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Entrevista con The Sea and Cake

Entrevista con The Sea and Cake

The Sea and Cake: El arte en todas partes.

Si escuchas por primera vez a The Sea and Cake y obtienes la misma experiencia sensorial catártica de alguien que ha seguido su carrera musical con fervor por muchos años, todo es a propósito. Formado en 1994 e integrado desde sus inicios por miembros de bandas de culto tan elocuentes como Shrimp Boat, The Coctails y Tortoise, el grupo es adepto a jugar con los géneros, arreglos e instrumentos para agarrar elementos del jazz y la electrónica y fusionar todo con un indie rock más sencillo y sin adulterar. El resultado suena tanto al grupo que más te gusta como a algo extraño que sientes que acabas de descubrir y mueres por compartirle a todos.

Sin duda será uno de los puntos más eclécticos y atractivos de la edición de este año del festival NRMAL. Con motivo de esta visita a México y de su extensa trayectoria musical, tuvimos una charla con Sam Prekop, guitarrista y vocalista del conjunto

“Es difícil poner un punto específico para decir cuánto hemos cambiado. Lo que puedo decir es que todo el proceso musical se sigue sintiendo emocionalmente potente. La composición e instrumentación siguen siendo experimentales, pero ya todo tiene más forma. Se nos hace muy interesante seguir tocando nuestras canciones más viejas y ver qué forma toman. Y también la reacción a los nuevos temas siempre es sorprendente; eso nos funciona para darles una vida nueva cada vez que las tocamos. Pero al final no evalúo si hay cambios de una etapa a otra, ya que todo fluye y se complementa,” nos comentó Prekop.

Prekop, Archie Prewitt (segunda guitarra y piano) y John McEntire (batería) se juntaron con la inquietud de crear extensiones de sus bandas de origen y sus influencias, destacando sobre todo el trabajo surreal y fluido de Gastr del Sol - banda en la que también estuvo McEntire - y las innovaciones alucinantes en el estudio de Jim O'Rourke. A la par, también buscaban sonidos dulces y armoniosos que armaran un orden en medio de ese caos. Pero ante todo, la norma desde el comienzo fue dejarse llevar y no crear música desde un punto de inspiración muy formal.

“Apoyo mucho la corriente de conciencia como forma de composición. No soy una persona que, al componer, diga ‘esta canción o esta nota ilustra tal emoción.’ Nuestro trabajo siempre tiene que tener un dejo de misterio. Solamente me dejo llevar por mis instintos y lo que dicte la música,” declaró Prekop.

Su mezcla sonora entre lo agradable y lo sobrio empezó a florecer desde su primer álbum, su disco homónimo de 1994, y tomó una forma más electrónica en The Fawn de 1997. Eventualmente encontraron un hilo conductor más melódico y optimista, que se puede apreciar en Oui (2000), One Bedroom (2003) y Car Alarm (2008), hasta lograr una culminación de lo aprendido y lo que aún falta explorar en Any Day (2018). Cada tema sorprende, abruma y seduce, muchas veces en escuchas repetidas. Y si escucharlos de manera casera puede resultar anonadante, en vivo son otra historia. Miles de fans no pueden estar equivocados al decir que ningún concierto de la banda originaria de Chicago, Illinois es el mismo. 

“El material definitivamente evoluciona en vivo. Estábamos ensayando para el concierto en NRMAL hace unos días, y nos percatamos que algunas canciones de discos anteriores han tomado una estructura más muscular y llena de elementos externos que han ido acumulándose a lo largo de nuestra discografía, entonces ya hay una unidad inconsciente entre todo nuestro repertorio. Por si fuera poco, no hemos tocado juntos como grupo en vivo desde hace 5 o 6 meses, y ha sido muy satisfactorio jugar y aventarnos sin replicar nada. Estar descansados y frescos definitivamente ayuda, así como estar en el momento y dejarnos llevar,” comentó emocionado Prekop.

El cantante y compositor también mantiene un espíritu renacentista que lo mantiene inquieto para no solamente expresarse a través de The Sea and Cake. También ha plasmado sus emociones en discos solistas, donde explora ritmos más tropicales y sonidos aún más atípicos, así como en la pintura y la fotografía, en la cual se ha vuelto más prolífico.

“Estoy involucrado en una manera muy práctica en todos los aspectos gráficos de la banda. Yo ayudo a diseñar las portadas de los discos y las fotografías. Creo que son partes de la misma expresión y se nutren en mi caso; quizás mi música sería muy diferente si no tomara fotos y viceversa. Esta obsesión por la fotografía empezó en las giras. Ya que no podía pintar ahí mismo, me decidí por capturar todo tomando fotos, de esa manera ya tenía yo alguna otra muestra de arte con qué ligar una canción,” afirmó Prekop.

Cabe mencionar que no es la primera vez que el grupo visita nuestro país. En 2011, dio un recital mucho más íntimo y aclamado en un conocido bar/cabaret en Polanco, donde consintió a un sector reducido, pero devoto a sus creaciones. Esta vez se podría afirmar que el reto es mayor, al formar parte de un festival que ha obtenido más renombre al paso de los años, pero Prekop parece estar tranquilo y entusiasmado por lo que conlleva.

Nos emociona mucho la percepción del público mexicano. Estamos quizás malacostumbrados a tocar para la gente que se sabe cada acorde y cada palabra de las canciones, y ahora nos va a tocar ser parte de un festival con una exigencia mayor. Es un público definitivamente más abierto, pero estamos conscientes de que somos nuevos para la mayoría, y nos encanta el reto de tocar para gente que no nos conoce.

Tocaremos canciones de cada disco, y lo más probable es que el repertorio sea la mitad de la discografía anterior y la otra mitad de Any Day. Esperamos tocar durante más de una hora [risas], y estamos muy honrados de estar junto a gente como Juana Molina, con quien ya hemos ido de gira y con Flying Lotus, de quienes somos grandes fans,” concluyó Prekop.

The Sea and Cake se presentará como parte del cartel del festival NRMAL este sábado 7 de marzo en la Ciudad de México.