Foro: Lunario del Auditorio Nacional

Motorama regresa a México

Luego de visitar nuestro país a principios de año, la banda rusa regresará en febrero de 2016 para presentarse en el Lunario del Auditorio Nacional.

Los integrantes de Motorama estarán de nueva cuenta por tierras aztecas. Esta vez para presentarse en las instalaciones del Lunario del Auditorio Nacional e interpretar todos los éxitos que los han colocado dentro del gusto del público mexicano.

Luego de sus exitosas presentaciones en nuestro país el pasado mes de mayo en SALA y en el Foro Indie Rocks!, la banda de post punk rusa regresa para conquistar a todos aquellos que se quedaron con las ganas de escucharlos por primera vez.

El  quinteto originario de la ciudad de Rostov cuenta hasta el momento con tres materiales de larga duración: Alps (2010), Calendar (2012) y su más reciente álbum Poverty (2015), además de un par de EPs.

A pesar de que la alineación ha sufrido algunos cambios con el paso del tiempo, el talento de Motorama se ha consolidado; la banda incluso es considerada como uno de los grupos más representativos de la música independiente en Rusia.

Después de que en 2010 consiguiera llamar la atención de medios especializados gracias a la publicación de su primer álbum, Alps, la banda regresa a nuestro país por tercera ocasión presentando su más reciente producción discográfica Poverty.

La venta de boletos para su presentación en el Lunario inicia a partir del viernes 13 de noviembre a las 11:00 horas. Además, podrás conseguirlos en las taquillas del inmueble.

Motorama está muy influenciada por agrupaciones como Joy Division y Gang of Four, así como por bandas británicas modernas de post punk o dream pop. Su nombre proviene de una rara película estadounidense de bajo presupuesto de 1991 dirigida por Barry Shils, en la que participan conocidos nombres como Flea de los Red Hot Chili Peppers, Garrett Morris o Michael J. Pollard.

Adanowsky en el Lunario

Bailando hasta la muerte con Adanowsky.

Después de un recorrido camaleónico de varios años, el Lunario del Auditiorio Nacional fue testigo de cómo Adán dio muerte a Adanowky en un íntimo, bailable y sensual show, para dar paso a lo que según él será el comienzo de una vida por el camino del bien, para así cerrar la trilogía de alter egos que comenzó en 2008.

Ante un Lunario que compartió noche con el concierto de OV7 y Kabah en el Auditorio Nacional, el verdadero éxtasis se vivió en la noche que vio renacer de las cenizas a Adán. La noche comenzó con el pop bailable y francés a cargo de Gush, cuarteto originario de la capital del amor y que es la banda de apoyo de Adán, quienes en aproximadamente 40 minutos de concierto lucieron su fino talento. En su segunda visita a nuestro país, Gush se ganó al público a base canciones pegajosas que calentaron el ambiente para el candente show de quien hasta entonces era Adanowsky.

Al ritmo de "Welcome to my Word" y “Dancing to the Radio”, el escenario recibió Adán, ataviado de un elegante traje negro y los labios pintados de rojo pasión. En un ligero parpadeo, Adán ya había hecho gala de su carisma, locura y talento para contagiar los esqueletos tiesos de aquellos tímidos que poco a poco se fueron contagiando de las coreografías del músico y sus coristas, quienes al compás de los sintetizadores ochenteros de “I Don't Love You" y "Crossing the Line" hicieron sudar las frentes de los presentes con lo candente de sus bailes.

En un repaso musical que dio lugar a sus primeros hits, “El Ídolo”, canción que fuera la que lo puso en la órbita musical de nuestro país, sonó con el consagrado ídolo y su guitarra. También hubo un espacio para Amador, mismo que se dio con “Me siento solo”, además de repasar otro clásico de El Ídolo con “Estoy mal”, que rasgó las gargantas de un Lunario que estaba a los pies del más pequeño de la dinastía Jodorowsky.

Regresando a la parte glam, "Sexual Feeling" y "Rock Me” contagiaron a todos de la cadencia de un personaje que transpira sexualidad y transporta en el tiempo, con las bases rítmicas que son herencia de gente como James Brown, Earth Wire and Fire y David Bowie en el disco Let's Dance. Dichos temas ya habían hecho gelatina las rodillas de los asientes, quienes convirtieron el Lunario en una enorme pista de baile disco.

