Una lucha anti nostálgica para dejar de añorar la gloria del pasado.

$€Ð fue concebido hace tres años en una etapa en la que el confinamiento aún no era un término cotidiano en nuestra realidad. El nuevo material discográfico de Triángulo de Amor Bizarro los encontró en Galicia con las maletas en puerta y una gira cancelada, lo cual les permitió comenzar a explorar, de manera individual, nuevos sonidos y métodos de composición incluso después de la pandemia.

Cuando empezamos con las giras comenzamos a ver el material y notamos que en algunas de las canciones que estábamos haciendo había un hilo conductor, que no fue muy buscado, pero sí que fue surgiendo de forma espontánea sin darnos cuenta”.

Todo se originó a partir de “Estrella Solitaria”, donde nos presenta una atmósfera nostálgica por un mundo que ya no existe, poniendo como protagonista a un astro cuya fama ha quedado en el olvido y ahora no hay más que la soledad y el recuerdo de la cima. Este tema fue la selección ideal para abrir paso a la temática de la cultura del éxito, el pasar tan rápido del tiempo y la destrucción del ser humano.

Fue la canción que empezamos cuando estábamos a distancia. De repente vimos que era una canción de un grupo que no existía porque no éramos nosotros reunidos, sino cada quien en solitario, y nos llevaba a una época nostálgica que en realidad nunca existió”.

Rodrigo Caamaño y Rafael Mallo creen que este álbum es una lucha anti nostálgica, pues nuestro anhelo por un tiempo específico no es más que un recuerdo idealizado de algo que no es veraz. “Es como los 80, que se transmiten a través de series y canciones, pero que no existieron jamás; es una realidad suspendida”. 

Si bien la fama es algo codiciado por el ser humano, también significa un riesgo para su integridad. Para ellos, Sunset Boulevard (1950, dir. Billy Wilder) es el mejor ejemplo de una estrella en decadencia, en la que la transición entre lo viejo y lo innovador desata el declive de uno mismo y lo hace añorar la gloria del pasado. $€Ð los desafió a sintetizar e identificar aquello que caracteriza a su música como de ellos y nadie más.

Cada disco lo planteamos como una aventura nueva y pelear con la propia nostalgia que te da tu obra anterior. Cuando lo estás haciendo quieres que te acerque a tu ideal, incluso más que tus títulos previos. Al final es no recrear lo que hicimos, sino intentar seguir haciendo cosas”.

Pasaron más de 15 años desde su formación, siendo reconocidos por New Order y My Bloody Valentine, y han llegado a los oídos de miles de personas, ganando incluso galardones. Pero para ellos la cúspide de la fama que retratan en sus letras no se enfoca en lo que opinen los demás o lo que dicten las cifras, sino el arte por sí mismo y la experiencia que brindan a sus escuchas.

No miramos los números [...], lo que tiene el valor de lo que hicimos son los propios discos. Al final siempre fuimos un poco a contracorriente y creemos que eso es también por lo que seguimos aquí. Entonces en cada disco intentamos hacer el mejor disco que podemos”.

Pasando por “Estrella Antivida” y “Canción de Muerte del Pez Dorado”, es justo en la canción “Él” donde la agrupación también integrada por Isa Cea y Rubén Muñoz retoma el vínculo tan especial que existe entre un músico y su audiencia, incluso cuando éste ha sido una víctima más de la megalomanía y el egocentrismo; pero a pesar de que ellos no forman parte de dicho estereotipo, la composición les permitió adentrarse en la piel de sus figuras.

La transmisión de emociones que se puede hacer con la música es de forma artesanal porque no se necesitan producciones multimillonarias para lograrlo. La música es una experiencia social y nuestra visión de ella es mucho más fascinante cuando es comunitaria”.

Escribir este álbum fue divertido pues les dio espacio para crear personajes ultra malvados como si estuvieran desarrollando cine de mafiosos, permitiéndoles introducir el componente pop narrativo para encandilar a sus escuchas con historias de venganza sobre imperios en decadencia; sin embargo, para ellos él éxito se traduce en que su obra perdure incluso cuando su materialidad se esfume. 

Nosotros esperamos existir como grupo cuando ya no esté Spotify; lo que nos importa es que esa música esté ahí y la gente pueda acceder a ella”.

Triángulo de Amor Bizarro tiene claro que la perfección no existe y siempre hay oportunidades de mejora, pero lo más importante es estar consciente de que el arte y la pasión en su elaboración se anteponen a la fama, poniendo como prioridad las emociones que nacen de los sonidos y que despiertan en el público una experiencia inigualable, en la que el acceso a la música y su preservación vienen antes que todo lo demás.