En el nombre de la psicodelia os pido posada.
Por cuarta ocasión consecutiva, la mejor posada del norte del país se llevó acabo. El Festival Posadelic 2019 nos recibió con los brazos abiertos en Los Tabachines, dentro de Hermosillo, Sonora. Las playeras coloridas, las largas cabelleras y la ropa abrigadora desfilaba por la entrada del festival, misma que fue bastante ágil y organizada.
Al llegar, fuimos recibidos por una colorida decoración donde pequeñas piñatas pendían de los árboles ubicados a los alrededores, contrastando con el color neutro de la tierra que cubría gran parte de la superficie del lugar, misma que afortunadamente se encontraba semi húmeda por las lluvias de los días previos. El tránsito a lo largo del festival era bastante ágil, pues el espacio para moverse dentro era el suficiente para la expectativa de visitantes a recibir.
Posadelic contó con dos escenarios: el Posadelic y el Onda Sonora, mismos que se ubicaban muy cercanos el uno del otro, lo que ayudaría mucho a mantenerse lleno de energía a lo largo del festival para disfrutar de la gran cantidad de talentos que disfrutaríamos en el día. Entre ellos, podíamos encontrar algunas zonas de descanso con pasto artificial, columpios y uno que otro spot para la foto del recuerdo.
Aunque Holy Sunn y UAY contaban con menos de 30 minutos en sus actos, algunos detalles técnicos fueron retrasando el evento de forma escalonada hasta llegar a casi hora y media de retraso. Este detalle se fue corrigiendo a lo largo del festival y las bandas estelares de la noche tocaron muy cercanas a la hora estipulada al inicio.
Humano Delta fue de las primeras bandas en detonar una explosión entre el público, generando un mosh pit al ritmo de riffs distorsionados, sintetizadores orgánicos y texturas lo-fi típicas de la música psicodélica setentera. El turno de mostrar su propuesta fue para Margaritas Podridas, banda local liderada por Carolina Enríquez, misma que habíamos visto como bajista en Señor Kino. La tristeza por los diferentes males y la violencia que aqueja a la sociedad se ven transmitidos en las letras de sus canciones y en la melancolía transmitida en su acto en vivo, aunado a una voz distorsionada y texturas grunge. Una muy joven promesa en la música mexicana.
Las sorpresas no paraban. Directo desde Tucson, Mesquite retumbó nuestros oídos con su proyecto psicodélico, en el que encontramos elementos de funk, pop y jazz. Contrastando totalmente con la mayoría de esta escena musical, La Bruja de Texcoco, una mujer barbuda vestida de tehuana llamada Octavio, rescata nuestra esencia prehispánica y los ritmos típicos istmeños de la mano de un violín y un acompañamiento con una guitarra de 12 cuerdas, compartiendo con su público la sanción con el aroma del copal y el sabor de un menjurje hecho con diversas flores y mezcal.
Un bellísimo atardecer tornasol se posa sobre nosotros, la noche cae a ritmo de cumbia con Los Esplifs que ponen a bailar a todos los rockerillos frente al escenario, convirtiendo a Posadelic en una auténtica verbena. El clima frío se comienza a sentir, momento de ir a explorar el bazar y la zona de comida, que ofrecía desde pizza del perro negro y jochos estilo sonora, hasta abarrotes típicos de tiendita, café con CBD y pequeñas empanadas, todo a precios muy bajos en comparación a otro festival en el que haya estado.
Los Cretinos Desleales se vuelve a presentar en Posadelic, tratando de enmendar la pequeña trifulca que tuvieron en su anterior presentación, brindándonos un show explosivo en donde sus fieles seguidores acompañaban los cantos del intoxicado vocalista. El tiempo apremiaba, por lo que, para compensar los retrasos iniciales, los empalmes entre las bandas fueron más frecuentes, así que mientras Mortemart nos cautivaba con su música hipnótica, Los Diabólicos desataba la locura al ritmo de un garage sucio y ruidoso, donde en momentos, el audio de ambos escenarios se llegaba a mezclar.
