Arrebato atemporal de mezclilla psicodélica.
¿Qué habilidad extranormal es necesaria para poder publicar tantos álbumes? ¿para dar shows maratónicos de más de 3 horas por todo el mundo? ¿para trastocar el inconsciente y volvernos locos en la pista de baile o en la comodidad de nuestro hogar? ¿para crear dulces sueños y pesadillas terribles? ¿Para expandir el espectro sonoro a confines inexplorados por la música? ¿acaso un pacto paranormal? ¿un don, una bendición o una maldición? Cualquiera que sea el motivo estamos agradecidos de que los australianos nos den caricias salvajes en los tímpanos cada que publican música nueva, se siente como cuando nuestra adicción más frenética es saciada a manos llenas.
Este disco tiene solamente dos temas, de 15 minutos cada uno, "The Land Before Timeland" e "Hypertension" . Esta es la segunda entrega de la trilogía psicodélica que la banda está lanzando para este mes de octubre que se completará el 28 de octubre con Changes que será el quinto álbum publicado en lo que va del 2022, ya sabemos que les encanta publicar música todo el tiempo y se los agradecemos.
Según un tweet de la banda "al igual que el último disco, éste se creó a partir de largas jams improvisadas, pero esta vez también trabajamos con las limitaciones de un reloj que hace tictac”. Es de reconocer el finísimo y loquísimo trabajo visual que acompaña la música de la banda creado por el artista Jason Galea, quien es el responsable de muchos de los videos y portadas de sus álbumes. Acá el official countdown clock de ambas canciones:
"The land before time land" nos guía a través de teletransportaciones a futuros pixelados con toques de blues a cargo de armónica y guitarras en trance que conjugan magníficamente con voces oníricas y sintetizadores que nos llevan a dar un recorrido sonoro psicodélico por el paisaje del subconsciente, crean una amalgama sónica que inspira a dar rienda suelta a la imaginación.
"Hypertension" sigue el tenor de los coros oníricos y riffs pegajosos que generan una atmósfera volátil cual Ícaro hacia el sol, el voltaje de los amplificadores al cien nos hace sentir que nos acercamos al lugar esperado. Ambas piezas están unidas magistralmente con unas percusiones orquestales poderosas y abarcantes, como si los tambores del limbo te abrieran paso a otro portal, uno más de los círculos de Dante que nos llevan a un destino por todos sabido, pero por pocos recorrido.
Escuchar a King Gizzard & The Lizard Wizard es como adentrarse en el mar, puedes disfrutar de sus calmadas aguas pero inesperadamente podría venir un tsunami y llevarte hasta las profundidades más oscuras del abismo. Nos ponen de cabeza, nos llevan a estados alterados en los que no es posible controlar nuestro impulsos, el cuerpo es poseído por su música mágica, como el hechicero que suelta sus poderes pero nadie sabe cuáles serán las consecuencias, ni ellos mismos. Son una mina con recursos tan bastos que puedes extraer y extraer, ¡esperemos que nunca se acaben!
¡Larga vida a KGATLW!
