Cuando reparó en ello había transcurrido mucho tiempo desde que publicó el disco anterior. Esa sensación relativa a la nostalgia y lo que implica, el tornado de emociones inundando la mente, es la que impregna en The Slow Rush.

El mundo arde, literalmente. Australia lleva un par de meses sin contener en su totalidad los incendios que han acabado con flora y fauna. “Es muy loco lo de los incendios, parece que me están siguiendo, que están siguiendo a todos, me siento de la misma manera en que se sienten todos, es algo a lo que debemos prestar atención y no ignorar”, dice Kevin Parker a Indie Rocks! desde Perth, Australia. Sobre el incidente en California confiesa que sucedió muy rápido, despertó un día y estaba incendiándose alrededor, dejó el Airbnb y se trasladó a Los Angeles. “Al final nos dijeron que toda la casa se había quemado, fue impactante, no sabíamos qué decir, solo teníamos la boca abierta. Alcancé a sacar mi computadora y mi disco duro, así que no perdí ninguna grabación, solo el equipo. Iba a estar una semana, lo curioso es que solo estuve una noche, si hubiera estado el resto de la semana algunas de las canciones que están en el álbum no las hubiera escrito y al revés, hay canciones que no existen porque no estuve ahí”.

El tiempo es una unidad de medida relativa. Es común decir que no tenemos tiempo, pero el tiempo no se puede tener, es intangible, y su efecto es real. Su “poder” es tan certero como un hielo, duro y frío, sólido, cuando se derrite solo nos queda imaginar la forma que tuvo alguna vez. Tame Impala presenta su nuevo trabajo con un manto diferente, sigue siendo rock progresivo con elementos de psicodelia, pero trabaja mucho en la filosofía de su música hasta llevarla al punto en que letras y concepto empatan con el sonido. Un sonido que es disco, cuasi dance, que es muy bailable.

The Slow Rush es infinito, parece que nunca se detendrá y que el vinilo dará vueltas eternamente. Uno se adentra en él como si fuera un viaje tubular sin retorno. La composición de los temas es en su mayoría cual “Let It Happen”, una progresión y reinvención de los mismos, como si se tratara de dos canciones en una. Con ustedes el mejor álbum de la banda y uno de los mejores de la década por venir. Una ópera disco-rock de carácter épico.

“Con este disco quiero describir cómo se siente el paso del tiempo, se está acelerando y nuestras vidas pasan muy rápido, solo que no nos damos cuenta, se siente que avanzan lento, pero no es así", comenta Parker, el único miembro del proyecto. La aguja del reloj tuvo que dar miles de vueltas antes de que se conociera lo que preparaba desde mediados de 2018 el músico australiano. El proceso de composición y grabación duró un año aproximadamente, el tiempo más corto que le ha tomado la producción de un álbum, pero curiosamente ha sido la pausa más larga. "El tiempo fue justo. No quería forzarme, no creí que la música fuera a sentirse bien si me obligaba a tenerlo antes, quería que se sintiera natural. Mi alma y mi corazón no hubieran estado puestos ahí tanto como lo están ahora". Dice que el tiempo fue justo, pero el tiempo nunca es justo, tampoco injusto, simplemente es, y nuestra vida y los cambios que vivimos son daños colaterales. El tiempo es Dios. Rige todo. Y nadie puede contenerlo. Ni el Dios que hemos inventando.

Entre 2015 y 2019 Parker dio muchos conciertos, fue cabeza de varios festivales importantes y trabajó con otros músicos como Lady Gaga, Travis Scott, Mark Ronson y Kali Uchis. “Quería trabajar con gente diferente, quería un cambio, normalmente trabajo por mi cuenta. Quería hacer cosas por las que no me tuviera que preocupar, porque Tame Impala es una parte profunda de mi alma, pero trabajar con otras personas es divertido”, confiesa el compositor. La nueva entrega desarrolla algunas ideas sobre el tiempo y su relatividad.

La primera de ellas es que contrario a lo que dice en su tema "It Might Be Time", Parker piensa que a medida que el individuo crece o madura, se vuelve más interesante. “Todos tenemos miedo de envejecer, pero las personas se vuelven mejores con el tiempo, yo soy más genial de lo que solía ser y es igual con las personas, aunque pueden sentir que no es así y pueden volverse paranoicos creyendo eso”.

