Beaujean Project

Dueñas de un sonido armónico, suave, simple, Ingrid y Jennifer Beaujean son las voces que le dan vida a las historias contadas por Beaujean Project, una banda de jazz que, a pesar de la corta edad de sus integrantes, ha sido parte importante de muchos otros proyectos y festivales.

Las composiciones son autoría de las hermanas Beaujean, que si bien podríamos asignar un género que fusiona el jazz con el pop, dicho proyecto nace de la necesidad de crear música que no pertenezca a ningún género.

Su apuesta es simple: exhibir música de calidad en un mundo lleno de productos desechables, donde la palabra “auténtico” ha perdido valor, sin embargo, todavía existen proyectos como el que ellas encabezan donde se demuestra una vez más que lo simple es más; mostrando al mundo el trabajo de 2 mujeres que alzan la mano para ser, en un futuro cercano, íconos del jazz nacional y de la escena independiente reconociendo que no hay como hacer lo que se les pegue la gana, sin la necesidad de acoplarse a estereotipos por todos conocidos.

Así, en la antesala de la segunda edición del Primavera Jazz Fest, a celebrar en la  Fundación Sebastián, Ingrid y Jennifer platicaron, en medio de risas y recuerdos, en exclusiva para Indie Rocks!

¿Virtuosismo o dedicación?

Hay videos de nuestros inicios, donde no teníamos ni año y medio, ni idea de cómo hablar, pero ya estábamos cantando lo que veíamos en la tele. Para mi mamá era muy natural escucharnos cantando todo el día y luego de unos años (7-8), nos metimos a un concurso de canto para televisión y ganamos; fue cuando mi mamá y papá se dieron cuenta que había algo, y se pusieron a buscar escuelas y dieron con el Coro Infantil y Juvenil de México, fuimos aceptadas y a los 15 años nos inscribieron en la Nacional de Música a composición. A los 17 nos pegó el amor al jazz, gracias a un disco de Sarah Vaughan, inspiradas, cantamos un standard de jazz para ser admitidas en la Escuela Superior de Música y nos aceptaron.Poco tiempo después, nos invitaron a ser parte de la Big Band Jazz de México durante 6 años".

¿El proceso creativo?

Colabora con nosotras el pianista Nicolas Santella, llegamos con música, con los arreglos como los queremos, y él nos ayuda con detalles, es como el director musical de la banda. En algunos temas sí está todo muy específico, sin dudas, pero de repente en algunos nos atoramos, por ejemplo con el contrabajo, y en los ensayos lo resolvemos con los integrantes de la banda.

Si hacemos una canción, no la dejamos, pensamos qué hacer, hacia donde la queremos llevar, cuántas secciones queremos que tenga. Siempre traes nuevas ideas, nuevas cosas en la cabeza y que de esto salga una canción es cuestión de trabajarlo. Tienes que pensar con qué instrumentos cuenta la banda, ejemplo: quiero que la batería haga este tiempo, que el contrabajo haga esta línea melódica, que el piano armonice y que las voces hagan contrapuntos... y sólo con el contrabajo tienes la canción, el arreglo y lo que tú quieres que suene.

¿Vivir de la música o vivir para la música?

Si te enfocas por completo en lo tuyo y no le haces caso a lo que comercialmente funcionaría ,pues es difícil, pero si lo haces integral, si haces bien la música, entonces tienes también que preocuparte por el cómo vender tu proyecto, tomando en cuenta detalles como el público al que está enfocado, porque si no se corre el riesgo de que te vas a foros donde la gente te puede llegar a ver raro y es porque estás en el lugar equivocado. Soy de la idea que hay música para todos y que todo género puede llegar a ser comercial. La música es música y si la haces con amor y respeto todo termina bien.

Su música...¿una mezcla de jazz y pop?

Sí, nosotras estudiamos jazz, pero no te puedes zafar de las influencias con las que creciste, y no puedes evitarlo. Componemos canciones y eso es la parte pop del proyecto y la parte de jazz entra en los arreglos que son un poco más sofisticados, hay otro tipo de compases, hay solos poco complejos.

