Foro: El Plaza Condesa

Steel Panther se presentará en El Plaza Condesa

¡Por primera vez Steel Panther en México!

La legendaria banda de glam y heavy metal originaria de Los Ángeles, California, Steel Panther, se presentará por primera vez en México después de muchas peticiones que los fans lanzaron a lo largo de los años para lograrlo. La cita será este viernes 24 de febrero en las inmediaciones de El Plaza Condesa.

Esta visita forma parte de la promoción de su nuevo disco Lower the Bar, que estará disponible el próximo 24 de marzo. Hace tan solo unos días publicaron el primer sencillo del material, que lleva por nombre "Poontang Boomerang".

El último disco de la agrupación antes del anuncio de este lanzamiento, se llamó All You Can Eat y fue editado por ellos mimos y Open E Music en 2013.

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Al ser esta la primera vez que vengan a la Ciudad, se espera que la banda de glam saque sus mejores outfits y toque sus temas icónicos, mismos que les han valido más de 500 mil fans en Facebook.

Los boletos van de los $680 a los $950, con sus respectivos cargos por servicio. Puedes comprarlos en este link de Tickemaster o directamente en taquillas de El Plaza.

White Lies en El Plaza Condesa

Los mejores sold outs se dan en la CDMX y el show de White Lies lo demostró.

Luego de tres meses de espera tras el anuncio de su concierto en la CDMX, White Lies desgarró con su música a todos los asistentes que anoche se dieron cita en El Plaza Condesa. La agenda del evento comenzaba muy temprano, por lo que apenas siendo las siete de la noche, el inmueble ya se encontraba casi a su máxima capacidad. Este sold out prometía bastante.

Poco antes de las 20:00 H, Los Mesoneros fueron los elegidos para inaugurar el recital. Con una buena muestra del rock en español que exportan al mundo desde Caracas, Venezuela, sus temas fueron bien recibidos por un público que no mostró noción de su repertorio, sin embargo su reacción fue favorable.

El momento llegó, a las nueve menos 15 la agrupación londinense tomaba sus puestos, haciendo sonar “Take It Out On Me”, mientras la multitud ensordecía con sus alaridos de emoción, seguida inmediatamente por “There Goes Our Love Again” y por “To Lose My Life”, sin dejar espacio alguno para pausas. ¡Gran inicio del setlist!

El primer agradecimiento hacia el público llegaba, Harry McVeigh, vocalista y líder de la banda, anunciaba que venían a presentar su último disco Friends y que darían un breve recorrido por el resto de su trayectoria musical. “Hold Back Your Love” y “Getting Even” fueron los siguientes temas en sonar, respaldados por un asombroso show de humo y luces, que mantuvo en constante contraste cada canción, para iluminar el escenario cuando los tracks más intensos se ejecutaran, así como para permitir la penumbra cuando los temas más oscuros se hicieran presentes.

La ejecución de cada miembro de la banda fue excelsa pues los poderosos riffs del bajo de Charles Cave eran los protagonistas principales, complementados por los arreglos del teclado y los sintetizadores. Mientras que Jack Lawrence-Brown marcaba el ritmo a seguir con su poderosa batería.

Aunque el setlist no varió respecto a los otros ejecutados en esta gira, vale la pena señalar los highlights: “Farewell To The Fairground”, “Is My Love Enough” y “Death”. Luego de una breve pausa, los ingleses agradecieron nuevamente la pasión que el público puso al brincar y corear fuertemente en cada canción, y nos presumieron que este show de la CDMX ha sido “one of the best shows in the whole world”, teniendo como gran conclusión del concierto: “Big TV”, “Come On” y “Bigger Than Us”.

Ver a White Lies con un lleno total, en uno de nuestros escenarios favoritos, hizo de este concierto una gran experiencia, y el haber comenzado tan temprano permitió que la noche de sábado aún se sintiera joven. La banda prometió regresar próximamente, así que esperemos hasta entonces manteniendo vivo el recuerdo de este gran show.

