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Tool — Fear Inoculum

10

Tool
Fear Inoculum

RCA / 2019

Artista(s)

Tool

28/Ago/2019

Fear Inoculum: La simbiosis perfecta de una espera coartada.

“Trying to Lull Us In, Before the Havoc Begins, 

Into a Dubious State of Serenity, 

Acting All Surprised When You're Caught in the Lie”,

"7empest" (Fear Inoculum, 2019).

Año 2006, Shakira mentía a una generación entera contoneando sus caderas al compás del sample de “Amores como el nuestro” de Jerry Rivera, Taylor Swift hacía su debut discográfico, Gustavo Cerati retozaba en vida y creatividad. Arctic Monkeys se develaba como la nueva promesa del rock y The Knife nos hacía bailar en el averno. 

Es aquí donde entra el análisis personal: ¿qué estabas haciendo tú?, tal vez en la escuela, en la búsqueda de un primer trabajo o apenas trazando un mapa musical a modo de AutoCAD, dibujando líneas en mapas de flujo e influencia entre esos discos que ibas descubriendo, algunos viajes al pasado gracias a la piratería y las descargas de MP3, e hilando el futuro sonoro con esperanza y júbilo. 

Una espera terminó hace unas semanas para los acérrimos seguidores de Tool y una nueva alegría culminará con la salida de Fear Inoculum en su totalidad. Escuchar el track que da título al álbum fue un respiro después del coma absoluto, la introducción a un nuevo cosmos: You Belong to Me, You Don't Wanna Breathe the Light of the Others”, un poderoso statement para todos aquellos ávidos y ansiosos fans de nueva música del cuarteto que, literalmente, se caga de risa en ellos, en las disqueras y sus contratos forzosos y en todo esquema de adaptación y supervivencia en el mercado. Pero curiosamente, poco después de que escuchamos su nueva música, pudimos apreciar en streaming su obra completa. Adaptarse o morir. 

“Pneuma” ciertamente es el verdadero comienzo por el redescubrimiento y el análisis, Adam Jones extendiendo la alfombra roja, Justin Chancellor dando sentido a nuestros pasos en el bajo, Danny Carey imponiendo el ritmo de nuestra respiración descontrolada, y Maynard, siempre Maynard, rezando el mantra difuso de bienvenida a una nueva travesía por el inframundo. El despertar de un espíritu renovado, la madurez y transformación, la evolución y la furia siempre constante. 

De 7 en 7, la lógica y precisión entre guitarra y bajo, el ánimo progresivo y agresivo, la telaraña que se va hilando en nuestra mente, presurizando tiempos y contras y frases, los paisajes de percusiones que asemejan rituales, largos trazos para dar profundidad a un complejo mural sonoro. Y así, como un suspiro, como se fueron 13 años, 11 minutos nos azotan, y cada acorde vuelve a transportarnos a los inicios, a las influencias, al desmenuzar y hacer teorías, a alentar a que nuestra mente estalle ante tal acelerante sonoro. “Invincible”, complejos arpegios para callar rumores, percusiones difusas para hilar nuevas teorías, sonidos inconfundibles, los riffs de contemplación, tan simples y a la vez tan inspiradores que serán emulados por los fans en cover videos, mejor sonorizados gracias a aplicaciones y emuladores que los propios amplificadores. 

“Descending”, otra larga letanía al redescubrimiento, más tenue pero igual que evocadora, una marea de evoluciones instrumentales que nos recuerdan al mar de confusión en el que de vez en cuando nos perdemos, y luego tocamos tierra con “Culling Voices” y su modo de canto alegórico: “Judge, Condemn, and Banish Any and Everyone Without Evidence, Only the Whispers from Within”, la voz templaria y casi telepática, las cuerdas que enmascaran la voz anti celestial.  

El hilo rojo que nos conecta a una banda que sabemos que nunca va a decepcionarnos a pesar de cierta indiferencia, que importa si Maynard se cubre tras las sombras o decide grabar en el sótano de sus viñedos sin interactuar directamente con sus cómplices de locuras, que remedio si es que tenemos que volver a esperar tanto tiempo para escuchar nuevas canciones, seremos completamente diferentes en mente pero nuestro corazón seguirá supurando emoción, escalofríos por progresiones, felicidad por ilustraciones, introspección, calma que lleva a la furia, la eterna espiral de la vida tragándonos lenta y amargamente. “Chocolate Chip Trip” a modo de “On the Run” del lado oscuro de la luna, la mística de los solos de algún instrumento que cada vez son menos frecuentes en las actuaciones en directo. Danny Carey y su lógica abstracta en la percusión, el gong que nunca está de adorno, los redobles que coartan la tranquilidad, el andar batiente entre tambores y platillos, la ilustración de “Moby Dick” de Led Zeppelin en los ojos de Alex Grey

“7empest”, la calma previa a la tempestad, quizá el tema que nos recuerda a los primeros tiempos del cuarteto, pero que también dicta la atemporalidad de su obra. Shame on you, shame on you, tanto tuvimos que esperar y al final el resultado es impecable. 13 años después, somos un mandala que emana colores diferentes, nuestro tercer ojo sigue observando y absorbiendo, nuestra sobriedad nos permite apreciar cosas que tardaremos mucho tiempo en descifrar, largas canciones en la agonizante era radial y el creciente dominio del streaming musicalizarán nuestro andar por la vida, ya sea terminando un reporte, repasando la lista del supermercado, o simplemente como complemento a las variables dosis de aquel estupefaciente que nos libra a ratos de la realidad mortífera.

Con cada tema, cual inoculación, Tool nos infecta con una espora que se expande por nuestras neuronas, cada efecto y solo de guitarra en simbiosis, frases que nos costará trabajo comprender y que se adecuarán a nuestra propio sentir, ritmos perfectos y delicada atención en los detalles, un tumor benigno que acaparará por un buen tiempo nuestro análisis. Cierra los ojos y deja que este temor patógeno lentamente te envenene.   

Año 2019, Shakira nos sigue mintiendo, Taylor Swift cree que el mundo gira a su alrededor, Gustavo Cerati ya no está con nosotros, Arctic Monkeys mutó de una forma extraña y The Knife ya no existe, Tool está de regreso en los charts y ahora gracias al streaming y a una generación entera que se cuestionaba en Reddit cómo podía traspasar los archivos MP3 de Fear Inoculum a sus iphones o ipads, seguirá corrompiendo mentes con su intrincada telaraña instrumental. 

¿Y tú qué estás haciendo?