La playa canta de nuevo: Trópico 2024 se alza como bandera de que la fiesta y música viven en Acapulco.
Día 1
Acapulco, esa postal del Pacífico mexicano que se tomó un respiro largo y forzoso, volvió a la vida este fin de semana. Con su clima cálido y sus palmeras como testigos, el festival Trópico 2024 se plantó de nuevo en casa, como quien regresa tras una tormenta, literalmente. Después de los huracanes Otis y John, la música volvió para sanar heridas y demostrar que la música y fiesta nunca se va del todo, solo se toma un break.
En el Hotel Pierre Mundo Imperial el invierno es solo una palabra que escuchamos, en películas gringas, aunque estemos en pleno diciembre. Los 24°C nocturnos abrazan el cuerpo mientras te mueves entre camisas hawaianas, shorts y bikinis, directo a una alberca rodeada de palmeras que, de noche, parecen bailar con luces de colores. El mar murmura a lo lejos, como si también estuviera afinando sus notas para acompañar a los artistas en los escenarios.
Trópico 2024 arrancó en su escenario principal con Zemmoa, una reina del disco funk setentero mezclado con power pop noventero que no dejó a nadie indiferente. Originalmente programada para el Adidas Stage, la originaria de Cuernavaca terminó apoderándose del Trópico Stage, y vaya que lo hizo suyo. Con temazos como “Velocidad”, “Zeuz” y “Yo soy”, esta artista —que es además la primera mujer trans firmada por Universal Music—, puso a todos a bailar y demostró por qué está marcando pauta en la escena mexicana e internacional.
La noche estaba en su etapa uno, pero la vibra ya era de otro nivel: palmeras iluminadas, gente bailando como si no hubiera un mañana y un aire fresco que parecía venir directamente de algún DJ celestial, uno que usaría camisa de flores y perfume a cítricos.
En paralelo, la Palapa Cariño se convirtió en el centro del bailongo descalzo. Aquí no se necesitan zapatos, solo buena onda y ganas de mover el cuerpo. Bumps arrancó motores con un sampler de “Aserejé” de Las Ketchup, dejando claro que la noche sería pura nostalgia y ritmos pegajosos. La arena y las olas del mar completaban el combo para una noche que prometía extenderse hasta el amanecer.
Belanova: el regreso explosivo que llenó de nostalgia al Trópico
Aunque hubo un pequeño retraso en el Trópico Stage, cuando por fin apareció Belanova, todo valió la pena. Denisse Guerrero dejó boquiabiertos a todos con un vestido de tul estilo victoriano que, en segundos, dio paso a un espectacular vestido de lentejuelas rosa. Desde los primeros acordes de “Me pregunto”, el público entró en un trance colectivo y bañado de nostalgia al recordar la gloria en aquellos años 2000.
El set fue un viaje emocional: desde el frenesí de “Tus ojos” y “Niño”, hasta lo más grunge con “One, Two, Three, Go!”. El momento más profundo llegó con “No me voy a morir”, donde Denisse compartió un mensaje sobre amor propio que conectó con todos. Y para cerrar con broche de oro, el himno generacional “Rosa Pastel” desbordó la nostalgia, criticando el amor romántico y recordándonos esas ilusiones de “casi algo” que nunca llegan a nada. Sí, a todos nos ha pasado.
La magia no se detuvo y, mientras tanto, en el Adidas Stage, una medusa gigante hecha de luces y papel iridiscente danzaba al ritmo de los beats. Sus creadores, un grupo de amigos franceses del público, la trajeron desde el festival Bucht der Träumer, en Berlín, para sumarla al meneo playero de Acapulco. Ahí, Zombie Affair —la fusión entre Mystery Affair y Zombies in Miami—, nos entregó una mezcla de techno, house y música disco que sacudió la pista con sintetizadores y drumpads electrizantes. Fue como estar en un rave de otro planeta, pero con el Pacífico como telón de fondo.
Cuando parecía que la energía no podía durar más, la fiesta se trasladó de nuevo a la Palapa Cariño, donde los Pachanga Boys tomaron el control con sus ritmos tropicales y contagiosos. Aquí, el baile siguió hasta que el sol comenzó a asomarse por el horizonte, como un recordatorio de que en Trópico, las noches no terminan: simplemente se transforman en amaneceres llenos de música y magia.
