Belle and Sebastian estrena video para "Sister Buddha"

La banda escocesa libera detalles relacionados con la banda sonora que está preparando.

Hace unas semanas se anunció que Belle and Sebastian estaba trabajando en la creación del soundtrack para la nueva película dirigida por Simon Bird: Days of the Bagnold Summer, el cual estará disponible el próximo 13 de septiembre a través de Matador Records. Ante esta revelación, la agrupación presentó "Sister Buddha", el primer single que viene acompañado de un video musical.

El líder de la banda, Stuart Murdoch, fue quien se encargó de dirigir este metraje en blanco y negro, en el que podemos ver a una carismática chica que se la pasa soñando con nuevas aventuras. Da play para ver el video a continuación:

Belle and Sebastian incluirá en este proyecto nuevas versiones de temas como: “Get Me Away From Here I’m Dying”"Know Where the Summer Goes” y "Safety Valve", canción de la que Stuart Murdoch habló en un comunicado de prensa. "La única vez que recuerdo haberla tocado fue en una cafetería con un amigo mío, y la gente se rascaba la cabeza. Solo había un verso y un coro, así que volví a él, y revisé las palabras. Es una simple canción sobre ser demasiado dependiente de una persona en particular, probablemente mi novia en ese momento. Pero parece que aquí también funciona bien".

 

 

Esteman en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris

El Teatro de la Ciudad Esperanza Iris cierra con Esteman el Pride.

En el centro del escenario se encuentra Esteman iluminado únicamente por las luces de los celulares de sus fans, su traje blanco parece irradiar luz propia, mientras canta "Raᴢᴏnes qᴜe nᴏ pᴜeden ser más qᴜe la fᴜerte y pᴜra realidad de ᴜna ᴄieɡa y dᴜra sᴏᴄiedad, qᴜe jᴜᴢɡa nada más y nᴏ te deja ser ¿Aᴄasᴏ nᴏ lᴏ ᴠes?", su voz es acompañada por sus leales seguidores, que entonan al unisono, "Sociedad".

El colombiano cerró con broche de oro el mes del Pride, en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, cantando por todas las personas que han tenido que esconderse detrás de una vida monótona, llena de inseguridades, miedos e injusticias, por las que lograron liberarse de los tabúes y las que se encuentran luchando contra ellos.

Cuando pienso en Esteman, la primer palabra que aparece en mi mente es libertad, y esta tarde fue dedicada a enaltecer esa pequeña palabra llena de significado. "De otro planeta" fue la encargada de abrir el show, "Tanto que me das, tanto que lo veo, porque no soy uno mas, en tus ojos leo que no tengo que posar para que me entiendas", y en esa canción desee que mi mejor amigo de la universidad estuviera a mi lado cantando las letras que nos ayudaron a crecer y aceptarnos tal y como somos.

Este domingo estuvo dedicado a las personas que ya nunca más tendrán que buscar encajar en lo cotidiano, para las personas que han encontrado con quien no sentirse parte del sistema, como lo canta en "Yo te diré". Todo el teatro se puso de pie desde la segunda canción "El distractor" y no pararon de bailar desde ese momento.

La nostalgia llegó con "Adelante" canción que originalmente interpreta con Carla Morrison, "Tantas promesas, juramentos e ilusiones, las palabras importantes son acciones, no actuaciones. No te mientas más, no me engañes más, no más", perfecta para decirle adiós a esos amores a medias.

Poco duro la tristeza, pues enseguida sonaron los primeros acordes de "Burkina Faso", la talentosa Vanessa Zamora se adueño del escenario con "Fuimos todo lo que nos pudimos dar, un amor que nunca nos dio para más. Y si pienso en esas noches junto a ti, comienzo a dudar, te quiero llamar, tenerte aquí".

"Mis canciones son como de desamor bailable, me gusta que las personas se puedan apropiar de mis experiencias pero a la vez puedan disfrutarlas bailando", esas fueron las palabras con las que anunció la llegada de "7 días", para después abrirle paso a "True Love", la cual fue interpretada por las poperas de Ventino. Los bailes no pararon, con "Como vez primera" y "Caótica belleza" nos hicieron recordar los inicios del colombiano.

Los miembros la comunidad LGBT han ganado pequeñas luchas diarias, han ganado dejar atrás los prejuicios que ellos mismos podrían tener consigo, la marcha del pasado 29 de junio nos demostró a todos que luchar en colectividad no solo visibiliza los problemas, también te hace encontrar a una segunda familia que defiende los mismos ideales que los tuyos, y pelea por dejar atrás los tabúes y discursos de odio, "Sociedad" es una canción que refleja todo esto, y su interpretación fue quizá uno de los momentos más emotivos de la noche.

Esteman nunca deja de lado su parte teatral, y lo demostró cuando las luces se apagaron, la Esteband salió del escenario, y la incertidumbre cesó cuando las luces iluminaron uno de los balcones cerca del escenario,el dueto Daniel, me estás matando esperaba al cantante para interpretar la nostálgica "Bahía San Miguel" y darle paso a Marco Mares interpretando por primera vez en vivo "Buscándote".

"Pasando el tiempo yo comprendo que las heridas se me van, las veo pero no lo las siento, marcaste y ya no estas, y ya no puedo más, algo me hizo mal, espero mientras me despierto a cicatrizar" se escuchaba en el teatro, pero no podíamos ver a Esteman ¿Dónde estaba? La emoción aumentó cuando corrió por todo el recinto cantando "Pobre Corazón", y yo casi me desmayó cuando se sentó en el barandal frente a mi asiento para seguir entonando la canción. Después volvió al escenario con "Cuando no estás".

