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A 55 años del ‘Pet Sounds’ de The Beach Boys

A 55 años del ‘Pet Sounds’ de The Beach Boys

Pop orquestal, armonías vocales y locura protagonizan uno de los álbumes que cambiaron al mundo.

La música siempre es un reflejo de la época en que fue compuesta. Desde el blues que fue un retrato del trato inhumano recibido por los afroamericanos en Estados Unidos hasta el punk y su conexión con los períodos de hambruna y crisis económica. De igual forma, un conjunto como The Beach Boys solo se entiende en uno de los momentos históricos de mayor plenitud y bonanza. Cuando no existían prisas ni la posibilidad de capturar todo en la pantalla de un teléfono, un conjunto de jóvenes tomó por sorpresa al mundo.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial hubo incertidumbre en el planeta para también fue el nacimiento de los baby boomers. En específico en California se gestó un período de paz en donde todo era diversión y asistir los fines de semana a la playa. Existían trabajos bien remunerados y se instauró el modelo de la familia americana tradicional. 

Fue en ese contexto que un adolescente Brian Wilson le propuso a sus hermanos Dennis y Carl formar una banda musical. Para ese entonces el rock & roll era una novedad así que resultó natural elegir el camino iniciado pocos años antes por Chuck Berry y Elvis Presley.

De inmediato el combo llamó la atención por su estilo amigable al oído. Mientras que uno de sus rasgos distintivos fue incorporar los coros como parte central de sus canciones. En parte fue una herencia del gospel y los coros religiosos.

El ritmo de trabajo de The Beach Boys implicaba publicar hasta tres discos por año hasta que Brian, en un momento de genialidad o locura, decidió llevar su música un paso más adelante. Ya gozaba de éxito y sus piezas se escuchaban en todas las estaciones de radio del país pero sabía que era momento de crear un álbum en toda la extensión del término y no solo canciones sueltas.

La idea llegó de forma involuntaria al escuchar el Rubber Soul de The Beatles y prometerse a sí mismo que haría un trabajo que superaría al del cuarteto de Liverpool. Por su parte, sintió que era momento de cantar sobre cosas más profundas que ir a surfear y salir a pasear en dragsters. Mientras que también quedó fascinado con la idea de que el estudio de grabación era un instrumento más.

Para la concepción de lo que se pensó que sería el trabajo más ambicioso en la historia de la música fueron necesarios nueve meses de concepción. Fue concebido casi en su totalidad por Brian y el creador de jingles para la televisión Tony Asher. Nadie sabía lo que se podía esperar hasta que el resultado final llegó a las tiendas el 16 de mayo de 1966. Una portada con los integrantes del grupo alimentando a unas cabras no fue particularmente una buena idea pero todo cambió en cuanto el mundo escuchó lo que había dentro.

Desde el primer instante Pet Sounds quedó marcado como uno de los trabajos más arriesgados en la historia de la música. Su variedad de sonidos es tan amplia como una orquesta pero además maneja temas tan profundos como la filosofía. Al escucharlo se abre la mente y comienza un viaje introspectivo del que puedes jamás regresar.

Aunque se mantienen los coros amigables y los juegos de voces lo primero que llama la atención es la amplia variedad de instrumentos utilizados. Más allá de las guitarras, el bajo y la batería también hay acordeones, saxofones, chelos, clarinetes, clavicordios, timbales, mandolinas ukeleles y pianos. Inclusive se añadieron sonidos callejeros cotidianos como silbatos y ladridos de perros. Antes solo Les Baxter, Martin Denny y Juan García Esquivel habían llegado a ese nivel.

La primera de las 13 piezas que aparecen es “Wouldn't It Be Nice", un canto a la vida lleno de alegría y optimismo. Las armonías vocales son el complemento ideal con el que se consigue un bálsamo para el alma. La bienvenida dura poco más de dos minutos y es apenas un adelanto de todo lo que viene. El ambiente nunca decae y uno de los puntos más altos llega con “God Only Knows” que pese al título no se inclina hacia la religión sino que habla sobre la espiritualidad y la forma en que se deben superar todas las despedidas.

Por su parte, la experimentación con distintos instrumentos llega a su clímax en "I Just Wasn't Made For These Times" en donde se escucha un electro-theremin, después bautizado como tannerin en honor a su inventor, Paul Tanner. Se trata de una versión casera y americana que quiso competir con el soviético theremin. El experimento se repetiría meses después con la grabación del sencillo “Good Vibrations” que no aparece en este álbum.

Aunque muchos dudaban sobre el recibimiento que tendría el LP por mostrar una combinación nunca antes escuchada de sonidos, de inmediato se posicionó dentro de los primeros lugares de popularidad. Pero no solo cambió al público en general sino que también inspiró a Paul McCartney y John Lennon para crear algo todavía mejor con The Beatles. El resultado de esta amigable disputa se publicaría al año siguiente y se trata del Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band. Como parte de las vuelta de la vida, el trabajo más ambicioso de 1966 generó el trabajo más ambicioso de 1967.

A más de medio siglo de distancia la obra cumbre de The Beach Boys se mantiene sólida y vigente. No ha perdido ni un gramo de vitalidad porque su legado se mantiene en los músicos de todas las generaciones que se acercan y la escuchan por primera vez. Desde entonces se ha entendido la importancia que tiene el estudio de grabación en cualquier obra musical.