Jarv Is... comparte remixes para su tema “Swanky Modes”

Dennis Bovell se encargó de darle un toque de misticismo al original del británico.

El año pasado Jarv Is... liberó su nueva producción discográfica Beyond The Pale (2020) del cual se desprende "Swanky Modes", un tema construido por la aparente nostalgia y que ahora retoma un nuevo aire más vibrante y con ondas instrumentales gracias al trío de remixes que el productor discográfico Dennis Bovell, compartió para la pista.

El single es ejecutado de tres maneras distintas con la misma maestría indudable que no hace más que generar un ambiente lleno de misticismo, pasión con toques de desconcierto. El músico de reggae presenta una versión dub, una instrumental y mix sencillo. Las pistas ya se encuentra disponible en tu plataforma de streaming favorita, te las compartimos a continuación para que las disfrutes:

Además de liberar los remixes de "Swanky Modes", Jarv Is... anunció que retomará la gira que tenía planeada para promocionar Beyond The Pale; ajustando las presentaciones para noviembre de este año a lo largo de Reino Unido. Para consultar toda la disponibilidad de las fechas puedes hacerlo a través de sus redes sociales.

Jarvis Cocker ha aprovechado los últimos meses para lanzar más proyectos como su rompecabezas y su línea de té. Descubre más de sus lanzamientos aquí.

A 40 años del 'Faith' de The Cure

Faith: ¿la promesa que nos hace existir?

La propuesta de Robert Smith, Simon Gallup y Lol Tolhurst no es tan distante de la de Sofia Coppola. En Marie Antoinette (2006), la cineasta reconstruye una protagonista que busca refugio en la decadencia. Se niega a ser un peón de las circunstancias. Con Faith (1981), The Cure hace una invitación explícita: susurra tu nombre en una habitación desierta y (re)plantea actos, sistemas y condiciones de posibilidad para la existencia humana.

La experiencia puede ser sofocante. La trampa está en descifrar las formas de enfrentar el vacío y hacer comprensibles las tragedias. Algunas personas se sienten amordazadas y optan por convertir las certezas en condiciones postergables. Quizá esa fue la génesis de la inconformidad de Chris Parry. Hacer de la vida algo personal causa malestar y —en muchos casos— asfixia. Ahí la intención de la versión de estudio de “The Drowning Man”.

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Las heridas no son mudas, pero llegan a ser incodificables. En una carta, una joven expresó que pudo nombrar la pérdida de su madre hasta que se dejó arrullar por “The Funeral Party”. Lo mismo sucedió cuando los hermanos Tolhurst se reunieron para despedir a Daphne, quien falleció a causa del cáncer.

Por esas fechas, la defunción abandonó su carácter sigiloso. Deborah Curtis buscaba los tickets membretados de Ian y en las calles se murmuraba la historia de cómo The Idiot (1977) se convirtió en el repertorio lúgubre de la escena musical de Mánchester.

A la par, Lol Tolhurst, Robert Smith y Simon Gallup deambulaban entre los mochileros que frecuentaban Bondi Beach. Hablaban sobre Fiction Records, lo mucho que detestaban las comparaciones con Kraftwerk y las circunstancias que motivaron la composición de Closer (1980). De estas pláticas surgieron “Primary” y “The Holy Hour”. En octubre de 1980 el público de Ámsterdam se unió a la conmemoración de la memoria de Ian Curtis. La purga de “Twenty Four Hours” se convirtió en una plegaria: kiss the ground before they pray.

El vínculo entre Joy Division y The Cure fue más allá de su coincidencia en The Marquee Club. La premisa que une a Faith, Unknown Pleasures (1979) y Closer es clara y tajante: los seres humanos nos empeñamos en llamar rumor a la única certeza que tenemos:

la muerte.

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El lanzamiento de Faith no generó gran discusión respecto al sonido. Desde un principio Robert Smith hizo pública su opinión respecto al coldwave. La prensa tampoco mostró gran interés en que parte del álbum se trabajara en Abbey Road Studios. El nomadismo de composición y grabación es un tema periférico. Muy pocos medios cuestionaron los viajes en carretera, la inspiración en el realismo mágico de Mervyn Peake, las contribuciones de Billy Mackenzie (The Associates), el trabajo con Fred Zylstra o la propia salida de Matthieu Hartley.

