Matanga Records Party III en el Foro Indie Rocks!

Una fiesta de sabores exóticos ideal para romper esquemas.

La música viene de todas partes, en empaques diversos y siempre hay más sabores de los que es humanamente posible probar. Matanga Records es un sello discográfico creado para ser un nicho de nuevos talentos y propuestas musicales que parecieran no caber en ningún otro lugar.

La fiesta de este 23 de noviembre se presentaba con la frase "Las bandas desconocidas que amarás conocer" y aunque parecía una apuesta demasiado alta al final de la velada estaría completamente de acuerdo con ello.

A las 21 H. el Foro Indie Rocks! se notaba vacío, apenas un grupo de personas se reunían en el patio del venue fumando y platicando de cualquier cosa. Un cuarto de hora después comenzaba a tocar Cruz del Monte, que tocó tan solo un par de temas que comenzaron a calentar los ánimos de las escasas 20 almas que nos encontrábamos dentro del recinto.

Pasó un poco más de tiempo y los espacios en el foro comenzaban a llenarse, aunque muy lentamente. Hamurabi fue la segunda banda de la fiesta y con su poderosa energía y los cadenciosos sonidos lograron que el público reaccionara de una vez por todas comenzando a bailar y beber con desenfreno. La combinación de luces, alcohol y sonidos atmosféricos había dejado un letargo en el aire que provocó que mucho olvidáramos el paso del tiempo.

Era el turno de TinaKristina, una chica en el bajo acompañada de su baterista, que con una mezcla de funk, reggae, rock y soul nos deleitó con una voz llena de sensualidad y pasión. La gente cada vez se veía más cómoda y el calor ya comenzaba a sentirse en el foro de la colonia Roma, algo que provocaba que la cerveza se vendiera con presumida rapidez. Podías encontrarte gente bailando sola, o grupos de amigos disfrutando de la fiesta con un vaso en mano y una sonrisa de gozo en sus rostros.

La sorpresa más grata, personalmente, fue la presentación de Ángel Strife y La Contienda: un show lleno del sabor latinoamericano y un pop ejecutado a la perfección. Lo sedoso de su voz envolvía el foro y entraba en el cuerpo para hacernos mover los pies al ritmo de la guitarra que el venezolano hacía sonar. Merece las líneas el mencionar la conexión que el artista hizo con el público, además de lograr que cada quién sacara sus mejores pasos, una conexión que provocaba éxtasis en el público y un júbilo irrefrenable al momento de bailar.

Para el siguiente acto el Indie Rocks! ya se sentía lleno de vida, la gente que al parecer había esperado hasta ese instante para hacer acto de presencia recibió a King Edi K. Escoltado por un conjunto de metales el setlist de King Edi K fue una rara mezcla de beats programados en un MPC, una guitarra en manos del propio Edi y el conjunto de metales que se convirtió en un show catártico. Incluso pudimos ver cómo la misma Tina y Ángel Strife se contaban entre el público para disfrutar de la música que estaba sonando a través de las bocinas. Fue el momento cumbre de la noche.

Les siguió Solovino, una banda de Querétaro que con su funk y ritmos caribeños tocó para apenas un puñado de personas, pues los demás asistentes se hallaban fumando en el patio del foro o se habían retirado después de escuchar a King Edi. Pero esto no significó un problema para la agrupación, que con muchísimo carisma y habilidad musical logró que los pies cansados de quien escribe esta reseña se volvieran a mover y con ellos todo el cuerpo.

Quizá parecía exagerado en un inicio el pensar que salir del show amando a bandas desconocidas pudiera suceder, pero puedo asegurarles que esta noche me hizo, cuando menos, abrir los horizontes de lo que la música puede ofrecer y sin pensarlo ya tengo a un par de nombres del line up de esta tercera fiesta de Matanga en mi playlist diario.

 

Max & Igor Cavalera en el Circo Volador

Una de las duplas congénitas más importantes del metal, dejaron cuerpo y alma en una noche magnífica llena de temas clásicos.

Sepultura, en la época de Max & Igor Cavalera, grabó su nombre en los anales históricos del metal latinoamericano como ninguna otra banda. Figuras del peso de Phil Anselmo, Lars Ulrich o Scott Ian han manifestado su gusto y admiración por la música del grupo nacido en las tierras brasileñas de Belo Horizonte. Anoche, vimos y escuchamos por qué.

Max e Igor Cavalerajunto a Andreas Kisser y Paulo Jr.tocaron el cielo y se ganaron el respeto de la crítica mundial con álbumes que se convirtieron en material indispensable del metal. Su gloria comenzó a resquebrajarse en la cima de la fama, tan sólo 10 años después de su material debut de 1985, Bestial Devastation (LP que los hermanos grabaron sin que ninguno pasara los 18 años de edad). También tuvieron que pasar 10 años para que Igor dijera adiós y se reuniera con su hermano mayor para formar Cavalera Conspiracy; proyecto que en 2015 pisó suelo mexicano y que el año pasado, a una década de su álbum debut Infliktedlanzó su cuarta placa Psychosis.

