Fotografo: Liliana Estrada

Sam Smith en el Palacio de los Deportes

La gran “Gloria” de Sam Smith.

Sam Smith regresó a la capital mexicana para ofrecernos uno de los shows más espectaculares que hemos tenido este año (hasta el momento), pues entre una estructura dorada en el escenario, bailarines, cambios de vestuario y su gran voz, pasamos una noche inolvidable en el Palacio de los Deportes

Love, haciendo referencia a In the Lonely Hour (2014) fue la primera de tres etapas que vivimos en este show, pues; “Stay With Me” y “I’m Not the Only One”, fueron los temas elegidos para poder iniciar el concierto, que entre gritos y ovaciones conmovieron a tal grado a Sam Smith, quien agradeció por el cariño que le tiene el público mexicano.   

El cantante no solo nos sorprendió con su gran voz, si no también con múltiples cambios de vestuario, pues para cada una de las etapas del concierto decidió usar looks diferentes, entre un vestido muy elegante, jeans denim con corazones y una bomber rosada, hasta unas trusas llenas de lentejuelas.

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Gloria Tour, tiene la capacidad de poder expresar la libertad, la diversidad y la aceptación; algo que fácilmente logra capturar Sam Smith en esta gira de concierto. 

Beauty, la siguiente etapa del concierto llegó y temas como: "Kissing You", "Love Goes" y "Gimme" ensordecieron el Palacio de los Deportes, pero eso no fue todo, pues Sam no dejó ni una de sus etapas fuera, puesto que "Promises" y "Latch" retumbaron en el domo y nos hicieron sacar nuestros mejores pasos de baile.

Sex, fue la última etapa, con la que cerró este alucinante show, pues “Human Nature” y “Unholy” retumbaron el recinto. 

Sin duda alguna, Sam Smith demostró el potencial, el empoderamiento, el talento y el poder vocal que tiene, logrando un show fenomenal.

 

Lana Del Rey en el Foro Sol

Nacida para enamorar.

Después de casi siete años de ausencia, Lana Del Rey regresó a la Ciudad de México para ofrecer el show en solitario más grande de su carrera en la primera de dos noche en el Foro Sol.

La telonera de ambos días fue Shiadanni, artista mexicana que saltó a la fama gracias a TikTok. Salió al escenario en punto de las 20:00 H con un pequeño set de synth pop que logró ganarse al público fácilmente. Además, entre risas nerviosas, mencionó estar viviendo un sueño y que el día siguiente (16 de agosto) sería su cumpleaños, por lo que tendrá un gran día en la segunda fecha.

A las 21:00 H las gradas del Foro Sol aún tenían bastantes huecos y general B estaba prácticamente vacía, pero aún se veían bastantes personas entrando por todas las zonas y corriendo para no perderse ni un segundo.

Diez minutos más tarde, Lana Del Rey finalmente apareció en el escenario, vestida de blanco, con una falda coqueta y un largo velo con tres rosas rojas en la cabeza. Como si estuviera lista para casarse con el amor que le ofrecen sus fans mexicanos.

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Felicidad veraniega

El arranque con “A&W” y “Young & Beautiful” conmovió a Lana Del Rey, quien preguntó a la audiencia “¿Esto es un sueño?”. Y bien pudo haberlo sido, pues el ambiente de sus dulces canciones y el frío de la noche combinaron a la perfección.

Algunas coreografías de sus bailarines incluían listones para hacer un gran espectáculo visual. O simplemente movimientos coordinados al ritmo de la música, dándole un gran extra al show de la estadounidense.

“Blue Jeans” fue una de las más coreadas de la noche, la cual fue seguida por una sexy interpretación de “Norman Fucking Rockwell” con la cantante encima del piano. Desde ahí fue que agradeció el cariño del público, pues las luces de los celulares iluminaron el Foro Sol durante toda la canción.

Lana Del Rey bajó a saludar a los fans que estaban en la valla, con quienes posó para selfies y platicó por unos segundos. Regresó a la tarima con varios regalos, como una bandera de México y un ramo de flores que de alguna manera resultó intacto tras horas de empujones.

