Como parte de la clausura de la Cumbre Gastronómica de México, Mesamérica, Natalia Lafourcade salió a cantar este sábado al ritmo de la batería en el Auditorio Blackberry, con el mismo carisma que la caracteriza en sus demás presentaciones, para así comenzar lo que sería una velada llena de pop y de jazz.

Los primeros acordes de “Cursis Melodías” dieron paso a los gritos de los asistentes que se movían de un lado a otro mientras cantaban cada una de sus canciones. Los aplausos y los chiflidos no dejaban de sonar. Además de que Natalia siempre ha buscado la forma de animar a su público, ya sean con sus saltos por todo el escenario o animándolos a cantar con ella y en esta ocasión no fue la excepción.

“Esta es una canción que habla sobre las cosas que quieres hacer antes de enamorarte de a deveras, y cuando quieres probar de todo” dijo la cantante mientras daba paso a una versión especial de “Elefantes” de su primer disco homónimo. Luego introdujo “Mujer Divina”, una de las canciones que estará en su nuevo disco que será un tributo a Agustín Lara y que espera pueda salir en septiembre.

Entre personas que gritaban “Házme un hijo Nat” y “Te Amo”, Natalia platicó que a pesar de haberse quedado afónica debido a su presentación en la Guelaguetza en Oaxaca, el público le había regresado su voz, dando paso a una canción en inglés que iba a acompañada del delicioso ritmo de la trompeta; así como de los coros del público que ella misma se encargó de animar.

Los asistentes se mostraron muy entusiasmados de que pudieran cantar al ritmo de las canciones de Lafourcade y a pesar de que pedían a gritos que tocará “Azul” o “En el 2000”, ella interpretó otra nueva canción.

Luego mientras hacía una introducción cantada, el público daba pequeños saltos al identificar el tema principal de la película de Temporada de Patos: “Ésta es una canción de un animalito muy pequeño… cuando la canto todos se ponen muy contentos”, después de esto sólo se escuchaba el el famoso Cui Cui de “Un Pato”.

Otra de las canciones nuevas que interpretó fue la de “Limosna” que ya había tocado durante su presentación en el Auditorio Nacional junto a Juan Manuel Torreblanca; con ella envolvió a todas las parejitas en un ambiente bastante cursi pidiendo “tan sólo un poquito de amor, nada más”.

La influencia del jazz se vio reflejada durante esta presentación, pues no sólo se hicieron versiones un poco más lentas de “Te quiero Dar” o “Amarte Duele”, sino que su banda le impregnó ese aire suave que desearías escucharlo mientras tienes a esa persona especial a tu lado.

Las personas pedían que Natalia cantará un poco más mientras ella daba los últimos acordes de “Azul”, ella salió del escenario sin siquiera despedirse, pero nadie se movió, empezaron a gritar que regresara. De repente con una luz tenue y una sonrisa, interpretó “Mañana Olvidaré”, para continuar con su canción favorita de este momento “En el 2000” y finalizar al ritmo de “Ella Es Bonita”, así como para poder presentar y agradecer a la banda que la acompaña como ya es su costumbre.

Aunque el setlist varió un poco de las canciones que interpretó en el Auditorio Nacional, sorprendió por haber cantado muchas de su primer disco. Además de que la cantante mexicana sabe como llevarse el corazón de sus seguidores, ya que ninguno dejó de cantar, ni de aplaudir -más que en las nuevas canciones- durante toda su presentación; sin duda, Natalia Lafourcade es chiquita fìsicamente, pero talentosamente grande.

Disfrazados de colegiales, con uniformes rojos y máscaras de rostros plastificados llegaron los integrantes de Austin TV al escenario del Pasagüero este sábado 28 de julio, para celebrar los diez años de la banda; diez años de explotar la imaginación y la pasión.

Con una reedición de su primer EP en un vinil transparente, Austin TV festejó este aniversario con un concierto de más de hora y media que, como dijo Chiosan, estaría lleno de nostalgia, recuerdos, gente de hace diez años y gente nueva.