La segunda idea es que mirar hacia atrás implica contemplar lo que hicimos mal y, si estamos satisfechos con esas decisiones, podemos sostener esos momentos como parte del aprendizaje, como parte de lo que somos ahora, como en esas reuniones con los viejos amigos en los que el relato sobre los incidentes asciende y todos se ríen porque han librado el peligro. “Hay cosas que me hubiera gustado hacer diferente, como cualquier persona, todos nos arrepentimos de algo. Intento no lamentarlo todo, aunque el arrepentimiento se te queda clavado. A veces me gustaría regresar al pasado, pero lo mejor que se puede hacer en la vida es aceptar que las cosas pasan”. El tiempo sucede y somos daños colaterales.

La tercer idea se relaciona con el presente y la forma en que lo asimilamos. “Un día miraremos nuestra época y la veremos casi de manera romántica, de que estaban sucediendo muchas de las que no nos percatamos; todo es muy incierto ahora, pero un día seremos nostálgicos por este tiempo”. El reloj no se puede detener. No se puede pausar. No hay forma de congelarlo. Su paso firme es imparable. El consuelo que tenemos es que lo próximo que nos suceda sea algo bueno. De eso nos sostenemos. De una esperanza. Kevin Parker dice que The Slow Rush no es un álbum conceptual. "Es un álbum que tiene un tema, va a un lugar, me gusta la sensación que se produce cuando llegas al final de un álbum y sientes que llegas al final de un viaje, empieza en un punto y termina en otro, es como llegar al final de una película, o al final de un capítulo en tu vida”.

La cuarta idea es sobre el infinito, sobre una vida interminable, un ciclo que nunca se concreta, un círculo que no se cierra, una canción que jamás se termina, un libro que se sigue escribiendo por siempre. "Todo lo que quiero hacer es música que haga que las personas sientan lo que yo siento cuando escucho música de alguien más. Es triste porque cuando termino una canción la conozco muy bien, la conozco desde adentro, me cuesta trabajo que me regrese esa sensación de transportarme a otro lugar, es como una droga, siempre estoy buscando que me regrese esa sensación primaria. Es un sacrificio, sacrifico mi propio placer de la canción para poder mostrarla al mundo, siento que si nunca tuviera que entregarla, la disfrutaría para siempre. En cuanto la termino la odio, pero tengo que hacerlo para que la gente la tenga, es un sacrificio de alguna manera".

Si pensamos que el tiempo es Dios y que nuestras vidas son partículas absorbidas hacia él, no tiene mucho sentido pelear por ganarle. Lo transformará todo inevitablemente. El tiempo sucederá. Las cosas solo pasan, no es necesario ir de prisa, correr, desgastarse, igual habremos de llegar a nuestro destino si así lo queremos. Abracemos este segundo que tenemos y que es momentáneo e ilusoriamente nuestro. Justo este, este, este, este, este...

Álvaro Díaz en El Plaza Condesa

El fuego de sus tracks: Álvaro Díaz en concierto.

De nuevo, una noche más. Sin duda alguna una de las más dominantes en cuanto a este género se trata; siempre logro derrochar la noción del dónde, el porqué y el cómo. Pero el cuestionar que más disfruto es: cuánto… se repetirá.

Un momento más que brinda espectáculo en nuestra ciudad; sin embargo, el recinto lo engrandece rotundamente; no por el nombre del foro, sino por su presencia en el mismo: Álvaro Díaz llega a El Plaza Condesa. Una cita inesperada en donde, sin importar la prontitud, los tickets se movieron rápidamente. Un show de más de 1000 personas es, sin duda, un fruto memorablemente exitoso.

El evento estalló, como es ritual, con Lara Project (Félix Lara el vocalista, Manu Lara en la batería), presentando su más reciente: Una semana antes del paraíso, con especiales como "Toda la noche" y "Regresar".