Kurt Vile en El Plaza Condesa

La intimidad melódica de Kurt Vile.

Una noche fría de sábado y en la que Kurt Vile se presentó por segunda ocasión en la Ciudad de México. En pleno corazón de la Colonia Condesa, el interprete norteamericano nos demostró lo importante y bello que puede ser un show con pocos reflectores. El recinto, no lucía lleno por lo que el concierto inmediatamente ganó un status de sesión intima. “Dust Bunnies” fue el acto inicial. Sencillez, carisma y un excelente sonido creaban una sensación perfecta muy adecuada al lugar.

Cuatros años fue el tiempo que tuvimos que esperar para deleitarnos con el poder sonoro del músico nacido en Pensilvania. En esta ocasión Kurt vino con su disco B’lieve I’m Going Down, y repasó canciones como “Stand Inside”, “I’m am Outlaw" y “That’s Life, tho (Almost Hate To Say)" dándole un grata presentación a su más reciente material. La gente apreciaba la calidad rítmica del concierto, las cervezas y el olor a mariguana comenzaba a esparcirse por cada rincón de El Plaza, no obstante gracias a la poca gente que se dio cita en el lugar, los asistentes pudieron disfrutar todo en una perfecta comodidad sin la necesidad de empujarse unos a otros como en otros conciertos.

El ritmo que se llevó durante la noche fue tranquilo, entre guitarra acústica y eléctrica, Kurt interpretaba todo de una manera sencilla, entre breves saludos y agradecimientos hacia el público, la intimidad lo fue todo. “Goldtone” y “Girl Called Alex”, plasmaban la calidad musical que se vivía, gracias al tiempo y esfuerzo con la que cada canción se interpretaba.

Las voces del lugar se unieron en un mismo coro, ante una dulce y tranquila melodía como la de “Wakin In A Pretty Day”. Una sola voz mencionaba la siguiente frase: Wakin on a pretty day, don´t know why I ever go away, siendo este uno de los grandes momentos de la noche.

Las luces del escenario tomaron un papel importante con tonalidades azules, moradas y verdosas que reflejaban el sentir de cada canción. El viaje que se vivía en cada interpretación era distinto, y el juego de estas enriquecía la experiencia. El show continuaba, electrizantes sonidos se emitían con “Pretty Pimpin”, para pasar a algo sencillo como “Puppet to The Man”. El setlist crecía sumando a su cuenta canciones como: “ He’s Alright, “KV Crimes” y “Freak Train”, siendo este último tema, el que diera por finalizada la primera parte del show.

Con cerveza en mano y después de unos breves minutos detrás del escenario, Kurt tomó el micrófono para nuevamente mostrar su agradecimiento. “Wild Imagination” sonó para darle continuidad a esta mágica noche. Entre gritos la gente pedía canciones como “Feel My Pain” o “Never Run Away”, pero a cambio recibimos un el cover de “Downbound Train” de Bruce Springsteen, causando el asombro de muy poca gente que reconoció el tema.

Nuevamente, la guitarra acústica salió a relucir, pues como punto final al concierto, sonó “Baby’s Arms”. Aprovechando estos últimos instantes, la gente optó por tomar fotografías, entre las tenues luces del escenario, mientras se entonaban los acordes finales de esta canción. De manera silenciosa, los músicos salieron de la tarima, entre una corta sesión de aplausos por parte de los asistentes. El Plaza prendió sus luces para dar por finalizada la intimidad melódica de Kurt Vile.

Technicolor Fabrics en El Plaza Condesa

¡Felices y coloridos 10 años a Technicolor Fabrics!

Si Guillermo González Camarena, el tapatío que inventó la televisión a color, hiciera una banda de rock pop (de hecho tuvo un pasado musical al componer canciones), seguramente se llamaría Technicolor Fabrics, nombre ad hoc con la magia de experimentar con el color.