En 2016, Max & Igor Cavalera festejaron el 20 aniversario del grandioso y trascendental Roots (su último disco juntos con Sepultura), tocando parte del disco más otros temas propios y ajenos, en el Circo Volador; espacio por excelencia del metal en la CDMX que ayer los recibió nuevamente para la presentación en vivo de un set que incluyó dos joyas del death-thrash: Beneath the Remains y Arise.

Ambos materiales, además de ser relevantes para el subgénero, fueron claves para la carrera de Sepultura. Beneath the Remains fue el primero en ser grabado bajo el sello Roadrunner (Black Label Society, Dream Theater, Lamb of God, Mastodon, Suffocation). Arise fue el último de su etapa death-thrash y una transición hacia ese sonido que les dio unicidad en el mundo del rock. Por otro lado, ambos álbumes fueron producidos por el gurú del death metal Scott Burns, que ha trabajado con monstruos del calibre Obituary, Cannibal Corpse, Deicide, Death o Napalm Death.

Con todo esto, el regreso de los hermanos a nuestra capital y su respectivo set de material clásico pintaba para ser una noche fabulosa, y vaya que lo fue. Una enorme fila daba la vuelta al lugar. Los puestos de playeras y otros recuerdos se sumaban a algunos vendedores de arreglos navideños, pintando la calle de un colorido curioso.

El recinto abrió sus puertas y nos recibió con esa estructura tan práctica a manera de teatro que permite apreciar los shows muy bien. Una manta en el escenario lucía el logo de la banda de Michoacán, Mexxika, encargada de abrir la noche con su estilo tribal (el grupo incluye en sus filas a un joven percusionista) que ellos describen como power hard metal. Tibia recepción del público que aún no llenaba el lugar. La presentación, con buenos solos de guitarra, sin pena ni gloria. El público, más por apoyo que por gusto, los despidió de buena manera.

Siguió el turno de Evil Entourage, de Tampico, Tamaulipas, que promociona su reciente LP Into the VoidDeath metal que sorprendió a la mayoría. Técnica y brutalidad de principio a fin que motivó a un público hasta entonces aletargado a inaugurar el slam (un poco austero, dichos sea de paso). En resumen, una agrupación que vale mucho la pena seguir. Los comentarios a mi alrededor coincidían con esto. Al final de esta intervención, el Circo Volador lucía casi lleno; estábamos listos para lo que venía.

Con un “¡Cavalera, Cavalera!” en coro, la espera nos dejó escuchar un “This Love” de Pantera que todos cantaban. Mientras el llamado a los hermanos brasileños se repetía, algunos comenzaban a impacientar. Marc Rizzo (guitarrista de Soulfly, Cavalera Conspiracy y ex miembro de The Misfits) aguardaba paciente detrás de sus amplificadores Marshall. Finalmente Igor apareció y tomó posición en su batería que lució una portada por bombo de los discos a presentar. La ovación fue inmediata. No tardó mucho en salir su hermano y colgarse su ESP signature de camuflaje naranja. El intro de “Beneath the Remains”título que da nombre al álbum de 1989 cuya reedición en 1997 incluyó un cover a la banda paulista Os Mutantes, “A Hora e a Vez do Cabelo Nascer” y dos drum tracks sonó en los arreglos lineales y un “¡Viva México!” de Max comenzó el concierto; el cataclismo.

De inmediato, el slam nos movió de nuestro sitio. La energía desde ese primer y devastador riif fue manifiesta. Las letras eran cantadas por la mayoría y así siguió en la mayoría del evento. Thrash metal de calidad mundial. Who has won?, Who has died?” gritamos todos. Un comienzo imborrable.

“Inner Self” no dio tregua. El ambiente, a la altura de lo que escuchábamos. El lugar, pletórico. Max nos dejaba cantar partes de la canción y lucía contento y animado; era recíproco. El solo a cargo de Rizzo, intachable (sin que esto se lea como algo que es superior a lo que el gran Andreas hacía en la agrupación).

Siguió “Stronger than Hate”, cuya letra pertenece a Kelly Shaefer (Atheist, Neurotica, Stones of Madness). Le precedió un "¿cómo están cabrones?" en el respetable castellano que le permitió a Max alentarnos a lo largo de la noche. El vigor no menguaba. Seguía el thrash en su más grande esplendor. Hay quienes dicen que en la época del Beneath the Remains, Sepultura tenía una calidad igual o mayor a grupos norteamericanos como Slayer; ayer quedó claro.

Max gritó varias veces “Mass…” y contestamos “...Hypnosis”. El cuarto tema del LP siguió la línea de velocidad y poder que marca todo el álbum. Igor, una bestia. Es evidente que Sepultura tuvo como primer baterista a uno de los mejores de la historia del metal.