La noche se avivaba. Álvaro estaba ya aquí. Para la gente, para El Plaza, para la noche. Para él mismo. “O.K.” fue el inicio de todo, un track insinuador, como para calentar la tarima, el ambiente, la velada. El público estaba ardiendo, el puertorriqueño lo conseguía: prendiendo su espectáculo; tal como el goza. Con un atuendo peculiar como suele saborearse, Álvaro fundió el momento, y con éste, la tanda de éxitos: “Pro”, “Carro rápido” y “Asiento de atrás” fue la mecha que activó la noche. Minifaldas, tops y cadenas; jeans holgados, gorras y tenis gruesos; la euforia vibraba calurosamente. Me bebí un tonic y no mentiré al decir que lo deleité distinto.

Y continuamos: “Todas mías” (tema que suele acompañar de C. Tangana), “Superxclusivo” y “Grosero Remix” –en compañía de Big Soto– fueron tracks halagados, el bienestar del músico se retumbaba exquisitamente. “Siempre”, seguida de “Miles de mujeres”, congratularon la noche: el fuego estaba encendido.

En un foro inmaculado, Álvaro Díaz llenó de flamas y rap ardiente la noche. Murmuraba lento, como rezando hacia él mismo. “Reina Pepiada” y “Una vez más” culminaron la noche; el ambiente, la masa… estaba extasiada; mucho fuego en El Plaza. “Tortura china” fue aquello, el track con una insinuante motivación para bailar, lo que despertó almas perdidas… y las retomó en su danza sensual.

Sí, “La champaña” fue el clásico más coreado, o uno de los tantos. La noctámbula estaba ardiente, con fuego, con vida en los ritmos. La música estremecía a los vivos, a los perdidos, a los ebrios de deleite; era una noche estupenda. Y con calma, pero sin bajar la energía, –no sin antes dedicar 24 aplausos al basquetbolista Kobe Bryant“Todo bien” y “Gongoli” terminaron por glorificar el momento, la cita y, notablemente, la furia de querer más, más, más…

El 1 de febrero será una fecha que recordaremos. Seguramente con turbación, placidez y ritmo. Una noche en donde se demuestra que los ritmos latinos no están enfrentados con el clásico género del rap; una noche en la que existiremos sanos por combinar ritmos con emociones, intenciones con generaciones y sonidos con fiesta, pues la final, lo que importa es el deleite de un buen track… sin importar el cómo suene.

Less Than Jake en el Foro Indie Rocks!

Less Than Jake: Noche de paranoia por cada sonido.

Pasaron un poco menos de cuatro años para que Less Than Jake regresara a la ciudad de México, esta vez como headliner y como siempre con una actitud encantadora para su público mexicano.

Los encargados de abrir el show fueron Niño Zombi de la CDMX y Rikita Banana de Mérida quienes calentaron el Foro Indie Rocks! con sus sets antes de que el foro estuviera repleto de personas ansiosas porque Less Than Jake tomara su turno en el escenario y nos pusiera a saltar con su ska punk desde Gainesville, Florida.

Y fue justo así como empezó su show, con "Gainesville Rock City", el foro entero empezó a corear y la emoción y felicidad de todos en el escenario se podía notar desde la barricada hasta la consola de audio, Roger Lima no dejaba de expresar lo feliz que se sentía por estar en México nuevamente ni lo increíble que le parecía el público mexicano. Chris Demakes intentando hablar al español todo el tiempo e interactuando todo el momento con la gente, haciendo sentir aún más cercano al público y al artista que lo que el Foro ya nos hace sentir, el setlist continúo con "Johnny Quest Thinks We’re Sellouts",y "Dopeman" mientras se formaba un pequeño circle pit lleno de amigos y conocidos del skapunk mexicano, esos que son los importantes, donde nadie busca ser agresivo y solo buscas compartir un par de horas bailando y expresándote al ritmo de canciones que has escuchado durante toda tu vida, un momento muy bello que estoy seguro que todos recordarán por mucho tiempo.

lessthanjake

El show avanzaba, canciones como "The Science of Selling Yourself Short", "Automatic" y "Bomb Drop" retumbaban en el foro en donde difícilmente cabía una persona más, la parte de arriba también estaba repleta. Las bromas constantes de Roger y Chris nos hacían reír, subieron al escenario a un par de personas para que bailaran mientras ellos tocaban y luego también a un joven al que nombraron “el mexican Fat Mike” por su ligero parecido con el líder de NOFX y dueño de la disquera que ha editado y publicado en varias ocasiones sus propios discos (Fat Wreck Chords). Más tarde también apareció una bella calavera con un traje rojo increíble quien no dejaba de amenizar a todos