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El show continuó con hits de su primer material: “Born to Die”, “Diet Mountain Dew” y “Summertime Sadness”, que emocionaron sobre todo a los seguidores más antiguos de la artista.

Un regreso espectacular

Lana demostró una vez más su cariño hacia sus fans cantando un par de peticiones de las primeras filas: "Get Free" y "Cinnamon Girl". En respuesta, el Foro Sol entero coreo el típico canto que jamás había rimado tan bien: "Lana, hermana, ya eres mexicana".

La noche siguió y, un poco antes de que dieran las 23:00 H, llegó uno de los momentos más esperados. Lana Del Rey anunció la recta final del show interpretando "Video Games" sentada en uno de los columpios del escenario mientras todo el recinto de Iztacalco la coreaba a gritos con ella.

Acompañada por sus tres coristas, Elizabeth Grant despidió su concierto con "Did You Know That There's a Tunnel Under Ocean Blvd" y "Hope Is a Dangerous Thing for a Woman Like Me to Have - But I Have It", temas que, a pesar de tener títulos bastante largos, se escaparon como agua entre las manos para ponerle punto final a la noche.

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Armada de una producción espectacular, un setlist que recorrió todas sus etapas y un notable cariño mutuo, el ansiado regreso de Lana Del Rey a México superó las expectativas con una presentación de casi dos horas.

Este no solo fue el headline show más grande en la carrera de Elizabeth, sino que seguramente fue uno de los más especiales para ella y cada uno de los 65 mil afortunados que tuvimos la oportunidad de atestiguar su celestial voz.

The War On Drugs en el Teatro Metropólitan

Luces hechas de sonidos y amor que tocaban el corazón de todas las almas presentes.

A un año de su última presentación en el Foro Sol, acompañados de The Strokes y Mac DeMarco, The War On Drugs regresó a tierras mexicanas. En punto de las 21:00 H, comenzaba su primer concierto en solitario en el mero corazón de la Ciudad. Con una presentación de más de dos horas y un setlist con casi 20 canciones, la banda, entre gritos y chiflidos del público, que con buena vibra y una que otra cerveza, dio pie a uno de los mejores conciertos en los que va del año.

Fue a partir de las 19:00 H, que comenzaba a notarse que habría un concierto cerca, pues desde calles atrás, ya podías encontrarte con el clásico “¿tienes o te faltan?”. Con gente que venía a ver a la banda desde otros partes del país, y uno que otro chilango, el lugar comenzó a llenarse haciendo bastante complicado el paso, alrededor de las 20:00 H, y sumado a la maravillosa apertura de Belafonte Sensacional, la emoción ya comenzaba a sentirse.

Abriendo con su éxito “Nothing to Find”, y seguido de algunos otros como “Red Eyes” y “Under The Pressure”, la banda llegaba a la mitad del show con el tema “Living Proof”, con el que el recinto se llenó de luces blancas provenientes de los celulares de los espectadores, quienes darían a la banda, según su vocalista “lo mejor que han tenido”, algo que genuinamente creo no se reducía sólo a ese momento.

En sintonía de un juego de luces, que en mis palabras sólo se puede describir como majestuoso, la banda transformaba los particulares cambios de color en toda una experiencia que usaba a su favor, y con la que te llevaban a sentir con más intensidad la canción que sonaba en el momento. Patrones y proyecciones que se veían reflejados en el segundo piso del recinto, y que nos tenían a más de uno volteando a apreciarlo como se merecía, y que explotaban nuestros sentidos al máximo, con temas como "Old Skin", "Eyes To Wind" y a mi parecer, la obra maestra de la noche "Arms Like Boulders".

Llegaba "Thinking of a Place", y con ella el último cambio de guitarras de la noche (que dicho sea de paso fueron bastantes), y los ánimos eran cada vez más fuertes. Con solos de guitarra, bajo, saxo, teclado y en alguna que otra rola, de armónica, la voz del vocalista en conjunto con la prácticamente perfecta acústica del venue, lograban mezclarse en todos los oídos, dando una sensación de libertad y agradecimiento al artista por tan grandiosa experiencia.

