Ciudad: CDMX

Kadavar estará en el Auditorio Blackberry

¡Kadavar de regreso en la CDMX!

Después de que Kadavar ofreciera con gran éxito un poderoso concierto el año pasado en El Plaza Condesa por allá de septiembre, regresará a la Ciudad de México, pero en esta ocasión al escenario del Auditorio Blackberry en una producción presentada por Dilemma.

La cita para ver nuevamente –o por primera vez– en acción a la agrupación alemana, es el próximo domingo 18 de diciembre. Los boletos para estar en pista general tienen un costo de $590 (+ cargos) en TicketMaster.

Recordemos que Kadavar sigue con la promoción de su disco Berlin, publicado en 2015. ¡Por allá nos vemos!

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Caifanes en El Palacio de los Deportes

Caifanes y el ultimo ritual del año del mono.

Los últimos momentos del 2016 comienzan a notarse con mayor magnitud, año del mono rojo de fuego, según el horóscopo chino. Se va cerrando la agenda de conciertos en nuestro país, pero las alegrías y sorpresas siguen llegando de último momento, aquellas que siendo pasadas por las bocas extasiadas, se van a transmutar en recuerdos que valdrán oro.

En medio del fervor guadalupano que transforma a la capital en un sitio con un solo destino, el cuarteto conformado por Saúl Hernández, Alfonso André, Sabo Romo y Diego Herrera, apoyados por Rodrigo Baills, culminaron una extensa y exitosa gira alrededor del país, siendo la Ciudad de México la fecha más esperada por los aliados del Caifán, aquel que las puede todas, el ser que se adueña de la noche para salir de los lugares mas recónditos del Mictlán.

Así es como comienza el ritual, cuando cae la fría noche y los discípulos de Caifanes comienzan a arribar al gran domo de cobre, compartiendo la misma emoción, como si tuvieran que haber esperado tres vidas para ver en su forma humana a una de las bandas más importantes del rock latinoamericano. Rostros añejos por el tiempo, ansiosos, con brillo en sus ojos y sonrisas extendidas, esas que delatan las ganas de ver a alguien muy querido y hacen que regrese la nostalgia de la juventud. Esos tiempos del rocanrol.

Pero también llegó la ola joven, los que están emocionados como si fuera la primera vez, a los que no les tocó, pero se saben todas las rolas. Marcando las 8:29 pm, tomando como señal la oscuridad y los lúgubres teclados de Diego Herrera, “Los Dioses Ocultos” aparecieron en un escenario repleto, todos de pie, amigos brindando por aquí y por allá. Ahí estaban los Caifanes, volviendo a romper el silencio.

La euforia y el temblor en el suelo no cesaron, “Para Que No Digas Que No Pienso En Ti” y “Te Estoy Mirando” enternecieron los corazones de todos los asistentes, uniéndolos en una sola voz, una de las cosas más bellas que se puede escuchar en un concierto. Con un Saúl Hernández agradecido, arrodillado ante toda la raza, “Nubes” hizo su aparición para invitar a los aliados a dar una vuelta al cielo, que en ese momento se llamaba Palacio de los Deportes. La brutal y arrabalera “Nada” sorprendió y gustó, mientras la oscura “Cuéntame Tu Vida” detonó el recuerdo de las primeras tocadas en Rockotitlán.

La danza del mas allá se apoderó de la audiencia con “Piedra” y siguió con uno de los himnos mas coreados del rock mexicano, “Mátenme Porque Me Muero”. Sin olvidar su mensaje de conciencia, Saúl expresó su deseo de luchar por el bienestar de nuestro país, siendo “Antes De Que Nos Olviden” y “Aviéntame” su carta de presentación.