El encore llegó y por fin "All my Friends are Metalheads" sonó y todos fuimos los más felices, Roger Lima parecía no caber en la emoción de este show, diciendo que lo hacían sentir como si fuera una banda que recién estaba en sus primeros shows y que la próxima vez que regresaran probablemente iban a estar en el Estadio Azteca, era muy genuino lo que decía y podía verse el júbilo en el rostro de todos los miembros de la banda y creo que al final es parte de lo que quieres como espectador, que el artista se sienta tan bien de ti como público como tú te sientes con ellos, en este show creo que existía esa armonía, todo perfectamente balanceado, luego de un par de canciones la broma recurrente de “this is our last song” dejó de serlo y Less Than Jake concluiría su presentación en la Ciudad de México y sin duda esperamos que no sea la última vez que nos visiten, seguro no será el Estadio Azteca, pero los estaremos esperando tal vez con un setlist distinto, un mejor audio pero con la misma emoción y alegría que esta ocasión.

'Silent Alarm' de Bloc Party cumple 15 años

Silent Alarm celebra su decimoquinto aniversario. La sangrienta fiesta fue en Londres. 

No es una sátira política, su nombre es Bloc Party y simplemente quiere fiesta. Pero, ¿qué pasaba hace 15 años? ¿Cómo se movía el mundo? Y, sobre todo, ¿cómo giraba la música más rápido alrededor de todos nosotros? Estamos hablando de 15 años. Nokia y Sony Ericsson eran los reyes de la telefonía móvil, el Internet corría por un cable ethernet desconectado de la línea telefónica y el iPod comenzaba a sustituir las grandes carpetas repletas de discos. Son 15 largos años, querido amigo lector. Vaya, el Vive Latino era de un solo día. 

Y, pasada esa década sumada más lustro, el Silent Alarm de Okereke y compañía sigue siendo relevante. A manera personal, eso hace que cierta clase de música sea de verdad notable. Puedes conocer a muchísimas bandas, pero si un disco –en su totalidad– no queda grabado en tu memoria, no fue un gran disco. El cuarteto londinense creó un material para la posteridad que se ganó a la crítica y al público. Lo que pasó con la banda después, es historia. Pero, hace 15 años, se grabaron las bases para muchos proyectos que hoy en día siguen haciendo vibrar escenarios. Hola, Foals 

Porque recordar es volver a vivir, se debe recalcar que el Silent Alarm no fue una coincidencia, su sonido tenía un significado gigantesco. Otras bandas que en ese momento iban en ascenso hacían lo propio. Interpol recién lanzaba Antics; Franz Ferdinand hacía lo propio con su segundo LP You Could Have It So Much Better tras su inmejorable debut homónimo; Alex Turner y compañía seguían ensayando para conquistar con Whatever People Say I Am, That's What I'm NotThe Horrors se formaba en el verano de ese año para un par después lanzar Strange House; y The Libertines, se despedía de los escenarios en París ya sin el problemático Doherty. Nada era una casualidad. Los nuevos headliners nacían tras ensayar por horas en sucios garage o en un apartamento. Ahora todo suena a nostalgia, en ese momento era todo o nada. 

Para Silent Alarm, Bloc Party acudió con Paul Epworth para la producción, que en ese momento aún no era el monstruo que es ahora. El disco va de más a menos, tal vez por ello la banda toque el setlist del álbum a la inversa en su gira. Iniciando con Like Eating Glass y Helicopter, el cuarteto trae su dance-punk a nuestros oídos. Letras bien construidas, arreglos limpios y todos los ganchos en su lugar. La banda creaba puentes que siempre te llevaban a mirar fuegos artificiales. Utilizaba sintetizadores, pero no se abusaba de ellos. Este era el tan mal y bien llamado “indie” rock. La voz de Kele, le daba gran parte de la grandeza a la banda. 

La magia en el debut de Bloc Party son las joyas incrustadas entre los sencillos. Sabemos que existe She’s Hearing Voices, Banquet y This Modern Love”, pero antes de llegar a cada una de ellas hay que pasar por “Positive Tension, “Blue Light” y “Luno”. Transiciones que recorrían nuestra piel pasando desde inquietantes y desesperados ritmos de urgencia hasta puntos de anclaje que rayaban en lo cursi. Son los dos obsequios del cuarteto: el sonido de la alarma donde el terremoto se aproxima; y la calma, en ocasiones pesada, que llega tras el derrumbe.  