La parte más sensual llegó con "Would You Be Mine", y mientras algunos recordaban su video con la bella Stoya, la canción se fue alargando poco a poco, hasta que se convirtió en un enorme jamming que se prestó para que cada integrante de la banda fuera dando muestra de su talento. Aplauso de pie y monumento en Reforma a los dos coristas de Adán; fueron enormes, un poco más y se roban el show. Si todos tuviéramos el 2 % de su talento vocal y carisma para bailar, el mundo sería un lugar mejor para vivir.

Por fin llegaba el momento esperado de la noche, la muerte de Adanowsky.

Realmente fue más chusca y que interesante, un Adanowsky prendiendo incienso en el escenario, amarrando un lazo a su ombligo y aventando el lazo al público para que después de una cuenta hasta veinte jalará de él y así dieran paso a su muerte. Bañados en luces púrpuras, la cuenta llegó. Adanowsky cayó, pasó cinco minutos en el suelo y se levantó gritando: "¡Hola a todos, yo soy Adán!". ¡Y boom! "Let's Bring It Back" otra vez ponía el movimiento de pelvis a su máxima expresión.

El show cerró de manera emotiva con “Déjame llorar”, canción que Adán aprovechó para despedirse de esta nueva etapa y agradecer a todos sus fans por estar con él.

Adán demostró cómo no se necesita tener una gran producción de luces, ni pirotecnia y papelitos, para dar un enorme show, solamente se necesita carisma, sencillez y talento para dar un espectáculo que encienda la libido en el corazón de las personas. Adanowsky murió de una de las maneras  más divertidas que deben existir, murió bailando.

Adanowsky en el Lunario

El multifacético Adanowsky llega al Lunario del Auditorio Nacional como parte de su gira Ada Tour.

En su nueva faceta como Ada, el siempre camaleónico Adanowsky llegará a las instalaciones del Lunario del Auditorio Nacional para presentar lo mejor de su repertorio y su más reciente producción, Ada (2014), con la que concluye la trilogía musical que dio inicio con El ídolo (2008) y posteriormente con Amador (2010).

Ada es el tercer material discográfico de Adán Jodorowsky —mejor conocido en el ámbito artístico como Adanowsky—, quien ahora simplemente es AdaAda es el resultado de su nuevo trabajo, tercero en su carrera como solista, y último en una trilogía que ha editado el sello madrileño dirigido por Javier Liñán.

Con Ada, el hijo del afamado escritor Alejandro Jodorowsky subirá al escenario como mitad hombre y mitad mujer, debido a una anécdota personal del músico en la que relata que sus padres estaban deseosos de tener una hija a la que llamarían Ada, pero que finalmente nació un varón al que nombraron Adán.

La gira Ada Tour iniciará en México con tres presentaciones, siendo una de ellas el Lunario del Auditorio Nacional el próximo 23 de octubre. Posteriormente, visitará otros países de Latinoamérica como Ecuador, Argentina, Chile y Colombia. La banda que acompañará a Adanowsky en sus presentaciones será Gush, grupo oriundo de París.

A través de las redes sociales, Ada ha compartido algunos videos en donde se le puede ver ensayando y preparándose para lo que será esta gira. La venta de boletos ya se encuentra disponible a través del sistema Ticketmaster y en las ventanillas del inmueble. Si eres fan del músico camaleónico, entonces no puedes perderte este evento, ya que será el último concierto que ofrecerá bajo el nombre de Adanowsky y la última gira de Ada, así que será un espectáculo único.

Mon Laferte en el Lunario

Una noche de curación del alma, patrocinada por Mon Laferte.

No están para saberlo ni yo para contarlo, pero hace poco menos de tres meses, me enfermé de la fiebre chilena llamada Mon Laferte. Así andaba por la vida, escuchando sobre esa pandemia que llegaba latente a México; sin embargo, me sentía inmune e indiferente. Pero un día... sin más ni más, el virus cayó en mi cuerpo como un balde de agua fría.