De igual forma, la agrupación oriunda de Guadalajara, crea color a su manera con su música y su show en vivo, así lo mostraron en su presentación en El Plaza, al darle cierre a su gira de promoción de su disco Bahía Santiago, además de que le dan rienda suelta, de alguna forma, a los festejos por su primera década de carrera que se cumplirá el próximo año.

Vaya que su calidad demostró que no son una banda más, el hecho de tener una sólida base de fans que atiborró el lugar, y que el comercio informal venda souvenirs no oficiales del grupo, les brinda el nivel de importancia.

Los encargados de comenzar el evento fueron los regiomontanos de Clubz, algo que fue poco anunciado, además de iniciar su presentación antes de la hora citada, aunque tuvieron una porra ruidosa que no dejaba de brincar y corear canciones como “Épocas”, “El Rollo” y “África”. Un dúo que ha logrado mucho con su presentación compacta, solo con cajas de ritmos y guitarras, sin mucho detalle en su performance, algo que frikea a los puristas de los shows en vivo, pero no al publico millenial presente, que los recibió más que bien.

A las 8:30 PM se inició la fiesta colorida de Technicolor Fabrics. En cada momento transcurrido, desde los primeros ritmos de “Volver a comenzar” hasta el funk de “Ruleta”, demostraron solidez en su sonido, una diversidad en los géneros como el rock, el pop o el electrónico, y dinamismo en el escenario. Destaca la claridad en el audio, ya que se entendieron a la perfección las letras de las canciones, además de que los gritos de sus fanáticas no cesaron.

La mayoría de los temas de su show fueron extraídos de su último material Bahía Santiago, como “Ceniza”, “Solo”, “Desde el mar”, “Aviéntame” o “Globos”; al igual que temas de producciones anteriores como “Frequency”, una canción muy festejada al ser el tema que los diera a conocer, además de “Nunca nada”, “Infantes”, “Oasis” o el momento acústico de la noche con “Fénix”.

No podemos dejar de mencionar las colaboraciones especiales, como la de sus teloneros Clubz en la canción “Todo”, o la de Andrés del dueto Espumas y Terciopelo en el tema “Fuma”.

Technicolor Fabrics tiene más que color en la sangre, no solo por su nombre, sino por su show y hasta lo tiene en la escenografía, que recreaba las barras de colores de la televisión de antaño, esa que los canales mostraban en las madrugadas cuando no había transmisiones, por eso tal vez así sería un show musical posmoderno si González Camarena hubiera hecho música.

Devendra Banhart en El Plaza Condesa

Devendra Banhart: El juglar, el loco apasionado.

La noche comenzó temprano en el Plaza Condesa y poco a poco la asistencia fue llenando el recinto. Afuera algunos cuantos despistados buscaban boletos de última hora; adentro los más previsores aseguraban el espacio más próximo al escenario. Se respiraba un ambiente entusiasmado.

Minutos antes de las nueve dos músicos entraron a escena. El primero Gregory Rogove  –voz y cuatro venezolano– , tras él, Todd Dahlhoff en el bajo y otros instrumentos. En un set breve, la música y sus voces se tejieron armoniosas con un sonido casi perfecto que en ocasiones se veía ensombrecido por un murmurar constante (en los lugares grandes hay quienes no saben guardar silencio y simplemente llenan sus momentos de fotos para saber que estuvieron en algún sitio).

Apenas finalizando los primeros temas, Gregory se despojó de sus zapatos y descalzado de toda pretensión  nos invitó al desenfado de la complicidad, regalándonos como despedida una versión de “To The Love Within” tema original de Megapuss, banda que comparte con Banhart. 

La expectativa iba aumentando al paso del tiempo, sobre el escenario cinco islas formadas de diversos instrumentos vaticinaban un sonido gigante. De pronto: luces fuera.