Noa Sainz lo acompañó interpretando la sensual "On Top", "Aquí estoy yo" y "Noche sensorial" fueron las antecesoras de la actuación más esperada de la velada, el dueto entre Javiera Mena y Esteman con "Amor libre", misma para la que grabaron un vídeo en la Ciudad de México. La despedida comenzó con "Solo" y "Baila".

Pero el verdadero cierre del concierto y del mes de la diversidad y el orgullo fue con "Fuimos amor" y "Lo nuestro es eterno", la primer canción que escribió sobre el amor entre dos personas, y sobre la relación incondicional que tendrían por el resto de la eternidad. Este concierto fue un recordatorio para nunca dejar de abrazar a nuestra verdadera esencia, para amarnos, aceptarnos y nunca dejar de sentirnos orgullos de nosotros mismos.

 

Revive los mejores momentos de Glastonbury 2019

El fin de semana se llevó a cabo la edición 2019 de Glastonbury, aquí algunos momentos destacados.

A lo largo de su historia el festival de Glastonbury se ha caracterizado por la gran variedad de talentos que reúne durante sus tres días de duración. Este 2019 no fue la excepción ya que hubo proyectos consolidados pero también los talentos emergentes que están dando de que hablar. Te presentamos un TOP 5 de algunas presentaciones memorables que se vivieron en la región de Worthy Farm.

 

The Cure

La agrupación liderada por Robert Smith hizo su aparición en el legendario festival y dio cátedra de por qué es una de las bandas más importantes de la escena musical. En su set en el Pyramid Stage se escucharon "Pictures of You", "Push", "Play for Today", "Lullaby", "Friday I'm in Love", entre otras.

 

Kylie Minogue y Nick Cave

La cantante australiana fue una de las headliners del festival y aprovechó su paso para tener como invitado a Nick Cave con quien interpretó el tema "Where the Wild Roses Grow". Es importante mencionar que es la primera vez que se interpreta de manera completa en un show de Kylie.

 

Miley Cyrus

Vaya sorpresa que nos llevamos con Miley Cyrus quien, en su presentación, cantó algunos de sus temas pero también incluyó material de bandas como Metallica, Nine Inch Nails ("Head Like a Hole") y hasta extractos de Back to Black de Amy Winehouse. Aunque no hay mucha evidencia en YouTube un fan se aventuró a subir el audio de la estadounidense cantando "Nothing Else Matters" ¿Qué tal?

 

The Killers y Pet Shop Boys

La agrupación de Brandon Flowers tuvo invitados de lujo durante el cierre del sábado en el festival británico, se trató de Pet Shop Boys con quien interpretó los temas "Always on My Mind" y "Human". De igual manera Johnny Marr subió al escenario para tocar"This Charming Man" de The Smiths.

The Chemical Brothers

La dupla de música electrónica puso a bailar a los asistentes del festival con un set bastante variado que incluyó temas de su más reciente LP, No Geography y algunos clásicos que se han vuelto ya parte de la cultura musical. Lo curioso de su presentación es que había niños en primera fila disfrutando de los beats.

 

Aquí algunos otros momentos que fueron clave de Glastonbury

Tame Impala

Aurora

Rosalía

Kamasi Washington

Billie Eilish

Thom Yorke — ANIMA

ANIMA: el monólogo interno de Thom Yorke hecho música.

Ha de ser interesante entrar en la mente de Thom Yorke: saber cómo hace que toda esa ansiedad e incertidumbre que lo invade se transforme en las canciones que amamos. Ver a Flying Lotus improvisar en vivo en los escenarios lo inspiró a intentar algo nuevo: grababa pequeños tracks y se los enviaba a Nigel Godrich para que viera que podía usar, éste después creaba sampleos y loops, se los enviaba a Thom y él ya escribía las letras. Todos sus pensamientos y emociones acumuladas, su capacidad de seguir experimentando y sus ganas de crear música nos dan ANIMA, su nuevo y más completo álbum como solista.

La característica voz de Thom Yorke, ya sea cantando o en loops, se acompaña de sintetizadores, sampleos, loops, beats, arreglos, ecos, guitarra, piano, bajo y drum machines. Realmente es un repertorio amplio y con esto experimenta para crear canciones geniales con diversas capas de sonidos y momentos brillantes, pero con partes que se sienten incompletas. Se puede notar que se divirtió creando este álbum y es inevitable no imaginarlo bailando con su errático y peculiar estilo, ya que transmite una atmósfera dance y drum and bass.

Cada canción es un mundo diferente y no siguen una estructura definida; se componen de varios fragmentos y mutan en diversos momentos. El esqueleto puede ser un beat, una línea de bajo, una melodía, etc., a los cuales se les unen capas de sonidos que se mantienen durante un lapso y luego se pierden o se van sumando elementos. La genial y bailable "Traffic" es un ejemplo perfecto de esto. "The Axe" y "Last I Heard (...He Was Circling the Drain)" mantienen esta estructura con distintos sonidos y un ritmo más lento (son las canciones menos destacadas, más no malas). "Twist" y "Runwayaway", son un viaje lleno de cambios inesperados; "Not the News", va en aumento y te deja con ganas de más en el clímax final; "I Am a Very Rude Person" e "Impossible Knots", se sostienen de unas magníficas líneas de bajo y "Dawn Chorus" (un título que resultará familiar para los fans de Radiohead), la cual es una hermosa pieza donde la melancólica voz de Thom Yorke es acompañada de un sintetizador mientras nos recita un monólogo muy personal.