Ayer la enfermedad llegó a su punto máximo, cuando en el Lunario del Auditorio Nacional, cientos de personas nos reunimos para que Mon Laferte, de nombre real Monserrat Bustamante, nos vacunara con su propio antídoto musical. El tratamiento no fue directo, pues antes de sacar el veneno que corría por nuestra sangre, El Viaje de Seth nos preparó para entrar enteros al quirófano del Lunario.

Después de media hora de introducción por parte de (el también chileno) Sebastián, finalmente llegó el turno de darle la cara a la causante de nuestro padecimiento. Y digo padecimiento porque la música de Mon es eso, una antítesis emocional con letras que se sienten, que se viven, que nos hacen sufrir, pero que a la vez disfrutamos.

Ruben Darío dijo: "Cuando quiero llorar no lloro, y a veces, lloro sin querer". Anoche esa cita se volvió real y muchos quisimos llorar y no lloramos, pero otros lloraron sin querer. "Amor Completo" daba los honores y empezaba el set. Los asistentes no solo iban porque querían curarse y sacar el dolor del pecho, Mon Laferte, razón principal de que estuviéramos ahí, se encontraba celebrando. Después de trabajar arduamente, logró sacar su disco Mon Laferte (Vol. 1), y eligió el día de ayer para presentarlo formalmente ante cientos de adoloridos corazones.

En un vestido negro estilo pin-up y dejando ver sus tatuajes, Mon comenzó la operación para sanar nuestras heridas, acompañada de un equipo formado por su increíble banda engalanada con trajes rojos y una actitud que reanimaría a cualquiera. Su presencia nos curó la vista y su música reparó el alma.

Tema tras tema, los enfermos íbamos recuperando parte de nuestra salud mental, cuando de la boca de Laferte salían temas como "Salvador", "El Cristal", "Malagradecido", "La noche del día que llovió en verano" y "La Visita", en ese estricto orden. Estábamos a mitad de proceso y Mon invitó a El viaje de Seth para ayudarla a repararnos. También Rene Mooi hizo lo suyo y en un acto de hermandad cantó "Tornasol" con nuestra protagonista.

Estos actos nos regresaban las esperanzas y de un momento a otro, ya habíamos olvidado nuestro pesar. Rosas volaban al escenario para agradecer a Mon su entrega al sacarnos el veneno con sus melodías. "El Diablo", "Tormento", "Un alma en pena" (solo ella y su guitarra), y "Si tú me (pinches) quisieras" marcaban el final del procedimiento.

Ya enfundada en un sensual vestido rojo, Mon se entregaba con todo a nosotros, y nosotros le respondíamos de igual manera. Puedo asegurarles que no estaba en primera fila al recibir la dosis final, pero desde cualquier ángulo, la magnífica aura de la chilena, resplandecía enormemente.

Parecía que todo había terminado cuando ella y la banda se retiraron, pero el público pedía más, y para complacerlo, Mon regresó para despedirse con un tema que no podía faltar: "Tu falta de querer". Así que queda comprobado: Mon te rompe y te vuelve a armar. ¡Enhorabuena por el gran éxito!

Lee aquí la entrevista que tuvimos con Mon Laferte.

Cancelado: Helado Negro, Algodón Egipcio y Jean Loup en el Lunario

El Lunario del Auditorio Nacional será sede de la unión de tres talentos: el originario de Florida —pero de Ecuador— Helado Negro, el venezolano Algodón Egipcio y los nacionales Jean Loup.

Luego de una recalendarización, finalmente podremos escuchar y disfrutar en vivo de tres talentos que prometen mucha fiesta en cada una de sus presentaciones. El próximo 10 de febrero llegan al Lunario Helado Negro, Algodón Egipcio y Jean Loup para amenizar el ambiente con sus beats recargados.

El productor Roberto Carlos Lange, mejor conocido como Helado Negro, es la primera propuesta que podremos escuchar cuyo sonido incorpora música electrónica cercana al downtempo y el rock. Con cuatro discos en el mercado, Helado Negro tendrá un repertorio lo suficientemente repleto de diversión, siendo Double Youth de 2014 su último lanzamiento.