La figura alargada de Devendra fue la primera en pisar el escenario. Con una rosa blanca en la mano se dirigió a nosotros y desató la magia. “Middle Names” de su disco Ape In Pink Marblefue la primera de una larguísima lista de canciones que a lo largo de la noche nos transportaron por un exquisito balancín de emociones.

Le siguieron “Mi Negrita” –cuya letra pareció olvidar en un principio, pero recuperó al instante con la ayuda de una audiencia hipnotizada por su carisma– ; “Golden Girls”  y “Theme for a Taiwanese Woman in Lime Green”, tema en donde algunos tropiezos de Noah Georgeson en la guitarra, rompieron momentáneamente  la concentración de la banda –pequeño imperfecto que pronto se sumió en el olvido tras la sonrisa de Banhart–. Se sumaron“Brindo”, “Saturday Night” y “Daniel” (una de las mejores interpretaciones del set).

En una pausa y su voz nos lanzó el primer hechizo de la noche:  ‘Are you  guys ok? ¿Tranquilos… no tranquilos? No importa cómo estés, solamente importa que estás aquí’. Y así fue, la velada entera las barreras se borraron y la amistad pareció el único estandarte. La banda abandonó el escenario para reglarnos un tiempo en solitario con Banhart. Un tiempo hecho para nosotros, para complacernos: ‘Por fin estamos solos’.

Una a una las peticiones aparecieron aleatorias entre la multitud: “Shabop Shalom”, una estrofa de “Santa Maria de Feira”, otra de “Freely”, una versión reducida de “This Beard Is for Siobhán” . Pedazos de canciones, bosquejos sacados del recuerdo tarareados con sonrisa para hacernos felices. Y nos volvimos locos de contentos, porque es bello que el artista se muestre vulnerable, entregando sin miedo y con genuino cariño lo imperfecto, y es que eso lo regresa a su cualidad de humano acercando a su audiencia sin condiciones, como cuando te sientas en círculo con los amigos y guitarra en mano; simplemente compartes.

En “Quédate Luna” nos vimos arrastrados al sonido de la misma forma emocionada que él se entrega, navegando en el vaivén de un momento que nos perteneció a todos mientras su voz luminosa reiteraba ‘el mundo es tuyo’.

“Good Time Charlie” y “A Sight to Behold” también formaron parte de este bloque en solitario. Los teléfonos poco a poco fueron desapareciendo del panorama.  Devendra fue capaz de lograr complicidad en un espacio tan grande, era notorio el general encantamiento de caras sonrientes y ojos cristalinos (algunos húmedos de nostalgia). Su figura de trovador nos robó el aliento.

“Linda” con su espesa tristeza trajo de vuelta al resto de los músicos, transportándonos al imaginario de una mujer solitaria. Nudo en la garganta. El momento más intenso del concierto.

“Für Hildegard von Bingen”, y “Fancy Man” nos sacudieron la bruma, regresando nuestro cuerpo al movimiento ondulante del baile. Siguieron “Celebration”, “Baby” y una versión más rápida y cruda  de “Long Haired Child” en donde la personalidad de Banhart traslució un poco más de Cave que de Donovan o Cohen.

“Lover” fue anunciada como la última canción y la despedida se anticipó con las siguientes palabras: ‘No somos representación de los Estados Unidos, no somos una representación de Trump, ustedes son nuestra familia, aunque si tenemos vergüenza… pero más que nada tenemos amor. Gracias por estar aquí esta noche’. El encore corrió a cargo de “Rats” y  “Carmencita”.

Durante más de hora y media Banhart fue de un lado a otro del escenario viéndonos a los ojos, contagiándonos con sus bailecitos extraños como si de niño curioso se tratara; cambiando de piel al instante, transformándose con su alma de juglar, de loco.

Kurt Vile en El Plaza Condesa

Kurt Vile regresa a México para presentar su sexto album.

