Fotografo: Nacho Miranda

Bikini Kill en el Pabellón Oeste del Palacio de los Deportes

Bikini Kill, la banda que encabezó la Generación X y hoy es una de las voces más potentes del #8M.

Los escépticos dudan de la verdad pero no puede ser coincidencia que la llegada de Bikini Kill a México ocurrió en marzo. El conjunto que hablaba de feminismo cuando nadie más lo hacía llegó en un momento en el que su pensamiento se mantiene vigente. Las personas pueden envejecer pero las ideas son eternas.

Uno de los problemas de los grupos internacionales que se presentan en la CDMX es la elección de la banda abridora. Poner a Los Nena antes de Faith No More no fue una de las decisiones más inteligentes de la vida aunque en esta ocasión todo fue diferente gracias a Cremalleras.

Punk mexicano con sabor a cabrito

Uno de los secretos mejor guardados del punk mexicano tuvo un justo reconocimiento por sus más de 10 años de transitar por los más sucio y decadente del underground. La dupla conformada por Violeta y Daniel se distingue por su feroz sonido que carece de bajo pero tiene un exceso de furia. Sus canciones no suelen durar más de dos minutos porque tienen la misma filosofía que los Circle Jerks: “hay que quitar todo lo innecesario y sólo dejar lo que realmente vale la pena”.

Desde el momento en el que los dos integrantes se colocaron sobre el escenario del Pabellón del Palacio de los Deportes recibieron una fuerte ovación. Fue algo bastante extraño porque la pareja está acostumbrada a presentarse frente a un número reducido de personas en espacios con nulas medidas de higiene. En cambio, ahora lo hicieron ante una multitud de miles que desde el primer instante mostró respeto por el trabajo de los originarios de Nuevo León.

El estilo rabioso de la pareja es todo lo que se podría esperar de integrantes que han pasado por grupos hoy legendarios como Ratas del Vaticano, Descarnada y Heterofobia. Canciones a máxima velocidad con letras que son imposibles de escuchar pero que a nadie dejan indiferente. Por algo son una de las bandas emblemas del sello de culto Cintas Pepe que ha publicado sus dos álbumes.

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A pesar del buen recibimiento hacia el combo mexicano la realidad es que todo el público que acudió a la cita lo hizo por el proyecto principal. Todavía había muchos que dudaban que Bikini Kill por fin se presentaría en la Cedemecs.

Los minutos antes de ver a tu banda favorita pueden ser tan largos como en un partido de fútbol pero al final las cuatro representantes del movimiento riot grrrl se colocaron en sus posiciones y empezó el estallido musical.

De encabezar la Generación X a darle voz al #8M

Kathleen Hanna (voz), Tobi Vail (batería), Kathi Wilcox (bajo) y Sara Landeau (guitarra) no necesitan pirotecnia ni escenarios estrafalarios. Su poder está en el mensaje y no en los adornos que siempre son llamativos pero no necesarios.

Al estilo del hardcore-punk las canciones empezaron a sonar una tras otra. El sonido del lugar tuvo algunas fallas, en especial cuando Tobi tomó la posición de cantante, aunque en términos generales fue como escuchar al cuarteto de Olympia directo en la sala de tu casa.

La discografía de Bikini Kill es pequeña pero no de ninguna manera insignificante. Sus canciones han trascendido la barrera del tiempo y ahora no sólo son emblemas de la Generación X sino también del #8M.

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De igual forma, el público siempre desempeña un papel muy importante en cualquier concierto de rock. En este caso, el grito Girls to the front, como el título del libro emblema de Sara Marcus sobre el Riot Grrrl, que se suele escuchar en los conciertos en Estados Unidos se transformó en un ensordecedor Morras al frente. El idioma es diferente pero el significado de las ideas es universal.

Por su parte, Kathleen aprovechó su poder en el micrófono para ofrecer mensajes con respecto a su pensamiento. Desde apoyar el feminismo hasta recordar que ya no estamos en 1992 y las restricciones contra el aborto no pueden continuar en el mundo actual.