Entre miles de agradecimientos de la banda y la presentación de cada uno de los integrantes que pintaban una sonrisa en su rostro, tomaba lugar el comienzo del fin. Algunos acordes comenzaban a percibirse, cuando de pronto, la frase “On a drive, I’m taking backroads” llenaba las bocinas del lugar. El anaranjado y un rojo casi imperceptible fueron los colores que acompañaron a “Burning”, canción con la que The War On Drugs daría fin a la noche.

Fueron dos horas y 15 minutos, en los que repletos de energía y alegría, la agrupación no paraba de agradecer la increíble noche, haciendo lugar para algunas bromas referentes a la piratería fuera, y algunos cumplidos a fans que la portaban. Definitivamente una muy grata experiencia.

Jorge Drexler en el Auditorio Nacional

Un hacedor de magia: Jorge Drexler otorga carta de amor a México en el concierto más grande de su carrera desde el Auditorio Nacional.

Nada se pierde y todo se transforma, esta fue la premisa general en la noche del pasado jueves 16 de febrero en el Auditorio Nacional, recinto que se llenó de magia alucinante con un casi indescriptible show a cargo de Jorge Drexler y, en honor al mes del amor, un velo con tonalidades cálidas inundó durante casi tres horas de concierto en este mágico recinto ubicado en avenida paseo de la Reforma.

Es de recordar que el Auditorio Nacional es el principal recinto de presentaciones en el país y por si fuera poco, es considerado como uno de los más importantes en el mundo por diversos medios especializados, esta información la conoce bien el cantautor uruguayo Jorge Drexler, quien aseguró “nunca en mi vida imaginé que lograría dar un concierto en este maravilloso lugar”.

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Desde temprana hora, aproximadamente 10 mil asistentes comenzaron a congregarse a las afueras del recinto caracterizado por las esculturas “La luna” de Juan Soriano y tres figuras áureas de Teodoro González de León. El clima era perfecto bajo una noche con visibles estrellas en la ciudad chilanga y en punto de las 8:50 pm, al interior del recinto, dos pantallas cobraron vida y con ellas apareció una voz femenina con una reflexión sobre la ciencia y sus cualidades poéticas.

El show arrancó con el verso “como cuando en el Mesoproterozoico dos células se encontraron para iniciar la historia del huevo y la gallina”, esto a manera de presentación para el primer tema del recital. Posteriormente, un hacedor de magia se hizo visible sobre el escenario, era Jorge Drexler y al mismo tiempo, una enorme pantalla led tras el protagonista de la noche se encendió en color rojo y dio paso a las canciones de apertura al show: "El plan maestro" y "Deseo".

“Este es el concierto más grande de mi vida, estoy tan contento, todavía me acuerdo que en el 2001, estaba dando un show en La Condesa, éramos 22 personas. Me alegra que esta relación con México se haya dado de manera tan gradual, no saben lo feliz y agradecido que estoy", exclamó con los brazos abiertos y con visible aprecio a los miles de aplausos y gritos de cariño.

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Drexler no tardó en demostrar por qué es ganador del Oscar por la canción original de "Del otro lado del río", pues su entrega en la música es irradiante y visible aún para el más distraído. Con luminosos ojos y una perpetua sonrisa en el rostro, el artista de 58 años pasó a interpretar el tercer tema de la noche, se trató de “Corazón impar”, para el cual solicitó a las miles de almas presentes que marcharan fuerte desde sus butacas; el resultado tras la mente de este genio sonoro fue impactante, pues se escuchaba el latido de un enorme corazón.

A manera de presentación, entre cada melodía, el famoso aprovechaba para dar un breve mensaje de los motivos que le llevaron a crear las canciones que poco a poco fue presentando durante el show, algunas de las más coreadas fueron “Cinturón Blanco”, “Me haces bien”, “Tocarte”, “Tinta y tiempo”, “La edad del cielo”, a las cuales realizó arreglos de su manera magistral, además de que daba valor agregado a sus melodías con lo que narraba sobre ellas, como si estas no fueran ya temas que destacan profundidad de sus letras, lo simple del lenguaje y la magnífica producción musical.