El segundo acto corre a cargo del músico venezolano Ezequiel Cheky Bertho, mejor conocido como Algodón Egipcio, que llega desde Centroamérica para invadirnos con su sonido pop electrónico. Además experimenta con otros géneros que van desde el dance music en general hasta el shoegaze, noise, folk y R&B. El año pasado ofreció un par de conciertos en la ciudad y nuevamente está de regreso así que vale la pena echarle un vistazo a este proyecto.

La tercer propuesta la presentará el grupo mexicano de math rock Jean Loup, integrado por Fernanda N (bateria), Alex C (bajo), Néstor F (guitarra) y Emanuel H (voz y guitarra). Actualmente promocionan su primer EP Valerio y la Última Vuelta de Palejonú, producido por Chavo, exintegrante del grupo Austin Tv.

La venta de boletos ya se encuentra disponible a través del sistema Ticketmaster y en las ventanillas del inmueble. El precio del boleto está en $350 pesos que bien valen la pena invertir en buena música. Aquí abajo te dejamos con algo de Algodón Egipcio para que vayas calentando motores, "El día previo".

Technicolor Fabrics en el Lunario

Una brisa de mar proveniente del Bahía Santiago de Technicolor Fabrics inundó el Lunario para reencontrarnos con la parte más pura e inocente de nuestro ser.

Aunque el pronóstico del clima deparaba un día lluvioso para la capital del país, eso no fue obstáculo para que fans de todas las edades acudieran al Lunario del Auditorio Nacional y disfrutaran de un concierto cálido y acogedor junto a los integrantes de Technicolor Fabrics.

Son las 19:00 horas y a mi llegada unas nubes negras se ven en el horizonte cargadas de ese material líquido a punto de caer. El dios Tláloc contiene su lluvia pero no por mucho tiempo. Las primeras gotas empiezan a descender y la gente busca un refugio donde resguardarse. Con boleto en mano, los asistentes entran uno por uno a las instalaciones de dicho recinto y se acomodan como pequeñas fichas de domino.

Una vez dentro y con los cuerpos empapados, unos no tanto, era momento de escuchar una nueva propuesta musical integrada por Diego Suárez, ex vocalista de Bengala, y Alexa Hakim. Communión se encargó de abrir el acto del quinteto tapatío. Era su concierto debut, una prueba de fuego para demostrar ante el público de qué están hechos por lo que no dudaron en soltar a sus fantasmas e interpretar su sencillo homónimo y tarjeta de presentación.

“Hola. Nosotros somos Communión con doble m”, dice Alexa Hakim ante el público que los recibe con gritos y porras, muchas porras. Su sonido creó el ambiente perfecto para contagiarnos con su dream pop y ponernos a bailar al ritmo de sus canciones. Es así como la experiencia del ex vocalista de Bengala, una de las bandas de rock más importantes que floreció en la década pasada, y el talento emergente pero con una formación musical extensa de Alexa Hakim, dotan a Communión de una madurez y frescura que sólo el tiempo será el encargado de forjar su camino.

Conforme pasan los minutos la gente sigue llegando a las instalaciones del Lunario. El evento es sold out por lo que se espera un lleno total. Después de unos minutos de atraso, se escucha un sonido que nos evoca las olas del mar, mismo que va acompañado de un visual el cual da la sensación de movimiento, de estar frente a la playa, quizá frente a Bahía Santiago.

Los gritos y aplausos no se hacen esperar cuando aparecen en escena Dan, Yogui, Joako, JP y Abraham. Una vez instalados inicia el espectáculo y retumban los primeros temas de la noche con “Volver a comenzar” y “Nunca nada”. Así también, se escuchan las primeras palabras del vocalista Juan Pablo Corcuera: “Estamos muy contentos de estar aquí. Nosotros somos Technicolor Fabrics”.

La actuación de Technicolor Fabrics fue un recorrido musical a través de su trayectoria. Temas provenientes de sus discos Run… The sun is burning all your hopes (2008), IDEAS (2011), #CadaMesYMedio (2013) y Bahía Santiago (2015), desfilaron por el Lunario y además contaron con la participación de grandes músicos y amigos.