Durante poco más de una hora se vivió uno de los conciertos más intensos que se han registrado en la Ciudad de México. La colorida vestimenta de bailarina punk de Hanna junto a sus bailes con referencias a su pasado con Le Tigre fueron el complemento ideal para escuchar auténticos himnos por la equidad de género. Desde “Double Dare Ya” hasta concluir con la emblemática “Rebel Girl”.

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Tuvieron que pasar más de tres décadas pero por fin Bikini Kill se presentó en la CDMX. La fiesta dominical fue un recordatorio de que todavía falta mucho por hacer para alcanzar una verdadera equidad de género. La música es apenas una de las diversas herramientas que existen para luchar todos los días y alcanzar el objetivo.

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Boom Boom Kid en el Fuck Off Room

Punk energético y canciones de poca duración contra la violencia y la crueldad animal.

La furia combinada con la conciencia y los discursos políticos aterrizaron en México de la mano de Boom Boom Kid. El proyecto argentino que se encuentra más allá del hardcore-punk regresó a nuestro país para ofrecer una serie de fechas en distintas ciudades y todas con el mismo nivel de euforia.

La cita pactada en la CDMX fue en la nueva ubicación del Fuck Off Room. El espacio recién inaugurado recibió a todos los aficionados hambrientos de sonidos energéticos provenientes de Sudamérica. El lugar luce amplio y se perfila para ser una nueva opción dentro de la oferta musical de la capital.

Con una puntualidad sorprendente con respecto a lo anunciado en el cartel, la primera banda que se apoderó del escenario fue AXPI. Todavía eran pocos los asistentes pero no fue una barrera para que sonaran los primeros riffs de la gélida noche.

El combo mexicano es uno de los baluartes de la música subterránea. A lo largo de 30 años ha logrado un matrimonio perfecto entre el punk y el metal. Sus temas cantados en inglés contienen la misma energía con la que el Dr. Frankenstein logró replicar la vida.

Su presentación fue breve pero cumplió con el objetivo de calentar el ambiente para el plato principal. Después del cambio de instrumentos y con una banda de soporte conformada por miembros de AXPI y Gula saltó al escenario Nekro para dar comienzo a la presentación de Boom Boom Kid.

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Música hiperactiva con conciencia social

Aunque se trata de una persona que supera el medio centenar de edad en realidad su energía y vitalidad son las mismas de un adolescente. Desde el primer minuto se mantuvo en constante movimiento sobre la tarima. A través de gritos y brincos dio un repaso desde sus piezas más emblemáticas de los noventa con Fun People hasta su trabajo más reciente.

Poder escuchar en directo los temas de álbumes ahora clásicos como Anesthesia y The Art​(​e) Of Romance (¡grabado por Steve Albini!) nunca tiene desperdicio. La fiereza de “F.M.S.” fue responsable de provocar el primer pogo de la noche a pesar de sus escasos segundos de duración.

Mientras que Carlos Rodríguez, con su voz aguda como la espada de un samurai y su cabeza de Medusa, interpretó una canción tras otra hasta sumar más de 40 a lo largo de toda la noche. En el hardcore-punk la intensidad no es una opción sino una característica de la que no se puede prescindir.

Las balas pueden matar personas pero no ideas

En un punto crepuscular de la noche, Nekro aprovechó para dedicar un tema a algunos de los máximos representantes de la canción de protesta como Víctor Jara, Mercedes Sosa y Violeta Parra. Cada uno logró trascender géneros musicales porque sus ideas van más allá de los estilos y perduran hasta nuestros días.

Algo que jamás puede faltar en un concierto de Boom Boom Kid es el mensaje en contra de la crueldad y el maltrato animal. En este caso, al igual que ha dicho desde hace más de dos décadas, se pronunció en contra de la tauromaquia y la calificó como una actividad que debe terminar en todo el mundo.

Finalmente, con “She Runaway” coreada por todo el público del lugar llegó el final del concierto. Entre la furia del punk y los mensajes de apoyo mutuo y amor se despidió Nekro y amenazó con regresar pronto a México.

Asiste o Muere 2023

¿Dulce, truco o spooky-hard-psych?

La noche de ayer fuimos testigos del festival de sonidos alternativos Asiste O Muere. Esto entre cascadas de punk DIY, bandas internacionales y la sensación de viernes 13 llenando cada esquina del Anticlub House.