La espera de la gente había parecido eterna, pues la hora de inicio se atrasó; por ello, al llegar el momento de ver a Chiosan, Oiram, Rata, Totore y a Xnayer, el Pasagüero explotó en emociones de un público ansioso que fue recibido por Fando con las siguientes palabras:  “Todos estamos aquí por la misma causa: la música.”

A lo largo de la noche la agrupación de rock mexicano dejó el alma en el escenario, en canciones como “Satélite”, “Marduk”, “Los Olvidados”, “Esa Soy Yo”, y “Hombre de pánico”.

Acompañados de una proyección que ilustraba cada canción, Austin TV tocó hasta las 2 de la madrugada, frente a un público que acompañó los acordes con gritos a coro, un público que agradecía cada acorde y cada distorsión de los miembros de la banda, que emocionados e incrédulos confesaron haber iniciado como cinco amigos sin ninguna pretensión más que divertirse.

El concierto exhalaba familiaridad, una relación entre la banda y sus fanáticos de  agradecimiento mutuo, una relación cercana y cálida, tanto que incluso a la mitad del toquín los integrantes de la banda subieron al escenario a dos personas del público a que tocaron la batería y la guitarra con ellos.

Pero todo lo bueno llega a su final y así, a eso de la una y media, Austin TV se despidió del escenario mientras se leían en la pantalla las palabras “The end”; sin embargo, los gritos del público pidiendo otra resonaban en el lugar y la banda no esperó ni un minuto para su regreso al escenario.

“Roy Rogers” hizo temblar las paredes del Pasagüero al igual que el verso de la rola “Ella no me conoce”: ¿Te acuerdas?

Sí, me acuerdo. 

Lo dices como si hubieras cambiado tus sentimientos, 

como si ya no me quisieras. Dime que aún me quieres.

Cerrando con broche de oro, Austin TV tocó un cover de Daft Punk que llevó a su clímax este concierto conmemorativo exclusivo para mayores de edad que se repetiría al día siguiente abierto para todas las edades.

Entre el surrealismo de las viejas rolas, Los Liquits presentan nuevo álbum con estilo consolidado.

Pasando la media noche, en un legendario bar del centro de la Ciudad de México, el rock pop psicodélico y “empeyotado”  de Ro, Edi y Teo hizo que más de un centenar de espectadores se olvidara de la rutina, y se sumergiera en una realidad alterna de temas alucinógenos y pachangueros; mezclada con los más terrenales éxitos del nuevo disco. Los Liquits se presentaron la noche del 27 de julio en el Pasagüero como parte de la promoción se su quinto álbum titulado Ven, Ven.

A pesar de que la agrupación se tardó en aparecer en el escenario, Los Liquits lograron prender  a la banda que los esperaba con ansias, y cargados de pilas para entonar sus temas favoritos. Cuando el trío se colocó en línea en el escenario, portando lentes anaglíficos, el público se volvió loco bailando e interpretando los temas oníricos de "Kimono en Llamas". Con su inigualable y extravagante bolero, “Tus Tetas”, demostraron que los nuevos Liquits aún conservan la esencia burlesca y lúdica que los caracterizó en sus inicios.

El grito de las mujeres no se hizo esperar cuando Ro dedicó “Sola”, a todas las chicas que fueron sin compañía al evento. La euforia estalló con el momento más anhelado: ¡cuando el pastel de pitufresas fue anunciado! “Quiero correr desnudo, en un jardín. Quiero correr desnudo en la ciudad”, fue la frase que hizo retumbar las paredes del lugar, junto con los aplausos de los fanáticos de hueso colorado, quiénes seguramente recrearon en sus mentes el jardín de dragones y bailes de amapolas.