El misticismo de la cultura mexicana apareció cuando “Perdí Mi Ojo De Venado” libró a la fanaticada de los malos augurios con una limpia musical, que a su vez disfrutó de un tributo que Caifanes ofreció a Oscar Chávez, David Bowie y Juan Gabriel. Sin olvidar canciones como “La Célula Que Explota” y “Nos Vamos Juntos” el cuarteto capitalino no dejó sentar a sus aliados que corearon, lloraron y disfrutaron de cada melodía de aquellos seres que dieron todo arriba del escenario, para que no les faltara nada a esa fiel oleada de almas eternas, tres generaciones de música y recuerdos.

Con los acordes de “La Negra Tomasa”, aquel ritual azteca que comenzó con la invocación a los dioses, estaba llegando a su fin. Como caballeros águila triunfantes, los protagonistas de una noche inolvidable se despidieron, aquellos que dejaron sus vidas en un rosario y en milagros de latón, cerraron el año del mono rojo, en un 11 de diciembre de 2016 con sabor a 1989.

Sigur Rós en el Auditorio Nacional

La agrupación leyenda islandesa, Sigur Rós, regresa a la Ciudad de México.

La agrupación de rock experimental de Islandia, Sigur Rós, lanzó hace unos meses su proyecto en 360, Route One, con el cual viajaron alrededor de su país natal en un video musicalizado por su más reciente sencillo “Óveður”.

Ahora, la banda anunció las fechas para su tour de 2017 por Norteamérica y nos encontramos con la sorpresa de que la Ciudad de México figurará en dicha gira para dar un concierto imperdible en el coloso de reforma.

La cita será el 3 de abril de 2017 en el Auditorio Nacional. Los boletos estarán disponibles en preventa Citibanamex los días 15 y 16 de diciembre, la venta general empezará a partir del 17 de diciembre a las 11:00 a través del sistema Ticketmaster o en las taquillas del venue.

Precios: Entre $400 y $2000 (más cargos).

La última vez que pudimos presenciar la magia de Sigur Rós en vivo fue en 2013, como parte del cartel del Corona Capital de ese año, cuando estaban en medio de su tour para promocionar su séptimo álbum de estudio Kveikur. Vuelve a escuchar a continuación este material.

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sigur ross

Descendents en Carpa Astros

El enorme debut de Descendents en México.

La noche del 10 de diciembre del 2016 será recordada como la noche en la que la legendaria banda de punk, Descendents tocó por primera vez en la Ciudad de México. Una de las bandas que le dio identidad al hardcore punk, influenció a agrupaciones como Blink 182, NOFX, Green Day, Pennywise, Rise Against y The Offspring y es considerada como pionera del punk pop. Los oriundos de California escogieron el humilde escenario de la Carpa Astros para demostrar, 39 años de carrera después, el porqué son tan importantes en la historia del punk. Los afortunados que pudieron estar presentes saben que fueron testigos de un momento épico.

Karl Alvarez (bajo), Bill Stevenson (batería), Stephen Egerton (guitarra) y el gran Milo Aukerman (voz,) conforman está versión de Descendents desde 1986 y andan de gira con su séptimo álbum de estudio: Hypercaffium Spazzinate.

En una noche con un clima frío, la Carpa Astros estuvo a la mitad de su capacidad. Algo que no debe sorprender a nadie: el punk siempre ha sido un género que se mueve en espacios pequeños ante un público no muy numeroso en general. Playeras y sudaderas de la banda eran las prendas que muchos usaban. La mayoría eran jóvenes. Como telonera estuvo la banda mexicana de punk GULA y los neoyorkinos After The Fall. Ambos actos pasaron sin pena ni gloria sobre el escenario. No fueron ovacionados, pero tampoco fueron abucheados. Cumplieron con su papel.

Pasadas las 9:30, Descendents salió al escenario. “Hola, México” dijo Milo, el respetable explotó lleno de júbilo. Tanto Milo como Stephen notaron los celulares y dijeron, en tono de broma, que tomaran fotos mientras pudieran y después hablaron del tiempo que les tomó venir a México. Milo se acercó al baterista y antes de iniciar dijo: “Here we go. Todo Chupa, which means ‘Everything Sux’”. Con esta rola dio inicio un concierto de 33 canciones y  dos horas de duración.