Como es usual, no es un disco fácil. Toma varias escuchadas para empezar a tomarle cariño, pero cuando hace clic, el verdadero viaje y la diversión comienzan. Es necesario para apreciar cada canción y notar los detalles que la componen. Y eso es lo hermoso: en cada escuchada encontrarás algo nuevo. Una melodía, un sampleo, un beat que le da una nueva dimensión a la canción. ANIMA es un viaje que te lleva a un trance distópico lleno de matices.

Líricamente es un álbum oscuro. Thom Yorke, sigue escribiendo versos inconexos que hablan sobre la ansiedad, angustia, miedo, paranoia y la incertidumbre que le provoca pensar en el futuro y la tecnología. Es un vistazo al interior de su cabeza para saber porque lo atormentan dichos temas. Las letras encajan bien los sonidos de ANIMA para transmitir esas emociones.

Da la impresión de que los álbumes de Thom Yorke son como un ejercicio de imitar sus influencias en la música electrónica y ponerles su toque. Al contrario de sus álbumes pasados, los cuales parecen más un experimento, este tiene cohesión: ya sabe que quiere hacer y cómo hacerlo. Hay similitudes con todos sus proyectos: tintes de Radiohead, Atoms For Peace y su trabajo en solitario. Toma partes de cada uno para crear este álbum y el resultado es plausible.

ANIMA es el trabajo más completo de Thom Yorke como solista. Siempre encuentra la manera de hacer que su música tenga algo más, un valor agregado que hace que se nos ponga la piel chinita: ya sea musical o líricamente. Eso sí, no es para todos. Seguramente dividirá a los fans. Piensen en The King Of Limbs. Si les gustó, disfrutarán este álbum, si no, denle la oportunidad a otro disco. Para los fans de la electrónica experimental: estoy seguro de que disfrutarán este reto.

"Restless", la nueva canción de Miami Horror

Lo nuevo de Miami Horror tiene un buen groove para este verano.

La banda australiana de electro pop, Miami Horror, nos presenta su primer sencillo "Restless". Una canción que sirve como declaración de amor al puro estilo del R&B.

Con "Restless", la banda nos muestra un enfoque más sencillo de la producción y un énfasis continuo en los vocalistas externos. “Para mí, la música siempre ha consistido en completar una visión y tratar de hacer que algo se destaque. Permitir la colaboración externa realmente me abre para completar esa visión sin estar restringido a mi propio conjunto de habilidades”, comentó Bejamin Plant, el frontman de la banda.

Escucha el tema a continuación:

Este es el primer single de su próximo material discográfico del que solo sabemos que incluirá colaboraciones inesperadas y sonidos que mantendrán tus necesidades satisfechas y tus oídos ansiosos. Todo esto creado gracias al productor de Los Ángeles, Kevin Lavitt.

Próximamente Miami Horror se presentará en la Ciudad de México en el marco del festival Corona Capital junto con artistas como Interpol, Weezer, Keane, Franz Ferdinand y más.

Mientras esperas, te compartimos el making of de "Restless":

 

 

 

 

 

TOP 5: Los momentos más rock de Bob Esponja

¡Feliz cumpleaños Bob Esponja!

Este año se cumplen 20 años de Bob Esponja, es por eso que preparamos un homenaje con los momentos más rock de esta serie animada que ha generado un universo de personajes muy queridos (Bob Esponja, Patricio, Don Cangrejo, Arenita, Calamardo y Plankton), así como frases, estrenos cinematográficos, productos de consumo y memes que ya son parte de nuestra cultura.

Bob Esponja se estrenó el 17 de julio de 1999 y desde entonces ha sido vista en 208 países y traducida a más de 55 idiomas. Fue creada por Stephen Hillenburg y producida por Nickelodeon en Burbank.

 

Pantera

La banda estadounidense Pantera prestó una versión instrumental modificada de su canción "Death Rattle" para el episodio de la temporada dos titulado, Pre-Hibernation Week (2001). En esta aventura, Arenita y Bob Esponja realizan deportes extremos con un poco de groove metal.

 

El Musical

Bob Esponja dio un nuevo paso en su exitosa historia, ya que presentó una adaptación teatral en Broadway, que incluía canciones de David Bowie como “No Control”, que grabó con el músico Brian Eno en 1994 para, tiempo después, publicarlo en el disco 1. Outside. Este es uno de los sencillos más conocidos del álbum junto a “Hallo Spaceboy” y “Strangers When We Met”.

Otros de los artistas que participaron en este proyecto fueron Steven Tyler y Joe Perry de Aerosmith, The Flaming LipsThey Might Be Giants y The Plain White T’s. Todos ellos aportaron canciones inéditas y se declararon grandes seguidores de la obra de Stephen Hillenburg, artista y biólogo marino creador de la caricatura.

El musical se estrenó el 6 de noviembre en el Palace Theatre de Londres y abordó a un Fondo de Bikini cerca de su total aniquilación, lleno de caos y desesperación.

 

David Bowie

En 2007, David Bowie prestó su voz para la primera película de Bob EsponjaAtlantis SquarePantis, interpretando al Señor Alteza Real.

Rock Band

La actualización del Rock Band 2 para Wii incluía canciones como "Don't Stop Believing" de Journey, "Heartbreaker" de Pat Benatar, "Times Like These" de Foo Fighters, y "Rock ‘n' Roll Star" de Oasis, pero también podías disfrutar de tres canciones del querido Bob Esponja: "The Best Day Ever Song", "Where's Gary?" y "I Can't Keep My Eyes Off of You".