“Slaves of Pain” continuó taladrando los oídos. La melodía de la guitarra final fue coreada por la mayoría, por encargo del vocalista.

“Primitive Future” es el último track del LP y fue también el tema que cerró la parte del Beneath the Remains para dar paso al otro grandioso álbum que nos presentaban en vivo. "Under the Mexico´s great sky, we shall Arise!" gritó Max tras escucharse el intro de la canción homónima a la placa de 1991.

La versión en vivo fue más rápida que la de estudio. El slam no paraba. Las letras cantadas al unísono y los saltos, tampoco. Uno de los mejores temas de Sepultura; uno de los mejores episodios de la noche.

Llegó una de las canciones favoritas de quien escribe este texto: “Dead Embryonic Cells”Notoria la manera en que la mayoría seguía cantando todas las letras. La parte después del solo fue a mi parecer el ápice del concierto. Uno de esos momentos que esperas en la vida y que al llegar no decepcionan.

Tocó el track favorito de Max en Arise (en sus propias palabras): “Desperate Cry”. En su ejecución y actitud vimos que fue real lo que dijo. El hermano mayor aprovechó para decir, de manera contundente, que estábamos frente al “verdadero Sepultura y gran parte aceptó la idea.

En “Altered State”, el cantante pidió que se apagaran las luces del escenario para iluminar el lugar con nuestros móviles. "¡Vamos todos, cabrones!" solicitó y al cumplirse se hizo un intermedio donde se pudo apreciar el espacio abarrotado. Otro gran lapso del show.

Después del último tema del set de Arise“Infected Voice”, el cuarteto nos presentó dos covers: el consentido “Orgasmatron”“ I Believe in Miracles” de Ramones para después cerrar con otro de sus temas emblemáticos: “Troops of Doom”.

El encore dejó dos obras definitorias en la banda de Belo Horizonte, mientras Igor lució el jersey de la selección mexicana de fútbol: “Refuse/Resist”—canción que Scott Ian, de Anthrax, considera como la que se escuchará el día del Apocalipsis, y en la cual pudimos ver un débil wall of death— y “Roots”, que literalmente cimbró el piso. El cierre definitivo fue una mezcla de “Beneath the Remains” y “Arise” que Max nombró “Beneath the Arise”.  Él pidió levantar las “manos con fuego” y el público contestó con un “¡Olé, Olé, Olé, Cavalera, Cavalera!”. La despedida de los hermanos fue una bella postal con ellos mostrando la bandera mexicana.

Así, vivimos una noche magnífica y poderosa con varias de las composiciones más importantes en la historia del metal. Dos años después de su última visita a la CDMX los Cavalera regresan al mismo sitio en un evento que pocos olvidaremos por su calidad, energía y por haber visto a dos verdaderas figuras que marcaron un antes y un después en el género. Simplemente queda agradecer y lanzar una pregunta al aire (no, no es si habrá reunión): ¿tendremos en vivo los primeros discos de Sepultura?

Little Dragon — Lover Chanting EP

Little Dragon, cantándole al amor, pero ¿El amor hacia qué?

Lover Chanting EP habla sobre la fuerza del amor, no solo entre dos personas, sino la fuerza del amor en el universo como la más grande felicidad; ésa que todos hemos sentido, ya sea escuchando un disco, viendo a la luna, nadando en el océano o al ver a un extraño (…)”. Las declaraciones de Yukimi Nagano, vocalista de Little Dragon, suenan muy bonitas, pero no terminan por concordar con este primer EP de los suecos; ni con el legado que han desarrollado.

Aunque “Lover Chanting” y “Timothy” son canciones agradables y pegajosas, sorprende que los europeos estrenen por primera vez en su carrera un álbum de corta duración, sobre todo si consideramos que Season High salió hace tan solo un año.

Asombran algunas decisiones que dan la impresión de haber sido tomadas sin la seriedad necesaria, como el orden de las canciones, ya que el segundo track del material genera un inevitable bajón al pasar del synth pop ochentero y coro pegajoso de “Lover Chanting”, a la tranquilidad de “In My House”, para posteriormente regresar a otra canción más movida y alegre como “Timothy”.

También, llama la atención el hecho de que finalicen la placa repitiendo una versión más corta de “Lover Chanting”, lo que hace preguntarse a uno si realmente Little Dragon se inspiró en la fuerza del amor y la unidad, o si cayó en el vicio que impera en la música de hoy en día de mantener presencia todo el tiempo.

Lover Chanting EP no es un mal material, pero no termina por conectar o despertar algo tan profundo como lo que describe su vocalista al hablar del mismo. Es una placa corta donde Little Dragon se mantiene en el synth pop que ha hecho a lo largo de su carrera, con la novedad de hacer ritmos más bailables, alegres y un poco retro; experimento que ya habían hecho en las primeras canciones de la segunda mitad de Machine Dreams.

