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A 10 años del 'Boys & Girls' de Alabama Shakes

A 10 años del 'Boys & Girls' de Alabama Shakes

 La reivindicación sureña.

Pensemos en la industria norteamericana de la música en 2012: Lady Gaga y Kanye West eran las máximas figuras del mainstream mientras algunos discos daban indicios de que se venía el revival del funk, el soul y jazz. El rock estaba por entrar a la que quizás fue su última etapa con un alcance mediático masivo. 

Existía un debate álgido que surgió desde las raíces de la música estadounidense y que se alimentaba de dos facciones: por un lado, la visión tradicional del sonido Nashville, abanderada por proyectos como The Black Keys, Jack White y Black Rebel Motorcycle Club; en el lado contrario, una visión pop, mucho más digerible de géneros como el country y el folk en las voces de Lady Antebellum, Blake Shelton y la misma Taylor Swift

Entre el blanco y el negro, apareció el matiz, el punto medio… Alabama Shakes y su álbum debut. Boys & Girls gozaba de lo mejor de ambos mundos: la voz reconocible de Brittany Howard, cuyo rango y tesitura le permiten ir de las notas suaves, muy de las baladas de Linda Martell, a los graves desgarradores de la estirpe de Etta James.

Y a nivel de instrumental, el disco tenía una identidad muy pulcra y elegante que lo volvía asequible para los oídos de ambos lados del debate mencionado. Ahora bien, los arreglos de Heath Fogg en la guitarra, Zac Cockrell en el bajo y Steve Johnson en la batería robustecían notablemente el sonido de la banda en esta carta inicial. 

Las canciones de Boys & Girls son directas, sin especulaciones; y en general se sitúan en el espectro emocional de la nostalgia, no tanto por posicionarse desde estos géneros con más de 80 años de historia, sino por la manera en que la ecuación general del álbum expresa añoranza, el vacío de echar de menos a alguien que se acaba de marchar… 

El piano que abre "Heartbreaker" podría ser la descripción melódica de un par de lágrimas que caen a lo lejos; o la manera en que el tercer verso de "Be Mine" se mezcla con ese requinto progresivo y un órgano ascendente para remitirnos a un clamor desesperado de un amante que no entiende por qué no puede estar con la persona que quiere.

Quizá Boys & Girls no tuvo el impacto mediático de otros discos de la época que se insertaron en el ideario de la cultura pop; lo que sí, es que sin el debut de Alabama Shakes, sería imposible entender la renovación de los sonidos fundamentales de la música anglosajona.