El cantante, compositor y multiinstrumentalista Kurt Vile, lanzó B’lieve I’m Going Down, su más reciente álbum de estudio en septiembre del año pasado, un disco con muy buena recepción crítica que nos entregó algunos cortes como “Pretty Pimpin”, “Life Like This” y “I’m an Outlaw”.

Ahora, el originario de Pennsylvania acaba de anunciar que se presentará nuevamente en la Ciudad de México el próximo 4 de febrero de 2017 en El Plaza Condesa ubicado en Av. Juan Escutia 4, en la colonia Condesa.

Los boletos estarán disponibles a través del sistema Ticketmaster a partir del lunes 5 de diciembre y tendrán un precio de $450 en pista, $600 en palco y $700 en balcón.

Ya lo sabes, no te puedes perder de Kurt Vile en vivo, aquí abajo te dejamos Paralellogram, su más reciente EP para que te aprendas todas sus canciones que, junto a los otros éxitos del cantante, sonarán esa noche.

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TITÁN en El Plaza Condesa

Foto de portada: Selene Ortiz Tolentino (SOT) / Cortesía

La Dama Fina de Titán nos hizo suyos anoche en El Plaza.

Ocho en punto de la noche, colonia Condesa en total pesar y oscuridad, resaca del tránsito; espectadores de todas edades, estimas y olores, llegaron al venue (drags, señores de edad avanzada, monos araña, pubertos, youtubers).

El aura de concierto mexicano con el característico silbido de “cacaro”, anuncia la euforia y desesperación del público, el ansia del inicio del ritual. El Plaza, recinto de excelente acústica, esparce los murmullos de fans que habían llegado temprano; una intensa luz roja alumbra el escenario decorado con una gran tela tornasol negra, color de metal precioso, donde proyectado se leía TITÁN DAMA FINA. Los ojos del búho desde la altura observan las conversaciones presentes y en réplica, sobre el próximo concierto a asistir, “Lollapalooza, Trópico, Devendra”, se escucha.

La gente empieza a reaccionar con más entusiasmo, comparado a ese tres de diciembre del 2005 en el Lunario del Auditorio Nacional, cuando el TITÁN y María Daniela presentaron disco, con invitados: FACA y Miki Guadamur, noche de aquel sello Nuevos Ricos EMI (creado por Lede y el artista gráfico Carlos A. Morales); esta vez el público se sentía más eufórico, el magno escenario lucía más instrumentos y producción; los clásicos teclados Roland de Emilio; un micro Korg; synth Novation-Bass Station; dos amplificadores Valve Reactor Vox; dos baterías Ludwig Vistalite Series anaranjadas con drum pads Roland, un magnífico Mellotron M4000D; JD-Xi Red Roland; piano vertical Yamaha, bajo Epiphone Jack Casady, MS-20 mini Korg, MPC; los últimos cuales Lede utilizaría para hipnotizar al público, sin olvidar la Les Paul Black Beauty que patearía con su sonido rudo a momentos, y cetáceo en su cadencia final; y no olvidar ese Les Paul Ebony bass, que utilizará Emilio en el penúltimo set.

Son las  nueve con 10, el escenario se oscurece, se escucha una voz del lado izquierdo, es Jay dando comienzo al decir, con una voz sensual, misteriosa: “Agárrense, inicia la noche más oscura”, al ritmo de "Himno".

Oda a la alegría, fragmento del cuarto movimiento (Allegro assai vivace) de la novena de Beethoven, ejecutada por síntesis modular, la cual haría perder la cabeza a Alex DeLarge.

“Estábamos cambiando, cambiando, eso dejando partes de lado agregando loops rítmicos, haciendo que sonara más parecido a como nosotros lo oíamos y haber recibido el ejemplo, el disco más oscuro”, Jay sentado en el mellotron exclama.