A pesar de que Faith fue antecedido por 121 fechas en 13 países diferentes, el éxito comercial no se consideró un elemento relevante. Para ese entonces ya se empezaba a hablar sobre la superación de la conocida “fórmula Beatles” y, además, el álbum no sobresalió por las estrategias de promoción, ya que solo contó con un single oficial: “Primary” (que originalmente se tituló “Cold Colours”).

Con Faith, la banda quiso dar un giro a las dinámicas de trabajo con la disquera. Tras el éxito de “A Forest”, los integrantes de The Cure se convencieron de que para sobrevivir a la industria musical “se necesitaba de la habilidad para surfear en un mar embravecido”. Sin embargo, rechazaron la propuesta de solo ser una banda de sencillos.

En este periodo la agrupación también decidió cancelar las presentaciones en Italia y Canadá. Su objetivo era experimentar con más instrumentos y con temas que demostraran que la filosofía era forzosamente un acercamiento a la intimidad.

Algunos periodistas se mostraron sorprendidos ante el tinte ‘religioso’, pues se sabía que Robert y Lol habían sido educados como católicos, algo poco común en la década de los 80 en el Reino Unido. Asimismo, ciertos diarios locales se escandalizaron ante la “manía” de Smith por la muerte. “No es una obsesión. Es una perspectiva”, sostuvo el músico en una charla con la revista francesa Best. “Creo que debemos manifestar las convicciones en las que creemos”.

I see you fall but still I strike you (...) kiss your eyes and finish your life

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A la clausura de la gira promocional de Seventeen Seconds (1980), Robert Smith se dio cuenta de que “el mundo era mucho más pequeño de lo que habían imaginado”. Su sentencia encontró eco en la composición lírica de Faith. Tal y como lo relató Lol Tolhurst, el álbum “fue una forma reemplazar todo lo que se les había enseñado”.

A lo largo de la vida se habla de la fe como un fin único de la religión. Se suele ignorar que el término está en discordia. A la fe se le aborda como acto, facultad, sistema y condición. De ella derivan preguntas sobre los tipos de realidad. ¿Es la fe la promesa que nos hace existir? ¿o es lo que nos prepara para sobrevivir a la claustrofobia de un infierno inexpugnable (Pornography)?

Lost forever in a happy crowd

Entrevista con John Medeski

Hundiéndonos en la profunda experiencia musical de John Medeski.

John Medeski, músico residente en NY, está por presentarse en el segundo ciclo Transfrontera de la UNAM tocando piano solo y gracias a todas fuerzas místicas del universo, pudimos cruzar nuestros caminos y conversar acerca de su experiencia musical en este plano existencial.

La música es algo que podemos escuchar, pero no palpar y las sensaciones que transmite son distintas para cada individuo: “Al principio, cuando tocaba música clásica era muy mágico, tocar algo que había memorizado y aprendido bien me hacía sentir que trascendía la música”.

Luego, bajo sus propias palabras, empezó a improvisar y crear así música que provenía solo de él, experimentando una poderosa catarsis musical y se convirtió una obsesión hacer música en el momento para el momento.

Tocar música con esa energía espontánea me conecta con la tranquilidad, con el presente y con el no presente, me conecta con esa parte de mi que no tiene que ver con palabras ni pensamientos”.

Así siente Medeski la música en el plano individual, pero él ha colaborado con gran cantidad de artistas, eso hace que la música se vuelva algo colectivo y por lo tanto necesita cierta voluntad de conexión con los otros músicos.

“Nunca hubiera trabajado con tantos artistas si crear la conexión hubiese sido difícil, ¿sabes? Lo difícil es la parte del negocio, tener una banda como The Word, con tres diferentes entidades y tres managers distintos, eso es lo difícil. Coordinar cosas con músicos tan ocupados es lo más complicado”.