Esperemos que el primer EP en la historia de Little Dragon sea en realidad el prefacio de un próximo larga duración donde renovará su sonido; ya que de lo contrario quedará como su material más insignificante y el momento en el que mostró que la fuerza del amor que los mueve son las ventas y la presencia en las mentes de sus fanáticos.

MUTEK 2018: A/Visions 3

Entre pasado y futuro.

Hoy comienza la parte fuerte de la celebración de los 15 años de MUTEK en México y el último de los programas de A/Visions dejó a los aficionados con ánimos de fiesta. Más hacinados que en otras ediciones y en medio de una atmósfera burbujeante, presenciamos tres shows que combinaban códigos visuales del pasado y del presente. Nada más adecuado para esta experiencia que el entorno del Proyecto Público Prim, un espacio que reconcilia el pasado histórico y la vanguardia cultural.

Primero nos reencontramos con Push 1 Stop, esta vez acompañada por el quebequés Wiklow. A través de una membrana, aludida en el nombre del show, Cadie Desbiens-Desmeules proyectaba visuales vectoriales acompañados por el techno quebrado de Michael Dean. El patio de la casa resultó el escenario ideal para un espectáculo que se disfrutaba en dos dimensiones. Un leve laggeo en las luces desmeritó levemente un show simple pero certero, no demasiado alejado de trabajos anteriores de Push 1 Stop.

El show de Intercity-Express representó exactamente este sincretismo entre presente y futuro. Tetsuji Ohno lleva muchas décadas ya en el mundo del arte digital y la música electrónica y su show de anoche constituyó una experiencia multimedia en toda la extensión de la palabra. Entre beats que iban del techno al glitch, Ohno combinaba capas análogas y digitales en un espectáculo visual que más que una coreografía era un experimento en combinación de formatos. Accidentalmente, el aspecto generativo del espectáculo se hizo palpable en un momento en que Ohno perdió la señal de video, permitiéndonos reconocer el carácter inmediato de su arte. Algunos asistentes no lo apreciaron así y mientras algunos vitoreaban otros lanzaban gritos de ánimo.

Esta energía se prolongó durante el show de Atom™ y Robin Fox, un auténtico experimento en  combinación de cánones estéticos. Una vez más, la cuadratura del Patio de Prim permitió apreciar la multidimensionalidad de Double Visión 2.0. Como el propio nombre indica, Double Visión 2.0 representa una dicotomía de puntos de vista y un encuentro entre pasado y futuro. La peculiar aproximación pop de Uwe Schmidt, a ratos más Kraftwerk que Señor Coconut, sirvió de contrapunto a los lasers programados por Robin Fox que parecían querer perforar las paredes de la casa antes de lanzarse en elegantes coreografías. En la pantalla, síntesis tradicional de video daba paso a visuales 3D para luego mostrar imágenes de box, demostrando una vez más que en los códigos del arte digital no está todo escrito.

 

Iceage en SALA

El enigma, poder, y eclecticismo musical detrás de un show de Iceage.

La última vez que vi a Iceage no pude escuchar bien durante tres días, esta ocasión no quedé sordo, pero la energía y pasión que proyectó en vivo fue la misma, esa actitud tan espontánea y sincera de interpretar su música y de comunicarse con el público logró llevarnos por un estridente viaje de 16 canciones que confirmó el glorioso regresó de Iceage a México después de cinco años de su presentación en el festival Corona Capital.

Antes de que empezara el concierto, podíamos ver entre el humo el logotipo de la banda en lo alto del escenario brillando, como una confirmación de lo que estábamos a punto de presenciar. “Hurrah” fue la primera de la noche y entre la potencia de la canción, casi al final, el sonido de la guitarra de Johan Surrballe desapareció, pero el show continuó, para así dar la bienvenida a “Pain Killer” y “Under the Sun”, de su disco Beyondless también. Hasta este punto se podía notar la tensión entre la banda por las fallas técnicas y el público permanecía un tanto fuera de espacio.

La hermandad es algo que se refleja dentro de la banda, siempre están pendientes del otro, y después de una palmada de apoyo en la espalda de Johan por parte del vocalista Elias Rønnenfelt, Beyondless siguió sonando en todo su esplendor con “Plead the Fifth”. Después de una pausa, en la que Elias dijo estar feliz de regresar a nuestro país después de un largo tiempo, “The Lord’s Favorite” del disco Plowing Into the Field of Love, abrió ese momento en que la energía explotó por primera vez y el slam y headbanging se hicieron presentes, mientras Iceage demostraba por qué son los favoritos del Señor.

