Tonga Conga logró demostrar que menos es más con su disco debut Jevi.
Tonga Conga impulsa cada vez con más fuerza el new latin wave al hacer una mezcla de diferentes géneros latinos, sonidos de la naturaleza y una forma peculiar de fusionar la electrónica. Potencia de voces que se hacen presentes en cada canción, un conjunto de canciones que forman un disco capaz de demostrar la diversidad musical de Latinoamérica y el Caribe.
Jevi comienza con “Don’t Stop Looking For The Light”, misterio, percusiones y cantos que asemejan a culturas prehispánicas. Una combinación enorme de instrumentos que se juntan para provocar curiosidad.
Lleno de colaboraciones, Jevi presenta a Acentoh en “Negro Revelao”, trap, rap y una voz gruesa y potente que demuestra por completo la inconformidad de la letra. Acentoh provoca un sentimiento de impotencia solo con su interpretación. Una representación completa de la vida y la negritud.
La vibra chill atraviesa a “Mira Bien” con Mula, una canción perfecta para el comienzo de una fiesta, seguido de “Diablo” en conjunto con Mabiland, que es la continuación ideal para poner a la gente bailar, con ese coro pegajoso y que todo el mundo cante al mismo tiempo.
“Asiko” demuestra todo el estilo africano; desde los primeros segundos capta la atención con su voz melódica y determinante. Tolumide demuestra energía y movimiento al cantar, además de que Tonga Conga destaca su trabajo en las percusiones.
El disco baja su intensidad con “Hard Times”, pero no deja de ser perfecta para mover el cuerpo, aunque también puede funcionar para un momento de relajación o concentración absoluta en algún trabajo. Este track sirve como puente para llevarnos a aceptar que hay situaciones en la vida donde decimos “Duele”. Vanessa Zamora y Tonga Conga logran hacernos bailar mientras lloramos.
Raúl Sotomayor logró con exactitud crear beats para cada artista con quién colaboró en Jevi, “Pa’ Siempre No Es Na” con Immasoul provocan cierta melancolía abrazada de una gran muestra de amor. El cariño y aprecio por otras personas continúa con “Brillo”, Seba Otero hace una ruptura de esquemas con su voz trapera y la base rítmica de la cumbia.
El final de Jevi llega con “Incendio”, una canción que, sería perfecta para el final de una película que narre la historia emotiva y cruda sobre la población latina. Tonga Conga logró el propósito de hablar sobre la identidad de las diferentes poblaciones en Latinoamérica.
Es un disco que no se convierte en un desastre ni es un revoltijo de géneros musicales diferentes. Raúl Sotomayor le dio orden y armonía a un trabajo con artistas que cantan y tocan ritmos totalmente distintos. Jevi convirtió lo antiguo, lo clásico y lo tradicional en evolución creativa para la música latina.