Con tantos años de carrera, Medeski ha tocado en diferentes tipos de escenarios en distintas partes del mundo, eso lo ha inspirado en su vida y sobretodo en su música: “Perú es un lugar que me ha inspirado mucho, trabajé con Susana Baca, una hermosa cantante afroperuana, le aprendí mucho”.

La espiritualidad de Perú también tocó su alma y la llenó de inspiración: “La conexión que tiene la gente con la tierra y la música y la manera en la que se conjuntan con lo ritual me ha inspirado en muchos niveles. Tan solo escuchar sonidos de las montañas, la selva y la naturaleza, es grandioso”.

La música de EE. UU. también es una gran fuente de inspiración para él: “La música indígena es la que más me ha influenciado, cuando la música es creada por su propio bien, para celebrar algo como el tiempo de cosecha o cuando tocas para la naturaleza o tocas para dios, eso es lo más importante para mí. Ese tipo de conexión con la música me inspira y veo eso en México”.

Medeski quiere mucho a México porque su gente es muy abierta de corazón y… “aman la comida, culturas que aman la comida también aman la música. También sus tradiciones, la conexión que tienen con lo indígena y que todavía tienen presentes muchas prácticas antiguas”.

Hablando de comida, Medeski comparte un muy buen recuerdo: “Durante las primeras giras de Medeski Martin & Wood, nos cocinábamos nosotros mismos. Instalamos un molino en nuestro camper y molíamos elote para hacer pan o tortilla. Improvisamos un sistema de cuerdas de bungee para cocinar mientras conducíamos al siguiente concierto, (risas) la comida es muy importante para mí”.

El público es una parte muy presente en cualquier persona viviendo una experiencia musical en este mundo y Medeski ha tocado para grandes cúmulos de seres humanos.

Nos la hemos pasado bien tocando para audiencias grandes, le abrimos a Dave Mathews, a Greatful Dead, tocamos con Beck un vez en el Festival Bumbershoot, había entre 17 mil a 20 mil personas ahí y es divertido, pero es más difícil crear el común denominador para unificar a toda la audiencia”.

Medeski no titubea al decir que menos gente mejor: “Cuando improvisas, la retroalimentación del público mientras tocas te hace sentir la sensación de cómo lo que haces afecta el ambiente. Un público de 500 personas o uno de 2 mil es lo ideal para mi, hemos tenido experiencias muy gratas con esa cantidad de gente”.

Una cosa es la cantidad de gente y otra cosa es el tipo de gente, eso también afecta mucho al músico al momento de treparse al escenario. “Los primeros conciertos de Medeski Martin & Wood fueron en clubs de jazz y no nos gustó. Es extraño, el jazz se supone que es un lenguaje de libertad y ellos solo querían escuchar los estándares de jazz que han escuchado toda su vida”.

Luego tocaron en clubs de punk y ahí fue diferente: “Fue muy revitalizante, la respuesta fue increíble, pero a veces la gente nos gritaba ‘¡Ya hagan algo!’, querían un ritmo con qué moverse y es frustrante porque para nosotros la experimentación es parte de la experiencia, después descubrimos que eso sí le gustaba al público del jazz. Nuestra música siempre ha estado en medio de todo (risas)”.

¿Quieres saber cómo es un público horrible para Medeski? Pues él te lo cuenta: “Una vez tocamos con A Tribe Called Quest y había un tipo en primera fila con la cabeza sobre el escenario, de repente dejamos de tocar, el tipo se levantó emocionado, luego volvimos a tocar, puso cara de horror y volvió a tirar su cabeza sobre el escenario, de verdad quería que nos bajaramos. Fue muy divertido (risas)”.

Saber escuchar con atención es algo muy importante para ser un buen público y en esta última parte de la entrevista y de esta lectura Medeski nos cuenta su experiencia siendo parte del público. “La primera vez que vi a Oscar Peterson fue algo increíble, cuando vi a Ray Charles me provocó muchas lágrimas, con una canción que había escuchado un millón de veces 'Just For A Thrill', fue increíble. Cuando vi a King Sunny Adé en Boston, eso me cambió la vida, ¿sabes?”.