La actitud de la agrupación es sincera y seria, pero penetrante, Elias siempre establece más contacto con la gente, pero el contacto no solo es físico, también establece penetrantes miradas que se esconden detrás de su cabello o realiza su característico baile moviéndose de un lado a otro mientras sostiene el micrófono con una mano y cable, mientras brinca dando vueltas sobre un pie por todo el escenario. “Thieves Like Us”, “Beyondless” y “The Day the Music Dies” fueron otras canciones que sonaron de su reciente disco, y aunque Iceage hizo un buen trabajo, no pudimos escuchar “Beyondless” con total fidelidad al faltar instrumentos como el violín y saxofón.

Incluso pudimos escuchar “Balm of Gilead”, un sencillo que sacó recientemente y que surgió de una colaboración con The Black Lips, banda con la que continúan de gira por Estados Unidos. “White Rune” de su disco debut New Brigade nos transportó en el tiempo a un viejo sótano perdidos entre la intensidad del punk y el sudor en nuestros rostros, mientras Elias viajaba por todo el lugar impulsado por los brazos del público.

Después el sonido country rock de “Abundant Living”, impulsado por la potencia de su batería y el profundo sonido del bajo de “Morals”, acompañado de la destructiva “Ecstasy”—estas dos últimas de su álbum You’re Nothing—, crearon un ambiente caótico y ruidoso, junto con los gritos de Elias mientras cantaba “pressure, pressure, oh god no, pressure”, que salían como lamentos que no podían ser contenidos ni un momento más en su cuerpo.

Cuando los primeros acordes de “Catch It” comenzaron a sonar todos estábamos extasiados, esperando ese punto que terminaría por destruir el lugar. Y así fue, el rechinar de las guitarras hizo explotar nuestros cerebros y lo único que podíamos decir era “you reel in then you catch it, catch it, catch it, catch it, come make me real”, mientras Elias sostenía los brazos del público como señal de unión. Esa canción marcaba el final, pero los asistentes querían más y comenzaron a gritar “Iceage, Iceage” al mismo tiempo que daban golpes sobre el piso del escenario y la banda no tardó en regresar para realizar un encore y agradecer mientras Elias lanzaba besos hacía el público.

Iceage nos dio un puñetazo en la cara lleno de honestidad, talento y mucho rock que se impregnó en nuestros cuerpos y mentes y creó un espacio en el que todos fuimos un mismo ente disfrutando de la música.

Morrissey en el Auditorio Nacional

En su show del Auditorio conocimos a un Morrissey menos disgustado.

No es un secreto que el ídolo de Manchester es muy agradecido con la comunidad latina, tanto que vive en el barrio mexicano Los Ángeles, alejado de las estrellas de televisión y los lujos de Beverly Hills. Pero parece que el cantante también ha encontrado una segunda casa en nuestro país, ya que en estos dos años se ha mezclado entre nosotros de una manera que parece irreal, con apariciones en televisión y presentaciones en festivales. El ex vocalista de The Smiths ha abrazado a la cultura mexicana tanto como puede y esta noche fue prueba de ello.

Es preciso aclarar que el show comienza antes de que el cantante aparezca, muchos creen que están esperando, viendo clips en la enorme pantalla que ocupa el escenario, pero no. El espectáculo ya está ahí, esas proyecciones son una mirada a la cabeza de Morrissey, una invitación a conocerlo un poco más y contagiarnos de sus pasiones. Los videos de Ramones y Patti Smith son una muestra, ya que en su juventud fue periodista musical y vio de cerca el ascenso del movimiento punk. Los neoyorquinos, junto a New York Dolls, siempre han sido de sus bandas favoritas.

La combinación de metrajes agradó al público, tanto que terminaron en redes sociales y videos como el de "Rebel Rebel" sacaron pequeña ovaciones del público. Luego de eso, las luces del auditorio se apagaron y Morrissey entró a escena. No salió tan llamativo como en veces anteriores, de hecho apareció con jeans, un cardigan azul y una playera de su merch oficial. Más relajado y más ordinario, como si de verdad estuviera en casa.

Inició con "William, It Was Really Nothing", que causó furor entre los fans de The Smiths. Debo confesar que en un principio pensé que Morrissey no había salido en sus cinco sentidos, pues jamás lo había visto tan efusivo y en un par de ocasiones se le fue la voz, pero al parecer solo estaba pasando un gran momento.

Siguió "Alma Matters", uno de los tracks del olvidado Maladjusted. Aquí algo llamó mi atención, pues pesar de que este es uno de los sencillos más exitosos en la carrera de Morrissey, no fue tan seguido como "I Wish You Lonely". No sé si solo sea entre el público mexicano, pero los tracks del último disco, Low in High School, se han convertido en los favoritos de la gente.

"Is It Really So Strange?" y "How Soon Is Now" nos dieron los momentos clave de la noche. La gente se le entregó por completo y el británico lo disfrutó al máximo: se acercaba al público, les daba la mano y parecía no poder contener su entusiasmo. Como fan, el ver a uno de tus artistas favoritos deshacerse de la emoción es algo increíble e inexplicable, sobre todo cuando se trata de alguien como Mozz.