El factor visual fue muy importante dentro de las presentaciones de cada banda, pues brindaría texturas ideales para acompañar nuestro viaje musical, por lo que los encargados de este aspecto fundamental fueron The Mustachio Light Show en colaboración con Nexus Visions, haciendo en conjunto un trabajo extraordinario, particularmente notable en el show de Hooveriii, banda que combina de forma excelsa los sintetizadores con la distorsión de su rock psicodélico y que visitaba por primera ocasión esta tierra sonorense.
Oriundos de la Ciudad de México, The Froys llegaba con su rock fuzz y sus grandes melenas a desatar caos en su show, desgarrando sus gargantas al tocar, dominando la altura de los amplificadores y entregándose al público. La vibra que se siente entre el público de Posadelic es increíble, hay un ambiente de cooperación y respeto, donde todos parecen conocerse y se olvidan de cualquier problema, pose o pretensión.
Momento de disfrutar el show de Las Robertas, que estrenó en este año su sencillo Together Outrageously, sin embargo, su set fue dominado por los nuevos temas de su próxima producción, los cuales vienen con mucha potencia e increibés riffs, fue una de las estrellas de la noche. Por otra parte, con una esencia eclíptica en la composición de su música, Amor Muere, integrada por Gibrana Cervantes, Camille Mandoki, Concepción Huerta y Mabe Fratti, transportó hacia un universo alterno a los espectadores que atentos disfrutaron su show, mientras que el escenario principal ya se encontraba lleno de gente que esperaba los actos estelares del festival.
Finalmente, directo desde el Estado de México, llegó El Shirota a invadir el escenario principal, causando gran emoción entre los asistentes reflejándose directamente sobre el mosh pit desatado, es más, aún mi espalda recuerda los golpes recibidos durante esa presentación. Por algún motivo que desconozco, algunos miembros del público se fueron subiendo al escenario mientras “Carreta Furacão” sonaba, y a diferencia de otros festivales donde el único fin fue destruir el equipo del talento que tocaría, estos sujetos solo se enfocaron en bailar y disfrutar de la música. A la par, los capitalinos The Risin' Sun serían los designados de cerrar el escenario Onda Sonora, que con gran actitud impregnaron de su onda psicodélica y el revival de aquellos ritmos sesenteros donde el rock and roll era un verdadero estilo de vida.
Los nervios se sentían a flor de piel, el pit de fotografía se llenaba no solo de fotógrafos, sino de fanáticos que eludieron la seguridad para estar lo más cerca de Oh Sees. Algunas otras fallas se dieron al inicio del show, y mientras el staff intentaba solucionarlas a la brevedad, una gran molestia se veía reflejada el rostro de los integrantes. Toda espera valió la pena, Oh Sees sonó en todo lo alto y "Nite Expo" inauguraba las acciones. El personal de seguridad lidiaba con aquellos intrusos en el pit, mientras "Tidal Wave" nos hacía vibrar. "The Daily Heavy" arrancó gritos y posiblemente alguna pieza dental entre los enérgicos fans que se impactaban entre sí. Los aplausos y los vitoreos se dejaban escuchar al cierre de cada tema, pero la banda no lucía del todo contenta, luego de que durante "The Dream" volara un vaso con líquido directo hacia donde el vocalista John Dwyer estaba, sin embargo lo esquivó a tiempo. Finalmente, cada problema ajeno a la banda se vio reflejado en el show, pues después de tocar "I Come From The Mountain" la banda se retiró del escenario, finalizando su presentación.
Luego de un momento donde no se sabía dónde sería la presentación de Ladies of LCD Soundsystem, Nancy Whang se haría presente con su consola, tirando algunos tracks bailables y convirtiendo el escenario Posadelic en una pista de música disco. Desafortunada presentación con poca audiencia y donde la misma Nancy se ausentó por unos minutos, dejando puesto el play sobre la consola para que la música no parara.
El festival Posadelic fue muy disfrutable en su mayoría, contando con una amplia variedad de actos que vale la pena seguir de cerca y nos demuestran las ganas de trascender y hacerse más grande, brindándole a sus asistentes un festival con mejor calidad que en sus ediciones pasadas, tanto en la curaduría del cartel como en la organización, donde seguramente aprenderán de los errores ocurridos y que esperamos contar cada vez con una mejor experiencia en los siguientes años.