“Cuando me mudé por primera vez a NY, en el 89 o 90, caminaba por East Village, fue una situación muy random, entro a un lugar y había una increíble compañía de danza y Zeena Parkins que estaba tocando con ellos. Tocó sola con su arpa eléctrica y eso me voló el cerebro”.

Curiosamente, Zeena Parkins también fue parte de este segundo ciclo Trasfrontera de la UNAM, ella hace música experimental y ha trabajado con el grandísimo John Zorn. Así que ver a los artistas de Trasfrontera no debería ser considerado una pérdida de tiempo, tal vez sea hora, aunque sea, de darte un quemón.

Genghis Tron — Dream Weapon

Tras poco más de una década de silencio, el grupo regresa con otro ejercicio de experimentación sonora.

Cuando uno lee en reseñas, acerca del equipo de audio necesario para escuchar cierto tipo de discos, hay una natural expresión de incredulidad, ante la exigencia adicional que supone escuchar un disco; Pero si algo es seguro es que el nuevo trabajo de Genghis Tron merece ser reproducido con un par de buenas bocinas o buenos audífonos, ya sea por la cantidad curiosa de detalles que a primera impresión son difíciles de notar o porque simplemente no se puede escuchar Dream Weapon a la ligera, un disco que tomo trece años de espera.

Para este disco vuelve la alineación original a cargo de Hamilton Jordan y Michael Sochynsky, quienes se han propuesto hacer un disco que mantuviera el sello de la casa, pero con miras hacia un sonido mucho más refinado. Pero que nadie se espante, si bien aquí no hay aquella gama de sonidos que los hizo acreedores del curioso, pero efectivo, mote de “nintendocore” que mezcla la electrónica con riffs de guitarras, en su caso siempre más ligados al metal, la agresividad se mantiene y hace que la espera haya valido la pena. Para este nuevo disco el cambio viene con dos inclusiones importantes, han dejado guardadas las baterías programadas y han encontrado en Nick Yacyshyn (Sumac, Baptist) una baterista que les siga el pasó y añada algunos toques extra a la paleta de sonido; y por ultimo a Tony Wolski, quien es el encargado de las vocales en esta ocasión, aportando melodía y vocales menos agresivas pero si mejor empleadas y con la energía suficiente para mantener tu atención por 40 minutos.

"Dream Weapon" es el primer sencillo y es una introducción adecuada al mundo de este disco, la velocidad y los ejercicios con la electrónica toman un rumbo mucho más cinematográfico, un poco para continuar con el tema de ciencia ficción de su anterior placa Board Up the House. “Pyrocene” habla de una persecución constante, no sabemos a quién, pero la batería marca cada uno de los pasos de esa secuencia digna de película de acción. Los temas más largos son este caso los mejor logrados, cuando se trata de llevar ideas poco a poco hasta llegar al climax. Los sintetizadores iniciales en “Alone in the Heart of the Light” y la opera metal de “Ritual Circle” con su secuencia de riffs constantes y duros hacen la perfecta combinación, con una mezcla envidiable, que parece un esfuerzo completamente en equipo.  El disco cierra con el medio tiempo “Single Black Point” que baja un poco la intensidad, para regresarnos al final con “Great Mother”, un tema que nos deja en claro que, si hay que esperar una década más para otro trabajo, habrá valido la pena.

Parece que no, pero Genghis Tron está unos cuantos pasos delante de su audiencia y es por ello que no teme desafiarlos con nuevas aventuras sónicas. Mientras el proyecto decide si el camino es continuar, el escucha tiene la oportunidad de revisar un disco interesante, complejo, divertido y lleno de secretos, que se pueden descubrir en cada nueva escucha.

Glasvegas — Godspeed

La noche y su belleza retorcida.

Lejos, muy lejos, ha quedado septiembre del 2008, momento en el que una nueva banda de origen escocés (el frío y gélido ambiente escocés) apareció en la escena con un álbum debut lleno de dramatismo, depresión, tristeza y un cantante, James Allan, que se mostraba tal cual se sentía: destruido.