¡El Rey del Swing!” Los estrobos se manifiestan a convulsionar,  el público siente que el disco no es nada  comparado a la sensación liveLede explota su voz al gritar: “Ella. Ella echa fuego”.

Mientras Church bailaba completamente poseída, inmolada por luces robóticas, estrobos, ondas sonoras y la intensa vibra del público, él TITÁN había derrumbado el Tártaro, una luz azul iluminaba a Jay en sus cadencias del bajo, memorable taping .

Siobhnan Fahey se adentra al escenario; luces frías, morado, azul y turquesa. Comienza "HelL.A.",  Venus y Bananarama quedan a lo lejos en lo heredado al look de Bleached o Warpaint. Siobhnan y el estilo que habita en ella, evolucionaron a la piel de diva sensual y oscura, estética de de imaginario fílmico Ed Wood. Su voz un poco gastada con suprema  ecualización. El bajo que maneja Acevedo excelso, como el virtuosismo de Jay en la batería, total Coloso destrozando mundanos.

La energía de las baterías, de TITÁN son inigualables en vivo, pero en esta ocasión  superaron expectativas. En  "Apache", Julián Lede con esos ejemplares bajos del MS-20, Acevedo generando los agudos en el microkorg,  para crear,  junto a esas “batacas” duras, unos solos de batería con glitch que trauma a cualquier ingeniero de sonido, por la belleza sonora del error.

"Tchaikovsky"el ejemplo perfecto, de cómo una banda se reinventa en vivo, Ximena Sariñana lo constaba, como parte del público, ondeando la cabeza disfrutando de los titanes  y la vibración de las cuerdas. La potencia de la Black Beauty, opacada por el Jack Casady. El público gritaba: “Te amo Jay”.

El venue a oscuras, el público coreando "P.E.C" y trolleo por parte de la agrupación, que guardó silencio. Segundos después la voz de Acevedo se escucha diciendo “Puta madre, yo iba en en un dragster güey”.

Empezaron los hitos, el público lo agradeció, y se noto cuando la gente empezó a ondear, con una ligera intención de armar slam al sonido del novation de "Odisea 2001", el recinto empieza a retumbar. La gente excitada, Julián echando el solo en "Space chemo",  el blues en el bajo haciendo un guiño a esos 70 Space chemo,  el slam se había armado.

Egyptian Lover entra a escena, "She Likes the Music", moviéndose al rapear como todo un  egyptian soul fucker. En algunos comentarios el público mencionó a burla “es Alejandro Céspedes”.

"Corazón" gritaban los fans. Church se veía asomada en la parte lateral del escenario, y mientras comenzaría ese surf  de antaño pasado por electricidad, "1,2,3,4" y la Dama en la batería se hace notar.

En un momento Bach llegaría con esa tocata y fuga,  "Arahant" comenzaría  y Church seguía poseída. Domesticado el público por el bajo del kick drum. "Dama negra" se haría presente al pendejear a Daniel. Después todo estaría en "Sangre", coloreado por la intensa luz roja y la decepción de la noche en "Dark Rain", pues el supuesto invitado mencionado en redes sociales, Gary Numan, apareció solo como proyección en la tela tornasol. A momentos La Dama parecía cantar, ¿acaso era Gary Numan en su faceta de baterista, escondido tras una máscara de mujer?

"Dama Fina", el final, todos empapados en oscuridad.
La tela tornasol coreaba en subtitulos: “Solo quiero dama fina”.
Abruptamente la agrupación deja de tocar y se retiran con un gracias.
Se escucha  un grito: “Con eso me salen, mejor no hubieran regresado, ¡culeros!”
El público  pedía encore, Sariñana se unía al grito de fan.