La fiesta comenzó alrededor de las 19:00 H con la selección musical de Nekro De Vil detrás de las tornamesas. El movimiento de los vinilos acompañaba la entrada de los asistentes, quienes se distribuían en los tres niveles del venue, de donde saltaban a la vista decoraciones de Halloween, un mini estudio de tatuajes flash, barras de bebidas, comida vegana y un garage convertido en escenario principal.

Poco más tarde, el dueto de fuzzheads Stereo Animal daba inicio a la agenda de bandas encabezada por Death Valley Girls. Reventando riffs nacionales entre luces rojas, verdes y moradas al interior del Anti.

Tras el  headbang instanciado por la dupla, era el turno del desgarre instrumental sello de Carrion Kids. Quienes se tomarían el tiempo de celebrar el cumpleaños de Jasmina Hirsch entre cortes de punk prendido fuego, crudeza extramusical y slam.

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Biblioteka tomaba el punto medio de la noche convirtiéndolo en una avalancha de hard sound compuestos de guitarra, bajo, batería y el carisma de la vocalista.

La música del triplete de Seattle daba paso al dinamismo californiano de chokecherry, quienes, guiadas por la potencial musical de las integrantes, tiraron la atmósfera spooky hacia terrenos aún más melódicos y distorsionados.

La edición 2023 de Asiste O Muere llegaba a su punto máximo con la presencia de Bonnie Bloomgarden, Larry Schemel, Rikki Styxx y Sammy Westervelt en la planta baja del Anticlub, impactando al público en los tres niveles con riffs potentes, soundscapes niquelados, fills potentes y la furia psych en cada exploración sonora. Death Valley Girls daría un show memorable presenciado desde la fraternidad de los asistentes, fundidos al impresionante despliegue musical de las originarias de L.A. y catapultados al afterparty.

Festival Hipnosis 2021

Bajo edificios imponentes, en el cobijo del sur de la Ciudad, Hipnosis celebró la vida y el legado de la música lisérgica.

“Hace año y medio que no nos metemos a un slam. Así que, si quieren perder el control, este es el momento”. De esa forma lo dijo Carlos, vocalista de Mengers, antes de que se manifestara en gritos y empujones la energía contenida de un público expectante —ya caliente en las primeras horas de la tarde por los guitarrazos de Mature Over Rated Animals y su lluvia de playeras—. Justo ahí, con esas palabras, se desahogaron los meses de espera y se cortó el listón del Hipnosis 2021. Un evento que esperábamos no solo por la vuelta a los festivales de nicho, sino por la promesa del rock, del trip multidisciplinario transmedial y, por supuesto, del “cachito de Avándaro” deseado por toda una nueva generación de escuchas: “Creo que estamos transmitiendo en vivo. Vamos a tocar ‘Tenemos el poder’ para que nos corten”, bromeó Carlos, como el primer guiño al legendario festival y a la nostalgia por el pasado que acarrearía la noche.

La referencia de Mengers a Avándaro no fue casualidad: Hipnosis 2021 fue un encuentro entre generaciones del rock mexicano, así como entre talentos internacionales que, aunque disímiles en su estilo musical, comparten el gusto por la estimulación de los sentidos —para lo que el doble escenario, exterior e interior, jugó un rol importante—. Por ello, no fue extraño coincidir con las líneas de bajo comandadas por Deradoorian mientras, fuera, Amparo Carmen Teresa Yolanda vaticinaba la celebración a la vida con una justa dedicatoria de su concierto “a todas las personas que ya no están”. De esa misma forma, encontramos a un Tonstartssbandht que dominó el espacio con apenas dos integrantes y los coros de “Smilehenge” y “Magic Pig” mientras Ty Segall, alistándose para la explosión de fuzz, quebraba un par de cervezas en su show acústico donde lo escuchaba un público sentado en el suelo cual noche de camping.