Silent Alarm es adictivo. Tiene ese chip en su interior, cada que lo escuchas de nueva cuenta notas un nuevo arreglo. Ese otro chillido. Una vibración externa en su sistema. Parece que se corrompe para encantar a un nuevo público. Como pasa con Is this It Antidotes. Los londinenses no huyen al mostrarse completamente desnudos. Sus sentimientos, hartazgo y hasta vulnerabilidad lo reflejan sin miedo. La alarma silenciosa es adictiva porque, al final de cuentas, no es tan silenciosa. Al contrario, es una máquina que suena y lo hace fuerte. 

Para Russell Lissack y Kele Okereke la idea nacía en 1999 en el mítico Reading. Nosotros lo seguimos celebrando en 2020. Tal vez Bloc Party no brilló como debía, quizá faltó un poco de ambición tras tumbar las listas de popularidad. Las ideas se agotaron rápido o la fórmula no fue tan efectiva como con sus homónimos antes mencionados, pero lo que pasó en Silent Alarm, son 47 minutos que siempre serán alabados con méritos plausibles. La fiesta nació en Londres. Se advirtió, es adictiva.  

Patrick Watson en El Plaza Condesa

La noche de consagración de Patrick Watson en El Plaza.

Patrick Watson recuerda que a los 16 ó 17 años era demasiado cursi e idealista. Algo que seguramente lo hubiera avergonzado años después si hubiera sido el líder de su banda de aquel entonces. Luego descubrió a Debussy y un mundo nuevo se abrió delante de él. Cuando le preguntan sobre las canciones que escribe y cómo es posible que la gente se puede identificar con ellas, se ríe. Dice que a él no le gusta escribir canciones que podrían salir de un diario, como podrían ser las de Sufjan Stevens. Pero quizá se equivoca. Las palabras que expresa Patrick Wilson, también condensan emociones primordiales. 

El Plaza Condesa se ha consolidado como uno de los mejores venues de la CDMX. Íntimo. con buen sonido. Las perfectas paredes para escuchar a alguien como Patrick. En el imaginario popular, es conocido como canadiense. En realidad nació en California pero desde pequeño se crió en el país vecino. Recientemente trabajó en el disco de Leonard Cohen —probablemente el canadiense más ilustre en la música, junto a Joni Mitchell o Neil Young— y, con vergüenza acepta que le gustan más las entrevistas que dio Leonard, a las letras que lo han inmortalizado. Patrick es un músico versátil, mejor letrista de lo que él cree y es creador de sentimientos. 

Wave, su más reciente producción, es un trabajo maduro. En su manufacturación, dice, escuchó a Frank Ocean y a otros pilares del R&B. Hasta parece que se muestra más al descubierto. A pesar de que tiene formación como jazzista, admite que el groove es algo que nunca te enseñan. Algo que cuesta perfeccionar. La verdad es que, cuando ves un sintetizador análogo con un piano vetusto y focos con resistencias llamativas y cajas de cristales giratorias, el groove pasa a segundo término y el efecto es embelesante. 

“Dream for Dreaming” empezó sin advertencias. Es uno de esos cantantes que no necesita del estudio para sonar impoluto. La voz frágil y la facilidad de las manos al teclado son rasgos distintivos. Aunque nunca hayas escuchado una canción de Patrick Watson, instantáneamente piensas que es diferente. En su haber, tiene diferentes etapas. Sí Wave es más despreocupado y con menos producción, discos como Love Songs For Robots presentan a un Patrick pletórico. Magnánimo. Tiene canciones como “Hearts” que, cuando sonó en El Plaza, se pudo llenar cada espacio con notas, cantos y manos al aire. 