La experiencia y la emoción de vivir un concierto de Descendents tal vez se compare con la de ser lanzado en un cohete al espacio, o manejar un Ferrari a máxima velocidad, o saltar en paracaídas. El comienzo es explosivo y vibrante, el trayecto es una locura sin respiros y el final es intenso. La adrenalina fluye por todo tu cuerpo de principio a fin. Milo recorre el escenario, brinca, se baja del templete e interactua con la audiencia, les avienta agua; Stephen es una máquina, agita su cabeza, hace poses y ataca con furia su guitarra; Bill golpea su bataca sin tregua y Karl ataca su bajo con furia. A pesar de ser hombres de mediana edad, tienen una energía digna de unos adolescentes.

Canciones como “Sour Grapes”, “Pervert”, “Silly Girl”, “Bikeage”, “Clean Sheets” y “Hope”—clásicos de la banda—pusieron el ambiente propicio para el slam. El mosh pit atraía a todos como la gravedad. El ambiente era de lo mejor. Brincos, cerveza por los aires, empujones y el clásico crowd surfing no podían faltar. Era una fiesta de locura. “Mexico, I want to be stereotype, I want to be classified”, recitó Milo para iniciar “Suburban Home”. Le siguieron “Shamless Halo”, “I’m The One”, “When I Get Old”. De su nuevo álbum sonaron “Without Love”, “On Paper”, “Victim of Me”.

El escenario era sencillo: solo luces, nada de proyecciones, lonas o humo. El sonido estuvo a la altura, aunque a veces los músicos daban la señal de que subieran ya sea el volumen del micrófono o los instrumentos. Ese sonido crudo y estridente es intrínseco del punk. A nivel de producción estuvo bien, a secas. La actitud de la banda era de pura diversión y desenfreno. Apenas se tomaban unos segundos entre canciones. Nunca bajó la intensidad.

“Descendents” sonó antes de que la banda saliera del escenario para regresar para el primero de dos encores. “One more song!” gritaba el público ante un escenario oscuro. “Gracias por rockear con nosotros. ¿Estamos listos?”, dijo Bill antes de empezar el primer encore con “Feel This”. Para finalizar el encore tocaron “Smile”. Nuevamente salieron del escenario para regresar en pocos minutos. “Uno o dos más, posible tres. Ustedes parecen que tienen que dormir”, dijo Bill para después cantar “Cuando calienta el sol aquí en la playa” a petición de Milo, lo que desató las risas antes de iniciar el segundo encore con “Testosterone”. En la cola sonaron “Spineless and Scarlett Red” y para finalizar “Catalina”. “That was awesome, thank you guys. ¡México, hasta mañana! Well not mañana ¡Hasta la Vista!”, dijo Milo antes de despedirse.

El primer concierto de Descendents en México, estuvo increíble y superó todas las expectativas. Tocaron sus canciones más emblemáticas con mucha entrega y pasión, la cual aumentaba con cada canción. No hubo nada que reprocharles, al contrario, agradecerles el que hayan venido y esperar que regresen pronto, porque este primer concierto estuvo increíble.

Jump and Jive CDMX en el Foro Indie Rocks!

Todo está en el baile, el desmadre y el clásico Rock & Roll.

La cultura rockabilly fue reflejada en el encuentro Jump and Jive CDMX, un manifiesto que pisó por primera vez nuestro querido Foro Indie Rocks! a través de diferentes actividades como talleres de maquillaje y peinado pin up, clases de baile, estudio de tatuajes, venta de merch, ropa y accesorios varios.

En la música estuvo presente Vince de Rebel Cats con un DJ set ad hoc para iniciar desde la tardecita del día con la actitud de celebrar la permanencia de este estilo de vida que muchos han acogido para pasarla bien o tener una propuesta y personalidad diferente a lo que día con día se nos presenta como moda e imposición a través de la red.