Y sí, a nosotras no nos gustan las etiquetas, creemos que éstas se empezaron a poner cuando las tiendas de discos los acomodaban de cierta forma y así nacieron las categorías, nosotras decimos que la música es música.

¿Qué falta para que eventos como éste se conviertan en festivales masivos donde asistan decenas de miles de personas?

Lo que falta es una apertura en los medios masivos. En México sí hay monopolio, y eso impide que muchos proyectos con más amor y arte crezcan. Es muy difícil, como banda independiente, llegar a estos masivos. De ahí la importancia de que eventos como el Vive Latino den oportunidad a bandas como Paté de Fua abriendo el escenario principal, una banda de jazz tradicional, combinado con tango o napolitano tradicional.

Nosotras pedimos que pasen la voz de uno en uno, así es como difundimos lo que hacemos y, obviamente, si lo comparamos con los proyectos que se promocionan en la televisión, pues la diferencia es total.

¿Cuéntenos acerca de su producción?

Como Beaujean Project, hicimos todo y sin saber nada, (risas). Empezamos con compañeros de la escuela, Nico, Rodrigo, Israel y Edgar, teníamos la música y decidimos grabar. Tuvimos muchos detalles, errores, que vas aprendiendo en el camino, teníamos la duda de grabar todos juntos o no y decidimos hacer la sección juntas en tomas completas y las voces, igual, en tomas completas, como se hacía antes en el jazz. Quisimos mantener ese estilo; lo único que teníamos claro del disco es que queríamos sonar como si estuviéramos todos juntos dentro de un cuarto de ensayo.

Luego la bronca de la mezcla y le hablamos a Magos Herrera, nos recomendó a unos amigos que viven en Nueva York, el ingeniero Alejandro Venguer, es mexicano, le mandamos la música, y nos prestó su home studio y junto con Óscar Zambrano quien masteriza nació Amartya, que quiere decir "el que no muere", como el arte y la música.

Cassius en el Auditorio BlackBerry

Sonidos que se hacían uno con los visuales, energía emanando por todos lados, magia pura fue lo que se vivió el pasado sábado 31 de marzo en el Auditorio BlackBerry durante la presentación del dúo francés, Cassius.

En un recinto que permitía bailar sin problemas y un warm-up perfectamente ejecutado por el DJ mexicano Bufi, dio pie a que al punto de las 12 de la noche la gente brincara y vibrara con el beat de I love you so, canción con la que iniciaron.

Las chicas sacudían su cabello y algunos mostraban en su teléfono celular la aplicación que los músicos habían realizado para el video de esa misma canción.

Zdar y Boom Bass complacieron por casi 2 horas al público que, enérgico, bailó sin parar éxitos como Toop Toop y The sound of violence. El clímax del concierto llegó cuando sorprendieron mezclando conocidas rolas de Daft Punk y Justice, afirmando porqué siguen vigentes en la escena electrónica.

Para el gusto de todos, cerraron entre gritos y euforia con Cassius 1999 con las intermitentes luces azules que nos dejaron queriendo más y repitiendo: Guess who's in the house!

LUCAS TROTACIELOS EN EL CCE

El jueves, un día con clima bipolar y tráfico de entre semana, se dio cita mucha gente en la terraza del Centro Cultural España; lugar considerado como una gran opción para pasar momentos agradables al escuchar interesantes propuestas musicales mientras se bebe.

Esta vez fue el turno de Lucas Trotacielos, y...¿quién es Lucas Trotacielos? Es una banda mexicana conformada por cuatro integrantes: Laura Llamas, Alonso Dorantes, Jorge Delux y Daniel Badillo, quienes ya llevan dos años en la escena musical y son producidos por Luis Humberto Navejas y mezclado por Julián Navejas. (Sí, de Enjambre)

¿Cómo es el sonido de esta banda? En verdad muy simple pero efectivo: canciones atmosféricas y dulces, de batería poderosa y letras amorosas. Durante esta presentación, la agrupación tocó canciones de su EP homónimo (el cual, por cierto, lo anduvieron vendiendo en una bella caja artesanal junto a unas playeras igualmente diseñadas) y tuvieron colaboraciones con un chelista que la hizo de invitado especial.

VL12 Día 1

Estas fueron algunas imágenes que capturamos para ustedes durante el primer día del VL12 ocurrido el viernes 23 de Marzo.