Gene Simmons

En el episodio 20,000 Patties Under The Sea de la temporada cinco, Gene Simmons de KISS interpreta a un monstruo marino que ha estado dormido durante los últimos 79 años, solo para ser despertado por nada más ni nada menos que Bob Esponja y Patricio.

 

 

Corona Capital: 10 años

El poder de las historias.

Contiene spoilers de Game Of Thrones

“¿Qué une al pueblo? ¿Las huestes? ¿El oro? ¿Las banderas? Las historias. No hay nada más poderoso en el mundo que una buena historia. Nadie puede detenerla. Ningún enemigo puede vencerla”. Con esta lógica Tyrion Lannister argumenta la decisión de que sea Bran Stark el próximo encargado del trono al final de la aclamada serie Game Of Thrones. Él es quien conoce el pasado de los personajes, en dónde nacieron, en qué contexto crecieron y qué es lo que anhelan. Tyrion prosigue en su discurso. “¿Y quién tiene mejor historia que Bran el Roto? El chico que cayó de una alta torre y sobrevivió. Supo que no volvería a andar, así que aprendió a volar. Cruzó más allá del Muro. Un lisiado. Y se convirtió en el Cuervo de Tres Ojos. Es nuestra memoria, el custodio de todas nuestras historias: las guerras, bodas, nacimientos, masacres, hambrunas... Nuestros triunfos y nuestras derrotas. Nuestro pasado. Quién mejor para conducirnos al futuro". En caso de que no hayan visto el show de televisión coincidirán en el punto central del discurso, lo que da sentido al flujo de la vida, de nuestras vidas, es la historia, nuestras historias. La narrativa de la humanidad formada por tramas, subtramas, precuelas, secuelas, reinvenciones y escisiones que simultáneamente son relatos originales y únicos. Nuestros testimonios personales escritos a través de cada segundo, de cada respiro, de cada lágrima. Gritos y suspiros. Quien no conoce su historia está condenado a repetirla.

La Ciudad de México, entre sus cientos de miles de relatos que cuenta diariamente, uno particular que sucede año con año desde hace diez, el Corona Capital. Y eso es lo que está celebrando el festival de música este 2019. Una narración que involucra poco más de un millón de historias de los asistentes que hemos ido en sus años de existencia. El festival que nació después de varios intentos de consolidar los festivales de música como eventos regulares en México ha logrado que multitudes se concentren para ver a sus bandas favoritas en diferentes estados del país. Gracias a su solidez, construida a paso lento, se ha insertado una idea en los jóvenes mexicanos sobre la experiencia y el sentido de pertenencia a un lugar. Puede ser una pose, un aprecio real por la música o una convivencia con amigos, familia o pareja –todas las opciones válidas–, pero está de moda ir a festivales de música en México. La narrativa mundial de festivales como Primavera Sound, Coachella, Rock in Rio, Lollapalooza, Roskilde y Glastonbury se ha expandido a México, y eso ha sido gracias al Corona Capital. Aunque Vive Latino existe desde 1998 y tiene el doble de edad, no ha generado un sentido aspiracional o de experiencia dentro de la sociedad mexicana, tal vez sí un sentido de identidad en una comunidad que se enorgullece de un idioma o una posición geográfica. Y los festivales en los estados de la República no pueden quitarse la impronta de la doble “C”.

El Corona Capital es el festival de música más importante en México y lo es no por su curaduría, la cual cuestionaremos, sino por la historia que ha contado en esta década. Una historia de la que muchos queremos formar parte, aunque lo neguemos y nos quejemos del line up, a punto de comenzar el festival intentamos conseguir boletos a cualquier precio. Los testimonios se esparcen posterior al evento en Instagram, en Twitter, en Facebook, en WhatsApp, en Telegram, en las conversaciones en la escuela, el trabajo y las reuniones. La historia del Corona Capital nos atraviesa como un suceso que parece inevitable a quienes hemos ido, aunque sea una vez. La conversación puede ser incluso mínima, escueta, los protagonistas se preguntan. “¿Viste a AIR?”, respuesta afirmativa con la cabeza... el silencio de ambos comprende que los dos presenciaron una experiencia sublime y que no es necesario decirse algo.

La narración también tiene elementos cuestionables y se sumerge en algunas contradicciones. Si bien algunas ediciones han sido acertadas y otras menos afortunadas, el festival no ha buscado generar un concepto, no ha arriesgado en su propuesta y le ha tomado tiempo generar una experiencia que vaya más allá del escenario, algo que aún no logra del todo y que pasa como un marco dentro del mismo. Cómo entender que no ha entrado en su alineación algún acto de hip hop de alto calibre como Kendrick Lamar o Travis Scott y haya sido más fácil para los festivales en Monterrey arriesgarse a apostarle a esos actos. Podría decirse que para eso existe Ceremonia, pero éste da un paso para adelante y uno para atrás. Las bandas, proyectos o artistas que incluye CC parece que apelan a un público diverso que puede y, más importante, que quiere pagar el boleto y que se siente atraído por lo nuevo, lo que ya se ha consolidado y lo que está consagrado en el olimpo del rock o el pop.