El primero de ellos fue Gabriel G. De León, mejor conocido como Bonnz y por ser el baterista de la agrupación mexicana Hello Seahorse! Él se encargó de hacer rugir la batería y acompañar al quinteto con el tema “Solo”. Así también, subieron al escenario los integrantes de Baltazar, Roberto Agredano y Luis Eduardo López, proyecto en el que también se ve inmerso Juan Pablo, para interpretar “Química”. Y Finalmente, no podía faltar el mentor de Technicolor, Siddhartha, quien tomó el micrófno y se dispuso a inundar el Lunario con una brisa de aire fresco con el tema “Fuma”, uno de los más coreados de la noche.

Para sorpresa de todos la participación de Siddhartha no terminó ahí, pues ya entrados en ambiente, se dispuso a interpretar un corte que ubicamos por cantarlo a dueto con Caloncho y el cual se desprende de su más reciente producción discográfica El Vuelo del Pez, “Loco”. De esta manera se despidió del público llevándose los aplausos y ovaciones de la gente ahí reunida.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando el vocalista de la banda hizo una pausa para agradecerle a sus padres por estar ahí presentes y dijo que ellos, nuestros padres, eran nuestros maestros y que había que valorarlos aún más. Con la emoción a flor de piel y con un nudo en la garganta fue así como se dispuso a interpretar “Fenix”, pero la emotividad era tal que un par de lágrimas recorrieron su rostro demostrando el amor y cariño que les guarda.

Finalmente, JP agradeció a los fans que se dieron cita en el Lunario y a todos aquellos que los han apoyado desde hace años. “Muchas gracias por creer en nosotros, esto lo hacen ustedes. Bahía Santiago es aquel lugar donde nos reconectamos con nuestra infancia”, dijo el músico. Es así como los últimos temas de la noche llegaron.

Con “Frequency” apareció un video con la letra de la canción lo que quizá algunos fans agradecieron para evitar el lip sync y cantar como se debe, y con “Venezuela” cerraron su acto de una manera elegante y sutíl, pero los fans aún querían más. Entre gritos y aplausos, y al famoso canto de: “Otra, otra, otra”, fue como reaparecieron para continuar con el show e interpretar tres temas más.

Uno de ellos fue su más reciente sencillo titulado “Globos”, un tema cuyas melodías nos transportan a lugares inimaginables que gracias a la música podemos conocer. Globos multicolores comenzaron a volar en el escenario de un lado para otro, dejándose llevar por el ritmo de la canción, sin destino alguno. Al final del día y ya entrada la noche, los rostros de las personas lucían satisfechas, contentas y con una sonrisa que seguramente llevaron a casa después de escuchar en vivo Bahía Satiago, pues detrás de este proyecto se esconde ese pequeño lugar con el cual nos reencontramos con uno mismo, con la parte más pura e inocente de nuestro ser que debido a la cotidianidad de la vida hemos olvidado, pero que debemos recuperar y atesorar con gran cariño, la infancia.

Centavrvs en el Lunario del Auditorio Nacional

Por fin el talento de Centavrvs, está siendo más y más reconocido.

Pocas bandas nacionales han definido un sonido propio e identificable, valor cuanto más importante en un mundo lleno de opciones musicales; Centavrvs es una de ellas, y el reconocimiento a su labor, un tanto intermitente, llegó el viernes pasado, en la presentación de su primer LP, Sombras de Oro.

Previo a que Paco, Demián, Alan y Rayo tomarán el escenario, coronado por barras de leds multicolor, La Vida Bohéme ofreció un show abridor que dejó más que satisfecho al público. Después, la fiesta de electrónica regional mexicana empezó con “La Tierra Habla”.

Los más de 600 asistentes coreaban las canciones, bailaban los ritmos más cumbiancheros y se emocionaban con algunas imágenes de los visuales que aparecieron en las pantallas (un caballo a todo galope, un revolucionario que amenazaba con su vara).

La noche iba a tener sorpresas, como la misma banda lo anunció días antes del concierto: La Vida Boheme participó con percusiones y vocales, y Denise Gutiérrez, de Hello Seahorse!, era obligada en “Por Eso”, primer sencillo del álbum (ella grabó las voces).

