¡Larga vida al Rey Lagarto!
Tras una devastadora ráfaga de fechas anunciadas por los australianos en tierras nacionales (incluyendo el set monstruo de tres horas al interior de Frontón México), la noticia de un concierto gratuito vía House Of Vans tomaría a más de un gizzhead por sorpresa. Guiados por el ya conocido ritual de registro, refresh y milagro de boleto para el templo negro de Mixcoac; la travesía psicodélica daba inicio.
Los murales del recinto daban la bienvenida a propios y extraños, augurando la atmósfera de surrealismo en blast sonoro que teníamos por delante. El peso de la apertura recaería sobre los afilados hombros de Americo y compañía, abriendo con en grito eufórico para encender a los asistentes acompañados del strum a seis cuerdas.
La agrupación capitalina nos regalaría una primera mitad de set conducida por sonidos de hard rock y bélica hispanoparlante. Destrozando bombo y caja junto al triplete de guitarras, bajo y efectos varios, convirtiéndose súbitamente en un kraut de sonidos mucho más templados.
Si bien The Americojones Experience se caracteriza en record por un sonido salvaje, la feralidad se haría presente en un sentido más plural que distorsionado. Subiendo de nueva cuenta por las laderas del rocknroll prendido fuego sin esconder las intenciones de blues, rockabilly y brillo propio con "Viva La Muerte". Dando cierre a su participación en una vorágine de sónica convulsiva; el mago lagarto abriendo los ojos.
Tras un breve interludio, el proyecto comandado por Stu Mackenzie asaltaría las paredes de la casa Vans, envolviendo a las más de 1200 almas en remolinos intermitentes de explosiones psych vía "Head On/Pill". El track abridor, expandido a lo alto y ancho del espectro sonoro, expondría la estructura de contrastes energéticos del show a una menor escala, acentuando los momentos más intensos del setlist con la presencia de pasajes tan livianos como liberadores.
El concierto avanzaría entre el impulso característico de King Gizzard & the Lizard Wizard y la suerte de instrumentación no convencional traídas por los integrantes, introduciendo sonidos de saxofón y flauta al correr de "Mystery Jack" y "Garden Goblin". El aire volvería a nuestros pulmones con la suavidad percutiva de "Straws In The Wind" para ser arrancado, una vez más, con la frutalidad microtonal de "Anoxia".
Los últimos trabajos en estudio del sexteto les han dotado de una mayor paleta melódica, formando combos de sonoridades como "O.N.E." del L.W. ( 2021) seguida de "Automation" del K.G. (2021), creando el sustrato de lisergia necesaria para experimentar el impacto de "Rattlesnake" tal y como el sacro fuzz manda.
Habiendo recogido nuestros cráneos y gargantas de entre el slam interminable al centro de House Of Vans, la agrupación de Melbourne se despedirá de palmas en alto vía "Self-Immolate", "Organ Farmer" y "Am I In Heaven?". Concluyendo uno de los conciertos más memorables, estridentes y energéticos que muchos de nosotros hayamos tenido el psicodélico placer de disfrutar.