Bajo el título de Glasvegas, aquella colección de 10 canciones fue suficiente para que Glasvegas —la agrupación— fuera nominada al prestigioso Mercury Prize, gracias a canciones como “Geraldine”, “It’s My Own Cheating Heart That Makes Me Cry” o “Daddy’s Gone” que dejaron entrever los demonios al interior de su autor.

 

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Más de 10 años han transcurrido (13 para ser más precisos) y, en el camino, el mismo vocalista nos entregó un par de obras más, Euphoric Heartbreak (Columbia Records, 2011) y Later… When the TV Turns to Static (Relativity Records, 2013), aunque muy alejado del furor causado por su debut y, muy probablemente, el cansancio al interior del grupo.

Hoy, a casi ocho años de su más reciente producción, Glasvegas regresa con Godspeed, el cuarto título de su discografía, y un puñado de canciones muy representativas de su creador, James Allan, quien cuenta ya con 41 años de edad, pero que sigue con los mismos demonios, sí, pero más adultos, por decirlo de algún modo.

Mientras los años se nos van encimando, todo cambia: la vida, las emociones, los miedos, las pesadillas, nuestra visión de la muerte. Todo. Y eso es, precisamente, de lo que viene a cantarnos Glasvegas, donde la noche juega un papel importante a la hora de adentrarnos al discurso lírico y sonoro de esta nueva entrega.

En total, son 11 temas los que componen Godspeed, siendo dos de ellos meramente instrumentales, los cuales sirven para, quizás, tomar un breve respiro en medio de unas letras que vuelven con el dramatismo característico de quien las escribió.

Desde que nos presentó el primer corte, “Keep Me a Space”, se sintió el mismo ambiente frío y descorazonado de su álbum debut. Y sí, 13 años después, Glasvegas ha firmado un disco potente, tanto en lo musical como en su prosa, y cargado de emociones, retorcidas muchas de ellas, que continúan en la cabeza de James Allan.

Los primeros sonidos de “Dive”, segundo track de Godspeed, nos recuerdan a los inicios de “Geraldine”, pero no, no es esa guitarra melancólica la que irrumpe, sino unos sintetizadores que, súbitamente, nos llevan de paseo por una de las tantas noches turbias por las que anduvo caminando Allan a lo largo de siete años, tiempo que tardó en completar este nuevo material.

Todos, cada uno de los nuevos temas de Glasvegas comparten un mismo camino nocturno, pero con un paisaje distinto. Son 11 cortes donde la noche, más que un momento del día, se convierte en una compañera leal, con todo y su belleza retorcida.

David J busca colaborar con alumnos de diseño y artes

La leyenda del gothic rock busca encontrar sonidos nuevos e inspiradores de jóvenes creativos para crear un proyecto musical en conjunto.

David John Haskins, a quien seguramente conoces como David J y quien es miembro fundador de la icónica banda británica, Bauhaus, está listo para lanzar un nuevo proyecto musical con alumnos de la Escuela de Artes y Diseño en Irlanda y tú puedes ser partícipe.

En Steve Lally surgió la idea de crear este proyecto y le sugirió a David J encabezarlo, él aceptó y ahora se transmitirá en línea una entrevista para conocer todos los detalles. Para este próximo lanzamiento, los alumnos de dicha escuela podrán enviar un audio grabado desde los alrededores inmediatos de su mundo cerrado, al que llamaron, “covid-sounds”.

Estos “covid-sounds” no deben tener una duración mayor a tres minutos y serán aceptados todos los sonidos que pudieron haberse eludido antes de esta pausa forzada, o aquellos que se ignoraron hasta ser reflexionados. Todos los alumnos tendrán oportunidad de participar hasta finales del mes y el ganador tendrá la fortuna de colaborar con la leyenda del gothic rock.

 The Bauhaus Effect es un evento online gratuito en el que Lally platicará con David J. del proceso creativo de sus creaciones y cómo estas inspiran a los alumnos de dicha escuela. Este tiene como fecha el próximo jueves 15 de abril en punto de las 19:00 H. y para poder participar solo debes dar clic aquí y registrarte.