Pero la locura se desató cuando Ely Guerra, ataviada con una capa y sombrero al más puro estilo vaquero, subió al escenario para cantar una de las canciones que más ha inspirado a la banda, según el propio Demián, “Kiko and The Lavender Moon”, original de Los Lobos. Luego, Pato de La Maldita Vecindad, hizo que todos gritaran y brincaran al participar en “La Noche y un Huracán”.

Tres rolas y un encore de dos más dieron fin a la fiesta de Centavrvs, una presentación que dejó claro que la música original y creativa, en un contexto adecuado, siempre vendrá bien a las nuevas generaciones. Enhorabuena por la consolidación de un proyecto tan especial.

Iron and Wine en el Lunario

¿Te quedaste con la duda de cómo estuvo el concierto de Iron and Wine? ¡Aquí te contamos!

Fue una noche íntima entre Sam Beam, el artista mejor conocido como Iron and Wine, y su público mexicano, que sorprendentemente resultó ser más apasionado de lo que esperábamos (Beam incluido). Desde que tomó el pequeño escenario del Lunario y se paró a lado de una mesita con su tradicional copa de vino, el cantautor de South Carolina se mostró sorprendido con la euforia de este público en particular, tanto así que tuvo que frenar un empiezo en falso de “The Trapeze Swinger”, pues los gritos de euforia tras cantar la primera palabra de la canción lo sacaron de onda. “Parece que nos vamos a divertir esta noche”, dijo entre emocionado y nervioso.

Humilde, sin pretensiones y con un excelente sentido del humor; así era la vibra que despedía Beam durante y entre canciones; sus dotes como cronista gracioso eran obvios como cuando pretendía asfixiarse o hacía sonidos de bebé comiendo (“ñom, ñom, ñom”) en “Lover’s Revolution”. Fue nada más Beam y su guitarra, sin banda de acompañamiento, presentando su más reciente lanzamiento Archive Series Volume No 1, el cual es un compendio de material de inicio de su carrera que se quedó en el tintero, tal como “Two Hungry Blackbirds”, la cual Beam presentó diciendo “esta es nueva para ustedes, pero realmente es muy vieja…suena raro, lo sé”.

El público gritaba sus canciones favoritas entre cada interpretación pues Beam andaba tomando complacencias; se escuchó “Boy With A Coin”, “Jezebel” y “Woman King” (y ahí todos escuchaban en silencio)…la solicitud de “complacencia” más chusca vino cuando un desesperado miembro del público, a quien se le había ignorado su solicitud una y otra vez, terminó gritando en inglés: “pues toca lo que quieras!”, incitando las risas de Beam y el resto de la audiencia.

Un buen momento de la noche para guardar en la memoria personal fue a la gente coreando suavemente y por única vez durante “Naked As We Came”, del segundo álbum de Iron & Wine, Our Endless Numbered Days. Quizás a algunos se les vino no solo recuerdos personales a la mente, pero sus momentos preferidos de Grey’s Anatomy, The O.C., House y otros programas que han visto sus mejores escenas ensalzadas con aquellas rolas. Beam también se aventó su característica versión de “Such Great Heights” (cover a The Postal Service), pero me sigo quedando con la original y aquel sonido que capta perfectamente los 00’s.

El artista se mostraba verdaderamente divertido con su público, seguía repitiendo lo bien que se la estaba pasando y les pedía que entre canciones gritaran todavía más “para que me traigan de vuelta”, dijo. Terminó con una sincera interpretación de “Flightless Bird, American Mouth”, la cual empezó a cappella y concluyó acompañando con su guitarra. Fue una noche íntima con un artista generoso y de un talento muy singular para llenar por si solo un escenario.

Porter en el Lunario

Porter y el mágico regreso a Aztlán.

La agrupación mexicana de rock experimental, Porter, tuvo anoche una asombrosa presentación con un lleno total en el Lunario en donde complacieron a los fans con su más reciente producción discográfica, Moctezuma (2014), que está inspirada en nuestras raíces prehispánicas. Este año la banda ha estado en gira por Latinoamérica con este nuevo álbum además de contar con un nuevo vocalista, David Velasco, quien se integró después de que en 2013 Juan Son saliera de Porter.

