Cuando la música electrónica se convierte en prioridad.
El Festival Sónar es uno de los eventos anuales más importantes de Barcelona, España. Cada año, este festival ofrece una cartelera impresionante de artistas que, en su gran mayoría, se dedican a la música electrónica, aunque puede haber excepciones.
La apuesta fue ambiciosa: tres días (16, 17 y 18 de junio), ubicados en dos recintos: Fira Barcelona en la Plaza Espanya y el Fira Barcelona - Gran Vía ubicado en el municipio de L'Hospitalet de Llobregat, con ocho escenarios (más uno dedicado a actuaciones híbridas) y con actividades que iban desde conferencias y workshops, el Sónar ha demostrado ser uno de los pilares fundamentales en la cultura barcelonesa.
El 16 de junio fue un adelanto de lo que se viviría días posteriores. Iniciaron las actuaciones desde la 1pm (hora España), como parte del Sónar de Día, donde los españoles Gela, AWWZ y Depresión Sonora se encargaron de abrir el evento. Horas después, el neoperreo de la chilena Ms Nina ponía a bailar a seguidores y a aquellos que descubrían su propuesta. En horario estelar se presentaron la cantante y compositora Pongo, quien con su música angoleña-portuguesa y su álbum Sakidila (2022) rompió esquemas y marcó la diferencia entre sonidos y melodías que provienen de las culturas afrodescendientes.
También encontramos, desde Uruguay, a Lechuga Safiro, quien trajo beats experimentales pero sin olvidar la música latinoamericana. La DJ y productora canadiense Jayda G, con su groove y música disco, cerró este primer día. Ella trajo el glamour y el lo-fi al Sónar. La euforia de la gente se acrecentaba. Sólo se podía pensar en una acción: bailar. Pero el tiempo quedó corto. La mayoría de los shows terminaron a medianoche, como aconsejándonos que descansemos para los dos días que restan. No se equivocaron.
El 17 de junio inició casi a la misma hora, con actuaciones como las de VVV [Trippin’ you], quienes rememoran la música techno, house y hasta dark de finales de los 80 y la década de los 90. La DJ es una genia. Además, el dúo Albal b2b Rocío trajeron los sonidos más eclécticos como el trance y breakbeat, así como influencias pop. Como músicas, Albal y Rocío también gestionan una plataforma llamada CHICA, donde impulsan el arte de mujeres y poblaciones LGBTIQ+.
En el Sónar de Noche, llegó uno de los actos más esperados por la audiencia: el español C Tangana. Minutos antes de que empezara su show (con un retraso de 20 minutos), cientos de asistentes revoloteaban sus abanicos al aire ante el calor que hacía y al son de la música flamenca que adelantaba lo que se vería sobre el escenario. El español aparecía junto a grandes exponentes de este género musical andaluz como Niño De Elche y La Húngara. Con un despliegue cinematográfico y una sobremesa que nos recordaba a lo hecho para el NPR Tiny Desk, ‘El madrileño’ se volvió grande en Barcelona. Temas como “Demasiadas Mujeres”, “Antes de morirme”, “Ateo” (acompañador de Nathy Peluso), “Tu me dejaste de querer” fueron escuchados ante un público atento y que en ningún momento dejó de cantar sus temas. Fue una real fiesta española. Esta es una de las presentaciones que recomiendo acudir, sobre todo al provenir de un artista que está en uno de los puntos más altos de su carrera y cuyo espectáculo no desentona. Asimismo, C Tangana recordó cuando el Sónar le dio una de sus primeras oportunidades de presentarse en un festival, allá por el 2017.
Seguimos con la ya mencionada Nathy Peluso. Pese a que forjó su carrera en Barcelona, la música argentina presentó uno de los álbumes latinoamericanos más elogiados del 2021: Calambre. La previa estuvo marcada por canciones de salsa como “Pedro Navaja” y “La murga”, para que Nathy entrara con “Celebré”. La energía nadie se la quita, pero hay algo en ella que no termina de cuajar como representante de la latinidad. De momentos, lo percibía forzado. Esto cambió en canciones como “Buenos Aires”, donde se observaba autenticidad. Pero luego volvió con “Puro veneno” o “Mafiosa” y esa sensación volvía. Punto aparte para su sesión con Bizarrap, que impulsaba con fuerza el mensaje que quería brindar con su presentación.
El Sónar continuó con destacables presentaciones de Moderat de Alemania (y cómo se puede hacer electrónica desde las perspectivas de tres músicos, mostrarlo en el escenario y salir excelente) y The Blaze de Francia, con una propuesta sonora que vale la pena escuchar. Lo único que detuvo la fiesta fue la luz del día.
El dúo que marcó la pauta el sábado 18 fue The Chemical Brothers. Fue llevar la experiencia de escuchar música electrónica a otro nivel. Se podía observar desde jóvenes de 18 hasta adultos de 60 años. Mientras conversaba con algunos asistentes, ellos comentaban que verlos era toda una experiencia. A las pruebas me remito: robots gigantes que levitaban, globos gigantes, arte visual en alta definición, un juego de luces A1 y un setlist que recorrió perfectamente décadas dedicadas a la música. Sólo queda agradecer por el tremendo espectáculo. Fue, es y será uno de los mejores conciertos a los que he acudido y a los que, además, recomiendo ir.
Seguidamente, desde Venezuela, Arca trae la representación latinoamericana y LGBTIQ+ hacia los escenarios de la electrónica. No sólo marca un hito al ser una de las primeras artistas transgénero en volverse mundialmente conocida dentro de este género musical, también trae de vuelta clásicos de la música latina y urbana. Ella no sólo mezcla, sino que sale a bailar y derrochar amor en el escenario. Como cierre, improvisó unas melodías en el piano. Pese a que no salió como esperaba, los aplausos se sintieron.
No sólo se trata de electrónica: el Festival Sónar 2022 es una apuesta cautivante para aquellos que gustan de este género, pero también es arriesgada, atrevida y aleccionadora para los aventureros de la música. Permite expandir conocimientos como melómanos y descubrir propuestas que provienen de diversos continentes. Con su lineup, queda claro que ellos no buscan artistas que sólo ‘pinchen’ discos y mezclen beats para poner a la gente a bailar, sino que tengan calidad y potencial. En cuanto al público, se necesita de mucha resistencia física (y por qué no, mental) para largas jornadas de baile que, con su música, productores y DJ 's regalan al seguirlos y confiar en su talento.