ENCONTRARNOS Y DESENCONTRARNOS

Hablar del amor no es lo mismo que hablar de las relaciones, el amor es uno solo, y cuándo entramos en el tema de las relaciones, ahí, ya es otra cosa y en el mejor de los casos lograremos analizar nuestras ideologías.
Después de 2 años de estar en un laboratorio de creación escénica, la compañía teatral Luna Avante, el 20 de marzo estrenó temporada de su nueva obra Esto no es Romeo y Julieta, en el Teatro La Capilla (Madrid 13, Coyoacán), donde hablan del amor y la variedad de relaciones humanas.
Basándose en el texto de Shakespeare, Diana Fidelia, Marianella Villa, Micaela Gramajo, Antonio Salinas y Bernardo Gamboa, creadores y actores de esta producción, hicieron el análisis de cada personaje y presentan un juego de amor y contradicción que provoca al espectador para analizar el por y para qué de sus propias acciones.
“Si esto no es Romeo y Julieta, entonces ¿qué es? Es un juego. Estamos aquí y esto no es Verona. Es aquí. Y aquí el enamoramiento y la ficción se parecen. ¿Mienten o dicen la verdad? No tenemos respuestas. Lo único que justifica querer ver tus ojos toda la noche es ver tus ojos toda la noche. Corre tiempo.” Luna Avante
Con situaciones humanas generales, Luna Avante invita a dejar que nuestro huracán interno nos lleve. Mientras entre seres humanos nos encontremos y nos desencontremos, habrá que cruzar las líneas imaginarias moviéndolas con cuidado.

Esto no es Romeo y Julieta: General $120 y $80 con descuento.

Acrobacias de antaño, hoy

Hay documentos y códices que muestran que las prácticas circenses en el México prehispánico fueron amplias y contenían cosas que se usan en el circo actual, pero en la época de la Colonia, los españoles, para ser más exactos La Inquisición, prohibió que éstas se realizaran. ¿Por qué habrían de censurar un acto tan inocente? Pues porque tenían importancia ritual. Dependiendo de cada etnia había distintos significados, pero todas coincidían en adorar a su dioses a través de bailes, acrobacias y demás actos.

A pesar de la prohibición, hubo pueblos que siguieron pasando la tradición circense de generación en generación hasta nuestros días. De ahí surgió la idea de agruparlos para crear el Laboratorio de Acrobacia Indígena. Después de un viaje por distintas comunidades y de haber elegido los actos más convenientes, se recurrió a un circo urbano para que los indígenas aprendieran ciertas técnicas, cómo presentarse en el escenario, el orden de cada presentación, etc. De ahí que sea un laboratorio.

Al final, el resultado se presentó en Cumbre Tajín, con una muestra de tradición que no sólo resulta divertida, sino lúdica. Los actos (acompañados de música de tres bandas) que se pueden apreciar en el circo indígena son:
Maromeros de Santa Teresa Xochiapa
Maromeros Mecos de Ixcatepec
Tejoneros de Coxquihui (marionetas)
Mexican Style de Papantla (breakdance con tambora y son huasteco)
Guaguas de Papantla (giran en una especie de molino pequeño)
Zancudos de Zaachila (bailan danzón con zancos puestos)
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Martes diverso

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Los días han sido intermitentes en la parte musical de Cumbre Tajín. Mucho tiene que ver la curaduría de la música y el headliner que se eligió para cada evento. Lo cierto es que el sábado estuvo a reventar, el domingo flojo, el lunes a reventar de nuevo y ayer flojo otra vez. Eso quiere decir que el cierre será espectacular.

martes

Los Aguas Aguas se encargaron de abrir el martes con su fusión de géneros como ska, reggae y rock. Aunque los músicos traían la pila muy puesta y sus canciones se prestaban para bailar, la poca gente que los estaba escuchando no logró conectar del todo.

Siguieron los Baseballs, que con el cabello perfectamente engominado, copete esto Elvis y playeras de cuadritos pegadas cautivaron a las pocas, pero emocionadas mujeres con sus ya conocidos covers de pop en rock cincuentero.