Mientras te registras, te dejamos con sus mejores temas.

The Black Keys anuncia nuevo álbum de covers y estrena “Crawling Kingsnake”

Delta Kream: Guía para resucitar 70 años de herencia bluesera.

El dúo de Akron anuncia Delta Kream, nuevo álbum de covers, con blues hasta donde la vista alcanza. Dan Auerbach y Patrick Carney nos han llevado por el sacro camino del rock n’ roll a lo largo de una fructífera carrera como The Black Keys. Regresando, en años recientes, a los sonidos que los vieron nacer. Pasando de una psicodelia sutil en Turn Blue al desenfreno crudo de Let’s Rock en 2019, trayéndonos flashbacks de sonidos a la Rubber Factory o Magic Potion.

Esa sensación de volver a sus inicios es la chispa que origina Delta Kream. La banda anuncia este nuevo material sorprendiendo con el lanzamiento de una reversión a “Crawling Kingsnake” de John Lee Hooker la cual ya puedes escuchar a continuación.

Aquí te dejamos la versión original.

El álbum promete ser una reverencia al blues del Mississippi, con covers a leyendas como R. L. Burnside, Junior Kimbrough, Ranie Burnette, Big Joe Williams y Fred McDowell.

The Black Keys (Delta Kream)

Podremos escuchar los once tracks del nuevo disco el próximo 14 de mayo, vía Nonesuch Records.

  1. “Crawling Kingsnake’ (John Lee Hooker Cover)”
  2. “Louise’ (Mississippi Fred McDowell Cover)”
  3. “Poor Boy A Long Way From Home’ (R. L. Burnside Cover)”
  4. “Stay All Night’ (Junior Kimbrough Cover)”
  5. “Going Down South’ (R. L. Burnside Cover)”
  6. “Coal Black Mattie’ (Ranie Burnette Cover)”
  7. “Do the Romp’ (Junior Kimbrough Cover)”
  8. “Sad Days, Lonely Nights’ (Junior Kimbrough Cover)”
  9. “Walk with Me’ (Junior Kimbrough Cover)”
  10. “Mellow Peaches’ (Big Joe Williams Cover)”
  11. “Come On And Go With Me’ (Junior Kimbrough Cover)”

Sufjan Stevens comparte su nuevo track, “Lamentations II” 

El autor de “Mystery of Love” libera la segunda parte de su próxima obra instrumental.

Como parte de su álbum instrumental Convocations, el músico y productor estadounidense publicó “Lamentations II”, el primer track perteneciente al segundo volumen del disco titulado Lamentations. El LP completo, este segundo compilado, y las próximas producciones del mismo, estarán disponibles en formato vinilo para noviembre 2021, y en formato digital para el 6 de mayo, a través de Asthmatic Kitty Records. Pre ordena y escucha aquí. 

La semana pasada, Stevens compartió el primer sencillo “Meditation V”, extracto de su volumen homónimo Meditations, y el resto de este álbum que comprende de 10 temas. Cada uno de ellos con un visual que ya puedes disfrutar en su canal oficial de YouTube. 

La próxima sección de este larga duración llegará el próximo 22 de abril bajo el nombre de Revelations, el 29 del mismo mes con Celebrations, y finalmente Incantations para el 6 de mayo.

Los 5 títulos de este disco contendrán en su totalidad 49 temas, que sintetizan “un año de ansiedad, incertidumbre, desolación y pérdida”, esto en relación al fallecimiento de su padre en septiembre de 2020, dos días después del lanzamiento de su último disco The Ascension

Escucha “Lamentation II”, la apertura a su segunda entrega compilatoria  Lamentations , por Sufjan Stevens:

 

Vibra con el folclore de Travis Birds y su nuevo álbum

"Una mezcla entre un niño, un señor muy serio, una tarda y un escarabajo común", así es el característico sonido de la cantautora española.

La ambivalencia del folclore y la música contemporánea: La Costa de los Mosquitos, el nuevo disco de Travis Birds, un compilado que suscita a sus raíces españolas con la peculiar tesitura de su voz, y temas diversos que ahondan en lo acústico, elementos electrónicos, los boleros, las baladas relajadas y desenfadadas. 