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Cuando cae la noche brillan las sonrisas de las parejas de novios o grupitos de amigos que llegan al foro. Como en toda escena, todo espectro, varios se conocen, les da gusto verse. Observo la felicidad en los rostros de una pareja de enamorados y pienso: ¿qué los hace tan felices? Me acerco a preguntarle a una de las parejas rockabilly que no pararon de bailar ni un segundo, ¿cómo es que son tan felices? Me responden: el truco está en el baile; bailar lo es todo.

La parte musical de este movimiento no podía faltar. El primer acto corrió a cargo de Los Calavera, quienes arrancaron con mucha energía soltando su buena vibra, incitaron a bailar de inmediato, ya se veían volteretas impresionantes en la pista de baile. Los metales (trompetas y sax) fueron importantes en este match de bandas que representan al rockabilly. Entonces llegó Casino Manhattan a comprobar que el jazz y el ska también son parte del rock and roll, su sonido invadió las almas desesperadas por hacer brillar el piso.

Un vocalista que canta como Elvis, pero en mexican style, que tiene actitud punk, que sabe tocar las maracas y se planta bien en el escenario, que se acompaña de su grupo de Moustros amigos. Ellos llevan varios años tocando y bailando rockabilly en su show, saben prender al público siendo creativos con su mezcla de ritmos y con sus pasitos de baile con todo y su maneqquin challenge, el mejor descubrimiento de este año si estuviste ahí y no le entras mucho a la onda rockabilly de los cincuenta.

Los Gatos llegaron ronroneando canciones como “Berta Lú” y “El Gato”, pero le quitaron el toque romántico a la atmósfera, haciendo alusión al no matrimonio, aunque igual todos seguían bailando, enamorados o no.

Los Monstruos_1

No me decido entre Los Moustros del Espacio Exterior o Frantic Rockers, porque sin temor a equivocarme fueron los actos que más gustaron al público, que hicieron reír y gozar al máximo, aún cuando el cansancio ya se estaba apoderando de los bailadores empedernidos. Frantic Rockers emana sencillez, carisma y talento sin igual, su estilo es más apegado al blues pero con frenesí de por medio, no por nada el público pedía una tras otra, hasta tenían su grupo de fans en frente, haciendo peticiones; evidentemente su set se alargó con todas las de la ley para recibir por fin a Lil’ Mo and the Dynaflos.

Ya desde antes, se veía entre el público a los integrantes de Lil’ Mo and the Dynaflos tomándose selfies, bebiendo un trago, muy a gusto de estar por primera vez en México. Para cuando era su turno de pisar el escenario, el foro estaba lleno y las parejas de baile parecían pirinolas sin freno. El ambiente con su música estuvo bastante divertido, con bromas y coreografías bien armadas. Excelente propuesta para esta primera edición.

Lo clásico no deja de ser, es un modo de vida para músicos, artistas y personas que aman el baile en pareja. Jump and Jive nos dejó con ganas de más felicidad en forma de baile.

Reyno en el Auditorio Blackberry

Reyno y una noche llena de lágrimas.

“Ojalá y nunca me dejes, se me termina la vida. Ojalá y no me abandones, solo respiro a través de tus labios”, balbuceaba una adolescente mientras limpiaba las lágrimas que corrían precipitadamente por su rostro e intentaba abrirse paso entre la gente para llegar al frente del escenario donde Reyno interpretaba “Nunca me dejes”.

Conoció a su exnovio en El Plaza Condesa hace un año cuando Christian Jaen y Pablo Cantú festejaban que en ese mismo recinto 365 días antes habían iniciado su aventura sobre los escenarios como banda telonera de León Larregui. Dos movimientos de traslación, dos discos y un corte de cabello de Christian los plantaron en el Auditorio Blackberry frente a 4000 personas. En su mayoría corazones rotos o en proceso de sanación. 