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Pese a esta introducción, fue caída la tarde cuando los sentidos explotaron de verdad e inició un viaje sin retorno a las raíces de la psicodelia: La Luz dio cátedra de cómo dominar un escenario con sus teclados ácidos, que oscilaban entre el rock más sofisticado y chill (“Call Me In The Day”, “California Finally”) y la herencia heavy psych de Iron Butterfly o Jefferson Airplane. Sobre esa misma línea, Fuzz llenó el escenario exterior de riffs disonantes a la vieja usanza de Black Sabbath, los cuales escalaron la tensión hasta reventarla en los coros de temas con sabor a rock clásico como “What’s In My Head?”

Sin embargo, si habría que escoger un acto de este bloque, sin duda la nominación va para Sugar Candy Mountain: Ash Reiter, como la guitarra líder que siempre deseó ser, comandó una exploración de pop psicodélico con los coros apapachadores de “Playground Love”, “Windows” e “Impression”, si bien dejó en el camino largos pasajes con rastros de bubblegum pop y hasta de motorik. (Por cierto, fue su interpretación de “666” la que logró lo imposible, e inesperadamente me obligó a cumplir el cliché del melómano sensiblero: conmoverme hasta las lágrimas y hacerme tremendo nudo en la garganta).

Pero esta emoción era apenas la puerta de entrada para la nostalgia que se gestaba en las paredes del escenario interno, donde tres generaciones de experimentación mexicana se encontraron de frente. Lorelle Meets the Obsolete y Diles Que No Me Maten —una de las presentaciones más catárticas de la noche por sus agresivos spoken word y líneas de saxofón— abrieron la puerta a ese pequeño momento de Historia que muchas personas ansiaban presenciar: el reencuentro de Dug Dug’s con su set especial de Avándaro. Armando Nava, con el sonido heavy que siempre mereció su banda, convocó a un momento de paz, amor, encendedores arriba y signos de la victoria, a través de temas que hoy bien resuenan como clásicos de culto: “I Don’t Care”, “Cambia, Cambia”, “Stupid People” y, por supuesto, “La Gente” con su coro extendido: “la gente caminando va, que viene y va”. Aunque se extrañaron sobremanera los visuales referentes a Avándaro, fue imposible que no brotara la pregunta: si esto sonó así hace 50 años, ¿cómo se habrá sentido estar ahí?

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Terminadas las lágrimas, llegó el último subidón de la noche. Sobre visuales rojos y un efecto demoníaco, TR/ST dejaba en la pista un performance con tintes de glam y grandilocuencia, al que la gente reaccionó con los gritos al ritmo de “Shoom” y “Sulk”; eso sí, para algunos fans resultó anticlimático que el proyecto de Robert Alfons se presentara con dos integrantes en vez de un grupo completo. No ocurrió lo mismo con La Femme, que se coronó como el acto de la noche —y una de sus mayores sorpresas— con la mezcla de teatralidad y elegancia de sus showmen y showgirls. Entre sintetizadores, vocales en tres idiomas, ritmos frenéticos y ese toque especial de sensualidad francesa, el sexteto terminó por reventar el escenario exterior y hasta un mosh pit en “Antitaxi”.

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Ya con las piernas agotadas, los sentidos aturdidos y como cinco despertares espirituales, comenzó el éxodo hacia mundo exterior al ritmo stoner doom de Monolord. Las guitarras sucias y el desfile de headbangs dieron las últimas pinceladas a la noche, mientras los asistentes comenzábamos a procesar todo lo ocurrido. El trip, el misticismo y el estímulo, pero también la nostalgia y el reencuentro marcaron el regreso a Hipnosis, un festival que continúa su reinvención y, aún con 18 meses de pandemia encima más una retahíla de transformaciones, continúa vigente como una celebración a la vida y a la psicodelia. Pese al ajuste de horarios y el empalme de algunos actos, Hipnosis cumplió con ofrecer un espacio de comunión y re-conexión, donde se confirmó el axioma por todos ya sabido: el Hipnosis sigue siendo el Hipnosis.

¡Nos vemos a la próxima!

Entrevista con Metronomy

La pirámide que Metronomy intenta construir con su sexto álbum, Metronomy Forever.