El telonero del evento fue la banda originaria de Jalisco, Baltazar, quien fue bien recibida en el recinto con sus oscuras canciones hipnóticas. Terminaron fuerte con dos piezas favoritas del público, “Bardo” y “Neblina”, que fueron dedicadas por el vocalista del grupo, Juan Pablo, a “nuestros muertos”. Cabe destacar que para la velada, el escenario fue decorado con motivos mexicanos como mazorcas de maíz, palmeras y calabazos secos.

Después de unos minutos, Porter apareció en el escenario conectando inmediatamente con sus seguidores que han venido forjando desde hace una década. El espectáculo de la banda se dividió en dos secciones, en donde la primera parte consistió en canciones de sus primeros discos: Atemahawke (2007) y Donde los Ponys Pastan (2004), y la segunda estuvo enfocada a Moctezuma.

El recorrido fue nostálgico y lleno de grandes momentos que estarán en la mente de los presentes por mucho tiempo; se interpretaron las dulces canciones  “Vaquero Galáctico” y “Daphne” que fueron entonadas por todos, pasando por piezas más movidas para bailar como  “No Te Encuentro”, “Hansel & Gretel's Bollywood Story” y “Cuervos”, hasta que llegamos a un frenético cierre con “Espiral”.

Después de ésta última, los integrantes de la banda salieron del escenario para un cambio de vestimenta, y también, para crear un pequeño interludio que nos transportaría en cuerpo, mente y alma a una era mágica. El aíre se permeó con un cálido incienso, se realizó una modificación en el juego de luces del escenario y empezaron a salir burbujas, para que Porter regresara y abriera con “Huracancún”.

El repertorio continuó de manera soberbia con la melódica “La China” y su energético puente, “Rincón Yucateco” con sus pegajosos riffs de guitarras, la vibrante “Murciélago” y “Palapa” con su cautivante y reflexiva letra. El final estaba cerca, y se procuró que fuera memorable con “Huitzil”, en donde apareció Rubén Albarrán de Café Tacuba para cantar mientras el foro se llenaba de confeti de colores que era repartido a presión por el aire.

Daniel agradeció a los presentes y mencionó que esta noche se cumplía su deseo de cantar con Rubén, alentando a todos a “no dejar de luchar para cumplir nuestros sueños”, concluyendo así una presentación más de Porter que nos hechizó a todos.

Porter en el Lunario del Auditorio Nacional

La banda tapatía se presentará en el Lunario del Auditorio Nacional para presentar su disco Moctezuma.

Porter regresa a la Ciudad de México para presentar su tercer material discográfico titulado Moctezuma lanzado el año pasado. La cita será el próximo 5 de septiembre en el Lunario del Auditorio Nacional.

Moctezuma es el disco consecutivo del Atemahawke lanzado en 2007 y del cual se desprenden algunos sencillos como "Host of a Gost", "Vaquero Galáctico", "Cuervos" y "Xoloitzcuntile Chicloso". Ahora, la banda tapatía se presentará en el Lunario para dejarnos escuchar su más reciente material de principio a fin, además de incluir viejos pasajes de sus álbumes anteriores.

"Huitzil" es el sencillo que se desprende de Moctezuma y en el video abordan la conquista desde un muy particular punto de vista, presentando la decadencia del tejido social actual; en un mundo donde más allá de ser conquistados por los españoles, lo hemos sido por corporaciones, políticos, medios e instituciones.

Cabe señalar que este año ha sido de mucho trabajo para los integrantes de Porter, pues la banda tapatía se encuentra de gira presentándose en distintos países incluyendo no solo el nuestro, sino también países como Costa Rica, Chile y Colombia, haciendo llegar Moctezuma a la mayor cantidad de rincones posibles. Así también, se presentaron de nueva cuenta en Estados Unidos y ahora anuncian una presentación más en la Ciudad de México.

La banda invitada a este evento será Baltazar, agrupación integrada por Juan Pablo Corcuera, también integrante de Technicolors Fabrics; Luis Eduardo López y Roberto Agrendano. La venta de boletos ya esta disponible a través del sistema Ticketmaster y en las ventanillas del inmueble. En lo que llega el día, aquí abajo te dejamos con "Huitzil" o bien, también puedes escuchar la versión del sencillo "Épocas" que le hicieron a la dupla regiomontana Clubz como parte de su álbum EP.

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