Salvador Sahagún a.k.a Salvador y el unicornio fue el telonero de la noche, quien presentó “Agua de coco” y “Carolina”,  temas que se desprenden de una colección de canciones que grabó a principios de este año bajo la producción de Pipe Ceballos y formarán parte de su primer disco.

El cantautor tapatío que define su música como “una mezcla de proto-garage y psicodelia brasileña de los 60” este año también fue telonero de León Larregui junto a Love La Femme en los conciertos que el vocalista de Zoé ofreció en el Teatro Metropolitan. Sus canciones que de coros fáciles y repetitivos aminoraron la espera. También Tercerojo, proyecto de rock psicodélico que surgió el año pasado encabezado por Rodrigo Llaguno interpretó temas como “Sueño ritual” y “Espejismos”.  

Reyno hizo un recorrido por sus dos producciones Viaje por lo eterno (2014) y Dualidad (2015) en donde hasta las “canciones románticas” como “Química" y “Dos mundos” fueron cantadas con melancolía y añoranza. En el auditorio casi no había parejas romanceando. Abundaban los forever alone y los grupos de amigos solteros. Que sí, iban a ver a su banda favorita, pero también a cantarle al desamor.

Christian agradeció a sus fans, amigos y familiares por el apoyo. Además anunció que estaban festejando cuatro años de la banda y por tal motivo esa presentación serviría para grabar un disco en vivo.

Después del encore invitaron al escenario a Matilde Sobrino de Matilde Band para interpretar “Viaje por lo eterno”, canción que grabaron con la participación de Natalia Lafourcade y a “su baterista favorito” Rodrigo Guardiola para interpretar  “Control”.

El dúo concluyó con “Ahrimán”, que aunque no fue del agrado para la mayoría de sus fans por no ser una de sus canciones más reconocidas, acercó al cielo con los ojos abiertos a esos atormentados que necesitaban liberarse de sus demonios internos. Porque como decía el dramaturgo francés Victor Hugo: “la música expresa aquello que no puede decirse con palabras pero no puede permanecer en silencio”.

Moderat en Sala de Armas

Moderat en Sala de Armas: Melancolía, Techno, espectros y baile para lograr la perfección audiovisual.

¡Regresó Moderat a la Ciudad de México! Y es que es la única forma de empezar esta reseña debido a la increíble entrega de los asistentes generada por la enorme ansiedad de tener de vuelta al proyecto en conjunto de Modeselektor y Apparat que nos devolvió toda esa entrega en forma de una ejecución sonora y visual perfecta.

El evento se realizó en la renovada Sala de Armas el día 9 de diciembre y la producción corrió a cargo de IMECA y Distrito Global que, sin lugar a duda, se lucieron trayendo de regreso a Moderat. Todo empezó con la actuación de Me & Myself que se encargó de ir ambientando el lugar, para que cuando llegara el momento de presenciar a Moderat todo estuviera más que perfecto.

Moderat comenzó su actuación a las 21:30 H y en ese instante, nada era más importante que su show. Iniciaron de una forma serena y vibrante con su "Intro" y con la melancolía de "Ghosmother", que nos puso a cantar a todos. Siguieron con "New Error", tema de su primer LP y que nos fue preparando para una noche de baile intenso. Minutos después interpretaron su remix a  "Abandon Window", original del inglés Jon Hopkins y fue de los tracks más bailados.

Continuaron con temas como "Reminder", una conjunción perfecta de beats poderosos y la melódica y agresiva voz de Sascha Ring (Apparat) o "No. 22" que fue el último track antes de su primer encore y que nos dejó a todos con ganas de mucho más.

Regresaron para interpretar su mayor y más melancólico hit: "Bad Kingom", track que rompió las listas y las pistas de baile entre finales de 2013 y mediados de 2014 con remixes de gente como Marcel Dettman o DJ Kozeque se ha convertido en el himno emblemático de la banda.