La compositora madrileña de 31 años publicó su segunda producción discográfica el pasado 26 de marzo, misma que precede a su álbum debut Año X de 2016. Musicalmente, esta última producción está cargada de ritmos y sonidos alivianados, que oscilan entre el folk, y la música tradicional española; con guitarras acústicas lentas, guitarras eléctricas recargadas de reverb, pianos abiertos y un rango vocal que recurre a géneros incidentales como el flamenco o la copla. 

Este larga duración contiene 10 temas, entre los cuales destaca “Tanananá”, en colaboración con el argentino-estadounidense Kevin Johansen, quien le brinda a la canción “... un tono cálido y elegante, una voz diferente que arropa a la vez que da una personalidad diferente sin pretensiones y desde una mezcla de elegancia y humor.” 

En 2019, la cantante lanzó “Coyotes”, uno de sus singles más representativos y famosos por pertenecer al soundtrack de la serie televisiva de Movistar +, El Embarcadero. Además publicó una celebrada versión de “19 días y 500 noches” junto a Benjamin Padro, en homenaje a Joaquín Sabina

Escucha el último sencillo de Travis Bird, “Tanananá” ft. Kevin Johansen, y su nuevo disco La Costa de los Mosquitos

Tracklist de La Costa de los Mosquitos

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  1. “Las Cinco Disonante”
  2. “Claroscuro”
  3. Madre Conciencia”
  4. “Tanananá” (con Kevin Johansen)
  5. Bolero Para Un Trompeta”
  6. “Lagarto Rojo”
  7. “Acordes de Jazz”
  8. “La Vela”
  9. “Maleza”
  10. “Concierto Para Chicharras

Escúchalo en plataformas digitales:

Danny Elfman prepara álbum con miembros de NIN, Devo y más

El compositor reconocido por su trabajo para cineastas como Tim Burton o Sam Raimi nos presentará su lado más oscuro y abrasivo.

Danny Elfman no solamente ha estado ocupado con el soundtrack de la nueva película de Marvel, Doctor Strange: In The Multiverse of Madness (Sam Raimi, 2022). También, ha publicado nuevos sencillos para Big Mess, primer álbum solista de Elfman en 37 años que verá la luz el 11 de junio vía ANTI-/Epitaph.

A diferencia de So-Lo (1984), anterior álbum solista dedicado al new wave y al synth, Big Mess presume una estética más orientada al metal industrial, lo cual hace sentido al tomar en cuenta que Elfman es acompañado por Robin Finck, guitarrista de Nine Inch Nails, y Nili Brosh, guitarrista en Dethklok. A ellos se suman el baterista Josh Freese (Devo) y el bajista Stu Brooks (Mike Patton).

“True” es el último adelanto publicado por Danny Elfman; mira el perturbador visual dirigido por Sarah Sitkin a continuación.

Nada de esto estaba planeado, no sabía cuántas canciones iba a escribir. Solo sabía que no sería un álbum limpio, fácil de categorizar. Estaba destinado a ser esta locura cacofónica. Porque eso es lo que soy… el Big Mess [gran desorden] soy yo”, comenta el músico en el sitio de ANTI-.

Aún faltan dos meses para el estreno de Big Mess, pero ya puedes pre-ordenarlo en este enlace. Mientras tanto, no te pierdas los anteriores adelantos del álbum: “Happy”, “Sorry”, “Love in the Time of Covid” y “Kick Me”.

BigMess_DannyElfman_2021

  1. “Sorry”
  2. “True”
  3. “In Time”
  4. “Everybody Loves You”
  5. “Dance With The Lemurs”
  6. “Serious Ground”
  7. “Choose Your Side”
  8. “We Belong”
  9. “Happy”
  10. “Just A Human”
  11. “Devil Take Away”
  12. “Love in The Time of Covid”
  13. “Native Intelligence”
  14. “Better Times”
  15. “Cruel Compensation”
  16. “Kick Me”
  17. “Get Over It”
  18. “Insects”