La verdad es que ambos Patrick se llevan bien. Parecen ir de la mano. El íntimo que, junto a un foco, dos guitarras y Florencia —la cantante de Celest— encuentran un resquicio público para hacerlo particular, o el que, acompañado de una banda de excelentes músicos, parece un músico de festivales. De esos que hacen corear a un estadio las canciones que escribió en algún momento de aburrimiento. “Places You Will Go”, “Turn Out the Lights”, “Melody Noir” o “Broken” tuvieron un efecto contrastante. El silencio de la apreciación, y los cantos sin intención. Es una mezcla particular la que se vive con Patrick Watson

Al final, entre risas, anécdotas al aire y muchas acomodadas de pelo, lo que tuvimos la oportunidad de presenciar, fue a un artista con una plenitud musical y compositiva singular. Es probable que haya sido el mejor momento para ver al músico norteamericano y, cuando salíamos a las calles de la CDMX, las sonrisas denotaban, precisamente, satisfacción.

Escucha “YYYWI”, lo nuevo de Hong Kong Blood Opera

La banda de Hermosillo prepara un nuevo álbum. Conoce más detalles sobre lo nuevo de Hong Kong Blood Opera.

Tras su regreso en 2016, Hong Kong Blood Opera se ha mantenido activa en escenarios y con nuevas historias. Fue con The Bruce Willis Experience & The Future is Bullshit que la banda tuvo un regreso triunfal tras varios años de ausencia. Posterior a ello la banda ha girado por distintas ciudades de todo el país llevando su distorsión y su potencia que les caracteriza.

Desde 2019 han trabajado en el estudio para preparar un nuevo disco, con un sonido completamente renovado es que ha llegado el primer adelanto, este lleva por nombre “YYYWI”. Tres minutos llenos de cambios musicales, arreglos que comienzan con sintetizadores y le siguen remates poderosos entre guitarras y baterías incorporan la canción.

Además hay momentos veloces, en otros baja la intensidad y al final cierra con toda la fuerza posible, es una canción de contenido muy amplio para la duración. El video lyric de la canción es sumamente genuino, a través de él se muestra la letra a la velocidad de la música, dejando un impacto brutal con el manejo de negro, blanco y rojo. Es una explosión de imágenes y frases poderosas, no hay espacio para descansar.

Live From Melmac es el nombre de su próximo álbum y estará disponible en este 2020, será el tercer material de larga duración en su carrera. Además la banda ya prepara nuevas fechas para presentarlo, por ahora le esperan citas en la Zona Metropolitana del Valle de México y Zacatecas. Te invitamos a que escuches “YYYWI” a continuación.

Sotomayor presenta su nuevo sencillo "Sin control"

A unos días de lanzar Origenes, Sotomayor nos comparte "Sin control", el tercer corte que se desprende de este material tan esperado.

El dúo mexicano formado por Raúl y Paulina Sotomayor, nos presenta el día de hoy “Sin Control”. Este es el tercer y último sencillo que lanzará antes de liberar por completo su nueva producción discográfica, Orígenes.

 

 

“Quema” y “Menéate pa’ mí” fueron las primeras muestras que los hermanos, que han logrado estilizar ritmos de cumbia con sonidos electrónicos, nos ofrecieron de este disco que fue producido por el multipremiado Eduardo Cabra, mejor conocido como "Visitante" de Calle 13.

Trabajar con Eduardo fue muy importante, porque con él exploramos la tradición de las percusiones afrocaribeñas de las cuales no teníamos mucho conocimiento, y por ello el material tiene una energía distinta a lo anterior”, detalló Paulina Sotomayor.

El dúo mexicano comenta que cada canción de este álbum es distinta, pues no contiene un solo género.

Te dejamos la portada de este increíble disco:

Sotomayor

El esperado álbum será lanzado el 14 de febrero bajo el sello de Wonderwheel Recordings, y es un material que los hermanos describen como el disco con mejor calidad de producción que han tenido hasta el momento.

James Hetfield sale de rehabilitación

James Hetfield se presentó al público el día de ayer por primera vez en cuatro meses.

Hace cuatro meses,, los seguidores de Metallica quedaron sorprendidos al saber que la banda pospondría su gira debido a que James Hetfield entraría a rehabilitación nuevamente, debido a su adicción al alcohol. El día de ayer, el vocalista de la banda se presentó por primera vez en público en el Petersen Automotive Museum, donde se inauguró la colección Reclaimed Rust: The James Hetfield Collection.

Durante el evento se vio a Hetfield en muy buen estado y alegre, así que esperamos que durante los próximos días, la banda de noticias acerca de los conciertos pospuestos y principalmente que la salud del músico esté perfecta.