Cuando todo parecía haber terminado, los alemanes regresaron para interpretar unas cuantas canciones más haciendo que el triste sentimiento de que todo estaba por terminar invadiera nuestros cuerpos y toda esa emoción acumulada se convirtiera en nostalgia y añoranza, sabiendo que necesitarán pasar unos cuantos años (o no) para presenciarlos de nuevo en nuestra querida Ciudad de México.

Momentos claves lograron que a muchos se nos hiciera un nudo en la garganta como cuando Gernot recordó el gran país que somos y que siempre se pone tan nervioso cuando toca en nuestro país que zurra sus pantalones. También sacó (o le dieron) una bandera de México, que agitó por algunos segundos, para después colgarla como símbolo de agradecimiento y que nos llenó a todos de emoción y orgullo.

Sin duda, tener la oportunidad de ver al sexto mejor acto en vivo de la música electrónica según Resident Advisor es una experiencia que marca un antes y un después en la forma en que percibes experiencias audiovisuales y que será uno de los mejores conciertos del año y de la vida para muchas personas.

¡Gracias Moderat!

Para terminar, quiero externar una queja generalizada con respecto a dos cosas: la organización, logística y limpieza de los baños y la forma en que manejaron el acceso y sobretodo la salida de los asistentes. Una verdadera locura.

Posada navideña de Carla Morrison en el Foro Indie Rocks!

Melancólicos villancicos en la íntima posada de Carla Morrison en el Foro Indie Rocks!.

Eran casi las 8:30 p.m. y la entrada del Foro Indie Rocks! ya lucía engentada con personas de casi todas las edades, estilos y actitudes esperando entonar los primeros versos de la afamada canción de posadas: “en el nombre del cielo/os pido posada.” Cuando fue la hora de abrir las puertas, los organizadores del evento no escatimaron en hacerlo, saltándose toda la parte de negación, incertidumbre y reconocimiento que constituye el himno de antaño para las luces de Bengala y los tamales infinitos. Pero en vez de luces o amenidades gastronómicas navideñas, el Foro ofreció su típico servicio de bar, Doritos y LEDs con colores festivos, que daban lugar a un escenario lacónicamente armado con árboles tallados en madera, luces amarillas e instrumentos oscilando entre lo eléctrico y lo acústico. El entorno idóneo para que Carla Morrison deleitara al respetable con villancicos tradicionales arreglados con su toque melancólico y etéreo que la ha hecho muy querida entre millones de fanáticos alrededor del mundo.

Bajo la idea de promocionar su EP independiente, La Niña del Tambor, la palabra “posada” sirvió como un pretexto perfecto para que amigos tanto los grupos ya hechos como los que usualmente nacen en estos espectáculos– convivieran y estuvieran inundados de buena voluntad, diversión y lo que realmente une a tantas personas heterogéneas en un solo lugar a una hora determinada: el amor por la música.

Y vaya que el amor fue fuerte, porque todos esperaron casi una hora a que saliera la oriunda de Tecate, Baja California junto a su banda. Entre chiflidos, gritos de frustración por el atosigante calor del lugar y las llamadas apasionadas de “¡Carla! ¡Carla!”, el público no se ofuscó. A cinco minutos de que dieran las 10 p.m., la cantautora y sus secuaces musicales salieron ante una ovación desenfrenada por parte de jóvenes y adultos. No sería la típica posada donde tus abuelos se duermen antes de tiempo y tus tíos pelean por malentendidos.

Con una sonrisa desbordante y un atuendo muy ad hoc al clima y a las festividades –no se vería fuera de lugar en un comercial de temporada de alguna tienda departamental– Morrison inició la velada con “Jesús”. Poco después, hizo su misión al interpretar el resto de las canciones del EP, explicando el por qué de su inclusión y las razones por las cuales las cantaría esa noche. “Esta Navidad es tiempo de estar unidos, de quedarnos en casa a vacacionar, de estar con familiares, novios o hasta con el tío o tía borracha. No importa quienes seamos o qué religión profesemos; lo importante en estas fechas es compartir”, recordó la cantante a sus seguidores, quienes le celebraban cada intervención o la chuleaban en cada oportunidad; detalles que ruborizaban y llenaban de risas a la intérprete de “Déjenme Llorar”.