Antes de seguir, se tomó un tiempo para hablar de su nuevo sencillo, un cover a "Back on the Chain Gang" de The Pretenders. Sin embargo, no usó ese tiempo para hacer promoción, sin para compartir; sus palabras fueron: "Tenemos una nueva canción y sé que ninguno de ustedes lo va a comprar, así que es mi deber dar y entregárselos". Lanzó una copia y comenzaron a tocar.

Canciones como "If You Don't Like Me, Don't Look at Me", "Munich Air Disaster 1958" y "Dial-a-Cliché", no era lo que esperaba la mayoría de los asistentes, pero Morrissey supo manejarlo y mantener el interés de todos. Su dicha era contagiosa y se mantuvo hasta el último momento.

El track de la noche definitivamente fue "Life is a Pigsty", pues no solo es uno de los favoritos entre la comunidad de fans, también el músico no la había tocado desde 2015. Aunque la interpretó por primero en San Diego, nos queda el consuelo de que fuimos segundos en la lista.

Cerca del final tuvimos "Spent The Day in Bed" y "Hold On To You Friends". A este altura la emoción era tal que los fanáticos cercanos al escenario estaban a punto de invadir el lugar, el júbilo ya estaba en punto de ebullición.

Después de tantos momentos, poco podíamos pedir. Tal vez no escuchamos muchos hits, pero eso no importaba, venimos por la música y nos quedamos por la experiencia. Sonó "Jacky is Only Happy When She's Up On The Stage", otros de los tracks de Low In High School y en un momento de arrebato, Morrissey destrozó su playera y la aventó al público.

El cantante salió del escenario, sin camisa y agotado, pero con una sonrisa que lo decía todo: Mozz había encontrado en nosotros a su público consagrado. Todo se dio para tener una noche memorable y estaba agradecido de poder compartirlo con nosotros.

Volvió poco después, ya vestido, para decirnos lo feliz que estaba, que esta era su casa y para tocar "Everyday is Like Sunday". Todo el Auditorio explotó y un joven invadió el escenario para abrazar a Morrissey, lo que fue bien recibido por el artista, pidiéndole a los miembros de seguridad que se alejaran y le permitieran volver a su asiento. El momento era catártico, erizaba la piel, pero justo en el éxtasis de la noche, Mozz se retiró, y aunque la gente pedía más, no regresó.

Aquella fue una noche para recordar, pues éramos él y nosotros, no importaba otra cosa. No hubo menciones a Trump o cosas por el estilo, nada existía y todo lo malo del mundo lo dejamos atrás esa noche para disfrutar de nuestra compañía.

Escucha a The National en Bob's Burgers

The National interpretó "Save The Bird" la canción de acción de gracias de Bob's Burgers.

La serie animada Bob's Burgers a menudo integra música en sus episodios, el año pasado lanzaron fragmentos por Sub pop, y también se realizaron compilaciones de sus ditties; de la misma manera se ha invitado a distintas bandas de la talla de Stephin Merritt St. Vincent a colaborar con la animación, con algunos covers.

En esta ocasión The National colaboró con la serie con una canción titulada "Save The Bird", utilizando su característico estilo logra agradar siempre a los fans. El video comienza con los dibujos animados de la agrupación mirando fijamente hacia enfrente, mientras se dirigen a la cena de acción de gracias de algún integrante de la familia, para posteriormente liberar a un pavo en el campo.

Esta no es la primera vez que The National colabora con Bob's Burgers, desde el 2012 han hecho mancuerna, a lo largo de estos años la banda ha colaborado con canciones como el cover “Bad Stuff Happens In The Bathroom”“Christmas Magic” o el cover “Give It To Teddy”, entre otros.

Disfruta de "Save The Bird" a continuación y danos tus comentarios en nuestras redes sociales:

Entrevista con Iceage

El espacio mental de lo desconocido.

Iceage es una banda que amas u odias, pero sin importar esto, es una de las mejores propuestas musicales en la actualidad, y desde que lanzaron New Brigade en 2011 ha ido renovando su sonido sin perder esa característica esencia cruda. Iceage resulta de una mezcla entre el rock, punk y blues con una fuerte dosis de poder y nostalgia, con letras que reflejan la manera de ver de los cuatro integrantes (Johan Surrballe Wieth, Dan Kjær Nielsen, Elias Bender Rønnenfelt y Jakob Tvilling Pless) de una forma directa y honesta. Con su música, Iceage simplemente nos entrega una parte de sus integrantes y de las conexiones que se crean en sus mentes a la hora de crear música. Son ejemplo de versatilidad y eso queda reflejado en Beyondless su reciente entrega, cuyo nombre según Johan Surrballe (guitarrista). “Es una palabra que existe en una novela de Beckett (Worstward Ho), es una hermosa palabra de la que tienes que encontrar su significado”, y eso es lo mismo que tenemos que hacer con Iceage, sumergirnos en las diferentes dimensiones que abarca su música, para descubrir un mundo único, lleno de ruido, pero a la vez armónico y natural.

