Lo que nos dejó la fiesta de la música. Día uno del Corona Capital 2016.
La misión de abrir un festival de música como el Corona Capital no es una tarea sencilla, por eso la expectativa de ver a Gin Wigmore no era la más grande pero desde unos 20 minutos antes de su aparición en el escenario ya había un público ferviente por escuchar a la mejor voz femenina de Nueva Zelanda. Pasadas las 2 de la tarde, la joven cantante subió al escenario Corona para deleitarnos con su espléndida voz acompañada de una música que de inmediato nos recuerda a la era de las riot girls, solo que ahora de la mano de una cantante proveniente del polo sur.
Con un poco de lluvia continúo nuestro día dentro del autódromo Hermanos Rodríguez, que para las 2:30 el escenario Doritos se preparaba para recibir al segundo acto del día, la banda originaria de Nueva York: Caveman. Una de las ventajas de llegar temprano a un festival es que puedes presenciar actos que tal vez no esperabas ver pero que al final te dejan con un muy buen sabor de boca, ese fue el caso de Caveman, pues, de la mano de Matt Iwánusa conquistaron el escenario Doritos en tan solo media hora, un destello de juventud mientras la lluvia se dispersaba y sonaba un, muy bien logrado, cover de “I Wanna be Adored” de The Stone Roses.
Algo positivo este año es el poco tiempo requerido para trasladarse de un escenario a otro, eso siempre ayuda cuando te encuentras en el extremo opuesto al escenario donde tocará tu siguiente selección. Así ocurrió nuestro traslado para dejar en los recuerdos a Caveman y permitir que la sensualidad de Eryn Allen Kane nos conquistara. Uno de los actos en los cuales propios y extraños encontraron en su propuesta un buen momento para dejarse llevar por la combinación de jazz y soul y, así, olvidar el frío que se sentía dentro del festival. La excolaboradora de Prince dio gala de todo su talento convirtiéndola en el acto que la audiencia más aplaudió hasta ese momento del día.
Los horarios combinados del escenario Corona y Corona Light es un punto a favor para los organizadores, pues, te permiten llegar a ver a la siguiente banda justo cuando termina el otro escenario. Por ello, el cambio del sonido de Allen Kane a Wild Beasts fue un back-to-back para el mood del festival, pasamos de la nostalgia y lo romántico a un rock suave que conquista a la multitud desde el primer acorde. Como parte de la gira que acompaña a su nuevo disco, los oriundos de Inglaterra se presentaron en el escenario Corona Light y desde la primera canción cautivaron a la audiencia. Wild Beasts es una agrupación cuyo pasado y presente le permiten estar de headliners en cualquier festival del mundo, sin embargo, el horario que les fue otorgado en el festival no fue el mejor aunque la audiencia como siempre hizo que poco importara, pues, el escenario se llenó y vibró de principio a fin para dar una tarde épica que culminó con un cielo despejado y sin probabilidad de lluvia.
Para no detener los ánimos indie rockeros que se apoderaron con Wild Beasts, llegó al escenario Corona Dashboard Confessional. Con la pantalla de fondo que mostraba su logo en una tipografía extrañamente similar a AC/DC llevaron a los asistentes a un viaje a la primera década del siglo XXI cuando los pantalones entubados y la moda emo regía la vida de muchos de ellos. Una banda de nostalgia que atrajo un gran número de seguidores al escenario, pues, más allá de su música el show de su frontman Chris Carrabba quien con sus movimientos levantó suspiros entre las mujeres y hombres que disfrutaban del show. A veces es bueno dejar de lado los prejuicios musicales y darle una oportunidad a bandas que se distancian de nuestros géneros favoritos, pues, parte de los festivales es la sorpresa que te puede un grupo que desconoces.
El folk es un género que no suele tener mucha relevancia en México, pues nuestra cultura no suele estar relacionada con los temas de protesta y de la vida norteamericana, por ello, el llegar al escenario Doritos y ver a una multitud bastante nutrida nos llevó a pensar que la banda californiana era muy esperada en nuestro país. Con quince minutos de retraso, los diez integrantes de Edward Sharpe and The Magnetic Zeros se colocaron para dar un show que se combinó perfecto con la actitud del público para darnos un calor que nos hizo olvidar el frío que ya se apoderaba de la curva 4. Folk con uno toques de rock y pop fueron suficientes para que en 45 minutos el público amara a la banda, se necesita más folk porque crea un misticismo con el público que los lleva a un plano de amistad conectado por medio de la música.
El Corona Capital ha mantenido la carpa de actos electrónicos desde su edición de 2012, este año la Levi’s tent se encargó de traer a actos que salen del común denominador de los djs y productores musicales. El caso de Låpsley es muy interesante pues a sus 20 años se ha convertido en una celebridad en el Reino Unido y con tan solo un disco en su carrera. Notas que van de lo electrónico ambiente a un refinado soul cautivaron a una pequeña audiencia pero muy entregada. La nueva generación de músicos cada año llega al Corona Capital y este año con Låpsley quedó demostrado una vez más el compromiso del festival con los nuevos músicos.