Después de entonar “Have Yourself a Merry Little Christmas”, “Noche de Paz”, “O Holy Night” y “El Niño del Tambor”, Morrison presentó a su banda, quienes se desempeñaron formidablemente a lo largo de la noche en sus respectivas disciplinas. Ángel Melendez daba sutiles rasgueos en su guitarra; Luis Ibarra se meneaba al compás de su contrabajo; Mabel Jimenez armonizaba con voces y su órgano; “Snakes” daba batacazos relajados y estruendosos en la batería según el mood y Alejandro Jimenez, director musical, coordinaba cada detalle para que los arreglos y elementos individuales puntualizaran la voz impecable y melodiosa de Morrison. Nada opacaba nada, todo estaba excelentemente equilibrado. Es cada vez más raro que esto ocurra en foros mexicanos, lamentablemente.

Pero después de los villancicos, vino el verdadero regalo de la artista a los presentes: la interpretación de temas casi nunca presentados en vivo. Pese a que sean menos conocidos por estándares comerciales, el lleno total de 600 personas del foro coreó cada tema. Desde “Olvidé” del Déjenme Llorar y “Una Salida” del Mientras Tú Dormías, hasta “Azúcar Morena” de su último material, Amor Supremo y la entrañable “Compartir”, Morrison dejó lo mejor para el final, donde artista y público se volvieron uno y cantaron/lloraron/rieron cada palabra y melodía al unísono; quizás la prueba de fuego real para cualquier acto en vivo.

Pues no hubo canción de entrada para los peregrinos. No hubo pirotecnia, ni ponche, ni piñatas. Sin embargo, el ambiente del lugar se sentía igual o mejor que cuando vamos a alguna posada, ya sea familiar o de desmadre con los del trabajo o los cuates de la prepa. La sensación de calidez humana que brinda la música o el ver a tu artista deseado con otros es única y Morrison la supo transmitir grandiosamente. En un momento donde todos estamos con gran miedo o apatía, es inmensamente grato que haya un concierto que nos recuerde que podremos tener, después de todo, una Feliz Navidad.

Visita el Facebook de Carla Morrison para seguir todas sus noticias.

Jaakko Eino Kalevi, Tayrell y Les Machines en CDMX

Celebramos a lo grande el cierre de 2016 en una fiesta que armamos con Jaakko Eino Kalevi.

2016 ha estado lleno de buenos momentos para Indie Rocks! Cumplimos 10 años, celebramos toda una #SemanaIR con conciertos de Cibo Matto por primera vez en México, SUUNS, !!!, Yacht, y Thee Oh Sees. Un especial impreso de colección. Muchos conciertos en el Foro. Estuvimos presentes en los festivales y conciertos más importantes de la industria musical alternativa. Muchas actividades.

Para cerrar este excelente año, armamos una fiesta en nuestra casa, el Foro Indie Rocks! La selección musical corrió a cargo del recién llegado de Trópico, Jaakko Eino Kalevi. Él es un músico finlandés que nos robó el corazón desde su actuación en Nrmal en marzo pasado. Como era de esperarse, su actuación fue celebrada por los asistentes, quienes disfrutaron temas de su disco homónimo y se entregaron al baile con pasos sensuales.

Para calentar el ambiente previo a Jaakko, nuestros queridos Tayrell hicieron lo suyo con un selecto DJ set. Cerrando la fiesta, Les Machines llegó con todo y finiquito una noche en la que la cerveza corrió, ¡gracias Corona!, el tequila de Tequila 1800 fue un éxito, la gente se divirtió de lo lindo en otra increíble noche con sede en la #CDMX.

Todo esto no hubiera sido posible sin el apoyo de nuestro patrocinadores, Corona, Tequila 1800, CDMX y Virgin Mobile.