“La historia de este álbum no es necesariamente lineal, es más un documento de una mente fragmentada y una imagen del espacio mental a la hora de escribir el disco. Al grabar siento que lo que hacemos es una representación de donde estábamos en nuestras vidas, los problemas que nos tenían bajo presión, o experiencias que vivimos. [El álbum] fue grabado en Gotemburgo, Suecia en alrededor de dos semanas, este periodo fue muy intenso, de no dormir mucho y todo giraba alrededor de tener las canciones con la máxima urgencia en la cinta (debido a que fue grabado de forma análoga)”, narró Elias Rønnenfelt, vocalista de la banda sobre la historia de Beyondless. Al preguntarle sobre los sentimientos que definían este álbum, respondió. “Es un mundo hermoso lleno de emociones como nostalgia, desorientación y desesperación. Me gusta que los discos capturen una extensa paleta de lo que es la mente humana, porque está dividida, entonces se alimenta de las diferentes direcciones que puede tomar esta”.

Algo que caracteriza a la banda además de su sonido, es la peculiar presencia que proyectan, y sus shows en vivo son una muestra de esto, desde que salen establecen una conexión con el público y pareciera que no hay barreras entre ellos y los asistentes, sobre esto Rønnenfelt comentó. “Personalmente odio cuando hay un espacio entre el escenario y el público. Por supuesto que hay algo que separa al artista y al asistente, pero todo es parte de la misma experiencia, todos se alimentan de la energía de los demás”, y añadió. “Un concierto en vivo es una forma muy pura de expresión y más que esto, es también comunicación, porque estás en un mismo espacio junto con la audiencia. En el mejor de los escenarios, se convierte en algo que libera a todas las personas dentro del lugar, nosotros incluidos y se crea un versión comprimida del ahora. Yo prefiero los shows donde me olvido de dónde estoy, qué tan alto es el techo, donde lo importante es la presencia de un momento que todos comparten”.

Iceage simboliza diferentes épocas musicales, pero sus influencias no son claras. “Vienen de cientos de lugares diferentes y a veces es difícil ubicarlas, solo creas algo con base en tu cultural general, comprendiendo todo lo que escuchas, ves, oyes, o lees y mezclándolo en lo que estás haciendo, pero puede ser difícil diferenciar de dónde viene cada cosa exactamente”. Esto me llevó a preguntarle qué diferencia de sentimientos experimenta entre escuchar y crear música, a lo que Rønnenfelt respondió. “La música es algo que cuando lo escuchas mueve todo dentro de ti y tiene un impacto que te fue dado [por el artista] y altera tus movimientos o sentimientos dentro de un espacio, o los químicos dentro de tu cerebro. Al hacer música es lo mismo, pero a la vez diferente, porque puedes expresar algo al mismo tiempo”.

El verano pasado la banda realizó una gira junto con Mary Lattimore, cuya música puede parecer totalmente contrastante con la de la banda, por lo que me pareció interesante preguntarle sobre esta colaboración a Surrballe y explicó. “Obviamente no era el mismo tipo de música, ella es una arpista y nosotros somos una banda de rock, pero es agradable sorprender al público y tener diferentes tipo de sonidos en un mismo concierto”. Así mismo, se encargaron de la curaduría de una pequeña residencia llamada “Opening Nights”, que se realizó en Los Ángeles, New York y Tokyo, donde se presentaron artistas como Vacant, Dorit Chrysler, Julianna Barwick y Last Lizard. Durante su estancia en Tokyo, trabajaron con el artista Azuma Makoto para el video de “Under the Sun”, el cual creó una instalación que llamó Crazy Garden x Iceage. Sobre esta colaboración Rønnenfelt nos contó. “Fue la esposa de Dan (baterista), Lea, quien lo conocía y le pregunté a él (si quería trabajar con ellos) y entonces respondió que no haría contribuciones a la exhibición, pero crearía un set completo para nosotros. Entonces, nos invitó a la casa de su esposa donde tenía esta increíble y colorida selección de flores esperando por nosotros, realizada con una gran habilidad artística. Puedo decirte que el olor en la habitación era maravilloso, el polen o la esencia de todas esas flores era muy intenso”.