Día 2
Vibra caribeña, perreo y hip house tienen una cita en Acapulco
Preparen la piña colada porque el segundo día del festival Trópico 2024 arrancó con toda la energía. El Sol ya comenzaba a calentar, pero eso no impidió que los más fiesteros se lanzaran desde temprano a disfrutar de la música. Los que aún arrastraban la resaca de la noche anterior se fueron recuperando poco a poco, mientras el festival iba subiendo de nivel, siguiendo la ruta esperada hacia el frenesí en uno de los festivales más aclamados en Tierra Azteca.
El inicio del día estuvo a cargo de Esa Mi Pau, la DJ y productora que se encargó de ponerle ritmo al sabadito en el Trópico 2024 desde el Stage Alberca. Con su estilo fresco, lleno de house y ritmos tropicales, convirtió el agua de la piscina y el Sol en el combo perfecto para empezar la fiesta.
Bajo un clima perfecto, el Adidas Stage fue testigo del regreso de Aveparadiso, el proyecto que mezcla lo tropical con los sintetizadores en su sonido experimental que invita a apreciar el calorcito en la playa con un buen dance. El público se entregó por completo a su ritmo, dejando que la música los llevara de la nostalgia a la euforia. Su presentación se convirtió en un viaje sonoro perfecto para abrir camino hacia el atardecer de Acapulco, pues entre los temas “Broken Hearts”, “She” y “Victoria” fue que presenciamos la paulatina caída del Sol dando pie a la golden hour.
Justo ahí, cuando el Sol empezó a bajar, el Stage Playa se transformó en el epicentro de la fiesta. Buena Vista All Stars, la legendaria banda cubana, llegó con toda su potencia y la energía de sus metales. Con saxofón y trompeta al frente, su mambo y salsa llenaron el aire de sabor caribeño, y el público no paró de bailar. Los solos de trompeta fueron tan poderosos que casi se podía oler el puro de La Habana flotando en el ambiente. La gente se entregó sin reservas mientras disfrutaba la arena en los pies. Ahí el Sol dijo adiós y cedió el protagonismo a una magistral Luna que de ahora en adelante nos acompañaría por el resto de la noche.
Colores, libertad y perreo en el Pierre Continental
La noche subió de nivel cuando Esteman pisó el Tropico Stage. El colombiano, con su estilo único que fusiona pop, electrónica y un toque de indie, dejó claro por qué es uno de los artistas más queridos del momento. Con su actitud desenfadada y su energía vibrante, hizo cantar y bailar al público al ritmo de sus hits como “Fuimos amor” y “Reina leona”. Pero la verdadera sorpresa vino cuando Ruzzi subió al escenario para interpretar “Bailando”, con el que se desató una ola de euforia que hasta el césped bajo los pies se sentía vibrar.
En paralelo, la Operación Tormenta hacía su magia en la Palapa Bonbon donde los DJs fueron encargados de darle una vibra más relajada, pero igualmente animada. Entre groovy records y el ambiente tropical, la fiesta seguía con su flujo en ascendente.
Ya entrada la noche en una vaporosa intensidad, la energía se mantuvo alta, que decimos alta ¡Altísima! cuando tocó el turno de que El Malilla subiera al escenario para dar su toque de reggaetón mexicano, siendo uno de los exponentes contemporáneos más importantes en la escena nacional del urbano. Con su look irreverente, camiseta manga larga de encaje negro y pantalones con flow facherito, el originario del Estado de México desató un perreo masivo, dividiendo al público entre “bellacos” y “chacalones”. Nadie pudo quedarse quieto ante temas como “B de bellako”, “Mami Tú”, “Vaquero”, y “Desnúdate”, con los que la pista de baile se convirtió en una competencia de movimientos picantes, donde el goce estuvo hasta arriba y —claramente—, el perro hasta abajo.
El cierre en el stage principal del segundo día del Trópico 2024 no podía ser otro que con Channel Tres, quien con su mezcla de house y hip hop experimental puso a todos a bailar hasta el amanecer. Su presencia en el escenario fue imponente, de facto nos robó la atención y con canciones como “skate depot”, “Sexy Black Timberlake” y “Topdown”, el público llegó al frenesí total con el originario de Compton, California.
Luego de la inyección arterial de hip house, la fiesta fue paulatinamente avanzando hacía un impresionante amanecer en el mágico puerto de la costa guerrerense. La transición de la zona crepuscular estuvo amenizado por Eric Duncan y Antal en el Stage Playa, dejando a todos con un buen sabor de boca y una certeza: el Trópico 2025 será aún más grande, gracias a Acapulco y su gente por levantarse nuevamente, con música, amor y resiliencia.
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