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Drexler se acompañó en el escenario por grandes músicos como Meritxell Neddermann, Borja Barrueta, Javier Calequi, Alana Sinkëy, Miryam Latrece y Carles “Campi” Campón, quienes lo acompañaron durante el onírico espectáculo, aunque sin duda la sorpresa de la noche fue la participación de Los Cojolites, magistral agrupación mexicana de son jarocho, a quienes Jorge llevó como invitados especiales y a manera de carta de amor por México, el cantautor cerró la iridiscente velada con: “ Gracias México y que viva el son jarocho, que viva Veracruz”.

 

 

 

The Smashing Pumpkins en el Teatro Metropólitan

Casi 10 años de ausencia y Smashing regresa al corazón de la Ciudad de México.

El centro de la ciudad de México se preparaba para recibir a una banda que tiene casi 30 años en el negocio. Caminando por la calle independencia, desde eje central, se podían ver playeras negras, largas cabelleras y el estilo del rock del que muchos somos afines. Ver estas personas por la calle y saber que van al mismo lugar que tu, con la misma emoción, te hace sentir acompañado, aunque camines solo. 

Mientras más me acercaba al Teatro Metropólitan el ambiente me acogía y la multitud crecía, la economía de cualquier evento se hacia presente, los puestos de playeras, tazas y posters te avasallaban mientras más cerca estabas; poco a poco se escuchaba más de cerca los megáfonos que manipulaban la organización del evento: “Boleto en mano”, gritaban. 

Esquivando gente y grupos que se conglomeraban por toda la banqueta del recinto, logré llegar a las puertas del lugar. Era mi primera vez en el Teatro Metropólitan, al menos que yo recuerde, pero su arquitectura y su estilo me dejó un tanto impresionado, las escaleras no se si de mármol, o simplemente una loseta demasiado fina acompañada de techos altos y candelabros luminosos, daban mucha luz al espacio. En fin, al estar dentro, toda esa sensación de estar en un palacio se opacaba con las voces, risas y platicas de las personas mientras tomaban cerveza. Eso fue básicamente la espera y el ambiente que se sentía, la gente tomaba cerveza, compraba botanas y mercancía oficial de la banda mientras esperaban impacientemente, al menos el sonido de los técnicos que alistaban los instrumentos en el escenario.

Conforme la hora de acercaba fui alistándome para buscar mi puerta de acceso, con una cerveza en la mano y el boleto en la otra, me llevaron hasta mi lugar. Lo primero que vi fue el escenario, debido al lugar, este no era grande, no tenia ningún tipo de pantalla, solo eran los instrumentos, atriles y pedaleras dejando de lado cualquier tipo de producción fantoche, solo era rock. Estando en mi asiento, lo primero que se hacía notar era la perfecta visión que se tenía del escenario desde cualquier punto en el que estuvieras. El único problema que se cruzó por mi cabeza fueron las butacas, me pregunté si eso no sería un problema cuando la energía del evento estuviera en su punto máximo; a la gente eso no parecía importarle, o eso parecía porque todos se veían entusiasmados cantando, platicando y hasta simulando tocar una guitarra con la música de fondo que se escuchaba. Dieron las nueve en punto, y las luces se apagaron, los integrantes de Smashing estaban listos para salir a tocar, posiblemente a varios nos tomó por sorpresa, al menos yo no tengo la costumbre de la puntualidad en los artistas.

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“The Colour of Love” comenzó al unísono del grito de la gente, Billy apareció con esta túnica larga y negra con detalles dorados, que ha sido su vestuario de esta última gira. El perfecto sonido del recinto nos envolvió a todos, y su voz, como si fuera de un joven de 20 años emocionó a todo el lugar.

Canción tras canción la gente no dejaba de gritar, cantar y mover la cabeza, el lugar estaba a tope, la energía de todos producía un calor que de pronto era aquejante, el mismo Billy lo expresó, y claro, como no sentirlo con una túnica pesada del cuello a los pies mientras se toca con la energía que demanda el genero del rock. De cualquier modo el concierto llevó su curso y canción tras canción se podía ver a Billy y a la banda ¡dándolo todo!

En cuanto a su producción, como ya mencioné, no fue muy grande en el sentido del escenario, pero musicalmente si lo fue, al menos cada canción la banda cambiaba de instrumentos, pero era de esperarse puesto que una gran capacidad musical se demuestra con varios recursos: diferentes tonalidades, distorsiones, efectos, etc.

