Con una gran trayectoria dentro de la escena del rock latinoamericano, la noche del viernes Los Bunkers presentaron en Teatro Metropólitan su más reciente álbum titulado La Velocidad de la Luz en el que fue un maratónico y longevo concierto, como nunca antes había ofrecido uno esta tan querida banda chilena.
Al recinto, hordas de fans y vendedores ambulantes se habían apoderado de las banquetas de por lo menos dos calles a la redonda. Todo parecía indicar que sería una gran noche, cerca de las 8 de la noche las puertas abrieron y el lugar se llenó rápidamente, pues los boletos estaban agotados. El público conformado por todas las edades, parecía ansioso y unidos por el gusto a la misma banda algunos se hicieron amigos. El anuncio de “tercera llamada” llegó al momento que se apagaron las luces provocando que gritos eufóricos se desataran cual reflejo condicionado.
La pantalla que adornaba el escenario dejó ver visuales en blanco, rojo y negro; bajo la luz que provenía de la misma desfilaron uno a uno los cinco integrantes al tiempo que sonaban los acordes de "Desperdíciame", canción con la que iniciaron minutos antes de las 9 p.m.
Aunque el Teatro Metropólitan cuenta con asientos, durante cada minuto del show todos permanecieron de pie; bailando, saltando y cantando a todo pulmón canciones como "Ven Aquí", "Llueve Sobre la Ciudad", "Sur", "Pobre" "Corazón" y "Miéntele", tema con el que parecían despedirse. Después de mandar besos, agradecer al público y gritar ¡Viva México!, desaparecieron tras la niebla, y aunque en general sucede que el artista regresa para ofrecer un encore, los fans pedían por más al canto de “¡Bunkers! ¡Bunkers!...”
Como buenos anfitriones, Los Bunkers regresaron felices para la segunda parte del concierto. Mientras Álvaro contaba banderas chilenas, Francisco decía: “arriba esas palmas”, tratando de escuchar las peticiones que se perdían entre gritos. Regalaron "La Estación Final", "Canción Para Mañana", "Bailando Solo" y "No me Hables de Sufrir", provocando que los aplausos no pararan hasta que se despidieron por segunda vez, y ciertamente, ya todos mostraban estar felices, pero al parecer no satisfechos ya que pedían más y ante eso, la banda salió una última vez con "El Día que Dejaste de Fingir", "Ven Aquí" y "El Necio", tema con el que cerraron después de casi dos horas y media de concierto y un set de 32 canciones.
Si bien tocar los temas del nuevo disco era la convocatoria del evento, pareció que más bien un pretexto para brindar un ecorrido por todos sus éxitos en un show espectacular que no necesitó de grandes artilugios decorativos; donde convivieron la energía, intimidad y una gran actitud por parte de todos, tanto organizadores como fans y claro, Los Bunkers.