En un país centralizado como el nuestro hay muchos factores implicados en la curaduría de un festival del tamaño del Corona Capital, una compleja red mundial de la que es inevitable escapar y que va más allá de conseguir que las bandas quieran visitar México. Se me ocurre por ejemplo la dimensión del festival, la cantidad de boletos necesarios para hacerlo sustentable, el valor del dólar frente al peso, la economía de la media que asiste ante una oferta cada vez más amplia de entretenimiento, el ánimo del público para pagar las entradas, la posición geográfica en la que nos encontramos y que conlleva un costo mayor para traer a las bandas, la llegada de la Fórmula 1 que obligó a los organizadores a recorrer el festival un mes y olvidarse de traer proyectos que se presentaban en Austin City Limits, la búsqueda de artistas consolidados para lograr costear y equilibrar a los más nuevos con menos fans; así como el precio de cada banda de acuerdo a su trayectoria y el espectáculo que presenta. Tenemos el festival que podemos costear considerando las variables en un ejercicio matemático. El precio de las entradas, contrario a lo que se piensa, no es alto si consideramos la cantidad que pagamos por el show de un artista o de los precios de los festivales en el mundo y dudo que The Strokes cobre menos por tocar en México.

Imagino que el Corona Capital se ha mantenido precisamente sacrificando propuesta, apostándole a la media y mejorando paulatinamente la experiencia. Gracias a eso existe y ahora es un sitio al que debemos ir y desde ahí subir una foto de nuestra banda favorita y compartir una historia en Instagram de lo cool que la estamos pasando y de lo genial que suena nuestra canción favorita y lo increíble que nos vemos con el outfit que escogimos para este día. Esta es una de las tantas historias que nos cuenta el festival, la del sentido de pertenencia, el check in de las redes sociales, el hipermodernismo manifestando algunos de sus vicios, el “presentismo” y la inmediatez. Y abundan, también, los testimonios sobre conciertos increíbles, shows enérgicos y experiencias magnánimas, anécdotas imborrables que permanecen en la vitrina de la memoria resplandeciendo como brillan las guitarras en medio de la noche cuando una luz posa sobre ellas.

Yo tengo mis historias y no incluyen selfies, desafortunadamente. He asistido a todas las ediciones del festival, salvo la segunda fecha de 2017, así que puedo contar del tremendo show que dio James en su primera edición, del nivel de audio tan bajo en Pixies que era cubierto por el eco de Interpol desde otro escenario. Fui testigo de la única vez que Portishead ha taladrado los oídos mexicanos en un show deslumbrantemente bien ecualizado. Un concierto impecable. Perfecto. Potente. Sobresaliente. Histórico. Estoy seguro que los hijos de mis hijos sabrán de ese concierto y de como después me fui a decepcionar con un espectáculo muy flojo por parte de The Strokes. En ese momento parecía que el festival se coronaba con los nombres que aparecían en su cartel. En 2012, cuando creció a dos días, presencié, como muchos más enamorados de Manchester, del regreso a una época de éxtasis de la mano de New Order. Más nombres importantes ese año, The Black Keys, Die Antwoord, Suede, Cat Power, The Big Pink y Neon Indian. Seguíamos padeciendo los baños, las distancias de los escenarios y la comida. En 2013 apostó por no incluir actos de habla hispana en su line up, aunque terminó invitándolos tras algunas cancelaciones y dejó en claro que quería ir por otro público con deadmau5. Seguía en una primavera floresciente: Queens Of The Stone Age, Sigur Rós, Vampire Weekend, The xx, y M.I.A.

2014 fue la catástrofe por el clima y el caos por las pulseras que sirvieron para generar más problemas de los que iban a solucionar. El show de Massive Attack se canceló después de cinco canciones y muchos nos resguardamos cerca del escenario con la esperanza de que regresara aunque el altavoz advertía que las actividades estaban suspendidas temporalmente. Empapados y decepcionados. Enlodados. Confundidos. Preocupados. Busqué alojamiento en una carpa de medios, estuve un largo rato deambulando en lo que comenzó MGMT y Jack White. Los tenis y el pantalón terminaron en la basura. Lykke Li, Little Dragon y Damon Albarn destacaron en el tope de los nombres del line up. De ahí en adelante, el festival ha venido experimentado lo que muchos otros alrededor del mundo: se acabó la oferta. Las bandas comenzaron a repetirse, cuando ya no hay impacto a través de los grandes nombres lo que sigue es una curaduría atinada, proponiendo una experiencia a través del orden y la selección, pero eso no ha sucedido. 2015 presentó a Death From Above 1979 y The Libertines como lo más rescatable de una alineación popular que incluyó a Muse como acto estelar cuando días antes ofreció tres conciertos en el Palacio de los Deportes. Si en un momento el festival ganó popularidad por traer bandas que nunca habían venido, ahora parecía que se acababan las ideas y que buscaba sostenerse con actos exitosos que poco ofrecían como vanguardia musical. ¿Muse? ¿En serio? Pero eso no ha disminuido el poder de venta de boletos, al contrario, ha aumentado, atendiendo a todos los gustos. 2017 y 2018 fueron un poco lo mismo, bandas que andaban de gira o que recién acababan de sacar un álbum, lo más interesante era presenciar por primera vez en México a Manic Street Preachers, pero canceló su presentación y la esperanza para ver a los de Gales se desvaneció. Ninguna sorpresa.

En su décima edición, el festival ofrece un guiño a quienes escuchábamos la radio entre 2001 y 2010, sin descartar lo que funciona ahora como Billie Eilish. ¿Es nostalgia a una época ya desaparecida? ¿Es una estrategia comercial que ha funcionado porque los boletos han alcanzado la última fase a unos días de ponerse a la venta? Quién sabe, pero probablemente sea la curaduría más lograda en sus 10 años sin ofrecer algo arriesgado, afirmándose como lo que promete ser una edición de rock y pop que hemos escuchado en los últimos 20 años. Ahí están The Strokes, Interpol, Franz Ferdinand, Travis, Keane y The Raconteurs listos para que un público los elogie por haber compuesto el soundtrack de una generación. Si somos justos, salvo los últimos, todos han visitado el país y todos han dejado de ser relevantes musicalmente, han venido de más a menos. Los últimos álbumes de esas bandas han sido medianos o “malos” de acuerdo a revistas especializadas. Bloc Party regresa tocando el garbanzo de libra que publicaron hace poco menos de 15 años, Silent Alarm; el único álbum sostenible de su carrera que, eso sí, es realmente bueno. El conjunto de estas bandas que le dieron esperanza a un sonido cuando parecía consumirse despierta el interés de quienes poníamos a girar discos como Room on Fire o Franz Ferdinand continuamente. Así que sacaremos los Converse, nos pondremos esas playeras desgastadas o vestiremos de negro con corbata color rojo y encenderemos las luces brillantes recordando aquello que nos llevó al festival en un principio, la música. De eso se trata.