El éxito de la banda dentro de la escena independiente es relativo, a pesar de que su trabajo ha sido reconocido por algunos medios musicales y han recibido nominaciones a los premios  de la asociación IMPALA, no es algo que les interese, pero al cuestionar a Rønnenfelt sobre cuál ha sido el crecimiento de Iceage, aseguró. “El corte de la banda es el mismo, porque es acerca de nosotros cuatro, siendo amigos desde que éramos niños y permaneciendo tan cercanos desde ese entonces. Es increíble tener esa longevidad, pero no solo en el ámbito musical, también en el personal, porque yo amo a estos hombres, son como hermanos para mí, personalmente ha sido interesante ver cómo el proceso de composición mejora con los años y se desarrolla junto con la forma en que tu vida está cambiando, es una evolución gradual y espero que siempre continuemos evolucionando, ojalá que nunca pare porque no [estamos] interesados en cualquier tipo de repetición. Para mí la parte interesante de hacer música es el proceso y el crecimientos que viene de forma natural… es importante tener cierta locura por la vida”, concluyó.

 

Los Nike Air Force 1 en el Hip Hop

Mira estos cinco modelos Nike Air Force 1 que todo amante del hip hop debería tener.

Creados en 1982, de cierta manera como un reemplazo de los Bruin, fue el producto con el que la empresa logró dominar el negocio del básquetbol. Sin embargo este modelo trascendería a la historia por algo más, como el calzado predilecto del hip hop y el favorito de muchos MCs. No por algo leyendas como Dr. Dre tienen un par para todos los días del año.

Su diseño elegante y atemporal hace que los tenis de Nike prevalezcan hasta nuestros días como un ícono de la cultura urbana estadounidense, pero varios músicos y raperos han colaborado con la marca para darle su toque personal. Aquí te mostramos los mejores:

Travi$ Scott’s 'Sail' Air Force 1

En 2017 el rapero de Texas lanzó sus primeros tenis con Nike, una colaboración muy esperada y que fue todo un éxito. Pero nada comparado con lo que el músico sacó este año, pues a pesar de que repetía la silueta clásica de los Air Force 1 y no había muchas diferencias, el color blanco fue un poco más obscuro y ahora solo contaba con una paloma en metal cromado, dándole sobriedad y adecuándose más a la personalidad de Travis.

DJ Premier Air Force 1

Uno de los productores más respetados en la industria del hip hop, que ha trabajado con artistas de todos niveles, fue invitado en 2010 a colaborar con Nike. El resultado fueron unos tenis con muchas texturas, desde el negro mate hasta piel sintética color obsidiana. Los Air Force 1 de DJ Premier son tan violentos y llamativos que luego de ocho años se mantienen en tráfico.

 

Vlone Air Force 1

A$AP Bari no es un rapero, pero sí uno de los miembros fundadores y, hasta hace tiempo, pieza fundamental del colectivo A$AP Mob, donde participan algunos músicos importantes como A$AP Rocky y A$AP Ferg. Al ser uno de los diseñadores más codiciados en la escena del hip hop con la línea VLONE, su colaboración con Nike arrasó en tiendas.

Virgil Abloh Air Force 1 “OFF-WHITE”

El director artístico y hombre de confianza de Kanye West ha trabajado con Nike desde hace un par de años, sacando decenas de modelos con la línea "Off White", pero de todos sus proyectos, los mejores y por mucho son los que sacó a finales del año pasado, debido a su corte experimental con materiales transparentes.

Roc-A-Fella Air Force 1

Este es uno de los sellos discográficos independientes más grandes en la actualidad y uno de los causantes de promover el hip hop en Estados Unidos con discos como Graduation y The Blueprint. Así que, cuando se confirmó una colaboración entre la disquera y Nike, los fans del género no pudieron con la emoción. El modelo es clásico en piel, con el logo de la casa como un pequeño detalle, pero eso fue suficiente para que se fueran en tiendas.

¡Kali Uchis y Kaytranada juntos de nuevo!

Kaytranada tocó la nueva canción en vivo en Pitchfork Music Festival de París

Hace unas semanas, Kevin Celestin durante su show en el Pitchfork Music Festival de París, presentó la nueva colaboración que hizo con la cantante colombiana Kali Uchisla cual definitivamente será un gran éxito, pues la pista producida por Kaytranada es una clara invitación a bailar, mientras que la voz de Kali le introduce ese elemento sensual que la caracteriza.

El pasado 2 de noviembre, mientras el beatmaker se encontraba tocando su set híbrido, anunció "World premiere, album coming soon", y fue en ese momento cuando el público enloqueció con la voz de Kali Uchis y las mezclas de Kaytranada

Esta no es la primera vez que Kevin Celestin Kali Uchis colaboran juntos, hace dos años lanzaron dos increíbles canciones que tuvieron gran aceptación de sus fans. "Only girl" cuenta con la presencia de Vince Staples y Steve Lacy, pero la pista fue producida por Kaytranada. 

También experimentaron juntos en la canción "Water to Wine"; los fans han afirmado que cuando Kali Uchis y el beatmaker se unen logran importantes trabajos, y desbordan talento pero también sensualidad y energía. Si quieres ver el momento exacto del lanzamiento de su nuevo material juntos reproduce el siguiente video a partir del minuto 24:49.