El poeta romántico Percy Shelley escribió en uno de sus sonetos emblemáticos, Ozymandias, sobre la derrota de los líderes, la caída de los imperios y la herencia reducida a escombros. "Conocí a un viajero de una tierra antigua quien dijo: ‘Dos enormes piernas pétreas, sin su tronco se yerguen en el desierto. A su lado, en la arena, semihundido, yace un rostro hecho pedazos (…) Y en el pedestal se leen estas palabras: Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes: ¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!'. Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas”. Metronomy con su nuevo álbum, al igual que Ozymandias, intenta crear un legado musical que trascienda la temporalidad de las canciones veraniegas. Una herencia que resuene a través de los años y que no quede minada a fragmentos de historia. La grabación de su sexto lanzamiento, Metronomy Forever, marcó un punto de inflexión al interior de la banda, una crisis que llevó al vocalista a cuestionarse la razón de ser del grupo.

“Después del disco anterior (Summer 08) quería publicar un álbum inmediatamente, pero en el proceso me cuestioné sobre por qué hago lo que hago, por qué hago música, por qué me interesó la música cuando era joven. Comencé a obsesionarme con The Beatles y The Beach Boys y con su historia, con su legado, cuando estaba haciendo este álbum me di cuenta de que quería hacer algo así. Es como los reyes egipcios y las pirámides que construían para ellos mismos, los músicos llegan a un punto en donde se preocupan por eso, por el legado”. Joseph Mount está en la casa Indie Rocks! reflexionando sobre lo que empuja intrínsecamente sus nuevas canciones, unas melodías que no han perdido el núcleo de su música, tonos juguetones imantados de una profunda emotividad.

Mount se sorprende porque desde la terraza podemos ver hacia el interior de las habitaciones de edificios contiguos, toma una foto, le da un sorbo al agua mineral e intenta recomponerse, el cambio de horario debe ser complicado. Abre su mochila y saca su computadora, nos comparte una pista aún no estrenada, le preguntamos si pueden ser más, aunque receloso al principio finalmente accede. Consciente de la importancia del estreno nos pide que borremos las tres canciones cuando termine la sesión. “La idea de este título es un poco estúpida, porque es sobre el infinito, Metronomy Forever; es una enorme declaración pero al mismo tiempo es pequeña, lo que importa es lo que está sucediendo ahora, con nuestra audiencia, no lo que ocurra dentro de 100 años. Puede ser una majestuosidad de ideas pero al final solo hice un álbum de canciones pop, creo que todos tenemos derecho a una crisis existencial, no importa si estás haciendo un álbum, puedes hacer lo que quieras y preguntarte 'por qué estoy haciendo esto'”.

El imperio de Ozymandias cayó, el de Metronomy, como le sucedió a muchas bandas que surgieron en el mismo período, podría haber caído de no ser porque en su historia tiene un álbum sólido, The English Riviera, y una decena de canciones alucinantes que sirven de propulsores. Desde el lanzamiento de Summer 08 Joseph Mount ha realizado cambios en su vida, dejó Francia para regresar a Inglaterra, montó un estudio en su casa y trabajó con otros artistas como Robyn. En Metronomy Forever la banda está transitando hacia un lugar en donde pueda edificar su legado. El período de vida, así como la maduración de la banda, relata el vocalista, le parece el correcto.

“He tomado buenas decisiones en los momentos importantes, lo cual se traduce en que tengo este trabajo, se ha convertido en algo que es valioso, la pregunta es si la banda ha madurado como yo; tengo 36 años y la música coincide con este período de mi vida, así que ha madurado bien”. Percy Shelley en su poema habló de lo frágil que es pensar o planear el legado. Primero habló el rey. “Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes: '¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!'”. Y luego habló el tiempo, de esas obras poderosas que el rey quería que contempláramos, quedaron añicos. Fragmentos. Pedazos. Podemos creer que el imperio, los gobiernos o los edificios durarán eternamente. No es así. Es inevitable la caída. La situación de Metronomy va más allá de pensar en la posibilidad de que su música se destruya o desaparezca, se trata de que no se olvide, porque si algo plantea la era post-contemporánea en el arte es su reproducibilidad y la pérdida de su aura, y ante una marea de música continua, no sería difícil quedar en la fila de tantos archivos por escuchar, olvidados e ignorados.