Smashing tocó un gran repertorio: “Ava Adore”, “Stand inside Your Love”, “Cherub Rock”, “1979” y más fueron las canciones que entonaron. Dos horas de principio a fin escuchamos guitarrazos, solos de batería, pequeños lapsos de improvisación y experimentación; realmente la interacción del grupo con la gente fue puramente musical, pocas palabras escuchamos de ellos hacia nosotros, aunque con el poco español que manejan supieron darnos a entender el agradecimiento y el gusto por visitar México.

Las butacas no hicieron falta, pues toda la gente estuvo parada todo el tiempo, de principio a fin, pocos tomaron un respiro para sentarse y descansar los pies. La emoción de una larga espera fue evidente con la energía, los brincos, aunque el espacio fuera limitado, los coros cantados por todos haciendo sonar una misma voz, que imagino es lo que nutre a los artistas para continuar y dejar todo en el escenario. 

Así terminó el primer concierto, de las cuatro fechas abiertas por The Smashing Pumpkins, todos caminamos hacía la salida con una sonrisa y euforia difícil de contener, Billy Corgan, junto a los Pumpkins, han regresado a México y no han decepcionado.

Foo Fighters en el Foro Sol

Foo Fighters hacen del Foro Sol su pista de baile con Medicine at Midnight.

Han pasado cinco años desde que Foo Fighters se presentó por última vez en la CDMX durante aquel lejano Corona Capital 2017 y también han sido dos largos años desde que yo pongo pie en un concierto masivo. Parece otra época remota cuando no era agorafóbico y el uso de cubrebocas no era la norma social.

Mi emoción por ver en vivo a las teloneras The Warning era casi palpable, hora de ver si estaban a la altura del hype. A dos años de su presentación en el Vive Latino, en punto de las 20:00 H Daniela, Paulina y Alejandra lo dieron todo y debo decir que el escenario del Foro Sol no les quedó grande. Las hermanas originarias de Monterrey presentaron su más reciente EP y calentaron el escenario con enérgicos temas como “Mayday”, “Disciple”, “Evolve” y “Martirio”, además de darle al público capitalino un tema inédito. No sería descabellado verlas en escenarios cada vez más y más grandes.

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A las 21:15 H, sin mayor preámbulo apareció Dave Grohl en las pantallas ante el aclamo de un Foro Sol lleno a casi toda su capacidad. "Times Like These" arrancó la presentación con un arreglo estelarizado por el teclado de Rami Jaffee y la siempre imponente voz de Grohl. La agrupación estadounidense Foo Fighters apostó por los hits seguros para arrancar pues le siguieron "The Pretender" y "Learn To Fly" para hacer al público brincar. "No Son Of Mine", el número más rockero de su más reciente material, no hizo más que subir los ánimos.

"The Sky is a Neighbourhood" y "Shame Shame" son momentos más serenos que ponen de manifiesto el talento de las coristas que acompañan a la banda en esta gira en medio de luces psicodelicas. Dave Grohl no paraba de manifestar su amor por el público de nuestro país y de invitarlo a bailar y cantar con él en cada oportunidad que tenía. "Breakout" y "My Hero" fueron los primeros grandes coros que hizo la audiencia.

Medicine At Midnight, el nuevo disco de Foo Fighters, marcó un giro importante para el grupo y les puso el reto de combinar sus canciones más funky y disco con los clásicos para sacudir melenas en un mismo setlist. Afortunadamente sus temas fueron bien recibidos, con todo y un cover al clásico “You Should Be Dancing” de los Bee-Gees cuyos falsetos emuló Grohl a la perfección.

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El punto medio de la velada llegó con la tradicional presentación de cada miembro de la banda con sus respectivos solos para demostrar sus talentos en el instrumento ante la continua ovación de la multitud: Chris Shiflett con estridentes solos de guitarra, Nate Mendel con una rendición de “My Generation” de The Who, Pat Smear con “Blitzkrieg Bop” de Ramones y Rami Jaffee desplegando sus habilidades en el teclado. El momento de Taylor Hawkins de brillar llegó con su interpretación vocal del clásico “Somebody To Love” de Queen con Dave Grohl en la batería.

