Relatos memoriosos con Roco y Pato de La Maldita.
La Maldita Vecindad y Los Hijos del 5to Patio, familia, es una bandota bien longeva del rock nacional. Estos brodis traen consigo un mar de historias, música, baile y celebración. Hace un par de años que vienen celebrando su gira de 30 añejos y ahora que están a punto de terminarla planean sacarse un libro plasmando tantos años de historias. Nos encontramos con el Roco Pachukote y el Pato, a vísperas de la celebración por el 25 aniversario de El Circo en Carpa Astros. Platicamos y sin querer nos dieron un adelanto de esas memorias que amenazan con publicar.
“Recién se estrenó El Circo (1991), fue aquí donde lo presentamos cuando la Carpa Astros era un circo más en forma”, recuerda Pato. Este disco salió en tiempos en que los roqueros usaban playeras rotas, chamarras de cuero, botas negras “y la tostada”, dice el guitarrista; moda estereotipada en la que La Maldita no entraba. “Nosotros éramos el patito feo del rock, hasta había una campaña en nuestra contra, que ‘dile no al tropirock’, que ‘eso no es rock porque no suena a los Doors’ y cosas así”, comparte el Roco.
Este compa andaba leyendo al Jacques Attali cuando se dio cuenta de que “la música es profética, es una de las pocas artes que comienzan a mostrar rasgos que posteriormente se verán reflejados en la sociedad”, reflexiona el Pachukote. “Con esta idea que tuvimos de hacer un rock bien mexicano profundamente ligado con nuestras raíces, creció todo un movimiento de bandas así y que en sus nombres lo reflejan como: Panteón Rococó, Salón Victoria, El Parto de la Chole. Todas con referencias a la mexicanidad, a la vida cotidiana, al barrio y con una posición social”, termina la idea el Roco.
Esta bandísima ha tocado todo tipo de escenarios en tantísimos años de andar armando el guateque. Sentados ahí frente al carrusel de la Carpa Astros andábamos recordando sus meros inicios: “Nuestras primeras tocadas se remontan a la época del terremoto, en ese tiempo no había donde tocar. Existían algunos hoyos funkys organizados por las juventudes priistas; entonces, los mismos que organizaban eran los mismos que te apañaban a la salida”, hace memoria el Roco.
Cuentan estos vatos que una de las más grandes diferencias de aquellas tocadas era la falta de la energía y mística femenina, “había puro canijo y nadie bailaba, había que estar a las vivas porque en cualquier momento llegaba la tira y a correr”, dice el Roco. Hoy día ya existen mujeres en todos los ámbitos de la música, la producción, como músicos, staff, promoción, como público. “Hace 30 años era completamente masculino el rollo y era un ambiente muy denso también”, comenta el cantante.
En 2011 en lugar de darse el chance de celebrar sus 25 años, se tomaron un merecido descanso después de tanto trajín. Una vez que decidieron regresar de revoltosos, lo primero que hicieron fue dedicarse a la máxima celebración, una gira de 30 años que los llevó por todos lados de la división política de la República Mexicana, a Estados Unidos y Sudamérica. Este año están listos para cerrar esa gira en “un espacio público completamente gratuito, ya les diremos como va a estar la onda”, nos cuenta el Pato. Con el cierre, planean sacar un DVD del concierto grabado hace un año en el Palacio de los Deportes.
