La sencillez hecha un paraíso musical: (Sandy) Alex G.
La gente esperaba tranquila entre tragos y conversaciones el arribo al escenario de (Sandy) Alex G. De fondo cualquier música animada. Una noche por demás distinta en cuanto a la tradición de los recitales por más pequeños que sean. Aquí no hubo la aparición de un artista soporte, el acceso al Caradura fue un par de horas antes del toque y la gente solo esperaba por su músico; que aunque es una joya del indie, la realidad es que no convoca a masas. Es decir, la noche desde el inicio apostó por el éxito musical y de convocatoria del guitarrista nacido en Pensilvania.
La propuesta de Alex se mantiene en un tono de calma, no importa lo que sus letras digan. Reinterpreta al folk, aunque esto es casi una redundancia pues el folk es reinterpretar, dotándolo de un alma absolutamente lo-fi y que, contradictoriamente, deja salir una fuerza visceral en la voz, como para darle más aliento a la composición.
“Southern Sky” fue el tercer tema cantado en vivo, solo con su guitarra frente a un público que casi llenó el Caradura. Ésta canción forma parte de su más reciente sencillo. En la versión de estudio, se aprecia un piano contundente. Los arreglos son muy distintos a lo que Alex entregó en su noche en la Ciudad de México, sin coros, sin más guitarras, sin violín y aún así logró una versión entrañable. Misma que la gente agradeció.
Si habláramos de sobriedad, sencillez y cero pretensiones en el escenario, habría que hablar de este músico de 26 años. Hay que tener valentía para mostrarse como él lo hizo. Y hay que estar preparados para recibir las consecuencias de esa actitud: entrega absoluta de quienes estuvieron ahí, felicidad y satisfacción en sus más viejos seguidores y en los nuevos también.
Ya pasados cinco o seis temas, Sandy estaba hecho, la voz desafinada (que fue más desafinada de lo esperado al inicio) estaba en su punto, como un caos controlado por su duende musical. “After U Gone”, de su álbum DSU de 2014 fue la muestra de que el vuelo se había realizado con precisión. A éste tema le siguieron sus más apreciadas canciones como “Hope”, “Grethel”, “Sarah” y “Bobby”. Todos de distintos discos desde el más lejano hasta el más actual.
Uno de los momentos cumbres fue cuando en un derroche de sencillez, si decirlo así es posible, invitó a un chico del público a tocar la guitarra para “Kicker”. Aunque Alex cantó, no se le vio en el escenario mientras duró el tema. Su voz estaba en off y en el centro del tinglado un seguidor con la guitarra de su músico. Este gesto ayudó a que los ánimos subieran y sirvió como para descolocar la atmósfera sutil y tranquila que reinó a lo largo del recital. Toda conducida por lo que en apariencia sería la monótona música de Alex. Pero decirlo así puede prestarse a una crítica negativa y no lo es. Lo monótono no tiene porqué ser malo, si se hace bien, con la maestría con la que éste músico lo realiza, resulta agradable, y eso sí, complejo de entender hasta la profundidad. Pues en el camino está gran parte de su belleza y del mensaje que se quiere compartir. (Sandy) Alex G exige a sus escuchas paciencia, entrega y algo más de ellos que lamentablemente no estamos acostumbrados a dar. Pero si alguien acepta el reto, encontrará un gran placer musical.