“These Days” y “Walk” nos pusieron nostálgicos, mientras que “All My Life” y “Run” convirtieron el Foro Sol de una pista de baile a un auténtico y estridente show de rock and roll que sacude hasta los huesos. “This Is a Call” para los fans de la vieja escuela apuntaba a que la velada estaba por terminar, pero Grohl aseguró al público que todavía faltaba un buen tramo.

“Love Dies Young” hizo su debut en vivo en esta gira de Foo Fighters, mientras que “Aurora” resultó una sorpresa inesperada pero bienvenida con su dulce y melancólico sonido. “Best Of You” naturalmente fue coreada a todo pulmón por el Foro Sol entero que iluminó con las linternas de su celular el recinto como un cielo estrellado en la tierra, “Monkey Wrench” fue una última oportunidad para hacer headbanging y, como es tradición, “Everlong” cerró con broche de oro una noche espectacular. Casi tres horas llenas de emociones, nostalgia, baile y guitarrazos.

Tardó en llegar a nuestro país, pero una vez que Foo Fighters aterrizó por primera vez en México hace ya nueve años, se convirtió en consentido del público nacional y tiene garantizada una enorme multitud esperando para corear sus hits como una sola voz la próxima vez que regrese.

Conciertos, conciertos, sé que nos volveremos a encontrar

Streaming y auto conciertos ¿la única alternativa para la industria musical?

Llegué al lugar, compré una playera, luego una chela, busqué el mejor lugar, las luces se apagaron, el bajo me hizo retumbar el pecho. Lloré en la tercera canción, abracé a mi amor en la séptima, al llegar a la novena, le grabé un voice note a mi amigo. Después del slam, me tomé otra chela, sude, sudamos, salté, saltamos, canté y grité hasta que terminó. Fui por unos tacos ahí cerca y me fui a dormir. 

Así era nuestra vida cada fin de semana o al menos cada que podíamos ir a un concierto, hasta que todo paró; el contexto está de más que lo diga. Quédate en casa, no salgas, usa cubrebocas, no puedes ver a tus familiares, ni a tus amigos, así el nuevo setlist de vida; así los últimos cuatro o cinco meses, ya hasta perdí la cuenta. 

Es una realidad que la economía global se vio afectada, todas las industrias, no hay quien quede exento. Empleos perdidos, familias rotas, la lista es interminable. Algunas actividades han vuelto a la vida, restaurantes, centros comerciales y tiendas al 30% de su capacidad, pero de conciertos ni hablar, hasta que llegó el anuncio de los autoconciertos y los streamings

Hay quienes dicen que un streaming aunque sea en vivo no se compara a un concierto y es una realidad. Pero hay cosas que nos faltan, aunque quizá otras que no. El consumo es más barato en casa, nadie te empuja ni te estorba, si quieres estar en silencio y disfrutar del show sin que nadie platique a tu lado, es posible. Punto para el streaming. Por otra parte, se extraña a la audiencia, sentir las vibraciones de las bocinas y la interacción que te brindan los músicos desde el escenario. 

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El 7 de agosto se llevó a cabo el primer auto concierto en el país y estuvo a cargo de Moderatto. Fue en el Foro Pegaso, ahí mismo donde se han congregado entre 30 y 40 mil personas en festivales como Ceremonia o Knotfest, pero ahora, una modalidad distinta, cada quien en su coche (cerca de 1500) con un aproximado de 7500 personas presentes.

Sin souvenirs, sólo con un Kit Sanitizante de por medio (cubrebocas y gel), un estacionamiento que rodeaba el escenario. Un auto sí, otro no, en una especie de ajedrez de cuatro ruedas. El acceso fue ordenado y rápido. La salida fue igual de sencilla, en ese sentido, mucho mejor que en los conciertos que conocíamos, el caos vial, no se apareció. 

Lo que sí apareció fue la energía de la banda, pirotecnia, pantallas gigantes, iluminación y un sonido estruendoso. Sí, quizá no es lo mismo que si fuera un recital como lo conocíamos, pero permite disfrutar la experiencia con distancia social. 