Es otra época, es cierto. La historia del Corona Capital sigue escribiéndose y es una muy poderosa. Hay muchas anécdotas que han sucedido en ese maravilloso fin de semana. Hay quienes bañados en lodo imaginamos como pudo ser Woodstock en 1994, otros hemos perdido el celular, pero encontrado el amor, o le hemos llorado a alguno que se ha marchado mientras cantamos hacia un cielo oscuro, la mayoría ha ido en búsqueda de un sueño y lo ha visto materializarse con el acorde de una guitarra. Como dice Tyrion Lannister, ha sido testigo de nacimientos, guerras y bodas. Triunfos y derrotas. El Corona conoce un poco de mi historia, de la tuya, de la de él, de la de ellas, ha probado su fuerza como una gran narrativa, es resultado de un complejo panorama mundial del que México no forma parte como actor central. En general diría que no ha sido malo, pero puede ser mejor, mucho mejor. Tiene entre sus posibilidades la opción de abandonar la marca comercial para convertirse en la marca experiencia, que sea tan confiable para que compremos los boletos mucho antes de conocer la alineación porque esté quien esté, nos la pasaremos increíble. Quienes hemos asistido los primeros 10 años no seguiremos yendo durante otros 10 o quién sabe, la generación debe renovarse, la música no se va a detener, pero el público que aún siga asistiendo y los nuevos fans merecen un festival a la altura de cualquiera en el mundo. Hemos confiado en ti 10 años Corona Capital, haznos confiar los próximos 10.

Entrevista con Él Mató a un Policía Motorizado

Enamórate del poder de la música de Él Mató a un Policía Motorizado.

El proceso creativo de Él Mató A Un Policía Motorizado, desde la composición hasta la realización de la imagen y diseño en los productos discográficos, está íntimamente ligado a cada época por la que pasa como agrupación. Lo que caracteriza a sus integrantes es el sentimiento con el que se escriben las canciones y la emoción que le imprimen a los arreglos musicales.

“La mayoría de las canciones las compongo yo, después de eso nos juntamos toda la banda y le damos forma a los arreglos instrumentales, el formato definitivo y de ahí vamos a grabar. El diseño de la portada y los afiches también los hago yo, con los videos pensamos las ideas que llevaremos a cabo y a la hora de realizarlas la tarea se le asigna a los directores que suelen ser amigos o conocidos porque esa sí es una tarea que nos excede pero las ideas son nuestras”, mencionó Santiago Motorizado.

En cuánto a sus influencias musicales predominan los sonidos melancólicos, los tintes del pasado, algunas de las bandas que influyeron a más de una generación entre las que resuenan Pixies, The Velvet Underground y Sonic Youth, con las cuales se nota un parecido adaptado a nuestra época que solo han podido lograr en este proyecto musical. Lo que los diferencia entre otras cosas es su relación con el público, lo que les hacen sentir con cada show y en cada disco.

“Entendemos que el poder de las canciones genera otro tipo de relación con nuestros seguidores y esto tiene una conexión muy intensa pero en cada uno de ellos produce 1000 cosas distintas muchos por lo musical, otros por las letras o incluso por las melodías, es una mezcla de todas las cosas, creemos que las canciones tienen ese poder y a nosotros nos genera esa satisfacción”, argumentó Santiago Motorizado.

Inexplicable es el sentimiento que la banda imprime en cada presentación e indescriptible la relación que logra con el público. Su historia comenzó en el 2005 con su primer EP, Navidad de reserva y se potencializó con el lanzamiento de La Síntesis O’Konor en el 2017. En cada disco se nota el cambio por el que ha pasado la agrupación en cuanto al desarrollo musical. La atención que ahora recibe, aunque no la esperaba, tampoco le desagrada.

“Es genial el recibimiento de La Sintesis O’Konor, fue incluso mejor de lo que esperábamos, eso nos trajo muchas satisfacciones. Es de nuestros discos más adorados y eso nos pone muy felices. Cuando lanzas un disco siempre estás expectante a ver cómo reacciona el público a las canciones. Fue todo un giro en cuanto al sonido, nos puso muy contentos generar tanto público nuevo; mucha gente conoció a la banda a partir de este álbum”, mencionó Santiago Motorizado.

En esta nueva era digital en la que los artistas lanzan sencillos por separado hasta reunir y lanzar el disco completo, sin duda este año podremos esperar noticias sobre lo nuevo de Él Mató A Un Policía Motorizado. Adaptarse a las plataformas digitales tanto para crear como para difundir proyectos musicales es una bendición para músicos como ellos.

“Sí, vamos a tener algunas canciones nuevas este año, hay algunas que tenemos guardadas y que vamos a mostrar. Fue una bendición la implementación de estos nuevos formatos de consumo culturales digitales nos ayudó mucho, sobre todo para una banda independiente autogestionada. La discusión en las nuevas plataformas ayudan un montón gracias a eso, gracias al Internet, gracias a las nuevas comunicaciones pudimos girar por el mundo y eso es una experiencia que agradecemos”, mencionó Santiago Motorizado.