Tras regresar la banda, agradecen. Jay presenta a los músicos invitados, agarran los instrumentos, se escucha un pequeño jam que recordaba la vibra del Terror Disco,  y así comenzó el track más esperado de la noche: ¡Corazón!, los  estrobos a tope, Jay en el piano cuadrado, mientras Julián hacía que su guitarra sonara como cetáceos a punto de aparearse; después Jay pasaría a la batería, Emilio al bajo para  montar un solo épico e interminable, que cansaría a Julián Lede a tal grado que desesperado, al estilo de su Majestad Imperial les gritaría le pararan. Abandonó el escenario, al depositar pasiva agresivamente la Belleza Negra  frente al amplificador Vox, después del último remate de Jay, así se despidieron del Plaza con una onda viciada por retroalimentación en la noche más oscura.

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Los Amigos Invisibles llegará a El Plaza Condesa

El Paradise Tour 2016, es el pretexto para la presentación de Los Amigos Invisibles en El Plaza Condesa.

Los Amigos Invisibles es sin lugar a dudas una de las bandas venezolanas más queridas en la escena musical latina en la actualidad y con mayor proyección internacional. Este 2016 Julio Briceño (voz), Mauricio Arcas (percusiones), Juan Manuel Roura (batería) y José Rafael Torres (bajo), están de regreso en los escenarios con la gira El Paradise Tour 2016, con la cual regresan al escenario de El Plaza Condesa para ofrecer un exclusivo concierto el próximo 14 de diciembre. Los boletos para esta única presentación en la Ciudad de México estarán a la venta a partir de este jueves 6 de octubre en taquillas y la red Ticketmaster en www.ticketmaster.com.mx y al teléfono 53-25-9000.

Con la gira 2016, Los Amigos Invisibles recorrerán varias ciudades de Europa, Estados Unidos y México sin dejar de lado países de Latinoamérica.

La banda es dueña de un inconfundible sonido que fusiona elementos de la música disco, acid jazz, funk y ritmos latinos, con los que conquistaron el corazón del público no sólo en su natal Venezuela sino en diferentes rincones del mundo incluyendo nuestro país. Temas como “Mentiras”, “En cuatro” y “La que me gusta”, son coreados por miles de gargantas en diferentes rincones del mundo.

Su despegue internacional ocurrió en 1996 cuando fueron descubiertos por David Byrne quien los reclutó para grabar bajo su sello discográfico Luaka Bop. Tiempo después sale al mercado el disco The New Sound of the Venezuelan Gozadera (1998) bajo la producción de Andrés Levín.

A lo largo de 22 años de carrera, Los Amigos Invisibles han lanzado nueve discos de estudio. Merecedores de un Grammy Latino, múltiples nominaciones en las que se incluyen el Grammy Americano, más de 60 países visitados, son sólo algunos de los datos más importantes de una banda cuya carrera no tiene freno.

El próximo 14 de Octubre, Los Amigos Invisibles presentarán el 1er. sencillo de su nuevo disco, Dame el Mambo, el cual estará disponible en todas las plataformas digitales. La nueva producción se encuentra en la última fase de producción y verá la luz a principios del 2017 en todos los formatos.

Suede en El Plaza Condesa

Previo a su show en el Corona Capital, Suede ofreció una mágica presentación en El Plaza.

Suede regresó a nuestro país, para dinamitar las emociones y los cuerpos de cada uno de sus seguidores, quienes dejaron frío en casa y decidieron llegar a temprana hora a El Plaza Condesa. Para sorpresa de todos, una pantalla gigante cubría el escenario y marcaba la división entre los ingleses y su público. En punto de las 8:00pm las luces se apagaron y el sonido de un bajo potente dio pie al cortometraje dirigido por Roger Sargent, que acompaña a Night Toughts, el último disco de la banda.  

Después de algunos minutos, la figura iluminada de Brett Anderson se percibió a través de la pantalla, desatando una ola de gritos a la vez que Richard Oakes, Neil Codling, Matt Osman y Simon Gilbert se mostraban detrás de sus instrumentos, aleatoriamente. La pasión con la que cada letra de este disco se escuchaba era latente, con detalles violentos que seguían el hilo de vida del personaje de este film, volviendo de este concierto una experiencia inigualable para todo aquel que no había presenciado una obra musicalizada en vivo.