La mayoría de los asistentes la respetaron y usaban cubrebocas; al ingresar, te daban un reglamento, en el cual una de las indicaciones era:

 “Se podrá descender de los autos para presenciar el evento en los siguientes casos: 

  1. Para relajarse y disfrutar de la música al aire libre, ubicándose enfrente del automóvil para no tapar a los demás. Lo anterior sin que ello implique invadir total o parcialmente los espacios de terceros, ni tampoco salirse ni cambiarse de lugar.
  2. Para ir a los sanitarios habilitados  higiénicamente en cada sección”.

Casi todos bajaron del auto y al menos en las secciones que me quedaban a la vista, cada quien estaba en su sitio y la distancia social reinó en el Foro Pegaso. Hubo venta de alimentos, todo estaba empaquetado, algunos meseros rondaban por ahí, completamente protegidos y sin gritar, así que, punto para el autoconcierto, sin charoleros, ni distractores. 

La producción de Moderatto fue impecable tanto vía streaming como en vivo, la experiencia nos devolvió la esperanza de vivir un concierto después de casi cinco meses alejados de los escenarios. 

Funciona, sí, es mejor que un streaming, también. Lo negativo, no es accesible para todos, no todos tienen auto, no todos pueden viajar fuera de la ciudad. El costo es alto $2500 pesos, que repartidos entre 5 ya es menos. Pero es más cómodo, si te daba frío, te metías al auto y santo remedio.

Creo que el verdadero reto será para los promotores y ver si es costeable. Los autoconciertos con las medidas necesarias de seguridad podrían reactivar parte de esa escena que de momento se ve perdida. Lo malo, será sólo para unos cuantos. 

No compre la playera, ni me metí a slam, tampoco bebí nada (ni se me antojó) pero sí disfruté y canté, incluso quedé un poco afónica (sí, medio nervios, pero fue la falta de práctica), salté y sentí el pasto sobre mis pies. Sentí la música retumbar en mi pecho, no, no fue lo mismo, pero la esperanza revivió y sé que nos volveremos a encontrar, concierto masivo, en algún momento volverás. 

A Taste of Sónar 2018

La noche que la CDMX desapareció en una fábrica de harina.

Baile, música, creatividad y tecnología, esos son los estandartes de un festival que se creó en 1994 en Barcelona y que ahora llegará a México. Es único en su tipo, ya ha pisado otras ciudades como Bogotá, Hong Kong, Reykjavik y por supuesto no podría faltar la CDMX.

Para celebrar su llegada se anunció A Taste of Sónar, encabezada por nada más y nada menos que por el DJ Laurent Garnier. Se llevó a cabo en la ex Fábrica de Harina, en Azcapotzalco.

El venue era particular en sí mismo, una fábrica abandonada, repleta de murales y graffiti por todas partes. Luces que iban del rojo, al azul, pasando por el naranja. Mientras el ambiente iba calentándose poco a poco a medida que caía la noche.

Era el lugar idóneo, al entrar parecía por un segundo que estabas fuera de la ciudad, que entrabas en una escena de alguna película. Lo que ocurría adentro, salía por completo del caos y de todo lo que vivimos afuera.

BBY JSS comenzó, la gente comenzaba a llegar, recorría el lugar y se adaptaba al ambiente, después, Iñigo Vontier sacudía los cuerpos que cada vez se veían más y más juntos, al mismo ritmo y en la misma sincronía.

Sónar es un festival que siempre ha salido de ser solo un encuentro musical, expande sus horizontes a la creatividad y el arte. Y la ex Fábrica de Harina a pesar de ser pequeña y ser sólo una fiesta de celebración englobaba todo aquello y la gente, lo sabía.

Alrededor de las 23:00 Metrika salió detrás de unas luces rojas y de pronto, algunas luces caían del techo al suelo, eran reflejadas hacia otros puntos por espejos y así, las cosas se pusieron aún mejor.

El momento estelar de la noche llegó cuando Laurent Garnier, el DJ francés tomó el control de la noche, las luces eran espesas y era complicado verlo detrás de la tornamesa pero no era necesario, la gente bailaba por igual y se desconectaba de un mundo que parecía seguir a fuera.

A Taste of Sónar fue solo una cucharada de lo que será el Festival Sónar por primera vez en México, sinceramente, no considero que haya manera de que nos defraude.