La relación de Él Mató a un Policía Motorizado con sus seguidores mexicanos en estos años ha evolucionado de una manera inconcebible para ellos, el cariño que sienten por el buen recibimiento del público por sus canciones es algo que supera sus expectativas cada vez que se presenta en escenarios tan íntimos como El Lunario o tan exponenciales como un Vive Latino, los recuerdos que se llevan son los que los hacen volver.

“Nuestra relación con México es muy buena, cada vez que vamos es mejor que la anterior y con más gente. Tocar ahora en el Lunario fue muy importante porque es la primera vez que lo hacemos, es un espacio con mucha historia: su mística para nosotros es increíble. Le tenemos mucho cariño al Vive Latino, es un festival por el que pudimos conocer México, nos encanta el formato pero un show propio con tus seguidores que especialmente fueron a vernos y a escuchar nuestras canciones es nuestra especialidad”, concluyó .

La carrera de Él Mató A Un Policía Motorizado ha sido duradera y con resultados contundentes, el sentimiento que transmite con su música en cada presentación a sus seguidores es por más representativa y simbólica. Date la oportunidad de vivir uno de sus shows y experimentar el resultado de la relación que ha generado a través del mundo con su público mediante su melódica, seguramente será una experiencia que atesorarás.

Chingadazo de Kung Fu en El Plaza Condesa

La consagración de un sueño.

Conocí a Marino hace algunos años en una revista en la que coincidimos. La verdad es que solo lo reconocía de vista. Estaba siempre sentado en su escritorio pero cuando hablaba, alguien más reía fuertemente. Un día, en un podcast que grabábamos, lo vi con una playera de Seguimos Perdiendo y pensé: qué chido güey. Y eso fue todo. Algunos meses después, un amigo que por aquel entonces era locutor del Tiradero Santa Fe en Ibero 90.9 me dijo que escuchara un disco. Orinando contra el viento llevaba por título. Lo firmaba el Chingadazo de Kung Fu. Le di una vuelta. Luego dos, tres, seis. Esa semana lo escuché en repeat sin hartarme y las canciones ya estaban impregnadas en la memoria. Cuál fue mi sorpresa, que un día en un concierto, me di cuenta que el vocalista de mi nueva banda favorita, era ese mismo Marino con su playera de Seguimos Perdiendo.

Tendrías que buscar y buscar entre artistas que sean tan frontales como el Chingadazo de Kung Fu. No hay medias tintas. No hay maquillaje. O tal vez un poco, pero como si no lo hubiera. Las historias autobiográficas suelen tener un mayor impacto en las personas, porque es cuando el que está cantando algo, podría ser el muchacho que viste salir del edificio de enfrente por la mañana, o tu conocido de la escuela que se la pasaba diciendo que de grande iba a ser rockstar, o quizá aquel primo raro que en toda la vida te dijo que escucharas a Rancid. Cocaína, sexo, alcohol, mujeres y playas. Más cocaína. Mucho más cocaína. Así era el Orinando contra el viento, un disco que con pocas canciones, le brindó al Chingadazo mucho más de lo que en un principio imaginaron. Y las mejores cosas estaban por venir.

Además de ser honestos en las grabaciones, las redes sociales del CHDKF son constantemente alimentadas con las ilusiones y eventos venideros. Un buen día, salió la noticia: Chingadazo de Kung Fu se presentaría en El Plaza Condesa. Sin lugar a dudas, para los que estuvieron pendientes de la historia de la banda, aquel escenario representaba un sueño hecho realidad.

Era momento de la celebración, cinco años después de que Marino decidiera canalizar sus vivencias tocando música y muchos más después de sus primeras incursiones en bandas, CHDKF abría con “3 de noviembre (No me agüito)”. Algo por lo que siempre se ha caracterizado la banda —y con razón, pues Marino es diseñador gráfico—, es por su trabajo visual. Playeras que se han vuelto icónicas, pines y ahora, unos visuales espectaculares que, igual hubieran lucido en un foro más pequeño, pero que, en la pantalla de El Plaza, lucían inmejorables. “#imape” y los recuerdos que afloran cuando se te pasan las copas. El ambiente en El Plaza Condesa era como en cualquier lugar que se presenta Chingadazo: abrumador. “No me importa (¡Oh, Oh!)” solía cerrar los conciertos, pero ahora se presentaba como la tercera canción. Incuestionablemente, el crecimiento ha sido exponenciado.

Si algún día quieren escandalizar a alguien que dice ser muy recto, díganle que le enseñarán una bella canción de amor. “Sexo anal con hipsters (por detrás)” fue la siguiente interpretación, esa cruda pero directa enunciación: “no soy el chico que tú crees”. Si rompes ilusiones desde el principio y aún así se dan las cosas, ¿qué se le va a hacer? “Asunto pendiente (mi playera, tu pijama)” continuó la noche con la historia, quizá, de la playera aquella que Marino llevaba a la oficina y que ahora pertenece a alguien más. Después vino el combo viejito: “Azul turquesa” y “Rehab” transportaron a varios a aquellas presentaciones de Chingadazo en Caradura, con tal vez 50 asistentes, o en Bajo Circuito, cuando con poco más de un año de formación, ya pintaban para cosas grandes.