Fueron alrededor de 40 minutos los que pudimos disfrutar este disco, destacando: “I can’t give her what she wants” que llenó de sobriedad y elegancia la atmósfera del lugar, mientras las guitarras profundas y arreglos orquestales de “When you were young”, enchinaron la piel, al tiempo que las ganas por ver Suede sin otra obstrucción más que la valla del escenario, se acrecentaban.

Una ligera pausa para los detalles técnicos, permitió a todos ir por algunas bebidas y desprenderse de un par de prendas, el frió había quedado detrás de la puerta. Amplias cortinas se colocaron detrás de la banda, dando una sensación íntima, para la segunda parte de este show. El juego de colores y el jugueteo de Anderson con el micrófono desató las píldoras de energía de todo el público, quienes no dejaron de cantar y saltar en el conocido coro de “Trash”, siguiendo con la euforia nuestro frontman realizaba movimientos sensuales, se acercaba cada vez más a su público y las gotas de sudor rodaban por su frente mientras interpretaba “Animal Nitrate”.

A pesar de la desbordante energía que flotaba en el aire, un ligero respiro nunca está de más, “Pantomine Horse” ayudó a renovar la energía para liberarla en “The Drowners”, canción donde Brett no pudo contenerse más y bajó del escenario para estar con todos sus fans, que se amontonaron para tocarlo y guardar el momento en sus celulares. Las emociones estaban a flor de piel, sin distinción generacional las potentes melodías, hicieron soñar y sacudir el cuerpo de todos los presentes.

Después de  sacudir la pista de baile, llegó el momento más emotivo de la noche con la versión acústica de “Everything Will Flow”, donde algunas lágrimas corrieron por las mejillas y la multitud se apoderó de la letra.

Como la calma que llega después de una tormenta “Beautiful Ones” resonó en forma de himno, en el que Anderson no pudo alejarse de su público ni un instante mientras las guitarras sonaron. Las miradas se repartieron entre el quinteto, y después de un gesto afirmativo salieron del escenario, recibiendo gritos y tarareos por más canciones.

Suede regresó al escenario para complacer tanto a su público como a sus infinitas ganas por seguir tocando. Apuntando al corazón la delicada potencia de “The Wild Ones”, cerró la noche de manera inigualable, haciendo honor a todos esos romances que quedaron atrás, pero avivando la llama de la esperanza, un sentimiento que permanecería al terminarse la presentación.

Suede conquistó a todos los que decidieron pasar el sábado por la noche cantando, bailando y disfrutando de su música. Un show que vibró cada sentimiento, cada deseo y cada sueño. La banda dejó una sensación de plenitud pocas veces alcanzada y prometió, repetirla muy pronto.

White Lies en El Plaza Condesa

White Lies regresa a México para presentar su álbum Friends.

La banda compuesta por Harry McVeigh, Charles Cave y Jack Lawrence-Brown, White Lies, lanzó su más reciente álbum de estudio, Friends, el pasado 7 de octubre a través del sello BMG. De este material se han extraído temas como “Take It Out On Me”, “Come On”, "Morning In LA” y “Hold Back Your Love”.

El día de hoy, a sólo un mes de este lanzamiento, White Lies ha anunciado una gira por Norteamérica para el año entrante, en la cual figuran dos shows en México: uno el 17 de febrero en el Teatro Diana en Guadalajara y el otro el 18 de febrero en El Plaza Condesa en la Ciudad de México.

Los boletos para El Plaza Condesa estarán a la venta a partir del viernes 18 de noviembre a través del sistema Ticketmaster, por un precio de $450 en pista y $650 en palco y balcón. Por el momento, te dejamos aquí abajo Friends, para que te aprendas todas sus canciones y puedas corearlos junto a White Lies.

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