La continua lucha por sobrevivir del rock.
Alicia Bognanno, mejor conocida como Bully, presenta su cuarto álbum de estudio, Lucky For You, a través del sello Sub Pop. Este nuevo material marca el regreso de la oriunda de Minnesota y radicada en Nashville, luego de tres años del célebre Sugaregg (2020). Con su estilo característico como base, el cual Bognanno ha ido perfeccionando a lo largo de casi 10 años de carrera, y que abreva directamente de distintas corrientes como el shoegaze, noise rock, punk y el riot grrrl, Bully decide reinventarse cambiando su proceso de producción y ampliando un poco su espectro musical, para ofrecernos un material introspectivo, político y con conciencia social, abordando cuestiones como el derecho a decidir, hasta la batalla con nuestros propios demonios.
Con “All I Do” tema que abre el disco, melódico, dinámico, nos mete de lleno en este nuevo sonido. Una crónica personal que se mueve entre el alt rock de finales de los 90¨s y el happy punk de principios del nuevo milenio, un estilo que empieza a tener su revival. Siguiendo con el choque de ritmos se encuentra “Hard To Love”, esta vez enfrentando el grunge contra el britpop. Cambios de ritmo muy marcados, guitarras que se debaten entre la melodía y el ruido, son unidos por coros melosos para redondear la canción mejor lograda del material.
Para los fans y seguidores ocasionales a lo largo de los años, está la parte final del disco, con “Lose You”, en la que participa Soccer Mommy, una dupla que se siente orgánica y en la que ambas aportan lo necesario sin que ninguna pierda nada. Seguida por “Ms. America” un tema emotivo, intimista y minimalistas, en el que Bognanno se desprende de toda la parafernalia, necesitando sólo un par de acordes de guitarra y su voz, para mostrarse lo más honesta y natural posible.
Por último, mencionar “All This Noise” track que cierra el disco, de la manera más feroz posible, si en el anterior se presentó vulnerable, aquí suelta por completo su fuerza. Una declaración firme frente a la situación social que vivimos actualmente.
En conclusión, es un buen álbum, que mantiene la esencia de Bully, pero logra renovar la formula con nuevos elementos, sin arriesgarse mucho y dando pasos seguros. La manera en que Alicia Bognanno ha manejado el proyecto a través de los años, primero siendo una banda y luego en solitario, ha sido muy notable, y en esta ocasión no es la excepción. Siempre de forma sincera y valiente, Bully enarbola la bandera de un género comprometido social y musicalmente, que pese a lo que se diga, sigue luchando y se niega a morir.