La exposición cuenta con 10 autos que el músico donó al museo para la colección. Mientras tanto el primero de febrero se añadirán nuevos artículos en la exposición, como lo son fotografías, guitarras, entre otros objetos. Además, ambas guitarras ESP se subastarán y el músico participará en una plática en el museo.

Por otro lado James se ha mantenido alejado de las redes sociales y con un perfil bajo. Esperamos que este difícil y duro proceso le haya sido de ayuda y se encuentre en mejores condiciones. Quédate al pendiente de las redes sociales de Metallica y no dejes de seguir a Indie Rocks! para mayor información acerca de tus músicos favoritos.

SASAMI en Departamento

Sorprende y encanta SASAMI con su primer concierto en México.

La cantante estadounidense, SASAMI, ha sido uno de los proyectos a seguir desde inicios del año pasado, cuando sacó su álbum debut a través del sello Domino Records. Desde entonces, la artista se ha encargado de fortalecer a la nueva ola de intérpretes mujeres en la escena independiente.

Muchos esperábamos ver a la guitarrista en algún festival como el Corona Capital. Sin embargo, SASAMI tomó la iniciativa y nos ofreció un sorpresivo show intimo en Departamento.

El lugar le sentaba bien a la cantante y la gente se hizo presente desde temprano. A pesar del frío que hacía, muchos esperamos afuera para tener un buen lugar.

En punto de las 22:00 H, SASAMI subió al escenario con “Chop Suey!” de System Of A Down de fondo. Tal vez era un show íntimo, pero no perdió la oportunidad de hacer una entrada extravagante.

La cantante apareció únicamente con su guitarra y comenzó a tocar. Inició con “Morning Comes”, uno de los temas destacados de su primer material. Con los primeros minutos, la intérprete maravilló con su voz y talento. Al finalizar, la estadounidense respondió con un áspero, grave y contundente: "¡gracias!".

No tardó nada en seguir con “I Was a Window”, tema que abre su disco y que es una colaboración con Dustin Payseur de Beach Fossils. A SASAMI cada vez se le veía más suelta con la guitarra y e intrépida con su voz. También la interacción con el público fue aumentando.

Ya para la tercera canción “At Hollywood”, la cantante parecía una persona completamente diferente. La buena respuesta del público la tenía muy emocionada y muy inquieta por seguir tocando. Las bromas con el público empezaron a salir. “Me alegro mucho de estar aquí, necesito dinero para una nueva guitarra y para conseguir seguro médico. Así que gracias por venir”.

SASAMI es una artista que encanta no solo por su voz, también por su extraña y divertida personalidad. Fue mitad de un concierto y mitad de un monólogo sobre la vida e ideas que se le ocurrían a la cantante. Sin embargo, fue agradable, entretenido y diferente.

La noche continuó con “Not The Time” y “Take Care”. El reperteorio de la californiana, a pesar de que es limitado, no tiene eslabones débiles y es bastante versátil. Constantemente nos iba conduciendo de lo enérgico a lo nostálgico.

Para la cantante es bastante fácil atrapar al público con su peculiar voz y sonido. Prueba de eso fue “Jealousy”, pues aunque no contó con todo el apoyo de la instrumentación, convenció y fascinó con su original talento interpretativo.

Uno de los momentos importantes de la noche llegó con “Free”, canción que SASAMI sacó junto a Devendra Banhart, uno de los consentidos del público mexicano. Este tema, fue sin duda de los favoritos del público, que aclamó a la cantante con fuertes gritos y aplausos.

Las canciones estaban por terminarse, y algunos ya lo temíamos. El miedo se hizo colectivo cuando la guitarrista anunció que se estaba quedando sin tracks. No había nada que hacer.

Finalmente, SASAMI se despidió con “Adult Contemporary” y “Pacify My Heart”. No podíamos pedir más, nos dio todo lo que tenía y lo hizo de la mejor manera. Bajó del escenario y todos partimos con una verdadera cara de satisfacción.

La visita de esta prometedora cantante fue, definitivamente, una agradable sorpresa. Esperemos que ella se haya llevado una primera buena impresión, tan buena como la que se llevó el público, y que en su siguiente visita la podamos ver en un venue más grande y con nueva música.