Continuando con los temas de la nueva producción, el trío rockero del sur de la ciudad, deleitó con la mezcla de ritmos mexicanos, interpretando el sencillo “Vino tu sangre”.  Pese a las fallas de sonido, la banda creó una atmósfera de fiesta durante casi dos horas en las que Edi no dejó de contonearse al son del bajo, Teo al ritmo de las percusiones, y Ro en la mayoría de las líricas.

Haciendo homenaje a una palabra del argot chilango, Los Liquits entonaron “Chido”, mezclándola al final con una adaptación de “Chilanga banda” de Café Tacvba. Los trombones comenzaron a sonar con ritmos ska, con la rola “Cuando apagues la luz”, y los personajes amigos también hicieron su aparición en el escenario. El “Cabeza de limón” sorprendió tocando la batería en varios temas. Más tarde apareció el oso carpintero con su enorme churro, y la gente no dejó de gritarle “eso te pasa por fumar mota”. Además del cotorreo y la diversión, el momento romántico no podía faltar. Cuando  Ro dijo: “Apechúguense a la que está alado”, muchas parejas se abrazaron y entonaron junto con Edi el afamado sencillo,  “Desde que”.

“Baila Baila” y los demás temas de la nueva producción, Ven Ven, demuestran que la banda se ha consolidado en un estilo  y ha conseguido cierta madurez musical. Sin embargo, aún conserva la esencia despreocupada y pachanguera de los viejos Liquits. Se trata de un disco que te transporta de la melancolía a la fiesta y viceversa, dejando un poco atrás el surrealismo de las producciones anteriores. Con una propuesta más terrenal, los Liquits conquistaron una vez más al público chilango.

Ni el Dios Tláloc fue capaz de mermar la asistencia del respetable a una nueva edición de las aclamadas presentaciones del ciclo denominado “Concierta Independencia”, que en esta ocasión nos ofreció una encantadora velada de jazz de músicos mexicanos, independientes, virtuosos y entregados a un público informado y exigente en cada presentación.

La primera en subir al escenario fue la jaliscience Jaramar con sus músicos, quienes al ritmo de una jazz tradicional y un sentido visceral interpretaron temas de Gershwin, Rodgers y Hart, Garner y Burke, Brel, Leonard Cohen, destacando su naturaleza cruda.

Poco después, las hermanas Ingrid y Jennnifer Beaujean subieron al escenario para presentar temas propios de su producción Amartya, una mezcla de estilo que oscila entre el jazz, R&B y pop, resultado de toda la experiencia adquirida abajo y arriba de los escenarios por las dos lindas mujeres que a pesar de su corta edad cuentan con una experiencia bárbara.

Durante el concierto interpretaron de manera sobresaliente los temas: Quédate, Amartya (con una destacada participación de Nico Santella en el piano), Sueños bizarros (mi favorita) y Jardín secreto.

Mención aparte merece la nueva canción presentada y bautizada ayer por la noche: "La Noche Trae Tu Voz". Así como la participación de la tapatía Jaramar con las chicas Beaujean, y ni se diga de los músicos Benjamín García en el contrabajo y Jorge Servín en la batería.

El lazo consanguíneo es evidente a primera vista, como las profesionales que son, no compiten; se cuidan. Se saben entes individuales que conforman una fórmula con grandes resultados, jugando con la tesitura que va de graves a agudos armónicos lograron abrazar a todos y cada uno de los que estábamos presentes. El sonido impecable del recinto reveló que Amartya es un disco con temas propios del amor, no sólo evocando un pasado nostálgico sino a futuro, haciéndonos soñar que todo es posible mientras uno toma asiento en una silla de cualquier parque.

En el escenario, las hermanas Beaujean se divierten y demuestran una complicidad (no sólo familiar sino profesional) entre ellas y el trío de jazz que las acompaña a lo largo de la velada.

Pocas empresas dedicadas al entretenimiento entienden que el arte está por encima del negocio, tal es el caso del Lunario que antes de llenarse los bolsillos de dinero, deciden ofrecer un espectáculo de calidad a noctámbulos errantes que ayer se encontraron de frente con gente que vive para la música. ¡Enhorabuena!