En las pesadillas más recurrentes del ser adolescente, las relaciones fallidas y los amores no correspondidos nos someten al horror emocional que implica existir en un mundo donde tal vez, nunca encontraremos a ese alguien especial. Condenados al drama constante, encerrados en nuestro cuarto llorando con el corazón pulverizado por el amor/odio.
Para su tercer álbum de estudio Summer Camp, - dúo de indie pop inglés compuesto por los esposos Jeremy Warmsley y Elizabeth Sankey-, toma como inspiración el cliché del fracaso sentimental para ofrecernos una colección de 11 canciones que bajo el nombre de Bad Love, retratan con humor juvenil y bailable, el lado poco divertido de las relaciones de pareja.
Musicalmente hablando, el grupo se mantiene en la línea de confort y al igual que en trabajos anteriores recurre al sonido synthpop de los 80´s, ofreciendo un material predecible y fuera de riesgo, que si bien puede atrapar al escucha, no ofrece ningún momento realmente contundente a nivel de producción y composición.
No hay mucha diferencia en lo que respecta al nivel lirico, en donde en ocasiones las letras pecan de simplicidad y terminan siendo redundantes al abordar un tema que ya de por sí ha sido demasiado explotado.
Sin embargo no todo es negativo, y temas como “Beautiful” y su poderosa línea de bajo, o “You're Gone” con sus guitarras fuzz que recuerdan al indie pop norteamericano, ofrecen momentos destacables.
En general, podríamos decir que Bad Love es un álbum divertido y bailable que puede escucharse de principio a fin, y por su temática también es posible relacionarse emocionalmente con él a un nivel bastante superficial.
La crítica partiría del hecho de que, en el arte el mayor principio es reinventarse, experimentar y arrastrar al público hacia nuevas fórmulas expresivas, principio que no ha sido cumplido por Summer Camp, quienes en su negativa por crecer, terminan por estancarse en lo muchas veces escuchado.