Por su parte, Pink Martini cautivó con una buena dosis de jazz, bossa, swing y lounge. Aunque la audiencia seguía corta, quienes la conformaban sabían que los músicos que estaban en el escenario no eran cualquiera. Virtuosa China con una voz implacable y virtuosos Tom y compañía, cada quien es su respectivo instrumento (piano, contra, percusiones, violín, trompeta, trombón, sax y batería). Gran acto, imperdible, que logró que unas  100  personas  hicieran una línea al estilo boda. Simplemente genial.

Después Benny, pop puro entre gritos de chicas que igual corearon la mayoría de sus canciones. Fue el que más gente metió, pero no logró el lleno. Antes de que acabara su participación, la gente ya comenzaba a abandonar el recinto, que quedó a un cuarto de su capacidad para recibir a la headliner.

Lo de Janelle Monae comenzó circense, con un animador que le pidió al público que llamara a la cantante. Luego, ella salió con una capucha negra y un gran copete del mismo color. Los metales de la primera canción dieron comienzo a un funk hip hopeado que duró hasta el final. El buen hype estuvo aderezado con dos coristas que no pararon durante todo el show, en el que Janelle pintó un cuadro durante una de las canciones. Monae demostró que no importa si la gente no conoce un proyecto, con un buen show y micha actitud, el público siempre está contigo.

Media Cumbre

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Llegó el lunes y con él se cumplieron tres días de Cumbre Tajín. Justo la mitad del festival y mucha espectativa por ver a Café Tacvba, quienes llevaban un buen rato sin subirse a un escenario. Pero eso tendría que esperar; antes, cuatro bandas se apoderaron del Nicho de a Música.

Primero, nada más ad hoc que Tribu, que, aunque tuvo público escaso, hizo magia con su música prehispánica; flautas y tambores colmaron el aire y sus cuatro bailarinas le dieron un gran plus de color y movimiento al espectáculo. El cierre de Tribu fue lo mejor, pues si uno cerraba los ojos y escuchaba los tambores, bien podría remitirse a la famosa escena de Matrix, cuando los habitantes de Zion arman un rave en las cuevas.

Después de tal algarabía, los Rayobacks pasaron sin gloria, incluso fueron abucheados por un público que los catalogó como viejos ridículos.

Pero para curar el mal de oídos llegó el canadiense Jesse Cook: ¡vaya músico! Según dijo en la conferencia de prensa previa al concierto, dos atletas que compitieron en los Juegos Olímpicos de invierno más recientes ganaron platas porque su música los inspiró. Le creo. La gente que abarrotó la plancha de este escenario también estaba inspirada, y cómo no, si las guitarras, el bajo, el violín y las percusiones, junto con una batería poderosa, se fusionan a la perfección para dar vida.

A eso hay que agregarle que Cook sabe cómo prender a la banda: hablando es español, incorporando un cajón y un invitado especial (Nico Hernández) y pasando de un género a otro (lo mismo flamenco que cumbia). Excelente acto abridor para el siguiente.

El público parecía un poco renuente ante la presencia de Bebe, que salió con una flor en la oreja, un gorro de capitán de barco y una playera blanca bordada. Comenzó con una canción tranquila, pero el show fue creciendo de a poco en intensidad. Bastó un "buenas noches, chingones" para que la gente se cautivara. La española se notaba verdaderamente conmovida y, aunque al final algunos impacientes le gritaban fueras, regaló un espectáculo musical lleno de energía y digno de recordarse.

Pero la gente quería a los Tacvbos, y después de unos largos minutos en lo que cambiaban los instrumentos, los tuvieron. Mal comienzo: bajo, guitarra, teclados y voz sobre pistas de ritmos durante las primeras canciones, aunque eso no le importó a los miles de personas que corearon El Baile Y El Salón, la abridora. Antes de darle la bienvenida al baterista, un popurrí con canciones de Kinky y Zoé en voz aguardientosa subió los ánimos aún más.

Después, todo fue fiesta. La gente no paró de corear y saltar al ritmo de los más grandes éxitos de este cuarteto, que regaló poco más de dos horas de concierto. Buenas vibras, buenos deseos, mucho desmadre, eso es lo que Café Tacvba representa. La gente terminó cansada, pero satisfecha.