“Estoy tratando de descubrir algunos sonidos nuevos, por ejemplo, me sucedió con 'The Look', pensé en que podía componer una canción, pero no estaba interesado en escribir 'The Look', se convirtió en eso, en 'The Look', pero no lo pensé así en el inicio. Lo que hice después fue componer canciones y ninguna se convirtió en 'The Look', no puedo decir que lo estoy evitando o que no lo estoy intentando, pero tal vez inconscientemente lo estoy haciendo. Estoy experimentando de nuevo, ya casi me siento listo para hacer la próxima cosa y quiero que sea un concepto claro. Pasé por un período cínico, en donde decía ‘quiero escribir canciones exitosas, necesito cosas nuevas’, pero no es así como funciona, no puedo generar hits así como así”.

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El legado también involucra conceptos y sentimientos para poder existir más allá de un ritmo. Más allá del sonido y del beat, con ideas introducidas en la cabeza y el corazón de su audiencia. Pocas canciones hablan con tanta franqueza y con el mínimo de elementos sobre la rutina de un matrimonio como “Trouble”. O del sentimiento puro y auténtico de querer ayudar a quien lo requiera como canta en el nuevo tema “Walking In The Dark”. Joseph Mount platica sobre la posición que adopta al hablar de amor en su música y cómo el ser padre incide directamente en su trabajo.

“Es raro cómo tus experiencias con las relaciones influyen dependiendo de qué tan afortunado eres. Encontré el amor y estoy muy feliz, estoy consciente de lo jodido que puede ser para algunas personas de mi edad estar solos o romper con alguien, me pregunto qué haría si mi novia de pronto me dijera que ya no está enamorada de mí; entonces hablo desde una posición de ser consciente de lo frágil de la situación. Te preocupas por la gente, tienes responsabilidades contigo mismo, tomas la responsabilidad de tu novia o pareja y luego la responsabilidad de los hijos y se vincula directamente con todo. La calidad de la música y el éxito que tenga en el negocio tiene un efecto directo en el bienestar de mis hijos. Tienes que pensar en ‘cómo nos ayudamos, la mujer que amo y yo, a sentirnos cómodos y criar unos niños y que al mismo tiempo me permita disfrutar naturalmente de lo que hago que es hacer música’”.

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¿Metronomy es infinita? ¿Es para siempre? ¿Seguirá existiendo mañana cuando amanezcamos? ¿Su álbum Metronomy Forever tendrá el mismo éxito que alguno de los anteriores? ¿Sus nuevas canciones se meterán dentro de nosotros para mitigar algún dolor que llevamos guardando desde hace tiempo? Nadie lo sabe. La importancia se reduce, de forma absurda, al tiempo que dura su canción. A esos tres minutos en que seguimos el ritmo con los oídos y ese sonido se convierte en un hito para nuestra forma de estar en este momento.

“Y en el pedestal se leen estas palabras: Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes: '¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!'. Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas”.

Tristes, llanas y solitarias arenas.

Semana IR! 2019: Recovery Sunday

Recovery Sunday: Un gran cierre de fiesta para una semana de conciertos.

Sí, no nos bastaron seis días de conciertos para terminar de celebrar nuestros 13 años. Y por eso decidimos consentirte con un último día de festejo: el Recovery Sunday.

El pasado domingo 9 de junio a partir de las 14:00 H, estuvieron presentes las Noches Negras en el Foro Indie Rocks!. Los DJ sets de Pocz, Ritmosón, Denepa Panky and Matt Watson y Carlos René nos dieron un domingo de fiesta como ninguno.

Así concluimos esta semana entera dedicada a la música, la independencia musical y todo lo que representa el grupo Indie Rocks! desde el año de su creación en 2006.

El acceso para este evento fue solo es con invitación y si eres uno de los afortunados que pudo asistir, aquí te compartimos una galería para que recuerdes esos increíbles momentos con nosotros.

Si quieres revivir alguno de los shows que tuvimos durante la Semana IR! 2019, da clic en nuestra sección de conciertos y lee la reseña de cada uno de ellos.

¡Muchas gracias! Te esperamos en la Semana IR! 2020.