Música perfecta para jueves en la noche, el chillwave de Pompeya en la intimidad del Salón Imperial era lo ideal para cerrar los ojos y pensar en el fin de semana... o en ese cool party en la playa que algún día piensas hacer.

El grupo de Moscú se encuentra en nuestro país abriendo camino en soporte de su primer LP, Tropical (2011), una combinación de new wave con disco y funk que hace pensar en Washed Out Vs. Franz Ferdinand.

En el escenario, el cantante y guitarrista Daniil Brod parecía sorprendido de que mexicanos estuvieran coreando sus canciones con sincera emoción tan lejos de casa, como sucedió en "Y.A.H.T.B.M.F" y "Power", con algunos irreverentes del público pidiendo ésta última rola desde el principio de la tocada, los mismos que le recordaban al grupo de vez en cuando donde estaban con un chusco: "esto es México, Pompeya!".

Los chicos rusos estaban sudando la gota gorda, literalmente, bajo los reflectores rojos del Imperial, pero esto no los impedía de seguir prendiendo a los asistentes. El bajista Denis Agafonov y el tecladista Sasha Lipifsky se meneaban al ritmo de sus instrumentos mientras que el frontman alentaba al público a cantar.

Las rolas inspiradas en Chic y Duran Duran (palabras del grupo) se prestaban a unos riffs bastantes funky de Agafonov, así como a Brod convertido en Nile Rodgers en la guitarra rítmica por excelencia: la Fender Strat.

A pesar de que era obvio que grupo, público y todos se la estaban pasando bomba, Brod tiene algunos ticks interesantes que pareciera como si se encontrara incómodo ante su situación, como minuciosamente quitando la pelusa de las cuerdas de su guitarra en plena canción o tallándose el ojo mientras habla con el público; pero estos son los músicos que, a la larga, resultan ser los personajes más interesantes... aparte, ¿quién quiere ver a otro frontman con rutinas ensayadas? This is not Spinal Tap.

El público, en su mayoría jóvenes buscando un buen pretexto para bailar, se movió desde el primer número con los pegajosos grooves de canciones como “Sister”, “Slaver” y “Tropical”. Puede ser irónico que un grupo de tan gélidas partes del mundo toque esos ritmos tan cálidos, “sunny music” dice la prensa rusa, incluso creo que escuché el riff de Miami Vice por ahí… pero si pinche Duran Duran le cantaba a Río ¿por qué no?

Pompeya prepara nuevo material para el 2014, esperemos que puedan encontrar, en México y en otras latitudes, más público como este del Imperial, abiertos a su propuesta.

Por fin, las actividades musicales del Bestia Festival dieron inicio la noche de ayer en el Museo del Chopo. Conocido como Bestia Sesiones, este pequeño pero ensordecedor evento incluyó a dos talentos nacionales que dejaron a más de uno con zumbido de oídos: Monogatari y Annapura.

Antecedidos por unas palabras por parte de la organización, las actividades iniciaron puntuales a las 20:30 horas con el trío de hardcore Annapura, quienes cuentan en su curricula el haber compartido escenario con Accidente, Retox y Loma Prieta.

Con un sonido crudo, rápido y pesado, cercano más al thrascore que a otra cosa, la ejecución de esta banda originaria del Distrito Federal dejó en claro que hay un gran talento y oferta dentro de este género que ve la manera de darse a conocer a través de incitativas de este tipo. Mención especial para el reservado y sentadito quórum, que desde sus asientos gritó y aplaudió como si de un recital de opera se tratara.

Tras una directa y cruda media hora, el escenario se dejó listo no para Monogatari, sino para una divertida dinámica digna de una edición de "En Familia con Chabelo" en la que un pase doble para el próximo recital de Moonchild en el Museo Diego Rivera fue escondido debajo del asiento de algún afortunado. Aplausos, gritos y risas antecedieron a una de las más intensas presentaciones que el legendario Museo del Chopo haya tenido en años.

Noise punk que les valió un espacio en el Festival Aural para compartir escenario con Boris y Liturgy, las máscaras y medias en la cabeza de los capitalinos Monogatari fueron perfecta combinación para dejar atónitos a los presentes.

Con una corta duración, Bestia Sesiones dejó más que preparados los oídos de muchos para el gran concierto que promete este viernes en el Museo Diego Rivera.