El tradicional cover a Seguimos Perdiendo con “Farolito” y, de repente, un aroma a Jack Daniels voló por entre las cabezas de los presentes. Enfundado en una chamarra con la bandera confederada, apareció el novio de México, el único e incomparable Charlie Monttana irrumpió en el escenario para cantar “Sigo perdiendo”. ¿Será Marino o Charlie el autor de la canción?

Momentos icónicos se vivieron en El Plaza Condesa. Las mamás de la banda subiéndose al escenario para partir el pastel del los cinco años, Alejandro Mendoza en acústico o subiéndose en una orca inflable, los interminables mosh pits en prácticamente todas las canciones. El público de la banda es uno que hay que reconocerse. Yo no sé cómo terminan al día siguiente y si es que necesitan algún medicamento.

Después de un encore, la última canción fue aquella con un Woody Allen caricaturizado que no necesita aparecer en un LP para que El Plaza entero coreara a capela. “No lo tomes a mal (No me toques, ando chido)”. “Y qué hueva explicar lo que pasó entre los dos, que te encontré con alguien más y que no quiero verte nunca jamás”. La simpleza honesta de Chingadazo es un ídem al corazón, a los músculos, al tabique nasal y a la cabeza. Bandas así, necesitan cumplir cinco, 10 o los años que sean, y aunque todo sea efímero y quizá ellos lo sepan mejor que nadie, este primer lustro ha sido un goce tomando coca y ron. Quién sabe ellos, pero yo pienso que el Chingadazo de Kung Fu ha seguido ganando desde el primer día.

Black Flag en 360 Venue

La guitarra de Greg Ginn sigue arengando: Black Flag en México.

Un coche blanco se dirige, como puede, a su destino en California. Casi cae la noche y en el cielo, los nubarrones oscuros que amenazaban desde hacía tiempo, empiezan a cumplir con su misión. Todo se vuelve más lento cuando el agua escurre sobre los pavimentos. Es algún punto de 1981 y los dos amigos en el coche están desesperados. Si los carteles eran ciertos —y si la policía no intervenía—, Black Flag, la banda más emocionante del momento, estaba a punto de presentarse. Angustia por no llegar. Malditas grandes ciudades, son impredecibles. Un trueno ilumina el cielo y de repente ya no es California, ni 1981, sino la Ciudad de México en un 28 de junio del 2019. Black Flag, estaba a punto de presentarse… aunque con un poco de retraso.

Cuando uno comienza a conocer bandas y géneros, hay agrupaciones que destacan de entre las demás por el momento en que llegaron. Si hablamos de hardcore, Black Flag es el estandarte. Pero hay otros quienes les llaman simplemente punk. Algunos argumentan que van más por el jazz punk o el sludge metal, y bla bla. Las etiquetas salen sobrando a veces. Qué gratificante debe ser para un artista, crear un proyecto, un vehículo en el cual puedan conducir sus inspiraciones sin temores, sin cuestionarse si serán bien recibidas, o si quedarán en el tope de las listas. Greg Ginn es un hombre sumamente afortunado por dichas razones.

Y después de revisar esos discos viejos, los artículos, los videos, y demás cosas para conocer bandas, a veces te das cuenta que te perdiste de años gloriosos. Únicos. A veces te das cuenta que hay agrupaciones que nunca jamás verás en vivo. Y que si por casualidad se juntan, lo harán en un festival alrededor del mundo, o tal vez una ciudad que tuvo un aprecio especial por ellos. Pero a veces hay obstinados que encuentran circunstancias para que lo imposible, se vuelva tangible. Para que a unos cuantos metros, Greg Ginn y compañía se presenten en el 360 Venue del Estado de México.

Hace poco tuve la oportunidad de platicar con Mike V para Indie Rocks! y me contaba que lo que querían, era reapropiarse de las canciones. Que la gente no solo fuera a ver a Black Flag por lo que representó, ni por tacharlo de su lista de pendientes. Sino que la intención era crear una nueva experiencia, una en la que los asistentes se sintieran revitalizados. Cuando Mike comenzó a cantar: “Right here, all by myself / I ain’t got no one else” , se congregaron en un momento, las voces que crecieron escuchando con atención una música que parece calzada para ellos. Cientos de personajes que se entremezclaban en cabezas canas y el entusiasmo que solo un adolescente puede tener. ¿El punk está muerto?

El setlist no podía escatimar. “Black Coffee”, “White Minority”, “Revenge”, “Jealous Again”, “Can't Decide” todas estaban ahí. Quizá algunos sigan diciendo que Mike V no debe estar al frente de algo como Black Flag. Que solo quieren dinero. ¿Se le puede llamar a Black Flag una banda vendida? Y de ser así, ¿se les puede culpar después de su legado? Los caminos se separan y Henry Rollins tal vez nunca vuelva a estar junto a Greg, pero el alma creativa, la esencia y el guía de Black Flag, sigue ahí. Regocijándose en el escenario. El lugar al que pertenece. “Nervous Breakdown” empezó y recordé cuando Mike contaba que fue aquella canción la que lo conectó con Black Flag. La canción que le habló. Y ahora él estaba sobre el escenario cantándola. Y después, el estruendo, el rugido, el grito de guerra: “Rise Above”. Greg con el riff legendario. Sempiterno. Greg con la canción que, de no existir todo un catálogo, se habría ganado el puesto en un selecto grupo de míticos musicales. “Louie, Louie” dijo adiós. Poco a poco, los pasos empezaron a dispersarse y estoy seguro que a varios sí les vino la reinvención deseada. Recuerdo ver a un adolescente de 15 ó 16 años feliz con un setlist de Black Flag en la mano subiéndose a un coche blanco. Ahora, sin lugar a dudas, envidiaré su habitación.