El renacimiento de un artista en medio del disturbio (unrest)
Hace 20 años, Erlend Øye demostraba la consistencia de su sonido tras presentar su álbum debut Unrest, el cual grabaría en 10 ciudades diferentes con 10 productores diferentes, entre ellos Schneider TM, Soviet, Prefuse 73, por mencionar algunos; dando como resultado 10 canciones electro pop muy inesperadas.
El debut de Erlend estaba muy lejos de casa (o lo que conocíamos de él hasta entonces), pero seguía siendo extrañamente familiar. En un sentido metafórico y literal, el cantante y guitarrista noruego había volado lejos del nido para explorar otros mundos sonoros y descubrir la esencia de su arte, que más tarde proyectaría en este álbum y luego le abriría paso a su propio destino como DJ y productor reconocido.
Para muchos un álbum destacable, para otros el primer paso en el camino correcto; Unrest, sin duda logró descifrar la fórmula de la consistencia dentro de la diversidad en la que se creó al ser un producto de diez (más Erlend) mentes talentosas. Es fácil perderse en la opinión de otros, en la ego de la experiencia y la desconfianza ante el desafío, sin embargo el Erlend Øye de 28 años supo definir con precisión qué quería contar y cómo quería hacerlo.
Con 10 canciones que navegaron entre la nostalgia de los ritmos ochenteros con toques atemporales y distintos humores, Unrest, cuenta una historia de aventura, de bienvenidas y despedidas, de descubrimiento y anhelos.
Desde viajes placenteros e inmersivos con temas como "Prego Amore" y "Ghost Train" hasta temas sarcásticos y cínicos como "Every Party (Has A Winner and a Loser)" el artista conmociona con el ingenio de sus letras y su talento como productor.
Quizá es la ligereza de sus melodías, la simpleza de sus ritmos o las suaves transiciones de un tema a otro, lo que hicieron de este, un álbum disfrutable; Unrest ha llegado a convertirse en esa cerveza, que quizá no es tu favorita pero sigue siendo buena, y como toda cerveza es perfecta estando solo o en compañía, en un club nocturno o en una reunión tranquila con amigos, de vacaciones o en una tarde cansada, mientras disfrutas o mientras te cuestionas. Es así, agradable y fácil de digerir.
Para la crítica pudo no haber sido el álbum del año y probablemente tampoco de la década, fue incluso calificada de cliché y hasta de ser excesivamente retro; tal vez, pero lo retro siempre vuelve a estar de moda. Sin duda Erlend Øye sabía hacia dónde quería ir, algo que a los veintitantos muchos no podemos decir. Al final de todo Unrest, fue su paso por la inquietud, por el disturbio que lo llevó a la independencia, y lo puso en el mapa como el productor que hoy es.