Uno de los actos más esperados para esta edición del festival fue Courtney Barnett quien desde el año pasado trae un hype que la ha llevado a recorrer el mundo. Ahora termina su tour con una presentación que quedará como una de las mejores no solo de la edición 2016 del festival sino de todas las ediciones. A veces no necesitas tener a una gran banda detrás de ti para hacer que el escucha conecte con tu música, ese es el caso de Barnett quien con unas letras poderosas llenó el escenario Corona. Australia nos dio a una de las músicos más relevantes de la época contemporánea y que en vivo se entrega a la audiencia y no queda a deber nada.
Fotos Courtney Barnett: Bruno Muñoz @Bruno_Muti
La persona que eligió la programación para los escenarios, muy acertadamente colocó a Band of Horses justo después de Barnett y vaya que funcionó. Otro acto muy esperado, pues con más de una década de existencia los norteamericanos no habían visitado nuestro país, por ello, 20 minutos antes de que Barnett finalizara su presentación era complicado encontrar un lugar en el escenario Corona Light para presenciar a Ben Bridwell y compañía. Describir el ánimo del público es complicado, pues, había una emoción desbordante que llevaba a los asistentes a un éxtasis de amor, felicidad y melancolía. El momento del concierto se describe con “No One’s Gonna Love You” que catalizó el amor en todos los asistentes.
Fotos Band of Horses: Bruno Muñoz Tittel @Bruno_Muti
Nuestro camino ya casi terminaba pero aún quedaban cuatro actos más que presenciar. Uno de ellos fue Richard Ashcroft quien regresó al Corona Capital después de un show acústico que ofreció en la edición pasada. Esta vez, con banda soporte completa y sin fallos de energía, llenó de nostalgia a los espectadores, pues más allá de sus temas solistas, canciones clásicas de The Verve como “Bitter Sweet Symphony” fueron las más coreadas de la noche y cómo no iban a serlo sí los noventa están de regreso y, con ellos, el BritPop, un género que al Corona Capital le sienta muy bien.
Una parada más antes de AIR, regresamos a la Levi’s tent para sentir el acto de Lost Frequencies. Interesante selección francófona, pues antes de visitar a los galos era el turno de subirse a las tornamesas del belga que en menos de dos años se ha colocado con un nombre relevante dentro de la escena house internacional. Hay que tener muy buen mood para disfrutar este tipo de actos, pues es música sin grandes saltos sonoros, basta con escuchar una canción para poder decir “todo suena igual”. Si con Låpsley hablábamos de la nueva generación de músicos talentosos, con Lost Frequencies se va hacía el extremo de los músicos de USB.
Fotos Lost Frequencies: Bruno Muñoz Tittel @Bruno_Muti
Uno de los actos más esperados de todo el festival era AIR, pues, con su gira del 20 aniversario traen consigo un show que recorre toda su discografía con las canciones que los colocaron en la cima de la música francesa a finales del siglo XX e inicios del XXI. A las 10:10 de la noche salió al escenario el dúo acompañado de sus músicos de respaldo y en hora y media conquistaron los corazones de los mexicanos. Un punto débil y que a los escuchas les puede parecer importante es la sutilidad de sus canciones, sin grandes cambios en vivo y con un sonido de estudio, el dúo hace de sus shows en vivo un show de ambiente, no necesitan convivir con los asistentes, tampoco les importa que el escenario estuviese a menos de la mitad de su capacidad. Simplemente van a tocar lo que les gusta, lo que en dos décadas han logrado juntos y el escucha tuvo la oportunidad de ser parte de ese momento. Si queremos reducir todo a una frase sería: AIR es la música que te acompaña con el ser amado, ya sea que estés o no con él o ella su música te transporta al Amor, a la Imaginación y al Sueño o Amour, Imagination, Rêve.
El día uno ya estaba a punto de terminar y faltaba el cierre en la carpa, cierre que correría a cargo de Animal Collective. La carpa siempre tiene cierre brutales para los asistentes, esa clase de cierres que hace que el cansancio se olvide de ti y la pista de baile se llené de gente disfrutando los beats salvajes que Animal Collective siempre trae para nosotros. La psicodelia se apoderó de todos los asistentes y acompañados de un escenario con inflables iluminados y, si bien, no había mucha gente porque en el otro escenario cerraba una banda muy popular, los que estuvimos ahí podemos dar cuenta de que el colectivo sabe cómo crear un ambiente que conecte con todos. Es la magia de la música lo que nos unió durante todo el día y con Animal Collective todo explotó, el mejor cierre posible después de la melancolía a la que AIR nos transportó.
Fotos Animal Collective: Bruno Muñoz Tittel @Bruno_Muti
Día uno superado, la lluvia no llegó pero lo que sí llegó fue un público, artistas y organizadores perfectos. Nada falló, el Corona Capital superó las expectativas.