¡Gracias por ser parte del movimiento! Esperamos que sigan con nosotros por más años, ya que cada vez se pone mejor la cosa. SALUD.

Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016 Jaakko Eino Kalevi Indie Rocks! 2016

Apocalyptica en el Auditorio Nacional

Así vivimos el concierto de Apocalyptica.

Hace algunos años, en los primeros semestres de la universidad, vi por primera vez un documental que abrió mis ojos hacia un mundo que yo pensaba conocer mucho mejor. Metal: A Headbanger's Journey es un documental dirigido por Sam Dunn, antropólogo canadiense y amante del heavy metal, en el que muestra en un viaje a través del mundo la historia del metal, los mitos y opiniones que se han formado alrededor del género; así como su origen y evolución. Con base en una amplia investigación y recopilación de información, Dunn nos revela que existen más de 20 subgéneros del metal para todo tipo de necesidades auditivas; desde el Pop Metal divertido y energizante, hasta el Black Metal noruego oscuro y decadente.

El metal es un género tan vasto y multifacético, que ya nada nos sorprende a los metalheads. Su evolución hoy nos ha permitido ver a tres violoncellistas y un baterista interpretarse a través de sonidos diferentes y un caos divino llamado Apocalyptica.

Anoche, el Auditorio Nacional abrió sus puertas en la penumbra para recibir a la banda finlandesa de symphonic metal dentro de sus entrañas. Los metaleros jóvenes se mezclaban entre la multitud, las botas de casquillo y plataforma pasaron lista, los vendedores de objetos fluorescentes mostraban para vender (me hubiera encantado decirles que era un concierto de metal, que eso no era lo común, pero para mi asombro, a la mitad del evento, un grupo de fans organizó una sorpresa para la banda y “Riot Lights” se iluminó ante todos), y el negro era el código de acceso permitido. Los altavoces marcaban el tiempo: primera llamada, segunda, tercera; y la gente corría a sus lugares para presenciar el inicio.

A las 8:30 de la noche, el escenario se iluminó de rojo y la banda de cabello largo y rubio salió a nuestro encuentro. Las cuerdas de tres violoncellos inundaron el recinto de Reforma inesperadamente y “Reign of fear”, canción de su última producción Shadowmaker,  dio inicio. “Refuse/Resist”, cover de la legendaria banda Sepultura, continuó majestuosamente con un sonido desquiciado y tenso, mientras que “Grace” habló de amor con el viento.

Franky Perez salió al escenario y se adueñó de “I’m Not Jesus” y “House of Chains”, una faceta vocal de la banda que a mí en lo particular no me cuenta historias. Su registro vocal es muy bueno, aunque no concuerda con el estilo metalero de la banda, dándole un toque a Rage Against de Machine.

El pasado tomó fuerza y las siempre presentes “Master o Puppets”, “Seek and Destroy” y “Nothing Else Matters” de Metallica llenaron los oídos de los presentes con un toque sinfónico y pesado mientras que la gente coreaba las canciones de los californianos interpretadas por Apocalyptica. “Inquisition Symphony” mostró el dominio innegable de Eicca Toppinen, Paavo Lötjönen y Perttu Kivilaakso sobre las cuerdas de su instrumento, “Bittersweet” lloró sobre la noche y “Till dead do us apart” inundó los corazones lentamente.

La noche se hacía más profunda. “ShadowMaker” y “Not strong enough” hicieron corear a más de siete mil personas entregadas a la lírica de la banda, la batería de Mikko Sirén marcaba el pulso de “Riot lights” y “Last Hope” al ritmo de las cuerdas furiosas que hacían comunión y “I don’t care” catapultó el anochecer y se convirtió en el himno de la banda en voz de todos.

“One” cerró la noche con viento, cuerdas, doble pedal y gritos, un cover muy bien logrado por parte de los finlandeses que hicieron de su talento, algo nuevo y diferente.