Durante años, el Pasagüero fue lugar icónico y referente en la vida nocturna del Centro Histórico. Bandas de los géneros más variados han pisado su escenario, de los Angeles Azules a DAT Politics, pasando por Assemblage 23 hasta llegar a los Junior Boys.

Meses atrás el foro cerró sus puertas para una remodelación, rumores indicaban que desaparecería mientras algunas personas nos decían que regresaría más fuerte.

Al llegar al cruce de Madero y Motolinia se distinguía una enorme fila para entrar al lugar, hecho que auguraba una noche memorable. Una vez dentro del renovado Pasagüero, el sentimiento de familiaridad seguía ahí. A decir verdad, el recinto cambió poco en relación al que ya conocíamos.

La noche dio inicio oficialmente con Dokta Dude, quién se plantó frente a una audiencia claramente emocionada a quienes no logró cautivar y tuvo que abandonar el escenario con más pena que gloria.

La selección musical y el ambiente a media luz no fueron lo más acertado, se percibía a los asistentes apagados y sin ganas de bailar hasta que Silverio tomó posición. La gente corrió al frente y se volvió loca.

Era imposible atravesar el lugar, era imposible no bailar o escapar del slam. Para "Yepa yepa yepa" no cabía ni un alfiler. Silverio comenzó a despojarse de sus prendas mientras profería mentadas y groserías que más que ofender, animaban más al eufórico público.

Baile, sudor y torpes golpes fueron los anfitriones de Miss Romina, quién subió al escenario para acompañar a un semidesnudo Silverio. Incluso Charly Monttana formó parte de esta noche donde el Pasagüero volvió a la vida.

Cerca de las 2AM los asistentes comenzaron a salir del lugar tras haber bailado desenfrenadamente. Su Majestad Silverio abandonó las tornas en ropa interior dejando la pista libre para Pablito Mix.

Muchos de nosotros hemos visto el nombre de Pablito Mix adornando posters pegados en paredes y postes de luz, sabemos que se trata de un reconocido DJ en la escena del reggaeton del Estado de México. Y aunque el morbo le pudo haber conferido una nutrida audiencia, la hora y el agotamiento de una noche de viernes solo le permitieron a unas cuantas personas que bailaban extasiadas con cerveza en mano.

Tras calentar los ánimos con un par de canciones, por fin los restantes asistentes se dejaron llevar por la música. Al igual que 3Ball MTY, Pablito Mix mezcla completamente en vivo. Independientemente del gusto de se pueda tener por estos géneros musicales, es de reconocer el hecho de que en lugar de utilizar una computadora como lo hacen cientos de DJs alrededor del mundo, estos chicos se arriesgan a hacerlo todo en vivo y de manera manual.

A final de cuentas, el renacimiento del Pasagüero fue todo un éxito. Regresó para abrazar a todas aquellas almas ávidas de una noche de diversión en el centro de la Ciudad de México. 

El jueves 11 de abril, la Sala Telefónica del Centro Cultural Roberto Cantoral fue sede una vez más de la programación del festival  Alterna Jazz.

Comenzando en punto de las 9 de la noche, la tercera llamada invitó a The Swing Machine a calentar un gran escenario.

Con Hernan Hetch a la cabeza, este cuarteto interpretó 5 composiciones de su autoría, complementando su ejecución instrumental con proyecciones visuales. La máquina de swing nos regaló una variada paleta musical, compuesta principalmente de  funk, hip hop, drum & bass y jazz.

Tras aproximadamente media hora,  The Swing Machine se despidió con “Cosmos”. Si disfrutan el trabajo de artistas como Angelo Badalamenti, NIN o Björk, sin duda se volverán seguidores de eta agrupación.

Despues de un breve intermedio y cambio de instrumentos, llegó el turno de Feral Trio, integrado por el australiano Barney McAll (Rhodes, sintetizadores, piano y clavinet) y los estadounidenses Jonathan Maron ( bajo eléctrico y Moog) y  Bill Campbell ( batería). Cada uno con un vestuario muy particular que reflejaba perfectamente la personalidad de cada músico.

El pianista muy en la onda de un jóven Elthon John, vestía con humor un traje blanco y lentes estrafalarios; una bata turca fue el uniforme del ejecutante de las frecuencias graves; por último un hábito de monje y un casco de piloto aviador con todo y gafas fueron la bandera del baterista Campbell.

Como bienvenida para el público mexicano se dejó escuchar la  grabación de un organillo, revelando de qué lugar partiríamos hacia este viaje musical, sitio infinitamente lejano cuando intervino el señor Maron con una línea oriental de bajo que enseguida cautivó a los escuchas. A este ostinato hipnótico se unió enseguida Bill, imitando con sus escobillas las voces de las percusiones de oriente. Y posteriormente las frases iniciales de un vintage rose y de un piano acústico .

Prácticamente sin pausas, su actuación no sonó cual medley ; se trató de un concierto con una línea continúa, que osciló entre distintos estados de ánimo. Dinámicos, alegres , intensos, contemplativos y en momentos repetitivos y apacibles a la manera de Satie en sus gymnopedias .

Algo gracioso fue el presentador de este trío, un muñeco de ventrílocuo maquillado como payaso que Mc All levantaba de su silla hacia el micrófono mas cercano para presentar a los músicos y agradecer a nombre de Feral Trio.

Es difícil enumerar todas las influencias de estos exponentes que además han sido participes de otros proyectos como Maceo Parker, Groove Collective, Kurt Rosenwinkel, Norah Jones, Tupac Chakur, Meshhell Ndegocello, etc.

Para enriquecer la parte sonora proyectaron imágenes variadas, desde un grupo de bebés en pañales bailando can-can, hasta galaxias en el espacio y finalmente, un banco de cangrejos en la playa.

Nuevamente el presentador de madera tomó la palabra y agradeció al publico. Mientras la música continuaba, nuestro anfitrión improvisó el título de la melodía de despedida con el  nombre “muchas gracias” para terminar con la función.